Con el recién publicado post del artículo del concierto de Billy Idol, que de no ser por fallos técnicos debería haber estado publicado
este pasado martes o miércoles, nos despedimos de ustedes hasta septiembre.
Mañana comienzan mis vacaciones en el trabajo con el que me gano la vida, y
aprovecho este último día hábil para dejar este post de aviso del necesario
descanso que tomo a todos mis niveles personales, profesionales o medio
profesionales.
Con esto, no esperen post mañana de revisión de disco, ya
que esto está finiquitado hasta estimo el día 8 de septiembre, en el que
regresaremos con un nuevo artículo en el que revisaremos de cabo a rabo un
disco, que al fin y al cabo es la función principal que realizamos desde que
esta bitácora existe. En las redes sociales sí que comentaremos algo de cuando en cuando y esperen igualmente en los próximos días un post de colaboración en el blog “¿Canciones o lecciones?” donde, como saben, colaboramos ocasionalmente.
La foto que encabeza el post es de mis vacaciones de 2008
en Fuerteventura; ¿a que es bonita? Recuerdo escuchar mucho la discografía de Nik Kershaw en aquellos días a través de mi móvil y su altavoz en el interior del precario Citroën Saxo que alquilamos; buen recuerdo. Pues eso, que nos vemos en septiembre y en
el programa de radio en octubre, como ya dije hace unos días atrás. A descansar
tocan.
Recuerdo la primera vez que escuché “Rebel yell” en directo
en la sala La Riviera.
Fue en otoño de 2001, en un concierto en el que los Sôber
eran los teloneros, y unos desconocidos parciales aún para el gran público.
Pero no fue en aquella ocasión Billy Idol el encargado de interpretar ese
clásico de su repertorio, sino que los encargados de ello fueron los HIM de
Ville Valo, con esa dignísima versión que tanto tocaban a comienzos de milenio
en sus directos; no me imaginaba que más de una década después, repetiría la
experiencia de escuchar ese trallazo en el mismo lugar, pero en esta ocasión ya
sí de la mano de su autor original, el leyenda y mito Billy Idol.
Según se comenta por ahí (yo realmente no lo sé), este punk
rocker británico no había pasado todavía en su dilatada trayectoria por Madrid;
no sé si en los años 80 el caso de Idol era uno de esos que no encontraba un
aforo a su medida en la capital (quizás le venía demasiado grande un Palacio de
los Deportes o una plaza de toros de Las Ventas y demasiado pequeña la Rockola y otras salas).
Por tanto, Billy se propuso 3 décadas después de iniciar su trayectoria más
allá de Generation X, saldar la deuda pendiente enorme que tenía con la capital
española.
Quizás el asunto del precio iba ligeramente subido (37,90
eur. el precio final con las consecuentes comisiones ya cargadas), pero lo que
se podía intuir un llenazo y un agotamiento de los tickets con semanas de
antelación, se vino abajo debido a una promoción casi nula (de hecho yo me
enteré por casualidad, ya que no he visto ni un solo cartel del concierto y ni
siquiera aparecía en el listado de actuaciones de las taquillas de entradas del
tablón de Fnac Callao; así mal iba a ir la cosa). Todo esto se vio más
claramente cuando una web de estas de ofertas de última hora, sacó una durante
el fin de semana anterior en el que podías sacar la entrada con un 40% de
descuento sobre el precio inicial citado entre paréntesis líneas arriba… Por
ejemplo, con ello y debido a que tenía un bono de haber hecho otras compras en
esa web, mi novia consiguió la entrada por 11 euros (toma jeroma). Pero bueno,
esto es una disertación y discurso algo estúpidos; lo menciono porque me gusta
comentar todo y cuando pasa el tiempo y releo mis crónicas (lo cual les
confieso que hago) recuerdo la experiencia mejor. Pero, vamos, que yo estoy
encantado de haber pagado esa cantidad por Idol, y, visto lo que vi y vivido lo
que viví, volvería a pagarlos. Un primer plano de Billy abajo.
Llegamos a la sala poco después de las 20h y por primera vez
me pasé por las taquillas de La
Riviera antes del concierto, ya que la entrada a precio amigo
teníamos que recogerla ahí. Se respiraba en los aledaños claro regusto rockero
añejo entre la gente que pululaba en los exteriores. Entramos a continuación y
ya había mucha gente congregada en las primeras filas, pero conseguimos
situarnos donde me gusta estar, es decir 6ª fila hacia la izquierda del
escenario según miras. Pudimos hablar con algún asistente que iba solo por su
cuenta, tras establecer contacto con él al intercambiar opiniones en el control
de entrada sobre el hecho de no poder pasar botellas de agua al interior. Sobre
las 21.10h y con una música de ambiente que experimentó una subida del volumen
en bases rítmicas, fueron saliendo a escena los músicos, llegando en penúltimo
lugar el escudero de Idol, el mítico guitarrista Steve Stevens y luego el
propio Idol, para que el público enardeciera totalmente.
Apostaba yo por “Come on, come on” de su primer disco en
solitario o “World’s forgotten boy” de “Whiplash Smile” como apertura del
concierto, pero fue “Ready steady go” del primer disco de Generation X la
canción que Idol eligió para que siguiera el éxtasis que su mera aparición en
el escenario provocó en los que allí acudimos. Lo que no nos imaginábamos es
que justo a continuación sonara “Dancing with myself”. Este gran clásico de su
discografía, bisagra entre su etapa con Generation X y su carrera en solitario,
el cual es un claro as para el final de uno de sus conciertos, no se lo quiso
reservar para el final. Abajo un tandem sólido del rock, Billy Idol y Steve Stevens a la guitarra.
Yo lo estaba grabando en formato video al 100% con mi
cámara, para tener un buen recuerdo en mi pc y de paso ponérselo aquí, pero una
tía que se puso delante nuestra, le dio un manotazo a la cámara abriéndose la
tapa de la tarjeta y batería, perdiéndose todo lo que se había grabado (pasó al
final de la canción). Eso es algo asumible en un concierto de rock, pero, en
este caso en particular, me jode sobremanera, ya que la tipa de marras se puso
delante nuestra habiendo llegado claramente más tarde, con la mala estrategia
de ir como oteando a ver si veía alguien que en realidad no existe y se apalancó
ahí delante nuestra, reduciendo además nuestra amplitud alrededor. Con esto, de
“Dancing with myself” no les puedo dejar video, pero sí que les intercalaré
algún otro que grabé (curiosamente todos del disco “Rebel Yell”). Vean en la siguiente imagen a Idol con la guitarra acústica.
