Durante las 3 próximas semanas, con total seguridad nos vamos a encargar de abordar la figura de 3 personajes individuales o artistas en solitario del mundo de la música. Salvo cambio de última hora, las próximas 3 entregas versarán sobre compositores e intérpretes en lugar de bandas o grupos. Hoy es la 1ª de esas 3 entregas.
Muchas veces ya se lo he dicho: siempre intento adecuar el disco de cada semana a la época del año que atravesamos. En esta ocasión, al menos por el título, no me dirán que no nos encontramos ante una obra apropiada para estas fechas. Y el caso es que el disco “On The Beach” del músico británico Chris Rea en tanto a concepción veraniega va más allá del nombre que tiene.
Poco puedo decirles del bueno de Chris, aparte de decirles que es un guitarrista y compositor británico, con una fuerte influencia de jazz y soul en su estilo, que destaca también por su voz ciertamente rasgada. No soy un erudito en la materia y tampoco voy a fusilarles lo que indique en la wikipedia. Solamente puedo introducirles hoy comentándoles la forma en la que conocí a Chris y alguna curiosidad, aparte de advertirles que además de su reconocido éxito personalizado en el álbum que les he seleccionado, Chris tiene una dilatada trayectoria musical. Recuerdo que sería hace unos 9 años en la cadena de tv Vh1, en el programa So 80’s cuando di con este guitarrista de cierto parecido físico con Andy Summers de The Police.
Como no, el contacto se produjo a través del estival videoclip de la canción que da título al disco que nos ocupa. Posteriormente, en verano de 2002 encontré al nada desdeñable precio de cinco euros el cd en la extinta serie media del Alcampo del Parque Corredor de Torrejón de Ardoz. Me hice con él y desde entonces he tenido una curiosa relación de escucha con el mismo, pues siempre que lo he recuperado ha sido en verano. No sé por qué mecanismo psicológico, no me ha dado por escucharlo, ni lo he considerado apropiado en otros momentos del año. Es un disco de agradable escucha y muy relajante. Procedamos a analizarlo.
Hay que puntualizar que la versión más pop de “On the beach” es la que se editó como single, siendo sustancialmente diferente a la que forma parte del lp y que a su vez es el tema de apertura. A priori, cuando compré el disco, me sentí algo defraudado por no encontrar la inmediatez de esos acordes pop de guitarra y darme de frente con una versión más virtuosa y casi chill-out a ratos. No obstante, y como casi siempre sucede, a la larga termina apreciándose más la versión del lp, pues envejece mejor su percepción auditiva que la mayor comercialidad de la versión single (caso que muchas veces ocurre con Depeche Mode). El clip que se grabó, con Chris tocando apoyado en las paredes de cal de una finca costera y la conjunción de imágenes del mar, de la playa y del faro, es sin duda alguna muy apropiado tanto por el título de la canción, como por el sonido de la misma. Y tras este inicio con uno de los temas más memorables de Rea, continuamos el tranquilo devenir por este disco tan relajante. De hecho, los efectos sonoros del comienzo de “Little blonde plaits” reportan una calma increíble. Tiene un sonido y melodía menos luminosa que “On the beach” y es de una inmediatez menor. “Giverny” abunda en la vertiente más sentida del disco, al tratarse de uno de los cortes más delicados que contiene. Se afronta en 4º lugar del disco un tema de sonido más desenfadado en el que Chris aboga por su día de suerte en “Lucky day”. Un ejemplo algo pachanguero, dentro de un disco tremendamente elegante y relajado. De hecho, retomamos la calma con “Just passing through”, dispuesta acto seguido, que cuenta con ciertas notas de piano muy interesantes, dispuestas sobre una sosegada base rítmica de origen jazzístico. En esta delicada y lenta pieza, también hay sitio para esos matices sonoros que nos encontrábamos al inicio de “Little blonde plaits”, que personalmente tanto me gustan. En mi modesta opinión, el 2º punto álgido destacado del disco tras la canción que lo titula, lo encontramos al enfilar la 2ª mitad de la obra, de la mano de “It’s all gone”. Aquí los sintetizadores y la energía (dentro de su contención y calma) que transmite Chris