
Para esta semana ración doble. El pasado sábado tuvimos concierto, y he aquí la crónica de lo que vivimos. Espero que les guste. Como el último concierto data de antes del comienzo de la 4ª edición del Concurso Premios 20Blogs, y raíz de este concurso hay nuevos seguidores por estas tierras, decirles que en estas crónicas les hago tanto un resumen de lo estrictamente musical, como también les narro la experiencia personal de un servidor de ustedes; al fin y al cabo, los blogs siempre tiene algo de personal, ¿no?
Por fin volvemos a disponer de una nueva entrada en el apartado, o la escasa sección, de crónicas de conciertos, que de vez en cuando aparece por “Discos, música y reflexiones”. Además, hoy aprovechamos para presentar el directo de uno de los grupos musicales que más veces he tenido la ocasión de ver en directo, 5 hasta la fecha, tomando la delantera a Danza Invisible con 4. El grupo en cuestión, es el proyecto liderado por Carlos Goñi, Revólver, de los que ya hemos hablado alguna vez, precisamente hace poco menos de un año al revisar su fabuloso disco “El Dorado”.
Tengo que decir que el final del verano me trajo la única alegría en forma de concierto que he tenido en estos calurosos meses. Debido a la difícil situación económica, la mayoría de mis grupos favoritos españoles, que iniciaron su carrera todavía en los años 80, han sido contratados por muy pocos ayuntamientos para que actúen en sus fiestas populares o patronales. Citaré ejemplos tales como Danza Invisible, que años atrás venían 4 o hasta 5 veces a Madrid y aledaños y sin necesidad de tener un nuevo disco recién salido a la venta entre sus manos. Igualmente los chicos de Seguridad Social tampoco han aparecido por la Comunidad de Madrid este año, tras ver la página de la promotora que lleva sus conciertos.
Solamente aparecía como posible acontecimiento un concierto de La Unión con motivo de las fiestas de San Sebastián de los Reyes el pasado 30 de agosto. Estaba prácticamente mentalizado en acudir a dicha cita, pero la coincidencia con el cumpleaños de un familiar cercano diluyó dicha posibilidad en el último momento, cuando me di cuenta del conflicto de fechas unos días antes.
Sin embargo, ya en junio, tras entrar en la web de Revólver, vi que Carlos Goñi tenía programado un concierto en el mes de septiembre en la “Finca Liana” en Móstoles. No sé, me imaginé por el nombre del recinto una sala de conciertos y a saber el precio que cobrarían por entrar, que la crisis es crisis para todos. Sin embargo, la semana anterior descubrí que dicha “Finca” es un parque en el que se celebran los conciertos gratuitos que organiza el Ayuntamiento de Móstoles en sus fiestas. Con esta certeza, y sabiendo que aparte de la gasolina y el paseo hasta la localidad mostoleña, la cual me coge en la otra punta de donde resido, no me supondría gasto económico de entrada, decidí asistir. Igualmente al residir unos familiares en esta ciudad, mataba 2 pájaros de un tiro, haciéndoles una visita por la tarde y acudiendo a las 23.30h al recinto señalado para ver el estado actual de Revólver.
Hacía ya un tiempo que no veía a Goñi por Madrid y alrededores. Hasta la fecha le había visto en 4 conciertos. 3 de ellos en verano de 2005 (Torrejón de Ardoz en las fiestas de mi localidad, Barrio de Ascao de Madrid y Centro Comercial Opción de Alcorcón) cuando presentaba “Mestizo” y otro en el mes de junio de 2006 (Coslada) con motivo de la publicación de su 3er. volumen “Básico”. En todas las ocasiones me quedó muy buen sabor de boca tras la actuación de este madrileño, valenciano de adopción y corazón. En los conciertos de Revólver que había visto hasta ahora, había lugar para energía, intimismo, raudal sonoro y rincones acústicos. En resumen, 2 horas muy entretenidas y con unas canciones excelentes incluidas en el repertorio.
Llegó el día del concierto y como ya he citado, realizamos una visita previa a unos familiares. De esta forma, llegamos al municipio antes de que toda la gente estuviera echada en la calle, con el tráfico hasta arriba y los conductores desesperados por encontrar un sitio donde aparcar su coche. Como la casa a la que iba estaba a unos minutos andando del lugar del concierto, dejé el coche bien aparcadito hasta que después del concierto lo recogiera para volver a Torrejón. No exentos de varias vueltas por la ciudad, “disfrutando” de esas glorietas “maravillosas” de 5 carriles y calles cortadas por las obras o las fiestas, conseguimos finalmente dar con el barrio de nuestros allegados para verles fugazmente, ya que habían quedado con otros amigos a las 21h en Madrid ciudad. Las 2 horas que quedaban hasta las 23.30h cuando empezaba el concierto, las aprovechamos para ir a tomar algo en plan raciones a modo de cena informal.

