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viernes, 19 de septiembre de 2014

Texas - White On Blonde (1997)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Retornamos tras nuestro generoso descanso vacacional, aunque el descanso no ha sido total, ya que no hemos dejado totalmente la actividad de lado con las crónicas de varios conciertos a los que hemos acudido unos y otros colaboradores de “DMR”. Llega el turno de afrontar el año nuevo y en unas semanas también iniciaremos la 6ª temporada de radio, cosa que confirmamos oficialmente desde ya tras la asamblea de inicio de temporada que celebró Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) el pasado jueves 11 de septiembre.

Me gusta e ilusiona hablar sobre Texas. Los que sigan el blog desde hace tiempo, saben que para mí tiene algo especial hablar de bandas y discos que formaron parte de la banda sonora de mis años de educación secundaria (entre 1995 y 1999). Confieso que el gusanillo de hablar por 1ª vez de Texas en el blog (que ya era hora tras 6 años de vida 2.0), me surgió escuchando el recopilatorio del grupo en el coche de mi novia durante el mes de junio. Sucedió que vino el descanso vacacional y he tenido que posponerlo hasta la fecha.

He escogido su disco más exitoso, el “White On Blonde” de 1997. Cierto es que la trayectoria del grupo venía de atrás, de finales de los 80, cuando se presentaron ante el mundo con grandes éxitos en formato single como “I don’t want a lover”. El caso de Texas es uno de esos en los que pasaba un tiempo y discos de estudio hasta que consiguieran el éxito notable y mundial, cosa que a día de hoy no es así desde comienzos de siglo, donde casi todas las bandas mandan desde su 1er. disco y van decayendo en los siguientes.

Sharleen Spiteri estaba en su mejor momento en todos los sentidos en 1997. Volvió al panorama musical de la mano del primer single “Say what you want”, con un videoclip sobrio (al igual que el look azul marino de Spiteri en el video), grabado con imágenes proyectadas sobre un croma de rollo futurista. Esta canción funcionó realmente bien y sentó las bases para que el disco al que pertenece fuera uno de los que más éxito lograron en aquel año 1997, un año que estuvo lleno de lanzamientos realmente interesantes y acertados.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “0.34”: Estaba muy de moda en aquellos días los interludios instrumentales y ponerles en el track list simplemente con su duración. Esta “0.34”, de cierto misterio en sus formas, desemboca en el gran hit de “White On Blonde”. Tampoco merece la pena comentar más, aparte de su sonido algo oscuro y de lejanos ecos urbanos.

2. “Say what you want”: Quizás el éxito de “Say what you want” resida en el pop calmado, cálido y confortable que destila. Es raro que un tema de esta factura rompa con tanta fuerza en el público, pero el caso es que funcionó. Sharleen se mueve con soltura en las voces, con los agudos precisos y necesarios, pero por lo general muy coordinada con la mesura de la canción. Su estribillo llega fácil al oído, sin precisas de estridencias: “puedes decir lo que quieras, pero no cambiaras mi mente. Siento lo mismo por ti”. Una buena canción, que sin duda fue uno de los singles de aquel 1997 y que se ganó con justicia sus logros. A mí en su día me gustó mucho “Say what you want”. Fue un single que formó parte de aquella primavera en la que recuerdo que iba a ver jugar al Fiat Carnicer de Torrejón de Ardoz al pabellón del Parque Corredor cuando luchaba por ascender a la División de Honor del fútbol sala español. Desde aquí mi sincero homenaje a ese equipo que tristemente ha terminado desapareciendo hace unos meses.

3. “Drawing crazy patterns”: Creo que hacía mucho tiempo (más allá del descanso vacacional) que no citaba un tema como “joya oculta” dentro de un disco. Pues creo que “Drawing crazy patterns” es una de las sorpresas que nos podemos encontrar dentro de “White On Blonde”, si accedemos al mismo tras escuchar sus singles. Estamos ante una pista que aumenta algo la tensión respecto al relajado hit que la precede y que nos prepara para el subidón de adrenalina que vendrá a continuación. Esta canción sobre todo brilla en su estribillo, donde Sharleen consigue hacer diana en el oído del oyente. Lo gracioso de esta canción es que en las estrofas es muy acústica, con buenos acordes de guitarra, pero sin embargo no hay un choque dramático con el intenso estribillo.

