Recuerdo que cuando escuché de primera vez la noticia el día de Reyes de este año en el concierto de La Broma Negra de la mano de mi excompañero de academia de oposiciones, Fran, también componente del grupo Flores Raras, me pareció muy extraño: Pet Shop Boys ofrecerían un concierto gratuito en el campo del Atleti dentro del Primavera Sound. A medida que se acercaba el momento, parecía que era parte del acuerdo para que el festival, siempre celebrado en Barcelona, tuviera réplica en Madrid. Y no había mucha letra pequeña para asistir, solamente descargarte la app AccessTicket y reservar tus entradas (te permitían 2).
Convencí a Luis F. Novalvos, Mariano González y a Carlos Caballero de La Broma Negra para hacer el esfuerzo de ir a un concierto entre semana y acudir a la cita. Carlos Caballero se cayó en el mismo día, aquejado de algo parecido a un catarro intenso. El resto fuimos a las inmediaciones del Nuevo Metropolitano a ver el espectáculo, pero, por obligaciones familiares, no pudimos ir a ver a Confidence Man, recomendación expresa de Alfredo Morales; me hubiera gustado, una pena, pero bastante ya fue ir a ver a PSB.
Fuimos prepuntuales todos y a las 21.21h ya estábamos en la boca del metro. Y esos casi 10 minutos de adelanto, fueron un acierto para poder acceder y situarnos de forma más o menos acertada mirando al escenario a la derecha del mismo con vista diagonal. A medida que entrábamos en el recinto, nos dimos cuenta que el escenario estaba situado en el exterior del estadio. Personalmente, como aficionado del Atleti, me dio un poco de pena ver que el escenario no estaba en el terreno de juego, pero realmente el entorno del Nuevo Metropolitano permite perfectamente hacer algo así, muy parecido a lo que el festival Lollapalooza hizo en Berlín en 2018, cosa que sé por haber visto un concierto muy apañado de Dua Lipa en dicho festival.
La lluvia se intensificó y hubo que tirar de chubasquero y paraguas, pero poco antes de que empezara el concierto en sí, el tiempo nos dio un respiro. Quizás por la lluvia se demoró un poco el inicio de PSB, previsto para las 21.50h, dando arranque a las 22.06h; como bien me apuntó Luis F. Novalvos, el tiempo no es excusa para la impuntualidad, ya que la lluvia se puede tener prevista. No obstante, ese retraso no mermó lo que Neil Tennant y Chris Lowe tenían predispuesto ofrecer al público de Madrid, ya que a las 23.42 finalizó el show, en lugar de a las 23.26h programadas.
Alfredo Morales ya nos advirtió previamente que el concierto actual que plantean Pet Shop Boys, ya que él vio alguno previo del presente tour, está basado en un aluvión de hits. Y así fue. De hecho, se empezó con potencia ni más ni menos que con “Suburbia”; en parte me evocó al inicio del concierto que OMD ofrecieron en el extinto Summercase Festival de Madrid en 2007, cuando ellos arrancaron con “Enola gay” (yo no fui a aquel concierto, pero sí que fue el propio Alfredo, quien de hecho me pasó una copia pirata del audio de aquella actuación de McCluskey y cia.). Una declaración total de intenciones, que metió de lleno al público en el show. Dentro de lo que esperaba poder escuchar y que no fuera muy seguro que pudiera caer (ya saben que no soy de mirar los setlist de conciertos previos), en 2º lugar apareció una de esas canciones: “Can you forgive her?” del excesivo “Very”. Quizás por el resto del público no fue tan calurosamente recibida, pero en mi caso sí y que además saliera tan temprano, de alguna forma ya que me dejó bastante contento.
Voy a seguir por el sector de lo que más me gustó y quizás no me esperaba. La mayor sorpresa vino de la mano de “It’s alright”, que sonó unida a “Vocal” de “Electric”. Este temazo, canción que, aunque sea una cover, PSB han hecho muy suya, con el que se cierra el disco “Introspective”, fue la última de sus compañeras de trabajo en aparecer. Por ello mismo, tras haber sonado “Left to my own devices”, “Domino dancing” y “Always on my mind”, tenía muy pocas esperanzas de que apareciera.
Pero, si cabe, para mí fue mayor el subidón al aparecer justo a continuación de “Heart” de “Actually”, otro gran hit en su momento, pero que tampoco estaba muy seguro que fuera de la partida. Después de ese combo “Heart-It’s alright” ya me podía ir más que satisfecho.
