ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Cuando no hace muchas semanas que me enteré de los rumores
que anuncian nuevo disco de mi grupo predilecto de toda la historia para este
2014, considero adecuado retornar a su historia para analizar otro de sus
discos; reconozco que me da cierta cosa analizar álbumes de The Cure, por miedo
a darme cuenta de que un día me quede sin uno de ellos para poder hablar de
ellos en el blog. De momento hemos prestado atención a “Seventeen Seconds”,
“The Head On The Door”, “The Top”, “Pornography” y “Bestival Live 2011” , con lo que aún nos
quedan muchos ítems por analizar.
Me sorprende mucho que finalmente me haya decantado por
“Wish” de 1992. Éste es uno de los considerados mejores trabajos del grupo
liderado por Robert Smith, que en aquellos días se acompañaba de Simon Gallup
al bajo, su cuñado Porl Thompson en las guitarras, Boris Williams en la batería
y Perry Bamonte a los teclados. Tolhurst ya fue finiquitado en los días del
anterior “Disintegration” (de hecho en la era de “Wish” había jaleo con él en
los tribunales) y también el teclista Roger O’Donnell había dejado el grupo.
The Cure venían de la marea mediática que provocó su
considerada mejor obra, el “Disintegration” de 1989. El éxito de este lp
desembocó en un disco posterior de remixes, con nuevas tomas de clásicos del
grupo, con mayor o menor acierto. En tiempos de “Disintegration” incluso se
editó un lp en directo llamado “Entreat”, que durante mucho tiempo fue un ítem
de coleccionista, ya que su carácter benéfico hace que no sea un disco de
catálogo regular de The Cure, aunque en la actualidad se lo pueden llevar en
formato extendido con la “Deluxe Edition” del “Disintegration”.
Con esa leve reestructuración de la formación, con un
teclista no afianzado como era el caso de Roger, se podía intuir un disco más
rockero-guitarrero, con pérdida de muchas de las atmósferas que los teclados
siempre aportaron a los Cure. Y así fue. Porl Thompson se hizo acreedor del
sonido tan guitarrero, a ratos algo cansino en ciertas canciones, de “Wish”. El
resultado fue un disco con un trío de singles para la historia dorada de The
Cure y una gira mundial que mantuvo el estatus internacional de Smith y cia. 12
canciones nos ocupan hoy, vamos paso a paso.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Open”: “Wish” comienza en efecto muy guitarrero, con un
buen acompasado entre el bajo de Simon y las afiladas notas de las cuerdas de
Porl y Robert. “Open” es un tema donde Robert narra una de esas experiencias
nocturnas de obligada visita a una fiesta en la que no tienes mucho que ver y
tras la que terminas muy perjudicado, habiéndose alargado tu estancia en la
misma más de lo que tenías previsto. En el sector de temas guitarreros de este
disco, es quizás mi favorita (sin el “quizás”). Es concisa y prescinde del
divismo y virtuosismo cansino que veremos en pasajes de temas posteriores. Un
inicio vigoroso de disco que funciona muy bien.
2. “High”: Del rock pasamos al pop. Jesús Llorente, en esa
biografía de cabecera de la editorial “La Máscara ”, que es cabecera para tantos
“cureofilos” como servidor de ustedes, denominó a “High” como un ejemplo de pop
pluscuamperfecto. Estoy completamente de acuerdo. Estamos ante la canción que
ofrece unos detalles melódicos más exquisitos y de mejor gusto que ninguna otra.
Y es que “High” transmite una felicidad sin exageraciones o lirismo melancólico
como veremos en otros momentos. Quizás sea el single que menos ha quedado en el
recuerdo de los 3 que se extrajeron, debido a su discreción elegante y sin
alardes. Su videoclip, muy luminoso, con el grupo en las nubes, está en
perfecta concordancia con la canción.
3. “Apart”: En un tono apagado y lúgubre, Smith afronta una
balada atormentada de desamor que nos habla de distancias. “¿Cómo pudimos alejarnos tanto? Solíamos
estar tan juntos…” se pregunta Robert en el estribillo de esta pieza de
sonido nocturno y nebuloso. Es con total seguridad una de mis favoritas del
disco. Hay punteos de guitarra que son realmente maravillosos. Recomiendo que
se escuche la toma en directo del lp “Paris”, ya que podrán escuchar a Robert
Smith entonarla en su registro agudo habitual, provocando un fuerte contraste
con la versión del lp. Suena tremendamente genial en esa toma.
