Retornamos a las ondas, por 6 año consecutivo, de la mano de
una banda prometedora a la par que muy destacable en sus primeros movimientos
discográficos. Los islandeses Of Monsters And Men fueron los protagonistas de
nuestra vuelta tras el descanso veraniego a la sintonía de Radio Universitariade Alcalá de Henares (RUAH).
El programa lo llevamos a cabo en riguroso directo el pasado
11 de octubre de 2014 a
las 16.00h en la citada emisora; hubo redifusiones el sábado 18 de octubre a la
misma hora y los miércoles 15 y 22 de octubre de 2014 a las 23.00h en la
sintonía de RUAH. Una afonía notable me afectó a mis tareas vocales y solamente
Mariano González, nuevamente por teléfono (como durante casi toda la temporada
nº 5) fue quien me ayudó a sacar el programa adelante; en su honor, el
cutremontaje de rigor, que seguirá este año sustituyendo a la foto normalizada
de los 2 en estudio mientras que Mariano siga sin poder desplazarse sin que
ello le suponga graves esfuerzos.
Estuvimos de acuerdo en casi todo, con poca posibilidad de
debate-confrontación, como por ejemplo en apostar por un buen futuro a esta
banda. Quizás nos equivoquemos, pero varias de las canciones de su “My Head Is
An Animal” pusieron en evidencia la gran calidad de dicho disco durante la hora
que tuvimos de programa.
Aquí les dejamos el link a Ivoox y el audio insertado para
que no pongan ninguna excusa a la hora de escuchar el audio si no lo hicieron
en directo o en sus 3 redifusiones posteriores: http://www.ivoox.com/dmr-6-1-audios-mp3_rf_3656022_1.html
Seguimos
cierta lógica, por lo de las similitudes que comentamos entre Arcade Fire y Of
Monsters And Men en nuestro estreno de la 6ª temporada de “DMR” en la radio, y ahora
nos metemos a analizar el 4º disco de estudio de la dominadora banda canadiense
comandada por el matrimonio Butler-Chassagne.
Arcade Fire han radicalizado, en parte, sus posturas electrónicas que nos mostraron en
algunos pasajes de su celebrado “The Suburbs” y en muchos capítulos de “Reflektor”,
incluido en el tema de adelanto que da el título a la obra, se puede apreciar
ese gusto por el rollo bailable y electrónico.
Cierto es que el disco de primeras puede desconcertar a muchos seguidores primigenios
del grupo que recuerdan con buenos oídos su debut “Funeral” en el que elementos
como acordeones y violines eran marca de la casa más que principal. Nosotros,
tras el correspondiente proceso de asimilación, hemos terminado por apreciarlo
y esperamos que con este programa convenzamos a los que aún estén con la mosca
detrás de la oreja al escuchar este disco.
La cita será este sábado a las 16.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares
(RUAH). Ya saben, primero nos escuchan y luego tienen tiempo de sobra para irse
a ver el fútbol tranquilamente. No nos fallen. Les esperamos.
Seguimos con Morrissey, tras haberles contado no hace mucho su peripecia en directo en Madrid en su actual gira. Hoy toca meternos de lleno en el fabuloso último disco que el artista de Manchester ha editado.
Normalmente cuando Morrissey vuelve tras un periodo superior a 5 años sin nuevo material, suele dar en el clavo. Lo podemos establecer como norma tras ver su retorno en 2004 con “You Are The Quarry” desde 1997 y confirmar ahora el hecho con “Word Peace Is None Of Your Business” desde el correcto “Years Of Refusal” de 2009. Nos sorprendió Mozz hace unos meses cuando se atisbaba la posibilidad de la edición de un nuevo disco tras estar mucho tiempo sin contrato discográfico ni nadie que le quisiera en la decadente industria de la música. Si a eso le sumamos sus problemas de salud de los últimos tiempos, la sorpresa era si cabe mayor.
El caso es que Mozz tenía cosas que contarnos (al igual que dijo al comienzo de su actuación en Madrid hace unos días atrás) y esta vez con bastante acierto. No es que “Ringleader Of The Tormentors” o “Years Of Refusal” fueran malos discos, pero el caso es que bajaron algo el nivel respecto al aclamado “You Are The Quarry”.
El caso es que considero, tras un generoso número de escuchas, que “World Peace Is None Of Your Business” es si cabe mejor trabajo que el disco de una década atrás. De acuerdo, digan lo que ustedes quieran, que son libres para ello, pero esto es cuestión de gustos y yo hoy (como siempre), intentaré justificarles los míos.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “World peace is none of your business”: Un lp que comienza recordándome inevitablemente a mi disco preferido del artista, “Vauxhall And I”, ya me invita a pensar que la cosa va bien encaminada. Y es que noto un paralelismo brutal entre la canción título que abre el disco y el “Now my heart is full” de 20 años atrás. Estamos ante una canción llena de emoción, cantada por Morrissey con brutal delicadeza y una fuerza y ampulosidad más que notable. Sin duda una buena forma de comenzar el disco.
2. “Neal Cassady drops dead”: Ahora los aromas me recuerdan a “Maladjusted” con la cáustica y rockera “Neak Cassady drops dead”. Hubiera cuadrado muy bien en el divergente en opiniones disco del año 1997. Puede ser considerado como un tema de cierto relleno (por ejemplo, Alfredo Morales, seguidor de Mozz, me ha comentado que no es de su agrado), pero en todo caso creo que dentro del conjunto queda muy bien.
3. “I’m not a man”: De un momento ciertamente rock pasamos a un tema intenso y oscuro que es “I’m not a man”, donde Morrissey vuelve a afilar su pluma en la letra escrita. Me da por pensar que esta canción, con notable sector de coros desaforados en el tramo final, es de las favoritas del artista, sobre todo por el momento tan destacado y por cómo la interpretó en su concierto madrileño. Es de esas composiciones que tardan en entrar y que en las primeras escuchas quizás no agraden mucho. Tras un número suficiente de escuchas a mí al menos me ha terminado por sonar bastante bien.
4. “Istanbul”: Quizás uno de los mejores momentos del disco sea “Istanbul”. En esta canción de cierta reminiscencia árabe (más allá de la evidencia de su título) demuestra un Morrissey excelso en lo compositivo (nuevamente bien acompañado, con mucho apoyo de Boz Boorer, como en sus mejores tiempos). Es una canción de gran potencia, con posibilidad de ser single si se lo plantean. El estribillo es soberbio a la par que bastante sencillo. Con detalles como “Istanbul” se puede medir el buen estado de Mozz en lo que a nuevas canciones se refiere.
5. “Earth is the loneliest planet”: Quizás el momento que menos me convenza del disco hasta ahora es “Earth is the loneliest planet”. Peca de repetitiva y sobre todo creo que le sobran mucho los coros del tramo final. Sin ser horrenda, es un momento que no aporta demasiado, a pesar de que en su inicio, al comenzar con estribillo, levanta un interés que al menos a mí se me termina por apagar tras escucharla completa.
6. “Staircase at the university”: Creo que Mozzer hacía tiempo que no trataba la educación en sus composiciones. Con la luminosa “Staircase at the university”, aunque no se mete en tanta harina como en momentos como “The headmaster ritual”, sí que nos concede un guiño agradable a su sonido más añejo. Por sus reminiscencias y por buenos detalles instrumentales, tales como unos bonitos acordes de guitarra en el tramo final, resulta un pasaje agradable dentro del disco.
7. “The bullfighter dies”: Aquí escribe uno que ni es taurino, ni antitaurino, ni todo lo contrario. Quizás lo que no me guste o me parezca horrendo más que las corridas de toros son los toros embolaos (esos eventos en los que al pobre animal le ponen bolas con fuego en la cornamenta). Pero que no sea una cosa u otra no quita para que diga que “The bullfighter dies” sea la peor canción del disco. La melodía es cutre de cojones y el estribillo suena infantiloide y plano. No sé qué dice Mozz de “Gaga en Málaga”; ya es mala leche que me envíe a la Germanotta a Málaga sin pasar por Madrid la muy perra. Con todo, he de reconocer que en directo en el concierto me gustó mucho más que en estudio.
