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viernes, 26 de febrero de 2021

DMR suspende temporalmente de nuevo su 12ª temporada en la radio

Cuando no es Alcalá de Henares es Torrejón de Ardoz. Mañana me es imposible acudir en persona a los estudios de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) para llevar a cabo un nuevo programa de la 12ª temporada, puesto que mi domicilio oficial es en Torrejón de Ardoz y este municipio lo tenemos confinado de momento.

La próxima semana seguirá confinado mi municipio, con lo que, aunque había contemplado alterar el calendario previsto para intentar hacer un nuevo programa, tampoco será posible. Por tanto, el próximo viernes habrá un nuevo post de revisión de disco a mi cargo y cuenta. El sábado 13 de marzo veremos si podemos llevar a cabo un nuevo programa de radio. Menuda situación...

De momento, mañana a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), continúen escuchando la redifusión del último programa que pude hacer el pasado 30 de enero dedicado a "Foxtrot" de Genesis.
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viernes, 19 de febrero de 2021

Yelle - L'Ere Du Verseau (2020)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Sin duda 2020 ha sido generoso a la hora de ofrecernos nuevos discos que nos hicieran un poco olvidar una pandemia que nos ha cambiado completamente la vida a todos los niveles. El mundo musical se ha visto seriamente afectado con la práctica totalidad de los conciertos suspendidos, lo que ha causado un enorme perjuicio a los artistas puesto que hoy por hoy el directo es su principal fuente económica y todo apunta que esto seguirá así hasta finales de este año o principios del 2022.

Sin embargo y a contracorriente, nos hemos encontrado con artistas que han arriesgado en un año tan complicado y han decidido no retrasar sus nuevos trabajos. Es el caso que nos ocupa con Yelle que después de seis años vuelven a presentar un álbum nuevo.

Parece mentira pero el proyecto de Julie Budet y Grand Marnier lleva ya 15 años funcionando con muy buena salud desde aquel rompedor álbum “Pop Up!” en 2007, que les dio a conocer no solo en Francia sino a nivel internacional. El descaro de su cantante, el sentido del humor, las letras ácidas, un electropop cargado de bpms y el negarse a cantar en inglés (cuando se había convertido en norma en el pop francés de esa época), además de una estética exagerada, fueron sus señas de identidad.

Yelle demostraron que se podía hacer pop electrónico en francés y tener un considerable éxito. Con su siguiente álbum “Safari Disco Club” (2011) perfeccionan su sonido ofreciendo un disco mucho más trabajado que, aunque es continuista de su debut, ofrece una paleta de sonidos y arreglos perfectos para que la pista de baile no decaiga nunca con unas muy presentes percusiones que se iban a integrar de aquí en adelante perfectamente en su sonido.

Gracias a un tour que realizaron como teloneros de Katy Perry y un remix del tema “Hot 'n' cold” que realizaron para la misma, el productor Dr. Luke (Kesha, Katy Perry, Miley Cirus, Nicki Minaj, etc) los contacta y acuerdan la producción del siguiente álbum “Completement Fou” (2014), donde intentan meterse más aun en el bolsillo al público americano con un álbum que incluye algún que otro trallazo pop en forma de single, pero que en general tiende más al medio tiempo y revela un lado más romántico del grupo.

Tras este disco el grupo permanece activo, pero el nuevo álbum se hace esperar, empiezan a lanzar una serie de singles que suponíamos serian adelanto de un nuevo disco largo. Así salió en 2016 la agridulce “Ici et maintenant”, seguida en 2017 de la divertida “Interpassion” y “Romeo” que juega con sonidos house noventeros y que es sin duda la mejor de esta serie de singles sueltos. Finalmente lanzan en 2018 la petarda y bakaladera “OMG!!!” y todas estas canciones terminan recopiladas en un ep llamado “Bops” que se publica ese mismo año.