Fue sorprendente y no me esperaba para nada “Dancing with
myself” en esos primeros compases. Más asumible era otra cosa que paso a
comentarles. Steve Stevens con un foco de luz iluminándole en exclusiva, se
avanzó al frente del escenario y soltó un par de arreones de guitarra que ya me
pusieron en sobreaviso de que en el 4º lugar del set list llegaba el turno de
uno de mis temas favoritos de Billy Idol. No me equivocaba, ya que tras ese
aviso de Stevens comenzaron a hacerse claros los sonidos de “Flesh for fantasy”,
canción que tenía más o menos claro que no podía faltar y que sonó a la
perfección. Los gritos de “Flesh” por
parte de la audiencia, hicieron temblar el techo de La Riviera. No decepcionó
para nada “Flesh for fantasy” en directo, al igual que tampoco lo hizo ninguno
de los pasajes de su discografía escogidos por Idol en la noche del pasado
jueves 19 de julio de 2012. Para que lo comprueben, malamente debido a la calidad de mi cámara, les dejo el video que grabé.
Aviso que a lo largo de la
crónica no voy a seguir un orden metódico y escrupulosamente cronológico, sino
que iré a mi manera comentándoles los momentos más relevantes o notorios. Por
ejemplo, pudo en parte dejar en fuera de juego a más de uno que “Hot in the city”,
con su cierto pachangueo, sonara y lógicamente (como yo pensaba que sucedería
en caso de que fuera elegida) Idol hiciera un juego de palabras con la letra de
la canción y el nombre de la ciudad donde estaba tocando con el inevitable “Hot in Madrid tonight”. Curioso ver a Idol con una camiseta suya enfundada en el tramo final del concierto; aprecienlo en la siguiente imagen.
Algo que me gustó mucho es que entre las canciones que Billy
Idol seleccionó para este concierto, no se dejó ni una de las que más me llegan
de él. Ya les he comentado que sonaron “Dancing with myself” y “Flesh for
fantasy” en los primeros compases, pero tampoco fallaron “Sweet sixteen” y “Eyes
without a face” en la parte media del concierto y en los bises o parte final “Rebel
yell”, “White wedding” o “Blue highway” (de la que en particular dudaba mucho
de su inclusión). En “Sweet 16”,
Idol se amarró la guitarra acústica y nos regaló esa interpretación tan íntima
y sentida que pudo sorprender a propios y a extraños en 1986 cuando vio la luz.
También me trastocó la quiniela del set list que “Eyes
without a face” sonara relativamente tan pronto; no la veía como para que
formara parte de un bis, ya que suponía que Idol quería terminar el concierto
con una traca final arrolladora de intensidad, como así fue, pero me la
imaginaba justo antes de los bises en el cierre de la parte troncal del show.
Sin embargo, y tras unos instantes en los que Billy se ausentó del escenario
para cambiarse creo que por primera vez la parte superior de su vestimenta,
saliendo a escena con una camisa blanca desabrochada, comenzaron a sonar esos
sintetizadores tan particulares y Billy comenzó a luchar contra la mesa de
mezclas para que se escuchara su voz, cosa que fue uno de los puntos flojos de
la noche, ya que en muchas ocasiones a Billy casi no se le escuchaba por estar
muy bajo el sonido de su micro en la mezcla. “Eyes without a face” sonó muy
relajada, mucho más de lo que suena en su versión original y Billy se daba
lentos paseos por el escenario mientras que nos regalaba el placer de poder
escuchar en directo uno de los mejores temas que estimo se editaron en la
primera mitad de los años 80.
Como les he mencionado ya, no las tenía todas conmigo en el
asunto de que “Blue highway” formara parte de la fiesta. Está claro que es un
tema épico, vibrante, acelerado y perfecto para un directo, pero quizás podría
ser la que más papeletas tuviera para quedarse fuera ante una parca selección
de temas de “Rebel Yell” que hubiera sido la formada por la canción título, “Eyes
without a face”, “Flesh for fantasy” y “Do not stand in the shadows”. Pero
cuando ya se alcanzaban la hora y 45 minutos de concierto, más o menos, empezó
a sonar este gran tema de “Rebel Yell”, justo cuando ya estaba empezando a dar
por perdida su escucha en esa noche de punk rock de excelente calidad. No
decepcionó lo más mínimo su toma en directo y los riffs de guitarra de Steve
Stevens hicieron las delicias de la sala con esta canción, mientras que Idol
parecía despedirse del público con los gestos que hacía. Por fortuna y por
lógica (ante lo que no había sonado aún), quedaba más. Vean a continuación el 2º video que les dejo de los que grabé en esta irrepetible noche que les estoy comentando.
Y es que a priori me había imaginado un concierto de hora y
media de duración, pero viendo que a la hora y 45 minutos no habían sonado aún “Rebel
yell”, “White wedding” y “Mony mony”, se podía intuir que la cosa superaría las
2 horas. Y así fue, 2 horas de concierto que dispuso esos 3 trallazos en el
tramo final. Si bien yo hubiera alterado su orden y no hubiera terminado con “Mony
mony”, sino con “Rebel yell”; de esa forma Idol hubiera conseguido cerrar el
show de forma arrolladora y muy emocionante. Lo primero fue “White wedding”,
que en sus primeros compases parecía que iba a ser tocada en formato acústico
con Steve Stevens e Idol en el escenario. En ese sector sonó realmente
interesante la toma, ya que con la única aportación instrumental de las cuerdas
de Steve, el asunto sonaba fenomenal. No obstante, el resto de la banda se sumó
a la mitad para ofrecernos “White wedding” con toda la carne en el asador.
Intuirán los que no acudieron que el “start
again” fue un grito unánime demoledor en La Riviera. Así fue,
realmente increíble. Luego se presentaría la si cabe más abrasiva “Rebel yell”.
Otro tanto de lo mismo pasó con el repetido “more” que incluye la letra en su estribillo. Hubiera sido el final
perfecto de concierto, pero Billy prefirió cerrar con “Mony mony”.
No obstante, dentro del concierto hubo lugar para que Idol
recuperara algunas canciones de Generation X y otros muchos pasajes de su
discografía posterior a 1986. Al final del concierto, a la salida de La Riviera nos encontramos ni
más ni menos que con Carlos Caballero y Álex Gómez, es decir, el grupo La Broma Negra, que con
buen criterio no quisieron perderse la cita. Estuvimos hablando más de una hora
del concierto, de música y de la situación actual del grupo en estos momentos y
fuimos acordando la realización de un programa con ellos en nuestra 4ª
temporada, e incluso no descarten que participen en algún coloquio como
contertulios. La próxima foto muestra a Idol al borde del escenario de cluquillas, agasajado por los brazos de sus fervientes seguidores de las primeras filas.
Entre esas cosas, la banda de Idol, incluido Steve Stevens
se metieron en los enormes autobuses de cristales tintados atravesando un
pasillo creado por los gorilas de seguridad que protegieron su integridad ante
los más o menos 60 o 70 espectadores que estaban aún en la salida de la sala. A
Idol no le pudimos ver, supongo que para suplir esa ausencia por su parte, de
ahí vino que lanzara en mitad del concierto platos de plástico firmados por él
al público (con la enorme suerte que uno le cayera a mi novia) e incluso repartiera set lists firmados por él, en un gesto que me
evocó claramente a Falco en el video de “Rock me Amadeus” cuando se pone a
repartir partituras; si han visto el video que les he insertado de “Blue highway” lo habrán podido comprobar. A continuación de ver cómo se marchaba en el autobús la
banda de Idol, nos despedimos y nos volvimos a casa.