4. “From the edge of the deep green sea”: Reconozco que por
su título, esta canción me ganó desde la primera vez que la leí en el track
list del disco. Es uno de los títulos de canción más ambiciosos de la historia
de The Cure, pareciendo querer emular a los U2, con esos títulos kilométricos
de “Achtung Baby” o “The Joshua Tree”. Sin embargo, el resultado total de “From
the edge of the deep green sea” flojea. Es uno de esos ejemplos de guitarreo
sin demasiado tino, esforzado en exceso, que sin sonar horrible no llega a los
niveles de composiciones largas brillantes, al estilo de la canción “Disintegration”
del disco de mismo título. Se pasa de duración y de carácter rockero. Smith se
pone épico casi de principio a fin, pero ni con el paso de las escuchas ni de
los años termino de tener a esta pieza en demasiada estima.
5. “Wendy time”: “Wendy time” es un tema digamos del género
“tontipop”, que The Cure insertan en este disco. Es, en cierta forma, anticipo
de muchos temas que poblarán el infravalorado “Wild Mood Swings” de 1996, y que
nos puede recordar vagamente a cosas anteriores como “Let’s go to bed”. Quizás
el carácter tan serio que tenían los Cure a estas alturas hizo que se viera a
este tema con peores ojos de los que ya por sí miraron al citado single del año
83. Puede ser un tema de relleno, una especie de canción de refresco tras la
sesudez de la canción anterior. No me disgusta, pero tampoco me vuelve loco.
6. “Doing the unstuck”: A veces la letra puede no estar en
buena concordancia con la melodía. Y eso creo que sucede con “Doing the
unstuck”. Creo que, para todo aquel que no sepa inglés y escuche la música de
The Cure sin tener repajolera idea de lo que dice Robert, es una de las mejores
melodías que incluye el disco. Ahora bien, el vitalismo excesivo que se narra
en la letra, resulta ciertamente algo impostado y creo que no cuadra con este
cierto tono de pop épico que dibuja la melodía. No en vano, Jesús Llorente, en
su citada biografía, le dio palos a más no poder a “Doing the unstuck”. Yo no
soy tan radical como él, ni mucho menos, y diré que me gusta como suena, pero
si me pongo a reparar en la letra es cierto que la emoción se te baja algo. No
obstante, confieso que cuando accedí a “Wish” en su momento, fue durante mucho
tiempo uno de mis temas favoritos y a día de hoy estoy lejos de repudiarla; lo
único, es que uno va aprendiendo inglés, a tener mejor capacidad de comprensión
auditiva de dicha lengua y… En todo caso, según escribo estas líneas, he de
decir que su melodía me sigue pareciendo muy buena y me sube la moral cosa
mala. Que levante la mano el que, como yo, sea partidario de “Doing the
unstuck” (quiero decir que deje comentario al respecto en el post).
7. “Friday I’m in love”: Puede ser que el gran single de
“Wish” sea “Friday I’m in love”. Con los Cure haciendo el chorra en el
videoclip, disfrazándose y montándose un buen sin dios en el plató, sobre todo
al final, el tema se convirtió en uno de los inmortales de la banda para el
público en general. Es un ejemplo de pop directo y alegre. La letra, con la
narración de una semana y las sensaciones que le transmite a Robert Smith el
asunto, tampoco es que esté al nivel de los mejores momentos del compositor
como letrista, pero muchas veces The Cure han conseguido dar lugar a grandes
piezas sin necesidad de romperse demasiado el coco a la hora de conseguir una buena
lírica. Es un tema que no se quema con facilidad, como sí sucede por ejemplo
con “Lullaby” (hablo de mis percepciones, por supuesto). Es lógico su éxito y
hasta este momento de disco da la impresión de que The Cure han apostado
claramente por el pop más que por el rock; tranquilos, que la balanza se
decantará por el rock y las guitarras a medida que avancemos hacia el final.
