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viernes, 30 de octubre de 2020

Temporada 12/ Programa 1: Of Monsters And Men y "Fever Dream" (2019)

Comenzamos temporada y, como viene siendo habitual en las últimas temporadas, lo hacemos de la mano de una de mis formaciones recientes favoritas. Retomamos el debate radiofónico con el análisis del sensacional 3er. disco (último hasta la fecha) de los islandeses Of Monsters And Men.

Prestaremos debida atención al conjunto excelente de canciones que facturó el quinteto el año pasado para su 3ª entrega de larga duración. También habrá espacio para poder comentarles de viva voz lo que fue su concierto en Copenhague dentro de la gira del disco, la cual quedó interrumpida por la pandemia del Covid-19 y que nos ha privado de momento de verles actuar en Madrid en las Noches Del Botánico; confiemos en que encuentren fecha para la próxima edición.

Si no sucede nada raro (recuerden el aplazamiento de este programa desde el sábado 3 de octubre), les tenemos preparada una novedad para este programa e inicio de la temporada. No diré nada más, para no llamar al gafe y también para que de esta forma estén atentos el sábado 17 de octubre de 2020 a la sintonía de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) en nuestro horario habitual. No nos fallen.

Evidentemente, y por motivos del dichoso virus, el programa se llevó a cabo el 31 de octubre de 2020. Dejamos el texto tal cual estaba previsto y añadimos este párrafo a modo de aclaración ante los comentarios recibidos.

Links de interés:
Emisión on-line RUAH: http://www.ruah.es/emision-online/
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viernes, 23 de octubre de 2020

Lou Reed - Transformer (1972)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Lou Reed es uno de esos casos paradójicos donde se puede ser un clásico y a la vez un artista de culto. En efecto, si miramos a las frías cifras, ni con The Velvet Undergroud, ni tampoco él en solitario ha vendido cifras muy altas de discos. De hecho, “Transformer” es su mayor éxito de ventas, llegando a ocupar el puesto número 13 en el Reino Unido y el 29 en USA. Los singles de este álbum también son los que más repercusión tuvieron. Para ello, baste citar nombres como “Walk on the walk side”, “Perfect day” o “Satellite of love”; clásicos fácilmente reconocibles.

La mayor influencia de Reed quizá haya recaído en el underground más que en el mainstream, pero no por ello deja de ser un imprescindible de la historia de la música rock. Su forma de cantar es perfectamente identificable, no hay un estilo muy parecido al suyo. Es una voz como inconmovible, propia de alguien que parece que pasa de todo, estilosa, quieta, pero que en conjunción con las letras puede ser un puñal. Como ejemplo moderno, se me ocurre Julian Casablancas como sucesor de esta forma de interpretar.

Lou Reed también es el cronista del lado salvaje de la vida, particularmente de la neoyorquina. En los tiempos de la Velvet, mientras el mundo cantaba al son del idealismo hippie, sus letras hablaban de sadomasoquismo, camellos, adicciones varias, historias truculentas. Eran como el lado oscuro de aquellos veranos del amor. Ni que decir tiene que en “Transformer” también encontramos esos elementos, unidos a una especie de bohemia cabaretera y glam de moda que hacen el disco más accesible.

La presencia glam ya se deja sentir desde la icónica portada, donde vemos a Lou Reed con la cara maquillada y el semblante ambiguo. Además, no hay que olvidar la presencia de David Bowie en las tareas de producción, que además le prestó algún músico como el guitarrista Mick Ronson. No hay que confundir esto como una absorción del Duque Blanco hacia Reed; si algo tenía el neoyorquino era personalidad e independencia. Pero no se puede evitar ver alguna influencia estilística.