Llegando al apartado de conclusiones, hay que puntuar o
valorar al concierto de Idol como más que satisfactorio. Es cierto que tanto a La Broma Negra, como a mi
novia, como a mí, nos pareció que el concierto se pasó algo de duración. Quizás
el hecho de distribuir de forma tan dispersa los hits, creó la sensación de que
antes de que llegáramos al tramo final, más o menos hasta que sonó “Blue
highway”, se afrontara una parte algo pesada. Aún así, el resultado es muy
bueno. Idol no se dejó nada, ya que quejarme de que “Come on, come on” o “World’s
forgotten boy” no sonaran, sería ser demasiado puntilloso. Para el que quiera echarle un ojo, les dejo a continuación una foto que saqué a un set list de esos que Billy Idol amablemente repartió entre la gente que estaba en las 2 primeras filas.
A Billy se le ve en
perfectísima forma. No está para nada fondón y a sus 57 años está estupendo. Su
cara tiene muchas marcas de expresión, algo normal en un punk rocker que tantas
muecas ha realizado a lo largo de su historia, y no faltó para nada ese gesto
del labio torcido en la parte superior hacia un lado, tan característico de su
imagen. En definitiva, y con su actual edad, pudimos ver clarísimamente al
Billy Idol que llamó la atención de Tino Casal a comienzos de los 80 cuando aún
formaba parte de los Generation X para que este asturiano le dedicara la
canción “Billy boy”.
Es preciso hablar de Steve Stevens, que siempre ha sido el
2º de a bordo de Idol. Dio una clase magistral de guitarra de rock, tocando en
distintas poses, con la guitarra en la nuca e incluso en el tramo final tocando
con la boca. Sin él, el sonido de Idol en directo está claro que no sería el
mismo. Steve, al margen de su gran trabajo como guitarrista, es un claro icono
del rock de los 80, con ese cardado inconfundible de su morena cabellera. El
caso es que el asunto del pelo se mantiene (no sé si será natural o postizo),
pero en el aspecto de su cara Steve cada vez se parece más a Ron Wood de los
Rolling Stones y se le nota más el paso del tiempo en su rostro, aunque no
tanto en su delgado y menudo cuerpo, ataviado para la ocasión con unos
pantalones a rallas negras y blancas. Stevens hizo gala de muchas guitarras
llamativas, quizás la que más esa cuyo mástil se iluminaba con luces azules.
Tocó inmejorablemente bien y fue en el plano instrumental el director de la
orquesta rockera para que todo sonara con la precisión, intensidad y
arrollamiento que tiene la música de Idol. El resto de músicos estuvieron muy
bien, sin querer robar el protagonismo a Idol y Stevens, los claros ídolos de
la noche; solamente el batería, llamativo por su torso completamente tatuado,
se anotó en los bises un solo de batería bastante bueno. ¡Cómo se ve disfrutar a Steve Stevens con su guitarra eléctrica en la siguiente fotografía! ¿Verdad?
Idol se despidió del público ya una vez terminada la música
de la última canción “Mony mony”, con sus músicos alineados con él al frente
del escenario y nombrándose en último lugar diciendo “…y en la guitarra Billy fucking Idol”. El público soltó su última
gran ovación y Billy se fue completamente emocionado de la respuesta que tuvo
su primer concierto en Madrid (quizás cayó en la cuenta de la de actuaciones
como ésta que podría haber dado en sus 30 años anteriores de carrera). Y es que
Idol se lo pasó en grande cuando el público coreaba el clásico “Oe, oe, oe, oe” y en el tramo final no
escatimó a la hora de ser amable al dirigirse a los que al final casi llenamos La Riviera (aunque no se
agotara el papel) y con Madrid y España en general.
Mereció la pena la espera eterna para poder ver a Billy Idol
por primera vez en Madrid, ya que a su edad su aspecto y actitud sobre el
escenario son aún dignísimos y sus canciones siguen funcionando perfectamente
en directo. El año pasado por estas fechas taché a otra artista individual paradigma del mundo
del pop y en especial de los 80 como fue Cyndi Lauper, y ahora tacho a Idol de
mi lista particular de “pendientes de ver en directo”; a bote pronto, me queda
por ver a U2, Ultravox (malditos, que ahora que tienen nuevo disco no han
incluido a España en su gira... Me temo que aparezcan por el Sónar de las
narices el próximo año), New Order y Morrissey (al que solamente escuché, pero
me atreví a ver). Había un disco de la historia de Billy Idol que se llamaba “Vital
Idol”; haciendo un juego de palabras, cierro la crónica de este concierto
vivido el pasado 19 de julio de 2012 en La Riviera diciendo sencillamente: Brutal Idol.
Estamos fuera este fin de semana, por lo que adelantamos unas horas el post semanal. Otros viejos amigos tanto de nuestro blog como de nuestro
programa de radio, Dr. Sapo, están de enhorabuena este 2012 por el mero hecho
de que se han podido permitir el lujazo (visto como está el patio) de sacar un
nuevo disco al mercado. Y en el caso de Dr. Sapo la cosa no ha sido fácil y
tenemos constancia de que el bueno de Miguel De Lucas, su líder visible, y
compañía han tenido que sudar lo suyo.
Y es que no hace realmente demasiado tiempo de su anterior
trabajo, el 3er. disco de estudio de la banda, “No Hay Fronteras”, que
alternaba el ritmo y toque canalla habitual del grupo, con otro sector más
sentido y emocional. Para esta ocasión De Lucas ha dispuesto más caña y dejar
de lado la vertiente más sentimental que la banda ofrecía a ratos en su
anterior álbum. Eso ya lo pudimos apreciar en primavera cuando vimos al grupotocar en la sala Costello, donde el repertorio dispuesto ofrecía pocas
consecuencias a la pausa.
En lo que a la formación del grupo, el único cambio notable
ha sido el que se ha producido por la salida de Fernando Vasco, que aún así
sigue participando en algunos conciertos, y la entrada en su lugar de Eduardo
Martínez. Siguen en la línea el batería David Rodríguez y el gran bajista Kike
Corman.
No se puede empezar más contundente gritando “¡A la mierda! ¡A la mierda ya!”. Una
pieza cañerita en sus formas y que en parte de su letra se refiere a una
relación que no va. Algo escatológica, pero sin duda llamativa y muy adecuada
para sentar las bases del sonido que Dr. Sapo mostrará en este nuevo trabajo.
Sigue la presencia de las guitarras eléctricas afiladas y afinadas en la 2ª
composición que se nos presenta “Soy rumbero”. Rock del bueno, o mejor dicho
“croac’n’roll” del bueno, que en definitiva es el estilo tan personal que Dr.