Siguiendo comentando la presencia de “Introspective”, me gustó mucho nuevamente oír la fabulosa “Left to my own devices”, que también participó en la vez anterior que vi a PSB en 2017 y “Domino dancing”, a la cual solamente he de comentar que quizás Neil debería cantar más veces su parte del estribillo y no dejarle todo al público (solamente lo hizo en una ocasión); este detalle también lo comentó en el “debe” Luis Felipe Novalvos en la tertulia post-concierto que tuvimos camino de vuelta a casa.
Pet Shop Boys ofrecieron todas sus versiones de relumbrón, ya que además de la citada cover de Elvis, también apareció “Where the streets have no name / Can’t take my eyes off you”, la cual hace poco vi en “The Deer Hunter”, película en donde tiene bastante protagonismo. En el tramo final llegó el turno de “Go west”, que quizás empató con “Always on my mind” en tanto a pasaje celebrado por muchos de los que allí estábamos.
Quedó muy bien nuevamente escuchar la elegante “Love comes quickly” de “Please” después del momento de subidón que fue “Domino dancing”. Neil Tennant la interpretó con un sobrio paseo ralentizado de lado a lado del escenario sobre un telón de fondo en tonos morados y azulados. Quizás fue el momento más bonito en sí de la noche, formalmente hablando; justo debajo les dejo una imagen del comentado momento.
Comentando la escenografía, el escenario disponía de un par de farolas que enmarcaban la posición de Neil Tennant y un telón de fondo para las proyecciones. En tanto a la indumentaria, poco a poco Neil fue formalizándose más en sus atuendos. Empezó con un llamativo abrigo blanco, con bastas botas a juego, para acabar el bis, con un look a lo “Please-Actually”, es decir, de traje y abrigo largo, sin mascaras histriónicas ni nada más. Llevó algún sombrero blanco, una gabardina de tonos plateados que llamó la atención y unas máscaras iniciales muy curiosas. Chris Lowe, al cual no pudimos ver hasta el bis (más allá de en las pantallas gigantes de los laterales) cuando avanzó su posición para tocar junto a Neil, empezó enmascarado igualmente, para luego seguir en escena con sus gafas de sol y su gorra plateada con la palabra “Boy” presidiendo la misma.
Los músicos que acompañaron al dúo, desempeñaron bien. Llevaban un look muy de locaza, con flecos al aire y fue una pena que la teclista no afrontara un papel mayor a las voces, porque cuando ayudó a Neil lo hizo muy bien; eso me hizo tener esperanzas de que le diera la réplica a Neil en un posible “What have I done to deserve this?”, pero no hubo esa suerte (junto a “Se a vida é” es lo que único reseñable que me faltó).
No esperaba que sonase la nocturna “Don’t know what you want (but I can give it anymore)” de “Nightlife”. Pensaba que sería más fácil que sonase “New York city boy”, pero para mi gusto personal fue mejor la elección que dispusieron para esta noche. Pero mucho más sorpresa fue “Paninaro”, que no tenía en ninguna de mis apuestas; personalmente agradezco mucho cosas como esta. Las expectativas las tenía ajustadas, ya que últimamente he estado muy enganchado a “I want to wake up” de “Actually”, pero esperar que sonase esa canción era poco menos que una ilusión imposible.
Fue un concierto de hits, como estarán viendo, pero dentro de los hits, no deja de ser agradable ver que no se olvidasen de la delicada y en parte íntima “Rent”. Del inicio de su carrera también pasó por allí la acelerada “Opportunities (let’s make lots of money)”. Antes del bis, PSB avasallaron con la arrolladora “It’s a sin” y en las propinas, ya con Neil elegantemente vestido, como he apuntado líneas atrás, era el momento de meterse con la adorada “West end girls”, de la que hay que destacar lo rotundos que sonaron los graves y también las proyecciones de fondo con varias imágenes del videoclip original (notable ver el contraste físico con el Neil de entonces y el actual) y finiquitaron el show con “Being boring”; personalmente opino que hubiera estado mejor alterar el orden de las 2 canciones en el bis. Hubiera sido más efectivo.
Lo ya comentado, a las 23.42h acabó lo previsto y, previo colarnos (por mi “astucia”) e intentar salir del recinto dando la vuelta por el lado contrario del estadio para luego deshacer lo andado, tiramos para el metro y retornamos como piojos en costura los 3 para nuestras casas. Como le comenté a Luis F. Novalvos, que dudada de hacer el esfuerzo de acudir a este concierto entre semana, dicho esfuerzo mereció la pena 3 veces lo que preveía. Fue un show que me gustó más si cabe que el de 2017, por el lugar, que creo que es más adecuado para la banda, y por el repertorio escogido. No sé si me quedará otra ocasión de poder ver al dúo en directo, pero con esta cita y con la previa de 2017, puedo decir que ya he cumplido sobradamente y quedarme bien tranquilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario