Hoy me traslado personalmente 12 años atrás y a ustedes les propongo viajar 18 años en el tiempo para situarnos justo al inicio del despegue mediático y de éxito de la banda liderada por Jarvis Cocker. Les aseguro que ha sido accidental y no buscado el que hayan coincidido 2 bandas enfrentadas como Wet Wet Wet y Pulp en 2 semanas consecutivas, debido a los malos rollos de Jarvis Cocker con los escoceses encabezados por Marti Pellow. No obstante, al final la cosa ha resultado así y no deja de parecerme curioso.Y es que desde antes de las navidades tenía ya en mente homenajear a esta especie de recopilatorio, que yo considero disco de estudio como me sucede con el gemelo en concepción “Japanese Whispers” de The Cure, por estas fechas, debido a que me hice con él al precio de 1999 pesetas en enero de 1999 (otra coincidencia, en este caso numérica), en aquellos días en los que cursaba el extinto e intenso curso de C.O.U.. Eran mis días de instituto y Pulp tuvieron un protagonismo bastante importante en aquella temporada 98/99, en la que durante diciembre me hice con “This Is Hardcore” y “Different Class” (regalo de cumpleaños y regalo de navidad, respectivamente) y sería en las rebajas de enero cuando en una mañana de sábado de excursión al centro de Madrid con otros amiguetes de instituto, me hice con esta obra en cuestión.
Por aquellos días, también adquirí la biografía de la editorial La Máscara sobre Pulp y sabía que “Intro” había sido una piedra de toque muy importante, o mejor dicho lo habían sido sus singles en solitario, destacando sobre todo “Babies” o “Razzmatazz”. Pulp parecían haber ido dando tumbos según explicaba aquella biografía desde su debut discográfico en 1983, aunque personalmente estimo que “Freaks” de 1987 es una gran obra, que de haber tenido una mejor producción sería muchísimo mejor.
Parece ser que allá por 1992 Pulp ya se habían asentado como formación, tras varias entradas y salidas de componentes, y contaban con su quinteto clásico formado por Jarvis a las voces, Candida Doyle a los teclados, Russell Senior a las guitarras y violines ocasionales, Nick Banks a la batería y Steve Mackey al bajo.
“Space”, supone una introducción al disco latente y misteriosa, llena de programaciones electrónicas, con Jarvis narrando la letra en plan susurrante, en lugar de cantándola, característica muy presente en esta obra, que rompe con un chorro de intensidad a cargo de los teclados de Candida un poco antes de los 4 minutos de su duración. Antes de ese estallido, la canción ha ido lentamente y de forma casi imperceptible ganando intensidad hasta que los golpes de la batería de Nick nos van haciendo imaginar que se pudiera avecinar un final así. “O.U.”, siglas de “Open university”, es un tema pop interesante, inmediato y que mostraba una mayor perfección en las formas de la banda a la hora de dar forma a una canción. Reside su importancia en que fue el 1º de los singles de esta etapa y en consecuencia el primer sencillo editado de los que se recogen en este disco. Si queremos reflexionar en su sonido, podríamos advertir una especie de adelanto del posterior éxito del grupo “Do you remember the first time?” en esta “O.U.”. “Babies” puede ser considerado como el primer clásico de la historia de Pulp. Aquí el grupo sí que consigue rubricar una perfecta canción pop, por si acaso la gente no hubiera tenido suficiente con la más que aceptable “O.U.”, con una melodía muy rítmica, nada estridente, sino más bien todo lo contrario, consiguiendo aunar sobriedad y animosidad, en la que Jarvis nos narra una historia de líos de faldas con 2 hermanas, con sus dosis de voyeurismo. Fue tal la importancia de este tema, que hasta se grabaron 2 videoclips para el mismo, destacando especialmente uno con una sucesión de planos e imágenes tremendamente vertiginosa, que se ajusta de forma genial al sonido de esta gran canción. Una composición hipnótica a más no poder, con una presencia importantísima de Candida Doyle a los teclados, pero en la que no son menos importantes los circundantes acordes de las guitarras, aparte de los sintetizadores es “Styloroc (nites of Suburbia)”. Jarvis nuevamente en lugar de cantar, narra la letra de la pista, creando un fuerte contraste entre el acelerado y recargado componente musical y su oscura y grave muestra vocal. Otro single, menos inmediato, por tener un sonido menos animado y aportar un toque más agrio en su percepción fue “Razzmatazz”. Con el tiempo se le va cogiendo el punto, pero en comparación con otros temas como los otros singles “O.U.” y “Babies”, su alcance de primera mano es mucho más cuesta arriba.
