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sábado, 24 de septiembre de 2011

La Broma Negra - Joyas De Princesas Muertas (2010)

Cuando acudimos el pasado mes de mayo al concierto que Oberón ofreció en Madrid para presentar su último disco “Insomnio De Una Noche De Verano”, además de poder disfrutar del buen directo y las canciones de los chicos de Alfacar, tuvimos la suerte de descubrir un grupo realmente interesante. El proyecto musical en cuestión es La Broma Negra y de ellos y de su última entrega discográfica es de lo que les hablaré en el post de esta semana. Alguno que otro recordará que ya remarcamos la importancia del grupo en el artículo del evento que publicamos hace no mucho tiempo atrás.

Realmente la historia de La Broma Negra es curiosa. Estamos ante una banda que editó sus primeros trabajos discográficos a comienzos de los 90 y que ha estado en estado de “stand-by” hasta hace unos pocos años. A día de hoy, el grupo está compuesto de Carlos Caballero y Alex Gómez. La propuesta actual del grupo son canciones de letras crípticas y muy elaboradas, dispuestas sobre bases electrónicas, con el indispensable acompañamiento de las guitarras de Alex. Tanto por la voz de Carlos, como por el sonido de su música, rápidamente me vino a la cabeza el grupo alemán Wolfsheim, de los que ya les he hablado por aquí alguna vez.

“Joyas De Princesas Muertas” es su última entrega, en la que realmente lo que hace el grupo es readaptar varias de las composiciones de discos anteriores al nuevo sonido o propuesta musical que de forma tan interesante están desarrollando a día de hoy. Estamos ante un ítem extenso, de 16 canciones, que además se me antoja como un perfecto acompañamiento para este par de meses otoñales que tenemos ahora por delante.

Gran inicio “Noche en el tejado”. Estamos ante una composición donde ya se pone sobre la mesa esas melodías de teclados y programaciones, con las inestimables guitarras de Alex. En este buen inicio hay interesantísimos cambios de ritmo de distinta factura, destacando sobre manera el giro que se da al afrontar el estribillo “no me dejes solo más tiempo del necesario. ¿Quieres saber si aún te quiero? Tú no sabes cuánto”. La 2ª canción “Los niños de Dickens” ofrece una melodía menos oscura y angustiosa que la que nos encontrábamos en la genial “Noche en el tejado”. Un enfoque más amable, emotivo y amable, rodeado todo ello de esas letras tan solemnes a ratos. “Cenicienta” se presenta ante nosotros con unos primeros minutos envueltos en un halo de cuento de hadas muy apropiado. Quizás es uno de los temas más fácilmente reconocibles de “Joyas De Princesas Muertas”, ya que no es difícil que se te clave en la mente sobre todo esa primera frase del estribillo “Ella baila hasta el amanecer…”. Delicadeza, frialdad y melancolía, que no sé por qué me evoca mucho al tema “You look so fine” del disco “Version 2.0” de Garbage, que disponía de un gélido videoclip. En “Cenicienta” también hay hueco para un notable protagonismo de las guitarras de Alex antes de afrontar su 2ª mitad. “El buen amor” prescinde de sintetizadores contundentes o bases aceleradas, para conceder un tema de corte más clásico al lp. Las notas instrumentales del estribillo son tan hirientes como el dolor que describe Carlos en la letra al decir “Necesitamos este dolor…”. Con un carácter más amable, al menos en la melodía, se abre paso la 5ª composición “Balas para matar el tiempo”, y más si cabe la llevadera y animada “Los sonetos”, visto en su animada y latente base rítmica, pero no por ello se deja la elaboración y refinamiento lírico, incluso en el estribillo “hoy al fin terminé los sonetos que forjé con las penas de mi corazón, nunca me ha bastado con la fruta que ya se ha caído del árbol…”. “Nieto de maestro de escuela” es de los temas más válidos del disco. Realmente emotivo, ha sido extraído como single y su melodía es bastante resultona y moderadamente pegadiza, pero quedando principalmente una sensación entre lo oscuro y melancólico. “Cuidado con lo que matas”, no solo por su título, retorna a atmósferas más solemnes, aunque no deja de ofrecer un cierto toque ingenuo debido a unas notas que incluye en su melodía.“Los reyes no morirán en su cama” con un ritmo casi marcial, nos adentra en la 2ª parte del disco. Destacan sus dosis de percusión marcando claramente el ritmo y ciertos arrojos de intensidad vocal de Carlos al micrófono, que en el desarrollo lírico aumenta a medida que avanza la interpretación de la misma. Esta canción “Los reyes no morirán en su cama” es de los momentos más interesantes y rotundos del disco que hoy les sugerimos. En la pista nº 10, “Duelo a primera sangre”, son interesantísimas y muy acertadas las guitarras a cargo de Alex. Aquí llevan el peso principal de la melodía, quedando en un 2º plano los sintetizadores y la electrónica. Estamos frente al tema más rockero de la obra que acto seguido cederá su protagonismo a una lenta electrónica “Me vas a hacer llorar” para retornar al enfoque musical prioritario de la obra. En “Sagrado corazón” Carlos se muestra con mucha fuerza en ese marcado estribillo “no sabéis que el corazón, no sabéis que el corazón es algo sagrado”. Una pista esta bastante movidita, que cede su turno a “He tocado el cielo”, la cual sigue la senda sonora de su predecesora. Llegamos al antepenúltimo capítulo, “Pablo Ruíz Picasso”. Esta canción resulta interesante por la perfectamente elaboración de la superposición de los sintetizadores y melodías que incluye. El comienzo con esas notas de teclado tan claras y emotivas no se pierde de vista ya con la base sintética más dura. También destaca por ser quizás una de las mejores interpretaciones vocales de Carlos de la obra, al menos para mi gusto; se muestra contenido, pero emotivo, consiguiendo un equilibrio perfecto. También hay sitio para un solo de guitarra muy acertado de Alex allá por los 2 minutos de duración. Una gran canción para la parte final. “Nunca se quiere demasiado” se caracteriza por incluir una serie variada de sonidos a lo largo de su estructura y sin embargo por tener una parte de estribillo muy válida y melódica. Un final doliente es “Fantasma”, con tintes muy oscuros en la melodía y un fuerte pesar en su estribillo con la repetición de ese “Viven” dedicado a otra acongojante y acertadísima referencia, que no es otra que la de Edgar Allan Poe y su espíritu, que es fantasma que da título a la canción. Tremenda rúbrica.

