Abrimos fuego con el concierto de Hombres G hace un par de semanas de lo que va a ser un otoño repleto de eventos a los que un servidor de ustedes va a poder acudir. Realmente, éste del que aquí les hablo, iba a ser el primero de la serie, ya que el de David Summers y sus compañeros fue una improvisación de última hora. Me costó animarme a ir a ver a Supertramp, debido a varios motivos que me echaban para atrás; por un lado que el concierto se celebrara en miércoles en plena semana laboral de madrugones, por otro que nadie me acompañara, además se sumaba el hecho de que el concierto de Davies, Helliwell, Siebenberg y sus acompañantes en escena era el más caro en cuantía de los previstos para asistir. Aún así, la balanza se desniveló a favor de la asistencia por 2 causas principales: la grata experiencia que viví hace 8 años en el Palacio Vistalegre y el hecho de que probablemente sea la última vez que estos gigantes del rock pasen por Madrid, debido a su edad.
Precisamente por la experiencia previa de hace 8 años y de otros conciertos como el de Madness, intuí que no haría falta madrugar mucho en la cola para conseguir un buen lugar en pista para ver el concierto. Además, no les voy a explicar otra vez el asunto de la cercanía al escenario, las cámaras de fotos y los empleados de seguridad, con lo que resumiendo, para una 8ª fila, con llegar a las 19.30h más que de sobra. Por otro lado, y debido a los problemas ya surgidos en 2 ocasiones con el tema de la tarjeta de mi cámara digital (en el concierto de Sôber y en el de Hombres G), iba con más miedo que el que se tiene a un nublado sobre si después del trabajo fotográfico, todo se fuera al traste por un inoportuno error informático.
Con todo, los planes salieron como estaba previsto y llegando al Palacio de los Deportes sobre las 20h, conseguí sin despeinarme, sin aguantar colas y dando un relajado paseo hacia la pista (menudas carreras frenéticas he vivido en otros conciertos por las entrañas de este recinto) una 4-5ª fila, como es costumbre un poco ladeado hacia la izquierda según miras al escenario. Otros días he llegado mucho más temprano al recinto, soportando hasta 3 horas de espera en cola fuera del recinto, pero sin embargo en esta ocasión se me hizo el triple de tediosa la hora y media que hubo de espera hasta que empezara el show. Los motivos supongo que principalmente serían la falta de conversación con algún otro asistente, que normalmente suele darse, y por otro la ausencia de teloneros. Con ello, y siguiendo la tendencia de muchos de los espectadores que ya se encontraban en el interior copando las primeras filas, me senté/tumbé en el suelo (como ya pasó hace 8 años), para posteriormente poder aguantar mejor el tiempo de pie que durara el concierto.
Es raro que unos caballeros como son Supertramp no cumplan a rajatabla la puntualidad escrupulosa de la hora del comienzo, pero así fue ya que Davies, Helliwell, los Siebenberg y el resto de músicos aparecieron en escena con exactamente 10 minutos de retraso. A su favor hay que decir que respecto al aspecto físico de los mismos hace 8 años, noté pocos cambios en Davies y Helliwell, pero sí que vi algo más envejecido a Bob Siebenberg. Asunto fotos: me confié y pensaba que del día de Hombres G quedaría batería suficiente para aguantar todo el concierto; me equivocaba, puesto que antes de llegar al ecuador del mismo, la cámara se quedó sin gasolina. Una pena, ya que ciertos momentos graciosos como cuando John salió con un embudo auditivo con las palabras “Right” y “Quite right” para “Bloody well right” no pudieron quedar inmortalizadas por un servidor, pero sí que pude realizar una buena tanda de fotos hasta que dio de sí la batería, las cuales les voy intercalando “From now on”.Me dejó algo descolocado que el comienzo del show viniera de la mano de la cara b “You started laughing” y que tras la misma se diera paso a la apertura del disco “Breakfast In