Creo que el toque otoñal se lo concede la que para mi es la gran canción de la obra “Duchess”, por esa melancolía que transmite en su ampulosa melodía y en la ciertamente triste letra que explicaré cuando me meta de lleno en el tradicional “mega-párrafo” de análisis formal del track list de la obra.
Es importante apuntar que a comienzos de la década de los 80, Genesis se había consolidado como un trío, compuesto por Tony Banks a los teclados, Phil Collins como batería y Mike Rutherford como encargado de las cuerdas, como de forma grandilocuente se reflejó en el anterior disco de la banda “…And Then There Were Three…”. Este disco, bajo mi punto de vista personal, a pesar de contar con pesos pesados de la historia del grupo como es el “Follow you, follow me”, o la incontestable “Many too many”, carece de consistencia y a ratos se hace algo pesado. No hay que obviar que el grupo llevaba en estado de recomposición permanente desde el trauma que supuso la marcha del vocalista Peter Gabriel, que en los días en que se editaba este disco que hoy revisamos facturaba su aclamado 3er. trabajo en solitario, y posteriormente el abandono del guitarrista Steve Hackett.
Poco a poco el éxito comercial del grupo iba en aumento debido a éxitos puntuales en forma de singles como el citado “Follow you, follow me” y en 1980 confirmarían su buen estado de forma con la que quizás sea la gran obra de los Genesis de la “Era Collins”. Y es que “Duke” es una obra ambiciosa, que casi llega a la hora de duración, con un listado de 12 temas variados, con toques progresivos en su sonido adaptados a los nuevos tiempos y con ejemplos pop que ayudaron a que el éxito comercial de la banda se siguiera afianzando.
Es curioso que se empiece con un tema que luego readaptaría en su primer disco en solitario el vocalista Phil Collins. “Behind the lines” aquí suena mucho más ampulosa y con una gran fanfarria sonora que le da un retazo monumental al inicio de “Duke”. Las guitarras se aceleran emulando a los sonidos más avezados de los días de “Nursery Crime”, entrelazándose con los fabulosos teclados de Tony Banks. Más de 5 minutos de canción que en realidad forman una suite con las 2 siguientes canciones. De forma umbilical conecta con la maravilla que ya les he advertido que es “Duchess”. Estamos ante un tema nocturno, melancólico, lleno de rabia en el proceder vocal de Collins ante el micrófono, el cual describe el declive de la carrera de una cantante, esa supuesta “duquesa” a la que alude el título de la canción. El tema dispone de un videoclip con un barbudísimo Phil Collins, ataviado con sombrero y gabardina y con el grupo dispuesto a ratos de forma lánguida en una sala de proyección (de esos momentos del video, he sacado la imagen de este post del grupo, puesto que no encontraba ninguna otra de 1980 de la formación). La composición es grandiosa desde su sinuoso y misterioso comienzo, lleno de matices interesantísimos, y que en definitiva sella una sección instrumental perfectísima para escuchar estos días sobre las 20.30h, cuando ya ha anochecido por completo, y si sobre todo tienen la suerte de estar en sus domicilios para apreciarla en soledad, que es realmente como se le saca el jugo a este temazo increíble. “Duchess” conecta con la 3ª pieza de esta suite de inicio, de título “Guide vocal”. Es un epílogo casi acústico, muy cortito en duración, que no pretende para nada entrar en competencia con la excepcionalidad de “Duchess” o el recargo sonoro de “Behind the lines”. Curiosa resulta la 4ª pista “Man of our times”, dispuesta sobre unos estridentes teclados a cargo de Tony Banks, y con un Phil Collins desaforado a la voz. A pesar de su notable desasosiego, quizás asociado al estrés que puede tener ese mencionado “hombre de nuestros tiempos”, resulta sorprendente que en el estribillo de la misma hay lugar para un cierto poso de melancolía en su melodía, el cuál notarán si se detienen a escucharla prestando atención. Uno de los grandes temas pop del disco y en consecuencia uno de los singles y éxitos comerciales de “Duke” es la siguiente pieza. “Misunderstanding”, además de contar con un videoclip que mostraba a Collins conduciendo un descapotable y escenificando esa confusión telefónica en alguna cabina de teléfono, es un tema accesible y fácilmente disfrutable, con unas líneas de guitarras medias comedidas y melódicas que se alejan de los excesos (por otro lado maravillosos) que se pueden apreciar en otras canciones de la obra. “Heathaze” comienza con semejanzas sonoras a “Guide vocal”, pero posteriormente se desmarca, conformando un tema con un sonido más agrio y lleno de entrega en algunas de sus partes.