Ciertamente se veía al grupo con una cierta falta de dirección; cada canción incluida en este último ep era de un estilo completamente diferente a las demás. Era como si Yelle estuvieran intentando disparar en varias direcciones con el fin de encontrar la canción que les marcase el camino a seguir mientras seguían con sus giras, pero sin disco largo nuevo. Por eso tras esta etapa un tanto irregular, sorprende la coherencia de su nuevo álbum. Pasamos a analizarlo.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Emancipense”: El álbum empieza con fuerza con una canción que mezcla contundentes percusiones con sonidos de deep house, que pueden recordar a esos remixes de finales de los 90 y principios del 2000 de gente como Todd Terry o Marshall Jefferson. El resultado es un absoluto trallazo que no deja indiferente. Además utiliza una fórmula que, aunque es difícil ejecutar con acierto, cuando se consigue el resulto es óptimo: el realizar pequeñas variaciones dentro de un ritmo o una melodía repetitiva e hipnotica, que es la fórmula que patentaron Kraftwerk en su etapa de mayor creatividad en los años 70 y principios de los 80. “Emancipense” habla de como expresar a través del baile lo que no nos atravemos a hacer en situaciones más normales, consiguiendo así una verdadera liberación.

2. “J’veux un chien”: Es uno de los temas que sin duda ha conseguido una mejor reacción por parte de los fans. El tema juega con la ambivalencia entre un animal de compañía y un amante con ingeniosos juegos de palabras. Uno de los puntos fuertes de Yelle es su capacidad para retorcer el lenguaje con humor y sarcasmo, así con frases que suenan casi iguales (j’veux un chien, un animal / j’veux un chien un ami male) consiguen significados completamente diferentes. Si a un estribillo tan adictivo le añades una superposición de sintetizadores envolventes y esos coros tan caracteristicos de Yelle, el resultado final es el primer gran tema del álbum.

3. “Je t’aime encore”: Fue uno de los adelantos del álbum y es una canción que empieza de forma reposada y con una cierta melancolía, aunque ese piano un tanto triste que va construyendo un tema al que se le añaden una serie de matices que lo hacen más interesante. Sin embargo, se queda en un medio tiempo que no llega a explotar; supongo que para eso están los numerosos remixes que se han hecho de este tema. Nuevamente Yelle juega con los paralelismos. Por un lado esta canción puede ser interpretada como el trascurso de una relación sentimental complicada, pero más bien Yelle hablan de la sensación de incomprensión que sienten en Francia, donde su éxito es bastante limitado en comparación con el que cosechan en otros países a lo largo del globo con sus interminables giras.

4. “Karate”: Al igual que en “Emancípense” se trata de un tema ultra repetitivo que utiliza pequeñas variaciones en su sonido sobre un ritmo techno machacón adornado con potentes percusiones. La letra de la canción se limita a una sola frase que puede parecer poca cosa, pero que en mi opinión aumenta la efectividad del tema. La frase “ton kimono est un pijama” hace referencia claramente a las redes sociales y como la gente se envalentona en ellas para lanzar toneladas de odio mientras está sentado delante del ordenador en pijama. Lo que viene a decir “Karate” es que en un cara a cara toda esta gente no tendría ni una pizca del valor que parecen demostrar por las redes. Una canción muy bailable y efectiva, frenética, hipnótica y excesiva. Absoluto minimalismo y simplicidad que termina siendo memorable. La canción ha contado con un video un tanto rayante donde un karateka parece estar en un estado de trance bajo los efectos de alguna droga, mientras vemos a Julie Budet vestida al estilo ninja en un paisaje montañoso.

5. “Menu du jour”: La primera parte del disco acaba con un tema algo más convencional que el anterior. En esta canción una sutil base electrónica se mezcla con algunos sonidos arabescos creando un tema bastante sensual que sorprende por lo inesperado de los cambios de ritmo y esa melodía circular que consigue que el tema no pase desapercibido y sea absolutamente reconocible. Una placentera píldora pop.
6. “Mon beau chagrín”: La segunda parte del disco empieza con este curioso tema que en realidad es una adaptación de la canción “Picture of departures” de Tony Himas. En la canción Julie recita simplemente el que podría ser el itinerario de conciertos de su última gira haciendo hincapié en que es el público el que hace posible que ellos estén alii. Un tema curioso que es una buena introducción a la segunda parte del álbum.