America” “Gone Hollywood”. No obstante, en este apartado Supertramp demuestran que van sobre seguro y no precisan de uno de sus grandes bombazos para comenzar sus shows. Y eso, muchas veces lo he comentado, se agradece, ya que el público está ansioso y cualquier tema es bien recibido para la apertura del show. Me sorprendió no obstante el hecho de la inclusión de “Gone Hollywood”, ya que creo recordar que en su concierto de 2002 en el Palacio Vistalegre no la incluyeron y no era habitual en sus set list; supongo que de aquí vendrá el nombre de la gira “The Hits And More”.Se empezó a pisar el acelerador pronto gracias a la temprana aparición de “Cannonball”. Tema celebrado por muchos y primer éxito de la era post-Roger Hogdson, que perteneció al notable lp “Brother Where You Bound”; un disco muy infravalorado a día de hoy, pero que es una obra excelente. Cuando regresemos a Supertramp para revisar alguno de sus discos, ya que hasta la fecha solamente nos hemos metido con “Even In The Quietest Moments…”, probablemente no a mucho tardar, es posible que éste trabajo sea el que elija. Y es que escuchar en directo esta trepidante canción y dentro de la misma las notas de viento situadas en ciertos momentos con esos latigazos de percusión es una experiencia altamente satisfactoria.Luego, al final de la crónica les dejo el set list en orden para que se hagan la idea cronológica de lo que fue el show, pero hoy no seguiré una estructura lineal, sino que iré más bien por bloques. Hablemos de ausencias; primero lo medianamente reprochable para poder terminar con buen sabor de boca. Hubo varios discos olvidados. Como casi siempre del disco de debut y de “Indelebly Stamped” no hubo ni rastro, pero sí que me chocó más que de 2 discos con temas muy interesantes como “Free As A Bird” o “Some Things Never Change” no apareció ni una sola pieza. Me resulta doloroso no haber escuchado en las 2 ocasiones que he visto a Supertramp la grandiosa y movidita “I’m begging you” y en 2002 no acierto a confirmar si la propia “Free as a bird” hizo acto de presencia. En aquel show de la primavera de 2002 sí que se tocó “You win, I lose” del regreso de 1997 “Some Thing Never Change”, pero sin embargo se han olvidado las 2 veces del tema con el que me conecté a Supertramp, la acertada (bajo mi punto de vista) “Listen to me please”. El único detalle que hubo o guiño mejor dicho a aquel acertado regreso de 1997 fue que tras la representación en el telón de fondo del universo y los barrotes de “Crime Of The Century” vagando por el mismo al interpretarse el tema de mismo título como cierre del show, se continuó la proyección y se vio a ese matrimonio septuagenario tomando el té en la luna, charlando animosamente.Con un repertorio tan amplio se puede pedir mucho a Supertramp, y, claro, si no quieres irte a un concierto de 3 horas de duración del tipo de Springsteen o The Cure, es imposible meter tantos hits en 2 horas. Se echó, o yo al menos eché de menos “Hide in your shell” de “Crime Of The Century” (de las pocas de dicho disco que no se tocaron), “Lover boy” de “Even In The Quietest Moments…” y por supuesto “Fool’s overture” de dicho trabajo; un tema que no suelen incluir por ser tan personal de Hogdson y que lastimosamente, como me ha sucedido con “I’m begging you”, me he perdido en las 2 ocasiones. Se puede pedir más como las citadas ausencias de “Free As A Bird” o de “Some Thing Never Change”, añadiendo algún “Better days” de “Brother Where You Bound”, pero lo dicho: es imposible hacer hueco a todas estas piezas sin renunciar a algún otro tema de mayor calado popular. Quizás el reemplazo se podría haber llevado a cabo con “Put on your old brown shoes” o “You started laughing”, desde mi punto de vista y gusto personal, pero bueno. También se pasó por alto el último disco de estudio, aquel que supuso la gira de 2002 titulado “Slow Motion”, el cuál pasó de puntillas en su día y no fue echado en falta por