Sapo ofrece. Estas 2 piezas de inicio son paradigma de lo directo que resulta
“Balas De Plastilina” por lo general en su sonido, más allá también de lo
rápido que se pasa la escucha de sus 11 canciones. Destaca un buen solo de guitarra
al final de “Soy rumbero”, con el que se finaliza la composición en un fade
out. Llega el momento de levantar un poco el pié del acelerador, tras la contundencia
y caña de la pareja de apertura del disco. Más suave y oscilante suena “Desde
la estación”, en definitiva en unas formas más pop, pero sin llegar a alcanzar
los niveles más sentimentales que se podían encontrar en el anterior “No Hay
Fronteras”. Igualmente lenta y con sutiles arreglos de viento es “Lobo feroz”,
pero con un toque más canalla, que los que conocen a Miguel De Lucas y a su
grupo Dr. Sapo saben que es una marca de la casa notoria en muchas de sus
composiciones. Una vieja conocida del repertorio, pero que Dr. Sapo ha estimado
recuperar para este disco para reinterpretarla, es “Luna de menta”. Sin duda es
de las mejores piezas de las que Miguel De Lucas ha creado y un hit en
potencia. La canción que más fácilmente podría llegar al público generalista de
este grupo de Guadalajara. En esta nueva versión suena más directa, más acústica,
más desnuda y quizás más sentida. El estribillo es realmente bueno “nos hemos vuelto locos, la luna sabe a
menta. La noche me alimenta. Me voy, me voy y no me pidas que vuelva”.
Alguno podría acusar al grupo de falta de riesgo; yo por mi lado solamente diré
que es un placer volver a escuchar este tema y comprobar como lo ha revisado el
grupo. La 6ª composición del disco nos podría vagamente a la mezcla de reggae y
rock tan sublime que The Police profesaron a finales de los 70, sobre todo en
el insustituible “Reggatta De Blanc”. También es cierto que luego “Mortadela
pal que canta” se acelera notablemente en su estribillo, en el que Miguel
vuelve a hablarnos alto y claro en plata. Pues muy apropiada para estos días de
recortes (ajustes dicen algunos) y tal, ¿no?
También hay sitio dentro de “Balas
De Plastilina” para algunos otros revisados de temas anteriores, y ahora llega el
turno para otro gran momento de la discografía del grupo que es “Por ser el
primero”. Su mayor baza es las ganas y rabia que destila en su estribillo. Una
canción de sentimientos notable y en definitiva una buena nueva versión de la
misma para completar este nuevo disco. También nos encontramos con nuestro
viejo amigo Rogelio, ese caracol y su arduo tránsito hasta esa lechuga al otro
lado de la carretera. Un tema muy divertido y simpático, animado y movidito que
formó parte de “No Hay Fronteras” y que Miguel De Lucas ha tenido a bien
incluir también en este nuevo disco. Tampoco no es desconocido Pepito, ya que
“Hola Pepito” fue novedad en “Territorio Apache”. Es una composición más pop
con una buena coña que se anota Miguel al final con el “bla, bla, bla” que suelta por ahí. Saltarina, en lo que parece una
mezcla de soul y reggae se presenta “Taka taka”, que data de “Al Tran Tran”. La
canción que titula al disco sirve para darle cierre a este trabajo tan
particular de Dr. Sapo. En un formato acústico Miguel se sirve de leves cuerdas
de guitarra y algún silbido para dar lugar a la canción que menos tiene que ver
con el sonido global del disco. Es muy bonita, está muy bien para terminar con
este álbum.
Como habrán podido ver, este disco de Dr. Sapo alterna
nuevas canciones con tomas revisadas de viejas canciones del grupo, que en
muchos casos son de sus grandes clásicos, como es el caso de “Luna de menta”, y
en otros son quizás los momentos con los que el grupo mejor se lo pase en
directo interpretando, véase en ese apartado “Rogelio el caracol”. De esta
forma, “Balas De Plastilina”, que llama la atención por esa imagen tan
particular de Miguel De Lucas en su portada con tutú rosa y penacho indio en la
cabeza, tiene un cierto halo de recopilatorio, sin serlo realmente.
Esto demuestra que el grupo está en buena forma. Ha pasado
muy poco tiempo desde “No Hay Fronteras” y sacar otro trabajo en tan poco
tiempo, es buena señal. Además, como ya me contó Miguel, el grupo ha tenido la suerte
de hacerse con una ayuda ministerial en pro de la cultura, que le permitió
realizar una buena gira en la pasada primavera.
Dr. Sapo es un grupo amigo de nuestro blog y programa de
radio. En nuestra 4ª temporada esperemos que Miguel De Lucas pueda pasarse por
nuestros estudios y poder realizar un programa temático sobre este disco y
también para hablar de cómo le va la vida general a Dr. Sapo y en qué estado se
encuentra en estos momentos su particular charca, tal como hicimos ya hace un tiempo con “No Hay Fronteras”. Por nuestra parte no quedará.
De momento, métanse con este “Balas De Plastilina”. Es muy bueno por varios
motivos. Primero es muy útil para adentrarse en el universo de Dr. Sapo, ya que
permite conocer canciones anteriores del grupo y segundo porque su sonido es
paradigma del “croac’n’roll” que profesan estos chavalotes de Guadalajara.
Además, es divertido. ¿Qué más se puede pedir?
Pues sí, resulta que el pasado miércoles, con la redifusión
de lo que se salvó del Especial Vangelis sobre la banda sonora de “Blade Runner”,
programa que se emitió en directo el 9 de junio a las 16.00h en &radio, del
cual se perdió la 1ª hora por un supuesto fallo informático, terminamos la 3ª
temporada en las ondas. En parte fue un final que ni pude promocionar
formalmente, ya que hasta hoy mismo por la tarde podríamos haber llevado a cabo
una última entrevista, para lo que hubiera sido el final definitivo de la
presente temporada a emitir mañana tanto en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) como en &radio de Torrejón de Ardoz (confío en que no quede en el
olvido y se pueda realizar para la 4ª temporada).
Puedo confirmarles eso que he mencionando arriba entre
paréntesis: que de momento habrá 4ª temporada, pero no sé yo si llegaremos a
una 5ª... Durante varios momentos este año he barajado seriamente la opción de
cerrar el chiringuito radiofónico. Los motivos son varios: fallos en las
programaciones de las emisiones en ambas radios en las que emitimos (con la
consecuente mala imagen que doy yo, como las radios, al promocionar algo en las
redes sociales que luego no suena), desaires o ninguneos de ciertos artistas (ejemplo
sangrante el de uno, divo en clara decadencia, que nos dejó tirados cuando ya
estábamos en RUAH dispuestos a grabar y con el guión de la entrevista
totalmente preparado) y en definitiva que esto lleva mucho trabajo (más del que
imaginan) y aquí nadie cobra por ello, siendo una mera afición, con lo que las
decepciones son muy ingratas.
