Esta semana seguiremos anclados en los años 80 e igualmente en los comienzos de la década, en la que tantos grupos surgieron asociados a la nueva ola. En esta ocasión viajaremos hasta las antípodas españolas para revisar el primer disco que editó el grupo australiano Men At Work.
Esta banda de origen “aussie”, estaba liderada sin embargo por el vocalista y guitarrista escocés Colin James Hay, escoltado por el saxofonista y experto en instrumentos de viento Greg Ham, el bajista John Rees, Ron Stryker a la guitarra eléctrica y coros y Jerry Speiser en la batería. La banda surgió en los circuitos de salas y pubs australianos, y tras haber alcanzado un nombre en el mundillo underground del país, llegó el momento de entrar en estudio y dar formato a las composiciones que tenían realizadas. “Business As Usual” sería el título del primer trabajo de la banda. El disco vino introducido de forma inmejorable debido al éxito del single “Who can it be now?”, que fue nº1 en Estados Unidos y llegó igualmente muy alto en Inglaterra.
De la misma forma, “Who can it be now?” se escogió como canción para el inicio del lp en cuestión. Su atmósfera nocturna, creada por la inestimable línea de saxo de Greg Ham y el timbre agudo de la voz de Colin Hay, se hizo acreedora de las marcas distintivas del sonido de Men At Work en un principio. La canción trata de obsesiones persecutorias y paranoides de la conducta humana, en esta ocasión concretadas en las percepciones y nerviosismo de un personaje huraño, protagonista del tema: “¿Quién puede estar llamando a mi puerta?, márchate, no vengas más por aquí. No puedes ver que es tarde en la noche, estoy muy cansado y no me siento bien. Todo lo que deseo es estar solo, mantente alejado… ¿Quién puede ser ahora? ¿Quién puede ser ahora?”. Cuando no está de por medio el saxofón de Ham, el protagonismo de la canción lo acapara la interpretación de Hay, que se superpone a la línea rítmica del bajo y batería. En 3er. lugar reseñable queda la cálida guitarra eléctrica y los acordes creados para la ocasión. Un tremendo triunfo a nivel mundial que abrió el camino del éxito a la banda. El tema está acompañado por un clip, que recrea perfectamente la angustiosa situación del personaje (encarnado por Colin), y que termina con la banda tocando en un escenario propio de los clubes en los que actuaban antes de dar el gran salto al “mainstream”. “I can see it in your eyes” es una juguetona canción que empieza con unos teclados de fantasía y con unos acordes muy acusados de guitarra eléctrica, que es lo más memorable de la pista. Colin Hay canta de forma llevadera y vertiginosa. Una inocente balada con tintes pop, que contrarresta la nocturnidad con la que se iniciaba el disco. Para mantener bien alto el nivel, se coloca el otro emblema sonoro de la formación. “Down under” es un claro tributo al país de origen de la banda, en la que se plantean situaciones graciosas y tópicas de las tradiciones de Australia. El video grabado para la ocasión, supone la fiel recreación de la alocada letra y me da por pensar que no he visto clip más delirante en mi vida. Los componentes de la banda hacen el payasete por doquier y son protagonistas de escenas enrevesadas y dadaístas, desde el inicio, en el que Jerry Speiser salta de detrás de una mesa en pleno desierto para aporrear con las baquetas unas botellas de vidrio, hasta el final, con ese paseo vestidos de blanco por mitad del desierto con los roaddies a las espaldas cargando con una caja negra siendo atizados por una mala bestia peluda, que hacen que el espectador se quede perplejo al verlo. La melodía de flauta utilizada, los claros acordes reggae de la guitarra y la desenfadada forma de cantar de Hay, crean una canción tremendamente alegre, de difícil clasificación y que por lo particular del sonido de la misma, se convirtió en un tremendo éxito internacional de ligera escucha en cualquier emisora. Nº1 tanto en Reino Unido y Estados Unidos, vino a confirmar el estrellato de la banda, que ya se había apuntado con el anterior sencillo “Who can it be now?”