7. “Vue d’en face”: El tema comienza con un curioso tintineo saltarín que nos introduce en una curiosa trama donde pareciese que nos estuvieran contando la historia de un fantasma condenado a vagar por una casa y a ver el día a día de su antiguo compañero. Yelle consiguen tratar un tema duro como la muerte y envolverlo en melodías de pop electrónico que en algunas partes se hacen más intensas con varias capas de sintetizadores actuando a la vez. El resultado es óptimo y nos demuestra la gran carga imaginativa del grupo a la hora de plantear temas para sus canciones, al tiempo que ofrecen esas dobles lecturas habituales en ellos; este podía ser un tema sobre la muerte, pero también una relación donde una de las personas vive simplemente a través del otro y no tiene ninguna iniciativa.

8. “Noir”: Podríamos calificar “noir” de una canción sobre el hartazgo donde llega un momento en que ya no te importa nada y decides romper con todo lo anterior. Aquí nuestra protagonista decide cambiar completamente de actitud dejando a todos perplejos. En cuanto a la instrumentación, aquí las percusiones vuelven a tener un gran protagonismo dándole mucho más dinamismo a la canción, que por otro lado es muy pegadiza y bailable con un pequeño toque ochentero.

9. “Peine de mort”: Está claro que el tema de la muerte da bastante juego y en “Peine de mort” vuelven a tratarlo con una perspectiva completamente positiva (ellos quieren abolirla), poniendo de relieve el punto de vista de la persona que ha perdido a un ser querido y no sabe si desde donde quiera que esté le estará observando. En realidad estamos ante una canción bastante romántica y enérgica, que cuenta con un final donde la percusión y una logradísima melodía de sintetizador se combinan para hacer que esta canción explote y deje el listón muy alto. Podría ser perfectamente la última canción del disco.

10. “A million”: El álbum acaba con su tema más melancólico y reflexivo. Se ha convertido en costumbre que Yelle cierren sus álbum desde un tiempo a esta parte con baladas y en este caso se marcan un tema plagado de detalle,s como esos toques de guitarra sintetizada bajo un fondo ambient que llena toda la canción. “A million” habla del miedo a enfrentarse a nuevas situaciones que nos sacan de nuestra zona de confort. Un miedo que puede llevarnos a rechazar este tipo de situaciones y encerrarnos más en nosotros mismos. Un excelente final que demuestra el buen momento del grupo a nivel compositivo.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Yelle han vuelto con el que es sin duda el disco más consistente de su carrera. Un verdadero renacimiento para el grupo, con un sonido nuevo más elaborado e hipnotico. Quizás “L’Ère Du Verseau” no tiene hits inmediatos como “Completement fou” , “Comme un enfant” o “Je veux te voir”, pero sin duda es su trabajo de más calidad tanto en textos como en la parte musical donde han querido experimentar añadiendo nuevos elementos a su sonido, y aquí la vuelta al grupo de Tanguy Destable para colaborar en algunas canciones ha sido clave.

Pienso que “L’Ère Du Verseau” define mejor que cualquier otro álbum de Yelle el espíritu del grupo y todas las diferentes facetas del mismo, además de representar una evolución en su sonido siendo fieles a sí mismos. Por eso no podemos hablar de un álbum maduro (a la música de Yelle no le pega esa palabra), sino más bien de un álbum divertido capaz de hacernos pensar mientras lo disfrutamos.

El humor, los juegos de palabras y las ganas de pista de baile siguen ahí como estaban en su primer álbum, pero el grupo poco a poco ha ido introduciendo grandes dosis de ironía en sus letras y un cierto toque sensual.

