ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Dentro de los pedidos on-line que he ido realizando en los últimos meses, uno de los ítems discográficos que he adquirido es el hasta la fecha penúltimo disco de los franceses Phoenix. “Bankrupt!” fue editado en 2013 tras el notable y celebrado “Wolfgang Amadeus Phoenix” de 2009, el cual ya está comentado en este blog por mi parte y al que dedicamos también un programa de radio que pueden escuchar si lo desean.
Considero que “Bankrupt!” fue un disco de consolidación de posición dominante de Phoenix dentro del panorama indie internacional. Todo ello apoyado, sin lugar a dudas, en un buen trabajo; es decir, no nos encontramos ante un disco de simple inercia de éxito, sino que “Bankrupt!” justifica su buena acogida con una colección de canciones con el sello inconfundible del estilo de Phoenix, y alguna otra que se puede alejar algo más de su zona de confort, pero sin grandes sustos.
De alguna forma, al menos estructuralmente (cosa que iremos comentando en el análisis de canciones), este lp tiene algunas semejanzas claras con su predecesor. En Phoenix continuaba el cuarteto clásico en formación con Thomas Mars al frente, acompañado por Christian Mazzalai en la guitarra, Deck D’Arcy al bajo y Laurent Brancowitz a las guitarras, dividiéndose las labores de teclados entre todos menos Thomas.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Entertainment”: El disco arranca con el brío que supone “Entertainment”, cuyo estribillo es propiamente instrumental, con un sonido férreo de claras influencias orientales; el videoclip no es para nada casual y se ajusta mucho a lo que transmite la canción. En las estrofas se nota sin embargo muy bien el estilo Phoenix, con ese bajo saltarín a cargo de Deck D’Arcy y cuando entra el estribillo con sus sonidos japoneses es cuando la canción acelera y se intensifica. Single de relumbrón del disco y a la presente un clásico de la discografía de los de Versalles.
2. “The real thing”: Tras un arranque de tanta pegada, es inevitable que lo siguiente no nos emocione tanto. Y quizás eso es lo que sucede a una canción correcta como “The real thing”, en la que, para no perdernos demasiado, también hay algún acorde medio oriental. Un tema de ritmo más lento, elegante, pero lejos de la emoción de “Entertainment”.
3. “S.O.S. in Bel Air”: El ritmo llamativo y festivo retorna con la desenfadada “S.O.S. in Bel Air”. Es claramente una de las piezas más inmediatas y con gancho de “Bankrupt!”. Saltarina y enérgica en general, ofrece algún pasaje donde baja el ritmo para luego retomar el pulso con toda la maquinaria instrumental de Phoenix a pleno rendimiento. Podríamos decir que es una pequeña joya oculta. Muy disfrutable.
4. “Trying to be cool”: Llegamos a mi canción favorita, que de hecho es la que me motivó a comprarme el ítem definitivamente. “Trying to be cool” puede ser una cierta crítica al postureo, del cual también algunos pueden acusar a los propios Phoenix. Es una canción luminosa, de melodía optimista y “levantaánimos”. El videoclip que dispuso, rodado en un espacio alternativo (muy cool) en Barcelona, incluye mucho postureo y “guayismo” por parte del grupo; es grandiosa esa secuencia de Thomas Mars poniéndose su americana blanca y en los siguientes pasos ganando al ajedrez, jugando al ping pong de forma impecable, soltando palomas de su mano… Cuando escuché el disco por primera vez, me decepcioné un poco ante el hecho de que el final no es exactamente igual que en el single, perdiendo mucha gracia, pero, pasados unos minutos entendería todo. Claramente el otro gran clásico que ha quedado de “Bankrupt!”.
5. “Bankrupt!”: Lo del paralelismo estructural con “Wolfgang Amadeus Phoenix” lo justifico con la canción título, ya que situada en mitad de la obra y de perfil muy experimental y hasta progresivo, “Bankrupt!” juega el papel que en el lp previo le correspondía a “Love like a sunset”. No está mal a modo de interludio onírico y hasta hipnótico, para posteriormente salir de su trance y meternos en la 2ª parte del álbum.