No obstante, el repunte de haber conseguido 3 muy buenas
entrevistas para la parte final de la temporada con Pastora, Love Of Lesbian y
Glutamato Ye-yé ha hecho que coja las fuerzas suficientes para aguantar una
temporada más de momento. La siguiente temporada, que comenzará en octubre,
tendrá la particularidad de que ya no habrá programas míos individuales, todo
serán coloquios y entrevistas (es curioso que involuntariamente el último de los programas que yo hacía en solitario fuera el que dediqué al disco de título premonitorio “Last Of The Independents” de Pretenders) y a partir de ahora
pasaremos a ser un programa quincenal (la semana que medie entre programa y
programa, podrán escuchar la repetición de la semana anterior).
En esta 3ª temporada quedo muy satisfecho de varios
programas coloquios realizados. Por cierto, arriba de este párrafo les he dejado una foto que nos hicimos el día del último programa sobre Vangelis; de izquierda a derecha José Antonio Sánchez, Óscar Cañas, Alfredo Morales, Víctor Prats, Mariano González y Luis Felipe Novalvos. Solamente faltaron ese día José Luis Ramos, Francisco José Bujalance y Juan Ceñal de los contertulios que han debutado; alguno queda para estrenarse en la 4ª temporada. A todos mis apreciados colaboradores, darles muy sinceramente las gracias por formar parte del proyecto y aportar su enorme calidad a este humilde programa.
No obstante, en lo que fue un mix de coloquios y entrevistas,
destacan el Especial Mecano sobre “Ya Viene El Sol”, donde el gran Miguel Ángel Arenas, alias “El Capi”, tomó parte importante del mismo y lo que yo vengo a
llamar sencillamente EL PROGRAMA (así, con mayúsculas). Porque éste último al
que me refiero y que fue el estreno por todo lo alto de nuestra 3ª temporada,
fue aquel homenaje sentido que hicimos a la memoria de Tino Casal cuando se
cumplían 20 años de su triste desaparición, donde tratamos principalmente de “Neocasal”
de 1981 y en el que tomaron parte gente tan importante y cercana a Tino como
José Carlos Rodríguez Silva, su productor y famoso periodista tanto musical
como deportivo Julián Ruiz y el músico y mano derecha de Tino desde Etiqueta
Negra Javier Losada. Para mi, fue importantísimo que Julián Ruiz haya formado
parte de mi programa, aunque fuera por unos pocos minutos, por el referente que
siempre ha sido para mi y la admiración que le tengo.
Bueno, pues nos vemos (escuchamos) en octubre. A todo aquel que haya escuchado al menos un único programa este año: gracias; de verdad. Les dejo a
continuación el listado de audios de los 30 programas que esta temporada hemos
realizado (algunos dobles como podrán recordar o ver) y el link a nuestro perfil de Ivoox por si quieren rescatar la escucha de algunos. Hasta que
regresemos, sean buenos y disfruten de la música.
Dmr 3-1: Tino Casal - “Neocasal” (1981) (Coloquio musical y
entrevistas a José Carlos Rodríguez Silva, Julián Ruiz y Javier Losada) (partes
1 y 2).
Dmr 3-2:
The Lightning Seeds - “Cloudcuckooland” (1989).
Dmr 3-3:
Cyndi Lauper - “She’s So Unusual” (1983).
Dmr 3-4:
10cc - “Deceptive Bends” (1977).
Dmr 3-5:
R.E.M. - “Automatic For The People” (1992).
Dmr 3-6: La Broma Negra
- “Joyas De Princesas Muertas” (2010) (Entrevista a Álex Gómez y Carlos
Caballero).
Dmr 3-7:
Supertramp - “Crime Of The Century” (1974) (Coloquio musical).
Dmr 3-8:
The Specials - “The Specials” (1979).
Dmr 3-9:
Level 42 - “Standing In The Light” (1983).
Dmr 3-10: Mecano - “Ya Viene El Sol” (1984) (Coloquio
musical y entrevista a Miguel Ángel Arenas, alias “El Capi”) (partes 1 y 2).
Desde que Phil Collins relevara a Peter Gabriel en la dirección vocal de Genesis, era cierto y constatable que a cada disco la banda
británica iba obteniendo un éxito mayor a nivel comercial. En los primeros días
de los 80 con “Duke” consiguieron llegar al nº 1 de álbumes más vendidos en el
Reino Unido y los siguientes “Abacab” y el disco homónimo de 1983 siguieron
apuntalando la aceptación masiva del resultante trío formado por Tony Banks en
los teclados, Mike Rutherford en las guitarras y Collins en la batería y voces.
Sin embargo, sería en 1986 cuando el grupo viviría su etapa
de más gloria y saturación de la mano del disco que hoy nos ocupa. ¿Qué parte
de culpa tuvo en el triunfo de “Invisible Touch” el hecho de que la carrera en
solitario de Phil Collins, iniciada en 1981, fuera una de las sensaciones del
momento a mediados de los 80 con discos como “No Jacket Required” o singles de
gran calado como “Against all odds” o “Easy lover”, a dúo con el Earth Wind
& Fire Phillip Bailey? Pues seguro que buena parte, pero en todo caso el
potencial de casi el 75% de las canciones que forman parte del trabajo de
Genesis que hoy revisamos, son acreedoras claras de los logros que obtuvieron
por sí solas, sin necesidad de coger el rebufo de los triunfos en solitario del
vocalista de la banda.
Pero, con todo, el asunto de la carrera en solitario de
Collins, y la buenísima aceptación y el incremento potencial que año a año
experimentaba, no es para nada irrelevante en el apartado de cómo influía ello
en Genesis. Tuvieron que pasar 3 años (muchos en la década de los 80) para que “Invisible
Touch” viera la luz tras Genesis; ya si luego reparamos en que más de un lustro
fue necesario para llegar a “We Can Dance”, la cuestión se hace más evidente si
cabe.
Sin duda considero una época muy interesante de la era
Collins esos días del “Three Sides Live” y el disco “Genesis”, puesto que el
grupo, aunque ya en territorio o sector muy popular del público, parecía haber
entrado en una ligera caída de popularidad, a pesar de temas tan buenos como “Mama”
o “That’s all”. Sin embargo, el retorno fue glorioso, aunque el paso del tiempo
no ha puesto de acuerdo a la crítica, tanto del momento como histórica, y a las
cifras de “Invisible Touch”. Luego hablaré de ello en las conclusiones, ahora
pasemos a analizar su contenido.
Quizás el momento de pop más claro es el que supone la
apertura del disco y que además es el que da el título al mismo. La propia “Invisible
touch” destaca mucho por los teclados tan accesibles y juguetones de Tony Banks
y lo claro y marcado que se te queda ese estribillo. El videoclip es una
pequeña broma con el grupo tonteando con sus instrumentos en lo que es la parte
que no se ve de un plató, con los rieles de un travelling y otros elementos que
hacen suyos para completar un clip que termina con el trío cantando la canción
en falsete y a capella, con un Phil Collins encantado con el resultado. El
momento más épico lo supone la nocturna (no solo por su evidente título) e
incluso algo siniestra en algunas de sus formas “Tonight, tonight, tonight”. El
ambiente que se recrea en el video a ratos me recuerda a “Blade Runner” y al
oscurantismo de la estética de esa gran película (una de mis favoritas por si
no lo saben). Estimo hay buenas partes en este tema en su letra como es “tengo algo de dinero en el bolsillo, que ya
me está quemando. No recuerdo donde lo conseguí, me lo voy a gastar contigo”.