8. “Kiss me a lot”: Otro single potencial es “Kiss me a lot”. Es una canción directa, con fuerza apoyada en sus arreglos de metales de viento. Es de las canciones que más fácil se quedan de “World Peace Is None Of Your Business” y lo hace de forma permanente. Podría tratarse por tanto del momento de pop más accesible del disco, con el que Morrissey quizás pueda cazar nuevos adeptos para su causa musical.
9. “Smiler with knife”: Única en su concepción, lenta, con cierta oscuridad y misterio, “Smiler with knife” supone un giro sonoro notable en el disco. La diversidad sin exageraciones dentro del lp está resultando a Morrissey y con esta pieza consigue otro momento de bastante personalidad del disco.
10. “Kick the bride down the aisle”: Toca ahora solemnidad y seriedad de la mano de “Kick the bride down the aisle”. Esta canción tiene arreglos de toque clásico y orquestal que le conceden elegancia. El ritmo pausado y tajante de Morrissey hacen el resto para ofrecer al disco un pasaje bastante sesudo.
11. “Mountjoy”: “Mountjoy” tiene su principal problema en pasarse algo de duración. Su sensación luminosa, con apoyo claro en la guitarra acústica, es bastante acertada. No destaca por disponer de un estribillo notable ni otras cosas, también hay que decirlo.
12. “Oboe concerto”: Termina el disco con “Oboe concerto”, la cual desconcierta en sus primeros momentos con esos sonidos electrónicos. Sin embargo, la canción adopta un cariz que nuevamente nos trae sensaciones familiares a los seguidores de Mozz, ya que su medio tiempo y cierto tono irónico nos puede evocar a muchos temas de su discografía. Parece que Mozza ha buscado jugar con nuestro subconsciente a base de recuerdos y la verdad es que el tiro le ha salido bien.
Bonus tracks.
13. “Scandinavia”: Los bonus tracks están a la altura del disco o incluso pueden superarlo. Personalmente y sobre todo en las primeras escuchas en lo que más me gustó. Por tanto, recomendamos encarecidamente que se compren la edición deluxe, que merece mucho la pena. Comenzamos con un ejemplo de solemnidad y ampulosidad con “Scandinavia”. Morrissey se muestra quizás de la forma más exagerada al micrófono en lo que llevamos de disco. No es un mal inicio de propinas.
14. “One of our own”: La melodía de teclado inicial de “One of our own” ya nos indica que esto va a sonar bien. Pasamos de lo grandilocuente a lo íntimo y misterioso. Aquí vuelve a verse el gusto de Mozz por los gangsters claramente. Me encantan los parones sigilosos de Mozz en varios momentos de la canción. Sin duda otro temazo y que podría estar con justicia en el track list principal de “World Peace Is None Of Your Business”.
15. “Drag the river”: Morrissey ahora nos ofrece un medio tiempo de bonita y delicada factura llamado “Drag the river”. Es otro de los pasajes que más aprecio del nuevo disco en su formato deluxe. Cambia mucho el sentir respecto a su predecesora, pero tiene un toque muy especial en el giro al estribillo. Músicamente también está llena de buenos detalles en forma de notas o acordes que saben atinar en el momento adecuado. Una clara joya oculta dentro del disco.
16. “Forgive someone”: Vuelvo a apoyarme en paralelismos para justificar gustos. Adoro la suavecita y pop “Forgive someone” ya que me recuerda mucho su sentido al de la gloriosa “I don’t owe you anything”. Es una de esas canciones nada pretenciosa, en formato de medio tiempo, que Mozz ha sabido de tanto en tanto facturar con genialidad en su historia. Para mí es otro de los ejemplos del disco que me ayudan a poner en alza el nuevo producto de Morrissey y otro pasaje que se podría haber metido en el track list principal.
17. “Julie in the weeds”: Con “Julie in the weeds” se completa una suite de 3 temas que me ha dejado personalmente encandilado con el nuevo disco. Me gusta mucho ese Morrissey o aquellos Smiths que se mueven en estos compases. En esta pieza tenemos bonitas estrofas, estribillo algo más intenso y un final de canción que quizás pueda abusar de delicadeza, pero que personalmente me parece una maravilla.
18. “Art hounds”: Morrissey termina con frenesí, el que nos reporta sin reserva alguna la acelerada “Art hounds”. Sobre todo esta sensación viene de la mano de su machacón y obsesivo estribillo, donde casi vemos a Mozz desesperado al micrófono repitiendo ese “te veré”. Muy buena canción de cierre, ¿por qué? Porque te deja con ganas de más y no te da la impresión de que ahí pueda terminar la cosa. Pues sí acaba la música. Habrá que esperar a la siguiente para más.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Triunfo compositivo, tibieza mediática y de ventas y desastre discográfico. A grandes trazos serían las conclusiones que no encuentro. Claramente el disco es de lo más atinado de Mozzer en mucho tiempo. Igual que dije que tras los parones Morrissey parece que siempre acierta, escribiendo el artículo más bien diría que en los años que terminan en “4” es cuando da en la diana (véanse “Vauxhall And I” de 1994 y “You Are The Quarry” de 2004).
El problema es que en los medios no ha trascendido mucho, aunque aquí, cuando se acercaron sus actuaciones en la península (donde esta vez no hubo cancelaciones), se anotó unas afiladas e incisivas entrevistas (por ejemplo en El Mundo declaró que el anterior monarca Juan Carlos I debería estar en la cárcel por cazar elefantes) y por otro lado lo de “desastre discográfico” viene asociado a que al poco de publicar el disco ha vuelto a quedarse sin contrato discográfico porque le echaron de la compañía, en teoría por no estar de acuerdo con sus declaraciones públicas precisamente.
Todo esto nos genera una incertidumbre, sobre todo si le sumamos los confesados o reconocidos problemas de salud que Mozz ha tenido últimamente. Veremos qué sucede. De momento podemos quedarnos contentos tanto por el nuevo disco, aunque su portada perruna no es de las más acertadas de su trayectoria, como porque en esta gira Morrissey, al fin, decidiera dar un concierto en Madrid, aunque se demostró que por aquí no tiene ya demasiado tirón (o no tanto como para atreverse con un Palacio de los Deportes). El presente es bueno. El futuro ya lo veremos.
La próxima semana habrá el 2º programa de radio de nuestra 6ª temporada. Será a las 16.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Pronto desvelaremos sobre qué trataremos. De momento esta semana podrán escuchar el sábado a las 16.00h y el miércoles a las 23.00h en dicho dial la repetición del primer programa de esta nueva temporada que dedicamos a Of Monsters And Men y su debut “My Head Is An Animal”.
Con la emoción del concierto de Morrissey de apenas 48 horas antes, nos surgió otra oportunidad de acudir a otro concierto de un grupo que no había visto en directo. Alfredo Morales, no hace mucho tiempo, me presentó a Los Ganglios, un grupo de lo más granado del sector que nosotros denominamos de pop trash, aunque el grupo gusta de decir que su genero es el “porc”. Ese sector del pop trash es aquel en el que las bandas, teniendo un punto más o menos freak en su concepción, abundan en el humor e ironía descarada en sus temas. Desde Love Of Lesbian en algunas de sus composiciones a Los Ganglios encontramos otras bandas como Los Punsetes u Ojete Calor.
La cita era en la sala But, club Ocho Y Medio con apertura de puertas a las 21.30h. La entrada, asequible, 10 euros. Todo ello se celebraba en combo de una fiesta del programa “Está Pasando” que incluía a otros 2 artistas, siendo uno de ellos precisamente Anntona de los citados Punsetes. Sorteando a la lluvia llegamos puntuales a la sala y nos situamos de forma inmejorable en 1ª fila en el lateral izquierdo del escenario. Arriba Alfredo y servidor ya dentro de la sala antes de que empezara la velada.