Mucha gente piensa que éste es el debut de Lou Reed en solitario, pero en realidad es el segundo disco. Unos meses antes había lanzado su primer disco con una nula repercusión comercial. Aun así, lo que tienen en común ambos discos es que de algún modo son obras de transición. En el sentido de que son discos con composiciones, no todas, de la época de la Velvet, pero que no llegaron a entrar en ningún disco. Si acaso sonaron en algún directo. Ello no quita para que incluidas en Transformen tengan su propio espíritu, pero la disolución del grupo estaba cerca todavía. No habían transcurrido ni dos años.

“Transformer” es un disco perfecto para iniciarse en Lou Reed. Incluso los no muy seguidores conocerán canciones que ya son pequeños clásicos, y el estilo es altamente accesible, libre de los experimentos sonoros de algunos trabajos de la Velvet, y de posteriores discos de Reed como “Metal Machine Music” (1975). Además, es una obra que se escucha fácilmente, son unos 36 minutos de duración y no hay bajones significativos en la calidad. “Transformer”, sin duda es uno de los discos esenciales de la historia del rock y un buen instrumento de disfrute.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Vicious”: El punto de partida de “Transformer” es la versión más roquera. Se trata de un glam rock de buen guitarreo y ritmo constante. Contagia una extraña vitalidad, como una pequeña llamada a la locura. La estructura es sencilla y solamente se rompe algo en algún arranque de intensidad, sobre todo al final. Ojo a la chulería de la melodía vocal. Según Lou Reed la canción está inspirada en Andy Warhol. Buen y animado comienzo.

2. “Andy’s chest”: Completamente distinto es el comienzo de esta canción. Lenta, seductora, recreándose en la voz casi hablada de Reed. Hay un pequeño cambio de ritmo que inserta una vena rock de medio tiempo. Incluso se permite un toque de barroquismo con la aparición de unos curiosos coros donde participa David Bowie. En general no deja de ser un rock bastante clásico, agradable y melódico que no teme dejar un sabor algo crápula. Esta es una de las composiciones de la época de la Velvet, y el Andy del título vuelve a ser Andy Warhol.

3. “Perfect day”: Hermoso y trágico es este clásico de Lou Reed, que demuestra que es perfectamente capaz de urdir bellas melodías. Lo que pasa es que la belleza en Lou Reed tiene algo de desolador, de decadencia, de lamento. Incluso cuando el mensaje pretense ser el contrario. Los arreglos de cuerda y pianos son excelentes, y la voz de Reed es personalísima (incluyendo el “pseudogallo” del estribillo). Se insiste mucho en el supuesto doble sentido de la letra, que en lugar de tratarse de asunto amoroso, hablaría en realidad de la adicción a la heroína. Teoría potenciada por la inclusión de la canción en “Trainspotting” en el momento de la sobredosis de Renton. No obstante, Lou Reed niega esta interpretación y dice que es tan solo la historia de un chico disfrutando de un día perfecto con su pareja. Todo un clásico de Reed, versionado por varios artistas. Entre ellos Duran Duran, que en 1995 consiguieron un leve éxito con su propia cover.

4. “Hangin’ round”: Y volvemos al rock y a la querencia glam. Puede que sea una de las canciones de Lou Reed que más se parece al Bowie de la época, pero la melodía vocal sigue los patrones propios del neoyorquino. Los pequeños arreglos de piano en el estribillo dan el punto justo de rock clásico. Esta canción, por lo tanto, es uno de los momentos más genuinamente animados del disco. Un buen contrapeso a la emotividad de “Perfect day”, en lo que es una especie de cabriola estilística.

5. “Walk on the wild side”: Quizá la cancion más conocida de todo el repertorio de Lou Reed. Y no solo por la música, sino por la temática de la letra. A través de unos personajes, que Lou Reed conoció realmente en la época de The Factory y Andy Warhol”, se nos habla de travestismo, chaperos, sexo oral y drogas. Imaginen esos temas en los años 70, o más bien imaginen una canción así ahora y cuántas firmas se recogerían en change.org para censurarla. A lo que vamos. La canción es de una elegancia canallesca, de elementos sencillos donde la voz y el bajo son los constituyentes principales. Los arreglos de jazz catalizan la atmósfera de plácida bohemia, de reflexiones crápulas y nocturnas.

