La pasada semana fue de aúpa en lo artístico-musical como asistente a actuaciones. Pesos pesados sin duda fueron el ya narrado concierto de Pet Shop Boys en el Teatro Real, y -por fin- ver a Plácido Domingo (que es algo así como el Morrissey de la lírica, por su triste historial de cancelaciones en el Teatro Real, por uno u otro motivo) en una ópera en el mismo lugar que a los Tennant-Lowe, justo en el día en que asistía a mi último evento antes de dejar de ser abonado a las temporadas operísticas tras 5 o 6 años. Pero, sin ningún lugar a dudas, para mí la fecha señalada a fuego en el calendario era la cita que comienzo a narrarles.
Inciso importante: advertir a los no habituales seguidores de “DMR”, que si quieren leer exclusivamente la crónica musical, avancen unos cuantos párrafos, ya que ahora comienzo a narrar la experiencia personal íntegra y el proceso completo desde que me enteré de la actuación de Midge Ure hasta que acabó la noche.
Y es que servidor de ustedes es muy fan de Ultravox y de la carrera de Midge Ure en solitario. Después de mi pódium de preferencias (ya sabrán los allegados: The Cure, The Smiths/Morrissey y Depeche Mode), luego hay un núcleo de bandas a un segundo nivel que adoro (Talk Talk, Spandau Ballet, The Killers, Tears For Fears, Talking Heads/David Byrne, todo lo que rodea a Genesis, y alguna que otra más) dentro del que están Ultravox y el sr. Ure.
Fue Carlos Caballero, buen amigo y cantante de La Broma Negra, quien por Whatsapp me envió un mensaje informándome (de lo contrario, quizás no me hubiera enterado de la actuación). Él dudaba de si asistir, ante lo cual yo le dije que por mi parte no tenía ninguna duda y que corría a sacarme la entrada. Dentro del núcleo de colaboradores de “DMR” se sumaron al plan Mariano González, afrontando con valentía y determinación la superación de sus problemas de sostenimiento en pie, y Óscar Cañas. Lo que daba por hecho que Javier “Crow” Arribas, líder del grupo The Crow Project, gran seguidor de Ultravox y Midge Ure (de hecho tiene la autobiografía de Midge), tendría su entrada; la sorpresa fue hablar con él vía chat de Facebook la misma mañana del concierto y descubrir que no tenía entrada porque se enteró el día anterior y no se había animado por motivos personales y pensar que ya no quedarían tickets. Por fortuna, entró en la web oficial de compras y sacó su entrada sumándose al plan.
Yo llegué a las puertas de sala Arena a eso de las 19:50h, media hora antes de lo que llevaba pensando mucho tiempo, ya que cuando saqué la entrada no había previsto aún artista invitado, pero finalmente sí que lo hubo y la apertura de puertas se fijó definitivamente a las 20:00h. Había ya una cola bastante notable, la cual me sorprendió en parte (recuerdo que en eventos parecidos, como el de Madness en La Riviera de 2009, llegué 5 minutos antes de abrir puertas y no había más que 2 personas). Óscar Cañas llegó antes. A eso de las 19:25h y gracias a él conseguimos un mejor lugar en la sala; por lo visto hubo gente que no se tomó a bien que llegara antes un amigo y que nos guardara sitio en la cola: muchas otras veces me ha pasado al revés y jamás lo he visto como algo raro, la verdad. En fin. Nos colocamos en primera fila en el lateral izquierdo del escenario. Allí Mariano pudo encontrar un lugar donde apoyarse con regularidad para poder vivir bien el show. Se ve que hubo torpes que se colocaron detrás de mí y de otro chico de estatura similar a la mía y hubo algún comentario en plan queja; lo que está claro es que a pesar de que la sala Arena no es muy grande, sí que hay espacio para ponerte en otro lugar que no sea detrás de un tío de 2 metros. Si aún así haces eso y te quejas, es que eres poco hábil, sin más (no se trata del caso de que alguien se te ponga delante, no). Carlos Caballero y Laura Pérez de La Broma Negra llegaron casi al finalizar la actuación del artista invitado y dentro de la sala nos encontramos con Mary, buena amiga que conozco desde que coincidimos en la puerta del Palacio de los Deportes para entrar a la primera de las fechas en Madrid del “Touring The Angel” de Depeche Mode en 2006, perteneciente a un grupo de fieles de la música electrónica entre los cuales está el mítico Richard Saura, que en esta ocasión se perdió este gran show de quien liderara la etapa más masiva de Ultravox en los años 80.
