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viernes, 20 de enero de 2023

The Cure - Three Imaginary Boys (1979)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Vuelvo a hablar de mi grupo favorito en el blog, en formato de revisión de disco desde ya hace un tiempo. Todavía me quedan ítems por comentar de sobra, así que es turno del siguiente. Para hoy nos vamos a su debut discográfico. “Three Imaginary Boys” dentro de la historia de The Cure está visto como una más que correcta carta de presentación, pero que no tendrá mucho que ver con lo que el grupo irá plasmando a lo largo de su dilatada trayectoria, ya incluso en los siguientes pasos que daría la formación.

Evolucionando incluso en nombre del grupo, ya que poco antes se conocían como Easy Cure, y tras firmar con el cazatalentos Chris Parry para su incipiente discográfica Fiction Records, The Cure se disponían a dar el trascendental paso de grabar y publicar su primer lp.

Junto a un jovencísimo Robert Smith, a punto de cumplir la veintena, y que se encargaba de la voz y guitarras principalmente, se encontraba Lol Tolhurst a la batería y Michael Dempsey al bajo. Una formación de trío muy sencilla, pero que logró dar forma a un álbum muy fresco (como en su día lo definió mi buen amigo José Luis Ramos), dinámico y directo. Vamos a ir viendo paso a paso sus 12 canciones, un número generoso para este debut.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “10.15 Saturday night”: Con unas leves notas de cuerda, casi de ritmo charlestoniano, comienza la historia en disco oficial de The Cure. Un momento trascendental. La batería entra pasados unos segundos con fuerza, para dar forma a esta canción que tiene un leve toque misterioso en sus partes menos cargadas instrumentalmente. Se le puede considerar casi un single, ya que dispone de un esquelético videoclip con el grupo tocando en estudio, donde podemos ver a un Robert tan jovencito y delgado, que casi es irreconocible. Salía de la adolescencia. La reiteración de la palabra “goteo” en “10.15 Saturday night” es lo que conforma su hipnótico estribillo. Buen arranque, un pequeño clásico de la historia del grupo y que en directo gana en potencia y garra. Todo ello para reflejar la historia de una anodina noche de sábado sin plan a la vista. Un tiro efectivo.

2. “Accuracy”: Entramos en un momento pop como es “Accuracy”. Es una de las piezas más comedidas del disco, teniendo un ritmo que no es ni lento ni acelerado. Ofrece puentes interesantes al sencillísimo estribillo (que básicamente es repetir su título) y algunos efectos de producción en la voz de Robert que resultan hasta graciosos (quizás la prehistoria del actual Autotune). Es un tema inofensivo, pero a la par de los menos memorables de “Three Imaginary Boys”.

3. “Grinding halt”: Que en ciertos momentos no muy lejanos de la historia de The Cure “Grinding halt” se haya recuperado para ciertas giras, demuestra que es una de las canciones más apañadas en el sector del pop brioso del lp. Cierto es que no estamos ante una canción muy complicada, pero en su economía de medios, ya partiendo de la letra con esa repetición del “No -lo que sea-“, es donde reside su punto fuerte. El ritmo es tremendamente animado y me atrevería a decir que quizás sea el capítulo más memorable en su aportación instrumental a la historia de la banda por el por entonces bajista de la formación Michael Dempsey.

4. “Another day”: Que por lo general “Three Imaginary Boys” no se trate de un disco al uso de The Cure en lo que a sentimientos principales se refiere, no exime de que tenga sus ciertos momentos de leve melancolía e introspección. Recuerdo que en su biografía de La Máscara (libro de cabecera personal), Jesús Lorente establecía una conexión entre el protagonista de esta canción y el de la posterior “A strange day” de “Pornography”. En esta canción se habla nuevamente de cierta rutina y falta de estímulos, como pasaba en la apertura de “10.15 Saturday night”, pero en esta ocasión con una melodía más triste y apagada. Es una canción que merece bastante la pena y que de alguna forma puede dar pistas de lo que realmente será The Cure, al menos en sus siguientes 3 discos.

5. “Object”: Hay varios ejemplos de afterpunk en el disco y el primero que nos encontramos en “Object”. Canción de desprecio en su letra y de cierto arrojo y rabia en sus formas. Contundencia juvenil en sus formas y cierta potencia.

6. “Subway song”: Quizás uno de los pasajes más arty o curiosos del disco lo aporte “Subway song”, con esa historia nocturna casi susurrada al micrófono por Robert Smith, en la que una chica va por los pasillos del metro a medianoche y escucha pasos a sus espaldas, pero no se atreve a mirar atrás… No les haré spoiler, por si no la han escuchado. Misteriosa instrumentalmente, bien construida, con buenos detalles y arreglos.
7. “Foxy lady”: The Cure cuando han hecho versiones, por lo menos han sido originales. Y no han solido salir mal parados. Para este debut se incluye una de Hendrix, “Foxy lady”, que se aleja mucho de la original, ya que duplica el ritmo y la velocidad. Como curiosidad relevante añadida, Lol Tolhurst (lapsus, advertido por "oli" en comentario: quien canta es Michael Dempsey) es quien canta, siendo la única canción de la historia de The Cure que no solamente cante él, sino que no cante Robert Smith. Soy de los que está a favor de esta versión tan atrevida, no queda para nada mal en el conjunto del disco.