El gran tema pop extraído del disco, y que debido a su éxito o aceptación en la historia de Genesis marca un antes y un después en la discografía de la banda, es “Turn it on again”. Las guitarras melódicas de Rutherford, con las notas de teclados justas de Banks conforman un tema directo, rítmico y lleno de alegría, ilusión y buen rollo. Sin embargo, quizás es el tema que menos tenga que ver con el conjunto de la obra, pero aquí, en mitad del listado se hace agradable un respiro pop de estas características. Hay lugar para una balada desconsolada como es la sentida “Alone tonight”, la cual abre la parte final de la obra. Acto seguido llega “Cul-de-sac” con una estructura no clara, nada evidente, en la que sobre todo destacan el bombo que tienen los teclados de Tony Banks, siguiendo el patrón marcado en el comienzo de la obra “Behind the lines”. Estamos ante otro tema rotundo, que mezcla a partes iguales el sentir que te dejaba “Man of our times” con la ya mencionada canción de apertura de la obra. Tras tanto bandazo sonoro o sacudida que hemos experimentado en “Cul-de-sac”, ahora se dispone un tema con una mayor mesura titulada “Please don’t ask”, con un leve toque nocturno, en el cual los teclados de Tony Banks son más bien envolventes para este medio tiempo que nos permite coger fuerza durante sus minutos de duración, ya que el final instrumental compuesta por el combo “Duke’s travels” y “Duke’s end?” es un ejercicio sesudo, progresivo, oscilante y que busca darle carácter cíclico a la obra, retornando su sección final, propiamente en “Duke’s end?”, a los sonidos y melodías que conformaban la estructura troncal del inicio que pudimos escuchar tres cuartos de hora atrás con “Behind the lines”. En “Duke’s travels” sobre todo hay que destacar el increíble papel de Tony Banks en sus teclados. Phil Collins hace acto de presencia a eso de los 6 minutos cantando parte de “Guide vocal”. En todo caso es un final mágico y que le confiere ese carácter de unidad a la obra, dándole un enfoque conceptual.Los Rutherford, Collins y Banks comenzaban los 80 con buen pie. “Duke” fue nº 1 en la lista de discos más vendidos en el Reino Unido y sus singles “Misunderstanding” y “Turn it on again” funcionaron realmente bien en sus papeles individuales. En los años venideros el grupo editaría en 1981 “Abacab” (¿de qué me suena a mi ese título?) y en 1983 su disco de título homónimo. Estos 2 trabajos a día de hoy están considerados obras menores en comparación con el protagonista de esta semana, pero en todo caso a mi me parecen dos auténticas joyitas en forma de álbum, con una razonable ración de excelentes canciones en su interior.
Quizás la percepción de que “Abacab” y “Genesis” estén en parte en el olvido resida por un lado en el enorme éxito del posterior “Invisible Touch” de 1986 y por otro lado en que Phil Collins, “muy a su pesar” como suele declarar, iniciara su trayectoria en solitario con un celebradísimo primer disco de estudio “Face Value” en el mismo 1981 donde se editaría también “Abacab” y comenzara a darle importancia a partes iguales a su trayectoria en solitario y a su papel en Genesis. Creo que lo mencioné en post anteriores, no sé si cuando analicé “Abacab” o “Face Value” de Collins, pero el caso es que Phil hizo un claro guiño a la portada de “Duke”, con ese personaje dibujado frente a una ventana en mitad de la noche (véase la luna), en el videoclip de “In the air tonight”.
“Duke” es una gran obra. Quizás uno de mis discos preferidos de Genesis. Estoy de acuerdo en el irrefutable hecho de que trabajos posteriores como “Abacab” o “Invisible Touch” son más accesibles, pero si a este álbum se le considera por gran parte de la gente como la última gran obra absoluta de Genesis (dejando de lado el éxito comercial o pegada masiva de trabajos posteriores), por algo será.
Respecto a la radio, avisar que hasta el sábado 12 de noviembre no volveremos a hacer un coloquio especial en directo a las 16.00h. Seguimos con nuestro programa de estreno semanal los miércoles a las 21.00h en &radio y a las 23.00h en RUAH, tocando el turno esta semana de revisar el disco “Automatic For The People” de R.E.M.. Esta tarde pueden volver a escuchar a las 19.00h en RUAH el programa de esta semana sobre 10cc y su “Deceptive Bends”, el cual subiré a lo largo de la próxima semana a nuestro perfil de Ivoox. Y ya saben que el lunes, martes y jueves a las 21.00h en &radio pueden escuchar repeticiones de programas antiguos si lo desean.
