.

sábado, 30 de octubre de 2010

Concierto Casiotone For The Painfully Alone. Madrid (23-10-2010)

Hacía mucho tiempo que esperaba poder ver al genial Owen Ashworth al frente de su proyecto Casiotone For The Painfully Alone en vivo. Ya en la revisión de su imprescindible obra “Etiquette” de 2006 les comenté parte de mi interacción personal con Owen y su proyecto. Para no repetirme, que no es el objetivo de este artículo, les resumo que justo 2 semanas antes de descubrir a Casiotone For The Painfully Alone, allá por noviembre de 2006, Owen Ashworth había realizado un concierto en la Sala Galileo o Sala Neu!

Han tenido que pasar 4 años para que la alegría y tristeza se fusionen en un mismo hecho. Si hace unas semanas les hablaba del cierto tono amargo supuesto que me suponía quizás el concierto de Supertramp, en lo referido a que quizás fuera la última vez que les viera en activo (cosa que no se sabe y que solamente es una suposición o conjetura, debido a la edad de Davies, Helliwell y cia.), aquí sí que tenía ya la certeza de que era “el último tren” al que me podía subir para ver a Casiotone For The Painfully Alone en directo. Owen anunció unos meses atrás que justo al cumplirse 13 años de su proyecto musical (el 5 de diciembre de 2010), daría por finiquitado su periodo de actividad, centrándose en nuevos proyectos musicales.

