Algunos discos, muchos de hecho, son como el buen vino; es
decir, que hay que dejarles que reposen un tiempo para saber apreciar su
calado. El que fuera el 3er. disco de Tom Smith, Chris Urbanowicz y cia. es uno
de esos casos. He de reconocer que de primeras, salvo su primer single “Papillon”,
y el que a la postre iba a ser el 2º, pero que al final no fue, “Bricks and
mortar”, no me llamó en exceso la atención. Pero, ya desde esos primeros
saboreos, algo dentro de mi me hacía intuir que pasado un tiempo lo valoraría
más y lo apreciaría en su justa medida, como al final ha sido. Decidí
recuperarlo hace cosa de mes y medio para mis escuchas de reproductor mp3 en
mis idas y venidas del trabajo y, aunque ese ámbito no es el mejor para
escuchar y disfrutar de una obra, la cosa ha terminado por resultar.
Poniéndonos en antecedentes, Editors venían de 2 primeros
discos con los que habían llamado mucho la atención, al mostrar oscurantismo,
ritmo y vitalidad a partes iguales, con regustos a Joy Division, que no se
encargaban de tirar por tierra como sí que hacían compañeros de género como los
neoyorkinos Interpol. La potente voz de su cantante, guitarrista y teclista Tom
Smith es uno de los principales símbolos de la formación y tras un prometedor
debut, el grupo siguió el buen camino con el espectacular “An End Has A Start”,
segundo trabajo de la banda, que no hace ya un tiempo revisamos por aquí.
En 2007 pudimos verles en su arrolladora actuación de la
sala Joy Eslava, dentro de aquel Wintercase y el grupo ha estado casi siempre
de gira desde entonces, ya que prácticamente no habrían terminado con la
presentación de su anterior disco y sacaron su 3er. trabajo que hoy nos ocupa y
se pusieron de nuevo en la carretera. Es una disco directo, que en muchos
momentos se vale de un mayor apoyo electrónico en sus composiciones y que busca
ser conciso: 9 canciones; personalmente, ya se lo he dicho muchas veces,
prefiero un disco con 9 canciones que uno con 16. Tanto track list invita a la
dispersión y lo que está claro es que en este post a Editors no les acusaremos
de ello. Pasemos a analizar someramente esos 9 temas.
La apertura del disco, con la canción que otorga el título
al mismo, con esa latente melodía y Tom Smith cantando en unos registros que se
mueven entre sus registros más graves y el susurro, parece hacernos intuir que
terminará en un estallido, que efectivamente se produce, pero solamente en lo
instrumental, con una batería muy potente. Londres se ha convertido en la cosa
más bonita que he visto dice Tom al final de las estrofas que estructuran este
prometedor comienzo. Más reconocible dentro del estilo de Editors, pero con ese
apunte electrónico mayor que hay en esta obra, el cual les acerca en muchos
momentos a Depeche Mode, es “Bricks and mortar”, que además es de las piezas
más válidas del conjunto. En lo vocal estamos ante un tema que alcanza una
fuerte intensidad por parte de Smith y en el apartado de lo meramente
instrumental, destacan esas notas sintéticas tan marcadas, que rompen con la
melodía de continuidad. Una joya oculta, puesto que no fue elegida como single,
aunque todo apuntaba en su día a que lo sería. La que sí fue single, y de hecho
el adelanto de la obra fue la rotunda y electrónica “Papillon”. Una clara
melodía de teclados y una fuerte base rítmica sientan las bases para que Tom
Smith se muestre bastante enérgico en las voces. El estribillo alcanza unos
niveles muy altos de intensidad y en definitiva estamos ante un tema que sin
duda será un éxito en las giras del grupo cuando le llegue su momento en los
conciertos. El videoclip, impersonal, ya que no aparece el grupo (a no ser que
sean algunos de los que salen por ahí corriendo), refleja por un lado el
carácter nocturno que siempre ha tenido el grupo y la dosis de adrenalina y
catarsis, con esa carrera de noche desaforada por las calles de una ciudad
desierta. Sí fue single “You don’t know love”, que es curiosa, ya que estimo
que esta composición flojea en su estribillo, pero se le termina cogiendo el
punto en ciertos momentos prosaicos o estrofas que hay intercaladas en su
duración. En el videoclip sí que aparece en algún momento el grupo, pero se
centra en un ejercicio de baile que genera algo de tensión. Uno de los momentos
más rockeros del disco llega con “The big exit” con esas distorsiones de
primera mano, la clara línea marcada por la batería y las notas eléctricas de
la guitarra. Los teclados quedan en un 2º plano, como un acompañamiento o más
bien creando atmósfera. Tom se lamenta en la letra con ese reiterativo “cogieron lo que una vez fue nuestro”. Un
poco de intensidad rockera no viene mal.