6. “Make up”: Una canción para tocar en un cabaret o en un music hall. Parece una melodía medio burlona debido a esos trombones que suenan eventualmente, y por la entonación algo irónica de Lou Reed. No es de lo mejor del disco, y quizá suene un poco a relleno. En cualquier caso se trata de un relleno agradable. La letra habla del proceso de transformación de una drag queen, siendo la intención de Lou Reed la de escribir una canción de temática gay que no resultase negativa ni trágica, elementos íntimamente asociados en aquel momento con esta cuestión (todavía quedan rescoldos hoy, tristemente).
7. “Satellite of love”: Otro clásico de Lou Reed. Esta dentro de su faceta melódica, y demuestra la capacidad de Reed para componer, si quería, exquisitas canciones pop. No es tan solemne como “Perfect day”, en buena medida por la interpretación de Reed, pero también por algunos coros de fondos, unos curiosos toques de flautín, y un final que es puro chasqueo de dedos. La canción ya estaba compuesta en los últimos tiempos de la Velvet, aunque finalmente se decidió no incluirla en “Loaded” (1970), su último álbum. La letra habla de un hombre mirando desde su televisor como ponen un satélite en órbita, mientras reflexiona sobre las infelicidades de su novia (que es un satélite del amor, vamos).

8. “Wagon wheel”: Otro poco de rock dentro del setlist de “Transformer”, en forma de una divertida canción de medio tiempo, con alguna que otra pausa extraña. Es una canción muy de Lou Reed, con una voz de elegante chulería que consigue conformar un final de lo más adictivo. Es más de lo que parece, y acaba siendo uno de las canciones más pegadizas del disco.

9. “New york telephone conversation”: Lou Reed más cabaretero y ligero que nunca. La canción es una breve melodía burlesca que no aporta nada, pero que tampoco molesta escucharla. Es como esos números que metía Queen en sus discos, del tipo “Lazing on on the Sunday afternoon”. Nuevamente recuerda a Warhol, en este caso por su manía de tener largas conversaciones telefónicas con famosos. Como sí Reed, en este caso, quisiera burlonamente alejarse de su época en The Factory.

10. “I’m so free”: Lou Reed vuelve a mostrar con vehemencia su lado glam. Guitarras y percusiones muy marcadas, en el que quizá sea la canción más contundente del disco. La guitarra de Mick Ronson da una personalidad punzante a la canción, que nunca olvida su ritmo despreocupado. Realmente divertida y vital.

11. “Goodnight ladies”: Para cerrar “Transformer”, Lou Reed decide recurrir a su otro gran recurso estilístico del disco, después del glam, o sea la música de cabaret. Esta vez con un profuso recubrimiento de arreglos de cuerda, como si así el resultado fuese medio vodevilesco, medio decadente. Curiosa forma de acabar, casi al estilo de los años 20 y con un sentimiento casi etílico, de profunda bohemia. El caso es que el protagonista de la letra se lamenta de pasar solo la noche del sábado después de haber roto con su pareja, y no tener mucha suerte en salir en busca de alguna aventura.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Transformer “es un disco de melodías bastante accesibles que consiguen que adentrarse en el peculiar mundo de Lou Reed no sea una tarea ardua. Acaso junto con “Berlin” (1973) y el directo “Rock n Roll Animal” (1974), sean sus discos por antonomasia. Es, además, un disco regular, sin meteduras de pata, y con un nivel parejo durante todo el minutaje.