Más allá de los singles, “Intro” destaca por la serie de geniales composiciones que guarda en su interior, que comúnmente denomino “joyas ocultas”. La principal maravilla desconocida para el gran público es “Sheffield: sex city”. Con una melodía claramente heredera de los años 70, con un retazo de nocturnidad en su impresión, Jarvis narra una historia que circunda alrededor del sexo y que entre otras cosas cuenta como la ciudad al unísono llega a la culminación del acto en cierto momento de la madrugada. No menos curiosa resulta la introducción a cargo de Candida Doyle, en la que habla de sus sensaciones al oír a sus vecinos follar “un sonido maravilloso, pero no como en las películas…”. Durante gran parte de la canción Jarvis narra la historia, alternando partes cantadas de forma excelente y con un gran sentido del ritmo (como esos puntuales estribillos; lo de puntuales es debido a que coinciden en la melodía, porque la letra varía en algún momento). La música es hipnótica a ratos, íntima, nocturna y quizás la más elaborada de todas las canciones que la acompañan en esta obra. Jarvis proclama que “la ciudad es una mujer, más grande que cualquier otra; sofisticada señorita, quiero ser tu amante, no tu madre o tu hermano…”. Dejando de lado los singles, es de mis canciones favoritas de Pulp de toda su trayectoria, por lo que les recomiendo que no dejen de lado escucharla de la forma que puedan. En la parte final se dispone una pequeña suite pop dedicada en teoría a una ex de Jarvis. “Inside Susan: a story in 3 parts” es precisamente eso, una sucesión de 3 pistas relacionadas en las que se cuenta el devenir de la tal Susan. De estas partes destaco “Stacks” que es una canción pop directa, animada y estupenda. “Inside Susan” propiamente, la parte mediada de la suite, es un tema también muy animoso y acelerado en su melodía, pero que contrasta fuertemente con un Jarvis narrador de la letra, en lugar de ejercer como vocalista melódico. Contrasta con el toque más oscuro y obsesivo que tenían “Space” o “Styloroc (nites of Suburbia)”, al ser en este caso una melodía mucho más alegre y luminosa. Tampoco resulta manco el íntimo final de suite y a la postre del álbum “Intro” que nos aporta “59 Lyndhurst Grove”, con una de esas piezas de corte más personal y comedidas que Cocker sabe firmar de cuando en cuando y que es claramente un anticipo de otras gloriosas canciones posteriores de Pulp como son “Tv movie” o “Dishes” de “This Is Hardcore”, por citar algunos ejemplos. Según he leído por ahí, a la tal Susan, en teoría la exnovia de Jarvis (no sé si sería su verdadero nombre o para no ser tan evidente se cambió el nombre de la misma y posteriormente se diera por aludida), no le hizo nada de gracia la suite de marras. Normal, supongo.Estamos ante esos casos de disco especial, ya que su cohesión como obra es algo menos consistente debido a que es una agrupación de singles editados previamente. Sin embargo, “Intro” sería muy importante ya que de aquí en adelante Jarvis y sus compañeros se convertirían en una banda de gran éxito a nivel británico e internacional. En las composiciones de “Intro” ya se ve una mayor madurez y destreza compositiva, pero también personalmente creo que las labores de producción mejoraron sustancialmente la cosa, porque reitero que “Freaks”, de haber sido mejor pulido, sería una gran obra.
De aquí en adelante comenzaría el reinado de Pulp, que no fue mayor a nivel mundial debido a aquella guerra acuciada por los medios de comunicación entre Blur y Oasis, que con igual merecimiento fueron los grandes grupos de mediados de los 90. Pulp, al igual que Suede, quedaron en un 2º nivel del escalafón debido a la mediática rivalidad entre Albarn y James como los hermanos Gallagher.
No obstante, dejando de lado agravios comparativos con los grupos abanderados escogidos por el Melody Maker o NME, Pulp editarían tras “Intro. The Gift Recordings” 3 álbumes sin desperdicio. La senda la abriría el monumental “His ’N’ Hers” de 1994, con clásicos de la talla del ya mencionado “Do you remember the first time?” o “Lipgloss”; un disco en el que curiosamente se metió con calzador nuevamente “Babies”, como si hiciera falta tirar de este temazo para apuntalar la obra en sí. “Different Class” sería la culminación de la trayectoria ascendente de Pulp y aunque “This Is Hardcore” de 1997 fue recibido en un principio de forma fría, el tiempo se ha encargado de ponerlo en su lugar. No hace falta hablar más de esta época de la 2ª mitad de los 90 en Pulp, puesto que para ello ya tienen el post que dedicamos a “This Is Hardcore” tiempo atrás.
Resumiendo, “Intro. The Gift Recordings” viene a suponer el inicio de una tetralogía de discos monumental (reitero que lo considero disco de estudio; yo y mis manías discográficas). Ya en la portada se veía una evolución de imagen, mostrándose los Pulp con su look de su era clásica de los años 90, fotografiados en mitad del Soho londinense, iluminados por los numerosos carteles de neón de la zona en mitad de la noche, aunque el climax nocturno de la obra se alcanza en otra ciudad, Sheffield, en la obra maestra “Sheffield: sex city”.