. El delirio lírico de la canción se puede ver reflejado en partes como “tumbado en un estudio en Bombay, con la mandíbula cansada y no mucho que decir, le dije al hombre: “¿Intentas tentarme?, porque yo vengo de un mundo de abundancia y el dijo: “¡oh! ¿Vienes de un mundo de abajo debajo? (Australia), donde las mujeres relucen y los hombres se emborrachan, ¿puedes ver ese relámpago? Mejor corre, mejor ponte a cubierto”. Clásico de los 80 y la verdadera tarjeta de presentación de la banda. “Underground” vuelve a dar protagonismo al saxo de Ham, aunque gran parte de la canción se sustenta en la línea hipnótica creada por el bajo y la batería, sobre la cual serpentea Colin Hay. “Helpless automaton” da un descanso vocal a Hay, al encargarse de la misma Ham, cuya voz se ve distorsionada a ratos en la canción. Se trata de la canción más acelerada del disco y es uno de los motivos principales por los cuales se llamaba a Men At Work los “The Police australianos”. Claramente heredera de los sonidos del “Regatta De Blanc” de la banda de Sting, lo más reseñable es el endiablado y sesudo bajo que aporta John Rees y algunas partes de guitarra que se incluyen. “People just love to play with words” regala un nuevo momento de relajado y distendido pop. Tras la agitada “Helpless automaton” se nos pone una canción más llevadera e inocua. “Be Good Johnny” es la 2ª parte de “Down under”, en lo referido principalmente a lo alocado de su ritmo. Colin Hay se mueve en la parte del estribillo, que recrea el juego de palabras del título, en unos tonos tremendamente agudos. Las diferentes guitarras utilizadas, ya sea la parte inicial con ese riff que se oye lejanamente, como la utilizada principalmente a lo largo de la canción, es el distintivo principal de esta canción, junto a ciertos teclados de sonido psicodélico que hacen compañía. Está considerada como el 3er. clásico del repertorio del grupo que incluye el disco y propone un claro juego de palabras con un clásico de la música, donde se muestra el toque humorístico y desenfadado que tenía esta banda. Sin embargo, en la parte final de “Business As Usual” se aborda un combo de 3 canciones de corte más serio. “Touching the untouchables” es un verdadero regalo. El saxofón desaforado que tiene el estribillo es de lo más remarcable del disco en conjunto. La seriedad y los niveles altos alcanzados vocalmente por Hay, a pesar de su histrionismo, son excelentes. El solo de guitarra incluido al inicio también es notable y en su conjunto es una canción inconexa con una línea discontinua de sonido. Quizás la pista más sombría del disco y la que está en menos conexión con el conjunto, pero igualmente agradecemos encarecidamente que esté incluida. “Catch a star” es un instante de relajado reggae, que puede ser perfecta para sesiones de fumata que cualquier aficionado a San Canuto se pueda pegar en su cuarto, para evadirse tranquilamente durante un rato. Se termina con la lánguida “Down by the sea”. Una balada dispuesta para cerrar el disco, y unida a las 2 anteriores, de sonido menos desenfadado, que le da un aire más formal al conjunto de la obra. Por otro lado, esta última canción supera de largo en duración a todas sus compañeras de álbum. Es muy necesario mencionar los bonus tracks incluidos en la remasterización del disco, como eran la canción de sonido de puerto marinero (sobre todo por los coros del estribillo) “Crazy” y la enérgica e instrumental “F-19”. Igualmente se incluyó un mini-bootleg de su directo Brazil de 1996, con las versiones en directo de “Who can it be now?” y “Underground”.
El disco fue un desaforado boom en todo el mundo (como siempre, en menor medida en España) y el nivel de sus ventas fue tremendo. El empaquetado del disco se componía de la portada, con esos colores amarillos y negros que recuerdan a una avispa o abeja y ese paisaje dibujado de montañas, con un tubo de escape intercalado soltando humo, y la contraportada con una foto de los camerinos de la banda en la que los componentes salían en actitud disoluta.
Tras este gran éxito cosechado por “Business As Usual”, el nivel se mantuvo más o menos en “Cargo” editado en 1983. Dicho trabajo incluía aún piezas únicas como “It’s a mistake” u “Overkill”, que hacían las veces de “Down under” y “Who can it be now” respectivamente en el 2º disco. Por otro lado, también había espacio para canciones menos conocidas, pero igualmente exquisitas, como “No sign of yesterday”.
