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martes, 6 de agosto de 2019

Concierto Russian Red. Madrid (31-07-2019)

Da rabia que justo el último día laboral antes de las vacaciones te levantes con dolor de cabeza y luego al salir de trabajar (y también durante la jornada de trabajo) te des cuenta que has de tener fiebre. Con eso y con todo, nos animamos a una nueva sesión de escucha de concierto. Y es que tenía muchas ganas de, al menos, oír a Lourdes Hernández, Russian Red, en directo. La cual, por cierto, llevaba un cierto tiempo sin ofrecer conciertos, más allá de alguno perdido por geografías lejanas.

Con muy mal cuerpo salimos para la Complutense y llegamos a nuestro “palco”. En esta ocasión se congregaron en los momentos más álgidos unas 7 personas con nosotros, lejos de la afluencia que consiguió Roger Hogdson una semana antes, rondando los 30 curiosos oyentes. Cuando llegamos eran las 22.10h aprox. y sonaban aún Rufus T. Firefly. Nos sorprendieron en su tramo final de concierto con una buena versión de “Ava adore” de Smashing Pumpkins y un dueto (no entendí muy bien con quién) de “Copenhague” de Vetusta Morla (no me parecía el propio Pucho, pero, ¿quién sabe?; en esta ocasión el viento derivado de cierto ambiente de tormenta veraniega no nos permitía un sonido tan nítido como en otras ocasiones). También hubo espacio para que les escucháramos tocar más temas, gustándome mucho una canción muy electrónica con voz femenina invitada, la cual no identifiqué (ni la canción ni la artista invitada -según he leído por ahí se ve que era Anni B Sweet, curiosa invitada a su vez del artista invitado en la noche de Russian Red en Madrid-).

Se gustaron los Rufus T. Firefly, por cierto, grupo que agrada mucho a nuestro colaborador radiofónico Óscar Cañas, y terminaron a la hora que estaba fijada que comenzara el show de Russian Red; a mi mujer le tocó las narices sobremanera que la actuación de Russian Red, derivado de esto, se retrasara casi 3 cuartos de hora; yo le hice entender que la pobre Lourdes poco tendría que haber visto en esta demora.
Se hizo por tanto esperar lo que esperábamos. Con una intro instrumental empezó el show y acto seguido Russian Red arriesgó con “Neruda”, uno de los temás más íntimos del fabuloso lp que es “Agent Cooper”. En su día este disco no recibió muy buenas críticas, pero en “DMR” somos defensores del mismo a muerte; además, ya a título personal, este disco fue banda sonora de mi verano de 2017, lo cual fue preludio de una etapa oscura y de entrega en mi vida, que ha terminado recientemente, con lo que de alguna manera esta audición de concierto me suponía una especie de cierre del círculo.

El riesgo que mencionaba vino de la mano de que se notaba que Lourdes no tenía aún caliente la voz; “Neruda” tiene unos sostenidos vocales con ciertas curvas que te pueden llevar a una salida de calzada en forma de desafinados. Quizás sería lo que hemos apuntado que el sonido no nos llegaba muy nítido; de hecho, las veces que Lourdes interactuó con el público no nos enterábamos muy bien de lo que decía.

Me gustó mucho que en el primer sector del concierto Lourdes abordara un sector muy potente con otros 2 temas potentes de su 3er. disco. Apareció la brutal “John Michael” y casi seguida la sublime “Casper”. Fueron 2 momentos que marcarán para mí esta peculiar experiencia conciertera. “Casper” se movió entre el frenesí y el aceleramiento de las estrofas y el hedonismo y el toque onírico de su estribillo. Y en “John Michael”, los repetidos “stupid” de su estribillo que califican al protagonista de la letra, sonaron a la perfección. Para entonces, gracias al ánimo del concierto, se me había pasado gran parte de la pesadumbre febril que tenía encima.

En el tramo final, antes del sorprendente bis, Lourdes terminó de ofrecernos varios de sus temas más celebrados. Comenzó la mecha la luminosa y veraniega “The sun, the trees”, con sus tarareos naif, que sin embargo no arrancaron en el inicio con la misma, sino en el primero de sus interludios. También estuvo “Michael P” para completar los grandes temas de “Agent Cooper” (pista que ya había sonado, curiosamente, en el concierto de Zahara de un mes antes en formato dueto con la protagonista de aquella noche del 29 de junio y la propia Lourdes como artista invitada) y la versión más desnuda posible de “Cigarettes”, justo antes de irse para retornar con los bises. Creo que por este sector final también fue cuando sonó “I hate you, but I love you”, deliciosa e íntima.

El bis me sorprendió al animarse Lourdes con 2 temas en español (que no identifiqué bien si son covers de su último disco de versiones). Quizás yo hubiera optado por guardarme uno de los ases de composición propia que había empleado antes en el concierto, pero bueno, decidió acabar de esta forma más íntima y menos bullanguera. Por cierto, que se me pasaba: en el apartado de covers también estuvo en el tramo inicial la versión del “I want to break free” de Queen, single de curioso videoclip del último disco de Russian Red.

Para mi gusto, el concierto fue de nota altísima. Lourdes estuvo muy bien en las voces (salvo quizás en la primera canción, si bien repito que no sé si son impresiones mías erróneas desde fuera). La selección de canciones fue muy acertada, casi de manual (quizás me hubiera gustado algún “William” o “Anthony” , pero eso ya es pasarse de raro), ya que no faltaron sus temas más celebrados; no hemos citado todos los que se tocaron, ni mucho menos, pero por ejemplo que nadie se vaya de aquí pensando que no sonó “Fuerteventura”.
Lo único que hubiera cambiado es el orden para ofrecer un bis que hubiera permitido a la gente irse de más subidón a casa. Por cierto, las ovaciones del público desde fuera se apreciaban mucho menos entusiastas que otros días, tanto con Russian Red como con Rufus T. Firefly (¿cosas del viento oscilante que se llevaba el clamor a otros rincones del campus universitario?). Broche de oro este a las “Noches Del Botánico”, un certamen que ha ofrecido un gran cartel nuevamente y del que hemos vivido su potencial desde dentro en 2 ocasiones (Hall & Oates y Keane) y en 3 desde fuera (Madness, Roger Hogdson y Russian Red). El próximo año supongo que tendremos que buscar nuevamente equilibrio entre compra de entradas y sesiones de audición.
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