Regresaremos a Pulp, no lo duden. Mi grupo favorito de la década de los 90 (al menos porque en esta época fue cuando mayor éxito tuvieron), es siempre objeto de escuchas cíclicas en mi vida. Les confieso que ha sido una experiencia muy satisfactoria volver a escuchar los 9 temas que conforman “Intro. The Gift Recordings” esta semana tumbado en la cama de mi cuarto a eso de las 20 o 21h, al estilo de lo que hacía justo 12 años atrás. Una época personal que tuvo sus cosas buenas y otras menos agradables; hoy tampoco tengo ganas de aburrirles con mi vida privada, pero quiero terminar el post apuntando que las cosas malas, siempre que se superan y se ven atrás en el tiempo, no son vistas de tan mala manera, por el simple hecho de que has sobrevivido a ellas. Con ello “Intro. The Gift Recordings” es banda sonora de una época de la que no tengo mal recuerdo de mi vida. Ni mucho menos. Espero que les guste.
En el apartado de la radio, comentarles que este miércoles 2 de febrero a las 23.00h el programa versará sobre “Vauxhall And I” de Morrissey. Esta tarde a las 19.00h pueden escuchar la repetición del programa de este pasado miércoles dedicado a “The Pacific Age” de OMD. Y, con esto terminamos por hoy, informarles (aunque ya lo hice vía twitter hace un par de días) que ya está subido el audio del programa sobre “Brothers In Arms” de Dire Straits (“Dmr 2-13” en el reproductor de ivoox de la columna derecha del blog).

“Temptation” fue el 4º single. Tiene un enfoque parecido a “Angel eyes (home and away)”. Lo único que aquí el estribillo es más claro que en la otra, y quizás por esa evidencia sonora es más fácilmente olvidable o, mejor dicho, no es recordada con tanta intensidad para los seguidores de la banda como sí sucede con “Angel eyes (home and away)”. En todo caso y dejando estos agravios comparativos respecto a “Angel eyes (home and away)”, “Temptation” es un corte muy correcto y que suele escucharse con agrado cuando llega su turno en el track list, que incluso incluye un interesante solo de guitarra eléctrica como preludio de su parte final. Un ejercicio pop notable, con una intensidad importante es “I can give you everything”. Particularmente me resulta muy interesante la versión en directo en el dvd “Playing Away At Home” que representa un concierto de los Wet Wet Wet en el estadio del Celtic de Glasgow completamente abarrotado. Después de este momento tan animado y genuinamente pop, da pereza meterse en una balada “souleada” como es “The moment you left me”, que en parte me recuerda a uno de los singles posteriores del grupo como fue “Hold back the river”. Algo mejor resulta “Words of wisdom”. Un ejercicio de pop con ciertos aires funkies, en lo referido a la línea del bajo, y cuya textura en parte nos podría recordar a ciertos retazos de los Level 42. En esta pieza aparecen algunas ayudas vocales, o mejor dicho adornos, en forma de coros femeninos, los cuales le dan un pequeño toque hedonista a esta pista. Abundando en el sector soul y romántico de la obra, Wet Wet Wet se marcan ahora una aceptable revisión de “Don’t let me be lonely tonight” de James Taylor, con una remarcable presencia en los instrumental de los elementos de viento y con Marti Pellow gustándose especialmente en las tareas vocales. Si no tenemos en cuenta la distinta versión de “Wishing I was lucky” que da final a la obra, esta banda escocesa pretende cerrar su disco de debut con la saltarina y animada “World in another”. Una maniobra pop que no desentona, pero que confirma algo que apuntaré a continuación en las reflexiones o conclusiones: la parte final del disco palidece respecto a la 1ª mitad. La distinta versión de “Wishing I was lucky” quizás tiene un mayor énfasis en los elementos de viento y resulta interesante sobre todo ver las variaciones de entonación que ofrece Marti al cantar respecto al single reconocido.
