Motivado, entre otras cosas, por ser un apropiado regalo para el cumpleaños de mi novia, el pasado martes 17 de noviembre nos desplazamos hasta el recinto del Palacio Vistalegre para ver por primera vez a la banda liderada por Sharleen Spiteri. Texas volvían a Madrid tras 2 años (de la cita de 2013 ni me enteré) para celebrar sus 25 años de trayectoria y lo hacían dentro de un ambiente previo de alta expectación, ya que llegamos a eso de las 20.15h, unos minutos tras la apertura de puertas, y la cola que había era enorme.
Consecuencia de ello, cuando llegamos a la sala del interior (no tuvo lugar en el ruedo principal el concierto; el recinto fue el mismo donde se llevó a cabo la fiesta de entrega de los Premios 20Blogs de 2009, por cierto), no había muy buenas posiciones y conseguimos situarnos al lado de una columna, ladeados a la derecha según se mira al escenario, en una 7ª u 8ª fila. Por cierto, poco antes de comenzar la actuación hubo lugar para que unas muchachas con mucha cara se hicieran hueco apiñando a la gente que estábamos por esa zona, con mala reacción (pero muy lógica por otro lado) por parte de los que ya estaban ahí situados hacía muchos minutos.
Poco después de las 21h, hora fijada para el inicio de la actuación, sin teloneros previos, salieron, después de que sonara “Polo mint city” en cinta como intro, Sharleen y Tony McGovern para comenzar con “Start a family”. A partir de ahí se sumaron el resto de componentes y el concierto fue poco a poco cogiendo peso. En el tramo inicial tuvo mucho que ver “When we are together”, uno de los singles más animados y de sonido de celebración de Texas que agradó mucho (a destacar la larguísima ovación al terminar esta canción) a un público realmente entregado a los encantos en todos los sentidos de Sharleen, ya que esta muchacha escocesa se mostró muy simpática durante las 2 horas de concierto ofrecidas e incluso esforzándose en hablar en algún momento en español. Arriba y debajo de este párrafo vemos un par de fotos de la primera canción interpretada del set list.
En este sector inicial hubo lugar para clásicos reconocibles de Texas, pero más del perfil bajo como “Everyday now”, que iban trazando la línea ascendente del show. A eso de mitad de la actuación, y tras una pausa musical en la que Spiteri nos estuvo contando una historia personal de mediados de los 90 y que en definitiva desembocaba en el motivo de una canción, Texas insertaron un trío de temas que terminaron de abrir la emoción entre la audiencia (y sobre todo hablo por mí).
El caso es que la canción de la que Sharleen nos contó su génesis, era “In demand”. Esta preciosa balada pop, que dispuso quizás de uno de los mejores videoclips de la banda con Sharleen en actitud romántica con el veterano Alan Rickman, la sirvieron en formato acústico y sonó gloriosa en su versión de más de 6 minutos que tocaron en esta actuación. Aquí el video que muestra este pasaje tan bonito y sentido del concierto de Texas.
Pero ahí no terminaba la cosa, se ve que no era momento para dar marcha atrás o bajar un paso en la escala de intensidad y su gráfica para luego remontar. Texas pisaron el acelerado y a continuación sonaron los acordes sureños tan cálidos que anunciaban que era el turno de “I don’t want a lover”. Y con este primer gran éxito mundial de la formación siguió el show. Aquí abajo, muy oscurecido por los malditos focos morados que tanto imposibilitan llevarse un buen recuerdo fotográfico, está Tony McGovern, el músico que más cerca nos cogía de nuestra posición; del resto no hicimos foto (era tarea imposible sacarles de forma mínimamente nítida con nuestra Olympus de 2006).
El terceto de locura de este sector del concierto se completó de forma inesperada para mí con mi otra gran debilidad sonora del grupo: “Halo”. El que fuera 2º single de relumbrón en España tras la efectiva “Say what you want”, sonó igual de pletórica que en estudio. No faltó nada en su instrumentación y sus notas volaron sobre la sala igual de épicas y obsesivas que siempre. Sharleen no defraudó y mantuvo los agudos del estribillo de manera soberbia. Grabé la canción, sin demasiado buen enfoque (la iluminación de la sala tampoco permitió buenas fotos a la distancia que estábamos) y con mucho movimiento de imagen por la lógica emoción de vivir en directo una canción que tanto me ha gustado siempre. Por tanto, el video tampoco está muy allá, pero aquí se lo inserto a continuación (se escucha, eso sí, mejor que en otras ocasiones).
