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jueves, 25 de junio de 2009

1995 Blur - The Great Escape

Con unas horas de antelación a la habitual en la que procedemos a publicar la revisión de la semana, por motivo de que este fin de semana me ausente y me evada al sur de la isla de Gran Canaria, para disfrutar de un merecido fin de semana largo de relax, les dejo la revisión de turno de la semana y un post “especial” conmemorativo del primer año que cumplimos esta semana. Vamos allá.

Hace ya varios meses que dejamos aparcado el brit pop de los años 90, y en las revisiones de Oasis y Pulp ya hice menciones a Blur, lo cual hacía pronosticar que tarde o temprano acabarían apareciendo por estos andurriales. Hoy les ha llegado el turno, y para ello he escogido de su discografía el disco que representa los momentos de mayor rivalidad con sus oponentes Oasis. Su lp “The Great Escape” mantuvo en 1995 y la primera mitad de 1996 un duro pulso con la 2ª entrega de los Gallagher y cia..

Los motivos por los cuales he escogido a este grupo británico para la revisión que conmemora un año de nuestra andadura son 2. Por un lado, que fue una de las primeras bandas que seguí, precisamente con la promoción de este disco. Por otro, y quizás más relevante, porque para alguien importante en mi vida, es una de las bandas que me refirió como uno de los grupos que, de alguna u otra forma, siguió en su día. Algún allegado podría llevarse a equívocos. Por favor, que no sea así.

Es un hecho que 1995 marca el punto álgido del brit pop, y que Blur, tras su exitoso “Parklife” del año anterior, estaba en las apuestas de todo el mundo para convertirse en una de las bandas más importantes de la década. La irrupción de Oasis con su impecable debut también en 1994 “Definitely Maybe”, propició que hubiera una importante piedra en el zapato de los Albarn, Coxon y demás.

Los cruces de declaraciones, retándose a ver quien tenía más éxito en sus siguientes trabajos y algunas que otras lindezas de mal gusto dirigidas desde una trinchera a la otra, dieron como fruto uno de los piques más agrios e intensos que hayan tenido lugar en el mundo de la música moderna. Más de algún periodista musical no entró en el juego, tildando estas polémicas como un mero apaño comercial y de autobombo que se daban entre sí las 2 bandas para estar en boca de todos.

Fuesen sinceras o reales las batallas dialécticas entre las 2 formaciones, la verdad es que el resultado precisamente fue el que algunos advertían, y que he referido al final del último párrafo, y no es otro que en 1995 existían 2 reyes dentro de la música a nivel mundial: Blur y Oasis, por mucho que todo esto pudiera doler a Jarvis Cocker y sus Pulp, que a nivel británico si les cogió el rebufo, pero que a escala mundial se quedó algo atrás, de forma algo injusta.

Tras el celebrado “Parklife”, como ya he dicho, se abría una posibilidad de rematar la faena para la banda y colocarse en la vanguardia de la música del momento, sobre todo por el flaqueo de las grandes bandas de los 80 en aquellos tiempos: U2 apaleados de forma inmerecida (como ya comenté) por el lanzamiento de “Zooropa” un par de años atrás; Depeche Mode en estado de descomposición y al borde del abismo, con el intento de suicidio de Dave Gahan y la marcha de Alan Wilder; The Cure en plena recomposición tras la salida de Boris Williams y Porl Thompson… y así un largo etcétera.

El trono estaba vacante y el cuarteto de Blur iba a poner sobre la mesa su candidatura a ocupar ese sitio de la mano del disco que hoy proponemos recuperar, “The Great Escape”. La formación que en aquella época integraba la banda, y que menos en sus últimos momentos siempre permaneció unida, se nutría de Damon Albarn como vocalista y líder destacable, David Rowntree a la batería, Alex James al bajo y Graham Coxon como guitarrista y 2º de a bordo tras Damon.

Recuerdo que el comienzo de la promoción del disco comenzó a mediados de septiembre de 1995 con el lanzamiento del single de adelanto “Country house” y su desternillante videoclip, difundido felizmente en el programa “Del 40 al 1” hasta la saciedad. Una canción y un video llenos de referentes a la historia de la música británica tanto en sus imágenes como en parte de la letra, con especial reminiscencias a The Specials y Madness (“Rat race” y “Our house” para que lo entiendan).

