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viernes, 22 de mayo de 2020

Austra - Hirudin (2020)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Llevo siguiendo a Austra desde sus orígenes allá por 2011, cuando salió ese magnífico álbum de pop electrónico con tintes góticos que fue “Feel It Break” y empezaron a hacerse conocidos con singles como “Lose it” o “Beat and the pulse”. Ofrecían un sonido novedoso que mezclaba la electrónica, el pop y la inconfundible voz operística de Katie Stelmanis líder y alma del grupo al que se unía la labor de Maya Postepski y Dorian Wolf.

Durante esa primera etapa se les unieron Ryan Wonsiak y las hermanas Romy y Sari Lightman para los directos, lo que desembocó en que se convirtieran en sexteto para el segundo álbum “Olympia” (2013), donde no defraudaron con un sonido más compacto de banda ampliando su público. Fue justamente este disco con el que empezaron a venir a España y, más importante aún, fue con el que me despedí de los coloquios radiofónicos (hace ya más de cuatro años) y por tanto, le tengo un cariño especial.

Tras el interesante y bastante experimental ep “Habitat” lanzado en 2014, empiezan a preparar un tercer álbum “Future Politics” que termina publicándose en 2017, ahora ya con la formación de cuarteto, ya que las hermanas Lightman abandonaron el grupo tras “Olympia” para centrarse en su proyecto personal Tasseomancy.

Future Politics” es un excelente trabajo donde la electrónica tiene aun más protagonismo y brilla como nunca en temas como “Utopia” o la canción que da título al álbum lanzando un mensaje entre esperanzador y subversivo. El álbum se presentaría con una extensa gira en la que empezarían los problemas ya que tras la primera parte de la misma Maya Postepski, mano de derecha de Stelmanis, abandona el proyecto decepcionada por la dirección que estaba tomando y las relaciones personales en la banda. Fue sustituida a toda prisa por Ela Minus para cumplir con los compromisos.

Postepski volveria a colaborar con Robert Alfons en Tr/st, grupo que ella y Alfons fundaron en 2010 y del que Maya se desligó tres años después para centrarse en Austra. También activaría su proyecto personal Princess Century afincándose en Bruselas.

Mientras tanto Katie decide dar un giro radical al grupo prescindiendo del resto de colaboradores para empezar de cero y en solitario, aunque manteniendo la marca Austra. Así empieza a gestarse este esperado “Hirudin”, extraño nombre que hace referencia a un péptido que las sanguijuelas segregan en nuestro cuerpo cuando chupan la sangre y que se usa para fines medicinales; una metáfora sobre lo tóxicas que pueden ser algunas relaciones que te destruyen, pero a la vez son como una droga. Ese es el tema alrededor del cual gira este disco, el cual procedemos a analizar.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Anywayz”: El álbum comienza con el single más claro y que más reminiscencias tiene de la etapa anterior. Podría formar parte perfectamente de cualquiera de los tres álbumes anteriores del grupo. Estamos ante una exuberante pieza de electro pop que alterna pasajes más luminosos, sobre todo en el estribillo, con otros más oscuros donde la voz melodramática de Katie brilla absolutamente en una de sus mejores interpretaciones. “Anywayz”, con su letra triste pero a la vez realista, nos sumerge en el monotema del disco: las rupturas y las relaciones tóxicas de todo tipo. Katie se lamenta en la canción de la ruptura con su pareja, pero al mismo tiempo reconoce que el mundo seguirá girando “the flowers come up anways /the mountains rise up anyways”. Sin duda la mejor canción del disco con diferencia, que vino acompañada de un excelente vídeo donde vemos a Katie encerrada en una casa de la que no puede salir, siendo avasallada por los recuerdos que no la dejan descansar. Aunque como bien expresó la propia Katie en una entrevista, ahora el vídeo tiene otra lectura: la del confinamiento por el coronavirus, puesto que el clip podría expresar perfectamente la angustia de estar encerrado en un sitio y no poder salir.

2. “All I wanted”: Se contrapone a la grandiosidad del primer tema con una instrumentación minimalista de teclados algo fantasiosa con algún toque de guitarra. Katie canta mejor que nunca; a veces su voz nos medio susurra eso de “all i wanted was your love” en una agridulce canción donde se mezclan el espíritu de superación después de una ruptura y la resignación. Es de los momentos más bonitos del disco. Si Katie de alguna forma buscaba que este disco sirviera de bálsamo para la gente que ha pasado por rupturas traumáticas, con este tema lo consigue. Una pequeña joya en el catálogo de Austra.