Si acaso, podría prescindirse de alguna canción tipo “New York telephone conversation”, pero no es un desliz grave, como mucho un pecado venial. Mantiene además el tono lírico característico de Lou Reed como narrador urbano que sin ningún tipo de aprensión es capaz de reflejar en sus letras la faceta más sórdida, o menos visible, de la vida urbana. Y es que además de ser ya un clásico canónico del rock, el neoyorquino sigue siendo vorazmente moderno.

Texto: Mariano González.
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viernes, 16 de octubre de 2020

DMR aplaza nuevamente el estreno de su 12ª temporada en la radio

El estado de alarma que afecta a Madrid, Torrejón de Ardoz y otras localidades de la Comunidad de Madrid, nos impide que arranquemos mañana nuestra 12ª temporada de radio, con lo que el programa previsto sobre "Fever Dream" de Of Monsters And Men se aplaza a priori al 31 de octubre. Mañana, si lo desean, pueden escuchar en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), o el último programa de la anterior temporada sobre ABC y "Beauty Stab" o quizás algún otro antiguo que hayan programado en la emisora.

Esperemos que la situación actual mejore y podamos llevar a cabo el arranque de la temporada, si bien nuestros deseos de mejora de la situación no sean principalmente por nuestro interés particular, sino por el general. De momento, vayan con cuidado y continúen esperando. Al menos, la próxima semana sobre esta hora, tendrán un nuevo artículo de revisión de disco a cargo de Mariano González.
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viernes, 9 de octubre de 2020

Chvrches - Every Open Eye (2015)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Era evidente en su momento, hace apenas un lustro, que ante un debut tan sobresaliente como fue un par de años antes "The Bones Of What You Believe", Chvrches tenían sobre sí varios ojos pendientes de comprobar qué depararía su 2º disco de estudio. El resultado, si no subió la apuesta, considero que al menos mantuvo el pulso al 1er. disco.

Considero a "Every Open Eye" en varios aspectos superior a su predecesor (por ejemplo, su enfoque más sintético, al afrontar un conjunto de canciones menor en número y más coherentes entre sí) y en otros al nivel; quizás solamente pierda la comparativa en lo que respecta a singles potentes, sin quitarle méritos a ejemplos como "Leave a trace" o "Clearest blue" (pero es que "Gun" y "The mother we share", son mucho "Gun" y "The mother we share"; eso es así).

El trío formado por la menudita Lauren Mayberry, Iain Cook y Martin Doherty asumió nuevamente la producción de la obra, aspecto que no considero baladí, visto el resultado de lo que vendría después. Creo que los 3 saben rematar con más sentido sus discos que con un productor externo. Veremos qué es lo que deciden para su 4º lp; yo, en su lugar, retomaría los mandos absolutos.

"Every Open Eye" es un disco de altísima nota. Se le puede dar un 9 sobre 10, o incluso más, sin pecar de generoso. Quizás también sea el disco más elegante en sus formas de los 3 hasta la fecha de los escoceses. Son 11 canciones (la edición normal, que es la que recientemente adquirí; mención especial a todos los bonus tracks de las ediciones especiales, mucho ojo ahí).

En lo personal siempre le tendré especial afecto, ya que durante el curso 2018-2019, cuando preparaba el 2º examen de la oposición que finalmente aprobé, era uno de los discos que me acompañaba para practicar los 30 minutos del supuesto de Word que tenía que desarrollar en esa última prueba para dar carpetazo a uno de mis aspectos vitales que tenía planificado desde tiempos remotos. En esos días lo escuchaba en Youtube, pero hace unas poquitas semanas me lo compré nuevecito online a un precio razonable (algo menos de 9 euros), cosa que era un debe y tenía en mente desde hacía tiempo.

Junto a "Mena" de mi adorada Javiera Mena y "Script For A Jeptster's Tear" de Marillion, "Every Open Eye" era uno de los discos escogidos para esos momentos de dura preparación; a esos álbumes ya les haré hueco en un futuro en sendos artículos, pero ahora toca centrarnos en lo que nos ofrecen estos geniales escoceses en su 2º episodio discográfico de estudio. A título personal para "DMR", con este post nos ponemos al día con Chvrches, ya que tenemos analizados todos sus discos de estudio hasta la fecha, cosa que sucede con pocas bandas en nuestro blog de momento (así que me vengan a la mente, otra de mis bandas recientes favoritas: Of Monsters And Men).