8. “Trust”: En “Wish” The Cure hicieron hueco para la
hermana menor de “Homesick”, aquel tema nocturno, taciturno e irresistible a
base de notas de piano clásico incluido en “Disintegration”. “Homesick” me
encanta y “Trust” también. Recuerdo que allá por el año 1999, con mi teclado
Casio, de oído, saqué la melodía principal del comienzo de esta canción. Robert
Smith da lugar a una bonita pieza de amor, que a medida que avanza se adorna de
una mayor orquestación que la engrandece más si cabe. Uno de los “debes” de
este disco y en todo caso una de mis predilectas de siempre.
9. “A letter to Elise”: Yo accedí antes a “Paris” que a “Wish”.
Por eso, ciertas canciones, como el caso de “Apart”, luego me sorprendieron
mucho cuando escuché el disco. En la versión en directo de “Paris”, “A letter
to Elise” suena acojonante. En estudio no suena mal, pero la intensidad del
directo es soberbia. Es quizás el tema de sonido más romántico y el más lírico
de todo el disco. La letra destila melancolía al igual que la melodía y Robert
está muy sentido en el micrófono. La conjunción o concordancia muy medida, como
he descrito, de todos sus elementos, con justicia la convierten en una de las
mejores y más remarcables del disco. A muchos fans les encanta, entre los
cuales me incluyo; no obstante, al bueno de Llorente no le gustó, siendo una de
las muchas cosas con las que no estuve de acuerdo con el bueno de Jesús al leer
su muy valiosa biografía.
10. “Cut”: Vuelta al rock. Estamos ante el tema más
acelerado de “Wish”. A ratos se me vuelve a hacer algo pesada la buena de
“Cut”, aunque sus intenciones son nobles y el resultado general no es malo y no
es demasiado plomizo. Porl Thompson aquí se queda más a gusto que en ningún
otro tema de “Wish”. Smith canta desesperado y muy encendido, en correcta
sintonía con el brío de este tema de factura tan contundente.
11. “To wish imposible things”: La que podríamos llamar como
canción-título, por eso de que incluye la palabra que da nombre al lp en su
enunciado, es quizás la canción más melancólica y zen del disco. Con una
instrumentación algo exótica y misteriosa, se dibuja esta composición de
factura algo desesperanzada y que también incluyo en mi conjunto de canciones
favoritas de “Wish”. Quizás “To wish imposible thing” hubiera sido mejor final
del disco que lo que decidió el grupo situar como capítulo de cierre.
12. “End”: Para el sector de fans hipocondríacos de The
Cure, aquellos que están siempre con el miedo de que Robert decida finiquitar
al grupo, “End”, por su título, pondría el corazón en la boca a más de uno. El
tiempo ha demostrado que los tiros no iban por ahí y que su sentido es el de
finalizar un disco que comenzó con un tema que se titulaba “Apertura” con otro
que pone “Fin”. No obstante, no estamos con “Wish” ante una obra conceptual.
“End” sí que resulta plomiza y repetitiva. Aquí no existe el vértigo de “Cut” y
The Cure entregan un capítulo final que, con más guitarras, podría estar en el
tono de la canción título que cerraba “The Top”.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Este disco, de portada indescriptible en tonos rojizos y
azules, supuso la consagración de The Cure como uno de los grandes grupos
internacionales. En el disco consta Cure, en lugar de The Cure, costumbre de
esos días de la banda, cosa que también se ve en los 2 discos en directo
“Paris” y el doble “Show”; ejemplo esto de editar 2 discos en directo de la
misma gira del nivel de repercusión de la banda.
No obstante, no todo serían buenas noticias de aquí en
adelante, ya que la buena aceptación y el éxito comercial del disco en todo el
mundo no evitaron cierta convulsión en el grupo, que con más motivo que nunca
provocó los rumores, una vez más, de disolución. El caso es que Porl Thompson,
al cual costaba cada vez más pararle a la hora de meter guitarras en los discos
(vean el resultado de “Wish”), abandonó el redil por 2ª vez en su vida
(recordemos que formó parte de Easy Cure). Sorprendió mucho que Boris Williams,
el batería de los años gloriosos de The Cure (los que van desde “The Head On
The Door” hasta este disco que analizamos hoy) también se marchara.