3. “How did you know?”: Otra canción bastante desnuda de efectismo. Parece esas actuaciones que hacía Katie al principio de su carrera sola con el piano, aunque poco a poco el ambiente se va enrareciendo apareciendo una contundente percusión y una interpretación mucho más grave con un cierto sentimiento de urgencia. Finalmente es todo un acierto que consigue conectar ese punto vulnerable de Katie con el oyente. En definitiva, un trío de canciones para empezar el álbum de lo mejor que ha hecho Austra.

4. “Your family”: Con una instrumentación mínima de sintetizador, es uno de los temas del álbum en el que podemos disfrutar de los diferentes registros de voz de Katie, que suena cristalina y poderosa. El tema de la canción son las recurrentes preguntas de la familia sobre la persona que has o te ha dejado. Es una pena, porque finalmente no termina de rematar bien el tema y se queda en una especie de introducción de la siguiente pista.

5. “Risk it”: Fue el primer single de adelanto y sorprendió bastante por el tratamiento de la voz que dejó a algunos fans (yo incluido) un poco desorientados. El tema posee los ganchos necesarios para mantenernos atentos durante los cuatro minutos de la misma, como esos sonidos fríos y metálicos que consiguen formar parte de la melodía o una base house bastante lograda. Con ese peculiar tratamiento de la voz, por lo visto se buscaba experimentar con la misma y a la vez añadir un ambiente de desesperación. A mí no me termina de convencer el experimento y hubiese preferido la voz normal de Katie; llámenme conservador. Eso no quita que aparte de ese detalle, “Risk it” sea un tema muy válido que no desentona con sus singles más celebres y que consigue trasladarnos esa sensación de estar una relación condenada al fracaso, pero de la que no podemos salir por cobardía. El single vino acompañado de un interesante vídeo, donde vemos a una pareja de chicas viviendo esta incómoda historia de no saber qué hacer con su relación. Una de ellas decide explorar la noche acabando en un local lésbico donde Katie interpreta el tema.

6. “Interlude I”: Es una pequeña pieza donde se oye un simple sonido de cuerdas que únicamente sirve como introducción del siguiente tema. No tiene mucho sentido que se le considere una canción.
7. “It’s amazing”: Un tema bastante orgánico alejado del electro pop del grupo, donde Katie acompañada de su piano, se nos muestra inestable ante una nueva relación. Alternan estrofas que transmiten cierto sosiego con un estribillo más enérgico donde se desatan todas las dudas. A destacar el magnífico puente, donde la contundente percusión y la voz de Katie se combinan creando uno de los momentos más interesantes del álbum.

8. “Mountain baby”: Otro de los temas que adelantó antes de entregar el álbum y no puede dejar a nadie indiferente. Incluye solo teclado y percusión bastante repetitivos y la colaboración de Cecile Believe, que le da un empuje al estribillo, aunque lo que se nos quedara más en la cabeza es ese curioso coro infantil. Por lo visto, es el coro del colegio Wilkinson de Toronto donde la madre de Katie es profesora. Esta canción es una especie de resumen de las etapas por las que se pasa después de una ruptura, el miedo a lo desconocido, los recuerdos, las ansias de superar el momento, etc. El tema sería ciertamente agradable si le quitaran ese coro: lo siento, no soporto los coros de niños. Bueno no soporto a los niños.

9. “I am not waiting”: Junto con “Anywayz” quizás sea el tema que enlace más con trabajos anteriores. Tiene un toque a la etapa “Feel It break”, con una ornamentación que tira hacia lo gótico y unos estimulantes sintetizadores que terminan por crear un tema bastante bailable desde el primer segundo con un cierto toque hipnótico. Candidato perfecto para ser pasto de remixes. En realidad es un tema donde hay un cierto dramatismo decepcionante al ver que la otra persona no vive la relación de la misma manera que tú. Sin duda, una candidata absoluta a single. No me explico a qué está esperando Katie. Es una canción consistente y bastante accesible que merece no quedar sepultada en el tracklist del disco.

10. “Interlude II”: Al igual que el primer interludio, es una pequeña pieza que dura segundos y que incluye algunos sonidos de instrumentos de viento que da un pequeño toque cinematográfico. Nada importante que reseñar, simplemente introduce el tema final.

