Para entender parte de la nueva ola de comienzos de los 80 y la génesis del movimiento del llamado rock gótico, igual que hay que tener en cuenta a The Cure, no hay que perder de vista a la banda liderada por la en su día groupie de los Sex Pistols Siouxsie Sioux, Siouxsie And The Banshees. Desde finales de los años 70 el grupo comenzó a moverse desde los orígenes punk para en su día ser de los grupos del momento gracias a obras como “Juju” o “A Kiss In The Dreamhouse”.
Estamos ante un caso semejante a muchos que les planteo. Es decir, que nos encontramos ante una banda que la mayoría del público mayoritario y generalista no conoce de nada, y si ese público generalista tiene menos de 22 años ya ni les cuento. He de apuntarles, para que vayan ustedes calibrando la importancia de esta formación y su calado en la sociedad española, que Siouxsie Sioux fue el espejo en el que se miraron artistas musicales que pusieron patas arriba España a comienzos de los años 80 en la movida madrileña como el caso de Ana Curra o la propia Alaska.
No obstante, he querido marcharme hasta el año 1984, cuando la banda ya llevaba editados 5 discos de estudio, entre ellos su celebrado disco en directo “Nocturne” del año anterior. En tanto a los músicos que acompañaban a Siouxsie en aquellos días, la formación de los Banshees estaba integrada por su línea de componentes más clásica con Budgie a la batería y Steve Severin al bajo, escudando a su líder e imán espiritual. Curiosamente en estos tiempo Robert Smith de The Cure también era a la par miembro de los Banshees, y desde que leí su biografía de la editorial “La Máscara” en 1998 al saber que en estos discos estaba metido en el proyecto, siempre fueron los que más me llamaron la atención. Pero, no nos tenemos que equivocar, tras acceder al contenido de “Hyaena”, obra protagonista de esta semana, el disco igualmente es muy satisfactorio y contiene piezas de muy alto nivel.
Para muestra un botón. La primera canción de Hyaena es una auténtica pasada de título “Dazzle”. Se trata de una composición que se vale de ciertos arreglos orquestales para así envolverse de una solemnidad atmosférica sin igual. Toda la melodía está impregnada de una emotividad muy intensa, que a la par desprende cierta melancolía tanto en sus notas sonoras como en la parte vocal ejecutada por Siouxsie. Para mi gusto, una de las mejores composiciones de la banda de toda su historia y una inmejorable forma de abrir fuego en el disco de esta semana. En 2º lugar de escucha, se da paso a la menos épica y más directa “We hunger”. Siouxsie se muestra casi intimidatoria en el estribillo de la pieza, insistentemente preguntándonos si “¿Tienes hambre de esto…?”. La canción se sostiene sobre una inquietante base rítmica, con una percusión nerviosa y alocada, que en parte nos puede recordar a aquella apocalíptica cara “b” de The Cure de nombre “Splinttered in her head”; no perdamos de vista que Robert Smith estaba enrolado en los Banshees en aquellos días. Y si ya nos ponemos a buscar paralelismos, la siguiente composición “Take me back” me puede evocar a alguna pieza relajada incluida en el “Blue Sunshine” de The Glove, aquel grupo puntual formado por Steve Severin y Robert Smith unos meses antes. Esta canción se aleja del oscurantismo de “We hunger” y de la épica de “Dazzle” para presentarnos una pieza de sonido amable, con unas notas de teclado que se hacen acreedoras de las marcas principales del mismo. Siouxsie nos pide constantemente que “la llevemos de vuelta” en esta composición ciertamente exótica, que da paso a otra pista que incluye ciertos matices sonoros curiosos, “Belladonna”. Son otra vez los teclados los que aportan ese matiz original, manteniendo al disco durante 2 pistas en unos terrenos que no nos asustan en exceso.“Swimming horses” prosigue echando leña a esta sección tranquila y sin sobresaltos, y a ratos casi acústica. Tras estas 3 pistas, nos parece mentira el comienzo tan solemne que fue “Dazzle” y el trallazo siniestro que vino en 2º lugar con “We hunger”. Pero no se preocupen, que todo llega a su fin. En algunas ediciones aquí se inserta la versión de The Beatles “Dear prudence”; en la que yo tengo no es así, y se pasa a “Bring me the head of the preacher man”. El título ya lo dice todo, ¿no? Los tintes de tonos oscuros se apoderan de la canción, concediéndole una envoltura siniestra, pero no demasiado apocalíptica o contundente. Esta composición, tanto por sus coros vocales que de forma sacra le dan la cobertura perfecta a Siouxsie, como por la línea melódica, nos recuerda a los momentos de mayor oscurantismo de los Banshees de unos discos atrás. “Running town” muestra una mayor potencia de cuerdas en sus compases iniciales, siendo una pieza que se queda a mitad de camino entre