Desgraciadamente la gira que estaba prevista con este álbum tuvo que ser suspendida. Toda una pena. Al menos dieron un concierto sin público en el canal Arte donde más o menos dan el show que pensaban presentar en directo. Sea como sea, Yelle siguen muy activos intentando sacarle todo el jugo posible a este nuevo álbum con diversos remixes, videoclips, etc. Esperemos que toda esta pandemia acabe pronto permitiéndonos disfrutar de uno de los grupos más interesantes y divertidos del electropop francés.

Texto: Alfredo Morales.
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viernes, 12 de febrero de 2021

DMR suspende temporalmente su 12ª temporada en la radio

Ya advertimos durante la realización del último programa que dedicamos a "Foxtrot" de Genesis, que no iba a ser posible llevar a cabo una nueva edición este sábado 13 de febrero de 2021 por el confinamiento de Alcalá de Henares. La maldita pandemia nos va a seguir afectando de esta manera, así que igual que nuestro inicio de temporada se vio demorado, ahora nos toca de nuevo suspender la actividad prevista.

En principio tengo previsto no modificar el calendario que tenía establecido de programas, con lo que si en la fecha que tocase no podemos ir a los estudios de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), lo que haremos será un post como este de información sobre el aplazamiento; vamos a terminar agotando los emoticonos tristes o cabreados a este paso.

Mañana intenten escuchar la redifusión del programa sobre "Foxtrot" de Genesis a las 16.00h en el dial de RUAH. Digo lo de "intenten", porque esta semana han habido complicaciones con la continuidad de la radio y la emisión de repeticiones de programas. Veremos si el sábado 27 de febrero podemos ofrecerles nuevo contenido. Más lo sentimos nosotros. Cuídense y a ser buenos/respetuosos con la normativa que nos toca soportar.
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viernes, 5 de febrero de 2021

Portishead - Dummy (1994)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Portishead se engloba dentro de un movimiento que, como todas las etiquetas, resultó totalizador y amplio. Estamos hablando del nacimiento y la edad de oro del trip hop. Grupos como Portishead, Massive Attack, Morcheeba o artistas como Tricky, hicieron fama y cosecharon excelentes críticas durante la primera mitad de los años 90. Se trataba de un hip hop más sofisticado, que aunaba bases electrónicas ambientales y oscuras, bajos y percusiones profundas, además de poder mezclarse con casi todo. No es difícil encontrar soul, reggae o jazz en los álbumes de estos grupos.

Ya, cuando hablamos en su momento del “Protection” (1994) de Massive Attack, señalamos que gran parte de la escena se generó en torno a la ciudad de Bristol, en Reino Unido. Y desde ahí fue irradiando hacia todo el orbe mediante excelentes críticas y una nada desdeñable radiodifusión. Grupos significativos como Everything But the Girl, por ejemplo, fueron enormemente influidos por el trip hop, llegando a convertirse, de hecho, en un integrante más del movimiento. Sobre todo, en su disco “Walking Wounded” de 1996.

Portishead tiene varias peculiaridades que los diferencia de otros grupos. La voz de Beth Gibbons es personalísima. Se ha llegado a compararla, de forma hiperbólica, con Billie Holiday. En cualquier caso, su voz aguda, fuerte, pero con sensación de vulnerabilidad, es perfecta para la melancolía, la tristeza y los ambientes opresivos. Y es que la música de Portishead lleva casi siempre un marchamo oscuro y algo decadente. Tampoco son desdeñables los toques cinematográficos que se añaden a sus composiciones, y el prolijo uso del sampler en muchas de las canciones.

Acompañando a Beth Gibbons en la composición de las canciones están Geoff Barrow y Adrian Utley. Además, se encargan de aportar instrumentación como pianos, órganos, theremín, etc. Geoff Barrow es más ducho en el manejo de los samplers, y Adrian Utley en los arreglos más orgánicos.