Finalmente fui más acompañado de lo que esperaba al concierto, lo cual hizo más agradable la tarde/noche. Tras una contusiva experiencia en los coches de choque, en los que salí con la espinilla hecha fosfatina, llegamos al parque Finca Liana y me sorprendió la cantidad de gente que se había congregado para ver el concierto. Conseguimos situarnos en una decente 6ª fila, aunque algo escorados hacia la derecha del escenario, tras previamente haber localizado una siempre inestimable fuente de agua potable, para poder llenar el buche antes de meternos entre la multitud. El cielo estaba muy nublado y amenazaba lluvia. Ya es casualidad que no había llovido ni un solo día que recuerde en este verano, y que el sábado al tiempo caprichoso le diera por ponerse así. Por fortuna no rompió a llover intensamente, no pasando de 4 gotas puntuales, que no propiciaron la suspensión del concierto, pero que si nos metieron el miedo en el cuerpo a más de uno. Las fotos que pude sacar, no están del todo mal, aunque quizás algo oscuras; les iré intercalando las mejores a partir de este párrafo. Una de las bondades principales que tienen estos conciertos, aparte de ser gratuitos, es que hay libertad total para hacer todas las instantáneas que desees.

Puntualmente el sr. Goñi apareció en escena con sus compañeros actuales. Ataviado con una seria americana, pantalón y botas negras, no noté que hubieran pasado 3 años desde la última vez que tuve a Carlos delante. Empezó con la fuerza y arrojo que desprende “Duro de llevar”, tema que fue resarcido al ser el abanderado del volumen 3 de los conciertos “Básico” de Revólver. Este tema, no obstante data de 2000, de aquel estupendo y genial disco llamado “Sur”, dentro del cual se encontraba también la siguiente canción del repertorio: “Sara”. Emotiva composición con nombre propio, y de las contadas que Carlos tiene en su repertorio dirigidas a alguien en particular.

Siguiendo con el apartado de “Sur”, también dispusimos de la brutal “Faro de Lisboa”, a la que Goñi introdujo diciendo algo como: “nunca he entendido eso que dicen las folclóricas de querer morirse en el escenario… Yo, el día que dé mi último concierto, que tened por seguro que lo daré, habrá una canción que seguro que estará incluida y será ésta”. Sobran las palabras ante un estribillo tal como “Faro que alumbras al mundo por encima de la tempestad, devuélveme la esperanza y que brille mi estrella, pero no en soledad; oye mi voz, mi última oportunidad. Faro que alumbras al mundo, alumbra mi vida”. Sobrecogedor. Sirvió como el fin de la 2ª parte del concierto, esa en la que se incluyen las versiones acústicas y como preludio de los bises que corresponderían. También canción abanderada de “Sur”, “San Pedro” no pudo faltar a la cita. Estupenda canción de rock accesible y que describe lo que yo siempre he considerado un amor loco, de esos veraniegos cuando vas con la familia a la costa cuando eres jovencito. Se puede intuir en frases como las del estribillo: “Nos prometimos el mar…”; recuerda a las tonterías que pueden decirse mutualmente 2 adolescentes embelesados. Nuevamente fue acongojante oír a toda la audiencia cantar a voz en grito, permitido por Carlos, el inicio desde “Una noche de buen vino y de mejor compañía…” hasta “…en la villa de San Pedro, vi el paraíso en su boca”. Sin posibilidad de discusión, de los momentos más disfrutados del concierto.