mucha gente que casi abarrotaba el recinto del Palacio de los Deportes.Y esto en el apartado de las ausencias, pasemos ahora a lo bueno. Los momentos culminantes de la noche, traducidos en las canciones que mejor sonaron o que mejor acogida tuvieron, fueron “Cannonball”, que tras sus primeros compases metió a la gente de lleno en el show, “From now on”, la cual de misma forma con sus primeras notas de piano provocó el clamor popular y a la postre en sus últimos compases hermanó al Palacio de los Deportes que coreó sus últimas frases, “Dreamer” en los bises (por cierto, se repartía un panfleto promocional de Roger Hogdson en el que se invitaba a la descarga gratuita de una nueva versión que ha firmado el ex-componente de la banda recientemente) y también se recibió con mucho ánimo “It’s raining again” de “Famous last words”.En lo personal, me tocó mucho la fibra sensible el momento que quizás más esperaba de la noche junto a “Cannonball”, que fue el protagonizado a solas por el fenomenal Rick Davies en su piano de cola, comiéndose el Palacio de los Deportes enterito al interpretar la preciosa balada “Downstream”, cuando ya se enfilaba la 2ª mitad del show. Nuevamente se quedó a solas, iluminado por un haz de luz, al estilo de lo que hizo hace 8 años en el tour “One More For The Road” en el Palacio Vistalegre; en la revisión del disco “Even In The Quietest Moments…” de hace ya tiempo atrás, ya mencioné que en su día aún no conocía la canción y escucharla en directo fue sobrecogedor. Aquel impacto primerizo fue incomparable, pero volver a ver a Rick solo ante el piano tocando y cantando este temazo fue algo muy especial. En la siguiente imagen podemos ver a Rick muy concentrado en sus teclados.En efecto fue una sucesión de éxitos, y lo que más llamaba la atención es que el grupo cuando cogía carrerilla con un disco, no lo soltaba durante los siguientes temas. Fue el caso de “From now on”, “Downstream” y “Give a little bit” en mitad del concierto, las cuales pertenecen todas a “Even In The Quietest Moments…” o el único bis que se llevó a cabo, que fue monopolizado por “Crime Of The Century” y sus temazos “School”, “Dreamer” y la colosal canción título como final que nos dejó sin aliento, con esa ya mítica melodía de piano, con esas notas de sonido tan melancólico. Ante un final así, has de rendirte, y ahora mismo no recuerdo muy bien si en Vistalegre en 2002 también se finalizó así.De forma intercalada fueron cayendo otros bombazos de discos como “Breakfast In America” con la canción que le da título, “The logical song”, “Goodbye stranger” y “Take the long way home” como estandartes; ya mencionamos que al comienzo del show se situó también “Gone Hollywood”. El lp “Crisis? What Crisis?” de 1975 también fue bien tratado, ya que se rescataron temas como “Poor boy”, “Ain’t nobody but me”, la cual fue muy bien recibida también por la audiencia (que se me olvidaba), y como no, la genial y acelerada a ratos “Another man’s woman” con ese final tan trepidante y ese estribillo tan endiablado; sí, esta canción, no podía ser de otra manera, también se me olvidaba, fue muy celebrada por la audiencia cuando retumbó en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.Sonó realmente bien “Rudy” en la parte final del show. Un tema con tantos cambios rítmicos, tan emotiva a ratos y sumamente elaborada, es claramente una pieza difícil de ejecutar correctamente en el directo, pero Supertramp demostraron que están en plena forma, haciendo una soberbia representación de la misma que me dejó particularmente maravillado. Creo que se repitió la representación del viaje en tren sobre el telón de fondo, lo cual acompaña excelentemente a este tema en su parte final sobre todo. En lo que a las imágenes dispuestas sobre el telón de fondo, además de “Rudy”, destacaron la ya comentada representación del espacio de “Crime Of The Century” y las imágenes de Hollywood en “Gone Hollywood”, las cuales