Dentro de los charts el debut de la banda, “Dummy”, allá por 1994, alcanzó una resonancia notable, llegando al número 2 en la lista de discos del Reino Unido, y actualmente tiene un elevado prestigio, y sigue siendo una obra mimada por la crítica. La fama es merecida. En los días oscuros, pesimistas, y algo tristes, esta música es una compañía bastante coherente. Hay un sentimiento de desesperación y amargura que, salvadas ciertas prevenciones, se acaban incrustando dentro del oyente.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Mysterons”: Como botón de muestra de las características de Portishead valga esta canción. Sobre todo, en su vertiente más oscura. Los arreglos de theremín son totalmente siniestros, conduciendo la canción entre la tensa calma y la angustia sin más. Son muy interesantes los leves toques de guitarra, casi al modo de una película de espías, los arreglos de scratch típicos del hip hop, y sobre todo la angustiada voz de Beth Gibbons. Tétrica y emocional. La canción es una amalgama de elementos de lo más interesante, y una muy buena incursión en las oscuridades musicales.

2. “Sour times”: Un pequeño clásico de la banda, y segundo single de “Dummy”. Más accesible que la primera canción, pero sin abandonar la oscuridad. El curioso toque de música de espías, que percibíamos en el anterior tema se potencia en este segundo corte. La canción es sofisticada y poco a poco se va haciendo pegadiza. Los toques electrónicos la sientan bastante bien. Ojo al sampler de Lalo Schifrin incluido. En principio, tuvo un éxito moderado, pero un relanzamiento posterior aupó la canción en las listas británicas hasta el número 13. El vídeo musical está formado por imágenes del cortometraje “To Kill a Dead Man”, creado por la propia banda. Otras imágenes del corto son utilizadas para la portada y el libreto interior del disco.

3. “Strangers”: En esta tercera canción el ritmo es más marcado y las bases más obsesivas y contundentes. Es curiosa la forma de cantar de Beth Gibbons, que en primera instancia casi suena como en segundo plano, o como si la grabación fuese antiquísima. Posteriormente la voz vuelve a su ser y se compenetra bien con los beats. Esta canción es más animada y la voz de Beth brilla más, incluyendo algunos giros vocales de lo más interesante. También es una de las canciones que más tira hacia la electrónica y los ritmos sintetizados. El sample del grupo Weather Report, da un insólito toque de jazz y elegancia. De momento, el comienzo del disco raya a un alto nivel, ofreciéndonos unas composiciones sólidas, misteriosas y sofisticadas.

4. “It could be sweet”: Esta canción es trip hop puro, con unas bases que recuerdan a Massive Attack, pero añadiendo un elemento de soul torturado, gracias a la voz de Beth Gibbons. Es precisamente la parte vocal, lo más interesante de esta canción, que también puede presumir de un minimalismo sofisticado. Uno de los números más accesibles del disco. Además, es una de las primeras canciones que grabó el grupo.

5. “Wandering star”: Volvemos a las tinieblas. Las bases y los teclados son persistentes y obsesivos de nuevo. Beth Gibbons canta con pesadumbre, incluso a ratos parece hacerlo con un miedo contenido. Registro, todo esto, que Portishead dominan a la perfección. Quizá sobra algún scratch en los arreglos, pero es una buena canción. Aunque la oscuridad la haga un poco inaccesible en un primer momento.

6. “It´s a fire”: Continúa el turno de estilos, tocando ahora la faceta sofisticada e incluso a ratos agradable. Los dos principales elementos de la canción son un órgano Rhodes y la voz de Beth. Transmite una calidez que no es demasiado propia del grupo, y se oye con gusto. Un remanso de paz en las turbulencias de “Dummy”.
7. “Numb”: Aquí coexisten las dos tendencias propias de Portishead. De un lado la vertiente misteriosa y algo trágica y de otro la elegancia minimalista. El resultado finalmente acaba siendo incluso pegadizo, a lo que ayudan unas características bases y unos buenos arreglos de órgano. La voz de Beth Gibbons es peculiar, es más vivaz que en otros cortes, pero también algo más temblorosa. Interesante canción. Fue el primer single de “Dummy”, lanzado allá por Junio de 1994.