Incluso Simon creo que hizo un amago de dejar The Cure, pero
finalmente decidió quedarse. En estos días Robert Smith dirigió al grupo en
descomposición a sellar canciones para bandas sonoras, como el soberbio tema
“Burn” para la banda sonora de “El Cuervo”. Se reclutó a Jason Cooper en la
batería, que a la postre es el batería que más ha durado en The Cure (aunque
también es el que menos empatía causa entre los seguidores del grupo) y retornó
Roger O’Donnell, pasando Perry Bamonte a las guitarras que dejaba vacantes
Porl.
“Wild Mood Swings” fue un patinazo para la banda tanto en lo
comercial como en el apartado de la crítica especializada, sobre todo por
situar a “The 13th” como single. Yo, sin embargo, creo que se lo he confesado
alguna vez, fueron los días en los que me sumé a The Cure gracias a “Mint car”,
un single que me gustó mucho.
Recapitulando, termino concluyendo que este disco fue
ejemplo de álbum maduro de alto nivel de una banda que quizás hubiera pasado
recientemente su mejor momento. Es precisamente ese buen disco situado en la
historia de una banda a continuación de uno que ha puesto patas arriba al mundo
(como pasa con otras obras valoradas como son “Achtung Baby” de U2, sucesor de
“The Joshua Tree” o el “Songs Of Faith And Devotion” de Depeche Mode, que vio
la luz tras “Violator”). “Wish” a ratos (los menos) se hace algo pesado y
excede en guitarras. Se nota mucho que los teclados corren a cargo de un recién
llegado como era Perry Bamonte. Las atmósferas de discos anteriores brillan por
su ausencia y eso es una pena.
Con todo, “Wish” suena a disco grande y con empaque. Y no
hay que caer con facilidad en la falsa impresión de sonido monolítico, ya que
hay de todo: pop alegre, pop melancólico, rock gótico, rock a secas, etc.. Me
daría con un canto en los dientes si el grupo, cuando nos sorprenda según las
últimas noticias con su futuro nuevo disco, nos entregue algo al nivel de este
“Wish”; sin lugar a dudas sería una buenísima noticia para los que somos fans
incondicionales del grupo.
Terminamos hablando de nuestro programa de radio. Este
sábado a las 16.00h y al siguiente miércoles a las 23.00h podrán escuchar la
redifusión del programa sobre “Low-Life” de New Order que llevamos a cabo en
directo el sábado anterior en RUAH. A la siguiente semana no tenemos programa
en directo, pero sí habrá un programa de estreno. El acertijo es sencillo:
habrá lugar para el 2º programa-entrevista de la temporada. Durante esta semana
les informaremos de ello. ¡Estén atentos!
8 comentarios:
Tu comentario sobre "From the edge of the deep grean sea" me dejó claro lo malo que eres analizando un disco.
Es precisamente ese tema la joya del "Wish"
Anónimo, supongo que será más bien cuestión de gustos, sin rebatir nada sobre tu apreciación sobre mi calidad como crítico de discos. Personalmente me gustan mucho más otros temas del disco.
Gracias por escribir.
Definitivamente no estoy de acuerdo con tu comentario... From the edge.. Y End son de lo mejor de este álbum. Deberías darle más crédito y re-escuchar.
Anónimo, en efecto: estoy completamente de acuerdo contigo en que definitivamente no estamos de acuerdo; reitero que considero que son cuestiones de diferencias de gustos.
Llevo siguiendo a The Cure desde 1996 y he escuchado "Wish" muchísimas veces: definitivamente prefiero otros pasajes de la obra ("Apart", "High", "A letter to Elise", "Open"...).
Puede que estemos de acuerdo en otras canciones de la banda. Seguramente. Gracias por escribir.
Concuerdo con vos por open, pero con The from the edge, te fuiste al carajo, saludos desde Argentina
ALENTA, al final con tanta insistencia vais a conseguir que me guste y todo! Jajaja.
Saludos desde España y gracias por escribir.
Wish es uno de los discos que mas veces esuche de la banda, no me canso. Para mi esta muy bueno de punta a punta. "From the edge of the deep grean sea" es fenomenal. Me hubiera gustado que al igual que lo hicieron con Disintegration, toque el album completo en vivo, digo por su 30 aniversario.
Anónimo, hubiera sido una buena idea que hubieran hecho algo por su 30º aniversario del estilo que comentas para un directo. "Wish" es un gran lp.
Gracias por escribir.
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