al cantar, como la melodía acompasada de todos los instrumentos, dan lugar al tema más pop de la obra. He aquí, una de las canciones que vengo a llamar joyas ocultas. Resulta igualmente interesante la parte final instrumental y más soul, una vez dejada la estructura pop más pura. Igualmente nos encontramos ante el tema más extenso, que supera los 7 minutos de duración. Tras este ejercicio de pop animado, alternado con soul, nos encontramos con otro ejemplo sentido de canción, tanto en lo sonoro, como en lo lírico, en la que Chris se dirige a un amigo del pasado titulada “Hello friend”. Quizás es el momento más emocional de Rea al micrófono a lo largo de la hora exacta de música que contiene “On The Beach”. En definitiva, pero con un sonido distinto, se vuelve a hablar de pérdidas, como también se hacía en la anterior canción de evidente título “It’s all gone”.“Two roads” comienza con una interesante y rítmica intro, con unos acertados acordes de guitarra, que a la larga dan paso a una luminosa y animada canción, en la que Chris medita sobre los diferentes caminos que el destino marca para 2 personas que por casualidad se conocen y coinciden en un puntual affaire. Destaca sobremanera la guitarra tan saltarina de Chris en esta pista. De lo movidito pasamos al extremo opuesto en otra pieza íntima titulada “Light of hope”, con una lenta cadencia de un sonido casi acústico. Después llegamos a “Auf immer und ewig”, una composición de sonido más electrónico y oscuro de lo más interesante, que forma parte de la banda sonora de una película del mismo título que desconozco, y que está compuesta en inglés con el único matiz en alemán de su título y la inserción del mismo en partes de la canción (de hecho Chris a ratos parece más bien alemán que británico por su aspecto). Los acordes de la guitarra al comienzo, dispuestos sobre la base sintética del principio es una auténtica maravilla, que por fortuna se repite cíclicamente a lo largo del corte. Abandonamos el cierto oscurantismo y mayor épica de “Auf immer und ewig”, para afrontar una canción de textura amable. “Freeway” nos abre el camino del final del disco, y aunque es una pieza agradable, no viene a aportar nada nuevo que Chris no nos haya mostrado ya a lo largo de las 11 canciones que ya llevamos de disco. En este aspecto, puede estar cercana a “Giverny”, o al menos así me lo parece. “Bless them all” es un tema instrumental, cortito de duración, de transición al final del disco. El cierre lo aporta “Crack that mould”, que tiene una inyección de ritmo contra todo pronóstico. Podríamos esperarnos que Chris nos quisiera dejar relajados con un tema de sonidos y matices suaves, pero aquí afrontamos una canción con una animada base rítmica y unas marcadas notas de piano que nos hacen movernos bastante en comparación con el resto de canciones que figuran en la 2ª mitad del disco tras “It’s all gone”. No está mal la canción, pero yo desde mi punto de vista hubiera rubricado el disco de otra forma.
“On The Beach”, y más que el lp si cabe la propia canción que lo titula en su versión single más pop, fue un notable éxito para Rea. Una aceptación de tal calibre que se puede dar el caso de que por esta obra a Chris se le pueda considerar un “one hit wonder”, cuando no es así, puesto que Chris Rea tiene una dilatada trayectoria musical desde finales de los 70; de hecho, por lo visto el maestro Ángel Álvarez en una de las promos que metía en su programa “Vuelo 605”, al hacer publicidad del recopilatorio de grandes éxitos de Chris decía “conoces muchas más canciones de las que crees”. Y así es, pero ya se sabe cómo funcionan los mecanismos de la memoria colectiva y esa percepción sobre Chris es un hecho.
En definitiva, y lo más importante, es que “On The Beach”, más allá de la obviedad de su título, es un disco perfecto para estas fechas. Es recomendable para escucharlo allá en sus destinos vacacionales. Hace 3 años hice la prueba de escucharlo en una cala de Mallorca, en la cual proliferaban los alemanes, y la verdad que la experiencia fue más que interesante. No es muy aconsejable para el trayecto si es que les toca conducir, pues es un disco que relaja y en ese aspecto podría no ser muy adecuado.