En consecuencia fue otro single de los muchos que tuvo este álbum. Realmente
“Tonight, tonight, tonight” es un ejemplo de seguir la tradición de la
intensidad de “Mama” del anterior disco, y no podemos perder de vista que la
versión del lp incluye una sección instrumental experimental e inquietante
antes de afrontar su arreón final. La marca o la firma de Rutherford en la
composición se ve en las aguerridas notas de guitarra que jalonan la populista
(y no puede ser menos por el videoclip a modo de muñegotes que representaban a
los componentes de Genesis y otras celebridades internacionales que se realizó)
“Land of confusion”. Otro ejemplo de pop directo y con su toque cañero por la
importancia de las guitarras en la producción y en todo caso otro de los
momentos inolvidables del disco en formato single, que llegó muy bien a la
sociedad por lo comentado en las líneas anteriores entre paréntesis en lo
referido a su videoclip. Una buena crítica social a una sociedad todavía
convulsa en los días de la guerra fría; ahora sigue convulsa, pero por otros
motivos, que son económicos más que bélicos. Una gloria y un placer para los
oídos es la reflexiva balada “In too deep”. Ya en el sencillo videoclip, con el
grupo tocando en un plató de pasarelas y con Phil Collins paseando
sosegadamente mientras canta esta fabulosa composición, se aprecia
perfectamente el sentir que transmite. Es realmente sentida, bonita, delicada y
mucho mejor que algunos otros temas del estilo que Collins selló, sobre todo en
su carrera en solitario, donde a lo mejor el nivel de empalagamiento y el sopor
es mayor y se hace algo insoportable, cosa que en “In too deep” no sucede en
absoluto.
La locura y el desparrame se aprecia en la vertiginosa
“Anything she does”, cuya autoría corresponde a Tony Banks y no en vano se nota
mucho su sello en la misma. Saltarina, rítmica, con un trabalenguas prácticamente
en el estribillo para probar la soltura vocal de Collins en el micrófono, pero
en todo caso la hermana menor en el apartado de videoclips y singles, por mucho
que Benny Hill compartiera protagonismo con los Genesis en el video que
grabaron, encarnando a un caótico empleado de seguridad encargado de vigilar la
integridad del camerino de los Genesis en un concierto. Para no perder la vista
de lo que Genesis fueron en origen, es decir, una banda de rock progresivo, se
nos presenta una suite. No obviemos que esta fórmula solamente se olvidó en
unos pocos álbumes, ya que en “Duke” las 3 primeras canciones forman un solo en
realidad y en el anterior álbum del grupo “Genesis”, podemos ver el núcleo que
forman “Home by the sea” y “Second home by the sea”. Ahora es el turno de
“Domino” con sus 2 partes, la primera “In the glow of the night”, más mediana,
tranquila, oscilante debido a los teclados de Banks y la posterior “The last
domino”, que ofrece unos ratos de locura y aceleramiento muy llamativos. No está
nada mal y ofrece el punto exótico a un disco que como están pudiendo comprobar
y seguirán comprobando con la siguiente 7ª canción, está formado a base de
singles encadenados. Dentro de esta suite me encanta ese momento lejano y
delicado en la parte que Phil dice eso de “En
el silencio y en la oscuridad nos tenemos el uno al otro…”; no en vano es
la parte que sirve de puente entre las 2 secciones que conforman la composición
(eso sí, luego vuelve, pero con una base más nerviosa en mitad de “The last domino”).
Quizás mi composición favorita sea el tanto que se anota en la parte final del
lp Mike Rutherford, ya que él es el autor de “Throwing it all away”. Aquí el
video no ofrece el potencial que en su día ofrecía la canción para hacer un
buen trabajo audiovisual y el grupo simplemente quiso homenajear a la gente que
trabajaba en la gira del disco, con una introducción de Collins al respecto. El
tema habla claramente de la ruptura del amor y en lo que a la letra
estrictamente se refiere, es uno de los casos en los que les pondría aquí la
parte entera. Esa serie de reproches de Rutherford, a los que Collins pone voz
“Ahora, ¿quién encenderá tu oscuridad?
¿Quién te cogerá la mano? ¿Quién te buscará las respuestas cuando no
entiendas?” es brutal. En directo, Collins se divertía con el público
jugando a repetir esos coros tan característicos que incluye. Lo mejor es que
con un tono cálido y una melodía optimista, se plantea una historia realmente
jodida. Quizás sería el tema que todo aquel despechado/a por amor debería
ponerse cuando es abandonado, para no caer en la depresión y mirar el futuro
con optimismo. Creo que el blog “¿Canciones O Lecciones?” en el que colaboro
está muy parado últimamente y hace mucho que no escribo; le voy a dar un hueco
a este temazo en las próximas semanas en esa bitácora, decidido está. Me
encantan los acordes de la guitarra del comienzo y la perfecta línea de teclado
que acompaña a Collins en el estribillo que se nutre principalmente de repetir
el título de la canción, la cual es de una mesura y delicadeza exquisita. Lo
bueno si breve 2 veces bueno y así sucede en esta versión de estudio. En
directo, entre los juegos de Collins con la audiencia y que el tema no
terminaba lógicamente con un fade out, se alargaba mucho más y tampoco quedaba
mal ese final a modo de cierto derrumbamiento de Collins con ese “Yo no quiero marcharme” final de la
letra. Echen un ojo por ahí a ver si dan con el fragmento del concierto de
Wembley de 1986. Merece la pena. ¿Innecesaria y fuera de tono la final instrumental
“The brazilian”? Por sonido y sentido es la que menos tiene que ver con la
obra, ya que hasta “Domino”, a pesar de su longitud, cuadraba perfectamente.
Sin embargo, no sé muy bien a qué viene esta pieza tan rimbombante. No pega ni
con cola, pero en todo caso forma parte de “Invisible touch”. Supongo que el
resto de canciones eran tan difíciles de decidir cuál debería cerrar el disco
que el grupo quizás optó por este experimento para salirse por la tangente. No
sé, pero lo innegable es que aquí se termina “Invisible Touch”.
En 1986 Genesis facturó su disco para todos los públicos. Un
disco, de portada sencilla y colorida con ese fondo blanco sobre el que se
plasma la notoria mano protagonista de la portada, que cualquiera que lo
escuche, y sin saber nada de la trayectoria de Genesis, advierte que es un hit
en potencia y un álbum que tiene fácil llegada a las masas. Y así sucedió. El
hecho de que prácticamente de todas las canciones se grabara videoclip y la
desbordante gira mundial, con llenazos en mil y un estadios a lo largo del
globo terráqueo, ponen de manifiesto los brillantes logros de este álbum.
