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viernes, 2 de diciembre de 2016

Concierto Ocean Colour Scene. Madrid (30-11-2016)

Este otoño de 2016 que comienza a agonizar, nos ha reportado una serie de experiencias en directo altamente satisfactorias, señaladas y muy emotivas. Comenzamos con el set acústico de Lloyd Cole en el Teatro Barceló de Madrid, para luego vivir el universo Kraftwerk por duplicado en Bilbao a los pocos días. Tuvimos también la ocasión de experimentar los triunfos de Dorian en La Riviera y de mis predilectos The Cure en el Palacio de los Deportes. Todo esto al margen del solvente show que Mariano González vivió de Dardem en la sala Arena.
“DMR” rematamos este 2016 con una cita de lujo de la mano de Ocean Colour Scene, una de las grandes bandas del brit pop de los años 90 y que nos ha dejado grandes momentos musicales desarrollados principalmente entre la 2ª mitad de los 90 y comienzos del milenio. Se cumplen en este año 20 desde que su emblemático “Moseley Shoals” viera la luz y el cuarteto actualmente formado por los clásicos Simon Fowler, Steve Cradock y Oscar Harrison, junto al actual bajista Raymond Meade ha tenido a bien dedicar una gira a su recuerdo, con la interpretación completa del mismo sin olvidar otros trallazos de su obra discográfica.
El miércoles llegamos a La Riviera poco más tarde de las 20:30h y el ambiente aún era tibio. La hora de comienzo estaba fijada para las 21.00h, y ésta fue una de esas ocasiones en las que el aforo se repleta en los últimos 15 minutos antes del arranque, ya que a la hora indicada para zarpar, el recinto se puso hasta los topes. Abajo la base rítmica de OCS con Oscar y Raymond.
Nos situamos en 3ª fila enfrente de la posición de Raymond, en la que intuíamos un concierto plácido, pero poco a poco se fueron acercando hasta nuestra posición una buena legión de una perfecta mezcla entre rude boys y mods, que iban bastante espirituosos (y lo que fueron añadiendo durante la actuación) y que causaban cierta inquietud por su impetuosidad hooliganera; parece que últimamente tenemos imán para que la gente más bullanguera del recinto se coloque cerca de nosotros. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos.
Bueno, a lo que vamos, a eso de las 21.12h, con el tiempo justo de hacerse de rogar, pero sin crear cabreos por ello, y tras una buena sesión muy sesentera (con algunos retazos de mi gusto como el “Going underground” de The Jam) a cargo de nuestro buen amigo Dj Pichurra, las luces se apagaban y se presentaban ante nosotros los OCS capitaneados por ese vigoroso y potente cantante que es Simon Fowler; un tipo que nos imaginábamos a priori (ésta era la 1ª vez que veía a Ocean Colour Scene en directo) más serio y que por el contrario demostró ser muy simpático y bromista. Abajo vemos sin embargo en la imagen a Steve Cradock.
El grupo arrancó con la cover de “Day tripper” a modo de intro. Y así se quedó, como una buena intro, ya que los cánones mandaban arrancar con “Moseley Shoals” tal como fue concebido, por lo que sin descanso se presentaron los acordes de contundentes envites que conforman la imprescindible “The riverboat song”. Los acordes de la eléctrica de Steve estuvieron a la altura de efectividad que Simon desplegaba con su timbre de voz al micrófono.
En “The riverboat song” la base rítmica de Oscar (arriba del párrafo) no defraudó y destacó sin duda el papel de Raymond en un tema donde el bajo dice tanto. A favor de Raymond Meades hemos de comentar que destaca su humildad, siempre tocando en un segundo plano de posición en el escenario, no queriendo para nada quitar un ápice de protagonismo a ese dúo carismático y arrollador que forman Simon y Steve. Sin duda un momentazo que en otras giras de Ocean Colour Scene se debería situar más tarde en el setlist, pero aquí el concepto y protagonista era el que era. Les insertamos el vídeo que grabamos de “The riverboat song”; no esperen, como siempre, gran calidad de audio/imagen de nuestros vídeos.

Claro, por lógica ahora tocaba meterse con el otro gran clásico del 2º disco de estudio de OCS. No podía ser de otra forma y “The day we caught the train” provocó unos coros atronadores y llenos de emoción entonados por cada una de las almas que estaban dentro de la sala; no sería la única vez de la noche en este sentido.
Por tanto, el grupo planteó un inicio de actuación con la que ya se consiguieron el notable de calificación y prosiguieron para subir nota desplegando toda la magia y distintos capítulos que ofrece su “Moseley Shoals”. Un disco, que aún no ha pasado por aquí en nuestro clásico formato de revisión canción a canción (quizás no tarde mucho en hacerlo), que como bien saben da lugar a capítulos intensos, otros más recogidos y en definitiva una variedad con la que OCS demostraron tener buena cintura para pasar de demostrar distintos estados de ánimo de un minuto a otro. Por cierto, que se nos pasaba: a continuación insertamos el vídeo que grabamos de ese himno llamado “The day we caught the train”.

