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viernes, 28 de febrero de 2025

The Cranberries - Bury The Hatchet (1999)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
The Cranberries, particularmente para los que vivimos aquella década, tienen la fragancia de los años 90. Se trata de una evocación a base de canciones como “Zombie”, “Ode to my family”, “I can’t be with you”, “Salvation”, “Promises”… Llegó un punto en que los irlandeses fueron realmente populares, sobre todo a raíz de su exitosísimo “No Need To Argue” (1994), y su rutilante “Zombie”, que incluso llegó a tener su equivalente bakala en aquellos discos de chunda-chunda cuyo nombre solía acabar en “Mix”.

Aquel disco engañaba un poco, y si uno esperaba encontrarse un disco lleno de canciones como ésa y “Ode to my family”, se encontraba con un disco mucho más etéreo y atmosférico más deudor de Cocteau Twins que de las potentes guitarras cercanas al rock alternativo de “Zombie”.

Su primer disco (“Everyone Else Is Doing It, So Why Can´t We? -1992-) ya contenía dos clásicos de la banda “Dreams” y “Linger”, pero tardaron en hacerse notar, hasta que en 1994 comenzaron a remontar de forma tardía. La característica principal del grupo era la distintiva y prodigiosa voz de Dolores O’Riordan, que además de su preciosismo poseía una notable versatilidad. Lo mismo te cantaba “Ode To My Family” que el trallazo casi punk de “Salvation”.

Tras el exitoso “No Need To Argue”. Llegó su disco más oscuro, eléctrico y afilado: “To The Faitful Departed” (1996). Nótese el malrollero vídeo de “Salvation”, uno de los estandartes del disco. Otras canciones como “Free to decide”, “When you´re gone” o “Forever yellow skies” destacaban en un disco todavía bastante exitoso a pesar de su tono amargo. Lo que trajo consigo, no obstante, fue una gira agotadora que afectó particularmente a Dolores O’Riordan, causándole problemas vinculados incluso con la salud mental. La relación con la prensa tampoco fue la mejor durante este tiempo.

Tras bordear la separación del grupo y superar bastantes adversidades llegó en abril de 1999 “Bury The Hatchet”, cuyo título (algo así como “entierra el hacha”) ya parecía suponer la llegada de un nuevo momento en el que los irlandeses querían partir de cero. Incluyendo una mejor relación con la prensa y una gira más relajada. El disco en sí no es el más valorado de la banda, pero a mí me gusta bastante. Tiene un equilibrio en sus diversas facetas, los singles están a la altura y el conjunto no desentona en absoluto. Además, allá por el año 1999 uno tenía dieciocho años y siempre hay algo de tributo a la nostalgia, que en este caso se ve refrendado por una estupenda vertiente musical.

Fue además uno de los últimos amagos de éxito comercial de The Cranberries como ya iremos desgranando en el análisis de las canciones. La formación es la clásica: Dolores en voz, guitarra y sintetizador, Noel Hogan en guitarras, Mike Hogan al bajo y Fergal Lawler en la batería.

Sirva además este artículo como recordatorio y homenaje a Dolores O’Riordan, a la que será difícil de olvidar y que nos dejó antes de tiempo.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Animal instinct”: Vaya por delante que esta canción es de mis favoritas de la banda en general, así que imaginen cómo me encandila este inicio de disco. Es una mezcla casi perfecta de pop rock agridulce, medio folk acústico, medio eléctrico, donde las inflexiones de la voz de Dolores O’Riordan son magníficas. Una canción delicada, pero con cierto filo, sobre todo en base a una robusta sección rítmica. Ciertos acordes sueltos de guitarra acaban de darle el toque. La letra habla sobre la maternidad de la propia dolores, cuyo hijo, Taylor, había nacido dos años antes. Fue segundo single del disco, y aunque recuerdo haber visto el vídeo con cierta regularidad, no tuvo demasiado éxito. En Reino Unido no llegó ni al top 40.