pueden ver en la foto que se sitúa debajo del presente párrafo. Un punto a favor de la organización fue la simple inclusión de 2 pantallas gigantes a cada lado del escenario para que la gente dispuesta lejos del mismo pudiera llegar a distinguir el rostro de los componentes o en algunas ocasiones poder comprobar como Rick Davies tocaba de forma magistral su piano de cola, de forma endiablada.Fueron 2 horas y 10 minutos de show, que cumplieron con las expectativas, pero que salvo alguna variación como excluir temas de sus 2 últimos discos de estudio “Some Things Never Change” y “Slow Motion”, poco varió en su set list respecto a su espectáculo de hace 8 años. En tanto a la formación, creo que de lo poco que se produjo en tanto a variaciones fue la baja de Mark Hart, nuevamente implicado en Crowded House. Del resto de la formación hubo algún cambio, destacando las tareas vocales de Jesse Siebenberg a las voces en algunas ocasiones, aunque no sería el único de los músicos en escena que se encargaría de interpretar los temas vocales de Roger Hogdson. Abajo pueden ver a Jesse al piano de cola y a las voces.Al bueno de su padre Bob Siebenberg, se le veía poco en la batería, dispuesto muy atrás en el escenario y casi completamente oculto por los platillos de la misma. Apareció muy elegante, con un chaleco y fue el miembro que vi más envejecido respecto a 2002; también hay que decir que en aquel concierto parecía todavía un chaval, ahora las canas y algún kilo de más le han acabado echando más años a su apariencia física para ponerse más acorde con su edad real. Abajo, la mejor foto que pude sacarle a Bob; y es que no olvidemos que me quedé pronto sin batería, con lo que no pude atinar demasiado.John Helliwell fue nuevamente el maestro de ceremonias y el encargado de dirigirse a la audiencia en un exquisito y perfectamente entendible inglés. No he escuchado a un componente de una banda dirigiéndose al público de forma tan clara y cristalina de tal forma que alguien con una capacidad comprensiva de inglés mínima, podía entender perfectamente al sr. Helliwell. Tuvo 2 momentos de charla con la audiencia. El primero sirvió para decirnos que estaba muy contento de estar en España, porque le gusta mucho nuestra comida, pero que tenía que decirnos que nuestra comida es la 2ª mejor del mundo (aquí comenzaron algunos abucheos en plan de broma de la audiencia), puntualizando acto seguido que es la 2ª mejor del mundo después de su “Desayuno en América”, para así dar paso a este clásico imperecedero del grupo. Su otro momento de gloria fue antes de sonar “Give a little bit”, y sirvió para explicar que cuando aún no era componente del grupo y estaba loco por que le admitieran, cuando iba a verles tocar le gustaba mucho este tema que sonaba realmente bien. Por lo visto la composición data de mucho tiempo antes de “Even In The Quietest Moments…” de 1977, disco en el que sería editado; nunca te irás a la cama sin saber algo nuevo. Y, bueno, sí, hubo un 3er. momento de lucimiento de John, pero para un seguidor rojiblanco como yo tampoco es que me hiciera mucha gracia ver a John Helliwell mostrando una camiseta firmada por todo el equipo del Real Madrid al público. Un sector cercano a mi comenzó a corear “¡Atleti! ¡Atleti!” y yo, claro, me sumé a la broma. John apareció en escena cuando salió todo el grupo, con una copa de vino en mano, brindando ante la audiencia (también destacó que le gustaba nuestro vino cuando hizo la intro de “Breakfast In America”, momento que podrán ver en la próxima instantánea) y estuvo nuevamente muy elegante con su americana, muy acertado en sus instrumentos de viento y moviéndose y bailando por el escenario cuando no tenía que dar el do de pecho en sus secciones de viento. No faltó, como no, ese sonido despendolado tan característico de “The Logical Song”, lo que pasa es que, cosas de la mesa de mezclas, tampoco sonó muy fuerte como otras veces.Y del alma matter