Espero que lo pasen bien de la mano de Chris. Yo tengo pendiente introducirme más a fondo en la trayectoria de este músico, pero reconozco que estoy muy orgulloso de haberme gastado aquellos 5 euros en adquirir este disco de portada igualmente tan veraniega, con esa foto de esa colorida sombrilla anclada en la fina arena.
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Muchas veces ya se lo he dicho: siempre intento adecuar el disco de cada semana a la época del año que atravesamos. En esta ocasión, al menos por el título, no me dirán que no nos encontramos ante una obra apropiada para estas fechas. Y el caso es que el disco “On The Beach” del músico británico Chris Rea en tanto a concepción veraniega va más allá del nombre que tiene.
Poco puedo decirles del bueno de Chris, aparte de decirles que es un guitarrista y compositor británico, con una fuerte influencia de jazz y soul en su estilo, que destaca también por su voz ciertamente rasgada. No soy un erudito en la materia y tampoco voy a fusilarles lo que indique en la wikipedia. Solamente puedo introducirles hoy comentándoles la forma en la que conocí a Chris y alguna curiosidad, aparte de advertirles que además de su reconocido éxito personalizado en el álbum que les he seleccionado, Chris tiene una dilatada trayectoria musical. Recuerdo que sería hace unos 9 años en la cadena de tv Vh1, en el programa So 80’s cuando di con este guitarrista de cierto parecido físico con Andy Summers de The Police.
Como no, el contacto se produjo a través del estival videoclip de la canción que da título al disco que nos ocupa. Posteriormente, en verano de 2002 encontré al nada desdeñable precio de cinco euros el cd en la extinta serie media del Alcampo del Parque Corredor de Torrejón de Ardoz. Me hice con él y desde entonces he tenido una curiosa relación de escucha con el mismo, pues siempre que lo he recuperado ha sido en verano. No sé por qué mecanismo psicológico, no me ha dado por escucharlo, ni lo he considerado apropiado en otros momentos del año. Es un disco de agradable escucha y muy relajante. Procedamos a analizarlo.
Hay que puntualizar que la versión más pop de “On the beach” es la que se editó como single, siendo sustancialmente diferente a la que forma parte del lp y que a su vez es el tema de apertura. A priori, cuando compré el disco, me sentí algo defraudado por no encontrar la inmediatez de esos acordes pop de guitarra y darme de frente con una versión más virtuosa y casi chill-out a ratos. No obstante, y como casi siempre sucede, a la larga termina apreciándose más la versión del lp, pues envejece mejor su percepción auditiva que la mayor comercialidad de la versión single (caso que muchas veces ocurre con Depeche Mode). El clip que se grabó, con Chris tocando apoyado en las paredes de cal de una finca costera y la conjunción de imágenes del mar, de la playa y del faro, es sin duda alguna muy apropiado tanto por el título de la canción, como por el sonido de la misma. Y tras este inicio con uno de los temas más memorables de Rea, continuamos el tranquilo devenir por este disco tan relajante. De hecho, los efectos sonoros del comienzo de “Little blonde plaits” reportan una calma increíble. Tiene un sonido y melodía menos luminosa que “On the beach” y es de una inmediatez menor. “Giverny” abunda en la vertiente más sentida del disco, al tratarse de uno de los cortes más delicados que contiene. Se afronta en 4º lugar del disco un tema de sonido más desenfadado en el que Chris aboga por su día de suerte en “Lucky day”. Un ejemplo algo pachanguero, dentro de un disco tremendamente elegante y relajado. De hecho, retomamos la calma con “Just passing through”, dispuesta acto seguido, que cuenta con ciertas notas de piano muy interesantes, dispuestas sobre una sosegada base rítmica de origen jazzístico. En esta delicada y lenta pieza, también hay sitio para esos matices sonoros que nos encontrábamos al inicio de “Little blonde plaits”, que personalmente tanto me gustan. En mi modesta opinión, el 2º punto álgido destacado del disco tras la canción que lo titula, lo encontramos al enfilar la 2ª mitad de la obra, de la mano de “It’s all gone”. Aquí los sintetizadores y la energía (dentro de su contención y calma) que transmite Chris al cantar, como la melodía acompasada de todos los instrumentos, dan lugar al tema más pop de la obra. He aquí, una de las canciones