No tardó mucho en salir el primero de los artistas, Sagrado Corazón De Jesús, que fue el más elegante de la noche, con su traje y corbata, solamente alterado por su calzado con imágenes impresas muy acordes a su nombre artístico. Ofreció 20 minutos de sus composiciones, acompañándose en el tramo final de la casta Susana a las voces y violines, lo cual ayudó a dar empaque a su actuación. Hubo algún grito chanante en el público en el que se gritó “Joaquín Reyes”, por el posible parecido del cantante con el humorista manchego, y cierto es que Alfredo y yo comentamos que tenía un lejano parecido con Eduardo Torrijos de la CÑÑ de “La Hora Chanante”, uno de los múltiples personajes del cómico. Fue una buena forma de abrir boca. Sobre estas líneas Sagrado Corazón De Jesús y Susana al fondo con su violín.
Luego se presentó Anntona en individual para ofrecer su repertorio. Con su guitarra acústica a cuestas, se mostró con fuerza y rabia al micrófono, con notables bailes saltarines en las partes instrumentales de sus canciones por todo el escenario. Dispuso de algo más de tiempo que Sagrado Corazón De Jesús. Estaría más o menos 35 minutos sobre el escenario de la But e incluso ofreció un bis a petición de la gente que estaba en los camerinos (quizás los propios Ganglios). De esta forma fue subiendo la intensidad en el público a medida que se iba llenando la sala para acoger a Rafa Filete, Leli Loro y Xoxé Tetano como se merecían. Arriba vemos a Anntona en uno de los pocos momentos donde no le dio a la guitarra, con una impagable camiseta de Chewbacca en modo gafapasta.
Con algo de protocolo alargado y desesperante por parte de los técnicos, a eso de las 23.15h al fin salían los 3 Ganglios a escena, los cuales hay que comentar que están de estreno de su nuevo disco “Lubricante”, tras un video de presentación proyectado sobre el telón de fondo por parte de los presentadores de “Está pasando”. El delirio de la sala fue total y provocó que Xoxé Tetano se viniera arriba desde el segundo 1 utilizando el sonido de su sirena “bakala” para enardecer aún más a la entregada audiencia. Fue una hora y 20 minutos de actuación en donde Los Ganglios no se dejaron prácticamente nada (quizás solamente “La guapa y los ninjas”). Comenzaron con su irreverente homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente y a Jacques Costeau, con caretas gigantes que tiraron al público, y a partir de ahí nos metieron en una vorágine exagerada durante 80 minutos que apenas tuvieron parones.
Durante la actuación hubo sitio de sobra para meterse con la película “Amelie”, que por lo visto es un inhibidor sexual de alivio, sacar los colores a algún viejo sátiro hipertenso, para hacer algún regalo del mítico Rausán y para narrar el particular “Calvario” de unos cagones que rememoran en reuniones sus particulares hazañas birriosas. El primer clásico vino de la mano de la irredenta “Hay”. El público, sin necesidad de tanta explicación por parte de Xoxé, se encargó de potenciar este hit del repertorio del grupo. “Lol”, curiosamente, no tardó mucho en aparecer en el set list. Quizás es su canción más conocida o vista en Youtube. Puso patas arribas a la sala como era de esperar. La gente coreó con especial ansia esa parte de la letra que dice “esto es que “te quiere”, con un “3” y un pico… ¡Podría ser un pito!”; y qué verdad, ¿no? Arriba del párrafo un primer plano de Xoxé y debajo otro de Leli. Rafa nos pillaba demasiado lejos como para poder sacarle una foto decente con nuestros precarios medios.
El final del show fue un total despelote con un encadene de clásicos que terminó por desequilibrar totalmente a la audiencia que abarrotaba el recinto. Llegó por ejemplo ese gran hit que es “Babieca hiede”. Uno de sus últimos singles y una hilarante canción sobre el día a día del caballo del Cid Campeador, en el que se describe su dieta y sus premios por batallas (“solo un azucarillo”, no vaya a ser que se columpie el bicho si le damos más). Yo me atreví a imitar el baile medieval hierático que Rafa Filete (muy Sánchez Jara de aspecto en el video) que hace en el videoclip. El público se encargó de hacer los coros desquiciados de ese sampler del film “Los Cuentos De Canterbury” que sabiamente Los Ganglios introdujeron en la composición del tema. Para mí fue el momento preferido de la noche. Lo grabé en video con mi nuevo smartphone y aunque no es ni mucho menos una buena grabación se lo dejo insertado a continuación.
Se terminó el concierto con la esperadísima “Color de rosa”, con su caudillo amarillo sentado ante las cámaras dictando decretos o leyendo discursos. Xoxe, con doble micrófono toda la noche, tuvo en uno de ellos los efectos para distorsionar la voz tal como merece el comienzo de la canción. Hubo varios momentos de pogo en la sala, alguno azuzado por el propio Tetano, pero en esta ocasión no hizo falta espolear a la gente que se desmadró sobre todo en el terreno central de la sala a hostiazo limpio.
No se podía acabar ahí la cosa y por tanto el grupo salió nuevamente para un único bis… ¡Pero qué bis!: “El subiduki”. Más hostias entre la gente, más desquiciamiento en la sala y más histeria colectiva ante otro de los clásicos incontestables del grupo. Con eso se ponía el punto final a hora y 20 de lo más intensa. Fue un grandísimo concierto. El grupo tuvo un par de momentos de fallos técnicos o de coordinación entre Leli y Rafa que el bueno de Xoxé solventó pinchando bakalao puro y duro en esos segundos. Xoxé estuvo a un nivelazo como frontman. Muy jaranero, cada 2 por 3 usando el micro de distorsión con gritos muy de ska, se puso sus gafas de sol, azuzó al público mucho y se marcó varias chanzas en la interacción con el público, la cual fue mucho más abundante que la de Morrissey un par de días antes. Leli y Rafa estuvieron en su papel de músicos muy centrados. Rafa con su guitarra y Leli, con una apropiada camiseta con “LOL” impreso en plata sobre fondo negro, con las programaciones y teclados. También se pusieron en su momento a gesto puro de fiesteros durante “El subiduki”, como reza la tradición. Abajo Los Ganglios con máscaras que les regaló el público y que se pusieron para el mágico fin de fiesta de “El subiduki”.
El grupo dispuso de proyecciones que ayudaron a complementar las canciones y a presentarlas. Xoxé se encargó de ir pasando las diapositivas que salían por las múltiples pantallas de la sala. Regalaron tirando al público “preciados” objetos del citado y afamado hostal que hay por ahí y muchos otros detalles que ahora no termino a atinar a recordar. Terminó el concierto y Alfredo Morales y yo estuvimos de acuerdo en tildar la actuación de Los Ganglios de conciertazo, con mayúsculas. Nos lo pasamos en grande con Los Ganglios. Fue divertidísimo y demostraron tener un potencial de público que muchos otros ya querrían para sí.
Terminado el concierto salimos pitando de la sala But, cuyo único pero (“but” en inglés, jajaja. Qué chorrada, disculpen) es la jodida capacidad de evacuación que tiene, ya que también comentamos mientras intentábamos llegar arriba que si ahí cundiera la histeria moríamos todos. Nos afanamos en llegar al metro lo antes posible (no a Tribunal, sino a Alonso Martínez) y conseguimos medianamente esquivar la lluvia que comenzaba a atizar.
Bueno, pues lo dicho, que Los Ganglios estuvieron colosales. Se pueden ir muy satisfechos de su concierto en Madrid. Anntona y Jesús Sagrado Corazón ayudaron por su lado a crear un grandísimo evento, con lo que los de “Está Pasando” también se pueden anotar un tanto enorme a su favor a la hora de haber realizado esta fiesta tan apañada bajo su influencia. Con lo que ellos, nosotros y vosotros, todos contentos.
Primero de todo, advierto: esto es un blog y aquí lo personal tiene mucha cabida. Habrá crónica en sí de la actuación, párrafos más adelante, pero la experiencia personal mía también estará al detalle; ¿qué quieren que les diga? Hay veces que releo los artículos y recuerdo detalles que tenía olvidados. Digo esto porque el post va a ser largo de aúpa, pero es que fue una ocasión muy especial para mí y no quiero dejarme nada en el tintero. Avisados están. Pues bien, al tema.
