ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Regresamos a uno de mis artistas favoritos, en unos tiempos en los que lamentablemente es más noticia por la polémica rodeada por su opinión respecto a la pandemia que por su música. En “DMR” somos de separar la paja del grano y aquí no voy a entrar a valorar las opiniones de Bosé, centrándome exclusivamente en lo que me interesa de él: su arte. Además, con un disco como el que hoy me atrevo a abordar, ¿para qué meternos en mayores jaleos?
“Bandido” de 1984 supuso el claro antes y después en la trayectoria de Bosé. Bosé dejó de ser un músico más melódico, ídolo de masas adolescentes femeninas para mostrarse como un músico y cantante transgresor y muy moderno. Tomando como referencia a Bowie, como en su momento hizo otro de nuestros admirados, Tino Casal, Miguel evoluciona claramente desde “Made In Spain”.
Este disco cuenta con 2 canciones gigantes como abanderadas. Lo singles “Amante bandido” y “Sevilla” son de las canciones más conocidas de la trayectoria de Miguel Bosé, o directamente las 2 más conocidas. Podría llevarnos a equívoco y pensar que el disco está armado con meras comparsas que rellenen el espacio, pero no es así. Hay muchos otros momentos que son también destacables e incluso memorables.
Apenas se ve algún retazo de la etapa que hasta aquí había desarrollado Bosé. Se ve claramente el giro a la electrónica o techno pop, que quizás sea en el apartado donde el artista va a conseguir sus registros más atinados, o al menos así lo veo yo. “Bandido” en general está muy bien conjuntado. Creo que quizás hay algo desequilibrio entre la cara a y la cara b, resultando muy potente la cara a; no obstante, que la cara b arranque con “Sevilla”, ayuda a que el efecto se atenúe. Veamos las 10 canciones que incluye “Bandido” una a una.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Abrir y cerrar”: El cambio de enfoque de la música de Bosé ya se aprecia desde los
primeros compases. Gracias a “Abrir y cerrar”, apreciamos madurez y evolución. Es
una joya oculta dentro del disco, ya dispuesta para nada más empezar. Muy buena letra, un ritmo relajado y un Bosé que se gusta con justicia al micrófono. La instrumentación no escatima en adornos puntuales con ciertos arreglos que le quedan muy bien y le confieren mucha elegancia. A ratos resulta hasta solemne, pero desde la calma. Hay épocas en la que incluso podría decir que es mi favorita del disco, lo cual no es poco. Relaja su escucha, viene bien para tomar distancia de las cosas, por lo que tiene hasta efecto terapéutico. Una maravilla.
2. “Horizonte de las estrellas”: Tras una apertura de álbum tan excelsa, no bajamos ni
mucho menos el nivel. Llegamos a la 3ª en discordia de las grandes canciones del disco, al menos en lo que a repercusión se refiere. “Horizonte de las estrellas” fue single, de hecho tiene un videoclip por ahí con Bosé en un paraje cuanto menos peculiar, vestido de blanco, pero fue “engullida” por el olvido generalista por la “culpa” de “Amante bandido” y “Sevilla”. Sin embargo, es una canción que goza del beneplácito de los reales seguidores de Bosé, entre los que me incluyo. Es una canción acelerada, electrónica, con un estribillo irresistible “eres tan páaaalida, ¡qué blanca estás!”. Su importancia se puede apreciar que incluso en la gira de “Amo”, Bosé decidió rescatarla con acierto para el repertorio. Un ejemplo de pop electrónico que puede que tenga algún leve deje de la etapa musical que con “Bandido” dejaba atrás “Bosé”. Sin duda otra grandísima canción.
3. “Amante bandido”: ¿Qué decir de “Amante bandido”? Quizás o, mejor dicho,
seguramente sea la canción que mejor podría definir a Bosé y por la que todo el mundo puede reconocerle. Es una canción inquietante, moderna en su sonido para la época, ya desde esos golpes de percusión casi a modos de pasos de claqué. El toque del saxofón le aporta el enfoque entre galante y canalla que desprende esta pieza. La letra se mueve entre la pasión amorosa y la afección que causa al protagonista, en lo que se transformará por estar bajo el influjo de esa relación. El estribillo es mítico y muy pegadizo. Les diré, a modo personal, que el videoclip de la canción es uno de los
recuerdos más antiguos (sino el que más) que tengo de la televisión (y eso que tendría
yo apenas 3 años recién cumplidos). Ese Bosé que se va transformando de un tímido
gafotas con traje en una especie de aventurero a lo Indiana Jones en la inmensa
biblioteca, con el espíritu al estilo de un Bowie que inquietantemente se mueve por la
estancia y al que también encarna Bosé, es un ejemplo de lo más granado audiovisual
dentro de la historia de la música española de los años 80, quizás junto al
contemporáneo video de La Unión de su “Lobo hombre en París”. La canción ha sido
objeto de numerosas revisiones o remixes posteriores por Bosé, pero ninguno supera ni iguala a la original en mi modesta opinión. Un clásico de nuestra historial del pop con mayúsculas y la canción con la que conocí a Bosé y desde muy pequeño me fui
haciendo fan de él.
4. “Fiesta siberiana”: Tras un trío de apertura tan potente, coronado por la previa
“Amante bandido”, “Fiesta siberiana” tiene el papelón de tomar el relevo. No es ni
mucho menos una mala canción. Ofrece un ritmo a veces algo atropellado, sobre todo
en su estribillo, con algunas paradas llamativas. El saxofón en la parte instrumental
vuelve a tener un papel importante. En primeras escuchas probablemente no te quedes
con su presencia, pero cuando tengas interiorizado el disco, hasta te hará cierta gracia
esa letra llena de clichés rusos o soviéticos (por el momento del lanzamiento).
