ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Aunque el nombre de A Flock Of Seagulls a priori no le diga mucho, seguro que hay al menos un par de canciones que conoce de ellos, asumiendo, claro está, que ya tenga una determinada edad.
Este grupo de Liverpool pasa por ser una cosa parecida a lo que se suele llamar “one hit wonder”. Al menos así lo clasifican muchos. Pero falta precisión en ello, más correcto sería decir “two hits wonder”, porque hay al menos dos canciones que son ineludibles como clásicos de los 80: “I ran (so faraway)” y “Wishing (if i had a photograph of you)”.
Incluso tienen más temas con cierta presencia en charts como “The more you live, the
more you love”.
Pero esto de las reputaciones en el mundo de la música tiene sus particularidades. A Flock OF Seagulls tienen el sambenito de ser el cénit, o uno de ellos, de lo más kitsch, hortera, y pintoresco de los años 80. Como una mezcla de retrofuturismo y de colorines aderezados con una cantidad absurda de laca. Partiendo de la base de que efectivamente la banda tenía poco o nada de miedo al ridículo, estamos ante caso claro en el que los árboles no dejan ver el bosque.
O dicho en corto, quedémonos con la música y tiremos por la borda todos los prejuicios chorras sobre una época, los 80, y sobre determinados estilos como los new nomantics, siempre presos de cierto desdén por el moderneo y los árbitros de la moda.
A lo que vamos. A pesar de que aún quedan rescoldos del grupo, y de vez en cuando
asoman la patita, no podemos decir que su carrera haya sido larga y exitosa- De hecho,
su momento de éxito coincide con la primera mitad de los años 80. Vinculados al synth pop, la new wave, y los nuevos románticos-, su primer disco (el que comentaremos hoy) es una magnífica muestra de espíritu pop conciso, altamente melódico, y bastante sólido. Sería un error ver esta obra como una ocurrencia meramente coyuntural, pues sus virtudes musicales han soportado bien los años.
Tanto en las letras como, una vez más, en su recargado atuendo hay guiños y menciones a la ciencia ficción, con un resultado más bien pulp y naif al mismo tiempo. ¿Qué otra banda mezclaría una canción de enamoramiento con una abducción extraterrestre? Pues A Flock of Seagulls. En lo musical no eran precisamente unos virtuosos, pero tampoco eran unos zarpas. A destacar algunos detalles de guitarra de Paul Reynolds, con su característico eco, que incluyen algunos buenos riffs. De hecho, si la producción hubiera sido enfocada de otra manera estaríamos hablando de canciones de rock puro y duro.
El resto del grupo son, para este disco, el cantante y teclista Mike Score, el bajista Frank Maudsley y el batería Ai Score. Lo que puede verse como la formación clásica de la banda, a pesar de la intensa rotación de miembros que ha tenido A Flock OF Seagulls.
Escuchen, si no lo han hecho ya, este estupendo disco repleto de buenas melodías y con mucho más que escuchar que su magnífico y aclamado single estrella.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Modern love is automatic”: Ciertamente el disco comienza bastante bien. Ojo a la
misteriosa intro a base de sintetizadores y la guitarra con reverb de Paul Reynolds. La
atmósfera es pop, pero un pop espacial, estiloso, con bastaste musicalidad. Estribillo
certero, y algún vocóder suelto. Uno se queda casi con ganas de más, pues de los casi
cuatro minutos de canción, la mitad corresponden a la mencionada intro. Fue doble caraA junto con “Telecommunication” unos meses antes de que saliera el disco, teniendo cierta repercusión en los clubs de Estados Unidos. La letra habla de una especie de amor prohibido por alguna autoridad distópica, en un mundo futuro donde aquello de enamorarse es algo más robótico que otra cosa.
2. “Messages”: Lo mejor es la energía de pop hipervitaminado y juguetón que se nota
desde el inicio. Por lo demás es uno de los momentos menos destacables del disco. Es
repetitiva hasta bordear el tedio. El primer minuto de canción hace más o menos gracia, pero acaba por ser cansina.
3. “I ran (so far away)”: Llega un plato fuerte con la que es la canción más célebre del
grupo. Más allá de lo asimilada que la tenemos, observada con detenimiento es una
magnífica composición. Tiene detalles interesantes en la misteriosa intro a base de
sintetizadores que luego encuentran el respaldo de la guitarra con eco de Paul Reynolds, de forma relativamente parecida a “Modern love is automatic”. Pero la baza ganadora es la gran melodía pop, no solo pegadiza, también sofisticada, y que une unas estrofas y un estribillo encantador y adictivo. La letra cuenta la estrafalaria historia de un sujeto que ve a una chica tan hermosa que siento miedo y sale pitando, hasta que un OVNI se posa sobre semejante belleza y la abduce. Entonces el chico vuelve y son abducidos los dos. El vídeo musical tuvo eco en la MTV. Consistía en ver al grupo rodeado de espejos, mientras unas féminas de origen robótico o alienígena acosan al sufrido Mike Score.
4. “Space age love song”: Hay un esfuerzo por querer destacar la atmósfera y la
musicalidad al mismo nivel que crear ganchos pop. No es tan jubilosa como otras
canciones del disco y tiene un carácter más reflexivo. Es uno de los momentos donde la guitarra de Paul Reynolds obra detalles interesante para aportar valor añadido. La
melodía vocal es más dispersa, pero es fácil adaptarse a ella. Buena canción. Fue single e hizo top 30 en el Reino Unido. La letra habla ni más ni menos que de un flechazo.