ambos mundos, pero como queriendo tirar más hacia la sección gótica del disco. De hecho, por su letra que habla de maldiciones, dibujando un panorama grotesco urbano, y la final evolución melódica en un interesante in-crescendo de intensidad, termina por decantarlo claramente. Afrontando la recta final, nos damos de frente con el gran ritmo que tiene “Pointing bone”, que supone uno de los momentos más movidos, sin necesidad de apuntarse al lado más siniestro de “Hyaena”. En esta pieza, resultan interesantes ciertas líneas de guitarra eléctrica, dispuestas sobre la acelerada estructura de batería y bajo. No obstante, Siouxsie no quiere rubricar la obra de forma anodina, y para que no perdamos de vista la marca sonora tradicional del grupo, tiene a bien dejarnos como despedida “Blow the house down”. Siouxsie nos invita a “derribar la casa” en una canción que nuevamente va ganando mucha intensidad a medida que se avanza en su duración. La máquina sonora de los Banshees es asfixiante, inquietante y muy intensa, a la par que Siouxsie se marca una estupenda interpretación al micrófono, pero sin necesidad de gritar en exceso. Es un final rotundo, aplastante, gótico y con una generosa dosis de malditismo evocadora de un final a lo “Get out of my house” del “The Dreaming” de Kate Bush de unos meses atrás; y es que estas 2 canciones compartes más cosas en común que incluir el término “house” en su título.
“Hyaena” no es de los discos más recordados de la discografía de Siouxsie. Está a la sombra tanto de obras anteriores como posteriores. Fue un disco que más o menos mantuvo el nivel de la banda, pero sin marcar un hito dentro de su historia. No obstante, quizás en parte porque en la génesis del mismo se encontraba mi admirado Robert Smith de The Cure, y también gracias a piezas como la fabulosa “Dazzle”, es un disco que me resulta muy agradable a mis oídos.
Los Banshees seguirían en activo editando discos hasta mediados de los años 90, con puntuales éxitos o reconocimientos en discos como el siguiente “Tinderbox”, un trabajo realmente bueno, “Peepshow” y algún puntito comercial como aquel “Kiss them for me” de su primer lp dentro de los años 90 titulado “Superstition”, en el que Siouxsie Sioux se alejaba bastante en estética a la de comienzos de la década anterior.
El disco que hemos revisado hoy, es un ejemplo de variedad sonora. Predomina al fin y al cabo la vertiente siniestra e intensa de origen de Siouxsie, pero a la par se incluyen ciertas dosis de pop aderezado de matices instrumentales originales que permiten una escucha rica y variada. Además, el inicio de la obra, con la genial “Dazzle”, que en sí es la única pieza en su estilo del álbum, viene a sumar muchos puntos al resultado final del disco. Para mi gusto puede perfectamente dársele un 7 o 7,5 sobre 10. Un disco notable al fin y al cabo y quizás de las obras más accesibles de Siouxsie And The Banshees, sin necesidad de haber traicionado completamente sus orígenes o normas musicales imperantes.
Como ya les he mencionado al inicio, Siouxsie And The Banshees, para el gran público español, y más aún para las nuevas generaciones, son unos completos desconocidos. A los que crecieron o vivieron su juventud o adolescencia en los 80, aunque no fueran de su estilo, sí que les debe sonar. Espero que se animen a darle una oportunidad a este lp de cubista portada, en la cual se dispone el boceto de lo que podría asemejarse a una hiena. No les voy a engañar, para aquellos que reniegan del pop/rock gótico, o al menos de componente oscuro, creo que no les gustará, salvo las 3 o 4 piezas pop que figuran. No obstante, considero que al menos “Dazzle”, por su tremenda emotividad y sonido épico, debe llamarles la atención y quizás les habrá las puertas de un mundo que bien mirado no es tan agreste como parece, ¿o sí? Decidan ustedes.
Terminamos por esta semana con la mención hacia nuestro programa de radio. Esta tarde, a las 19.00h pueden escuchar en http://www.ruah.es/online.html la repetición del espacio que dedicamos a “Little Creatures” de Talking Heads el pasado miércoles en nuestro horario habitual a las 23.00h. Si no pudieron el miércoles y hoy también les resulta imposible, subiré el podcast a partir del domingo para que lo escuchen cuando quieran.
Por otro lado, y más importante, decirles que este miércoles toca programa especial. El pasado lunes tuvimos visita en nuestros estudios y un grupo nacional muy prometedor será protagonista del programa que sonará este miércoles 24 de noviembre a las 23.00h en http://www.ruah.es/online.html. El martes les publicaré un artículo especial al respecto, un día antes de su emisión en antena; de momento, les dejo con la miel en los labios. Tengan paciencia.
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