Comenzamos con lo musical. Y empezamos por el artista invitado. A pesar de que nos encontremos a veces sorpresas brutalmente agradables como la que nos supuso Pixx hace pocos meses al ir a ver a Austra, nos sigue dando pereza que haya alguien antes de a quien vayamos a ver. De esto me enteré el mismo sábado cuando estaba hablando con Javi “Crow”. Sin embargo, al comentarlo en el grupo de Whatsapp de colaboradores de “DMR” que tenemos, Mariano González rápidamente nos informó que los invitados eran After The Rain.
Y eso cambió mi percepción. Pasé de la pereza irremediable a las ganas y expectación. Ya saben que After The Rain han pasado por aquí con revisión de uno de sus discos y de una de sus actuaciones en Madrid de los últimos años. No obstante, hasta hoy, dentro del equipo redactor de “DMR”, fue Alfredo Morales quien se encargó de hablar sobre el grupo. Hoy seré yo. Tenía ganas de ver a la banda, ya que “Kings Without A Crown” es un disco que he tenido ciertamente presente desde que lo revisamos por estas tierras y quería ver a After The Rain en acción.
La banda tiene nuevo disco, “The Other Side Of The Crown” (con caras b, remixes y rarezas) y ofrecieron 35 minutos de actuación con temas de su primer disco y de la nueva entrega e incluso haciendo un homenaje a Bowie en forma de versionar dignamente “Heroes”. Estuvimos justo delante de los teclados de su vocalista, José Ícaro. Al otro lado teníamos a Yun L. Díaz en sus teclados y ahora el dúo se ha convertido en trío con la incorporación del bajista y guitarra Óscar Nihilism, que también, curiosamente, ha hecho que La Broma Negra pase de cuarteto a quinteto, siendo común en ambas formaciones; luego bromeé con Carlos Caballero sobre el crecimiento de componentes de La Broma Negra, advirtiéndole que iban a parecer pronto unos Arcade Fire, y me dijo que su intención, no sé si en serio o en broma, es que fueran 7 en el escenario en un futuro. Viendo que iba a ser la última canción, capturamos en vídeo la comentada versión de “Heroes”.
After The Rain estuvieron de nota alta. Arrancaron con fuerza con la efectiva “A pleasure like you”, que sirvió a la perfección para que la sala se pusiera acorde a. Aprovecharon la pantalla de fondo de la sala Arena para completar su show musical con proyecciones muy llamativas y variopintas (destacó una con un Godzilla viral muy bailongo, memorable) que le venían muy bien a las canciones que interpretaron. José Ícaro me demostró en directo ser un cantante notable, que maneja muy bien su registro; solamente tuvo serios problemas en un tema, por fallos del cable del micro que se iba y venía. After The Rain tienen muy claro qué estilo profesan y lo ejecutan bien. Con solvencia. Se demostró que en la sala había muchos seguidores del grupo que vivieron con muchas ganas la actuación. Para los que no conocían el grupo, Ícaro ya se encargó de dirigir al público para que la cosa se encendiera cuando hacía falta. Aquí debajo el grupo desde la posición de Mariano González, que encuadró también las cocorotas de Óscar Cañas y servidor.
Aprovecharon bastante bien sus minutos, con ejemplos potentes de su repertorio que animaron mucho a la sala Arena. Destacó mucho en el tramo final “Invincible (you are the one”. Lo que no vi muy claro es el quizás gustazo personal que se dio el grupo al versionar la citada “Heroes”; cierto es que es single de su último trabajo y les quedó muy bien, pero yo hubiera aprovechado para meter otro de sus grandes ejemplos, como es ese hit en potencia llamado “Future will be fine”, que solamente sonó en el hilo musical antes de que el grupo saliera a escena. Salvo este pequeño matiz, que quizás sea percepción mía, After The Rain cumplieron a la percepción y se anotaron otro hito en su trayectoria como es el de ser artista invitado de Midge Ure, cosa que ya han hecho en el pasado con formaciones tan relevantes como De Vision.
Fue terminar After The Rain y se vivió el cambio de set más rápido en un concierto de este estilo que he vivido en mi vida. Tanto que Midge se plantó en el escenario (bajando desde el piso de arriba) antes de la hora prevista en la entrada que eran las 21:30h. A las 21:22h ya estaba encima del escenario, lo cual me pilló de espaldas y de sorpresa, ya que estaba hablando con Mary en ese momento.
