ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
La escena indie en España está mostrándose, desde hace ya algún tiempo, como el campo musical más fértil e interesante que se pueda escuchar a día de hoy por estos pagos. A la mayor proyección de grupos con una carrera sobradamente cimentada, hay que ir añadiendo bandas nuevas y florecientes que van aportando un satisfactorio dinamismo al panorama independiente.
Hoy analizaremos el debut de uno de estos grupos, Casasola. Casasola son cinco chicos
cordobeses (Eduardo Zorro, Daniel Ceballos, Israel Arroyo, Antonio López y Antonio Gómez). Compañeros del Conservatorio de Música de Córdoba y de la Escuela de Música Moderna de Córdoba, y unidos por inquietudes y afinidades similares comenzarán a ensayar y a cimentar un proyecto en común.
Los ensayos de Casasola tenían lugar en un casa del barrio de El Brillante, de Córdoba, que al ser segunda residencia estaba vacía todo el año salvo en verano (de ahí el nombre del grupo, ensayaban en una “casa sola”). Poco después las cosas empezaron a ir rodadas; conciertos y certámenes en Córdoba y Málaga; después, en 2015, el productor Dan Hammond les escucha en Instagram y se interesa por ellos hasta tal punto que casi de inmediato se ponen a trabajar juntos. Todos los denuedos acaban cristalizando en su primer larga duración, “Lo Que Nos Pasa”, lanzado éste mismo 2018 con unos justificados buenos augurios.
¿Y a qué suena Casasola? Entre sus gustos primigenios están Nirvana o Red Hot Chili Peppers; posteriormente se añadirían, por ejemplo, Arctic Monkeys o Radiohead. Al escuchar “Lo Que Nos Pasa” notamos un pop rock directo y cálido, escrito con una caligrafía seductora y motivadora para el oyente. Si quieren referencias, tienen la chispa eléctrica de Supersubmarina y los ribetes melódicos de algunos pasajes de Lori Meyers. Si bien estas pistas son más para situar unas coordenadas que para etiquetar o encasillar a Casasola.
En las diez canciones que componen “Los Que Nos Pasa” encontramos pasajes inquietos y ágiles cercanos al rock, o incluso al punk pop, y contrapesos sosegados más destinados a la introspección. Y es justamente esa soldadura la que hace que Casasola triunfe con mano ganadora en inspirados medios tiempos directos y bien construidos. La música tiene corazón y más allá de sus evidentes virtudes instrumentales, Casasola se las apañan para transmitir toda la gama de sentimientos que pretenden de manera honda y honesta. Para poner todo esto un poco más en claro pasemos a analizar las canciones.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Lo que me pasa”: Comienza el disco con unos cortantes y eléctricos acordes, para dar paso a una melodía más dulce y evocadora. La electricidad vuelve para remarcar el estribillo, inspirado y de una calidez utópica. De eso va la canción, de la evocación de un lugar tranquilo donde estar con amores y amistades. El disco, por lo tanto, empieza de forma enérgica y bella. Es un justificado single.
2. “Cada vez que nos encontramos”: El segundo corte es uno de los temas más celebrados de la corta carrera de Casasola. La instrumentación sigue siendo potente, pero hay una aureola de fatalismo patente, sobre todo, en las estrofas. El estribillo es más animado; triunfa en aunar la suavidad acariciante de la melodía vocal con la inquieta base instrumental. Hermosa sin ser plañidera, se las apaña para permanecer fácilmente en la memoria del oyente.
3. “Los puentes de Venecia”: Sabe aportar detalles interesantes, como la interacción de guitarras de los primeros compases (que se repetirá luego), y confirma la facilidad de Casasola para las melodías sedosas. Se me antoja una canción con más recovecos que las anteriores, pero metida de lleno en la esencia pop. Qué buenos son esos acordes de guitarras casi funk que sirven de puente para llegar al estribillo.