5. “You can run”: Esta es una de las canciones que con otro aroma en la producción
podría haber sido un buen tema de rock. De hecho, tiene trazas de ello, como por
ejemplo el momento en que entran las guitarras. La canción tiene un tono más
amenazante, dentro de lo que cabe, y un poco más de mala leche. A veces Mike Score
canta acompañado de un efecto susurrante que da otro toque a su interpretación. El
resultado final es un buen ejemplo de new wave sencilla y directa. La letra se resume
en algo así como “puedes correr pero no esconderte”, a quien quiera que se dirija.
6. “Telecommunication”: Tiene elementos electrónicos y sintetizados, casi robóticos
muy cercano al synth pop, pero en el estribillo hay un cambio de ritmo, casi un zarpazo, donde predomina el rock. O sea que la canción se construye en base a la tensión y al contraste entre el techno de las estrofas y el enfoque más eléctrico del estribillo. Una canción sencilla, pero estrafalaria y un poco freak. Además, es enérgica y divertida, aunque un poco a piñón fijo quizá. La letra sugiere un intento de comunicación extraterrestre con La Tierra, mediante una señal a través del espacio. Fue doble cara A junto con “Modern love is automatic”.
7. “Standing in the doorway”: El inicio vuelve a flirtear con la electrónica para
desembocar en el momento más enérgico del disco. El riff de guitarra es puro rock,
afilado, punzante y pegadizo. El ritmo, tras la robótica intro, es rápido, casi frenético,
directísimo. Una canción que puede descolocar al oyente ocasional de A Flock of
Seagulls, donde Paul Reynolds saca brillo a su instrumento. Una canción francamente
interesante que se asimila a una especie de “techno-rock”. La letra tiene las consabidas
menciones a elementos de ciencia ficción.
8. “Don’t ask me”: Un buen número de pop, agradable y relajado. Se escucha muy fácil y es fácil ponerse a tararearla mientras se escucha. Eso sí, la letra es oscura,
contrastando con la ligereza de la música: La Tierra ha sido desolada al parecer por
unos platillos volantes. O estos muchachos vieron La Dimensión Desconocida una y
otra vez cuando eran pequeños, o eran unos ufólogos frustrados.
9. “D.N.A”: Resulta que A Flock of Seagulls tienen un Grammy. Sí. Al mejor
instrumental rock. Teniendo en cuenta que también consiguió ese galardón “Behind my camel” de The Police, tampoco hay que pensar por ello que el tema sea excelso, Eso sí, no es nada tan caótico como la canción de Andy Summers, sino más bien una animada melodía que tiene como hilo conductor un potable riff de guitarra. En la onda de, por ejemplo, “Age of blows” de Spandau Ballet. No molesta, pero no aporta demasiado.
10. “Tokyo”: Es curioso como la capital de Japón era una especie de referencia para la
modernidad a principios de los 80. Véase, por ejemplo, la canción de Tino Casal al
respecto. Vuelve a ser un pop amable y dicharachero con algún acorde pretendidamente oriental, Una canción de fácil digestión que además está bien hecha. Aunque al fin y al cabo la letra no tiene nada de futurista: un hombre se lamenta de que su chica nunca está en casa, y de que probablemente se haya ido a Tokyo. Pues vale. Aprovecho para decir que estoy revisando la edición originaria del Reino Unido. Existe un tracklist alternativo para la edición de Estados Unidos, donde esta canción no se encuentra, además de variar el orden de los temas.
11. “Man made” La canción más distinta del disco aparece al final. El ritmo es frío,
robótico, persistente. Tirando a oscuro. Por lo tanto, encontramos más atmósfera que
brillo pop. Y la cosa no les sale nada mal. Y eso que es una canción solemne y
relativamente larga (5:42). Casi parece un post punk accesible. La letra se impregna de pesimismo tecnológico, donde las máquinas construidas por el hombre se rebelan y
esclavizan a la humanidad (la letra habla incluso de holocausto). Líricas aparte, es
cierre de disco bastante bueno, reflexivo, pero sin llegar a la autoindulgencia.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Este álbum debut homónimo, junto con el siguiente, Listen (1983), son sin duda alguna, las obras más exitosas de A Flock Of Seagulls. Hoy en día todavía se escucha con una frescura extraordinaria y muestra como la falta de pretensiones, en ocasiones, mantiene al pop joven y vigente. Algo así pasa con este disco, cuya mayor ínfula es conseguir unos estribillos potentes y eficaces, que a día de hoy son igualmente disfrutables. Evidentemente hay que tener cierto gusto para los nuevos románticos, la new wave y synth pop, pero es un sonido casi accesible a cualquiera.
Como decíamos antes, “Listen”, merced al rutilante single “Wishing (if i has a photograph of you)”, mantuvo en las zonas nobles de los charts a la banda. Sin embargo, a partir de ahí su estrella fue menguando. El disco de 1984 “The Story Of A Young Heart”, aún mantuvo el tipo con la canción “The more live, the more you love”, pero en un escalón inferior de éxito. Fue un disco además más oscuro, donde incluso había canciones que hablaban sobre el suicidio, como “Remember David”, inspirada en un evento de la vida personal de Mike Score. Y a partir de ahí, una deriva donde el grupo original se disuelve, Paul Reynolds deja la banda y A Flock Of Seagulls pasan a ser un evento secundario o terciario.
Mike Score probó nuevos proyectos, con idénticos resultados fallidos. La banda original se reunió en 2018 para grabar “Ascension”, un disco con versiones orquestales de sus éxitos. Similar concepto tuvo “String Theory” (2021). Y no podemos decir mucho más de ellos, salvo que hubo una subsiguiente gira que recaló en Madrid en 2022.
No podemos hablar, ya decimos, de una carrera deslumbrante, pero sus primeros pasos siguen siendo escuchados como una parte importante de los primeros ochenta.
Texto: Mariano González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario