ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Soft Cell siempre ha sido uno de mis grupos favoritos y en 2018 llegó a mis oídos la noticia de que se volvían a juntar para dar un concierto de despedida multitudinario en Londres con el que despedirse definitivamente de su público. El grupo haría un regreso a principios de la década de los 2000 y publicarían el excelente "Cruelty Without Beauty", que si bien no fue un éxito nos dio la oportunidad de poder ver en directo al dúo 17 años después de haberse separado en los 80. Pero tras este reencuentro la cosa se vuelve a enfriar y el proyecto Soft Cell es abandonado hasta ese anuncio de concierto de despedida. No hace falta que diga que intenté por todos los medios de acudir a ese concierto, pero no fue posible. Entonces yo, como
otros tantos, pensamos que habíamos perdido la última oportunidad de poder ver a Marc Almond y David Ball en concierto; bueno, no ha sido así exactamente.
En pleno confinamiento supimos que habían empezado a escribir juntos nuevas canciones y de que estaban preparando un nuevo álbum, lo cual podía ser perfectamente posible pues nunca hablaron de no volver a hacer música juntos. Sin embargo, a finales del año pasado se lanzan a una gira por el Reino Unido donde presentan su álbum clásico "Non-Stop Erotic Cabaret" (1981), además de algunas canciones nuevas y otras de diferentes épocas.
Llegados a este punto era claro que el pretendido concierto final simplemente fue una
herramienta publicitaria y bastante poco ética (a lo LCD Soundsystem) para asegurarse el lleno total, eso no quita que las canciones nuevas sonasen bastante bien y que esperásemos ese nuevo álbum que estaba en camino. Finalmente, en mayo pasado se publicaría el quinto y hasta ahora último álbum de Soft Cell "Happiness Not Included", del que vamos a hacer el siguiente análisis.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. "Happy happy happy": El primer tema del álbum tiene un sonido de película de ciencia ficción realmente evidente, densos sintetizadores adornados con algún detalle
electrónico que evoca esos sonidos espaciales. Después en el fácil pero efectivo
estribillo, se añade un poco de percusión, lo cual hace el tema algo más bailable.
El concepto de la canción y en parte de todo el disco es ese futuro maravilloso que se
dibujaba en el horizonte y que, en el algún momento, la juventud de los años 60 y 70
creyó que podía ser posible; ya saben: coches voladores, viajes espaciales, colonias en
venus y Marte, felicidad absoluta, erradicación de la pobreza, alimentación a base de
pastillas, etc. La canción habla con mucha ironía de todo esto, de cómo nada se ha cumplido, excepto quizás lo de las pastillas…
2. "Polaroid": El disco continua con un tema que es una especie de sueño de Marc Almond donde rememora su encuentro en Nueva York con Andy Warhol y nuevamente nos vemos ante la dicotomía entre las grandes expectativas y el pobre resultado final. Es por eso que Almond imagina otro encuentro mucho más interesante pero que es totalmente falso. Se trata de un tema donde los bajos de sintetizador dan un ambiente bastante oscuro. Es remarcable como Dave Ball consigue crear atmósferas que funcionan perfectamente con las desencantadas letras de Almond. Aquí con una melodía circular y un par de samplers de personajes con pocas posibilidades de triunfar en la vida, esos perdedores que siempre han tenido su cabida en el universo de Ball y Almond.
3. "Bruises on all my illusions": El tema es introducido por una atmosfera bastante pesada, abrasiva y un tanto deprimente tras lo cual se desarrolla una especie de mini film donde encontramos un personaje completamente desesperado con todo en contra,
pero que aún es capaz de sacar fuerzas de flaqueza para sobrevivir y soñar algún día
con mejor suerte. El propio Almond describió esta canción como una especie de
versión oscura de "Bedsitter" y un poco de eso hay, pero ciertamente este nuevo tema
es mucho más tétrico, aunque al final podamos ver algún toque más luminoso.
Esta canción fue elegida como el primer single de adelanto del álbum, una elección
discutible sin duda, pues no es muy radio friendly la verdad, pero si es cierto que es
representativa del álbum.
