ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
La banda Reikiavik han elegido este 2013 para lanzar su lp
de debut. Esta formación madrileña ya había editado previamente material en
formato más reducido, por lo que no estamos hablando estrictamente de un debut
discográfico, sino de un debut en formato de larga duración más bien.
El quinteto formado por Javier Martín como cantante y
guitarra, Raúl Arévalo y Miguel Pérez en las guitarras, Ernesto García en la batería e
Ismael Uribes al bajo sintetizan su 1er. disco de estudio en un trabajo de 10
canciones que alternan pasajes de reminiscencias de la new wave de comienzos de
los 80, con el sonido más disoluto heredero de las bandas de Manchester de
finales de dicha década y comienzos de los 90, para enganchar con otras
composiciones que beben del brit pop noventero.
Todo ello está tamizado con un poso o regusto que transmiten
las canciones, sobre todo en las composiciones que no se asocian a los sonidos
que más nos pueden evocar a Happy Mondays u Oasis, que se mueven entre una
cierta melancolía y una sensación de frío/lejanía, que quizás venga propiciado
por el juego subconsciente que nos plantea el propio nombre de la formación
(por si hiciera falta remarcarlo, el grupo toma su nombre de la capital de Islandia)
y la portada del propio “Daño Universal”. Pasemos a comprobar como los
Reikiavik saben distribuir esas sensaciones a lo largo de los 10 capítulos de
su 1er. lp.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Plan de despedida número uno”: Comienza con una base
pertinaz y dura el disco, la que aporta “Plan de despedida número uno”. La
batería marcial de Ernesto se mantiene como el manto sobre el cual Javier
Martín se presenta a las voces al micrófono, con una entonación y producción
que le concede a su voz una lejanía que será marca de la casa en gran parte de
la obra. Una pieza de pop/rock donde sobre la maquinaría sonora de los 5
Reikiavik destacan las notas de la guitarra rítmica (algo perdidas quizás en
algún sector en la mezcla, una pena) y la atronadora batería de Ernesto (digna
de comprobar en directo, como ya comentamos en la crónica del
concierto-presentación del disco de hace unas semanas atrás).
2. “Aquellas calles”: “Aquellas calles” es quizás de las piezas melódicamente
más acertadas del disco. Su melodía tiene un claro gancho emocional, aunque hay
un cierto cambio de ritmo que no le favorece al terminar una de las estrofas.
Destaca el repunte de intensidad que se ofrece en el tramo final. Reikiavik
ofrecen con “Aquellas calles” notas de emotividad y melancolía, con ese tamiz de frío y
lejanía que no se sabe muy si transmite en sí la canción (véanse algunos coros
lejanos de un sector en torno a los 3 minutos de la canción) o el propio nombre
del grupo. En todo caso, “Aquellas calles”, casi desde las primeras escuchas es una de
nuestras canciones favoritas del grupo, por lo que les solicitamos que presten
la debida atención.
3. “Daño universal”: Hay veces en los discos que incluyen
canciones que reportan el título a la obra, que dichas canciones-título no son
para nada memorables y no se entiende por qué el grupo las ha concedido ese
honor. En el caso del debut en formato de larga duración de Reikiavik no
estamos ante uno de esos casos. “Daño universal” como canción es quizás una de
las mejores composiciones del disco al que concede nombre. El grupo se muestra
más acelerado que nunca a lo largo del álbum (ya se lo anticipamos, aunque
estemos en la 3ª canción) y la maquinaría sonora se conjunta a la perfección
con los coros para acrecentar esa sensación. Hay algún parón dentro de este
arreón, que funciona a modo de parar y volver a arrancar con la misma fuerza
que en el sector anterior. Es quizás el ejemplo que más me evoca a la nueva ola
del disco, pero con las marcas distintivas del grupo, donde las guitarras y su
entrelazado tienen un claro peso de distinción sonora en Reikiavik. Cuando
parece que la canción afronta un lento decaer que la lleve a su final, el grupo
acomete por una última vez con la energía desaforada que transmite esta
canción. No obstante, todo ello con esa sensación de frío y lejanía que me
genera en muchas de sus canciones el disco; sin duda un contraste muy a tener
en cuenta.
4. “Alrededor de la tierra”: Los sonidos de las guitarras de
“Alrededor de la tierra” me suenan mucho a Bonehead y Noel Gallagher. No en
vano quizás sea un pequeño guiño que el título coincida con la que quiso ser
canción-emblema del “Be Here Now” de Oasis. Reikiavik en “Alrededor de la
tierra” prescinde del ritmo que ha sido protagonista de las 2 canciones
anteriores y deja de lado ese regusto de lejanía y frío en esta composición,
donde más allá de los símiles que podemos encontrar con Oasis, hay que apuntar
el buen trabajo de las guitarras sobre todo en el tramo final donde los coros
toman el control.
5. “Puede ser”: Reikiavik abundan en el tramo central de “Daño Universal”
en el sonido más parecido a Oasis de la obra. Los arreglos y guitarras de esta
“Puede ser” nos pueden evocar sin mucha dificultad a las formas del “All around the
world” que la banda capitaneada por los hermanos Gallagher incluyó en su 3er.
disco “Be Here Now”, la cual también nos abordó, simplemente por el título, en
la pista anterior. Hablamos de influencias, no de plagios ni de evidencias,
cuidado. Las variaciones en el estribillo se hacen patentes con un giro de la
cierta idealidad instrumental de las estrofas a un sector algo más agrio en su
melodía.