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. "Never ending circles": Arranca la obra con esos sintes tan llamativos jalonados de esos alientos hedonistas de Lauren que nos introducen a "Never ending circles". Canción con un estribillo largo, pero en registro bastante alto y con una cierta épica o tono trascendental, que llaman poderosamente la atención. Fue single, creo, pero sin videoclip. Una excelente forma de abrir el disco. Melodía ensoñadora y una potente Lauren Mayberry al micrófono, mostrando uno de sus mejores capítulos al micrófono en el ya citado estribillo.

2. "Leave a trace": Uno de los singles más potentes del disco fue "Leave a trace" y de alguna manera lo considero pieza clave, ya que hace de perfecto abanderado de la obra al servir de referente sonoro del conjunto. En esta canción se aprecia un tremendo buen gusto instrumental y una notable elegancia, con Lauren bastante comedida al micrófono, salvo en un par de versos del puente donde le mete más garra. El videoclip, con la propia Lauren sobria de atuendo (con un sencillo vestido negro), sirve para afianzar la imagen de elegancia que desprende sonoramente la pieza. Sin duda alguna, uno de los clásicos del repertorio de Chvrches que han quedado de "Every Open Eye".

3. "Keep you on my side": De los aspectos más destacables de "Every Open Eye" es que, a pesar de su número no excesivo de pistas -11-, es capaz de cambiar de sentir entre piezas sin que se nos quede una sensación de incoherencia en ningún momento. Un ejemplo es el viraje que meten con "Keep you on my side", donde Chvrches abordan una de las composiciones más enérgicas de la obra. Con un tono ciertamente obsesivo (lo cual se podría intuir solamente con su título), nos encontramos con una pieza de ritmo algo atropellado, pero toda ella muy bien matizada en las labores de producción.

4. "Make them gold": Del frenesí y ritmo de "Keep you on my side", pasamos a la ensoñadora "Make them gold". Diría que quizás sea el mejor estribillo de "Every Open Eye", o al menos el que más emociona al ser escuchado. Las melodías de sintetizadores y las capas de bases creadas por Iain y Martin son una tremenda maravilla. De Lauren solamente podemos seguir afirmando el bueno momento vocal que esta muchacha atravesaba hace 5 años. Plenitud vocal.

5. "Clearest blue": Con "Clearest blue" me pasa algo que de cuando en cuando me sucede con las canciones adoradas por una gran parte de la masa de fans de la banda que sea: es una canción que, reconociendo su valía y gancho, no me atrae particularmente. Fue single, y de rutilante éxito y buen calado en la masa de seguidores de Chvrches. En la gira del disco era un momento también destacado de celebración dentro de los shows. Dispuso de un videoclip curioso, con Lauren a ratos ataviada con una especie de armadura. Es quizás el capítulo más bailable de "Every Open Eye" y conseguían Chvrches ese hito con unas formas que suponían una cierta partida, dentro de la electrónica, respecto a los momentos similares en el debut a esta pieza. Más allá de mis gustos personales (tampoco es que la repudie, no se confundan), es innegable que es el otro episodio para el recuerdo general dentro de la obra de Chvrches que ha deparado a la larga este "Every Open Eye"; además, el título del disco se extrae de la letra de la canción para más señas a los despistados.