Hablando ya a propósito de los momentos álgidos, destacar igualmente el combo formado por “Tu noche y la mía” y “Odio”. Se dispusieron en la parte incipiente del concierto. La primera de las citadas, nuevamente regaló otro momento de lucimiento del público, entonando todos juntos de forma más que emotiva, la primera parte de la canción. Supongo que a Carlos se le debe erizar el vello de la piel al escuchar a la audiencia tan entregada coreando sus versos. Una de las canciones más bellas jamás compuestas por Goñi. Fue anecdótico que Carlos se quejó que nunca le sale bien la intro de la canción, y se puso mano a mano con el acordeonista a darle a la guitarra antes de identificar los acordes más reconocibles del tema. “Odio” fue un momento de baile y desparrame. El músico reconoce que es de las pocas canciones de sonido alegre que tiene, aunque la letra sea un descargo total contra todo lo que le molesta. Otra vez el público estuvo a la altura para gritar ese “siempre me joden la canción” dedicado a los “disc-jockeys asesinos” que menciona Carlos.

No podemos dejar de lado que el concierto estaba encuadrado dentro de la gira de presentación de “21 Gramos”, último trabajo de Revólver. De este disco, aparte de los singles “Tiempo pequeño”, curiosamente incluido en los bises, e “Y pasa el tiempo”, dispuesto en la mitad de la sección acústica, se presentaron la canción que da título al disco y “Clarisa”, nada más terminar ese combo del disco “Sur” con el que se inició el show. Quizás fueron las mejores elecciones que se pueden extraer de su último lp. “Y pasa el tiempo” es un tema que me resulta simpático y es llevadero. “Tiempo pequeño” nos ayuda a recordar al Goñi más épico en su sonido, aunque hay que decir que está lejos de “El dorado” o “No va más”. Sin embargo, eché en falta “Todos somos capitanes”; no sé por qué, pero me gusta esta canción, además de que me parece gracioso el título.

Acabo de citar “El dorado” y “No va más”. Ambas aparecieron por fortuna en el concierto y además tuvieron lugares privilegiados dentro de la estructura o el orden de salida de las canciones. “El dorado” sirvió como fin del primer núcleo de la actuación, que posteriormente se retomaría con la parte acústica. Este tributo a los padres por parte de Carlos, volvió de forma muy acertada a alargarse más de 10 minutos, debido a la parte de solo de guitarra que mete Carlos en mitad del tema, para disfrute de los que acudimos al espectáculo. Intensa, emotiva y un clásico de Revólver sin lugar a dudas, que nunca ha de faltar en uno de sus conciertos. “No va más”, canción que no siempre apareció en los conciertos previos que vi de Carlos, tuvo el honor de ser el tema que cerró el concierto. Se aprovechó de forma clara para echar el resto y terminar con una explosión de energía e intensidad que dejó a la gente con ganas de mucho más. Se pidió de forma insistente otra canción y debido a ese empeño que noté, hasta llegué a dudar unos segundos si caería una propina extra más, aunque el show ya se notaba que había llegado a su lógico final. Habían transcurrido 2 horas y de lo bien que lo pasamos, nos pareció un concierto de una hora y cuarto como mucho. ¡Qué rápido pasa el tiempo cuando estás disfrutando!

En el apartado de las baladas más sentidas que aparecieron en la noche del pasado sábado, hay que citar las 2 que abrieron la parte acústica en la que Carlos se sienta en su banqueta, guitarra acústica en mano y solo ante el peligro y armónica al cuello, se dispone a susurrar esas palabras de amor que con tanta emoción escribe. Esto queda más que evidente con la elección de esta noche: “El esclavo de tu amor” y “Esta noche tengo más de lo normal”. Canciones brutalmente emotivas y que se vuelven más intensas aún por cómo las canta Carlos, acompañado del melancólico sonido de su armónica.