2. “Loud and clear”: Este pop rock tiene algo de mala leche, en lugar del emotivismo de la anterior. Hay más presencia de rock, y algo de sección de viento. Entre los zarpazos de batería y la voz de Dolores, la canción tiene una energía vivaz e interesante. El título dio nombre a la gira de presentación del disco. La letra es un reflejo del rencor tras una relación abusiva.

3. “Promises”: Y aquí la inmersión en el rock es absoluta. Potente tema con fuerte incrustación de guitarra que bordea el hard rock. Contundentes riffs, distorsión, y un estribillo épico dan como resultado algo muy cercano a un himno. Difícil no cantarla a pleno pulmón. Dolores O’Riordan tiene un matiz desafiante en su voz. Comienza cantando: “Será mejor que creas que ya viene, será mejor que creas lo que te digo”. La letra habla del divorcio de la cantante, y como se puede suponer es todo lo contrario a una canción de amor. El vídeoclip era llamativo; una muestra de weird western, con una fantasmagórica puesta en escena mezcla de lejano oeste y espectros, con un toque casi gótico. Primer single del disco y quizá último gran éxito de la banda. Como curiosidad, en la lista española de singles de la Afyve llegó al número uno.

4. “You and me”: El giro estilístico es total, Esta canción es pura dulzura. Una balada atmosférica muy basada en la voz, y en una instrumentación sutil de leves acordes de guitarra y teclado. Grata de escuchar, sencilla, y con un estribillo realmente bonito y pegadizo. De nuevo una canción dedicada por Dolores O’Riordan a su hijo Taylor.

5. “Just my imagination”: Es una canción de estilo similar a la anterior, aunque un poco más vivaz y popera. En cualquier caso, tiene un espíritu naif, ingenuo, que le hace tener cierto encanto. Los jueguecillos vocales además son encantadores y el conjunto es muy pegadizo. Recuerdo ver el vídeo de esta canción más o menos cuando comencé la facultad, así que le añado un toque nostálgico a una materia prima ya nostálgica de por sí.

6. “Shattered”: Una obra de orfebrería en forma de balada. Esencialmente acústica y acompañada por unos elegantes arreglos de cuerda, esta melancólica melodía, crea unos conseguidos ambientes, con cierto derrotismo dentro de sí. The Cranberries no tienen mala mano para este tipo de canciones, y realmente lo clavan. Introspectiva y hermosa. La letra se supone que habla sobre los miedos de una madre durante el embarazo.

7. “Desperate Andy”: En este punto volvemos al rock. Tras un pequeño preludio ambiental, entran unas guitarras que no desentonan con la época brit pop que todavía revoloteaba a finales de los 90. La canción incluso tiene un punto saltarín y juguetón, con un estribillo fácil y notorio. Viene bien como contrapeso al tono de cierta melancolía que venía impregnando el disco. El giro de voz al final de la canción es curioso. El tal Andy vendría a ser un tipo en apariencia amable que en el interior resulta ser una persona mezquina.
8. “Saving grace”: Una canción que puede recordar al tono bucólico de algunas canciones del “No Need To Argue”. Se hace fuerte en las atmósferas creadas por la voz, en este caso suave y acariciante, de Dolores O’Riordan y unos arreglos de guitarra cristalinos, salvo por unos acordes en el último tercio que recargan un poco la electricidad. Una canción pacífica y agradable, sin grandes pretensiones, que no es que enamore, pero tampoco sobra. La canción podría hablar nuevamente del hijo de la vocalista, porque ya vemos que conceptualmente la maternidad tiene gran peso en este disco.

9. “Copycat”: Una canción de ritmo nervioso que en sus primeros compases puede recordar incluso a The Smiths o a “In between days” de The Cure. La pista vocal es también rápida, y tiene un toque susurrado de lo más particular, como si Dolores nos hablara de forma confidencial. Popera pero relativamente extraña. La canción habla, probablemente refiriéndose a la escena musical de la época, de salirse de la norma imperante y tratar de tener un estilo propio, que no sea clónico o derivativo.

