ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN
Entre “Battle Born” y “Wonderful Wonderful” pasó un lustro. El lapso de tiempo más extenso de la banda hasta la fecha para editar nuevo material. Y la espera mereció la pena. Entre medias proyectos en solitario (2º disco de Brandon por ejemplo, que pasó mucho más de puntillas que “Flamingo”) y una sensación actual de poca conexión entre los 4 miembros.
Esto de la cohesión de banda se aprecia en que el guitarrista Dave Keuning no aparece en las fotos promocionales del libreto y contraportada y que el bajista Mark Stoermer en algunos conciertos de la gira no le he visto en el escenario. Sin embargo, el que parecía el díscolo de los 4, el batería Ronnie Vannucci, continúa fiel al lado de Brandon Flowers en todos los aspectos.
Volviendo a hacer una ligera reseña del previo álbum (para información más a fondo lean el post que hay en el blog), “Battle Born” supuso un trabajo en general más que aceptable; solamente le veía carencias en algunos pasajes baladísticos quizás demasiado melosos. Con “Wonderful Wonderful” el grupo deja de lado ese exceso de azúcar en las baladas y le mete alguna épica americana de sonido en algunas canciones que nos vienen a evocar el notable “Sam’s Town”.
Para mi gusto “Wonderful Wonderful” mejora a “Battle Born” y voy a intentar justificarlo en mi análisis canción a canción. Arranquemos.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Wonderful wonderful”: El disco arranca con esta canción, que ya de paso le concede el título a la obra, de sonido potente y con unas dosis leves de decadencia que le confieren cierto encanto. Carácter cáustico y poco amable, pero que a la larga tras el paso de las escuchas termina convenciendo como adecuada apertura.
2. “The man”: Primer single de la obra y un tremendo acierto. Esta canción se mueve entre el funk, el disco, el rock, el glam y la exageración. Brandon se muestra ante el micrófono en casi todos sus registros (agudos, graves, pasotas, vacilones). No precisa de darle demasiados repasos para terminar quedando enganchado a sus ritmos. El videoclip, que versa sobre un Brandon desempeñando varios papeles de tíos que van de triunfadores ególatras y pasados de vueltas en algunos casos, pero que en el fondo son unos pobres diablos, es también un acierto total.
3. “Rut”: Canción de entrega (al menos eso me transmite su estribillo tan marcardo), con un cierto aire derrotista. Quizás sea la pieza que más pueda acercarse al sector de los himnos compuestos por el grupo en disco anteriores. No está mal del todo, y de hecho ha sido escogida como single.
4. “Life to come”: Se titula “Life to come”, pero tenía otra opción clara título como podía haber sido “Call my name”. No en vano, estas 2 frases son las que copan el ampuloso estribillo (casi queriendo acercarse a la ofrecida en “This river is wild” de “Sam’s Town”, pero evidentemente con otro sentido distinto). Es una canción que se mueve en un pop amable y en un tempo medio que sube enteros en el citado estribillo. Nos permite coger carrerilla para los 2 capítulos más sobrecogedores que vienen.
5. “Run for cover”: Quizás “Run for cover” pudiera ser la mejor canción del disco. Al menos la más briosa y pegadiza; esto último sin duda. Fue el 2º single (con un videoclip algo agrio, que aborda el tema de la violencia de género) y con mucha justicia. Detalles a tener en cuenta muy en positivo: a partir del 2º estribillo las notas de guitarra que en el mismo dan la réplica a Brandon en sus pausas vocales, tremendamente potentes y grandilocuentes, las cuales supongo de Dave Keuning. Brandon se muestra acelerado, sentido y vibrante el micrófono. Un trueno o avalancha de canción, que son de esos ejemplos que reaniman a un muerto. Gloriosa.
6. “Tyson vs Douglas”: No baja el pistón la siguiente canción de título reminiscente al mundo del boxeo. La canción es nuevamente un chute de adrenalina, pero que se desmarca de la potencia controlada de “Run for cover” para ahondar en un toque más sentimental, que no sensiblero. De primeras no me entró, pero sin duda termina siendo esta “Tyson vs Douglas” uno de los puntos fuertes a la hora de escuchar el disco de cabo a rabo. Importante papel de los teclados en la melodía de esta canción.