Tras terminar con los últimos acordes de “Esta noche tengo más de lo normal”, Goñi dio entrada de nuevo al resto de la banda, para los que tuvo un bonito detalle de reconocimiento al dedicarles a ellos el concierto y afirmar ante los que allí estábamos, que de todas las formaciones con las que había tocado en sus 20 años de carrera, era sin duda la mejor de todas. Parece ser que lo decía de forma sincera y le creo. Se me olvidaba, “Hay besos” de “21 gramos” también fue elegida para formar parte del track list y apareció en este núcleo de 4 canciones, que como ya cité antes, se completó con la sobrecogedora “Faro de Lisboa”, a cuya interpretación pertenece la instantánea de abajo.

Bueno, creo que en esta ocasión he comentado todas las canciones que salieron menos “El roce de tu piel” que estuvo situada en medio del ajetreo del núcleo principal del concierto. Para quien le interese, aquí dejo a continuación el track list en el orden que fueron apareciendo las canciones: “Duro de llevar”, “Sara”, “Clarisa”, “21 gramos”, “Tu noche y la mía”, “Odio”, “El Roce de tu piel”, “San Pedro”, “El Dorado”; Parte acústica: “El esclavo de tu amor”, “Esta noche tengo más de lo normal”, “Hay Besos”, “Faro de Lisboa”; Bises: “Tiempo pequeño”, “No va más”. Total, 2 horas de concierto ni más ni menos, de una calidad a prueba de bombas.

Digamos que en apartado de los “debe” o de lo mejorable, hay que destacar que a pesar de la calidad indiscutible del set list escogido, hubo muy poco lugar a sorpresas. En otras ocasiones, Carlos metía algún tema que te dejaba completamente fuera de juego. Recuerdo que fue muy grato escuchar “Esperando mi tren” en aquel 2º concierto que le vi a finales de junio de 2005, en mitad de una calle del barrio de Ascao. También fue curioso escuchar en Coslada al año siguiente “Mi rendición”. Aquí no hubo lugar a las rarezas excesivas. Pero bueno, quizás esto sea quejarse de vicio o simplemente sacar alguna pega; en el fondo lo hago por si el bueno de Carlos algún día da con el blog de un servidor, para que no se lo crea tanto y siga currándoselo.

Sobre la 1.30h de la madrugada llegó el final y tras reponer el depósito de agua de mi cuerpo (no imagináis la envidia que me da Carlos en sus conciertos cuando bebe agua y nos dice “brindo por vosotros con agua, nada más y nada menos”, y me doy cuenta de que otra vez se me ha olvidado llevarme una botellita fresquita), nos dirigimos hacia mi humilde coche para retornar a casa y salir lo antes posible de un pueblo tan caótico, circulatoriamente hablando, como es Móstoles (no me extraña que se examine ahí para el carnet de conducir). Mención especial desde aquí al sr. Pere Navarro y la excelente señalización del desvío que existe al dejar la A-5 y coger la M-40, que te dice que al aeropuerto y A-2 se va mejor dando la vuelta al círculo por Boadilla… Sí, seguro.

Tras dejar a mis acompañantes en casa camino de la mía, me acosté a las 3.30h tras no haber dado excesivas vueltas para encontrar sitio en mi barrio, que actualmente se encuentra en estado de sitio, debido a las obras de unos nuevos aparcamientos, de los que al menos sacaré mi deseada plaza en propiedad de aparcamiento cuando terminen; ni se imaginan la calidad de vida que ganaré.

El concierto, en resumidas cuentas, fue muy bueno. La respuesta por parte del público mostoleño y madrileño en general, fue excelente, y junto al concierto que dieron en Torrejón de Ardoz en junio de 2005, es el más multitudinario de los que he asistido de Revólver. Mirando atrás te quedabas asustado de la cantidad de gente que se dio cita en el parque de marrás. Fue un placer comprobar que Carlos Goñi se encuentra en un perfecto estado de forma y que sigue siendo capaz de dar conciertos estupendos. Responderé a sus plegarias o sus buenas intenciones, que siempre suele soltar al inicio de los conciertos, para simplemente decir: Sí Carlos, ha merecido la pena pasar nuevamente un rato contigo. Sigue así.