10. “What’s on my mind: El momento más cercano al folk del disco, un estilo que no es ajeno a The Cranberries. Dominan los tonos acústicos, con ligeros pespuntes de leves guitarras eléctricas, y unas sedosas cuerdas de fondo. Corre el riesgo de parecer un interludio, pero, aunque no destaque es una canción sumamente agradable.

11. “Delilah”: Volvemos al rock mediante unos acordes más eléctricos y sobre todo con una sección rítmica más notoria. La melodía vocal es más nerviosa y con un énfasis mayor que puede darle cierta excentricidad. Canción pertinaz que a veces puede parecer algo paranoica, sobre todo teniendo en cuenta algunas partes de la letra: “mantente alejada de mí, mantente alejada de mi casa”. Cuanto menos curiosa y con una peculiar personalidad.

12. “Fee fi fo”: Medio tiempo tirando a balada melancólica, que como suele suceder con The Cranberries tiene una buena atmósfera. El estribillo es más animado y se añaden unas guitarras eléctricas más vehementes, Y en esta combinación entre la introspección y los matices rock transcurre la canción, siempre con un deje de solemnidad como base. La letra es una de las más duras del disco, versando sobre los abusos que sufrió la cantante siendo niña.

13. “Dying in the sun”: El cierre del disco tiene un saber derrotista, casi decadente. Dolores O’Riordan aporta una voz fina y melancólica, atmosférica, elegantes y minimalista. Bastan unos acordes de guitarra acústica y piano junto con unos arreglos muy matizados de cuerda. Bella canción, aunque deja con una sensación de bajona importante. La canción reflejaría el periodo negativo de depresión que sufrió la cantante en algún momento entre su tercer y cuarto disco.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Bury The Hatchet” es un disco muy ligado a las emociones tanto de la banda en general, como de Dolores O’Riordan en particular. Particularmente a las de esta última. Temáticamente aparecen menciones a su divorcio, su maternidad, sus oscuros periodos de depresión que incluso la llevaron a sufrir de anorexia o trastorno bipolar… Episodios que nunca la dejaron del todo. Es un disco emocionalmente honesto, que se defiende de maravilla musicalmente. Tiene el clásico zarpazo de hard rock que solía introducir la banda, medios tiempos agridulces, canciones atmosféricas, folk… Hay equilibrio entre todos los palos que hacen que “Bury The Hatchet” sea una obra compensada.

Su siguiente referencia fue “Wake Up And Smell The Coffe” (2001). Su primer single fue “Analize”, una canción bastante positiva, pero que tristemente tiene cierta asociación con el 11 de septiembre. La canción se editó a finales de agosto de 2001 y en un momento del vídeo musical aparecía un avión sobrevolando unos rascacielos. Con el subsiguiente atentado, ocurrido unos 15 días después, el vídeo tuvo que ser editado. Uno de los países donde más éxito tuvo la canción fue en España, alcanzando un top 10. En Reino Unido apenas llegó al 89. Los posteriores singles, si bien interesantes, no tuvieron mucho recorrido: “Time is ticking out” y “This is the day”, ya en 2002.

2002 trajo su recopilatorio “Stars: The Best Of 1992-2002”, que incluía dos canciones nuevas: “Stars” y “New New York”. Otro extenso recopilatorio llegaría en 2008, “Gold” y un directo en 2009. Tras un tour de reunión hubo de esperar a 2012 para que el grupo lanzara nuevas composiciones. El resultado fue su álbum “Roses” que incluía canciones que iban a formar un disco en 2003, que finalmente fue cancelado, y que fueron regrabadas. La versión limitada de 2 CD, por cierto, incluía un directo en Madrid de 2010.

En 2017 lanzaron un disco de versiones acústicas y orquestales de algunos de sus clásicos, y de tres canciones nuevas. Esta obra se llamó “Something Else” y en general recibió críticas positivas. Al año siguiente murió Dolores O`Riordan.

En 2019 salió a la venta “In The End”, un disco póstumo con canciones nuevas en el que estaba trabajando la banda antes de la defunción de la cantante.

Es de justicia recordar los discos en solitario que Dolores O¡Riordan lanzó: “Are You Listening?” (2007) y No Baggage (2009). Destacar del primero la oscura y extraña “Black widow”.