4. “Halo”: Lo dicho, “Say what you want” me gustó mucho en su día, pero más me gustó el siguiente single, “Halo”, el cual llegó a los programas de televisión de los 40 Principales en Canal + en el mes de junio de aquel 1997 (en los mismos días de otros videos gloriosos como el “Around the world” de Daft Punk). Su efectista videoclip, tan acelerado como la propia canción, con japoneses corriendo por las calles y peleando en azoteas de edificios rodeados de neones en la oscuridad de la noche, es muy acertado. Sharleen juega el papel de mimetizarse con una japonesa en el video. La canción muestra a los Texas más épicos, con un tono brutalmente emocional muy bien logrado y sobre todo muy intenso debido a la orquestación que adorna a la canción. El estribillo es una joya, pero la instrumentación desde que arranca el tema, con cierto toque obsesivo en su melodía, es de quitarse el sombrero. Han pasado 17 años y a día de hoy, quizás junto al single “In demand” del grandes éxitos de la formación, sea la canción que más me guste de la historia de Texas. Miren, por una vez en la historia del blog, ya saben que no soy muy dado a insertar videos de YouTube, hoy sí que les dejo aquí el de “Halo” ya que merece muchísimo la pena.
5. “Put your arms around me”: Texas siguen cambiando de registro y ahora se atreven con una bonita y sentimental balada, donde Sharleen sigue demostrando moverse muy bien en registros más notorios que los de “Say what you want”, como ya hizo en la anterior “Halo”. Canción íntima, pero de registro muy alto de Spiteri al micro, muy digna del disco del que forma parte y que afianza su conjunto de composiciones. Por cierto, cuando te está dando la impresión de que está durando demasiado, va y termina de sopetón, como si al productor se le hubiera pasado hacer el correspondiente fade out de turno en su momento.

6. “Insane”: Con “Insane” el disco se pone sesudo y algo menos luminoso. Con el nivel de este primer sector de disco, de forma injusta, podríamos decir que casi es como un tema de relleno. Creo que es una pista de pop maduro, quizás más interesante en sus estrofas que en su estribillo, con un tono trascendental muy interesante en su melodía.

7. “Black eyed boy”: De alguna forma, quizás “Black eyed boy” sería como el final de la cara “a”. Estamos ante una cara “a” de disco de un altísimo nivel, que además cierra con un single. “Black eyed boy” lo recuerdo en España como 3er. single, con un videoclip obsesivo rodado por túneles de metro, con Sharleen como amenaza psicológica a un chico algo nervioso. No tuvo tanta repercusión por aquí, con pocas difusiones de su comentado clip, pero considero que es una canción muy efectiva. Un buen single, de corte más incisivo, incluso ligeramente macarra y sesudo que la épica emotiva de “Halo” o el pop relajado de “Say what you want”.
8. “Polo mint city”: De la exigencia y desasosiego que nos haya podido causar la intensidad de “Black eyed boy” (en el buen sentido de la expresión), pasamos a “Polo mint city”, un tema en el que escuchamos a Sharleen brutalmente relajada y hedonista en las voces. Tema de transición que dura poquito, siendo más bien un breve interludio.

9. “White on blonde”: Llega el turno de escuchar “White on blonde”, la canción que da título al disco. Estamos ante un tema de pop bonito, que podría ser la cara “b” de “Say what you want”, donde no encontramos a Sharleen en su registro vocal más identificativo; da la impresión de que fuerza algo en tonos agudos, para darle un toque más inocente a la pieza. Correcta canción título que no desentona para nada en el conjunto de canciones al que titula.

10. “Postcard”: Tal como me grabaron la cita, “Postcard” para mi siempre fue el inicio de la cara “b”. Aquí Texas apuestan por las potentes guitarras y el rock. Spiteri está sensual y con cierto toque glam al micrófono a partes iguales. Su bondad reside en el toque de aire fresco y variedad que suma a la obra. Más allá de eso, poco más.

11. “0.28”: Al igual que en el comienzo del disco, llega ahora otro tema instrumental con el que se da paso al siguiente tema. Algo hedonista de menos de medio minuto, que no aporta gran cosa.