Todo invitaba a ello, añadido al hecho de ser la última gira de Owen como Casiotone For The Painfully Alone: concierto celebrado en sábado y precio amigo de las entradas, tan solo 16 euros. Tan pronto me enteré, gracias al portal de post de blogs de Paperblog, en el que “Discos, música y reflexiones” colabora, no tardé mucho en hacerme con mi ticket. Llegó el día del concierto, casi de puntillas y con poco tiempo para asimilar y terminar de interiorizar los 2 primeros discos de Owen y su última entrega, que eran los trabajos que menos asimilados tenía de Casiotone For The Painfully Alone. Con “Twinkle Echo” y “Etiquette” no había problema. El motivo de no disponer de tiempo, estribó en que se cruzaron por delante los conciertos de Brandon Flowers y Loquillo, y también a posteriori llegarán Interpol y Arcade Fire, con sus consecuentes recuperaciones de sus discografías, y uno no da para más. Llegué puntualmente a la sala Moby Dick a las 21h, que era la hora a la que se avisaba en la entrada que se abrirían las puertas. Había estado en una ocasión en dicho recinto, pero no en plan de concierto, sino en una trasnochada juerga de jueves con algunos compañeros de trabajo hacía 4 años y medio atrás.Fui de los primeros en acceder, y me dispuse en primera fila del escenario completamente a la derecha según miras al mismo. Es curioso que los asistentes se colocaran como mucho en 4ª fila, dejando libre el hueco que mediaba entre esa distancia y el escenario para ver a los teloneros. Y esto es algo que no me esperaba: que hubiera teloneros. El caso es que en el ticket no se ponía nada al respecto, pero tras entrar y ver que había 3 micrófonos dispuestos al frente y la mesa con los sintetizadores, samplers y programadores de Owen arrinconada al fondo del escenario, me hacía pensar que sí los habría.Y así fue. A las 21.30h aproximadamente, saltaron a escena un trío masculino compuesto por guitarra acústica, guitarra eléctrica y bajo. También había una estructura de percusión o proyecto de batería con un platillo y 2 tambores en la retaguardia. Se presentaron como The Secret Society y animaron la sala durante una media hora aproximadamente con un total de 8 canciones de su repertorio. Actitud indie, con cara de palo y extrema seriedad (marca de la casa en grupos indie), pero en el plano musical sonaron a ratos muy interesantes, presentando piezas de lo que será su siguiente álbum, de las cuales me llamó especialmente la atención la rítmica “La casa junto al mar”. Como cierre dispusieron una intensa versión de una pieza del malogrado Vic Chesnutt, que basó su intensidad en el aspecto de que el vocalista y guitarra acústica, se encargó de dar uso a la estructura de percusión situada a sus espaldas, con tanta energía que hasta alguna astilla de las baquetas llegaron a mis pies. Otras curiosidades dentro de la actuación previa de The Secret Society, fueron las interacciones del grupo con el público, que en gran parte ya era el que estaría para Casiotone For The Painfully Alone. Por ejemplo, nos advirtieron que su batería estaba de gira con otra banda que por lo visto tiene y también dijeron que Owen es en sí un tío muy majo, pero le reprocharon que ni en Barcelona ni esa noche les estuviera viendo; al respecto hicieron alguna broma con los asistentes, entre los cuáles había más de algún clon razonable del amigo Owen Ashworth. Luego les comento más de ello. En una pieza el grupo invitó a otro músico que había en la sala para tocar una de las canciones del repertorio, y ese fue el primer momento en el que el cantante se ensañó brutalmente con el platillo y los tambores. En resumidas cuentas, The Secret Society fue una banda a la medida de la noche, tanto por el carácter sombrío y a la par contundente de sus piezas, como por el local en el que se desarrollaba la velada; quizás que una canción que se titule “La casa junto al mar” y la gorra que llevaba el guitarra eléctrica, que no sé por qué me evocaba cierto aire marino, quedaban muy acorde en un local tan marítimo u oceánico como es la sala Moby Dick. Las 2 fotos de arriba muestran a The Secret Society en acción como trío y también como cuarteto en un momento puntual.Tras el aperitivo de turno, llegaba la hora de que Casiotone For The Painfully Alone saltara al escenario. Llegó por lo visto desde la entrada principal, ya que le vi acceder desde atrás, para entrar unos pocos minutos a los camerinos y luego acceder al escenario, que en tiempo record se quedó en una estructura minimalista tras quitar los amplificadores, cableado y estructura que requirieron The Secret Society, para dejar solamente presente la mesa en la que Owen dispone toda la parafernalia electrónica de Casiotone For The Painfully Alone. Un poco antes de las 22.30h daría comienzo el show. A destacar la tenue iluminación de la sala, que si cabe hizo más íntimo el espectáculo.No obstante, la poca iluminación no nos evitó llevarnos una cierta sorpresa al ver a un Owen Ashworth perfectamente afeitado, muy alejado de la imagen que tenemos de él con una poblada y espesa barba siempre al frente de su proyecto. ¿Será éste el primer detalle con el que Owen va poco a poco dejando de lado su vida como Casiotone For The Painfully Alone? En todo caso, sea lo que sea, a mi me pareció toda una indirecta declaración de intenciones. Casiotone For The Painfully Alone dispuso un comienzo suave y poco comercial, y eso ya es decir mucho dentro de un proyecto tan peculiar como es el de Owen. Me refiero a que durante los primeros 20 minutos de concierto, Casiotone For The Painfully Alone no ofreció ninguna pieza de “Etiquette”, centrándose principalmente en sus 2 últimas entregas, que a día de hoy no tengo muy controladas como son “Advance Base Battery Life” y “Vs. Children”, ambos de 2009. Entre las mismas, pude identificar quizás mi favorita de “Vs. Children” que no es otra que “Man o’war”. Aparte de esta pieza, he de reconocer que durante las 6 primeras canciones anduve bastante perdido.Fue tirando hacía la mitad del concierto cuando Owen pisó el acelerador y el ritmo no paró hasta que el evento finalizó. Desde que sonó “I love Creedence” hasta el final del concierto, Casiotone For The Painfully Alone fue encadenando gran canción tras gran canción, incluyendo ciertos momentos realmente sorprendente, a la par que muy agradables. El comienzo del núcleo duro del show vino de la mano de la citada “I love Creedence”, que sin embargo sonó mucho más melancólica debido a ciertas notas de teclado o programaciones que Owen introdujo para la ocasión. En realidad, esta modificación hizo que el sonido de la pieza estuviera más acorde con la letra de la misma, restándole ese cierto aire irónico que tiene su versión original de estudio.