11. “Messiah”: Katie se despide con todo un alegato a no ejercer como mesías de nadie, a no ser idealizada, cosa que pasa a menudo en las parejas. Con un piano omnipresente durante toda la canción, esta es enriquecida por una excelente percusión cortesía de Kieran Adams y unos coros con sabor operísticos, que le dan más profundidad al corte, el cual carece de estribillo. Así con este tema, que busca dejar un final en positivo, acaba “Hirudin”. Un bonito final.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Sin duda “Hirudin” marca un antes y un después en la carrera de Austra; es decir, de Katie Stelmanis, pues estamos claramente ante un disco en solitario de Katie en contraposición con los tres anteriores. Es, sin duda, un nuevo comienzo, mucho mas orgánico, desprovisto de mucha de la electrónica de la anterior etapa y que puede recordar en algunos temas a ese “Join Us” que Katie lanzó en solitario en 2008 y que pasó absolutamente desapercibido.

“Hirudin” es sin duda un buen disco en su conjunto, aunque en mi opinión no esté a la altura de los tres álbumes anteriores. Prescindir de toda la banda, y sobre todo del toque electrónico e imaginativo que le daba Maya Postepski al producto final, no ha debido de ser fácil. Ciertamente falta ese toque Postepski en el álbum. Aunque Katie ha decidido hacer algo completamente diferente y no intentar emular ese sonido, lo cual la honra.

El álbum tiene momentos increíbles que demuestran la versatilidad de nuestra protagonista, con esa voz inconfundible que la hace pertenecer a ese club de mujeres con voces tan reconocibles que solo necesitas dos segundos para saber que son ellas como Florence Welch, Zola Jesus o Christine and the Queens.

En el plano negativo, hay que decir que Katie le echa bastante morro al incluir nada menos que dos interludios que no aportan nada como temas del tracklist y otro tema “Your family”, que se podría considerar también un interludio; aparte del tema con los niños, pero esto es ya una cosa personal.

En definitiva, un álbum bastante disfrutable que abre una nueva etapa. Desgraciadamente, la crisis del coronavirus ha visto las posibilidades de promoción del disco totalmente frustradas por el momento. Hay que decir que Katie decidió no posponer la salida del disco como han hecho muchos artistas y eso la honra.

El álbum salió el pasado 1 de mayo en plena crisis y con toda la gira cancelada hasta por lo menos el próximo invierno. Una gira que ya tenía una parada en el festival Tomavistas de Madrid y que suponemos hubiese sido continuada por conciertos puntuales en diferentes capitales españolas, ya que en nuestro país gozan de un público fiel. La verdad que es toda una pena pues tenía muchas ganas de escuchar estas canciones en directo y ver cómo está configurada la nueva banda que utilizaría Katie en directo. Esperemos que toda esta catástrofe pase lo antes posible y pronto podamos disfrutar de Austra.

Texto: Alfredo Morales.
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viernes, 8 de mayo de 2020

Scissor Sisters - Scissor Sisters (2004)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Ahora que estamos en una época donde el tiempo se ha detenido y nos confinamos, todavía un poco desorientados, no es mal pasatiempo darse a la nostalgia. La idea de escribir sobre el debut de Scissor Sisters me vino de repente y también me vino además la evocación de cuando los conocí. El resultante fue ensimismarme en 2004. Vayamos por partes. Al grupo lo conocí en el mítico programa “Plásticos Y Decibelios” dirigido por Julián Ruiz. No recuerdo si finalmente el célebre periodista musical lo proclamó disco del año, pero junto con “Hopes And Fears” de Keane juraría que fue el más radiado.

De aquel año, y de aquel programa recuerdo la recalcitrante y agradable manía de Julián Ruiz de prestar atención a ciertas canciones. Una de ellas fue “Nothing wrong with you” de los Finn Brothers, otra “Flawless” de George Michael, “Everybody’s changing” de Keane… Tampoco es mala la frase de Julián Ruiz sobre una banda de Las Vegas, The Killers, que “no comprendía por qué no sonaban tanto como The Strokes” (las vueltas que da la vida). Por su parte bandas que ya tenían un carrera casi legendaria, añadieron a su discografía obras de no mucho fuste y que están lejos de sus mejores creaciones: hablo de U2, R.E.M. y The Cure, sobre todo.

Pero vamos a lo que vamos. ¿Qué nos ofrecieron Scissor Sisters en su debut? La infravalorada pretensión de divertir. Partiendo de unas coordenadas a caballo entre el pop, el glam, el dance y la electrónica demostraron dominar los registros más lúdicos y hedonistas. No debemos caer en el error de creer por ello que las canciones están mal hechas, compuestas con desidia o que adolecen de talento y consistencia melódica. Lo que sí demuestran es facilidad para el estribillo y la luminosidad pop fuera de toda duda.