Hay canciones de The Cranberries que son imprescindibles para conocer los derroteros de la música de los 90 (sin descuidar trabajos posteriores) y algunas de ellas están en “Bury The Hatchet”. Siempre es bueno volver a él de vez en cuando.

Texto: Mariano González.
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domingo, 23 de febrero de 2025

Programa Chvrches "Screen Violence" (Temporada 16/ Programa 5)

Fue el pasado sábado 8 de febrero de 2025 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) cuando Mariano González y Víctor Prats llevaron a cabo en directo este coloquio dedicado al último disco de larga duración hasta la fecha del trío escocés.

Una hora repleta de buena música proporcionada por el sonido de las canciones de Chvrches y un coloquio versando sobre el toque algo más oscuro y pesimista que tenía este disco de 2021.

Por si no escucharon el directo ni las redifusiones posteriores, aquí les insertamos el reproductor para su escucha directo y también a su link de alojamiento en Ivoox. Sea como sea, escuchen; se lo agradecemos: https://www.ivoox.com/dmr-16-5-audios-mp3_rf_140317491_1.html
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viernes, 21 de febrero de 2025

Temporada 16/ Programa 6: Manel y “10 Milles Per Veure Una Bona Armadura” (2011)

Cierto es que nos hemos tomado nuestro tiempo hasta que nos hemos visto seducidos y hemos abordado el “fenómeno Manel”, tanto que hasta la banda está ahora en letargo, con incierta fecha de regreso a la actividad. Cogemos el que fue el disco que desató el interés general, saliendo de las fronteras de Cataluña y que hace 14 años coronó la lista de ventas de España.

Con “10 Milles Per Veure Una Bona Armadura” estamos ante un disco eminentemente de pop con tintes folk, pero que ya demuestra una cierta evolución respecto al debut “Els Millors Professors Europeus” y que tímidamente anticipa la marcha que seguirá el cuarteto en el futuro.

Les citamos para este sábado 22 de febrero de 2025 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) para poder disfrutar principalmente de la buena música que aporta esta banda y este disco suyo en particular, y en segundo lugar para que puedan contrastar nuestras opiniones y reflexiones al respecto.

Links de interés:
Emisión on-line RUAH: https://www.ruah.es/emision-online/
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viernes, 14 de febrero de 2025

Walk The Moon - What If Nothing (2017)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Después de la resaca del disco previo, sobre todo por el bombazo internacional que supuso “Shut up and dance” a nivel single, Walk The Moon se metían en estudio para dar forma al siguiente paso. No se sabe muy bien si 3er. o 4º disco de estudio (por eso del disco homónimo y el “I Want! I Want!”), pero paso relevante tras un subidón de alcance como el obtenido con el último trabajo.

El resultado del todavía cuarteto compuesto por Nick Petricca como cantante y teclista, Sean Waugaman a la batería, Eli Mayman en la guitarra y Kevin Ray al bajo, fue ofrecer un álbum con sonido más maduro y menos directo, aunque siempre haya espacio para alguna que otra pieza directa.

“What If Nothing” es un trabajo extenso y generoso en duración, con espacio para piezas más reflexivas y capítulos que incluso a ratos resultan algo experimentales. No es una obra de fácil digestión, hay que darle su tiempo y dejarle que madure para que termine ganándote, cosa que consigue. Vamos con sus canciones.

ANÁLISIS DEL DISCO:
1. “Press restart”: Me chirría algo el inicio, lo confieso. Creo que quizás sea una canción demasiado hinchada y emotiva “Press restart” para empezar la obra. No obstante, tal y como está concebido el disco y por su propia condición, no te la puedes imaginar mejor en otro momento.

2. “Headphones”: “What If Nothing” se demuestra como un álbum versátil y variado desde sus primeros pasos. Con “Headphones” aparece una canción potente, intensa y arrojada. Ofrece una versión algo punk de los Walk The Moon que resulta interesante y que no queda mal para darle un sopapo al halo de ensoñación que nos había dejado “Press restart”.