Un trabajo así supuso una enorme resaca para el grupo, lo
cual no sé si a la larga produjo la ruptura de la formación tras la
correspondiente promo del siguiente disco “We Can Dance”. Pasaron más de 5 años
para que Genesis volvieran a entregar al público nuevo material y en ese
periodo de tiempo Collins aprovechó para hacer más alargada la sombra de su
figura en el mainstream, con su 4º disco en solitario, el aclamado “… But
Seriously” y su correspondiente gira, igual de exitosa que la de Genesis con
“Invisible Touch”, del que se sacó de la manga el imprescindible ítem en
directo “Serious Hits Live”. Ya Collins incluso se metió de lleno en el mundo
de la interpretación y las bandas sonoras que él mismo hacía para sus
películas, veamos “Buster”, también arrasaban. No podemos olvidar la
repercusión que los Mike And The Mechanics de Rutherford también tuvieron.
En el plano personal, es curioso que en verano de 2001 tuve
la opción de comprarlo a precio ridículo en la serie media del Alcampo del
Parque Corredor de Torrejón de Ardoz (junto a otros ítems de Virgin como el
“New Gold Dream (81/82/83/84)” de Simple Minds), y luego tuve que estar mucho
tiempo penando hasta que me hice con él a un precio superior; por cosas como
ésta, no desperdicio ya las ocasiones y me tiro de lleno a las ofertas según
las veo por lo que luego pueda pasar.
Volviendo al apartado de la repercusión y la idiosincrasia
de la obra que hoy nos ocupa, cosa que advertí al comienzo del artículo que
quería tratar, lo que pasa es que normalmente este disco está muy machacado por
la crítica especializada y más elitista. Está considerado, erróneamente estimo,
como un disco vulgar y chabacano por el mero hecho de la cercanía o
accesibilidad que ofrece a cualquiera que se meta con él, ya que por otros
motivos no se le puede tildar de esa forma, ya que el trabajo es excelente y
muy bien cuidado en sus formas. Que fuera el disco más exitoso de Genesis no
cuadra con el distintivo de disco más valorado de la era Collins, ni de su
trayectoria en general. Cosas que pasan. En todo caso es un disco muy bueno
para estas fechas y que, dejando de lado el tema recurrente de valorar a un
álbum mal por su nivel de comercialidad o de pegada, estoy seguro que ustedes,
seres inteligentes, sabrán aprovechar.
¡Ah! Y de la temporada de radio, es posible que este miércoles pasado hayamos terminado con la misma con la redifusión de lo que se salvó del Especial Vangelis que hicimos el 9 de junio en directo en &radio. En teoría íbamos a terminar este próximo miércoles con un programa-entrevista, el cual a día de hoy aún no hemos grabado y tiene malos vistos para que entre en esta nueva temporada. Permanezcan atentos al blog, ya que el martes habrá post anunciando el programa final de la temporada (si es que grabamos ese ítem pendiente) o post de balance de lo que ha sido esta 3ª temporada.
Ya desde hace un tiempo, Alex Gómez y Carlos Caballero,
formación actual de La
Broma Negra, decidieron fusionar las composiciones líricas de
Carlos con melodías y bases electrónicas, pero siempre acompañadas por las
líneas de guitarras eléctricas de Alex. “Joyas De Princesas Muertas” además de
mostrar nuevos temas, suponía recuperar temas anteriores y adaptarlos a los
nuevos tiempos.
En este 2012 el grupo ha editado su nuevo trabajo “Desilusiones
De Grandeza”, en el que las intenciones artísticas y compositivas del grupo
prosiguen en la misma línea de creación y estilo, propiciando que el grupo cada
vez se vaya posicionando mejor en el sector electrónico y oscuro de la música
de nuestro país.
“Señor danos la victoria” destaca por su estribillo que
remarca de forma tan clara eso de no tener miedo a morir. Sobre una base
rítmica levemente marcial, se dibuja este tema que introduce honestamente a la
obra, siguiendo con la tradición compositiva de los últimos tiempos de La Broma Negra. Del cierto tono
amargo, aunque cargado de la épica citada que tenía el primer corte de
“Desilusiones De Grandeza”, pasamos a un capítulo de textura más pop y más
amable que es “Hay más de una manera de provocar un incendio”. Y es que la
proclama que Carlos afronta al micrófono de “cantar sin miedo”, se rodea de unas notas sintéticas claramente más
desenfadadas y animosas. Sorprenden las formas fastuosas que muestra en sus
primeros segundos “Su decisión mi capitán”. No creo que sea irrelevante que se
mencione en la letra el título literal del anterior disco del grupo. Bajo una
línea vibrante rítmica, resulta interesante el contraste que muestra entre sus
partes el 3er. capítulo de la obra que hoy nos ocupa, ofreciéndonos pasajes más
oscuros y otros instantes más álgidos que se resisten a dejar el sentir de la
canción que la precede. En las estrofas finales de esta canción son muy
notables ciertos registros altos que alcanza Carlos Caballero frente al
micrófono. Se hace notar mucho el toque guitarrero de Álex Gómez en “Lágrimas
de Miguel de Molina”, que se superponen quizás a una de las programaciones más
bailables de este lp; por ejemplo, en torno a los 2 minutos y medio hay un
excelente solo de guitarra que se marca Álex del cual no pueden pasar de largo
sin reparar bien en él. El poso amargo se ve en la letra de Carlos, pero eso no
va reñido con el hecho de que quizás sea una de las canciones que de primeras
oídas les entre mejor. Solemne, muy solemne y muy sentida y dolida es “¿Quién
era yo cuando era niño?”, sobre todo en su intro. Luego las melodías sintéticas
cogen el vértigo rítmico para acompañar a la voz de Carlos en uno de los
momentos que en conjunto de sonido y letra pueden llegar más fácilmente a tocar
la fibra sensible del que escucha. Si quieren que les busque un paralelismo
fácil con el repertorio del grupo, podríamos decir que sería algo como una
prima hermana esta composición de “Nieto de maestro de escuela”, pero quizás
decir eso sería demasiado fácil. Es ligera y emotiva, y en su tramo final hay
otro momento perfecto de idilio entre los acordes eléctricos de Álex a su
guitarra y la melodía de teclados principal. Las notas más clásicas de piano
que pueblan “El lento y medido caminar del vigilante” son su característica
principal. Estamos ante una pista no demasiado inmediata, que alterna momentos
lentos con algunos auténticos arreones de intensidad, que a su vez nos permite
alcanzar el ecuador del disco.