Y ahí estaba el hombre. Quien lideró a un grupo como Ultravox y que en el periodo 2002-2004 estuvo tan presente en mi vida acompañándome en tantos momentos importantes (descubrí su carrera en solitario y su trayectoria con Ultravox en esos días, a raíz de comprarme sendos recopilatorios de Ultravox y suyo en solitario en la primavera y otoño de 2002). No tiene ya su peinado con ligero tupé, ni su bigotito a lo Clark Gable (si bien él lo asemejaba más al de Errol Flynn), y parece a día de hoy más el periodista Antonio Lobato o el mítico corredor de los Sanfermines “Boti” de la cuesta de Santo Domingo, con su afeitado de cabeza absoluto; si bien, a ratos, parecía intuir un ligero bigotito canoso, que luego era más bien parte de mi imaginación (saben eso de que la gente que llevó bigote en una época y se lo afeita y parece que lo siguen teniendo, como el expresidente José María Aznar o el periodista Carlos Herrera, ¿no?); en este sentido de look, yo si fuera Midge, me volvería a dejar el bigotito para sus giras y llevaría un sombrero, lo cual nos acercaría más a su look neorromántico que tanto nos ha encantado años y años viendo los videoclips del periodo 1980-1986.
La entrada del concierto en su día me descuadró al ver que ponía “Playing Ultravox and Visage”. Imaginaba que a lo mejor Midge dejaría de lado su repertorio en solitario, el cual me encanta igualmente, y se centraría en las 2 bandas principales de las que fue componente (sin olvidar a los Thin Lizzy). Sin embargo, el arranque con 3 de sus temas en solitario, me hicieron retrotraerme a la idea inicial que tuve cuando me enteré del concierto, que era un show algo parecido a lo que tengo de él en mi discografía personal. Es decir, temas de Ultravox, algo de Visage, pero con un peso importante de su historia en solitario.
Empezó el show muy emotivo con 2 canciones de ese perfil sentido como son “I see hope (in the morning light)” de su notable “Pure” de 1991 y la profunda “Dear God” del disco predecesor “Answers To Nothing” de 1988. Sin embargo, el primero de los momentos realmente emocionantes me vino justo después, en el tercer lugar del setlist, cuando identifico a la gloriosa “Call of the wild”. Este single, no perteneciente a ningún disco, de 1986, me despertó sensaciones de infarto parecidas a las que tuve en octubre de 2014 cuando Morrissey incluyó “Speedway” en el 2º lugar del repertorio de aquella inolvidable noche en el Palacio de los Deportes. Quizás “Call of the wild” podría ser el pasaje del concierto de Midge Ure que más me emocionó. O no. Es que la cosa, lógicamente no se quedó ahí. Grabé el vídeo de “Call of the wild” con la cámara del móvil; ni sé cómo habrá quedado, ya que entenderán que no prestara mucha atención a la pantalla.
Luego vendría la versión de “Fade to grey” de Visage, donde no hubo mención al malogrado hace un tiempo Steve Strange. Yo, que visité la puerta de lo que era el Blitz no hace mucho, pude imaginarme aquellos días de comienzos de los 80 en el mundillo londinense en ese momento del concierto. Midge hace el tema más guitarrero, como casi todo lo que escoge en sus giras en solitario. Este aspecto yo ya lo sabía y no me disgusta; sin embargo, eso descuadró a Mariano González y a Carlos Caballero, más fans de Ultravox y no tan conocedores del devenir en solitario de Midge como sí lo soy yo. También capté el vídeo de “Fade to grey” y ahí se lo dejo a continuación.
De los discos de Ultravox, “Vienna” fue el más representado. Aparecieron las aceleradas “All stood still” o “Passing strangers”, la sorpresa de “New europeans” y la imposible de quedarse fuera “Vienna”. “Passing strangers” estuvo en la parte inicial del concierto y fue acogida con mucho júbilo. “Vienna” ni que digamos en ese sentido. Vi a Midge bastante bien en el apartado vocal en todo el concierto y “Vienna” era la prueba de fuego con esos sostenidos del título; si bien el último lo dejó al karaoke de la emocionadísima sala Arena, en el resto estuvo muy solvente y mucho mejor que lo estaba hace unos años, lo cual me agradó mucho. Recuerdo que cuando arrancaban los sintetizadores iniciales de “Vienna”, estábamos Javi y yo debatiendo si era “Visions in blue” o “Vienna” la que iba a sonar. Los vídeos de mi cámara del móvil están muy saturados en sonido, pero con todo, les dejo aquí el que tomé de “Vienna”.