Tras largas giras a lo largo de lo ancho del mundo, para el 3er. disco de 1985 titulado “Two Hearts”, la banda se quedó en cuadro con Ham y Hay como únicos miembros que permanecían de la formación tipo. El 3er. lp en sí vendió bien, pero como singles, los temas escogidos no tuvieron demasiada acogida entre el gran público. “Two Hearts” es un buen disco, a pesar de que la excelencia de los 2 primeros trabajos decaiga ligeramente. Canciones como “Everything i need” “Hard luck story” o “Still life” vienen a poner de manifiesto su valía. Tras este último disco, la banda se disolvió y Colin Hay comenzó su dilatada trayectoria en solitario con la grabación de su primer trabajo titulado “Looking For Jack”. Colin Hay ha quedado como un artista de culto (parecido a lo que puede pasar con David Byrne, su compatriota escocés) y exceptuando alguna canción suelta como “Into my life”, perteneciente a su disco “Wayfaring Sons”, no ha tenido prácticamente repercusión a nivel internacional.
1996 vio la reunión de Hay con su viejo amigo Greg Ham para hacer una serie de conciertos como Men At Work, junto a otros músicos reclutados al efecto por Brasil, donde el grupo fue tremendamente popular. Dicha “reunificación” de la banda dio como fruto el tremendo disco en directo “Brasil”, uno de los mejores lps de actuaciones de una banda que he tenido ocasión de escuchar desde “101” de Depeche Mode, y de eso ya hace unos años. Tras este hecho puntual, lo único que se ha vuelto a saber del grupo, fue su participación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sydney de 2000.
Men At Work están principalmente recordados por “Down under” y debido al sonido festivo y alegre que tiene la canción, la banda tiene un halo de grupo poco serio. El motivo de la presentación del disco de hoy, es demostrarles que muchas veces, detrás de lo que aparentemente parece un fenómeno “one hit wonder”, hay algo más. Men At Work es un claro ejemplo de ello. Que les aproveche “Business As Usual” y que todos ustedes tengan un feliz año 2009, en el que intentaré seguir acercándoles más discos que un servidor crea que merezcan la pena. Hasta el próximo año.
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Esta banda de origen “aussie”, estaba liderada sin embargo por el vocalista y guitarrista escocés Colin James Hay, escoltado por el saxofonista y experto en instrumentos de viento Greg Ham, el bajista John Rees, Ron Stryker a la guitarra eléctrica y coros y Jerry Speiser en la batería. La banda surgió en los circuitos de salas y pubs australianos, y tras haber alcanzado un nombre en el mundillo underground del país, llegó el momento de entrar en estudio y dar formato a las composiciones que tenían realizadas. “Business As Usual” sería el título del primer trabajo de la banda. El disco vino introducido de forma inmejorable debido al éxito del single “Who can it be now?”, que fue nº1 en Estados Unidos y llegó igualmente muy alto en Inglaterra.