Se retorna al mayor ritmo con “Protege tus secretos” y en
ésta se ve el carácter oscuro del grupo. Esta canción podría ser un buen
ejemplo del sonido medio que La Broma Negra
profesa en esta etapa actual de su trayectoria. Les confieso que de las veces
que he escuchado este tema en directo, ha resultado la parte de la letra que
más me ha impactado del disco, esa en la que Carlos dice aquello de “has plantado un rosal, cada espina es un
puñal rodeando tu cama”; también en favor del cantante de La Broma Negra, hay que decir que
el ímpetu y rabia con la que afronta esa frase en directo, ayuda mucho a
ponerla en su merecido relieve. “El caballero de la mano en el pecho”, con
menos recargo sonoro, presenta una letra que por momentos puede resultar
bastante intensa y figuradamente explícita. Ofrece un sonido distinto
“Rinconete y Cortadillo”, que en algunos momentos a pasajes o melodías me evoca
al “Construction Time Again” de Depeche Mode. Resulta exótica, ofreciendo una
pausa de silencio a su mitad, pero quizás es la que menos tiene que ver con el
sentido del “Desilusiones De Grandeza”; una frivolidad en gran parte de su
duración (menos en su tramo final, donde el corte abraza formas más familiares
al grupo), que se permite La Broma Negra
en este tramo final. Ya les he hablado mucho en las crónicas de los conciertos
que hemos vivido de La Broma Negra
de este año que “Una mujer enamorada es otra forma de terrorismo” es claramente
uno de los momentos memorables del último trabajo del grupo. Un tema menos
oscuro, más pop y que, como verán, ya llama la atención desde su título. Las
melodías electrónicas son claramente amables y luminosas y lo que Carlos
plantea en la letra y en el título, pues es un debate que queda ahí sobre la
mesa para que tengan largas y sesudas tertulias (les recomiendo que se anden
con cuidado). “Los muertos” suena menos contundente en estudio, ya que en los
directos realmente impacta. Se me hace más pop en estudio y quizás sea el único
capítulo del disco en el que vuelvo a recordar esas semejanzas que vi en su
primer momento entre Wolfsheim y La Broma
Negra; no obstante, en este disco éste es el único momento en
el que veo eso, con lo que el cariz de “Desilusiones De Grandeza”, aunque
partiendo de la base y los caminos de “Joyas De Princesas Muertas”, no es el
mismo. Ahí queda en el final del disco y de esta canción ese monólogo o
proclama que no sé exactamente de dónde habrá sido cogido, pero que en parte me
recuerda al que Rutger Hauer suelta al final de “Blade Runner”. Todavía ando
intentando saber de dónde es. ¿Alguien ayuda? Si es así, que lo demuestre en
los comentarios.
Hay que reconocer que este “Desilusiones De Grandeza” ya es
interesante incluso desde la portada, con esa imagen antigua en tonos
amarillentos de una escena muy futbolera. El formato en el que se ha editado
regularmente (vinilo y cd) también viene a demostrar una elegancia y es
sinónimo de ser un trabajo que ha sido muy cuidado. No podemos dejar de lado
que La Broma Negra
saben cuidar muy bien su imagen y puesta en escena, no solo por su presentación
en directo, sino que es una labor que se aprecia claramente en las portadas de
sus trabajos y en los carteles que promocionan sus actuaciones, siempre
llamativos.
En su conjunto es algo menos directo o inmediato que muchas
de las piezas que formaban parte del anterior “Joyas De Princesas Muertas”; es
decir, precisa de más escuchas para cogérsele el punto, pero es que también el
anterior trabajo del grupo en parte era como una recopilación de readaptaciones
de temas anteriores. Quizás no sea un disco muy para el verano y no sea
demasiado adecuada la publicación de mi post para estas fechas, pero antes de
que nos tomemos vacaciones de verano en el blog he estimado hablarles del mismo
y les adelanto que intentaremos realizar un programa sobre “Desilusiones De
Grandeza” en la 4ª temporada de nuestro programa de radio en compañía de Carlos
Caballero y Alex Gómez, tal como ya hicimos a inicios de esta 3ª temporada con “Joyas De Princesas Muertas”.
No obstante, para eso todavía quedan unos meses y además
hemos de encontrar el hueco para realizar la grabación del programa, lo cual no
se crean que será fácil teniendo en cuenta la vida profesional del grupo y la
saturación de la utilización de los platós principales de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (aún así, supongo que habrá tiempo de octubre de 2012 a junio de 2013 para
localizar un hueco). De momento métanse de nuevo en el universo de La Broma Negra y déjense
seducir por las elaboradas letras y las melodías eléctricas y electrónicas de
tintes oscuros de las canciones de su nuevo trabajo “Desilusiones De Grandeza”.
Es muy buen disco.
De nuestro programa de radio informarles que este miércoles
será el penúltimo o último programa de la temporada, en el que podrán escuchar
la hora final del Especial Vangelis sobre la banda sonora de “Blade Runner”
(recuerden, si siguen nuestros perfiles y páginas en las redes sociales, que la
1ª hora se perdió por un fallo del programa de grabación del directo). Lo de
que sea el último o penúltimo estriba en que pueda cerrar la entrevista final
que tengo pensada con otro artista, lo cual no sé si se llevará a cabo. De
momento este miércoles a las 23.00h en RUAH y una hora más tarde en &radio
no se pierdan lo que se salvó de la quema del Especial Vangelis.
Nuestros invitados son las 2 cabezas visibles de Glutamato
Ye-yé, su vocalista Iñaki Fernández y su guitarrista de toda la vida Patacho
Recio. Vía telefónica, dividimos el programa en 2 partes, compartiendo la 1ª
mitad con Patacho para dejarle a Iñaki el tramo final del programa, el cual
está dedicado principalmente al análisis de su primer trabajo discográfico, el ep
“Corazón Loco”, pero en el que igualmente hablamos de toda la trayectoria en
general de Glutamato Ye-yé.
El grupo está de actualidad, ya que hace poco tiempo han
sacado al mercado “¡Vaya Cristo!”, un triple recopilatorio en directo que
abarca la dilatada trayectoria de esta formación, y por supuesto también
tuvimos espacio para hablar de ello, de los conciertos de presentación (que
están parados debido a una lesión en la mano de Patacho) y comentar varias
anécdotas interesantes y divertidas de esta banda que estuvo a la cabeza de las
Hornadas Irritantes de la Movida Madrileña. En este último apartado de las anécdotas, es importante también mencionar que nuestro tertuliano habitual Alfredo Morales tomó parte del programa puntualmente para hacer una pregunta a Iñaki Fernández sobre un hecho que le ocurrió con unos norteafricanos.
No se olviden este próximo miércoles de sintonizar nuestro
programa, ya que les puedo asegurar que quedarán muy entretenidos con este
programa que les tenemos preparado. Con todo, aún nos quedará un programa
entrevista a realizar, con el que tenemos previsto terminar la temporada el 18
de julio (ya les comentaremos llegado su tiempo y realizado el mismo). Por
último, agradecer tanto a Patacho como a Iñaki su disposición y simpatía a la
hora de confeccionar este programa que podrán escuchar en unos pocos días.