8. “Meat hook”: Con “Meat hook” estamos ante una composición que nuevamente apunta en el efectismo de repetición de palabras. Capítulo pop de cierto tono burlón y con una producción que hace que la voz de Robert tenga un eco lejano que le reporta un toque diferente. Es una canción que apuntala el carácter general sencillo y animoso del disco, por mucho que tenga sus ciertas aristas o enmiendas a ese sentir predominante.

9. “So what”: Durante mucho tiempo “So what” fue mi canción favorita del álbum. Es una canción que perfectamente podría servir como ejemplo para definir lo que es el afterpunk. Acelerada, ciertamente cabreada y arrojada, tiene un cierto toque de desenfreno incluso en el normalmente comedido tono de Smith al cantar. Y es que realmente es una canción que viene al pelo para la adolescencia, que es cuando accedí al disco, con lo que no me fue difícil verme seducido por su tono y enfoque.

10. “Fire in Cairo”: En su momento no me llamaba mucho la atención, pero a la presente fecha veo como mejores ojos (o escucho con mejores oídos) a “Fire in Cairo”. La melodía y la guitarra dentro de la misma, sobre todo, funciona muy bien. Es verdad que el deletreo casi hipnótico de su título a modo de estribillo puede sonar algo rutinario, pero puede que estemos ante una canción que lejanamente abra los caminos sonoros siguientes del grupo.

11. “It’s not you”: Otro momento claramente afterpunk del disco es “It’s not you”. Personalmente me ha gustado siempre mucho menos que “So what”, una de sus claras hermanas de texturas de la obra, pero he de reconocer que de alguna manera esta canción anticipa momentos futuros de rabia del grupo como pueden ser “Give me it” o “Shiver and shake”, aunque evidentemente con otros recursos instrumentales.

12. “Three imaginary boys”: Hasta 1985 fue tradición del grupo cerrar los discos con la canción título, a modo de síntesis. Y normalmente siempre fue una maniobra efectiva y con mucho sentido. En este debut, “Three imaginary boys” sirve de nexo a lo que vendrá después del grupo, puesto que más allá de cierta angustia que está plasmada en la letra (se puede ver ya directamente en ese “¿puedes ayudarme?”), instrumentalmente anticipa el tono más sombrío que adquirirá The Cure. Una maravilla de composición y que también ha sido rescatada de cuando en cuando por el grupo para sus giras. Como track oculto (en esto el grupo se adelantó a la moda de los 90), está la instrumental “The weedy burton”, que cambia de tercio y nos regala un epílogo más desenfadado, que puede ir más acorde con el enfoque general del disco que con el de la canción con la que está anexa y que da el título a la obra.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Three Imaginary Boys” funcionó bastante bien. No es que The Cure pasaran a ser unos The Beatles, pero sí que permitió a la banda ver que tenía su potencial y a Chris Parry terminar de convencerse de que había vuelto a tener ojo como lo había tenido unos años antes con The Jam. El disco fue editado remozado para Estados Unidos, cambiando el nombre (a “Boys don’t cry”, single del grupo y primer gran clásico de la banda), su icónica portada con los 3 electrodomésticos sobre fondo rosa e incluso el listado de temas, quitando varios para incluir a “Boys don’t cry”, “Plastic passion”, el potente y polémico sencillo “Killing an arab” y el también muy efectivo single “Jumping someone else’s train”.

Poco después, Michael Dempsey dejó el grupo y entraron en la formación Simon Gallup (este es uno de los momentos clave de la historia de The Cure) y junto a Simon el teclista Mattieu Hartley, que formaba parte de la misma banda anterior en la que estaba Gallup. Incluso en esos días de 1980, se formó un proyecto paralelo y muy efímero llamado The Cult Heroes, que incluso editaron un single muy amable y simpático (en la onda sonora de “Three Imaginary Boys”) “I’m a cult hero” con su también notable cara b “I dig you”. Junto a Smith y Gallup estaba en este proyecto un cartero llamado Frank Bell. En la edición deluxe de “Three Imaginary Boys” se incluyeron las tomas de estudio y también algunas en directo (sobre todo en la de “I dig you” son notables los coros tan garrulos que hay por ahí).

Y el siguiente paso de la banda fue “Seventeen Seconds”, primer disco que fue comentado en este blog hace ya casi 15 años, del cual les dejo enlace para que puedan leer más a fondo sobre el notable giro estilístico que afrontó The Cure en su 2º trabajo de larga duración de estudio.

Este debut es un disco muy valorado en general, si bien de forma casi independiente a lo que en sí supone The Cure con toda su obra. Incluso componentes de Depeche Mode reconocieron que era un disco de cabecera de alguno en los días en los que los de Basildon comenzaban a andar como banda. Se escucha rápido, ya que las canciones son en general cortitas y en la mayoría de los casos tienen un ritmo ágil que ayuda a ello. Una entrega de notable, buena carta de presentación, pero que de alguna manera queda como un elemento algo exótico dentro de la carrera de The Cure, si bien siempre visto con cara amable por la mayoría de los que somos seguidores de la formación.

5 comentarios:

oli dijo...

El que canta en Foxy Lady es Michael Dempsey.

Abacab dijo...

oli, muchas gracias, vaya lapsus! Corregido e indicado en el artículo.

Gracias por escribir.

ダノラズ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ダノラズ dijo...

es la primera vez que escucho este album y antes de oír cada canción he tomado en cuenta la reseña de cada cancion, gracias por el aporte, lo aprecio

Abacab dijo...

ダノラズ, apreciamos que hayas escuchado el disco a la par que leías nuestras opiniones. Siempre habíamos concebido el blog para esta práctica que has hecho.

Muchas gracias por leernos y escribir.