Si hablamos de intensidad quizás uno de los momentos más claros y más rockeros de esta 2ª obra de Oberón es “El bosque de Cebrián”. En “Insomnio De Una Noche de Verano” uno de los puntos más claros es que se define mucho más claramente el sonido del disco, en lo referido a las vigorosas guitarras eléctricas, siendo quizás paradigmática “El bosque de Cebrián”, que vagamente nos puede evocar a “Rencor” del primer trabajo del grupo para que se puedan hacer una idea. “Caída sin red” retorna a los parajes más suaves y ligeros que Oberón ofrece de cuando en cuando, asociados en lo lírico al final de las historias de amor, reflejado en este caso en la citada “caída sin red” a la que evoca esta canción. “Tu nombre” da una vuelta de tuerca en lo que a melancolía se refiere respecto a la canción que le antecede, no solo en el sonido de la pieza, algo más oscuro en las partes fuera del estribillo, sino también en la letra, ya que aquí los recuerdos no son amables como sí lo eran en “Caída sin red”. Una de las grandes joyas ocultas es “Parar el tiempo”, situada en la parte final del disco. Estructuralmente es una canción interesante, con una melodía realmente luminosa y llena de vitalismo, que incluye ciertos matices rítmicos que para nada la hacen monótona y que incluso en algunos momentos me evoca a algún guiño de “Turning japanese” de The Vapors. Una gran pieza, y de mis favoritas de “Insomnio De Una Noche De Verano”. “Nada en esta calle” no es para nada un mal final de disco. Tiene una melodía más marcada a ratos y contundente, pero en todo caso creo que aporta la intensidad y emoción necesaria para conferir un cierre adecuado y acorde con lo que Oberón ha dispuesto en esta su 2ª entrega discográfica, ya que nuevamente la complejidad de la estructura de la canción permite ofrecernos distintos fragmentos con segundos notablemente distintos en su sonido y ánimo.
Tras ella, “Serenade” ofrece uno de los momentos animados del disco, con esa melodía de bombo y platillo, pero de una forma más sobria y elegante que la enrevesada y divertida “Street life” que dio comienzo al álbum. Un punto que no deja indiferente a nadie nos lo encontraremos a continuación. “A song for Europe” es una canción de corte clásico instrumental, regusto amargo, que nos enfrenta a un Brian Ferry casi trágico en sus tareas vocales, lo cuál sorprende sobremanera en la parte final de esta pista. Tras esta exageración vocal de Ferry, Roxy Music dispone una composición compleja titulada “Mother of pearl”, con unos primeros compases endiablados y llenos de rabia, ritmo e intensidad, para posteriormente desembocar en una canción de tiempo medio y sonido más amable y llevadero, entre cuyos versos podemos escuchar nombres como Zarathustra ni más ni menos. Para el final se nos dispone una pieza íntima y preciosa titulada “Sunset”, que tras tanta combinación de emociones como las que Roxy disponen sobre este disco, no viene nada mal para ir haciendo balance a la par que escuchas una melodía relajada y relajante.
“I’m not working” resulta atractiva, sobre todo en sus partes más lánguidas, que son las que se alejan del punto álgido que supone el estribillo. Poco a poco se recupera el ritmo, ya que “You’re tender and you’re tired” gana en desarrollo sonoro, con una base de piano bastante animosa y con una producción que concede un efecto de eco ciertamente especial a la voz de Bradfield. Es una canción de pop/rock muy correcta en las formas, que tiene un estribillo con un cierto gancho y unas partes prosaicas que no desentonan. “Born a girl” aporta otros minutos de calma y de una pausada belleza casi acústica, en la que James nos dice que “hubiera deseado nacer como chica y no como este desastre de hombre”; en este penitente estribillo se alcanzan unos instantes de una delicadeza y sentimiento muy especiales. “Be natural” realmente es de los temas menos impactantes o memorables de la parte final. No viene a aportarnos nada nuevo, al menos en el plano estrictamente instrumental, que no nos haya reportado ya “I’m not working”. Un tema pasable en comparación con 2 joyas ocultas que nos encontraremos entre las 3 piezas que cierran el disco. La primera de ellas no se hace esperar y se presenta en la forma de la orquestal y luminosa “Black dog on my shoulder”. Un tema que desprende una gran alegría y optimismo, vestido de tintes clásicos instrumentales y un cierto aire folk y acústico. Un acierto y en definitiva una pieza que viene a restar melancolía a este “This Is My Truth Tell Me Yours”, que por lo general se mueve en esos derroteros reflexivos, tanto en lo musical como en lo que a la letra se refiere, como estarán pudiendo comprobar. Esta “Black dog on my shoulder” tiene una parte final instrumental sencillamente deliciosa e irresistible. La siguiente joya oculta será la que cierre el disco, pero hay que dejar claro que “Nobody loved you” tampoco es manca. Nos enfrentamos a una canción de las del sector rockero más intenso del disco, que precederá a la también intensa, pero más bien en el plano sentimental y emotivo, “S.Y.M.M.”. Otra gran joya oculta es este cierre, con un ambiental estribillo, con una estructura que llega a tocar la fibra sensible, y con un James Bradfield sensacional al micrófono, controlando a la perfección las subidas y bajadas de tonos vocales y las entonaciones que la canción precisa. Sublime final para un disco que supera de sobra la nota de un 7,5 sobre 10.