De la misma forma, “Who can it be now?” se escogió como canción para el inicio del lp en cuestión. Su atmósfera nocturna, creada por la inestimable línea de saxo de Greg Ham y el timbre agudo de la voz de Colin Hay, se hizo acreedora de las marcas distintivas del sonido de Men At Work en un principio. La canción trata de obsesiones persecutorias y paranoides de la conducta humana, en esta ocasión concretadas en las percepciones y nerviosismo de un personaje huraño, protagonista del tema: “¿Quién puede estar llamando a mi puerta?, márchate, no vengas más por aquí. No puedes ver que es tarde en la noche, estoy muy cansado y no me siento bien. Todo lo que deseo es estar solo, mantente alejado… ¿Quién puede ser ahora? ¿Quién puede ser ahora?”. Cuando no está de por medio el saxofón de Ham, el protagonismo de la canción lo acapara la interpretación de Hay, que se superpone a la línea rítmica del bajo y batería. En 3er. lugar reseñable queda la cálida guitarra eléctrica y los acordes creados para la ocasión. Un tremendo triunfo a nivel mundial que abrió el camino del éxito a la banda. El tema está acompañado por un clip, que recrea perfectamente la angustiosa situación del personaje (encarnado por Colin), y que termina con la banda tocando en un escenario propio de los clubes en los que actuaban antes de dar el gran salto al “mainstream”. “I can see it in your eyes” es una juguetona canción que empieza con unos teclados de fantasía y con unos acordes muy acusados de guitarra eléctrica, que es lo más memorable de la pista. Colin Hay canta de forma llevadera y vertiginosa. Una inocente balada con tintes pop, que contrarresta la nocturnidad con la que se iniciaba el disco. Para mantener bien alto el nivel, se coloca el otro emblema sonoro de la formación. “Down under” es un claro tributo al país de origen de la banda, en la que se plantean situaciones graciosas y tópicas de las tradiciones de Australia. El video grabado para la ocasión, supone la fiel recreación de la alocada letra y me da por pensar que no he visto clip más delirante en mi vida. Los componentes de la banda hacen el payasete por doquier y son protagonistas de escenas enrevesadas y dadaístas, desde el inicio, en el que Jerry Speiser salta de detrás de una mesa en pleno desierto para aporrear con las baquetas unas botellas de vidrio, hasta el final, con ese paseo vestidos de blanco por mitad del desierto con los roaddies a las espaldas cargando con una caja negra siendo atizados por una mala bestia peluda, que hacen que el espectador se quede perplejo al verlo. La melodía de flauta utilizada, los claros acordes reggae de la guitarra y la desenfadada forma de cantar de Hay, crean una canción tremendamente alegre, de difícil clasificación y que por lo particular del sonido de la misma, se convirtió en un tremendo éxito internacional de ligera escucha en cualquier emisora. Nº1 tanto en Reino Unido y Estados Unidos, vino a confirmar el estrellato de la banda, que ya se había apuntado con el anterior sencillo “Who can it be now?”. El delirio lírico de la canción se puede ver reflejado en partes como “tumbado en un estudio en Bombay, con la mandíbula cansada y no mucho que decir, le dije al hombre: “¿Intentas tentarme?, porque yo vengo de un mundo de abundancia y el dijo: “¡oh! ¿Vienes de un mundo de abajo debajo? (Australia), donde las mujeres relucen y los hombres se emborrachan, ¿puedes ver ese relámpago? Mejor corre, mejor ponte a cubierto”. Clásico de los 80 y la verdadera tarjeta de presentación de la banda. “Underground” vuelve a dar protagonismo al saxo de Ham, aunque gran parte de la canción se sustenta en la línea hipnótica creada por el bajo y la batería, sobre la cual serpentea Colin Hay. “Helpless automaton” da un descanso vocal a Hay, al encargarse de la misma Ham, cuya voz se ve distorsionada a ratos en la canción. Se trata de la canción más acelerada del disco y es uno de los motivos principales por los cuales se llamaba a Men At Work los “The Police australianos”. Claramente heredera de los sonidos del “Regatta De Blanc” de la banda de Sting, lo más reseñable es el endiablado y sesudo bajo que aporta John Rees y algunas partes de guitarra que se incluyen. “People just love to play with words” regala un nuevo momento de relajado y distendido pop. Tras la agitada “Helpless automaton” se nos pone una canción más llevadera e inocua. “Be Good Johnny” es la 2ª parte de “Down under”, en lo referido principalmente a lo alocado de su ritmo. Colin Hay se mueve en la parte del estribillo, que recrea el juego de palabras del título, en unos tonos tremendamente agudos. Las diferentes guitarras utilizadas, ya sea la parte inicial con ese riff que se oye lejanamente, como la utilizada principalmente a lo largo de la canción, es el distintivo principal de esta canción, junto a ciertos teclados de sonido psicodélico que hacen compañía. Está considerada como el 3er. clásico del repertorio del grupo que incluye el disco y propone un claro juego de palabras con un clásico de la música, donde se muestra el toque humorístico y desenfadado que tenía esta banda. Sin embargo, en la parte final de “Business As Usual” se aborda un combo de 3 canciones de corte más serio. “Touching the untouchables” es un verdadero regalo. El saxofón desaforado que tiene el estribillo es de lo más remarcable del disco en conjunto. La seriedad y los niveles altos alcanzados vocalmente por Hay, a pesar de su histrionismo, son excelentes. El solo de guitarra incluido al inicio también es notable y en su conjunto es una canción inconexa con una línea discontinua de sonido. Quizás la pista más sombría del disco y la que está en menos conexión con el conjunto, pero igualmente agradecemos encarecidamente que esté incluida. “Catch a star” es un instante de relajado reggae, que puede ser perfecta para sesiones de fumata que cualquier aficionado a San Canuto se pueda pegar en su cuarto, para evadirse tranquilamente durante un rato. Se termina con la lánguida “Down by the sea”. Una balada dispuesta para cerrar el disco, y unida a las 2 anteriores, de sonido menos desenfadado, que le da un aire más formal al conjunto de la obra. Por otro lado, esta última canción supera de largo en duración a todas sus compañeras de álbum. Es muy necesario mencionar los bonus tracks incluidos en la remasterización del disco, como eran la canción de sonido de puerto marinero (sobre todo por los coros del estribillo) “Crazy” y la enérgica e instrumental “F-19”. Igualmente se incluyó un mini-bootleg de su directo Brazil de 1996, con las versiones en directo de “Who can it be now?” y “Underground”.