Sin lugar a dudas la propuesta de La Broma Negra no es común en nuestro país, y a poco que disfruten de una promoción medianamente adecuada, podrán aumentar exponencialmente su llegada al público específico que sin duda alguna apreciará su sonido. Esa voz tan personal de Carlos y las estupendas melodías construidas para los temas, sumado a las elaboradas y contundentes letras, son sinónimo de calidad de inicio a fin.

Buscando, no sé si de forma algo forzada, un símil para que ustedes se hagan una idea dentro de nuestras fronteras, puede haber algo de Germán Coppini en La Broma Negra, sobre todo en el apartado de las letras trabajadas, e incluso Carlos puede darse un lejano aire a Germán en el aspecto físico, cosa que yo aprecié cuando les vi actuar en la sala Cats con ese traje y bombín, tan parecido al elegante look que Coppini tenía en el videoclip de “Desconocido” de Golpes Bajos (debajo de este párrafo, una foto de aquel concierto); además, el proyecto actual de Coppini con otro Alex (Brujas en este caso), Lemuripop, también tiene una dosis electrónica generosa y protagonista en el mismo.Seguiremos los pasos a La Broma Negra, a sus actuaciones dentro del ámbito de cercanía que nos ocupa y a sus próximos trabajos discográficos. Con “Joyas De Princesas Muertes” el grupo se ha reinventado eligiendo un camino que al menos yo considero muy acertado. La envoltura es acertada ya desde la portada con ese cuerpo que se ve desde abajo flotando en el agua, con tintes oscuros. Les invito a que hagan la prueba de escuchar a La Broma Negra. Es una formación muy del target medio que tratamos en el blog, y si ustedes aprecian a The Cure y ciertos retazos de la electrónica oscurantista, sabrán encajar bien las apuestas sonoras de este interesante dúo formado por Carlos y Alex. Que ustedes lo aprovechen tanto como yo.

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