En este, su primer disco, salvo por un par de detalles posee una consistencia a prueba de bombas. A la banda en general quizá le haya perjudicado la imagen un tanto petarda que proyectan, en el sentido de que el público más adusto puede que los encuentre algo chillones y horteras. La banda, es de suponer, construye su imagen a su gusto y también como elemento identitario. A nadie se le escapa que Scissor Sister es una banda relacionada con el mundo LGTBI, por temática, imagen y cuestiones personales. El mismo nombre de la banda hace referencia al lesbianismo.

El caso es que el homónimo debut tuvo un gran éxito, particularmente en Reino Unido y Europa en general. A pesar de ser neoyorquinos, siempre han tenido más predicamento en el Viejo Continente que en EE.UU. La actitud pacata de ciertos agentes comerciales de EE.UU como el Wallmart, que prohibió que se vendiera el disco en sus tiendas, tampoco ayudó. En cualquier caso canciones como “Laura”, “Confortably numb”, o “Take your mama out” sonaron con fuerza en muchas plazas europeas.

La formación para su debut es clásica: Jake Shears (cuyo verdadero nombre es Jason Sellards) es la voz y el entusiasta maestro de ceremonias del grupo; Babydaddy (cuyo verdadero nombre es Scott Hoffman) es el músico versátil que toca teclados, bajo y guitarra; Ana Matronic (llamada realmente Ana Lynch) se ocupa de algunas voces y percusiones; Delmarquis (Derek Gruen) es el guitarra principal y Paddy Boom (de nombre Dereck Gruen) es el batería. Éste último abandonó la formación en 2008 y fue sustituido por Randy Real (Randy Schrager). El grupo se lleva dando un descanso desde 2012, pero al parecer no están disueltos. Recuerden que los Scissor Sisters, cuando están en forma, son un acicate para la diversión y el lado luminoso de la vida. Queda prescrito para cuando lo necesiten.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Laura”: Se trata de un buen muestreo de lo que nos espera. Pop alegre, algo crápula, pero de sólida construcción Tiene pequeños detalles como el irresistible piano inicial, las guitarras con efectos wah wah que se oyen eventualmente y la irresistible pista vocal de Jake Shears. Fue su primer single, siendo lanzado a finales de 2003, unos meses antes que el disco. Un pequeño clásico de la banda.

2. “Take your mama”: Otra vez un pop auténticamente reluciente, aunque esta vez con un corte más clásico, algo más calmado pero igualmente risueño. Se añade, además, una pizca de rock. Es casi imposible no tararear la canción mientras se escucha. Tiene un saborcillo añejo, de años 70, que es un encanto añadido. También empiezan a verse algunos recursos de la banda, como el falsete de Jake Shears. También fue single, obteniendo un razonable éxito en Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. La letra hablaría de la aceptación de la condición sexual en ambientes conservadores.

3. “Confortably numb”: Rara vez una canción me ha provocado sensaciones tan dispares en una primera escucha. Es una versión del famoso tema de Pink Floyd. Era oír el falsete radical de Shears, el tono techno discotequero y pensar que era como una mofa. Casi una parodia. Luego me lo tomé más o menos de buenas y comencé a echarme unas risas. El paso final fue acatarla como un buen número de baile donde los Scissor Sister se meten de lleno en el dance. Teniendo en cuenta que el original proviene de una melancolía épica y oscura, hace falta tenerlos muy bien puestos para hacer esta cabriola estilística. Hoy la escucho con simpatía.

4. “Mary”: Drástico viraje emocional. El cuarto corte del disco hace parada y fonda en una sentida y elegante balada. El protagonismo recae en la voz Jake Shears y en piano. Ahí algo del espíritu de Elton John, salvando las distancias. El final de la canción se va haciendo cada vez más emotivo. La canción está dedicada a Mary Henlon, la mejor amiga de Jake y que moriría en 2006 de una aneurisma cerebral. Fue single de alguna repercusión en Reino Unido e Irlanda.

5. “Lovers in the backseat: Canción hedonista y juguetona que aún así tiene una intro misteriosa a base de teclados oscilantes. Las estrofas parecen un poco mareadas, pero el estribillo es de altísima calidad; de los mejores del disco. Volvemos, por lo tanto, al pop pero de una manera menos bullanguera que en los compases iniciales del disco, habiendo cierto espacio para la atmósfera.