6. "High enough to carry you over": Llegamos al interludio del disco, tanto por situación en el track list, como por ser el único momento al micrófono de Martin Doherty en todo el lp. "High enough to carry you over" es una grandísima canción. Es evidente que el sr. Doherty sabe escoger muy bien sus episodios de protagonismo a las voces dentro de los discos. Aquí no vamos a entrar en el debate ya algo manido de la diferencia de calidad de voz entre Lauren y Martin, cosa que en estudio se compensa algo más. Gusta llegar a esta mitad de obra, encontrarnos con un Martin tremendamente sentido a las voces y escuchar esta pieza algo melancólica en sus formas. Buen estribillo y buen trabajo de Martin en la voz, ya que no me imagino a Lauren cantando esta pieza; le viene como anillo al dedo.
7. "Empty threat": El otro momento pop del disco junto a "Clearest blue", es "Empty threat", el cual fue single y dispuso de un chocante videoclip con una panda de góticos que van a un parque acuático a pasar un día; es curioso que, cuando lo vi por primera vez, no sabía muy bien si la chica que acapara el protagonismo era la verdadera Lauren Mayberry (no les tenía muy fichados al grupo por entonces). Evidentemente no lo era, pero sí que te podrías imaginar a una Lauren con 19 añitos, si le hubiera dado por la vena gótica, en esas tesituras. Es una canción llena de ritmo de inicio a fin. Frenética a más no poder. Lauren Mayberry imprime pasajes de la mayor fuerza o empuje vocal, como cuando en el estribillo entona esa primera mitad de verso "estaba mucho mejor cuando...". En directo, Lauren le solía dar a la percusión de forma notable, resultando un capítulo muy llamativo de los conciertos. Aprovecho aquí para decirles que de la gira de "Every Open Eye" hay un porrón de conciertos grabados en una calidad excelente en Youtube. Yo me habré visto unos cuantos y les afirmo que merece mucho la pena reparar en ellos. Terminaré afirmando que a ratos quizás "Empty threat" sea una de mis favoritas del disco. Y es que como chute de adrenalina es muy efectiva.

8. "Down side of me": Podría ser que "Down side of me" sea el verso suelto (o uno de ellos) del disco. Canción larga, de cierto sonido exótico, reflexiva, lenta, pausada, pero tremendamente bella y ensoñadora. Bonita melodía de teclados en el estribillo, y Lauren delicada y cercana tras la sacudida pop que nos regaló en el episodio inmediatamente anterior. Es una canción que podríamos calificar de "slow grower", es decir, que va ganando mucho en tu interior, pero para ello vas a necesitar probablemente más de 4 escuchas al disco. Sirva como curiosidad personal que, cuando preparando el examen de mi oposición, cuando la reproducción llegaba a esta pieza, significaba que ya me quedaba poquito tiempo de los 30 minutos para acabar el supuesto.

9. "Playing dead": Otro cambio de enfoque, sin que tampoco nos suponga un golpe auditivo. De la mano de "Playing dead" afrontamos el pasaje más encabronado y sesudo de "Every Open Eye"; al menos a mí me produce esa sensación. Su enfoque es poco amable y Lauren parece que canta en tono recriminatorio (la letra algo de eso tiene). No obstante, no nos engañemos: no hay nada excesivamente radical, sino que el contraste con la onírica y reflexiva "Down side of me" es tan notable que da esa sensación.

10. "Bury it": Otro single fue "Bury it". De hecho, creo que fue el último. En el mismo colaboró la cantante de Paramore Hayley Williams. El videoclip, de dibujos animados con el grupo en plan superhéroes volando por los tejados de los rascacielos, es divertido cuanto menos. "Bury it" es otro de los momentos de pop electrónico para todos los públicos que Chvrches producen con su toque distintivo. No es mala pieza, pero no es de mis favoritas de "Every Open Eye".