12. “Ticket to lie”: “Ticket to lie” se aleja algo del pop de “White On Blonde”, pero sin embargo es una canción muy de Texas. Lo que pasa es que “White On Blonde”, en la mayoría de sus temas ofrece un pop muy relajado y suavecito, y con “Ticket to lie” nos encontramos ante un pop standard que no ofrece la variedad de detalles que otras compañeras de disco. Correcta, sin más.

13. “Good advice”: Nuevo momento de hedonismo, en lo que parece ser un homenaje a Barry White por parte de Texas en “Good advice”. Un soul muy sensual el que nos ofrecen ahora tanto en lo instrumental como en lo vocal. Tiene adornos sintéticos agudos muy apañados. Una pista muy insinuante, donde Sharleen se gusta al micrófono y lo transmite bien a los que oímos.

14. “Breathless”: Finaliza este buen lp con “Breathless”. Esta canción tiene una factura luminosa y mucha fuerza pop. Apoyada en notas contundentes de piano y arreglos orquestales que le dan más empaque, ponen la rúbrica adecuada a este disco con el que Texas pasaron a ser una de las bandas del momento a nivel mundial. Reconocemos muy bien el registro vocal de Spiteri en esta “Breathless” y sin ser un dechado de virtudes en gancho melódico, sale con solvencia y juega bien su papel de capítulo final.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Hoy hemos prestado atención al disco más exitoso de la trayectoria de un grupo. “White On Blonde” supuso la consagración de Texas y que se convirtieran en una de las bandas de 1997, siendo un grupo que apostaba por un pop para todos los públicos y ante el que no te suponía ruborizarte si reconocías en público que te gustaban. En aquellos tiempos recuerdos que Texas incluso dieron un concierto gratuito de esos tan chulos que antaño organizaba el Ayuntamiento de Madrid con grupos internacionales en la plaza Mayor, pero me cogió muy joven para ir a verles yo solito.

Texas intentó aprovechar el tirón de “White On Blonde” y por tanto no tardó demasiado en salir el siguiente disco, de título “The Hush”. Aquel disco ya no funcionó tan bien. “Summer son” como single no lo hizo mal del todo, pero la correcta “In our lifetime” falló en intentar repetir la fórmula de pop suavecito de “Say what you want” como 1er. single.

Después tocaría hacer balance con un disco de grandes éxitos donde sí que el grupo, al menos en mi opinión, logró agregar 2 temas inéditos de auténtico lujo: “In demand”, con un videoclip sencillo pero fabuloso, con Sharleen recostada en el torso de un hombre madurito en la parte de atrás de un descapotable, mientras que el coche es conducido por el chófer de turno, y por otro lado “Inner smile”, con un también acertado guiño de Spiteri a Elvis en el videoclip.

Desde entonces, Texas no ha sabido encauzar demasiado bien su trayectoria, con colaboraciones de raperos que no encajaron del todo en algunos singles posteriores y para nada llegando a la aceptación y repercusión internacional que le supuso el “White On Blonde” que hoy hemos homenajeado. Aquellos fueron los días gloriosos de Texas y consideramos que todo ello fue con mucho merecimiento, ya que “White On Blonde” es un disco que ha sabido mantener el paso del tiempo. Quizás sea un disco excepcional hasta la 9ª canción para luego afrontar un tramo final de obra mucho más discretito. Con un reparto más equilibrado del track list, quizás el resultado hubiera sido si cabe mejor; no obstante, en los 90 se tenían unas ideas sobre como distribuir los discos que ya nos explicó en su día Alberto Comesaña de Amistades Peligrosas cuando le tuvimos como invitado en nuestro programa de radio.

Yo lo he pasado bastante bien volviéndolo a escuchar estos días atrás, ni más ni menos que en la doble pletina de mi minicadena, con una cinta de cromo Tdk de color rojo transparente en donde lo tengo grabado desde un original que tenía un compañero de instituto. Les dejo una foto del ítem, con la carátula escrita por mí en su día a mano y nos despedimos hasta la próxima semana. Desde aquí mando un agradecimiento con carácter retroactivo (aunque ya se lo dije de viva voz en su día) a mi amigo y compañero de instituto Israel Moreno que fue quien me grabó el disco de su ejemplar original.

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