6. “Drakkar noir”: Y aquí está la solución a mi cierta decepción inicial con “Trying to be cool”, ya que el single en sí lo que hace es empalmar la primera parte de “Trying to be cool” con la 2ª mitad de esta “Drakkar noir”. “Drakkar noir” es de las piezas más animadas del disco y te reporta cierta satisfacción al ver que lo que finalizaba el single de “Trying to be cool” no se perdió por el camino a la hora de editar el lp. De esta manera, lo que suponen estas 3 piezas con el interludio de la canción título y la posterior que vendrá, es como una especie de suite en mitad de lp que no queda nada mal. Muy disfrutable y sin duda momento a destacar de “Bankrupt!” esta “Drakkar noir”.
7. “Chloroform”: Como ya he apuntado, “Chloroform” se vale de los últimos sonidos de los teclados de “Drakkar noir” para arrancar y sumergirnos durante sus minutos de sonido en el momento más onírico del disco. Pieza lenta en cadencia, relajada y que sirve claramente de contrapunto o área de descanso en un disco en el que el ritmo domina, pero que entiende que es necesario alternar con capítulos como este. Funciona muy bien y es fácil dejarse seducir por su sonido envolvente.
8. “Don’t”: Ya hemos descansado lo suficiente con “Chloroform”. El disco sigue rallando a buen nivel y dentro de las pautas reconocibles de la banda con “Don’t”. No es una canción excesivamente acelerada, destaca mucho la batería en esta ocasión y algunos redobles, pero es una canción muy identificativa de lo que es Phoenix.
9. “Bourgeois”: La gran joya oculta en mi opinión es “Bourgeois”. Aquí los franceses salen de su zona de confort, afrontando una canción de perfil bajo y transmitiendo un sentir algo melancólico. El estribillo es maravilloso en particular, pero la canción no tienen un momento malo. Con esta pieza algo atormentada a ratos, Phoenix se acercan al cierre del disco demostrando que si lo desean saben sellar canciones excelentes que no tienen por qué estar dentro de un rock indie saltarín y rítmico. Una auténtica maravilla y situada en donde mejor queda en el orden de canciones del disco.
10. “Oblique city”: “Bankrupt!” no pretende cerrar de forma melancólica y con “Oblique city” retomamos el pulso. No obstante, esta canción no ofrece la clásica línea rítmica de base de Phoenix, sino que consigue el efecto de otra manera. El estribillo se pone algo más intenso en general, incluso algo épico. No es un mal cierre, incluso diría muy adecuado, ya que no es una canción que desentone, pero tampoco nos encontramos ante un final de disco excesivamente divo o que busque protagonismo; el toque de atención vino en “Bourgeois” y con “Oblique city” Phoenix ponen el punto final con una composición que podría resumir bien el contenido en general del lp.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Hablándoles de mi percepción con “Bankrupt!”, les puedo afirmar que el disco tuvo una buena repercusión. En la cadena de televisión Kiss Tv (actual Hit Tv), los vídeos de “Entertainment” y “Trying to be cool” se reproducían con bastante frecuencia. No en vano, descubrí a Phoenix de la mano de esas difusiones y gracias a esos 2 enormes singles (más allá de que el nombre de Phoenix ya me sonara).
El disco, como ya he comentado en la introducción, mantuvo claramente la posición de buen estatus del grupo dentro del indie internacional. Pero no estamos ante un disco que se sirva del empuje del predecesor y de la trayectoria ascendente de los Phoenix desde ya hacía tiempo, sino que por sí solo justifica un buen momento de inspiración de la banda.
Lo siguiente tardaría 3 años en ver la luz y fue “Ti Amo”. Disco con claro guiño a la cultura italiana tanto en el título del disco como en la propia canción que le cede la nomenclatura. Según leí por ahí, las críticas favorables ya no fueron tan unánimes, pero considero que “Ti Amo” es un buen lp lleno de canciones excelentes como la propia “Ti amo” (a mí sí que me gusta) o joyas como el otro single “J-boy”. Recuerdo escucharlo íntegro un par de veces en el vuelo de regreso desde Tokio a París hace poco más de un año. La gira de su último disco les trajo a Madrid y yo pude escuchar (que no ver) su concierto.
Veremos cuál es el siguiente paso de los Phoenix. De momento el grupo tiene una discografía muy válida, lleno de capítulos destacables y en lo que a formato lp se refiere, el protagonista de hoy, este “Bankrupt!” de 2013 de portada tipo bodegón o naturaleza muerta moderna, es un buen ejemplo de álbum muy aprovechable, de alto nivel. Puede ser considerado como un disco destacable de su década, la cual hemos abandonado muy recientemente.
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