No obstante, no perdamos hoy el orden, ya que “Country house” es la 2ª canción dentro del extenso listado que hoy nos espera, por lo que empecemos por el principio y adentrémonos en el disco. Intentaré ser lo más conciso posible para que no se haga muy largo el artículo, ya que hoy tenemos por delante nada más y nada menos que 15 canciones para revisar.

Es curioso que el disco empiece con el 4º y último sencillo que se extrajo. “Stereotypes” tiene una chirriante electrónica a base de arreglos de teclados, que crea algo de desasosiego. En parte es quizás el tema que más nos recuerda a los Blur más primerizos, sobre todo por la forma de cantar de Damon. “The Great Escape” es principalmente una irónica y sarcástica crítica a la sociedad británica del momento y ya desde este primer momento se ve. De hecho en “Country house” se aborda más de lleno el cinismo social y la ambición sin escrúpulos. La ironía se ve en ese videoclip, en el que me resulta descogorciante la imagen acelerada en la que el tipo con traje y bombín no para de dar vueltas sin parar al improvisado tablero al estilo del monopoly, y que no deja de simbolizar que cada vez que dabas una vuelta al tablero, pasabas por caja. ¿No les resulta igualmente curioso que en este primer single aparezca mencionada la cita “Morning glory”, que de forma tan rotunda conforma parte del título del disco contemporáneo de Oasis? Nunca lo llegué a entender… ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? La canción es un tema al estilo de “Girls and boys”, pero menos dance al dejar de lado la ayuda electrónica. El final con esos coros agudos y las secciones de viento, le dan mucha fuerza al corte. Música alegre y desenfadada para dar forma a uno de los himnos pop de los años 90. La desesperanza hace acto de presencia de la mano de la lenta “Best days”. Partes como el estribillo con frases tales como “Otra gente no le gustaría oírte si dices que estos son los mejores días de nuestra vida” ponen de manifiesto su falta de fe en algo mejor. Suave decadencia y punto de reposo tras las animadas 2 primeras canciones. No obstante, la crítica y el sarcasmo entran con más fuerza que nunca con esas atropelladas notas que introducen “Charmless man”. En las 4 primeras canciones se han dispuesto 3 de los 4 singles extraídos. Me da por pensar que se pone demasiada carne en el asador muy de golpe. Fue otra canción que se apoyó en otro irreverente video, en el que los Blur se convierten en la pesadilla de un medio ejecutivo entrado en los 30 y con una calvicie preocupante; un tipo paciente, pero que acaba por perder los nervios con los persecutivos músicos. El sonido socarrón de la guitarra es lo que más destaca aparte de los “Na na na na na, naná” en forma de coros agudos que quedarán para siempre en el recuerdo de los que vivimos aquella época. El título me evoca otro vago juego de palabras con otro clásico de los 80 como fue el “This charming man” de The Smiths, aunque ambas canciones no tengan nada que ver. Recuerdo que a medida que iba conociendo a The Cure de la mano de los últimos coletazos de “The 13th” y la edición como single de “Mint car”, esta canción era una de mis favoritas de aquel comienzo de verano de 1996. “Fade away” tiene ciertos sonidos que pueden recordar a The Specials con esas partes de viento tan marcadas. Nueva referencia para los de Coventry tras ese lejano guiño con la cita de “Rat race” en “Country house”, siendo aquí más bien instrumental la reminiscencia. Albarn hace nuevamente uso de su falsete más exagerado en el estribillo de la canción. “Top man” tiene nuevamente un aire descarado y juvenil con esos sonidos pueriles. El deletreo del título de la canción está en consonancia con aquel “F.E.E.L.I.N.G. C.A.L.L.E.D. L.O.V.E.” de Pulp del mismo año. Simpático corte y de los que más fácil se te quedan tras escucharlo por primera vez. Con “The universal” se pone punto y final al apartado de singles. Quizás un poco pronto teniendo en cuenta que acabamos de llegar a la mitad del álbum. Esto puede dar la impresión de una distribución algo floja de las canciones. Aquí el cuarteto se pone solemne y tira de arreglos