“Etiquette” cayó casi al completo. Posteriormente se presentó casi sin compás de espera “Cold white Christmas” y “Scattered pearls”. Esta última canción, es quizás de los mejores momentos de “Etiquette” y una de las grandes composiciones de Casiotone For The Painfully Alone de toda su trayectoria. Cierto que en estudio es Jenn Herbinson quien canta de forma muy apropiada la historia de la chica que se lleva un sofoco al ver cómo se ha cargado el collar de su abuela en la discoteca. No obstante, ya había escuchado varias versiones en directo de Owen y hay que reconocer que lo hizo bastante bien. Fue de los momentos que más disfruté y bailé de la noche. No faltaron a la cita tampoco “Bobby Malone moves home”, abundando en el sector más grave y maldito de Casiotone For The Painfully Alone y “Nashville parthenon”, que fue cantada por Owen de forma muy sentida, y en la que en el plano instrumental sustituyó los cálidos sonidos, que se asemejaban a ciertas cuerdas de “Cabron” de Red Hot Chili Peppers, por unas distorsiones electrónicas abigarradas, que sumaron al componente experimental del repertorio.Pasaré a mencionarles los momentos más destacables, como siempre desde mi óptica personal. Quizás uno de mis momentos favoritos fue cuando llegó “Young shields”, para mi gusto la mejor canción de “Etiquette”. Desde una intro de sonidos que ya me hacían intuir que llegaba su turno en el setlist, hasta el desarrollo íntegro de la misma, la intensidad del sonido y el entrelazado de sintetizadores, samplers y programaciones de esta pieza terminaron por concederme el punto más álgido personalmente de la velada. No en vano, esta canción fue la que en su día me abrió los ojos al escuchar “Etiquette”. Encadenada a este trallazo sonó una de las sorpresas agradables de la noche. Llegaba la hora de que hiciera acto de presencia la minimalista, depresiva (líricamente hablando) y desgarradora “Tonight was a disaster”, que es una de las joyas ocultas que se alojan en el 2º disco de Casiotone For The Painfully Alone “Pocket Symphonies For Lonesome Subway Cars”. No hay que dejar de lado que Owen se marcó una aceptable cover de “Streets of Philadelphia” del “Boss” Springsteen y como tal la introdujo, simplemente diciendo “esta es una canción de Springsteen”. Sonó excelente y moderadamente bien ajustada al registro vocal de Owen. Los samplers y sintetizadores que Owen ha introducido en ciertas partes, le dan un carácter solemne a esta canción, sin necesidad de haber hecho un escarnio de ella, como muchos pueden imaginar a priori.Y encadenando los momentos cumbre del show con los bises, decir que Owen salió a escena una vez más tras abandonar en primer término el escenario para completar una hora y 10 minutos de repertorio con 3 temas de propina que metió en los bises. En el añadido sonó en primer lugar “Optimist vs. the silent alarm (when the saints go marching down)”, pero destaco sobremanera que “Toby, take a bow” se situara en esos compases finales del espectáculo, regalándome otro momento impagable asociado a la interpretación en directo de uno de los temas que más admiro de toda la discografía de Casiotone For The Painfully Alone. Los teclados y el sonido delicado e íntimo que ofrece esta pieza, hicieron de la Moby Dick el salón de una casa en la que Owen parecía estar tocando rodeado de un buen grupo de amigos.En tanto al público asistente, decir que Owen consiguió completar de forma meritoria aproximadamente unas tres cuartas partes de la sala Moby Dick, con un aforo en tanto al 75-80% de la capacidad máxima, lo cual, teniendo en cuenta lo poco popular y mainstream de la propuesta musical de Casiotone For The Painfully Alone no está nada mal. El público se notaba que era una audiencia fiel a Owen y en las ovaciones que dedicamos a Ashworth tras cada una de las canciones se notó a partes iguales el cariño que se le tiene a este músico y también el hecho de que estábamos ante una despedida. No se puede decir que los asistentes trataran mal a Casiotone For The Painfully Alone, sino más bien todo lo contrario. Como curiosidad, mencionar que había mucho chico con gafas, barba y algo de sobrepeso en la sala, llegando a contar al menos a 5 o 6 réplicas razonables de mr. Ashworth; el colmo fue cuando Owen apareció en escena perfectamente afeitado, lo cual le quitaba algún kilo de encima en lo que a aspecto se refiere. Por cierto, y aunque suena a coña que yo lo diga, pero Owen es bastante alto y tiene una gran envergadura.Owen por su parte estuvo bastante serio, como es habitual en él. En los primeros compases del concierto llamó 2 veces la atención al personal de la sala, quejándose de ciertos problemas de sonido y de monitorización, siendo bastante tajante al 2º aviso al decir “es la última vez que lo digo…”. En el apartado de interacción con el público, aparte de alguna tímida introducción de algún tema, como de alguna que dijo “este tema trata sobre un problema” o la ya mencionada intro de “Streets of Philadelphia”, Owen simplemente se dirigió a nosotros con varios “Thanks” a secas y algún “Thanks for coming”. Antaño, al menos en la gira de “Etiquette”, añadía al “Thanks” un “a lot” que en esta ocasión no salió de su boca. También hubo un momento en el que preguntó al viento si habíamos estado en el partido de fútbol que se celebraba un par de calles más abajo (supongo que vio el ambiente que se vivía por la zona esa tarde) y también tuvo un momento de viaje al pasado, haciendo memoria y recordando que había estado en Madrid 4 años atrás en aquel concierto de la Sala Neu!Al final del concierto, estuve divagando durante unos minutos, meditando si quedarme a ver si podía departir algo con Owen. Tras estar 10 minutos en la sala, mientras dj Algora amenizaba el resto de la noche y completaba el cartel de la Moby Dick del sábado, decidí marcharme. Por fortuna, tuve la ocasión de reencontrarme con aquel ex-compañero de trabajo que me introdujo en Casiotone For The Painfully Alone. Por motivos que no vienen a qué explicar, de forma repentina aquel compañero dejó el trabajo y perdí el contacto. Tenía la certeza casi al 100% de que le vería en la sala y tras creer localizarle, no estando muy seguro e invadiéndome una estúpida timidez a la hora de acercarme y preguntar si era él, fue él quién tomó la iniciativa y se dirigió a mí. Junto a un amigo suyo, enfilamos la salida de la Moby Dick y dejamos el recinto atrás, viendo muy cuesta arriba poder acercarme a Owen. Pensé esto debido a la timidez que creo que emana de Owen y, aunque alguna vez me escribí con él, en los últimos e-mails que le escribí no obtuve ninguna respuesta cuando le dije que acudiría al concierto.Llegando al final de la presente crónica, he de decir que quedé muy satisfecho del concierto en la sala Moby Dick. Todo fue estupendo: el que no hubiera seguratas impertinentes (más preocupados de las pobres fotos que hacen los asistentes que de la propia seguridad del recinto), la buena actuación de The Secret Society como más que aceptables teloneros, el lugar en sí (no sé, pero me gustó vivir el concierto en la sala Moby Dick, y eso que iba con ciertas dudas o reservas preconcebidas de forma errónea) y sobre todo poder ver a Casiotone For The Painfully Alone en lo que fue su última actuación en Madrid. Owen Ashworth ha llegado al fin de una era. Casiotone For The Painfully Alone será historia del mundo indie de la música moderna a fecha de 5 de diciembre del presente año. En los 4 años que llevo conociendo a Owen, y que curiosamente fue por estas fechas prácticamente, he disfrutado mucho de su música y del halo tan especial que destilan sus composiciones. Que haya seleccionado Madrid como uno de los lugares donde ha recalado su gira de despedida es un detalle que le agradezco; no sé si en parte fue propiciado porque le machaqué mucho el asunto cuando alguna vez intercambié algún correo electrónico con él (y más aún cuando hacía poco que había pasado por la capital).
En todo caso, desde “Discos, música y reflexiones” deseamos toda la suerte del mundo a Owen Ashworth en proyectos venideros. Con que sean la mitad de interesantes que Casiotone For The Painfully Alone valdrán la pena. Ha sido un placer disponer de su música durante estos 13 años, aunque personalmente solamente la lleve conociendo 4 años. Como reza el título del programa de José Luis Casado en La Otra de Telemadrid, “nos queda la música” y aunque Casiotone For The Painfully Alone llegue a su fin, lo que es cierto es que los 5 discos de estudio de Owen seguirán ahí por los siglos de los siglos. Amén.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Abacab! Si ha sido la última vez que Casiotone For The Painfully Alone actúa como tal, eso te debe de haber servido para que lo hayas disfrutado como nunca y nos invita a la reflexión de que 'nada es para siempre' y que hay que disfrutar las cosas buenas al máximo, verdad?