5. “South of the Sahara”: Elevamos el ritmo nuevamente, con un frenesí notable de la
mano de “South of the Sahara”. Es, para tener un referente, como una hermana pequeña de “Horizonte de las estrellas”. Bosé cambia de idioma para este tema en inglés, que cuenta con unos coros femeninos bastante animados y desaforados que le dan bastante fuerza. No deja de tener un cierto toque hasta oscuro, podría decir, que le queda muy bien. Pasa un poco como con la anterior “Fiesta siberiana”, que hasta que no escuchas unas cuantas veces el disco, no te quedas con ella. Y es que estas 2 pistas tienen la mala suerte de situarse en una laguna psicológica entre 2 picos tales como “Amante bandido” y la que viene a continuación”.
6. “Sevilla”: Tras “Amante bandido”, quizás la siguiente en importante, no solamente
dentro de este disco, sino de la trayectoria global de Miguel Bosé. Y no estamos ante un artista que tenga 2 o 3 discos editados… Canción misteriosa en estrofas, con un
estribillo también mítico, en registros muy altos. La producción de la canción es muy
“Hispavox” de la época, con ese cierto eco en la voz de Bosé. La elegancia de esta pieza, muy exótica en su estructura, viene nuevamente apuntalada por el saxofón, que
nos ofrece un tramo final que es una auténtica maravilla. También hay que destacar el
videoclip, con muchos buenos decorados de estudio, y con ese flirteo permanente de
Bosé con la actriz coprotagonista. Todo casa a la perfección. La verdad es que entre este potente single y “Amante bandido”, no sabría muy bien con cuál quedarme; es como elegir entre papá y mamá, una decisión cruel.
7. “Y fue”: Las más que posibles influencias que a Bosé le llegaran desde la Italia materna, se pueden ver reflejadas en la ligera “Y fue”. Me la podría perfectamente imaginar en un disco de la época de Battiato; que haya un tal Elio Aldrighetti entre los co-compositores del disco, no es algo irrelevante en ciertos momentos como este. Tecladitos frágiles y cristalinos en una canción que no desentona dentro de la obra, pero que no termina de destacar, principalmente porque hay compañeras de clase de dominio global y otras que aún no siendo tan masivas también llaman más la atención.
8. “Lento”: La canción más melódica, sobre todo en su estribillo, es claramente
“Lento”. Aquí Bosé alterna idiomas, no saliéndole mal el experimento. Tiene algo de
misterio en estrofas, pero gana mucha luminosidad en el estribillo. Relajada, algo
hedonista, ofrece un episodio accesible para un final de disco que será algo más
sorprendente. Podríamos considerarla como un leve vínculo con la etapa que Bosé dejaba atrás con este lp.
9. “Esclavo de tus ojos”: A veces cuando escucho “Esclavo de tus ojos” me viene a la
mente “Pipeline” de Depeche Mode. No sé si Bosé y los co-compositores del disco
tuvieron alguna inspiración en ella. Es una canción sincopada, con coros contundentes
acompañando a Bosé en el estribillo, el cual canta con cierta profundidad y lejanía, en
un registro algo más alto del habitual, en las estrofas. Es curiosa, pero no muy accesible para el público generalista. Claramente es otro ejemplo de evolución musical de Bosé hacia la modernidad.
10. “Domine mundi”: “Bandido” termina como un trueno con “Domine mundi”. Es la
canción más acelerada y apabullante del disco. Bosé abandona nuevamente el castellano para utilizar el inglés en una pieza espídica, que nos sacude de forma notable para el último paso del lp. No está mal, pero con tanta compañera brillante tampoco es de las que más destacan.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Bandido” fue un exitazo. Gracias a lo bien que fueron funcionando en 1984 y 1985 los singles “Sevilla” y “Amante bandido”, Bosé creció en todos los sentidos. Evolucionó a un artista más moderno, partiendo ya de forma definitiva del enfoque que tenía como artista más dirigido al público juvenil, para abrazar la modernidad. Además, quizás en esa faceta, “Made In Spain” ya no había funcionado tan bien, y supuso un repunte brutal de la repercusión comercial de Bosé.
Es un disco concreto y conciso. 10 canciones, número perfecto de piezas, sin apenas
momentos débiles. La portada es también inquietante, con ese guiño a la estética de
Bowie y que también es mítica dentro de la historial de Bosé.
Y ya desde aquí no hubo marcha atrás (quizás en 2004 con “Por Vos Muero”). Bosé nos iría regalando con cierta periodicidad discos pop fabulosos, con momentos de mayor energía y otros con capítulos de más madurez (como pasaría con “Laberinto” una década después). Lo siguiente sería “Salamandra”, editado en 1986, un lp muy en la onda de “Bandido”, de afianzar estilo y formas, cosa parecida que sucedería con
“XXX”.
La obra que hoy hemos contemplado es uno de los discos más importantes de la historia del pop español. Junto a otros compañeros de año (menudo año ese 1984 con “Deseo Carnal” de Alaska Y Dinarama, “Ya Viene El Sol” de Mecano, “Hielo Rojo” de Tino Casal, “La Ley Del Desierto, La Ley Del Mar” de Radio Futura o “Mil Siluetas” de La Unión, por citar unos pocos), es un episodio mítico de los años 80 y en general. Merece la pena no quedarse en sus 2 grandes singles “Amante bandido” y “Sevilla”, y descubrir otras piezas como “Abrir y cerrar”, “Horizonte de las estrellas” o “South of the Sahara”. Seguro que una de esas o alguna otra será de su gusto.
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