que vengo a llamar joyas ocultas. Resulta igualmente interesante la parte final instrumental y más soul, una vez dejada la estructura pop más pura. Igualmente nos encontramos ante el tema más extenso, que supera los 7 minutos de duración. Tras este ejercicio de pop animado, alternado con soul, nos encontramos con otro ejemplo sentido de canción, tanto en lo sonoro, como en lo lírico, en la que Chris se dirige a un amigo del pasado titulada “Hello friend”. Quizás es el momento más emocional de Rea al micrófono a lo largo de la hora exacta de música que contiene “On The Beach”. En definitiva, pero con un sonido distinto, se vuelve a hablar de pérdidas, como también se hacía en la anterior canción de evidente título “It’s all gone”.“Two roads” comienza con una interesante y rítmica intro, con unos acertados acordes de guitarra, que a la larga dan paso a una luminosa y animada canción, en la que Chris medita sobre los diferentes caminos que el destino marca para 2 personas que por casualidad se conocen y coinciden en un puntual affaire. Destaca sobremanera la guitarra tan saltarina de Chris en esta pista. De lo movidito pasamos al extremo opuesto en otra pieza íntima titulada “Light of hope”, con una lenta cadencia de un sonido casi acústico. Después llegamos a “Auf immer und ewig”, una composición de sonido más electrónico y oscuro de lo más interesante, que forma parte de la banda sonora de una película del mismo título que desconozco, y que está compuesta en inglés con el único matiz en alemán de su título y la inserción del mismo en partes de la canción (de hecho Chris a ratos parece más bien alemán que británico por su aspecto). Los acordes de la guitarra al comienzo, dispuestos sobre la base sintética del principio es una auténtica maravilla, que por fortuna se repite cíclicamente a lo largo del corte. Abandonamos el cierto oscurantismo y mayor épica de “Auf immer und ewig”, para afrontar una canción de textura amable. “Freeway” nos abre el camino del final del disco, y aunque es una pieza agradable, no viene a aportar nada nuevo que Chris no nos haya mostrado ya a lo largo de las 11 canciones que ya llevamos de disco. En este aspecto, puede estar cercana a “Giverny”, o al menos así me lo parece. “Bless them all” es un tema instrumental, cortito de duración, de transición al final del disco. El cierre lo aporta “Crack that mould”, que tiene una inyección de ritmo contra todo pronóstico. Podríamos esperarnos que Chris nos quisiera dejar relajados con un tema de sonidos y matices suaves, pero aquí afrontamos una canción con una animada base rítmica y unas marcadas notas de piano que nos hacen movernos bastante en comparación con el resto de canciones que figuran en la 2ª mitad del disco tras “It’s all gone”. No está mal la canción, pero yo desde mi punto de vista hubiera rubricado el disco de otra forma.
“On The Beach”, y más que el lp si cabe la propia canción que lo titula en su versión single más pop, fue un notable éxito para Rea. Una aceptación de tal calibre que se puede dar el caso de que por esta obra a Chris se le pueda considerar un “one hit wonder”, cuando no es así, puesto que Chris Rea tiene una dilatada trayectoria musical desde finales de los 70; de hecho, por lo visto el maestro Ángel Álvarez en una de las promos que metía en su programa “Vuelo 605”, al hacer publicidad del recopilatorio de grandes éxitos de Chris decía “conoces muchas más canciones de las que crees”. Y así es, pero ya se sabe cómo funcionan los mecanismos de la memoria colectiva y esa percepción sobre Chris es un hecho.
En definitiva, y lo más importante, es que “On The Beach”, más allá de la obviedad de su título, es un disco perfecto para estas fechas. Es recomendable para escucharlo allá en sus destinos vacacionales. Hace 3 años hice la prueba de escucharlo en una cala de Mallorca, en la cual proliferaban los alemanes, y la verdad que la experiencia fue más que interesante. No es muy aconsejable para el trayecto si es que les toca conducir, pues es un disco que relaja y en ese aspecto podría no ser muy adecuado.
Espero que lo pasen bien de la mano de Chris. Yo tengo pendiente introducirme más a fondo en la trayectoria de este músico, pero reconozco que estoy muy orgulloso de haberme gastado aquellos 5 euros en adquirir este disco de portada igualmente tan veraniega, con esa foto de esa colorida sombrilla anclada en la fina arena.