Tenía una cuenta pendiente musical muy importante en lo que a conciertos se refiere. Ya sabrán muchos que uno tiene en su podium de gustos musicales a The Cure en el 1er. puesto del cajón y luego, ni yo mismo sé cuál en 2º y cuál en 3er. lugar, a The Smiths y Depeche Mode. A los de Basildon ya les he visto 4 veces (y más que suficiente con lo previsibles que son en tanto a sus set list) y a Robert Smith y cia. un par de ocasiones (estos todo lo contrario, te pueden tocar cualquier canción de su discografía en una misma gira, con lo que si les queda alguna visita más a Madrid allí que iré). The Smiths son historia y Morrissey es la continuación lógica de su historia, por tanto Morrissey en solitario en sí era la cuenta pendiente, más allá de pensar en quimeras como una (quizás innecesaria) reunión de Mozz con Marr, Joyce y Rourke. Morrissey es poco amigo de España, y es que le gustan pocas cosas de nuestra sociedad y tradición. Madrid nunca la había visitado en concierto de gira al uso, ya que aquel mítico concierto de The Smiths en 1985 fue gratuito dentro de la programación de San Isidro y lo de 2008 fue un festival (aquella peculiar que el FIB, en sus años gordos, se sacó de la manga en la capital). Con lo que concierto de gira y de pago, con él solito en el cartel, era su primera ocasión en 31 años de trayectoria musical.
Ya he comentado en alguna ocasión lo de 2008. Morrissey es un tío del que no te puedes fiar que vaya a salir a cantar hasta que se apagan las luces y le ves aparecer en el escenario (que se lo pregunten a los donostiarras en el año 1985 o a los “fibers” del año 2004). Por ello, en ese evento del FIB en Madrid, no me arriesgué a pagar los 69 euros, ya que si al bueno de Morrissey le daba por no actuar, no tenía claro que me reintegraran el importe de la entrada, ya que podían aludir que el resto del cartel seguía en pié (y eso que había gente como Siouxsie que también pudieron interesarme). Por ello, a Mozz ya le había escuchado, ya que Mariano González y yo nos fuimos para allá a escucharlo en los alrededores (lo cual conseguimos de forma muy nítida), y antes a preguntar si, ya a mitad de festival, las entradas se habían reducido en importe (cosa que no pasó). Yo soy vago para irme a otras ciudades a ver a artistas y por eso veía difícil que viniera algún día por Madrid y que pudiera verle. Fue a finales de agosto cuando saltó la noticia y sin saber el precio de la entrada ya tenía marcada la fecha del 9 de octubre en rojo en el calendario.
Aquí inserto una crítica abierta a Ticketmaster. El día 2 de septiembre me metí a comprar la entrada y descubro que no hay opción de ir a recoger la entrada, sino que o bien le dabas a imprimir en casa o bien que te las enviaran con un sobrecoste (que con los 6 euros de gastos de gestión, como para encima palmar más pasta). En un link que había en el evento sobre el “print at home” se te abría un texto explicativo en el que te decían que si tenías algún problema podías ir igualmente a tienda con el código y te lo imprimían. Fui expresamente a Fnac a recoger mi entrada y me dijeron que eso no era así. Puse la pertinente reclamación de consumo y a los 2 días me llaman de Ticketmaster, no para reconocer que su página informa mal, sino para decirme que el que no me entero soy yo y que su web está perfectamente clara. No hubo forma de entenderme. Al día siguiente recibo otra llamada de una altiva señora o señorita que me volvía a contar lo mismo (como si no tuviera constancia de que ya me habían llamado el día antes). En fin, recomiendo abiertamente que no utilicen ese servicio y que opten por cualquier otra vía de distribución, como ir directamente a recoger la entrada y pagarla en un centro, ya que por 6 euros de comisión que no te den facilidades, sino que te busques la vida para imprimirla (¿y si no tengo impresora?) es una absoluta vergüenza. Bueno, dicho esto, continuemos con el asunto.
Con Mariano González fuera de combate, las alternativas para no estar solo en el Palacio de los Deportes (renombrado comercialmente para el evento) eran Luis Felipe Novalvos, el hermano mayor de mi amigo Chemi (también amigo en definitiva) Antonio Villena y Alfredo Morales. El primero de los citados, debido a un verano de fuertes gastos, declinó acudir. El 2º, por asuntos de oposiciones laborales que le coincidían, también tuvo que desistir de sumarse al plan. Y Alfredo Morales estaba contrariado por varias cosas, como por el precio de la entrada (y eso que él no pasó por algo como lo que yo he comentado), como por el posible cambio de recinto, ya que creía que el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid le venía grande a Mozzer. Finalmente, casi de última hora, decidió sumarse, cosa que me agradó especialmente, ya que me apetecía ir acompañado a este concierto.
Durante la semana previa y la del concierto en sí, ya que se celebraba en jueves, fui recuperando la escucha de la discografía de Morrissey en formato de cinta de cassette, ya que en mi nuevo domicilio aún no tengo un equipo en condiciones que lea cds. Por supuesto, en mi reproductor mp4 fui escuchando también todos los días al trabajo el nuevo disco “World Peace Is None Of Your Business”, un trabajo que es más que un digno regreso tras 5 años desde el aceptable “Years Of Refusal” y el cual tendrá en breve protagonismo por aquí en formato de artículo de revisión de disco a fondo tema a tema. Desempolvé la audición de “Bona Drag”, el notable directo no oficial “Live Eugene” de 2002, “Your Arsenal” y la misma tarde del concierto mi favorito “Vauxhall And I”.
Con mucha emoción y nervios salí de mi nueva casa en San Pascual/Barrio de la Concepción, dándome un paseo de unos 25 minutos hasta el recinto de la calle Goya. Como curiosidad, pasé por delante de la plaza de toros de Las Ventas, y con tanto jaleo antitaurino a cargo de mi ídolo, me vi tentado a hacer una foto, la cual les dejo aquí arriba insertada. Tuve suerte y cuando llegué es cuando empezó a caer intensamente la lluvia. Para ese momento, ya estaba bajo el voladizo de la tribuna principal. Y es que parece que Morrissey, para estar más aclimatado, se trajo bajo el brazo un día gris y lluvioso, de esos que deben ser tan comunes en su Manchester habitual. Tenía intención, como siempre que voy a un concierto al Palacio de los Deportes, de acceder por la plaza de Felipe II. Allí me encontré la primera cosa que me hizo tener cierta mosca detrás de la oreja: no había nadie en Felipe II (aunque ya había visto antes en Goya a gente -no mucha- haciendo cola) y había un cartel que ponía que no había artista invitado, que las puertas se abrían a las 20.15h (la hora del en teoría artista invitado) y que solamente el acceso era por la calle Goya.
Pues me fui detrás de las vallas de la calle Goya y pronto establecí contacto con 3 fans, 2 chicos y una chica de Brasil, la cual sufrió una de esas “simpáticas” cancelaciones de Morrissey en Lisboa no hacía mucho tiempo. Poco después llegó Alfredo Morales y tuvimos unas buenas conversaciones sobre el directo de Morrissey, su discografía, su particular carácter y forma de ser y además hacer varias chanzas y bromas (aunque con cierto temor) ante una posible cancelación del concierto que estábamos esperando vivir en las puertas del recinto.
Todo rezó con puntualidad y con bastante orden y educación fuimos accediendo al recinto a las 20.15h en punto. Dentro había unas pobres chicas comerciales que intentaban promocionar o vender la tarjeta asociada al banco que se asoció el nombre del recinto para la ocasión. Con mucha vergüenza las dejamos (sobre todo Alfredo) con la palabra en la boca y fuimos bajando escaleras hasta llegar a pié de pista. Y ahí fue donde Alfredo se anotó un tanto frente a mí. Yo pensé (supongo que al igual que el promotor del concierto), que Morrissey tenía capacidad de sobra para llenar el Palacio de los Deportes. Pues no, no iba a ser así. Todo el graderío (he dicho todo) estaba cubierto con lonas negras y solamente estaba habilitada la pista en 2 terceras partes de sus dimensiones. Alfredo siempre me dijo que ni de coña iba a llenarlo y que era normal que cambiara de recinto. Aunque la siguiente foto es de una vez finalizado el concierto, mírenla bien. Muestra el lateral de Felipe II y el fondo contrario al escenario de la calle Goya. ¿Ven los telones y por encima la estructura oscura del graderío del recinto?