3. “One foot”: Muy reconocible e incluso heredera directa del disco previo “Talking Is Hard”, “One foot” es el arquetipo de canción de Walk The Moon. Fue single, con un videoclip al aire libre, muy luminoso y por su pegada y gancho no podía ser de otra manera. Estribillo directo y fácil y dentro de la canción hay hasta cierto jugueteo con el rap por parte de Nicholas, cosa que ya había advertido en entrevistas previas. Una pista pop muy aceptable.

4. “Surrender”: Llegamos a la que para mí es la mejor canción del disco. Y es una canción que tarda en entrar bastante. “Surrender” es una maravilla, desde sus elegantes bases instrumentales, las notas de teclado justas y en el momento adecuado de Nick y el cambio de registro de Nick que sabe moverse desde el tono grave a registros más altos cuando es necesario. Es una canción que progresa muy bien y que es altamente emocionante. La producción también funciona bien con el riesgo asumido de meter ciertos efectos de lejanía en alguna estrofa. Una auténtica joya oculta, ya que no fue single. Quizás solamente por el hecho de contar con esta canción en su tracklist, ya “What If Nothing” merece la pena.

5. “All I want”: Con “All I want” Walk The Moon ofrecen un capítulo podríamos hablar de neofunk, con un notable trabajo del bajo de Kevin. Nicholas vuelve a acertar al cambiar de registro vocal con soltura durante la pista, pasando a un medio falsete en el estribillo alternado con un toque algo exagerado en las estrofas. Pista divertida y aceptable.

6. “All night”: Capítulo de pop medio y luminoso. “All night” tiene hasta un cierto toque de himno en los coros que incluye en algunos momentos de su tramo final. Estribillo fácil y directo que funciona bien. Muy accesible y muy reconocible dentro del estilo de la banda. Sin ser de los momentos más memorables de “What If Nothing”, es un episodio que ayuda, una buena jugadora de equipo.

7. “Kamikaze”: No muy lejana en estilo a “One foot”, en tanto a la concepción de single de pop brioso, lo que es cierto es que, ya simplemente por la sonoridad de la palabra de su título, “Kamikaze” es una canción algo más contundente. Sin embargo, es una canción que tiene curiosos arreglos en partes instrumentales. Nick vuelve a apoyarse en ciertos coletazos de rap, pero sin abusar de ellos. Un buen sencillo, directo y de fácil recuerdo para cualquiera.
8. “Tiger teeth”: He aquí el punto de inflexión. “Tiger teeth”, single con videoclip rodado en Japón en 2018 (yo fui al país nipón un año más tarde), es la canción que más madurez ofrece en la obra y la que demuestra esa evolución compositiva en la formación. Evidentemente, no es una canción accesible, pero con el debido paso del tiempo, es una canción que termina llegando y mucho a la audiencia.

9. “Sound of awakening”: Quizás el capítulo más interesante y a la par el menos accesible sea “Sound of awakening”. Estamos ante una canción experimental, con una producción inquietante, que ayuda a darle un toque de misterio y leve oscurantismo. No deja de ser una canción algo arrojada y potente, sobre todo en su tramo final. Bastante bien en general.

10. “Feels good to be high”: Algo psicodélica en su concepción pop y bailable, y sin necesidad de encontrarnos ante una composición horrible, creo que “Feels good to be high” es de lo menos destacable del sector final del disco. Quizás sea algo excesiva, sobre todo en su estribillo, de sencilla reiteración del título de la canción. No obstante, insisto, tampoco es que se trate de un borrón, simplemente que considero que hay episodios mejores por este tramo de la obra.

11. “Can’t sleep (wolves)”: Estamos ante una canción que llama la atención desde su inicio con las notas de guitarra de Eli. Realmente su potencia la veo más en las estrofas que en el estribillo. El estribillo, sin ser un estribillo malo, no creo que sea lo más destacado de su conjunto. A ratos es una de mis favoritas del disco, funciona muy bien en el tramo final de la obra.