8. “Roads”: Y llegó el momento culminante de la melancolía y la decadencia que Portishead pueden crear. Una canción hermosa y triste, de esas que te pueden arruinar el día como lo lleves un poco torcido Desde los primeros y leves arreglos de sintetizador, a la voz quejumbrosa y casi llorosa de Beth Gibbons, la canción acaba partiéndote el corazón según va subiendo de intensidad la melodía y se añaden unos estupendos arreglos de cuerda. Emocionalmente es la canción más intensa del disco, y transmite una sensación de congoja realmente notable. La construcción y composición de la canción es meticulosa y preciosista. Puede que sea una de las mejores que hayan hecho Portishead, y como tal está reputada; aunque no fue single. Enorme canción, aunque puede ser devastadora.

9. “Pedestal”: Para compensar el derroche emocional de la anterior canción, tenemos este tema bastante más ligero. Sin embargo, no es exactamente una canción luminosa. El tono de voz de Beth Gibbons es misterioso, con efectos de eco, y los arreglos son más o menos sencillos. Algo pasada la mitad tiene unos toques de jazz, cortesía de unos bienvenidos arreglos de trompetas. No es un punto alto, pero se escucha bien y genera una buena atmósfera.

10. “Biscuit”: Más contundente es esta canción, que además vuelve a traernos a los Portishead más oscuros. Las bases son secas y recias, las ligeras notas sintetizadas dan un toque algo fantasmal y la melodía vocal suena de nuevo desesperanzada, quejumbrosa. A esto hay que añadir un sample de una canción de Johnnie Ray con la voz deformada hasta parecer grotesca. Esta canción es marca Portishead, con sus atmósferas oscuras y secas, pero con un toque más extraño.

11. “Glory box”: Portishead cierran el disco de excelente manera, con su tercer single. Tiene un arreglo de cuerda bastante reconocible, sampleado de una canción de Isaac Hayes, que curiosamente fue utilizado también al año siguiente por Tricky, otro artista señero del trip hop; concretamente para su canción “Hell is around the corner”. Las guitarras distorsionadas que se escuchan, es lo más próximo que “Dummy” está del rock. La voz de Beth Gibbons suena desesperada, pero utilizando un tono más sedoso y sensual. Me gusta definir esta canción como un “calentón de mal rollo” (con Beth cantando “dame una razón para amarte, dame una razón para ser una mujer”). En cualquier caso, se trata de un excelente final de disco; elegante y pasional.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Dummy” sigue siendo un punto referencial del trip hop, y de la música de los 90. Justo es reconocer que no es disco que entre fácilmente en las primeras escuchas. Hay que dedicar una cuota de tiempo para que su música penetre. Pero la recompensa es muy valiosa, el disfrute de un suculento disco. Tengamos presente también que, aunque tiene partes seductoras, el tono de la música el más bien oscuro, pesimista y algo decadente. Aunque, claro está, tiene que haber hueco para todo tipo de emociones.

La obra de Portishead es muy poco prolífica. En 1997 lanzaron su disco homónimo, que contenía algunas joyas como la espléndida “All mine” o la tétrica “Over”, manteniendo un alto nivel musical. Al año siguiente editan un directo (“Roseland NYC Live”), para no regresar hasta… 2009. El regreso, de nombre “Third”, fue objetivo de alabanzas casi unánimes, además de merecidas, y contenía algunos experimentos influenciados por el krautrock e incluso la música industrial. Como canción para el recuerdo, la delicada y misteriosa “The rip” (una favorita personal), que incluso fue incluida en un anuncio para un perfume de Gucci. Destacar, como rareza, el disco en solitario que Beth Gibbons lanzó en 2002 junto con Rustin Man (el alias de Paul Webb, bajista de Talk Talk)., y que se llamó “Out Of Season”. No deja de ser una lástima que este interesante grupo no se prodigue más, teniendo las virtudes musicales que poseen, lo que hace que cada lanzamiento sea como un pequeño acontecimiento. A saber, por dónde pasa el futuro de Portishead, pero confiemos en que aún nos entreguen nueva música.

Texto: Mariano González.
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