Un abrazo y que tengas un feliz puente :)

Manu UC.

Abacab dijo...

Manuel, totalmente de acuerdo con tu reflexión. Sí que disfruté a fondo del concierto. La propuesta de Owen Ashworth como Casiotone For The Painfully Alone siempre me llamó la atención. El tiempo que ha durado ha sido un placer tener presente su música, lo cual por otro lado quedará para siempre.

Un abrazo para ti, feliz puente igualmente y gracias por escribir.

Ana Belén Pacheco dijo...

Me animo a comentar porque me ha parecido una entrada estupenda. La pena es que lo leo a posteriori, me lo perdí.

Un afectuoso saludo.

Abacab dijo...

Lady Kirby, me alegro de que te haya gustado el post. Una pena que te lo perdieras.

Gracias por escribir.

jairo F.Quindós dijo...

Sin duda otra entrada que despierta el interes en un cantante que desconocia, en fin intentaremos repasar su discografia para disfrutar de Owen como disdrutas tu. Un saludo rojiblanco Victor.

Abacab dijo...

Jairo, quizás Owen y su proyecto te dejen algo en fuera de juego al principio. Te recomiendo que te hagas con "Etiquette" de 2006, que es lo más accesible que puedes escuchar para iniciarte. Puede que te guste.

Un saludo rojiblanco y gracias por escribir.