El disco fue un desaforado boom en todo el mundo (como siempre, en menor medida en España) y el nivel de sus ventas fue tremendo. El empaquetado del disco se componía de la portada, con esos colores amarillos y negros que recuerdan a una avispa o abeja y ese paisaje dibujado de montañas, con un tubo de escape intercalado soltando humo, y la contraportada con una foto de los camerinos de la banda en la que los componentes salían en actitud disoluta.
Tras este gran éxito cosechado por “Business As Usual”, el nivel se mantuvo más o menos en “Cargo” editado en 1983. Dicho trabajo incluía aún piezas únicas como “It’s a mistake” u “Overkill”, que hacían las veces de “Down under” y “Who can it be now” respectivamente en el 2º disco. Por otro lado, también había espacio para canciones menos conocidas, pero igualmente exquisitas, como “No sign of yesterday”.
Tras largas giras a lo largo de lo ancho del mundo, para el 3er. disco de 1985 titulado “Two Hearts”, la banda se quedó en cuadro con Ham y Hay como únicos miembros que permanecían de la formación tipo. El 3er. lp en sí vendió bien, pero como singles, los temas escogidos no tuvieron demasiada acogida entre el gran público. “Two Hearts” es un buen disco, a pesar de que la excelencia de los 2 primeros trabajos decaiga ligeramente. Canciones como “Everything i need” “Hard luck story” o “Still life” vienen a poner de manifiesto su valía. Tras este último disco, la banda se disolvió y Colin Hay comenzó su dilatada trayectoria en solitario con la grabación de su primer trabajo titulado “Looking For Jack”. Colin Hay ha quedado como un artista de culto (parecido a lo que puede pasar con David Byrne, su compatriota escocés) y exceptuando alguna canción suelta como “Into my life”, perteneciente a su disco “Wayfaring Sons”, no ha tenido prácticamente repercusión a nivel internacional.
1996 vio la reunión de Hay con su viejo amigo Greg Ham para hacer una serie de conciertos como Men At Work, junto a otros músicos reclutados al efecto por Brasil, donde el grupo fue tremendamente popular. Dicha “reunificación” de la banda dio como fruto el tremendo disco en directo “Brasil”, uno de los mejores lps de actuaciones de una banda que he tenido ocasión de escuchar desde “101” de Depeche Mode, y de eso ya hace unos años. Tras este hecho puntual, lo único que se ha vuelto a saber del grupo, fue su participación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sydney de 2000.
Men At Work están principalmente recordados por “Down under” y debido al sonido festivo y alegre que tiene la canción, la banda tiene un halo de grupo poco serio. El motivo de la presentación del disco de hoy, es demostrarles que muchas veces, detrás de lo que aparentemente parece un fenómeno “one hit wonder”, hay algo más. Men At Work es un claro ejemplo de ello. Que les aproveche “Business As Usual” y que todos ustedes tengan un feliz año 2009, en el que intentaré seguir acercándoles más discos que un servidor crea que merezcan la pena. Hasta el próximo año.