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jueves, 11 de julio de 2019

Concierto Madness. Madrid (04-07-2019)

Les vi en un concierto memorable (vean la crónica del blog) hace una década, del que me quedó tan buen recuerdo que ya no me atrevo a vivir otro porque no creo que lo pueda superar (tonterías mías dirá alguno que lea esto). Me cogió en una época de muchos gastos. Ya no está Carl Smyth “Chass Smash”. Por todo esto, decidí ahorrar y no sacarme la entrada de Madness, en formato “XL”, para verles en las “Noches Del Botánico” (este año no he movido asuntos de acreditaciones), pero sí que estimé ir a escuchar el concierto a los alrededores.

Con ello, aquí la crónica de un ciego, ya que del comportamiento del grupo no les puedo contar mucho. En mi “palco” de los alrededores hubo otras 5 personas que estuvieron escuchando a los “naughty boys”. Yo fui solo en esta ocasión, cosa que me dio igual. Antes tocaban Dead Capo, y llegué al recinto cuando finalizaban su actuación con una versión de los “End titles” de “Blade Runner”.
Hablando por teléfono con un amigo, llegó el arranque de concierto. Se empezó con “One step beyond”, que no es ya lo mismo sin Carl encargándose de la arenga previa. El comienzo de concierto fue de manual, con “Embarressment” acto seguido (creo que así arrancaron en 2009). A Suggs (Graham McPherson), se le oía cantar perfecto (muchísimo mejor que a Daryl Hall 2 noches antes), muy ajustado a su registro vocal.

La cosa duró hora y media y el repertorio no se dejó ninguno de los pesos pesados. Desfilaron con potencia “House of fun”, “Our house” (pletórica en el tramo final del concierto) o “Night boat to Cairo” (esta como final de concierto). Tampoco faltaron piezas básicas como “My girl” o “Shut up” (que celebré mucho su escucha).
En el capítulo de las menos esperadas, pero singles o éxitos también del grupo, no me esperaba “Driving in my car”, con una interpretación vocal cristalina de Suggs o “It must be love”, la cover de Labby Siffre, que sonó en el tramo final del concierto y que me alegró mucho la noche, puesto que esta es la primera canción que me capturó de Madness, con su videoclip que tengo grabado de la Mtv en VHS desde hace 22 años (luego ya me compré el recopilatorio “Complete Madness” en formato DVD con todos los videoclips, este incluido).

Y ya las que consideré sorpresas absolutas dentro del repertorio fueron “Bed and breakfast man”, en la que se notaba al público del Botánico corear entre estrofas el tramo final de la canción (costumbre y ritual de los conciertos de Madness) y la preciosa “One better day” del siempre por muchos denostado disco “Keep Moving”.
Hora y media de concierto también clavada (misma longitud que la de Hall & Oates) y la sensación de que tuvo que ser un gran concierto. No sé yo si superaría aquel de junio de 2009 en La Riviera, pero le estaría cerca. No obstante, unos Madness sin Carl Smyth, perdónenme, pero para mí no es lo mismo. Es como unos Depeche Mode sin Alan Wilder, que sí, que está bien, pero no es lo mismo. Cosas mías. En todo caso, gran concierto por lo escuchado y más que satisfecho por haberlo podido oír al menos.

Alguna otra noche nos pasaremos a la “fresca (¿?)” a escuchar alguna otra cosa y una en particular sí que estaremos dentro para ver a Keane lo más cerca posible y completar la experiencia de 2012 cuando les vimos en graderío en Vistalegre. Esperen pues alguna que otra crónica de concierto más del notable cartel de las “Noches Del Botánico” en futuras semanas.

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