4. "Purple zone": Sin duda el tema estrella del disco y todo un sueño hecho realidad para los amantes del techno pop: un dúo entre Soft Cell y los Pet Shop Boys. No es ningún secreto que Soft Cell fueron uno de los grupos que inspiraron a Tennant y Lowe y de alguna forma estos últimos, entre otros, tomaron el testigo que habían dejado Soft Cell tras su separación en 1984. En un principio "Purple zone" era una bella canción melancólica que seguía el temacentral del álbum: el paso del tiempo y como enfrentarse a él con más o menos dignidad. La canción fue presentada en uno de los últimos conciertos del dúo en Londres donde estaban Tennant y Lowe como público que enseguida se ofrecieron a hacer un remix de la canción, pero finalmente este remix evoluciono en toda una colaboración donde Tennant hace un dúo vocal con Marc Almond siendo todo un contraste de voces pues en realidad los tonos son bastante opuestos. Este medio tiempo puesto en manos de los Pet Shop Boys se transforma en un efectivo tema de high energy directo, intenso y muy bailable, donde Pet Shop Boys incluso se autoreferencias con varios golpes de sintetizador a lo "Always on my mind" y que desdibujan totalmente la versión original que ha quedado relegada a la versión vinilo del álbum. Para la promoción del tema se rodó un video del que hay poco que decir más allá de ver juntos a estas cuatro leyendas del pop electrónico jugando al domino (referencia a "Domino dancing" quizás), en un bar cual abueletes jubilados.
5. "Heart like Chernobyl": Vuelven los ambientes fúnebres con este tema que toma según Dave Ball su inspiración en "Isolation" de Joy Division, aunque como se puede ver ambos temas son muy distintos. Aquí predomina una atmósfera que aunque densa,
deja respirar creándose un tema de pop oscuro con letra absolutamente pesimista y
descorazonadora donde Marc Almond hace símiles entre su estado de ánimo y
diversas desgracias en el mundo. Además de realizar una crítica a los medios de
comunicación y su tendencia a aterrorizar a la gente.
6. "Light sleepers": Es la primera balada del álbum y todo un himno de homenaje a todas esas personas que están al margen de la sociedad y que han logrado sobrevivir a pesar de los obstáculos que han encontrado en la vida. Aquí destaca sin duda el saxo de Gary Barnacle que efectúa un efectivo hermanamiento con una apacible melodía muy elegante de sintetizador y algunas partes orquestadas, una forma dulce de acabar la primera parte del álbum.
7. "Happiness not included": El tema que da título al álbum es sin duda de los temas más memorables del disco. De nuevo Almond hace uso de su fina ironía para retratarnos una sociedad más pendiente de los posibles beneficios que de dar cualquier señal de decencia y aun así esos beneficios ni siquiera consiguen hacernos personas más felices. Musicalmente el tema se basa en una melodía circular muy efectiva que no descansa durante los casi cinco minutos de duración que en ningún caso se hacen largos porque estamos ante una de las melodías más logradas de Ball, la cual se complementa con interesantes detalles electrónicos más experimentales. Todo un acierto y un buen candidato a single.
8. "Nostalgia machine": Es la canción más bailable y también, por qué no decirlo, la más petarda, con una potente base electrónica que se mezcla con una saltarina melodía. No es raro que haya sido elegido como el ultimo single del álbum por el momento. Claramente es el momento más pop del álbum y la temática de estar dentro de una máquina nostálgica no deja de ser interesante por lo que tiene de realista, dado que tanto en la música como en el cine el reciclaje del pasado esta al orden del día porque no hace falta arriesgar y es un valor seguro puesto que inevitablemente toca la fibra sensible de esas generaciones. Y claro está, Soft Cell forman parte de esa nostalgia tan en auge, lo cual ha puesto su música en una mejor posición que hace 20 años cuando aún toda esta maquinaria nostálgica no estaba tan bien engrasada como a día de hoy.
9. "Nighthawks": Aquí hay un giro en el disco y el sonido es más duro y menos pop. También suena mucho menos retro y es quizás el tema del disco donde más arriesgan
experimentando con sonidos más saturados que pueden recordar a sus temas más
experimentales de los álbumes "The Art Of Falling Apart" (1983) y "This Last Night In Sodom" (1984), pero esta vez con un sonido mucho más actual y bailable. Incluye un rap ejecutado por la artista drag americana Christeene. "Nighthawks" consigue
dibujarnos un mundo bastante sórdido y corrupto donde apenas hay lugares donde cobijarse. De nuevo Ball y Almond crean una pequeña película de cinco intrépidos
minutos.