Hablemos de más canciones de la trayectoria independiente de Midge Ure que sonaron. No faltó “Breathe” (de la que grabé solamente un fragmento que les dejo debajo de este párrafo), que tuvo mucho éxito en su día en nuestro país con aquel anuncio de relojes, y que a día de hoy sigue siendo carne de radiofórmula. Antes del momentazo que fue “Vienna” Midge nos regaló la sentida interpretación de su nº 1 “If I was”. La versión de “No regrets” tampoco tardó mucho rato en aparecer. De las de Midge en solitario eché mucho de menos “Answers to nothing” o “Cold cold heart”. Se ve que en otros momentos del presente tour incluía “The gift”, que hubiera sido un puntazo solemne de vivir.
El disco peor parado de Ultravox fue “Rage In Eden”. Curiosamente fue el único que escuché durante el día al completo en mi casa a modo de preparación. Y parece que fue suficiente, ya que no apareció ni un solo tema del mismo (bueno, de “U-Vox” tampoco, y era posible un “All fall down” y nos hubiera supuesto un vuelco escuchar “All in one day”). Esperaba por lógica “The voice” y con menores esperanzas, pero no con menos ganas “The thin wall”. Pero nada de nada. Se ve que en otros sectores del tour seleccionó además de “The voice” la fantasmagórica canción título o “I remember (death in the afternoon)”, que no hubieran estado nada nada mal de escuchar. De la siempre emocionante “If I was” grabé también un cachito.
“Quartet” tampoco salió muy bien parado. La gran ausente para mí fue “Reap the wild wind”; y es que curiosamente, en las redes sociales mencionamos nuestra asistencia al evento colgando un video en directo de este tema y el propio Midge nos retwitteó. La única que apareció, fija en las quinielas, fue “Hymn” en los bises. Muchos echamos en falta la fabulosa “We came to dance” (o métanle el “only” como jocosamente consta en el dvd “The Collection” de Ultravox), pero si ni Ultravox en sus giras de 2010 a 2013 la recuperaron, ¿qué íbamos a esperar en ese particular?
Bueno, no más reproches; la hora y media de concierto fue fenomenal y no hay que sacarle más pegas. Si hablamos de sorpresas gordas, para mí (que ya saben que voy a los conciertos sin mirar lo que vienen tocando los artistas) lo fue suprema “Love’s a great adventure”, la cual además se situó antes de los bises para acabar el sector troncal del concierto; si bien tampoco es uno de mis temas favoritos de Ultravox y hubiera preferido cualquier otra. “Flow” de “Brilliant”, último lp de Ultravox tras su reunión después de muchos años, también no era esperada por mi parte y cumplió con solvencia reivindicando la última obra del cuarteto clásico.
Lo que sí me esperaba eran 2 de los trallazos de “Lament” de 1984. Primero llegaría “One small day” (cuyo vídeo está situado aquí arriba y del que se quedó a medias no porque quisiera grabar un fragmento -ya que es de mis favoritas de Ultravox de siempre-, sino porque la batería no quiso dar para más) para abrir el tramo final del show. Y vino cargada de energía. Midge le dio fuerte a la guitarra, como merece el tema, y supuso quizás mí otro gran momento de la actuación. Siempre me obsesionó este tema, con ese gélido videoclip en una especie de crómlech en las altas tierras de Escocia. Una pista épica, gloriosa y que Midge y su banda ejecutaron a la perfección. Y el otro capítulo de “Lament” vino de la mano de la acongojante “Dancing with tears in my eyes”, la cual puso el broche de oro final al concierto, dejando al público con ganas de mucho más; de hecho, cuando vemos que se encienden las luces mientras que Midge y sus 3 músicos suben las escaleras hacia los camerinos, me quedé algo sorprendido. Se había cumplido hora y media de actuación que de tan buena que fue, nos dio la sensación de que había pasado mucho menos tiempo. De “Dancing with tears in my eyes” nada más consideré captar un fragmento del tramo final.