clásicos para ahora sí, crear uno de los verdaderos himnos del brit pop junto a su anterior “Parklife” de su lp previo del mismo nombre. El estribillo tiene una intensidad brutal y es sumamente emotivo. Una desolada viñeta dibujada en el clip homenaje a “La Naranja Mecánica” de Kubrick, que vuelve a pintar desesperanzadas visiones como “cualquier periódico dice que mañana será tu día afortunado. Bueno, pues aquí tienes tu día afortunado…”. Preciosa canción, aunque he de reconocer que mi alocada adolescencia en el momento de que viera la luz, no me permitió apreciarla como se debía y me decantaba más por las moviditas y humorísticas “Country house” y “Charmless man”; el tiempo me ha dado la oportunidad de apreciar este himno como se merece. Supone uno de los momentos más perfectos de Blur musicalmente hablando. Para disfrutar una y otra vez.“Mr. Robinson Quango” tiene un ritmo musical parecido a “Country house”, pudiéndose tratarse de una variación de la línea de la misma. Aquí lo que nos encontramos en la letra, es otro arquetipo de tipo sin escrúpulos sobre el que Damon descarga su ira y crítica. El disco empezó por los “estereotipos”, pero poco a poco se nos van poniendo ejemplos individuales. Otra vez se hacen usos puntuales de arreglos de viento para darle un toque más alocado y divertido al corte. El regusto sarcástico sigue siendo una constante en el disco. “He thought of cars” es quizás la canción más farragosa y menos clara instrumentalmente. No obstante me gusta especialmente el ritmo de esos tarareos que hacen las veces de estribillo. “It could be you” es de las canciones más puras dentro del brit pop propiamente dicho que incluye “The Great Escape”. Aquí la estructura instrumental no incluye arreglos extraños, valiéndose simplemente de los instrumentos básicos, guitarra, bajo y batería. Por otro lado, quizás es de los temas más fácilmente olvidables de la obra. “Ernold same” empieza con sonidos de pajaritos y luego desemboca en una narración de una vida repetitiva del bueno de Ernold. Juego de palabras y un tema experimental e hipnótico para poner una nota discordante en el disco. Un ritmo de vals descompensado es el que se sigue en el estribillo de la misma, cantado de una forma más tradicional por Albarn. Cortita de duración, apenas abarca 2 minutos. “Globe alone” es en contraposición a su predecesora, de los cortes más alocados del disco. La forma desgañitada de cantar de Damon puede anticiparnos futuros tiempos como “Song 2” o “Bugman”. De no ser por esos moscarderos sonidos, sería el tema más serio del disco, pero esos apuntes le vuelven a dar ese toque humorístico que tanto perseguían los Blur en esos años y que de forma muy brusca abandonarían en su siguiente lp. “Dan abnormal” es un momento algo disoluto con un loop de coros agudos, sobre los que se mueve una interpretación algo descafeinada por parte de Damon. Algo repetitiva y plana, no merece más tiempo por mi parte. “Entertain me” destaca en su inicio, para mi gusto, la manera en la que la producción del disco destaca la batería de Rowntree. La misma producción hace que la voz de Albarn suene como si viniera de un Walky-talky o algo así. Otro tema claramente exponente del sonido brit pop genuino. La necesidad de la diversión en la rutina es lo que aquí proclaman los Blur. Esa necesidad que todos tenemos de salirnos del bucle vital en el que a veces nos encontramos inmersos. Buen aviso por parte de estos muchachos. Hay que divertirse, si no, ¿para qué estamos aquí? El estribillo es de los más fácilmente recordables y sencillos del disco. “Yuko and Hiro” suponen el cierre de este álbum de larga duración. De sonido algo peculiar, con arreglos electrónicos, nuevamente se aborda la vida laboral y la alienación en la que podemos caer sin darnos cuenta. Lenta decadencia musical para terminar el disco y toda la crítica social que Blur han soltado de golpe. Para la ocasión hacen acto de aparición unas voces femeninas que aportan la nota de color a este fin de obra. Existe un apéndice como track oculto en plan instrumental bastante gracioso a base de tecladitos y organillos que queda bastante curioso.