Con “Halo” e “In demand” ya tachadas de mis obligadas a escuchar, solamente quedaba una especialmente que deseaba escuchar. Me estoy refiriendo a “Inner smile”. Y es que, no me negarán ustedes lo bien que seleccionó Texas sus singles para el Grandes Éxitos que sacaron en su día. “Inner smile” llegó en los bises, donde Sharleen y los suyos hicieron una propina muy Elvis, ya que además de este temazo en el que, recuerden, en cuyo video Sharleen Spiteri se disfrazaba e imitaba al señor Presley, el concierto terminó con una versión animadísima del “Suspicious minds”. Por cierto, el video que ahora les inserto de “Inner smile” lo grabé con mi móvil; el sonido es mucho más saturado y la calidad de la imagen peor. Es lo que hay (bajen el volumen a casi el mínimo).
Quizás terminar con una versión no fue lo más acertado y más cuando Texas podrían haber finalizado con un tema propio que hubiera agradado más si cabe. De los que no recordaron y de los que eché en falta, me imagino por ejemplo el “Put your arms around me” del “White On Blonde”, que en formato íntimo y personal hubiera puesto el vello de punta a todos; y es que hubo muy poco espacio para momentos calmados y Texas ofrecieron un show muy animado en sus casi 2 horas de actuación. Con luz amarilla de fondo conseguí en la foto de aquí abajo un mejor primer plano de Sharleen.
He comentado hasta mitad del concierto y luego me he ido a los bises. Bueno, queda la 2ª mitad del concierto donde se situaron una cantidad de singles de gran éxito que supusieron un carrusel de emociones desbordadas. Por ahí anduvieron los sencillos del “The Hush” (disco que en su día se compró mi novia original). Primero sonó “In our lifetime” y hacia el tramo final del concierto la efectiva “Summer son”. En una posición correspondiente a sus galones, justo antes de parar para los bises, estuvo “Say what you want”, que transmitió sus sonidos de mesura y belleza musical a raudales que tiene. Aquí les dejo un fragmento que grabé de este clásico de la historia del pop.
El otro single que nos faltaba de “White On Blonde”, “Black eyed boy”, no podía faltar y también estuvo en la traca final de set list antes de que el grupo parara para luego volver con el ya comentado bis. Menciono también en la 2ª parte de concierto a “Guitar song”, que fue defendida con soltura y destreza en un tramo de actuación donde tenía duras competidoras de listado.
Se completaron 2 horas de concierto y aunque nos esperábamos quizás un retorno más al escenario por parte de la banda ante una respuesta tan entregada, no hubo lugar para más. Salimos como pudimos por los accesos ratonera de la sala del Palacio Vistalegre (deberían plantearse habilitar los 2 accesos para el desalojo post actuación, la verdad) y tiramos para casa bastante contentos.
Los motivos de satisfacción son evidentes. Primero de todo, Texas ofrece un repertorio pop de muy buen gusto que siempre es sinónimo de éxito y más aún cuando el mismo se basa en sus temas más celebrados. Sharleen ayudó mucho a que la satisfacción fuera tal. No me esperaba que la Spiteri fuera una seta, ni mucho menos, pero superó mis expectativas de simpatía. Incluso subió a un fan, lo cual se ve en la foto de arriba de este párrafo, con poco ojo (mira que escoger a un mexicano entre tanto español cuando actúas en Madrid) al que regaló un disco firmado y un momento que jamás podrá olvidar. El resto de la banda escuda genial a Sharleen Spiteri, la cual no hizo alardes, como es tradicional en su estilismo, y salió al concierto con un pantalón tipo del del video de “Say what you want” y un jersey que (lo siento, pero voy a soltar la bromita) del tipo “¿Dónde está Sharleen?”.
Además, en cuestión de set list, es de las veces en las que se han satisfecho mis deseos principales sin faltar ni uno, ya que la solicitud de “Put your arms around me” tampoco me hirió en exceso y pensar que en plan rareza se incluya algo como “Drawing crazy patterns” es más que descabellado siendo realistas.
Si a todo esto, y teniendo en cuenta el IVA cultural tan alto que tenemos en España, le sumamos que el concierto tuvo un precio tan asequible (en comparación con los disparates que otras bandas de igual o menor estatus solicitan), la cosa resulta si cabe más agradable. Consecuencia: otro grupo tachado de mi lista de “pendientes de ver” y una experiencia de concierto que quedará en mi memoria en una muy buena posición.
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