El juego de luces de la sala no es que sea muy para alardes, pero recreó bien los tonos y las atmósferas justas para cada tema. Del telón-pantalla de fondo Midge no hizo más uso del mismo que para poner su nombre impreso en grande. Aquí debajo una fabulosa instantánea de Midge que consiguió sacar Mariano González desde su posición.
Óscar, Mariano y sobre todo Carlos, echaron de menos más atmósferas a base de teclados; a título de curiosidad, destacar al teclista de Midge, que funcionó bien y actuó descalzo desde su posición. Yo les aclaré que Midge Ure en solitario funciona en directo así: mucho más guitarrero y rockero. Yo terminé encantando y más aún cuando conseguí uno de los setlist del escenario que amablemente me entregó uno de los roaddies. Como yo hago otras veces, varias personas me pidieron una foto del mismo y en esos compases, antes de salir de la sala, seguimos compartiendo impresiones y también pude saludar a José Ícaro de After The Rain, el cual me confirmó la pista que tenía de cara a intentar conocer personalmente a Midge.
Y esa pista no era otra que ir a la puerta trasera de la sala, cosa que ya hicimos en 2011 cuando vimos a OMD. Llegamos allí los que quedábamos (Carlos y Laura de La Broma Negra y Javi de The Crow Project se marcharon) y Midge no tardó más de 4 minutos en salir por la puerta trasera de la Arena desde que nos situamos por allí. Estaríamos unas 20 personas y en 5 minutos Midge nos atendió a todos, firmando discos, haciéndose fotos, con amabilidad y paciencia. Me llegó el turno, me firmó el setlist y accedió a hacerse una foto conmigo. Le di las gracias por venir a Madrid y le dije que esperaba verle pronto por Madrid; Midge me bromeó al respecto diciendo que con mi altura le vería desde cualquier sitio. Y es que la diferencia de estatura entre servidor de ustedes y Midge es notable. Ya sabía que Midge es grande en lo musical, pero más bien retaco en lo físico; Midge es bromista en general, lo vimos de primera mano cuando afirmó que si tardaba en volver por Madrid lo mismo que en esta vez ya estaría muerto, y recuerdo cuando antes de interpretar “Breathe” en el concierto recogido en el dvd “Re-wind” decía que había sido un éxito mundial, menos en su país. La foto me la sacó Óscar Cañas y yo le saqué a él la suya, mientras que obtenía su entrada “print at home” firmada.
Emocionados nos marchamos a cenar a un sitio de comida mexicana cercano a la sala, donde más bien hicimos uso del refill de refresco (había sed, que el día fue caluroso de aúpa a pesar del viento huracanado que se levantó tras conocer en persona a Midge en los alrededores de la plaza de España). Hubo larga tertulia en persona y con el resto de colaboradores de “DMR” vía Whatsapp, y tras un generoso rato nos marchamos a casa.
Grandísima experiencia. Muy parecida en todo a la que vivimos en 2011 en la misma sala con Orchestral Manoeuvres In The Dark. La sala Arena nos trae suerte en este sentido como apuntó Óscar al final de la noche. Midge Ure ofreció un gran concierto del que salí encantadísimo y que a buen seguro quedará como uno de los más destacados en mi vida por todo lo que Ultravox y Midge Ure me han supuesto como aficionado musical; creo que es el concierto en el que más veces en mi vida me vi con la boca abierta embobado viendo lo que tenía enfrente.
Solamente me queda cruzar dedos y desear que Ultravox hagan alguna gira más a nivel europeo y que esta vez no se olviden de Madrid. Si bien, la cosa está difícil. Supongo que si Midge da con esta crónica, le da al traductor para entender lo que está escrito, y sumado a lo contento que se fue de la respuesta del público en este show, se anote en la agenda la petición por si vuelve a salir a la carretera con Billy Currie, Chris Cross y Warren Cann. Igualmente si lee estas líneas, agradecerle nuevamente (que ya lo hice en persona) que me haya dado la ocasión de poder verle en directo sin necesidad de tener que planear un viaje internacional para verle actuar. Ciertamente, ver en una misma semana por primera vez sobre a un escenario a Neil Tennant y Chris Lowe y a los 4 días a Midge Ure, es algo cuanto menos curioso, y una maravillosa casualidad que quedará grabado a fuego en mi retina musical. La semana del 10 al 16 de julio de 2017 fue sin duda una gran semana.