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lunes, 7 de marzo de 2016

Concierto Marc Almond. Madrid (12-02-2016)

Es una tremenda injusticia que haya artistas que son como algunos cometas, pasan por Madrid en contadas ocasiones y cada vez que vas a un concierto suyo piensas que puede que sea el último y en caso de no serlo tienes la seguridad de que tú serás bastante más viejo. La friolera de ocho años hemos tenido que esperar para volver a disfrutar de Marc Almond en Madrid, ocho largos años después de ese magnífico concierto acústico que nos ofreció y en el que nos prometió volver pronto con banda para dar un concierto más convencional, lo de volver lo ha cumplido, lo de pronto...

Almond visitaba nuestra ciudad para presentar su último álbum, el más que recomendable “The Velvet Trail” publicado el año pasado y como no, repasar su carrera, aunque desde luego no se trata del tipo de artista que te toca todos sus hits; es más, si bien a veces hace concesiones, en otras ocasiones éstas son prácticamente inexistentes, así que no sabíamos muy bien lo que nos encontraríamos. Llegué sobre las 20h a la sala arena, ya estaba entrando gente y conseguí posicionarme en una cuarta fila, que sin embargo no me permitió hacer muy buenas fotos, tampoco soy de los que se pasa los conciertos haciéndolas, todo hay que decirlo. Con total puntualidad salió Marc Almond al escenario interpretando uno de los temas más intensos de su último álbum “Minotaur”, y desde que salió todos sabíamos que sería un gran concierto. Almond, con 58 años, sigue siendo todo un espectáculo en directo: excesivo, teatral, cercano (sin dejar de ser una diva, la única diva masculina del pop) y lleno de energía como un boxeador cuando sale al ring.
Almond sabía desde la primera ovación nada más salir al escenario que tenía al público comiendo de su mano. Una sala llena esperando al artista que había tenido a bien visitarnos después de tanto tiempo. Lo que quiero decir es que podía haber cantado lo que le hubiese dado la real gana y hubiese sido un éxito igual, porque eso estaba lleno de devotos del inglés; claro, que si la segunda canción del setlist es nada menos que “Tears run rings” pues ya no es que el público coma de tu mano, es que directamente lo tienes a tus pies.
El concierto continuó con algunos de sus últimos temas como “Bad to me” o “The dancing marquis” (esta última da título a un miniálbum publicado en 2014), todos ellos impregnados de ese toque glam de la guitarra de Neil X, antiguo componente de Sigue Sigue Sputnik y mano derecha de Almond en directo desde hace 20 años, pudiendo considerar mano izquierda al pianista y teclista Martin Watkins. La banda era completada por un batería y dos coristas femeninas. Una de las grandes sorpresas fue su número uno “Something’s gotten hold of my heart” originalmente cantado a dúo con Gene Pitney. Durante la canción se proyectaría una fotografía del fallecido artista y Almond animó al público a cantar con él este hit ya que todo el mundo lo conocía.
La primera concesión a Soft Cell fue cuanto menos curiosa: se trató de “Darker times”, una canción del álbum de reunión de 2002 “Cruelty Without Beauty”. Esta canción, que ni siquiera fue single en su día, sin duda fue una buena elección acompañada de imágenes donde aparecían algunos personajes siniestros. La verdad que las imágenes y videos que acompañaban la mayoría de las canciones eran bastante acertados: pequeños films, imágenes fijas, dibujos con influencia pop art, etc.

Su álbum de principios de los 90 “Tenement Simphony”, uno de los más exitosos de su carrera en solitario, estuvo muy bien representado, aunque no con las canciones más obvias: Almond rescató “Meet me in my dreams” (una canción que se puede considerar de Soft Cell, ya que fue escrita en colaboración con Dave Ball) y también sonaría la intensísima “Champagne”, donde Marc estuvo realmente raphaeliano (si se puede admitir este adjetivo; y es que aunque les separe todo un mundo musical, en cuanto a presencia sobre el escenario, intensidad y divismo, ambos artistas se acercan bastante). Ni “Meet me in my dreams” ni “Champagne” fueron en su día singles. Sí lo fue sin embargo la versión de Jacques Brell “Jacky” donde en lugar de la base dance original del single de Almond, se optó por potenciar la batería de manera casi militar; sin duda fue uno de los puntos fuertes de la noche, con un público entregado mientras Marc ejercía de diva acompañado de unos eficientes coros femeninos. Todo un triunfo, como también lo fue rescatar “Black heart” quizás la canción más popular de ese grupo paralelo a Soft Cell llamado Marc And The Mambas. Nuevamente teníamos ante nosotros el Marc más intenso y dramático.
El tiempo iba pasando y estábamos llegando a la última parte del show. En ella Marc nos ofreció algunos temas de su último álbum como “Zipped black leather jacket” o “Demon lover” que fueron muy bien recibidas, aunque no tanto como “Brilliant creatures” que junto a “The idol” fueron los cortes elegidos del álbum “Fantastic Star” de mediados de los noventa y que si bien no deparó grandes hits, sí ha dejado canciones bastante fijas en el setlist del artista. Ambos temas son grandes ejemplos de techno-glam; en el caso de “The idol” se trata de una irónica descripción de las distintas etapas por las que pasa una pop star, desde la adulación al rechazo y olvido.
Para finalizar el show llegaron dos concesiones a Soft Cell en forma de éxito, un “Bedsitter” en el que Neil X reprodujo con su guitarra los toques de sintetizador original del single y una enérgica “Soul inside” con la que Almond y compañía nos dejaban, pero, claro, todos sabíamos que volverían, no podía faltar esa gran canción de despedida que es “Say hello wave goodbye”. Marc y su banda volvieron a salir para ofrecernos un festivo “Tainted love” donde el público se hartó de cantar aunque no tanto como en “Say hello wave goodbye”, donde literalmente nos dejamos la garganta, incluso hubo un momento en mitad de la canción en el que los músicos pararon y el público siguió a capela.
Finalmente Marc presentó a su banda y nos dijo adiós a todos. Podría haberse quedado una hora más y nos hubiese sabido a poco, desde luego repertorio tiene. La gente, aún entusiasmada por la actuación, se peleaba por conseguir el setlist; yo mismo estuve a punto de conseguirlo, pero me lo arrebataron en la propia cara, una pena. Me sorprendió que no hubiese absolutamente nada de merchandising. Hubiese volado, ya que el público salió realmente contento de la experiencia. Es un lujo que un gran artista como Marc Almond se digne a pasar por estas tierras y me dio algo de tristeza el pensar que ésta podría ser la última vez o una de las ultimas si sigue con su costumbre de venir por aquí cada 8 años. Parece que esté el color político que esté, nuestra ciudad se ha convertido en un destino de segunda división para los artistas. Una pena, pues pueden comprobar que arrastran un público numeroso y entusiasta. Esperemos que esto mejore y veamos a Marc volver con un nuevo disco o sin él. Puede venir cuando quiera y será bien recibido.

Texto y fotografías: Alfredo Morales.

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