Hubo por tanto momentos para el recogimiento, como el que nos otorgó la bella y calmada “The downstream” y un rato antes “It’s my shadow”, con su buen trabajo registrado en su estribillo. Otros capítulos desgranaron mayor enfoque rockero como la efectiva “Policemen & pirates” (situada entre las 2 piezas más calmas, al igual que en el track list del disco, claro) y el tramo troncal del concierto dedicado al 2º disco de estudio de OCS se cerraría con el largo desarrollo de “Get away”, donde no faltó la armónica que ejecutó Simon, abajo en primer plano.
Pero, no todo iba a ser “Moseley Shoals”, ni mucho menos. Ocean Colour Scene completaron 1 hora y 40 minutos de actuación en la que se repasaron otros episodios muy válidos de su discografía. Yo les hablaré ahora del que para mí fue uno de los grandes momentos de la noche; venga, no me quiero quedar en medias tintas: fue mi momento favorito del concierto. Me refiero a “Better day” de su “Marchin’ Already”, sucesor de “Moseley Shoals”. Recuerdo muy bien los días en los que esta canción era puesta una y otra vez en el programa “Play Music” que presentaba Adriana Frade en Canal 7.
“Better day” es, como bien saben ustedes, una canción en forma de bonita balada melancólica y reflexiva, que en directo sonó sublime y muy sentida. Gran trabajo del señor Fowler a la voz, en este episodio tan remarcado del show que ya se dispuso tras el primer receso que la banda tomó para dejar el escenario durante unos segundos y ceder el protagonismo a Simon que no se bajó de las tablas (foto superior al párrafo) para antes afrontar “Foxy’s folk faced” también de “Marchin’ Already” con la acústica; sonó menos folkie y creo que le vino bien este enfoque más desnudo. No podía dejar de grabar (si bien no mirando a la pantalla, que las cosas hay que verlas en directo) mi debilidad de OCS que es “Better day”.

Destacó mucho “Profit in peace”, que llegó tras la soberbia “Better day”. Este tema de su “One From The Modern” de 1999 es tremendamente pegadizo y se hizo acreedor de los momentos de coros de la audiencia más destacados de la noche, superando incluso en ese apartado a “The day we caught the train”. Y en el plano de los coros, tampoco estuvo mal la respuesta del público en los últimos segundos de “Get blown away”. Vean aquí abajo a Simon coronando a “saint Steven”.
Otro capítulo que en mi terreno personal esperaba con ansias fue el pasaje “Lock And Stock” del show. “Hundred mile high city” arrolló cuando salió a la palestra. Los punteos eléctricos de la eléctrica fueron ejecutados por mr. Cradock de forma soberbia. Simon la afrontó con cierto malditismo al micro y lo más curioso de todo es que este tema supuso el final del concierto; un lugar dentro del set list que no me pega demasiado (sí que la veo más como re-arranque para iniciar el bis).

En el capítulo de ausencias, dentro de un setlist apto para los seguidores más exigentes, solamente me faltó el trallazo pop que fue single de su “Mechanical Wonder”. “Up on the downside” es un tema que me encanta y fue lo único que restaba para que la satisfacción hubiera sido de un 100%. Por lo visto (tras el concierto he estado trasteando por la red viendo setlist anteriores), Ocean Colour Scene no la tienen en consideración para sus conciertos desde el año 2007. Una pena, pero bueno. Les hemos narrado los momentos más destacados desde nuestra óptica del show, pero para que se hagan una idea más fiel, les dejo una foto del setlist que tomé de una afortunada que se lo llevó para casa.
Llegando a las conclusiones, lo primero es darnos cuenta del buen concierto que Ocean Colour Scene ofrecieron en Madrid. Demuestra varias cosas. La primera es que el grupo dispone de un repertorio de rock que no debe ser olvidado. La segunda es que con los medios justos y precisos (formación de guitarra, batería y bajo, con segundas guitarras cuando procedía por parte de Simon o algunos teclados a cargo de Steve), OCS son capaces de llenar el escenario y ofrecer un concierto de tremenda potencia rítmica, donde Oscar y Raymond tienen mucho que decir.
Antes de continuar con esta enumeración de ideas o reflexiones sobre lo experimentado, reparen en la imagen en blanco y negro que sacó Susana Hernanz y que está situada aquí arriba (a OCS le viene muy bien el blanco y negro para sus imágenes). Continuemos donde estábamos; la tercera es que la gente tiene en mente a esta gran formación, ya que la sala se terminó llenando y registró un aforo con un público completamente entregado a las canciones del grupo. Y la cuarta, si bien puede ser de perogrullo, es que Ocean Colour Scene siguen estando en activo, cosa no tan evidente cuando se aprecian actividades tan inconexas temporalmente como las que ofrecen las carreras de Pulp o Blur a día de hoy o la disolución de Oasis. Solamente Suede, de los contemporáneos de corriente o movimiento, se mantiene a buen nivel de actividad a día de hoy.
Al igual que lo suponemos de todos los asistentes, nosotros no fuimos una excepción y nos lo pasamos muy bien en el concierto de Ocean Colour Scene; al terminar, a la otra orilla del río y como hicimos el día de Dorian, nos tomamos unos pequeños bocadillos y algo de beber para celebrar lo vivido y comentarlo con la emoción todavía a flor de piel. Esta cita con OCS la imaginábamos como un gran colofón al ya comentado otoño musical en vivo tan fabuloso que hemos disfrutado (quizás solamente comparable al que gozamos en 2010) y no nos equivocamos. Agradecemos a Pablo Camuñas de Promociones Sin Fronteras sus gestiones para facilitar que “DMR” fuéramos acreditados como medio para poder informarles de esta cita tan destacada.

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