6. “Abismo”: En “Abismo”, pieza que abre la 2ª mitad de “Daño
Universal”, apreciamos una buena melodía instrumental en su 1er. minuto. En
esta composición dejamos de lado las formas de Oasis y es donde podemos ver a Reikiavik
acercarse más a las sensaciones sonoras del sonido Madchester. Sobre todo, lo
podemos comprobar en ciertos coros incluidos en su tramo final. “Abismo” juega sus
armas de seducción con una melodía seductora, capaz de hipnotizarte con su
ritmo de forma casi imperceptible, característica común a las composiciones que
facturaban hace veintipico años los Happy Mondays.
7. “Tú el dictador y yo el revólver”: Las guitarras se
animan y aceleran en “Tú el dictador y yo el revólver”. Javier es la pieza
donde más cercano y cálido se muestra a las voces de lo que llevamos del disco.
De alguna forma, Reikiavik continúan en esta composición con algunos matices de
estilo de la escena Madchester; si la cara “a” terminó con influencias de
Oasis, la cara “b” comienza con influencias de sonido Madchester, bien
distribuidas, ya que “” jugaba en la liga de las canciones más hipnóticas y “Tú
el dictador y yo el revólver” se asocia a la vertiente disoluta y desenfada del
movimiento.
8. “Acróbata”: Se acabó de hablar de influencias de brit pop o
Madchester. Reikiavik finalizan el disco de la forma que comenzaron, con
composiciones que no evocan claramente a ninguna banda o género/movimiento
musical. Con “Acróbata” dan lugar a una de las piezas más emotivas de “Daño Universal”.
Moviéndose casi en lo acústico, “Acróbata” es una balada donde Javier Martín sabe girar
nuevamente en las voces para entonar muy correctamente esta pieza de buenos
tramos de estribillo.
9. “Septiembre”: Desde el comienzo “Septiembre” engancha,
desde sus primeras notas de guitarra. Es quizás la patente clara y definitiva
del tipo de canción de estilo más propio que Reikiavik transmite. “Septiembre”
transmite en un cóctel a partes iguales sensaciones de frío, melancolía y
lejanía, marcas principales de sonido de “Daño Universal”. No obstante, junto a
la anterior “”, esta “Septiembre” marca el estilo del grupo en su vertiente más
reflexiva y lenta, ya que el terceto de apertura marcaría el estilo de
Reikiavik en su facción más acelerada y animada rítmicamente en el terreno
instrumental. La canción evoluciona en su tramo final en su melodía, dejando
las acertadas notas de guitarra de lado para incorporar unos arreglos
orquestales moderados que le dan un lazo de rúbrica apañado.
10. “Plan de despedida número dos”: Sin una conceptualización
demasiado evidente en su lista de canciones, “Daño Universal” sí que tiene un
comienzo y final relacionado claramente por el título de sus canciones. “Plan
de despedida número dos” no pretende cambiarnos las sensaciones más emotivas y
sentidas que Reikiavik han adoptado en el tramo final de obra, y con la
variación justa siguen en ese sentido melancólico. Sin bien, hay que
puntualizar que esta “Plan de despedida número dos” aporta un sonido más
cercano que sus 2 predecesoras. “Adiós y
cuídate” nos dice claramente Javier al micrófono, emplazándonos a lo que
sea la siguiente entrega discográfica de Reikiavik.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Todavía es muy pronto de hablar de la repercusión, resultado
y proyección de “Daño Universal”. Lo que sí podemos es sintetizar sus claves
tras exponerles individualmente las canciones de su contenido. Más allá de las
influencias que podemos notar, Reikiavik ofrecen en este “Daño Universal” un
contenido sonoro propio que avanza en 2 vertientes, una enérgica y otra más
emotiva. Trabajo de la producción es el resultado de ese sonido lejano y algo
frío que destila el carácter general del disco.
Sin embargo, Reikiavik ofrecen un contraste entre disco y
directo. Ya comentamos que nos sorprendió mucho el papel del grupo en el escenario. Dejan de lado ese telón de distancia para ser mucho más cercanos e
intensos que en estudio. Es probable que el estilo musical de Reikiavik abunde
en el sonido del terceto de apertura y del terceto de cierre, más que en las
formas más reconocibles de bandas británicas de las 4 piezas intermedias. Al
menos ahí estimamos que pueda residir el éxito que el grupo pudiera conseguir
en su trayectoria.
Hay momentos realmente brillantes en muchas de las
canciones. Momentos que reportan mucha emotividad, vistos en canciones como por
ejemplo “Abismo” o “Septiembre”. El resultado general del conjunto de 10
canciones de “Daño Universal” es bueno. Alcanza el 7 sobre 10 sin demasiados
agobios. Ofrece la variación justa emocional entre ritmo y sentimiento, cosa
que no siempre es fácil de conseguir. Como primer lp es prometedor y agrada a
la escucha.
El quinteto que forma la banda puede estar satisfecho de su
última creación. Si siguen apuntando en la dirección de muchas de las canciones
de este disco y afinando el ingenio compositivo y el gancho sonoro, puede que
estemos hablando de una de las bandas que se hagan con un nombre o posición en
los venideros años. “Daño Universal” es un buen presente para Reikiavik, con la
lógica de suponer un álbum de debut y sienta las bases para una carrera que
puede deparar buenos momentos. El tiempo nos dirá.
De nuestro programa de radio, informarles, por si no han visto el post anterior, que ya subimos el audio del programa sobre Oasis. Mañana a las 16.00h y el miércoles a las 23.00h en la sintonía de RUAH podrán escuchar la redifusión del programa que dedicamos el pasado sábado en directo a Marillion.
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