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sábado, 7 de mayo de 2011

The Lightning Seeds - Cloudcuckooland (1989)

Altamente desconocidos en nuestro país para la inmensa mayoría, el grupo liderado por el follonero… Perdón, quería decir Ian Broudie, sí que vivieron una cierta popularidad y éxito durante los años 90 en las islas británicas. Junto a New Order, Erasure y otras bandas, son de aquellas formaciones que al menos dentro de nuestras fronteras su calado internacional no fue tan fuerte como el de otras bandas como Depeche Mode o Simple Minds por citar algunos ejemplos.

Al frente del proyecto se situaba este bajito personaje, con su aspecto de nerd, como se suele llamar ahora, con sus gafitas de pasta y su pelo despeinado. Aunque su época de mayor relevancia fueron los años 90, The Lightning Seeds tuvieron tiempo para que su debut se incluyera en la década anterior. En el mismo se incluye uno de los éxitos más recordados del grupo, aquel “Pure”, que durante mucho tiempo asignaba erróneamente a Pet Shop Boys (en los días en los que me iniciaba musicalmente a finales de los 90) debido al cierto parecido vocal entre Neil Tennant e Ian Broudie.

El disco, de nombre casi impronunciable “Cloudcuckooland”, no solamente se basó en “Pure”, sino que también da alojamiento a una serie de temas igualmente remarcables, que en definitiva vendrían a sellar el notable debut de esta banda. Al ser su primer disco, no voy a divagar más en antecedentes y propongo pasar a la revisión del mismo.

Como ejemplo de grandes canciones al margen de “Pure”, ya desde el inicio nos damos de frente con “All I want”. Una canción con una melodía brillante, luminosa y a ratos fantasiosa, que está envuelta en un eco de producción en la voz de Ian, que le da la pomposidad justa para conformar un glorioso inicio de disco. No en vano, “All I want” fue single del disco y es la 2ª canción en reconocimiento de la obra, tras “Pure”. Su resultado no es para menos, con esos cálidos acordes de guitarra y esas bonitas melodías de teclados. “Bound in a nutshell” es menos grandiosa que “All I want”, con un menor efectismo y recargo sonoro. Estamos ante un tema más calmado, igualmente emotivo en su melodía, que más que nada es un interludio entre 2 grandes temas, ya que “Pure” llega radiante en el 3er. lugar del track list. Esa melodía de tecladitos, y su pegadiza melodía le hace convertirse en el tema más mítico de The Lightning Seeds junto a su himno futbolero “Three lions”. El videoclip es bastante sencillo y solamente vemos a Ian Broudie con su guitarra en mitad de un parque nocturno entonar ese estupendo estribillo. Un clásico tardío de los años 80, que triunfó en los días de transición a la siguiente década. “Sweet dreams”, no confundir con nada de Eurythmics, tiene el papelón de tomar el relevo a “Pure”. Es un tema aceptable, muy en la onda sonora que está describiendo Ian a lo largo de todo el disco, y que en parte nos puede recordar mucho a “All I want”, aunque personalmente tiene un punto menos emotivo que el tema que dio apertura a la obra. La textura sonora cambia, para ofrecernos un tema más solemne y con matices de corte más clásico en “The nearly man”, con efectos sonoros de cuerda, que sin lugar a dudas es otro tema destacable dentro de este “Cloudcuckooland”. ¿Una joya oculta “The nearly man”? Puede ser, pero lo que sí tengo claro es que “Joy”, sexta pista del álbum, sí que lo es. Es una pieza que tiene el menor recargo sonoro posible desde sus inicios, que se vale de los instrumentos justos para conseguir crear una pieza realmente bella, con un estribillo brillante. Su lenta cadencia, casi acústica, contrasta con la emotividad que desprende su estribillo y también el puente que hay hasta el mismo. Lo dicho, uno de los mejores temas del debut de The Lightning Seeds.