4. “Emma Watson”: Esta canción, con nombre de actriz, engrosa algunas características que ya se habían insinuado. Es más épica y contundente; las guitarras son más ásperas; la batería más dinámica y compleja. Se acerca sin complejos al indie pop movido y rotundo. Es una canción clásica para el grupo y cuenta con un curioso vídeo dirigido por David Sadness, quien también ha trabajado con Supersubmarina, Izal o Love of Lesbian. Si no lo han visto estén atentos y entenderán porqué es un clip muy apropiado para una canción llamada “Emma Watson”. De mis favoritas del álbum.
5. “Ansiado mar”: Hay algo hedonista y sumamente agradable desde las primeras referencias al mar y al tiempo primaveral. Tras la frenética canción precedente, “Ansiado mar” nos transporta a un lugar cálido a través de un pop cristalino sin trampa ni cartón. Es la canción que me apetecería escuchar en un atardecer en la playa. Los poco más de tres minutos se hacen cortos; una de las sorpresas del disco.
6. “Un día bueno”: Hora de recargar baterías y salir al ataque. Esta canción, que representa el momento más rabioso y roquero del disco, no elude unas guitarras crujientes y un tempo rápido y continuo. Podría verse como una aproximación al punk pop o al indie enfurecido de los primeros Arctic Monkeys. La brevedad de la canción no hace sino resaltar la sensación de chispazo, de fogonazo de rabia.
7. “La etapa”: Nos encontramos ahora con un eficiente contrapeso de la canción anterior, lo que era rabia ahora es introspección y lo que era fulgurante ahora es medido y reflexivo. El tono, si acaso, sube en el estribillo y en algunos desarrollos. Me recuerda un poco a U2 o algunos grupos como Travis o Coldplay; también a los Radiohead más cercanos al clasicismo.
8. “Satisfacción”: Retorno al medio tiempo melódico y animoso, que trae consigo un estribillo con algunas revoluciones más. Sencilla y agradable, descubrimos no obstante una sorpresa en el último tercio de la canción. Se trata de un cambio de ritmo suavemente deslizado que da paso a uno de los momentos más intensos del disco; Eduardo Zorro canta obsesivamente “siento tanto que no siento nada” a la par que la banda toca con más intensidad. Buenos detalles en este tema. Fue lanzado como sencillo allá por 2017.
9. “No necesito más”: Es un pop clásico, entre los efluvios británicos y la suavidad del sur. Sin necesidad de reinvención de ningún estándar, Casasola usan eficientemente nos códigos canónicos para componer una melodía resultona y ensoñadora. Buen sabor de boca antes de llegar al peldaño final.
10. “Memorables”: Los primeros instantes parece que nos traerán una canción recogida y melancólica, pero no tarda mucho en aparecer una materialización distinta. Casasola se dejan llevar (y consiguen que nosotros también lo hagamos) por una aterciopelada melodía, envolvente y, en el mejor sentido de la palabra, sedante. Es como una invitación al sosiego y a la evasión que además finaliza con un buen segmento instrumental. Sin duda algunas es una acertada manera de cerrar el disco.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Casasola ya han recibido parabienes de artistas consolidados como Supersubmarina o Carlos Sadness, y viendo el resultado de su primer LP, “Lo Que Nos Pasa”, creemos que con merecimiento la banda cordobesa puede considerarse una de las agradables sorpresas de entre las bandas emergentes.
En el análisis hemos hecho hincapié en que el disco suena evocador, acariciante, cálido; y efectivamente “Lo Que Nos Pasa” es un disco agradable y fácil de escuchar y, lo más importante, resiste bien las repetidas escuchas; no se trata de material fungible que se depaupera tras la primera escucha. A título personal llevo escuchando el disco desde este verano y me sigue pareciendo un debut muy sólido.
Recomendamos seguir la pista a Casasola si gustan del buen pop independiente con algún aderezo rock. De momento, “Lo Que Nos Pasa” merece la pena. Escúchenlo.
Texto: Mariano González.
Texto: Mariano González.