Nunca, en todas las veces que he ido al Palacio de los Deportes, me había encontrado con algo así. ¿Quizás las críticas de Morrissey a nuestra sociedad hayan hecho que mucha gente se haya borrado y solamente hayamos ido todos aquellos que le adoramos, más allá de su a veces extrema personalidad, y que hasta nos reímos cuando nos insulta en mitad del concierto? Pues puede ser. No sé. Ahí tuve el miedo de ver que quizás no se llevara a cabo, ya que con este panorama y conociendo a Mozz, era más que probable que ante la poca respuesta y el “cariño” que tiene a la tradición española, nos mandara a freír espárragos mientras se tomara un té en su habitación del hotel. José, uno de los chicos que conocimos en la puerta, nos dijo que alguien de su confianza le había dicho que Morrissey había al menos hecho la prueba de sonido, con lo que por un lado tenía cierta tranquilidad. Nos situamos mirando al escenario a la izquierda, en una 4º o 5ª fila, lugar parecido en el que ya he vivido muchos conciertos que por aquí les he narrado. Abajo un selfie del sr. Morales y servidor en el momento lineal temporal que vamos narrando, con los nervios en aumento a medida que se acercaba el momento de ver a Mozz en escena.
La hora y cuarto de espera se hizo muy pesada, pero al menos a las 21.05h o así sobre el telón blanco que tapaba el escenario, se empezaron a proyectar videos de actuaciones muy del gusto de Morrissey, entre las que vimos a Ramones (vean la foto de debajo del párrafo), New York Dolls o a Charles Aznavour (quizás el más aplaudido de todos). También se incluyó, con imágenes de los días en los que murió la señora Thatcher, el “The witch is dead”, que hizo mucha gracia al público, o un video con toros empitonando a gente mientras sonaba a todo volumen en formato estudio (ya que aún quedaba para la actuación) “The bullfighter dies”. Viendo el resto de videos de actuaciones en programas de televisión del Reino Unido, le comenté a Alfredo que estaría muy bueno que justo antes de empezar se apagaran las luces y se proyectara la mítica actuación en “The Tube” rodeados de flores, que a la larga ha terminado por ser el video oficial de “This charming man”. Entonces, saldría Morrissey, que se quedaría viendo el video al terminar y haciendo un gesto como de fuera esto, comenzara con un trallazo. No fue así, y lo único que sonó (y ya es algo controvertido si lo piensan) fue “The bullfighter dies”.
Morrissey, aunque a ratos es excesivo, gruñón y gañán, en otras cosas es muy educado. Y en temas de puntualidad es escrupuloso, cosa que se agradece. A las 21.29h y 59 segundos se apagaron las luces, se cayó el telón blanco y Morrissey junto a su banda, comandada por el gran Boz Boorer, se presentó en el escenario ante el griterío devoto de los pocos (en comparación con lo que podría haber sido y se merece él) que estuvimos allí. Sobre los 2 telones de fondo se proyectaron 2 imágenes de la reina Isabel II de Inglaterra haciéndonos “peinetas” con las 2 manos. Entonces, Morrissey, antes de empezar a cantar y que sonara algún acorde de sus músicos, dijo: “Traigo buenas noticias”. Y, primera sorpresa: comienza con “The queen is dead”, con lógica por lo descrito. Fue para mí como recibir un sopapo en la cara del que te cuesta ya recuperar el sentido. Sí, era la primera canción que en mi vida había escuchado de la historia de Morrissey. Me llevó a aquel inolvidable mes de junio de 1998 cuando me pasaron en cinta el “The Queen Is Dead” y los latigazos de la batería de Mike Joyce junto a las afiladas cuerdas de Johnny Marr me dejaron sin palabras. Fue especialísimo que empezara así y muy simbólico para mí. Además, fue una forma de comenzar arrollando y sacudiendo al público. Abajo Mozz nada más salir al escenario, antes de comenzar con “The queen is dead”.
Pero, Morrissey parecía que quería tumbarme de primeras manos. No me lo creía, pero cuando aún estaba recuperándome de la intensidad de “The queen is dead”, comienzan a sonar las aguerridas notas de, ni más ni menos que, “Speedway” de “Vauxhall And I”. Esta es una de mis canciones favoritas de toda su discografía. El broche de oro al que considero su mejor lp. Es la única vez, se lo confieso, que se me saltaron las lágrimas de la emoción durante la canción y los pelos de los brazos se me erizaron. Grabé video con mi cámara, el cual tiembla sin cesar del estado emocional en el que estaba. Fueron 4 minutos de concierto que jamás podré olvidar y un inicio de concierto que en intensidad solamente recuerdo tan arrollador el de Franz Ferdinand en el mismo recinto en el 2009.
Por fortuna (o mejor dicho, para bien de mi estado de sobreexcitación), Morrissey me dejó respirar y luego abrió un bloque en el que por ejemplo metió la controvertida “The bullfighter dies”, que no es que me guste en demasía (aunque sonó bien en directo) y la rareza de “Ganglord”, un tema que ya sonó en aquel FIB compensatorio por lo de 2004, con una retransmisión en directo de Tve que incluyó una particularísima narración del mítico Julio Ruiz. He de reconocer que en directo en esta ocasión me gustó mucho más “Ganglord” de lo que la recordaba. Y es que el sonido del concierto fue exquisito y buenísimo. No sé si los telones que hacían parecer el Palacio de los Deportes una sala de aforo reducido tuvieron algo que ver, pero en todo caso, desde aquí mandamos nuestras más sinceras felicitaciones a los encargados del sonido.
Todavía, en estos momentos en los que escribo (al día siguiente, y precisamente mientras Mozz estará sobre las tablas del Sant Jordi en Barcelona deleitando a más apóstoles) me embarga la emoción y para que todo sea peor (en el sentido de que la emoción pueda a la razón y el orden al escribir) estoy escuchando el “Live Eugene” de 2002, el cual tiene un set list que es de lo mejor que ha seleccionado Morrissey en su trayectoria para una actuación. Por tanto, no me pidan mucho orden y concierto. Luego les dejaré el set list ordenadito, pero ahora no seguiré de forma lineal la estructura de la actuación. La siguiente foto es de los bises, por cierto (notarán el cambio de vestimenta).
Saben que me gusta hablar de las sorpresas cuando hago una crónica de concierto. Con Morrissey lo bueno es que nada es previsible y te puede recuperar canciones insospechadas. “Ganglord” fue una cierta sorpresa, pero hubo más. En el sentido positivo no me esperaba para nada “Dissapointed”, una notable pieza de “Bona Drag” que sonó a eso de mitad de concierto. Y a priori tampoco me esperaba que de The Smiths rescatara “Asleep”, la cual metió en formato muy íntimo en el bis. Lo que pasa es que esta sorpresa se me fastidió al ver sin querer a una chica que tenía delante con su smartphone, la cual en su muro de Facebook le habían posteado la toma en directo del concierto anterior de inicio de gira en Lisboa. Sonó muy bonita “Asleep”, pero yo hubiera rescatado antes cualquier otro trallazo de The Smiths, aunque fuera alguna perogrullada como “There is a light that never goes out”. Lo ya comentado de “Speedway” fue sorpresa en el sentido de que no me esperaba que sonara tan pronto, sino que me la imaginaba en el tramo final o incluso en bises. “Certain people I know” también me supuso una cierta sorpresa.
Del notable nuevo disco esperaba que recuperara alguno de los temas añadidos de la edición extendida, ya que casi todos son de un nivelazo. Ahí me equivoqué y el escrutinio, que fue generoso, correspondió a temas titulares del track list de “World Peace Is None Of Your Business”. No tardó mucho en sonar una de sus mejores piezas “Istambul” y tampoco faltó “Kiss me a lot”. Sorprendió la tardanza en sonar la canción título y por otro lado hubo otro momento de hostiazo a la familia real británica con foto de la por otro lado guapísima Kate Middleton y el príncipe William, con el pié de foto que decía United King-dumb; supondrán con acierto que en esos momentos sonó el “Kick the bride down the aisle”, en la que Morrissey hizo una interpretación vocal de lo más teatral de la noche. Aunque ya sonó en el previo del concierto, no faltó “The bullfigther dies”, tras la cual le tiraron a Mozz una bandera de España con el título de la canción, tras lo que sentenció el cantante: “La vergüenza de España”. Mis opiniones sobre los nuevos temas vendrán con el artículo de revisión del disco, el cual ya he dicho que no tardará mucho en ser publicado. Destacó mucho “I'm not a man”, que la interpretó con mucho sentimiento y aflicción.