“Love explosion” es mucho más alegre y su principal importancia reside en que es una pieza que define perfectamente el sentido musical o estilo del proyecto liderado por Ian Broudie. Dispone de unas notas de teclados inocentes y casi infantiles, y no falta la línea de guitarra clásica que Ian suele incluir en sus composiciones. “Don’t let go” regresa a un sentido más reflexivo, y aquí suelen destacar puntualmente más los rasgueos de guitarra de Ian, aunque no dejan de ser importantes los acompañamientos electrónicos sutiles que dan mayor brío a la canción. Nuevamente, la delicadeza y lo sentimental impregnan las sensaciones que te pueden crear el hecho de escuchar esta canción. “Control the flame” resulta el momento más aguerrido del disco, muy alejado del carácter sonoro medio, y aquí Ian se sirve de unos rudos coros que le sirven como réplica puntual en los momentos del estribillo. La base rítmica de batería es mucho más contundente, y las melodías de guitarra no van en sentido contrario a este mayor arrojo, que incluye ciertas notas de saxofón desaforado incluso. Una curiosidad en todo caso dentro de “Cloudcuckooland”, que viene a aportar de forma inestimable variedad al conjunto de la obra. Un grave contraste lo supone “The price” una canción que tiene un sonido de ensoñación, tremendamente delicado y manierista. Las notas de guitarra suenan cristalinas, al igual que las notas de los teclados, e Ian nuevamente utiliza ciertos efectos corales para darle mayor énfasis al resultado final. Quizás se hace algo repetitiva por la reiteración del estribillo, pero no podemos negar que es una bonita composición situada en la parte final del disco. “Fools” comienza con ciertos matices derivados del funky, entre los que se mezclan ciertas notas sensibles de teclado, marca de la casa y del disco. A la larga se convierte en un tema de factura muy parecida a la fabulosa “Joy”, reportando otro estribillo acertado y en todo caso unos minutos muy agradables en los instantes finales del conjunto de la obra. “Frenzy” supone un final atípico. Es una pista en la que se incluyen ciertos elementos derivados del rap de finales de los 80, que no vienen muy bien a qué dentro del estilo de Ian y el conjunto del disco. Casi también podemos atisbar influencias del sonido Madchester, tan en boga por aquellos días gracias a The Stone Roses o los Happy Mondays. Particularmente pienso que “zapatero a tus zapatos” y este estilo no le pega mucho a Ian Broudie; y no digo esto porque piense que Ian no sabe moverse en otros campos, porque una década después, con la electrónica “Life’s too short” se anotó un tema increíble. En definitiva, un final de disco que no es muy acertado, al menos desde mi punto de vista.

Gracias sobre todo a “Pure”, el debut de The Lightning Seeds fue un éxito notable. Este disco marca claramente las pautas sonoras que Ian Broudie desarrollará a lo largo de su trayectoria. No obstante, y como habrán podido comprobar, no solo de “Pure” vive este disco, ya que otros temas como “All I want” o “Joy” son realmente maravillosos.

Reitero lo expuesto al comienzo del post, The Lightning Seeds no serían un grupo con excesiva repercusión en España. Es un grupo que en el Reino Unido gozó de una popularidad bastante importante durante la década de los 90, y prueba de ello es que se anotaron uno de los mejores himnos compuestos para la selección inglesa de fútbol que fue aquel glorioso “Three lions”, en referencia al escudo del combinado nacional de su país.

“Sense” sería su siguiente disco, al que le siguieron otros como “Jollyfication” o “Dizzy Heights”. Tras el no muy exitoso “Tilt!” de 1999, Broudie dejaría su proyecto abandonado hasta que lo retomara con el soso “Four Winds” de hace un par de años. Personalmente estimo que aquel “Tilt!” es un buen disco, variado y arriesgado, que algún día revisaremos por aquí, y que incluye la canción por la que terminé de decidirme a analizar la vida y milagros de The Lightning Seeds, “Life’s too short”, después de haberme convencido también previamente “Three Lions” y lo cual me llevó por fin a descubrir que este grupo eran los autores de “Pure” y no los Pet Shop Boys.

Este disco, que muestra a Ian con lo que es una mueca como de agobio en la portada, con su despeinado pelo moreno y sus gafas, es un disco estupendo y que se escucha bastante bien, sin precisar de mayores esfuerzos para adaptarse a su propuesta. Si hacen la prueba, verán que es así.

Hace unos minutos hemos tenido un programa-debate realizado y emitido en directo en &radio. Debido a que por motivos personales este mes de mayo y comienzos de junio no tengo conexión en casa a internet, no he podido publicitarlo como se debía. Pet Shop Boys y su disco “Introspective” han sido objeto de análisis por un servidor de ustedes y su equipo de colaboradores, compuesto para la ocasión por Mariano González, Luis F. Novalvos, Óscar Cañas y Alfredo Morales. Probablemente hasta septiembre no realizaremos más debates de este tipo, pero, ¿quién sabe? En alguno de los próximos miércoles será emitido en nuestro horario habitual para que puedan escucharlo. Este miércoles sin embargo tocará un programa dedicado a “True” de Spandau Ballet, tanto en RUAH como en &radio. El resto de la programación semanal, lo podrán encontrar en la web de &radio en el apartado que tiene reservado nuestro programa.

2 comentarios:

Chuzz dijo...

Lo único que conocía de The Lightning Seeds era el disco ese Jollification del fresón. Lo recuerdo como algo flojo en su conjunto, aunque con un hit single muy importante como Lucky You y alguna otra canción a destacar. Y con la colaboración de Alison Moyet y del gran Terry Hall de los Specials.

Tendré que recuperar este disco que nos recomiendas.

Abacab dijo...

Chuso, este disco sí que es bueno de inicio a fin, con pocos momentos flojos. Vaya par de colaboraciones que mencionas! Grandísimos Hall y Moyet. Ya me dirás si te gusta este "Cloudcuckooland".

Gracias por escribir.