12. “In my mind”: Me gusta bastante “In my mind”. El estribillo es nuevamente fácil, reiterando el título de la canción en sí, pero creo que resultan bastante positivos los acordes sintéticos de los teclados. Curiosamente, el álbum rematará volviendo a esta misma canción como coletilla final después de la bullanguera pista de cierre, lo cual demuestra la importancia que el propio grupo ofrece a esta composición.

13. “Lost in the wild”: El disco acaba peor que su predecesor, con una canción muy loca titulada “Lost in the wild”, que curiosamente remata con una revisión melancólica y casi a capella de “In my mind”. Quizás eso le da empaque al final de la escucha del lp. “Lost in the wild” es excesiva en sus formas, con los sintetizadores de Nicholas a pleno rendimiento y con el propio Nicholas en registros muy agudos al micrófono. Me quedo, personalmente, con el final de obra que suponía “Aquaman” en “Talking Is Hard”.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Estamos ante un trabajo de mantener posición. “What If Nothing” no supuso un aumento en la base de fans del grupo, pero sí que supongo que dejaría satisfechos a la gran mayoría de los seguidores que acumulaban hasta la fecha; al menos ese fue mi caso. Es cierto que, como ya advertí en la introducción de este artículo, es un lp que precisa de varias escuchar para cogerle el punto. Por 2 motivos principales: su extensión y listado de temas y por otro lado el carácter más maduro de las propias canciones.

No funcionó mal en general. El grupo siguió teniendo un protagonismo a su nivel en festivales y demás. El caso es que tardarían 4 años hasta que vio la luz un nuevo trabajo y por en medio estuvo la pandemia Covid-19. En esos días convulsos, la situación se trasladó al grupo con la expulsión por motivos no del todo aclarados de Kevin Ray.

“Heights” de 2021 tomó el relevo y siendo un bueno disco, creo que es algo inferior al hoy presente. Es cierto también que “What If Nothing” es más ambicioso en su propuesta y que “Heights” no busca jugar en esa liga; muchas veces es difícil comparar discos de una misma banda, ya que quizás lo que se busca con uno u otro no tiene nada que ver y creo que este era el caso.

En definitiva, “What If Nothing”, de imaginativa y curiosa portada, necesita su tiempo de evolución en la gente que se atreve con él. No tiene ni de cerca la inmediatez de los 2 discos anteriores, ya que las canciones directas no tienen tanto gancho con las previas, pero en contrapunto hay piezas más intrincadas que merecen mucho la pena y se encuentran entre las mejores de la banda. Anímense con él si no lo han hecho aún.
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sábado, 8 de febrero de 2025

Programa Javiera Mena "Otra Era" (Temporada 16/ Programa 4)

Después de un parón navideño más largo de lo habitual, el pasado sábado 25 de enero de 2025 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) retomamos la actividad radiofónica de nuestra 16ª temporada.

El disco "Otra Era" de 2014 de la cantante chilena Javiera Mena fue el protagonista de la ocasión y nos permitió elaborar un coloquio musical muy interesante sobre la artista y en particular sobre el que quizás sea su disco de estudio más perfecto. Estuvimos presentes Mariano González y Víctor Prats.

Por si no escucharon el directo, ni las redifusiones posteriores en el mismo dial, aquí les insertamos el reproductor con el podcast y el link a su alojamiento en Ivoox para su libre descarga:
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viernes, 7 de febrero de 2025

Temporada 16/ Programa 5: Chvrches y “Screen Violence” (2021)

Nos ponemos al día radiofónicamente con Chvrches con el análisis del que es hasta la fecha su último disco de estudio. En 2021 el grupo retomó el pulso con “Screen Violence”, un disco más oscuro en general que el previo “Love Is Dead” y con el que la banda ofrece un enfoque también más contundente e intenso.

La cita será este sábado 8 de febrero de 2025 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Les esperamos en un programa que, además de estar lleno de buena música, supondrá un interesante coloquio sobre el trío formado por Lauren Mayberry, Martin Dogherty e Iain Cook. No falten.

Links de interés:
Emisión on-line RUAH: https://www.ruah.es/emision-online/
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