De los Smiths recuperó 4 temas. Las ya comentadas “The queen is dead” y “Asleep” y por otro lado “Meat is murder”, donde la canción se acompañó de horribles imágenes de matadero ante las que Mozz se llevó las manos a la cabeza en el sector final instrumental estando de pié de espaldas al público, y que sonó en el tramo final del concierto. En el bis, junto a “Asleep” y cerrando definitivamente el concierto, Morrissey y los suyos se propusieron terminar en todo lo alto con el trallazo de “How soon is now?”. En la foto superior de este párrafo se puede ver a Morrissey en su particular sufrimiento ante las imágenes proyectadas durante “Meat is murder” que ya hemos comentado.
Sabrán, si han leído varias de mis post de conciertos, que suelo hacer hueco a un apartado en el que meto mis “peros” al set list, con cosas que no sonaron y me hubiera gustado que tomaran parte de la actuación. La verdad es que fue un concierto que disfruté tanto y tan intensamente y que son tantos y tantos los temas de The Smiths y Morrissey en solitario que adoro que para satisfacerme Mozz debería haber estado al estilo de Springsteen 4 horas en el escenario, cosa que por su salud (y tradición de duración de conciertos) no veo factible que le dé por adoptar ahora.
Aún así, y sin mucho ánimo de crítica, no hubiera escuchado con malos oídos la citada “There is a light that never goes out”, “Why don’t you find out for yourself?” (aunque ésta la escuché en aquella ocasión de 2008), “The more you ignore me, the closer I get” o “Lucky lisp”, un tema que tenía muy olvidado y refresqué con gusto días atrás cuando recuperé “Bona Drag”. Porque cosas raras como “Well I wonder”, “Satan rejected my soul”, “Sign your life” o “I don’t owe you anything” sé muy bien que no va a recuperarlas Morrissey ni en broma, ya que aunque él está muy lejos de lo previsibles que son Depeche Mode en directo, no llega a los niveles de sorpresa y de tener fresco toda su discografía que tiene su “buen amigo” Robert Smith de The Cure. Lo muy sorprendente fue que de “You Are The Quarry”, su celebradísimo retorno discográfico de 2004, no se acordara de tocar ni un solo tema; y es Mozz es así: con 2 cojones enormes.
Y es que no me va quejarme sobre Morrissey, primero porque tocó y no dio la espantada ante el panorama de pinchazo de convocatoria que pintaba, y segundo porque me ofreció momentos que disfruté de especial manera como su quizás mejor single de su 2ª etapa musical (la que abarcaría desde 2004) que fue el “You have killed me” escrito junto a Tobias, perteneciente al notable “Ringleader Of The Tormentors”. La cantó relajado y hedonista (aunque en un momento se medio arrancó con un balbuceo algo gañán, marca de la casa en algunos excesos comunes del artista en sus conciertos), como merece el tema, y con notables variaciones de la letra, como hizo en varias de las canciones del concierto. Había pensado subir, por mi gusto personal “Speedway”, pero de la emoción me tembló tanto el pulso al grabar el video que mejor les dejo este más decente de “You have killed me” que he subido a nuestro perfil en Youtube.
Hubo momentos que para todos fueron muy especiales. Por ejemplo, Alfredo me comentó que esperaba con muchas ganas que sonara el “Everyday is like sunday”. Y así fue. Morrissey apostó por este clásico de sus comienzos en solitario que creó una atmósfera muy emotiva en el reducido recinto en el que se quedó el Palacio de los Deportes para esta ocasión. Aquí el set list bien ordenadito: “The queen is dead”, “Speedway”, “The bullfighter dies”, “Ganglord”, “I'm throwing my arms around Paris”, “Kiss me a lot”, “Disappointed”, “You have killed me”, “Istanbul”, “Earth is the loneliest planet”, “Trouble loves me”, “Neal Cassady drops dead”, “Certain people I know”, “I'm not a man”, “Everyday is like sunday”, “Kick the bride down the aisle”, “Meat is murder”, “World peace is none of your business”. BIS: “Asleep”, “How soon is now?”.
Morrissey estuvo más comedido de lo habitual, con cierta timidez en su habitual arrogancia en el escenario. No nos insultó o se metió en exceso con nosotros; tan solo nos llamó locos en una ocasión tras decir que éramos muy amables, pero se esforzó en dar las gracias en castellano en varias ocasiones y a pesar de que él sería muy consciente del fracaso de público que cosechó en su primera visita regular de gira de su historia en Madrid, no se le vio especialmente disgustado, sino que se tomó el concierto con mucha entrega y profesionalidad. Contra los que sí rajó fue con la última discográfica que tuvo, la cual le echó tras publicar el nuevo disco. Salió junto a sus músicos (todos con camisetas de marca de deportes con la leyenda “Mad In Madrid” impresa) con camisa muy cutre, roja con un par de lineas negras en un lateral y un pantalón negro también muy poco elegante sobre el que se le veían esos zapatos suyos finitos que tanto me recuerdan a los que llevaban los personajes masculinos de los cómics de “La Pequeña Lulú”.
En los bises mejoró. Simplemente por el cambio de camisa (vean la foto de aquí arriba), ya que salió con una azul oscura abotonada que le iba mucho mejor y la cual regaló a la audiencia tras terminar “How soon is now?”, cuando aún pensábamos que podría quedar algo más, ya que es común que él utilice más camisas en un mismo concierto; y es que Mozz suda que da gusto, detalle de su entrega. Su aspecto, teniendo en cuenta sus problemas de salud no muy lejanos, no fue malo. Cierto es que hace ya tiempo que perdió su figurita delgada por un torso que, según comentamos entre gente como Mariano González, Alfredo Morales y yo, se asemeja (muy a su pesar) a un rollo de carne de esos de donde se saca el material para los kebabs, pero dentro de lo que cabe no se le vió mal. A continuación una foto del gran Boz Boorer con su recortada perilla.
Alfredo Morales quería estar en primera fila. Yo, por experiencias negativas por el tema de las fotos que quiera sacar con gorilones de seguridad, no soy amigo de ello (además de que el escenario en ese lugar te sobrepasa y la sensación es muy rara). El motivo que tenía Alfredo era que quería estar ahí por si Morrissey dejaba el micrófono a la gente para que soltaran alguna cosa. Pues ese detalle faltó. Al igual que el hecho de que saltara gente al escenario a abrazarle; en ese sentido solamente hubo un tímido intento que fue rápidamente abortado por los empleados de seguridad. Morrissey sí que acercó muchas veces a la valla y alargó su brazo para estrechar la mano a varios fans.
Boz Boorer, a pesar de su jerarquía e importancia en la historia de Morrissey (y más aún con el acertadísimo papel compositivo que se ha marcado en el último disco), no hace por llevarse protagonismo. Es más, estaba situado en el lado izquierdo del escenario (según miras al escenario), casi enfrente de nosotros, que conseguimos situarnos en 5ª fila, muy cerquita del escenario. El resto de lo músicos, muy jovencitos, hicieron un gran papel. La maquinaria sonora, además de la calidad conseguida en el sonido, sonó bien coordinada. Las veces de presentación correspondieron a uno de los músicos, el cual citó a todos los componentes como sus hermanos (arriba del párrafo vemos a Morrissey reverenciando al músico que presentó a la banda en el momento en el que citó al señor Morrissey). Aquí abajo uno de los músicos de Morrissey en directo en la actualidad.