11. "Afterglow": La edición normal del disco acaba con la introspectiva, altamente sentimental y también algo dolida en las sensaciones que transmite "Afterglow". Creo que es el único "pero" que le pongo formalmente a la obra. Opino personalmente que hubiera sido mejor permutar el orden con "Bury it" para terminar con otra cara el disco (algo como lo que acertadamente hizo Javiera Mena en "Otra Era" al decidir cerrar con "Espada" en lugar de "Quédate un ratito más"). Mi cd físico y original acaba aquí, pero los que tengan ediciones especiales cuentan con unos temas añadidos que valen sus segundos de duración en oro. "Bow down", "Get away" y sobre todo la pluscuamperfecta "Up in arms" (esta solamente creo que está en la edición alemana... ¿¿¿wtf??? ) son canciones que hubieran sido acreedoras de ser pistas oficiales dentro del listado regular de cualquier disco de la banda. Una pena que se hayan quedado por ahí como temas inéditos o bonus tracks; es algo parecido a lo que pasó el año anterior con el disco "World Peace Is None Of Your Business" del dios Morrissey.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
El resultado general de "Every Open Eye", disco de portada florida y pixelada por sectores, no contradice mis loas de los primeros párrafos de este post, ya que claramente este lp mantuvo la posición lograda por el debut de 2013 e hizo que la banda fuera reclamo rutilante de 1000 y 1 festivales a lo largo del globo terráqueo; no en vano, a Chvrches los conocí en el S.O.S. 4.8 de 2016 cuando me los topé después de prestar atención a los Manic Street Preachers.

El disco que hoy nos ha ocupado es un ejemplo de pop electrónico de muy buen gusto. Eso se aprecia en gran parte de sus melodías y en su remate, siendo necesario una vez más que puntualice y ponga en valía la labor de producción por parte de la banda. El trabajo funcionó bien. Se editaron varios singles, quedando como clásicos absolutos "Leave a trace" y "Clearest blue".

Sentó las bases para intentar un golpe de efecto mayor para el tercer disco, donde ya las críticas favorables no fueron tan unánimes, cosa que levantó puntualmente la ira de Lauren Mayberry contestando a alguna review que no miraba con buenos ojos a "Love Is Dead". Ya apunté en mi artículo por estas tierras 2.0 y en nuestro programa de radio en el episodio que dedicamos a "Love Is Dead", que no lo considero para nada un mal disco, pero sí inferior en exigencia tanto a "Every Open Eye" como a "The Bones Of What You Believe".

A Chvrches, auguro yo, les quedan por darnos muchas alegrías musicales. No creo que se demore mucho el 4º álbum, quizás 2021, pero con la situación mundial que atravesamos sanitariamente, a saber. Hoy les he propuesto deleitarnos con su excelente 2º disco, lo cual espero que les haya supuesto un buen rato de música al detenerse a escuchar sus 11 pistas. Y si han tenido la suerte de escucharlo en versión deluxe con esas canciones añadidas tan estupendas, mejor que mejor.
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viernes, 2 de octubre de 2020

DMR aplaza el estreno de su 12ª temporada en la radio

Nos lo temíamos y finalmente así ha sido. Las últimas ordenanzas ministeriales hacen que a partir de hoy a las 22.00h no se pueda entrar ni salir de Alcalá de Henares (y de otros municipios madrileños). Como nosotros no somos residentes en el municipio, lamentablemente mañana no podemos acudir a los estudios de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) para llevar a cabo el primer programa de la temporada.

"Discos, música y reflexiones" y la emisora en la que emitimos no somos una actividad ni profesional ni esencial, con lo que no hay salvoconducto que nos valga. Con esto, aplazamos a priori el programa de mañana al sábado 17 de octubre de 2020 a la misma hora. Esperemos que la situación mejor y sea posible llevarlo a cabo.

Sentimos las molestias y pedimos disculpas a nuestros numerosos y masivos seguidores, que se ven privados de nuevo material radiofónico. En la situación actual, hay cosas más importantes a las que prestar atención. Volveremos tan pronto se pueda. De momento, la próxima semana, tocará artículo de revisión de disco. Cuídense mucho y esperen novedades por nuestra parte, les iremos informando.
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