10. "I'm not a friend of God": La parte final del álbum está dominada por los medios tiempos. Aquí el ambiente es ciertamente sórdido. Esta vez estamos ante una letanía de reproches de Almond a un Dios que nunca ha hecho ningún gesto para mejorar su
vida. El enfoque tiene un cierto parecido al "I have forgiven Jesus" de Morrissey en
versión electrónica, aunque en el caso de Soft Cell, Almond le da un giro a la canción
confesando que si bien no es amigo de Dios, en realidad no es amigo de nadie y este
giro proporciona una lectura aún más siniestra del tema, además reforzada por esos
toques de sintetizador circenses que no dan precisamente buenas vibraciones. En
definitiva, un tema muy bien construido donde vemos en la piel de Almond a otro de
esos perdedores que tan bien describe en sus letras.
11. "Tranquiliser": El tema comienza con una melodía muy cinematográfica a base de unas cuerdas sintetizadas que son pura clase y que se mantiene como un recurso recurrente durante todo el álbum. Los logrados coros consiguen reforzar de manera notable la interpretación de Almond, que se pone en la piel de una persona con una dependencia atroz de los tranquilizantes y que de alguna forma está huyendo de la realidad de un mundo en el que no se reconoce.
12. "New eden": El álbum termina con una grandiosa balada con toques orquestales y muy bien adornada con una bonita melodía de piano cortesía de Ball. Aquí también los coros son bastante importantes sobre todo en el estribillo, donde se intenta dar un
poco de esperanza preparando un hipotético viaje a otro mundo, a un nuevo eden,
después de ser conscientes que el mundo actual dista mucho del que les vendieron en
los años 60 y 70 con naves espaciales y robots. De esta forma se cierra de forma
inteligente el relato del álbum. Sin duda es un buen final para el disco, aunque sería mejor si hubiesen recortado la parte instrumental del final que es completamente excesiva y no aporta realmente nada interesante.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
"Happines Not Included" se podria calificar como el álbum de dos sexagenarios que
miran hacia atrás sintiendo una cierta decepción por todos los sueños de juventud no
cumplidos. De alguna forma intentan transmitir que ni siquiera todos los avances
conseguidos han sido suficientes para llevarnos a un mundo mejor. Puede sonar
nostálgico, pero no van mal desencaminados, lo cierto es que por primera vez tenemos
la certeza de que las generaciones más jóvenes vivirán peor que las anteriores.
En el plano musical, Dave Ball ha sacado mucha cacharrería analógica y eso ha
proporcionado un sonido más cálido en algunas canciones mientras que en otras hay
una combinación de sintes analógicos y digitales bastante imaginativa. Después de
varios proyectos de música ambiental y ruidista, Ball ha vuelto a demostrar su
versatilidad haciendo buenas melodías. Almond por su lado, ha dejado esa visión más
romántica que tiene en su carrera en solitario para implementar aquí una visión más
crítica y descorazonadora de nuestro mundo. Vocalmente si bien sigue teniendo una
buena voz, se notan los estragos del covid que le han restringido bastante su potencia
y no está para muchos alardes vocales.
"Happines Not Included" es posiblemente el álbum más uniforme en cuanto a sonido
del dúo y también un trabajo más grupal con importantes colaboraciones de músicos
externos al duo como el mencionado Gary Barnacle al saxo, el músico Riccardo Mulhall, que coescribe algunos temas, o Philip Larsen, del duo Manhattan Clique, que se encarga de producir el álbum junto a los propios Soft Cell.
El regreso ha sido muy celebrado en el Reino Unido entrando en la posición 7 de las
listas (En España fue numero 37 por cierto) y en contraposición con lo que ocurrió con su anterior álbum, podemos comprobar que hoy por hoy existe una demanda
muchísimo mayor por Soft Cell de la que había hace 20 años.
Si este álbum es el broche final a su carrera, sin duda es un más que digno broche. Eso
sí, que nadie piense que está a la altura de su obra de los 80. Suponemos que aprovecharan este buen momento para girar con nuevas y viejas canciones, eso si la salud se lo permite, ya que Ball ha tenido que ser sustituido en la última gira en America por graves problemas de salud. Esperemos que se recupere y poder volver a disfrutar de este grupo histórico del techno pop de los 80.
Texto: Alfredo Morales.
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