Morrissey parece que, al igual que una competición deportiva, tiene una duración de actuación y con “How soon is now?” ya estaba en el descuento. Corriendo tiró su camiseta y se marchó con el torso desnudo hacia los camerinos tras cumplir una hora y 40 minutos de más que aceptable concierto. Las luces se encendieron rápido y por fin Alfredo y yo pudimos comentar más a fondo el concierto, ya que él terminó algo detrás mía en plena actuación y salvo un par de veces que me volví estuvimos muy centrados en lo que sonaba (no tanto como un par de chicas que no paraban de hablar al lado de mí). Nos fuimos al puesto de merchandising, donde sí que hubo éxito de convocatoria y donde finalmente, porque no le convencían los ítems y su precio, Alfredo declinó comprarse nada. Aquí les dejo una imagen del puesto de merchandising oficial, que se situó en el lateral de la plaza de Felipe II en la pista.
Salimos lo más rápido que pudimos del recinto, por la ratonera de accesos (en esta ocasión, al estar cerrado el graderío no había opción de subir por los laterales y acortar la espera) y con alivio vimos que no llovía en esos momentos. Nos fuimos al otro lado de la calle doctor Esquerdo donde en una taberna nos tomamos un par de botellines cada uno y en cuyo local tuvimos unas amenísimas charlas futboleras (y eso que Alfredo no es muy de ese deporte) sobre los años 90. Poco después de media noche cada uno partimos hacia nuestra casa, con un cierto error por mi parte a la hora de querer improvisar el camino de vuelta a casa para que fuera más corto, metiéndome por unas calles en las que anduve perdido unos 5 minutos. La sudada todavía me duraba.
Puede ser que no veamos nunca más a Morrissey por Madrid. Aquí viene el apartado reflexivo para justificar el nombre del blog. Y es que fue un tremendo fracaso de público. Sonado. A buen seguro el promotor habrá pinchado pasta por doquier con este evento. Yo no me lo esperaba, la verdad. El señor Morales sí y acertó. Pero, ¿qué vas a hacer? Siempre queda muy guay cuando un grupo amplía aforo y cambia de sala, pero, ¿a la inversa? Eso ya es aceptar un fracaso de antemano, cosa que Mozz supongo que no aceptaría. No sé si se intentó colocar más entradas en portales de última hora a precio reducido (cosa que me hubiera tocado mucho los huevos, por lógica, tras haber pagado 56 euros), como sí sucedió en su día con Billy Idol en La Riviera, cosa que funcionó, ya que Idol consiguió una sensación de lleno en el local.
Claro, quizás lo más ajustado a Morrissey hubiera sido un Palacio Vistalegre, pero, ¿qué es en sí ese recinto? Una plaza de toros con una significativa estatua en su acceso principal. No veo a Morrissey tocando allí, a no ser que tras finalizar el concierto tenga en la manga un plan para dinamitar el lugar. Aunque no me guste nada el recinto, quizás La Riviera, o en su defecto un par de fechas en dicha sala, le hubiera venido más ajustado, pero todo esto lo digo tras ver lo visto, ya que a priori, si yo hubiera sido promotor del concierto, también me hubiera arruinado.
A Luis Felipe Novalvos le decía que este concierto era una especie de “cometa Halley”. Es decir, que pasa cada 80 años y hay que tener en cuenta la esperanza de vida nuestra y del artista. Y creo que así será. Estoy muy contento de haber acudido a ver a Morrissey y haber saldado uno de mis “debes” en estos de los conciertos. Aunque, por motivos personales, cada vez me apetece menos ir a conciertos, he de reconocer que hacía muchísimo tiempo que no lo pasaba tan bien en un concierto; podría decir que este concierto forme parte de mi podium de conciertos a los que he asistido y de los que mejor recuerdo tengo junto al primero que fui de The Cure en el año 2000 en La Riviera y el de Spandau Ballet en el Palacio Vistalegre en 2010. Algún fan que le haya visto en varias ocasiones me acusará de excesivo y emocionado. Y es que reconozco que quizás sea poco objetivo y que si intento serlo quizás diría que fue un buen concierto, notable, pero sin excesos ni alardes geniales. Pues puede ser, pero lo emocional aquí me toma una parte especial de mis sensaciones y así lo trascribo. Quedé encantado con la experiencia. Ya me gustaría que un futuro haya alguna más, pero sinceramente veo complicado que Morrissey vuelva de concierto por Madrid. Ojalá me equivoque.
Comenzamos nuestra 6ª temporada con fuerza. Con la fuerza folk que nos transmiten los islandeses Of Monsters And Men con su debut “My Head Is An Animal”. Los OMAM (permítanme abreviar el nombre del grupo), fueron una de las más agradables sorpresas que trascendieron a nivel internacional durante 2013 de la mano sobre todo del bombazo en formato single que fue “Little talks”.
No obstante, y para eso existimos nosotros como blog y programa de radio, hay mucho más aparte de este single. Su lp de debut está lleno de grandísimos temas y merece la pena prestarle atención durante una hora de radio. También nos permitirá debatir y reflexionar sobre el posible futuro de esta banda en estado emergente.
Habrá buenísima música que a buen seguro les permitirá pasar un rato agradable. Les esperamos pues en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) a las 16.00h este sábado 11 de octubre de 2014. No falten en nuestro inicio de temporada, que nos hace mucha ilusión que nos hagan compañía.
Finalmente se confirma que volvemos a la radio. Será este sábado 11 de octubre de 2014 en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Con fuerzas de flaqueza, por motivos personales, retomamos el pulso a nuestra hora bisemanal de cita con las ondas, en la que de forma altruista intentamos acercarles el contenido de discos que merezcan la pena. Para esta 6ª temporada sentimos informarles que no habrá grandes novedades, por no decir que no habrá ninguna.
Es probable que, si cabe, baje el número de entrevistas a grupos respecto al de la temporada anterior (lo del “si cabe” es debido a que hasta la fecha la 5ª temporada ha sido la que menor número de programas-entrevista ha tenido con 3 en total). Por lo demás, el formato debate seguirá siendo el esquema base de nuestro programa.
Nuestra mano derecha Mariano González, al seguir impedido físicamente, seguirá tomando parte vía telefónica desde su domicilio y aparte de servidor de ustedes y él, confiamos en que muchos de nuestros clásicos colaboradores también se sumen a varios ítems que formaran parte de esta temporada que esperamos sea de su interés y agrado.
Nuestro horario seguirá siendo los sábados a las 16.00h y los miércoles a las 23.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). La periodicidad, ya lo hemos dicho, será bisemanal, con repetición en la semana siguiente al directo del sábado que estrenemos contenido en directo; es decir, que tras un directo de un sábado a las 16h, podrán escuchar ese mismo programa los 2 siguientes miércoles a las 23h y el siguiente sábado a las 16h. Posteriormente subiremos el audio a Ivoox y haremos un artículo en nuestro blog con el reproductor insertado para que ustedes lo escuchen desde aquí (más facilito no se lo podemos poner).
Pues poco más, les esperamos este sábado 11 de octubre de 2014 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Como hacíamos el año pasado, este viernes publicaremos un artículo promocional informando sobre qué irá. Estén atentos.
Me van a permitir que siga en estos días inmerso en mis años de educación secundaria. Recuerdo de aquellos días para mí fue Jay K y su banda Jamiroquai. Para mí fue como un nuevo grupo, ya que no había tenido muchas noticias de sus anteriores discos, "Emergency On Planet Earth" o "The Return Of The Space Cowboy". Fue con "Travelling Without Moving" con el trabajo con el que el grupo alcanzó el estatus de banda de gran éxito y por tanto la posibilidad de llegar a todo tipo de gente, como por ejemplo un quinceañero de instituto de la periferia de Madrid.
No presté mucha atención al primer single "Virtual insanity", pero con "Cosmic girl" fue con la que se me abrió el interés por la banda, cosa que se me afianzó con otro buen single como fue "Alright". Había, casualmente, un hermano mayor de un compañero de clase que era fan de hacía tiempo de Jamiroquai, y gracias a la mediación de mi compañero de clase, conseguí la típica copia en cinta de cromo de la época (como sucedió con Texas en el artículo de hace un par de semanas).