6. “Tits on the radio”: A bailar todo el mundo. Y al son de un estilo muy tributario de la música disco. La novedad está en que la mayor parte de la canción la canta Ana Matronic. Y lo hace de una manera robótica, casi hablando. En el estribillo aparece la voz de Jake Shears, que con solo una frase casi cambia de rumbo la canción. Aunque el elemento fundamental para que todo resulte divertido es la dupla formada por la sección rítmica; bajo y batería son esenciales para dar el toque definitivol. Bailable, curiosa y kitsch.

7. “Filthy/gorgeous”: La canción más petarda del disco. Comienza con una electrónica galopante, se acompaña falsetes extremos y alguna guitarra glam. Bases machaconas y una búsqueda del sentido de la diversión pueden ayudarnos a digerir mejor este tema. Se pasa un poco en el fiesteo, pero una mirada desprejuiciada nos puede ser útil. Fue el último single del disco, lanzado en Enero de 2005, y fue el de mayor éxito en el Reino Unido. Su buena acogida fue mayor en los clubes de ambiente gay.
8. “Music is the victim”: Más orgánica es esta canción que incluso tiene un poco de deje a lo T.Rex. No se olvida del baile y mediante un elevado sentido del ritmo los Scissor Sisters nos transportan a una canción frenética. Ligera y divertida, pero también cercana a la intrascendencia. Se oye fácil y se olvida pronto.

9. “Better luck”: Otra ración de pop divertido y altamente melódico, de nuevo basado en una reluciente pista vocal y los toques justos de instrumentación. Más brillante, si cabe, en las estrofas, se trata de una de esas canciones aparentemente intrascendentes pero que resultan realmente agradecidas.

10. “It can’t come quickly enough”: Una de mis favoritas del disco y también una de las más solemnes. La primera vez que la escuché se me vinieron a la cabeza los Pet Shop Boys. Los Scissor Sisters usan unas bases electrónicas pertinaces, elegantes e hipnóticas. Prueba de manera contundente que el grupo puede atreverse con estados de ánimo de estimable diversidad.

11. “Return to Oz”: Y aquí tenemos otra sorpresa. La canción comienza como una pieza folk casi en la onda de Simon & Garfunkel, se va transmutando en un pop melancólico y acaba siendo una épica bombástica con profusión de arreglos y un emotivo punteo de guitarra. Inusitadamente seria, los Scissor Sisters se desenvuelven bien también en estas lides. Se nota que querían cerrar el tracklist regular de una forma tajante y grandilocuente. Afortunadamente salen con bien de la tentativa.

12. “A message from Miss Matronic”: Los tres últimos cortes que vamos a comentar son bonus tracks de la edición de Reino Unido. La razón es que los tengo tan incorporados a las escuchas del disco, sin solución de continuidad, que para mí son casi parte normal del tracklist. De momento comenzamos con un mensaje de Miss Matronic dándonos la bienvenida a la escucha de estos extras. Sin más. Son 30 segundos. Algún grito sí que hay, eso sí.

13. “The skins”: Una de las propinas es este movidito electro-funk, sin más pretensiones que hacer bailar y procurar una sencilla diversión. El riff de guitarra es pegadizo y las bases electrónicas contundentes. No molesta.

14. “Get it, get it”: Las coordenados no se mueven mucho. Es un tema dance sin demasiadas complicaciones y con todos los recursos para moverse al compás. En fin, no hay ninguna joya oculta en los bonus tracks pero se escuchan con agrado y no estorban.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Un debut más que interesante que entiende muy bien los códigos del pop y que demuestra la capacidad del grupo para crear melodías sencillas pero de gran mérito. Hay alguna pequeña irregularidad, pero nada grave. Detrás de la imagen frívola hay unos buenos músicos con cosas interesantes que decir.

El siguiente paso fue “Ta-Dah” (2006) y tampoco les fue mal. Es un disco sólido del que quedan dos pequeños clásicos para la banda: “I don’t feel like dancing” y “She’s my man”. Después, sin tener nunca grandes bajones de crítica, el impacto del grupo fuera del Reino Unido fue apagándose algo. “Nightwork” (2010) aún mantenía el tipo, pero en España pasó desapercibido. El disco “Magic Hour” (2012) y su single “Only the horses”, colaborando con Calvin Harris, sí que tuvo cierta repercusión; recuerdo ver el vídeo con cierta frecuencia. Y desde entonces… descanso y proyectos en solitario. No está de más poner un poco de Scissor Sister en nuestra vida y vislumbrar de vez en cuando el lado luminoso de las cosas.

Texto: Mariano González.
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