7. “Some kind of love”: “Wonderful Wonderful” para mi gusto supera a “Battle Born” por casos como este que nos supone “Some kind of love”. Y es que esta pieza es una balada, pero que no cae en el babeo de algunos pasajes del disco previo. La canción se aborda desde un sonido crepuscular y vagamente decadente que le confiere encanto y hace que sea un capítulo más que agradable.
8. “Out of my mind”: Quizás líricamente no aporte mucho, pero melódicamente “Out of my mind” es otro de los temas que claramente llegan al fan. Las notas de teclado, con esa melodía tan sencilla, van y vuelven cuando hacen falta y Brandon juega en las voces en un tono relajado y gustándose mucho. Canción que versa sobre gustos musicales, con numerosas referencias a músicos (Springsteen, McCartney, etc.), que puede ser a ratos mi tema favorito del disco.
9. “The calling”: Nos encontramos a una pista que son de las que me hacen evocar a “Sam’s Town”. “The calling” se desmarca del encanto de “Out of my mind” para dar lugar a una pista más rabiosa, pero de medio tiempo. El estribillo sube el pistón rockero. Quizás sea de los pasajes que menos me atraigan, al menos en las primeras pasadas, pero está lejos de ser una composición que baje el nivel del disco. Se mantiene una buena media.
10. “Have all the songs been written?”: El disco termina oficialmente con “Have all the song been written?”. Es una canción lenta, vagamente melancólica (pero sin llegar a exageraciones) y que no supone un final agreste. Se aleja de otros finales más llamativos de la trayectoria del grupo, por lo que de alguna manera la banda sorprende con este cierre tan de perfil bajo. De los bonus tracks (que yo me compré la versión deluxe), destaco sin duda “Money on straight”, un capítulo hedonista, relajado y casi tropical, pero que acierta en el bueno gusto y no como sucedió con otros experimentos parecidos que el grupo probó en “Day And Age”. De los remixes de “The man” (2 metieron), no me merece la pena comentar mucho, ya que ninguno mejora la toma principal.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Con este disco el grupo no es que haya vuelto a ser la sensación planetaria que fue hace 10 años. “The man” recuerdo que fue usado en un anuncio promocional de la Supercopa de Europa de fútbol del verano de 2017, en el que salía José Mourinho en primer plano (muy graciosa la asociación de ideas) y poco más.
Curiosamente, en nuestro país la mayor repercusión vino de la mano del famoso vuelo en el falcon presidencial de Sánchez Castejón al FIB para ver la única actuación del grupo en nuestro país de la gira del disco (malditos festivales y sus exclusividades contractuales... ¡hijos de p...!).
Y es muy curioso, ya que quizás Brandon Flowers debería formar parte del panorama político español: es capaz de poner de acuerdo a gente tan dispar como al expresidente José María Aznar y al periodista Luis María Ansón con el actual presidente en funciones Pedro Sánchez. Lo que The Killers unan...
Al margen de resultados comerciales o de mayor o menor repercusión internacional, considero que el disco, con portadas distintas para la edición deluxe o normal (pero con la caracola rosada como elemento en común) en calidad es muy bueno. Lo veo al nivel de “Sam’s Town”, quizás solamente por debajo del imbatible debut “Hot Fuss”. La situación del grupo ya es otra cosa, porque, como dije en la introducción, no sé si habrá mucha cohesión entre los 4 miembros en la actualidad; no en vano, he encabezado el post con una de las muchas fotos promocionales en las que la banda aparece como trío sin Dave Keuning.
Sea como sea, espero que el siguiente disco de la banda siga en la línea ascendente que llevan desde “Day & Age”, que si bien fue el disco que les catapultó (por disponer de “Human” en su listado básicamente), pudiera ser el trabajo menos consistente en conjunto de su historia.
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