Aunque el disco data de 1996, su reinado de verdad fue durante 1997, donde con el funcionamiento de los singles la repercusión del grupo y su popularidad iba creciendo progresivamente. Quizás alguno se pregunte cómo me ha dado por hablar de Jamiroquai; si así es, les confieso que fue por ver un especial que dedicaron en "Nos Queda La Música" al grupo y que precisamente abarcaba el disco que nos ocupa hoy. Bueno, metámonos en el funky de esta banda, en un disco que ya mostraba una evolución al dance en muchos puntos.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. "Virtual insanity": Una gran canción si se acompaña de un gran videoclip suele tener el éxito asegurado. "Virtual insanity" es uno de esos casos. Con un video de desplazamientos de muebles y Jay Kay deslizándose sobre las plataformas con sus irresistibles bailes, la canción fue una de las sensaciones de su momento. La canción destila un funk tamizado de pop elegante de factura casi perfecta. Desde el comienzo hasta el final, con el falsete de Kay, la canción es un gran acierto.
2. "Cosmic girl": Seguimos viendo la estructura de inicio arrolladora que se llevaba en los discos en los años 90, ya que con "Travelling Without Moving" se dispone un núcleo duro de apertura incontestable en el que nos encontramos en 2º lugar este trallazo llamado "Cosmic girl". El funk se vuelve dance en una canción con toques retro muy bien adaptados a los años 90 y quizás de esa forma conseguimos la canción más redonda del disco (cuestión de gustos, a otros les gustará más "Virtual insanity"). El videoclip fue otro acierto, con un pique de conducción entre deportivos de alta gama en carreteras por ahí perdidas, en donde Jay Kay lleva el volante de uno de los 3 coches en compañía de un histriónico, a ratos, copiloto; por cierto, la opinión pública ha cargado con dureza contra Kay alguna que otra vez debido a su pasión por los bólidos, ya que el cantante ha tomado partida en alguna que otra carrera ilegal. Grandísima canción y, les confieso, en definitiva fue el tema que me hizo interesarme por Jamiroquai.
3. "Use the force": A modo de batucada frenética llega la controvertida "Use the force" que nos cambia el ritmo sonoro. Hay metales de viento para dar un nuevo toque al disco. Canción de fuerza y ritmo obsesivo que sin ser de los mejores momentos de "Travelling Without Moving", termina por quedarse de forma muy clara en la memoria de la gente (por ejemplo, hacía mucho tiempo que no escuchaba el disco y, sin ser single, me acordaba muy bien de esta canción).
4. "Everyday": Nuevo cambio de tercio sonoro. Ahora toca el turno de afrontar un sensual soul con "Everyday". Canción íntima, nocturna y elegante que recupera las formas sosegadas tras el arrebato que supuso "Use the force" justo antes.
5. "Alright": "Cosmic girl" me metió en su día el gusanillo por Jamiroquai, pero fue "Alright", creo que el tercer single que llegó por España, o que al menos ponían en los programas de Los 40 Principales en Canal + (aunque ya con menos frecuencia que los 2 singles anteriores), la canción que me terminó por convencer. Estamos ante un funky que quizás beba más de tintes de cierto soul que del dance, al menos en la elegancia instrumental de su estribillo. De alguna forma, me pasa algo como con "Before" de Pet Shop Boys del disco "Bilingual", es decir, que es una canción que me gustó mucho más en su época y que tras reescucharla después de mucho tiempo me suena algo rara, como si no hubiera envejecido bien del todo. No obstante, sigue gustándome bastante oírla. Su videoclip, algo futurista, refleja las fiestas guapas nocturnas de mediados de los 90; saraos en los que Jay Kay supongo se movería como pez en el agua.
6. "High times": Tiempos felices los de "Travelling Without Moving" y es significativo que haya en su track list un tema que se llame precisamente "High times". Fue en el citado programa de "Nos Queda La Música" donde esta canción ha terminado por engancharme, cosa que en su día no hizo. Es una canción arriesgada, con ciertas formas más arriesgadas y unos cambios de ritmo no aptos para oídos facilones. El videoclip, hecho a base de videos personales del grupo en su gira de aquellos días por América del Sur, viene que ni pintado a la fiesta que en sí es esta canción, aunque para nada sea evidente en sus formas. ¿Un defecto? Sí, se pasa de larga.
7. "Drifting along": Y ahora un tema de factura reggae, ni más ni menos. "Drifting along" abunda en el sentido hedonista y divertido de "Travelling Without Moving", y no lo hace sin más, ya que en su sencilla melodía hay ligeros matices que aporta Kay al micrófono que funcionan muy bien. Compás de espera dentro del disco que es algo más que un digno relleno. Todo esto siempre y cuando no rechaces el reggae, claro.
8. "Didjerama": "Didjerama" es un interludio instrumental, de corte misterioso e incluso tribal. Más allá de ser un cierto descanso tras tanto trajín sonoro y tal variedad de estilos, no supone mayor importancia al conjunto de la obra.
9. "Didjital vibrations": Partiendo de los sonidos de "Didjerama", "Didjital vibrations" supone una instrumental mucho más normalizada y acertada. Composición relajada, con una producción que remarca mucho cada nota de cada instrumento y que amplia el periodo de descanso de "Travelling Without Moving" para afrontar con energía su tramo final.
10. "Travelling without moving": La canción título se abre con sonido de coches acelerando, lo cual desemboca en un ritmo frenético para recuperar el pulso tras la sección instrumental. Buena base rítmica, con notable batería. Las notas de teclado suman al frenesí. Jay Kay está aminorado en nivel sonoro en la producción y la estructura de la canción nos lleva a una cierta sensación de trance.
11. "You are my love": "You are my love" es una pieza de mucho recargo instrumental, sobre todo por el efecto de los metales de viento. Tema jaranero que, como ha pasado en otros discos que hemos revisado en semanas anteriores, baja el nivel en este tramo final de lp. Quizás solamente me gustan algunas notas de los metales de viento precisamente en ciertos momentos puntuales.
12. "Spend a lifetime": En la edición que yo tengo el disco terminaba formalmente con "Spend a lifetime". Una balada sentida y bonita, muy lenta y de factura clásica. Su toque orquestal ennoblece al disco y le concede un final justo al contenido en general bastante satisfactorio. En mi caso, en mi cinta de cassette, se me incluían 2 bonus tracks de los que no tengo título. Como propinas no están mal, pero si el disco termina con "Spend a lifetime" creo que la escucha es más satisfactoria. Lo otro se puede escuchar luego, más tarde, por separado. La primera de las 2 propinas tenía un ritmo acelerado, muy del estilo de la canción título. El 2º añadido tampoco supone mucho más. Un funk algo repetitivo y que empeora el resultado de su compañera en el apartado de tracks ocultos; muy larga y repetitiva.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Hace un par de semanas hablamos de Texas y "White On Blonde" diciendo que fueron de los triunfadores de 1997. Bien, pues aunque "Travelling Without Moving" data de 1996, Jamiroquai fueron otro de los grupos sensación de 1997. Y es que tuvieron 2 singles que funcionaron de vicio durante muchos meses. Además, tenían un rollito independiente en su estética y proceder que les concedía encanto.
Tras este disco, con habitual portada con el simbolito de Jamiroquai sobre plásticas formas, el grupo viviría sus mejores momentos, a pesar de que hubo alguna marcha de componentes originales. Sus siguientes trabajos siguieron apuntalando a Jamiroquai e incluso compusieron un tema para la banda sonora de "Godzilla". Hubo buenos singles de aquí en adelante como "Canned heat", otro gran éxito, y otras como "Love phoolosophy", aunque aquí empezó a decaer el éxito del grupo, lo cual se terminó resquebrajando con el incomprendido "Dynamite" de 2005.
Puede que "Travelling Without Moving" sea el disco más completo del grupo. Algunos preferirán alguno de los 2 primeros (y cierto es que ahí hay muy buenos detalles), pero lo subjetivo y personal me puede y ya saben que recuerdo con mucho cariño la 2ª mitad de los años 90. Me ha gustado mucho hablar de este disco y volver a escucharlo en cinta de cassette (hoy, por motivos informáticos, no les puedo dejar fotografía del ítem). ¿Será que estoy pasando una racha tonta? Espero que no. Por cierto, la próxima semana iniciamos nuestra 6ª temporada de radio. Esta semana les iremos informando de todo. Estén atentos.