Contrasta mucho “The big exit” con la
siguiente canción “The boxer”, muy melancólica, sentida, sellando un medio
tiempo de esos en los que Editors se suelen mover muy bien. Tom Smith está
particularmente bien a la voz y en parte no deja de ser curioso esas notas
sintéticas inocentes que permanecen durante toda la canción, mientras que son
otros instrumentos los que le dan en ciertos momentos una fuerte solemnidad al
tema. “The boxer” es en definitiva uno de esos temas que no son para nada
inmediatos, pero que si le dejan tiempo al disco y lo escuchan con paciencia
terminarán de reconocer como uno de sus pasajes más válidos y elaborados;
vamos, una joya oculta como suelo decir. No obstante, la verdadera joya oculta
es “Like treasure”. Resulta más movida que la lánguida “The boxer”. En “Like
treasure”, dentro de un cierto tono vagamente épico, Editors se muestran con
gancho en uno de las piezas que con el paso del tiempo le dan valor al 3er.
disco de los británicos. Las notas de teclado no se meten a troche y moche
buscando el ritmo pegadizo simple, sino que llegan en los momentos adecuados y
dejan el camino libre a las guitarras, batería, bajo y sobre todo a Smith
cuando se precisa. Un temazo en toda regla, al menos para mi gusto personal, y
quizás a día de hoy mi canción favorita del disco. Peor, mucho peor que “Like
treasure” me resulta la ya bizarra en título “Eat raw deal = blood drool”.
Curiosamente fue escogida como single y aunque es un momento exótico y
claramente diferenciable dentro del conjunto de 9 canciones de “In This Light
And On This Evening”, no me termina de convencer con el ritmo contumaz y
repiqueteante que ofrece; no obstante, para gustos los colores y está claro que
en la discográfica del grupo o en el seno interno de la formación, esta “Eat
raw deal = blood Drool” gusta, ya que de lo contrario no hubiera sido editada
como sencillo. Mucho mejor resulta el majestuoso, casi sacro o derivado
lejanamente de una balada gospel “Walk the fleet road”. Esta última canción
pone el broche de oro al disco, con un Tom Smith sirviéndose de sus momentos
más graves en las voces y con una orquestación realmente bella. Sin duda alguna
esta composición es un tremendo acierto y es un bonito lazo para sellar el
paquete. Pocas veces la electrónica suena tan orquestal y ambiciosa como lo
hace en los últimos segundos del disco de esta semana.
Sí, de acuerdo, “In This Light And On This Evening” fue nº 1
en la lista de álbumes más vendidos del Reino Unido, pero estimo que el éxito
del disco ha sido relativo y el grupo ha perdido la oportunidad de dar un salto
cualitativo mayor, que consolidara el ascenso que mostraban con “An End Has AStart”. Y es que el disco es notable, está muy bien, pero se le tarda en coger
el punto y eso, aunque el tiempo termine por ponerle en su lugar, puede ser
jodido para la proyección de un grupo.
Para colmo, y nuevamente sin saber de ello, ya que antes de
enterarme había dispuesto que iba a escribir sobre este disco, el lunes se
anunció la marcha del grupo de Chris Urbanowicz por diferencias
irreconciliables en el terreno de lo musical y la idea que tenía el guitarrista
del grupo para el futuro del mismo. Veremos cuál es el siguiente paso que dan
Editors, con esta baja que resquebraja su formación hasta ahora a prueba de
bombas y cómo les va en su siguiente entrega.
De momento les sugiero que le den tiempo a “In This Light
And On This Evening”, un disco con una curiosa portada de colores vivos, pero
sobre el que predomina el fondo negro (en parte una buena metáfora de que el
disco aunque incluya más notas sintéticas, el carácter del grupo sigue siendo
de tintes oscuros musicales). Si ya lo escucharon en su día y no les hizo mucho
tilín, cójanlo nuevamente por banda y si saben de él por 1ª vez, escúchenlo,
pero no se dejen llevar por las primeras impresiones que les surjan derivadas
de las primeras pasadas que le den. Realmente vale mucho más la pena de lo que
a priori parece.
Esta tarde a las 16.00h en &radio de Torrejón de Ardoz,
no se pierdan el Especial The Cure que haremos sobre “Pornography” y que de
paso sirve como particular fiesta de cumpleaños que le organizamos a Robert
Smith, hoy en el día de su cumpleaños; ¡felicidades Robert! Esperamos que te
guste nuestro particular regalo. El miércoles a las 23.00h en RUAH y una hora
más tarde en &radio, dedicaremos nuestro espacio a desgranar el “Last Of
The Independents” de Pretenders. Disco de título premonitorio, ya que puede ser
el último programa de “Discos, música y reflexiones” que haga yo exclusivamente
en solitario, algo así como el último que hago independiente… ¡Qué cosas!
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