Ir a ver a un grupo completamente virgen, quiero decir en el sentido musical, es decir, sin haber escuchado nada de su música, tiene su riesgo y a veces puede ser una aventura de riesgo. Recibimos hace semanas atrás la propuesta de dar información de su concierto (cosa que nos enorgullece que ya tras casi 6 años de historia haya grupos que comiencen de motu propio a solicitar nuestro trabajo) y uno de sus promotores, Pablo Arribas, se encargó de mandarnos en varias ocasiones enlaces para poder acceder a su debut discográfico “Azul Eléctrico”. Nuestra situación actual personal es caótica y, sin entrar en más detalles que aburran a las ovejas, diremos que no disponemos de conexión casera de adsl, con lo que las conexiones wifi municipales de Torrejón, dan para lo que dan (y gracias); por lo que no pudimos acceder a escuchar ese contenido, al igual que ponerse a ver videos en Youtube es una tremenda odisea de buffering.
Bueno, pues por ello, bien acompañado, nos fuimos a la sala Costello a las 21.30h, porque queríamos ver la sesión dj del señor Pablo Arribas, que en el mundo de la música es conocido como Pichurra. Nunca decepciona, por mucho que la mesa de mezclas o el sistema de sonido de la sala le intente tumbar.
Dj Pichurra nos volvió a deleitar con una buena sesión previa de música, en la que hubo cosas tan agradables como “The boy with the thorn in his side” de los Smiths o el “Otherside” de Red Hot Chili Peppers (tema que fue muy recurrente en una boda a la que acudí hace 2 sábados), incluyendo algún tema de Vetusta Morla, grupo del que Pablo venía esa misma noche de pinchar previamente en La Riviera antes de la actuación de los Pucho y demás. Lo que no sabía es que era colchonero, como servidor, y con un par de bemoles llevaba una camiseta de nuestro Atlético de Madrid en esta semana tan jodida de pasar para los que nos gusta ese equipo. Arriba de este párrafo tienen la prueba.
Tras la buena sesión de Pablo, nos dimos cuenta que la sala Costello estaba ya llena de gente preparada para ver a los Bauer. Se daba esa cosa tan curiosa de una circunferencia de vacío, no sé si por respeto o vergüenza, alrededor del centro del escenario; me río yo en un concierto de Depeche Mode en el que se dieran esas circunstancias, viendo lo que vivimos en enero en su última visita a Madrid. A mitad del concierto, el cantante hizo mención al respecto y la gente respondió echándose hacia delante, cosa lógica ya que había el hueco justo en la sala.
Entre el público había mucha gente animosa, entre los que uno de los más pletóricos se atrevió a gastarme una de esas bromas relacionadas con mi estatura (que no tienen nada de gracia ni de originales, por cierto) y otros artistas como por ejemplo gente de Tom’s Cabin o la cantante Conchita, la cual ya avisó en días anteriores en Twitter que acudiría a ver a los de Málaga. Para quien no lo sepa, Bauer son un quinteto compuesto por Gabriel Bauer como cantante y guitarra, Abel Asensio a la guitarra solista, Andrés Gabarrón al bajo, Lucas Bauer en teclados y guitarra acústica y Fernando Gallardo en la batería. A continuación vemos un primer plano de Gabriel y arriba a Lucas en los teclados con Fernando al fondo en la batería.
El juicio musical de los temas de Bauer, prometemos que será más minucioso cuando le dediquemos a “Azul Eléctrico” su artículo tema a tema en este blog; Pablo Arribas nos pasó una copia física del disco (y menos mal, vista nuestra precaria situación de conexión a internet) y corresponderemos cuando hayamos interiorizado bien a fondo la obra. Así, de primeras escuchas, es difícil valorar en su justa medida todo. No obstante, de los 11 temas que el grupo dispuso, hubo al menos 4 que nos llamaron especialmente la atención. Por ejemplo, el comienzo con “Folks”, me pareció un tema espectacular, de rotundo y potente estribillo, que hizo muy bien sus veces de apertura de show.
En esa línea, el grupo prosiguió en los 2 siguientes temas con fuerza, la que desprendieron temas como “En el borde del mundo” o “Vendaval”. Me gustó mucho un tema que tenía cierta controversia por la inspiración de donde procede que explicó Gabriel antes de ponerse con ella. “Enmarañado” está basada en la experiencia de un viaje por Centroamérica y realmente me gustó mucho la complejidad de esta pieza y sus ciertos aires de misterio en su melodía.
El concierto proseguía avanzando, desgranando más temas de azul eléctrico y pasando por otros momentos notables como por ejemplo el que nos proporcionó el tema “El final”, otro de los que en primera experiencia nos llamó poderosamente la atención. De hecho, “El final”, sin ser el final formal del concierto, sí que dio de alguna manera la entrada en el tramo de cierre de la actuación. Y el grupo terminó muy bien. En el sector final pudimos escuchar la canción “Azul eléctrico”, la que da el título al disco, que quizás sea la más inmediata del grupo. Con “Enciendes estrellas”, el grupo me sorprendió en su comienzo con un riff de guitarra muy a lo “I will follow” de U2 a cargo de Asensio. Si los recuerdos no me traicionan, creo que fue con ésta cuando Gabriel consiguió que el público ayudara al grupo a cantar la canción. “Enciendes estrellas” fue de alguna forma un “mediobis”, ya que el grupo no llegó a abandonar el escenario de Costello, pero lo que sí fue una propina fue el regreso de Lucas y Gabriel para poner el broche de oro con una versión en acústico y muy íntima de “Azul eléctrico”. Brutal acierto. Abajo un momento del bis.
Con esto, Bauer ponían punto y final a un concierto de hora y 10 minutos, ni más ni menos, con solamente un disco bajo el brazo. Dio la impresión de haber durado mucho menos, y eso siempre es buena señal. Estimo que la fuerza de Bauer reside en una forma muy elaborada de tocar. Destaca mucho Abel Asensio, su guitarra solista, el cual ofreció un sonido claro y limpio de sus riffs y melodías que fue muy notable durante todo el concierto. Como casi siempre, el grupo agradeció a los encargados de la mesa de controles la calidad del sonido, y más que nunca con justicia, ya que el trabajo de los mismos fue impecable, por mucho que la sala Costello casi siempre en temas de acústica funcione bien. En este caso, a los Bauer se les escuchaba perfectamente los matices de cada instrumento, no como suele ser habitual de que todo suene junto en masa sonora.
Terminado el show, me despedí del bueno de Pablo Arribas, agradeciéndole que nos tenga en cuenta para estas cosas, y nos fuimos a una recomendable taquería situada cerca de la calle Arenal a tomarnos algo mientras asimilábamos una nueva experiencia de concierto positiva. Bauer están en sus comienzos, pero de momento ya han conseguido ofrecer un concierto de buena nota en Madrid. Que no es poco.
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