Lejos de la primera impresión ligera de cascos que nos podían reportar el ritmo alocado de singles como “Country house” o “Charmless man”, “The Great Escape” es mucho más incisivo y corrosivo de lo que aparenta. Blur se proponen poner patas arriba la sociedad, cultura, economía y mundo de negocios británico, a través de la presentación de ejemplos ruborizantes.

Con este disco, “Blur” vinieron a demostrar que para hacer una crítica del mundo que nos rodea, no es preciso ponerse a soltar escupitajos y espumarajos por la boca, y ni mucho menos hacer uso de un sonido corrosivo y agresivo. Velado por un sonido alegre e irónico, se puede crear una obra que efectivamente propone una “Gran Escapada” de lo que nos rodea, tras habernos pintado tan sórdidas imágenes.

Ahora bien, vayamos por partes. Hablemos de lo que se refiere a repercusión. Pues decir que el disco no comenzó mal su andadura y no tuvo una mala acogida, sobre todo en sus primeros pasos promocionales. Esto se coteja viendo que tanto “Country house” como “The universal”, consiguieron situarse en la parrilla de casi todas las emisoras y la difusión de sus videos en las cadenas de televisión de música y los programas de turno era casi constante.

Sin embargo, para los tiempos en los que “Charmless man” vio la luz como 3er. single, el disco había clavado la rodilla frente a “(What’s The Story?) Morning Glory” de sus rivales Oasis. Por mucho que queramos, ninguna de las canciones de “The Great Escape” está por encima de “Wonderwall” como himno generacional. De hecho, y demostrando el lento decaer de la promoción del lp, “Stereotypes” ni siquiera tuvo un clip grabado al efecto, sino que era una recopilación de imágenes del grupo en directo.

Es probable que a nivel global, tampoco es que “The Great Escape” se encuentre tan lejos de “Parklife” en lo que a calidad se refiere. Es un disco bastante apañado, aunque creo que la distribución de las canciones no es la más adecuada y se suelta toda la fuerza de golpe en la primera parte, dejando un poco desatendida el tramo final. La refrescante portada veraniega, con una instantánea en mar abierto de una fuera borda y alguien sumergiéndose en el agua, pone un punto más de crítica a la alta sociedad y la frivolidad de las clases adineradas; o al menos así me gusta interpretarlo a mi.

La derrota frente a los Gallagher no hundió a Blur, pero les dejó bien sonados y tocados. En su siguiente disco, se notaron cambios bastantes fuertes en el sonido del grupo. Se abandona ese tono irónico tan característico del disco hoy analizado y “Parklife”, para por un lado editar un primer single lánguido y oscuro y en 2º lugar un tema medio punk (“Beetlebum” y “Song 2” respectivamente).

Desde el punto de vista personal, he de reconocer que Blur siempre estuvieron a mi lado a medida que iba descubriendo grupos de la década de los 80 en la segunda de la mitad de los años 90. Es muy cierto que viví con cierta alegría la promoción y lanzamientos de sus discos “Blur”, “13” y su “The Best Of”. Quizás Blur sean más importantes de lo que creo dentro de mi estructura musical, y esta percepción haya residido en mi subconsciente y hasta ahora, a medida que tecleo, no me he dado cuenta de ello.

A nivel de reflexión, como casi siempre me gusta hacer al final de las revisiones, me da por pensar que si no se hubieran retado Blur y Oasis a sacar sus discos al mismo tiempo a ver quien vendía más y quien tenía más éxito, es probable que “The Great Escape” hubiera tenido un mayor protagonismo y posiblemente estuviera más afianzado en la memoria musical de la gente, si los de Manchester se hubieran esperado a la primera mitad de 1996 para lanzar su álbum.

Comparativas aparte, es un disco bastante destacable y agradable de escuchar. Sin duda los 3 primeros singles que se extrajeron son unas excelentes canciones y para nada están pasadas de moda. Lo más curioso es que en la actualidad, ni Oasis es uno de los referentes musicales principales básicos, aunque se les tiene respeto por lo que han hecho, y Blur está ahora tentando con su regreso con una serie de conciertos para este verano. Se lleva hablando mucho tiempo de un nuevo disco y de las idas y venidas de Coxon al redil tras su marcha en los tiempos de “Think Tank”. Venga lo que venga de ahora en adelante con esa reunión, revisar “The Great Escape” supone coger el momento en el que los Blur eran una de las bandas más importantes a nivel mundial, y, a mi juicio, de forma bastante merecida.

A Susana, muy especialmente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabía que esta semana harías algo especial, pero no me esperaba este bonito regalo. Gracias.

¡Feliz aniversario!

Abacab dijo...

De nada, por favor! Feliz aniversario a ti también!

Gracias por escribir.

seeyouinthenextlife dijo...

Los mejores sin duda de aquellos años eran Suede, Pulp, Oasis, Manic,etc,etc antes que Blur.

Abacab dijo...

Sobre gustos, dicen que no hay nada escrito. A mi, particularmente, me gustaban todos los que citas en mayor o menor medida y dependiendo del momento. Gracias por escribir.

ordago13 dijo...

Me emcamta este dicos siempre he sido mñas de blur que de oasis.

Abacab dijo...

Ordago13, yo al principio también era más de Blur que Oasis, pero posteriormente se igualaron y no sabría decirte quién está por encima de quién.
Gracias por escribir.