40 años no se cumplen todos los días y menos aún si estamos
hablando de una trayectoria musical. Con todos sus avatares y convulsiones
varias, The Stranglers, mítica banda británica surgida en 1974 y que se propulsó
a la fama en los días del punk, han llegado a esa cifra redonda de historia en
activo. Con motivo de ello, han organizado una gira de celebración y que
también de paso les sirve para promocionar su último trabajo, editado en 2012,
el lp “Giants”.
Para este jueves pasado, día primaveral, de tarde estupenda, las puertas se abrirían a las 20h. Puntualmente llegamos al recinto, ya que, como siempre, queríamos también tomar buena nota de los teloneros o artistas invitados (no perdono aún el asunto de los que sucedió el día de Suede). El grupo que acompañaba a The Stranglers eran The Tanks. Trío formado de base, guitarra-cantante y batería, destacaron por un estilo que, por que ustedes puedan situarse, podríamos asociar a unos Franz Ferdinand en su versión más intensa y cañera. El toque personal lo ponía el cantante, muy formalmente vestido (con un look muy mod, a base de americana de tonos marrones y gafas de pasta).
The Tanks dispusieron de media hora llena de una música que servía de correcto anticipo para The Stranglers. Se esforzaron en hablar en castellano al público que comenzaba a abarrotar progresivamente
Muy puntual fue todo (así da gusto). The Tanks comenzaron a las 20.30h y The Stranglers a las 21.31h, tras unos sonidos de teclado pregrabados que nos ponían en sobreaviso de la aparición inminente del cuarteto en escena. Nos dimos cuenta de un detalle que nos entristeció en parte, que no fue otro que comprobar que Jet Black, batería original de The Stranglers, no subía a las tablas junto al actual cantante principal y guitarrista Baz Warne y con sus compañeros de trayectoria desde los albores del grupo David Greenfield y Jean-Jacques Burnel. No he conseguido enterarme del motivo, ya que pensaba que Jet Black seguía en el ajo, pero qué le vamos a hacer. En su lugar le sustituyó un fornido batería rubio, cuyo aspecto recordaba en parte al del portero actual del Borussia de Dortmund Roman Weidenfeller. Musicalmente estuvo bien e incluso se marcó un contundente solo de batería ya en los bises de la actuación.
Analizando el set list, del cual les dejo debajo de este párrafo una fotografía que saqué al ejemplar que consiguió una de las chicas de las primeras filas, verán ustedes que hubo un buen escrutinio de los éxitos de The Stranglers. Quizás les pueda sorprender el hecho, al igual que a mi, que temas tan notorios como “Peaches” o “Golden Brown” sonaran antes incluso de llegar al ecuador del concierto. En ese sentido, sí que fue más previsible que el “All day and all of the night” fuera reservado para el primero de los bises.
El concierto estuvo muy bien. Fue un show con una sala repleta, en la que el público superaba los 40 años de edad, con creces en muchas ocasiones, y donde reinó la emoción de vivir la potencia sonora de The Stranglers en escena una vez más; solamente hubo un conato de altercado en las primeras filas en un momento determinado, pero la madurez de quienes parecían implicados les hizo recapacitar a tiempo para que la cosa no fuera a mayores y continuar disfrutando de los minutos de música que aún les quedaban a The Stranglers.
Dentro del repertorio, precisamente un sector que estuvo muy bien fue el que inició la citada “Golden brown”. Tras la misma, llegó el turno de “Always the sun”, que quizás fue uno de los pasajes más emotivos del concierto y luego, para cambiar nuevamente el ritmo, con el aviso de “it’s disco time” por parte de Warne, la petardera “Thrown away”, la cual fue introducida por unos bailes muy graciosos que se marcaron Baz y JJ en el escenario. Quizás este tramo fue mi preferido del concierto y además por otro lado se distanció por unos instantes de la intensidad y fuerza que en general tuvo la actuación de The Stranglers.
The Stranglers celebraron por todo lo alto sus 4 décadas en activo en Madrid. Consiguieron un éxito de convocatoria al llenar el recinto que escogieron para la ocasión. En el diario 20Minutos, el día del concierto, se titulaba la reseña del concierto renegando de la nostalgia; aunque en un concierto de una banda tan longeva, esterilizar ese aspecto de las sensaciones es imposible, sí es cierto que The Stranglers no vinieron para nada jugando esa baza. Así lo demostraron. Fue un placer asistir, vivirlo de primera mano y poder contárselo. Agradecemos a Pablo Camuñas de Promociones Sin Fronteras sus gestiones de cara a conseguir que “DMR” fuera acreditado para informar de este gran concierto.
2 comentarios:
buen concierto por lo que describes, me pasaba por aqui a saludarte Victor este año voy al SOS ya te contare la experiencia y a ver si un dia de estos te llamo amigo
Jairo, primero de todo, disculpas por la tardanza en responder.
Ya me contaste que lo pasaste genial por el S.O.S.. A ver si este próximo año repites.
Saludos y gracias por escribir.
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