No obstante, “The one that got away” no me resulta desagradable ni excesivamente empalagosa. Tiene un punto bonito y aunque es bastante azucarada, creo que su bondad reside en el sentir con el que Katy Perry afronta su interpretación vocal. Se está barajando como single tardío de la obra, pero está en duda con otro tema que escucharemos más adelante y que sería mi clara opción como 6º single. El single más oscuro y farragoso ha sido “E.T.”, que de hecho en su edición como sencillo ha contado con otro rapero, en este caso Kaney West, como estrella invitada. Tampoco me gusta en exceso esta “E.T.”, que incluso me evoca a las texturas musicales en las que se movía en su día un controvertido dúo que triunfó a comienzos del milenio, aquellas T.A.T.U. de Rusia. “Who am I living for?” no abandona el sector menos pop del disco, suponiendo un tema más sombrío, que pierde intensidad respecto a “E.T.”, pero solamente en el plano instrumental, ya que en lo que a la voz se refiere Katy se esfuerza mucho en el estribillo de la misma cuando se pregunta una y otra vez “¿para quién estoy viviendo?”. Ahora llega “Pearl” que es otra balada que ofrece unas interesantes partes prosaicas fuera del estribillo, que quizás es su punto más débil. No es un mal tema este “Pearl”, sobre todo por las partes ajenas al estribillo, pero particularmente estimo que queda totalmente eclipsada y anclada en el olvido por culpa de la gran joya oculta (de momento, ya que puede que sea single puesto que celebridades del mundo blogger como Pérez Hilton están a favor de que se edite como tal) de la obra. Y es que mi tema preferido del disco a día de hoy, por encima incluso de “Teenage dream” o “California gurls” es “Hummingbird heartbeat”. La letra es otra metáfora de esas tan del gusto de Katy, haciendo en este caso uso de los pájaros y de las abejas para dar forma al tema pop por excelencia del disco. Hablando en general, la música normalmente nos gusta porque lo que nos entre por los oídos nos resulte armonioso o despierte ciertas buenas sensaciones en nuestro ser; realmente no sé lo que me produce en mi interior “Hummingbird heartbeat”, pero simplemente diré que es un tema que me levanta la moral y me llena de energía. Quizás parte de la culpa de ese efecto en mi interior es la base rítmica potente y sólida que tiene y los acordes de guitarra eléctrica tan acertados que aporta, que acercan el tema a la postura de artista medio-indie que en sus primeros pasos con “One Of The Boys” parecía ofrecer Katy. Instantes de la canción, como cuando dice “el sabor de tu miel es tan dulce”, me encantan por la conjunción de elementos sonoros que se suman en esos segundos. También el puente al estribillo “incluso cuando las estaciones cambien, nuestro amor seguirá igual” me agrada mucho. Y en la parte final, cuando suenan fuerte las guitarras y Katy engancha el estribillo con esa frase “extiende mis alas y hazme volar”, estimo que hay otro punto muy bueno de la canción. En conjunto una maravilla pop y de los temas más válidos del disco. Es común que muchas veces que escucho el disco me quedo anclado en este penúltimo tema y lo escucho 2 o 3 veces más. Confío en verla como 6º single del disco y con un videoclip excelente que le haga justicia al tema. Tengo opiniones internas encontradas con “Not like the movies” como cierre. Y es que tras un tema tan bueno, o al menos que a mi así me lo parece como “Hummingbird heartbeat”, cualquier cosa me parece insuficiente. Quizás su carácter acústico y casi a capella es correcto para darle el cierre a “Teenage dream”, con ese halo de balada atormentada que tiene; o quizás no. No obstante, con todo esto tampoco creo que “Hummingbird heartbeat” fuera un correcto final de disco. Su carácter realmente no pega para ese papel. No sé, en estos momentos en los que escribo este artículo no tengo muy claro que como cierre sea correcto o no “Not like the movies”, pero lo que es impepinable es que el disco en sí termina, más allá de que se incluyan algunos remixes o versiones alternativas ocultas de “California gurls” o “Teenage dream” en algunas ediciones.
Grande, muy grande es la versión de “Monkey man” que hizo el grupo. Un tema jaranero, con unos coros casi ininteligibles a cargo de Neville Staple, y unos coros que invitan a la juerga y al cachondeo, dispersados por casi la completa totalidad de la canción. Animada resulta “Dawning of a new era”, que sigue perfectamente la estela que ha dejado la jaranera “Monkey man”. Sin embargo, acto seguido “Blank expression” nos deja un poco en fuera de juego con su estructura y sus paradas y arranques, con esos leves acordes reggae que tiene en su raquítica melodía. Interesante resulta “Stupid marriage” con esa intro de Neville Staple metido en la piel del personaje Judge Roughneck, para luego meternos en ese panorama desolador que describe Terry Hall al micrófono en el resto de la letra. El tema de los matrimonios no se deja de lado en la pista de corte reprochable “Too much, too young”; si no me creen, escuchen a Terry decir aquello de “… Ahora estás casada y con un hijo cuando podrías estar divirtiéndote conmigo”. Nuevamente no hay quien coja lo que dice Neville Staple en sus partes vocales tras Terry; solamente me quedo con ese “… conmigo” final que suelta. Momento de gran intensidad, con inicios y paradas marcados por un “¡Uno! ¡Dos!”, cortesía de Staple es “Little bitch”. Las guitarras de Roddy Radiation son un jodido trueno que no cesan en todo el tema y sobre las cuales un vertiginoso Terry Hall, casi sin respirar, escupe toda la letra casi del tirón, solo interrumpido por esas señales mencionadas de Neville. Curioso final supone “You’re wondering now”, quizás el tema más ingenuo y lento del disco, bastante repetitivo en su letra, y que permite que el estribillo “te estás preguntando ahora, qué hacer. Ahora ya sabes que este es el final”. De hecho, el tema termina así, de golpe, de forma muy apropiada realmente. Junto a “Too hot”, fue el único tema del disco que no sonó en el set list que The Specials dispusieron para su actuación en el 