del grupo, el gran Rick Davies, ¿qué decir? Pues que estuvo sensacional tocando el piano, el teclado y cantando las canciones que le corresponden. Además, me di cuenta que de forma muy estratégica, se alternaba mucho el apartado vocal entre Rick y el resto de componentes a los que había encomendada tarea la micro. De esta forma, cada vez que Rick retornaba al primer plano, se le recibía cada vez con más ganas. Son impagables las muecas que Rick pone al tocar y cantar, mirando al público como asintiendo sobre lo que está haciendo y sobre todo es increíble verle el brío y la entrega con la que toca y la rabia que en ciertos momentos pone al cantar. Salió muy sobrio, con una camisa blanca y pantalón oscuro y por él, al igual que con John, parece que no pasan los años, ya que le vi igual que hace unos años atrás; quizás con alguna cana más, pero casi igual. No aparenta ni en broma los 66 años que ya tiene.Tras los últimos compases de “Crime Of The Century”, el grupo se marchó sin despedirse una vez más, lo cual nos hizo creer que podría haber habido un 2º bis, cosa que no ocurrió. Se despidieron justo al terminar la parte troncal del show tras “Goodbye stranger” y poco antes John Helliwell se encargo de presentar a los músicos que formaron parte del espectáculo. Fue más que suficiente. Creo que superó en duración al show de hace 8 años y en general el grupo de canciones escogidas recogió lo más exitoso de Supertramp en su trayectoria. Quizás les faltó algo de riesgo en la elección, pero creo que esta percepción estriba en que a un servidor, como he descrito unos párrafos arriba, le gustan temas muy particulares de la trayectoria de la banda. Conseguí hacerme con un set list (uno más para la colección) al pedírselo a uno de los roadies que estaba faenando recogiendo todo al finalizar el show; arriba les he dejado una foto del mismo, para que así sepan el orden y las canciones que hicieron acto de presencia la noche del pasado miércoles 15 de septiembre en el Palacio de los Deportes. Al filo de la medianoche me afané en salir lo antes posible del recinto y enfilar la Av. América, ya que al día siguiente había que madrugar. A continuación una foto que muestra las secciones de viento comandadas por el maestro John Helliwell.Este concierto tiene para mí una sensación muy especial. Un “no sé qué” que en parte me entristece. Esto estriba en que quizás sea la última vez que vea a Supertramp en directo. No está claro, ni se ha promocionado así la gira, pero es probable que debido a la edad de los componentes nos encontremos ante su último tour. Lo viví en parte como una despedida y eso siempre tiene su punto especial, lo cual le suma emoción, pero te deja un poso de cierta angustia que te entristece (a lo que supongo también se sumaría el hecho de que el concierto se celebre al final del verano). No obstante, he tenido la suerte de ver a esta fenomenal banda en 2 ocasiones, y aunque no haya sido con la formación clásica, la que incluía a Roger Hogdson y a Dougie Thompson, es algo que no todo el mundo puede decir.Fue un concierto excelente, generoso en cantidad de canciones y duración y con una perfección instrumental que estuvo cuidada al detalle. Además, en los 2 conciertos de Supertramp, aún estando repletos los recintos donde se han celebrado, nunca he sufrido apreturas y agobios, pudiéndote mover y bailar a tu gusto (no se imaginan lo que se agradece en estos eventos). El carisma que desprende esta banda, sobre todo por sus 2 líderes en escena, Rick Davies que, sin necesidad de hablar mucho, con sus gestos hacia el público lo dice todo y John Helliwell con sus amables interacciones con la audiencia, y confirmándose como el 3º de a bordo histórico de Supertramp, hace que el show se impregne de una esencia que magnifica si cabe aún más la música que emana del grupo. No sé si volveré a verlos más, pero quisiera terminar el artículo agradeciendo a Supertramp estos 2 conciertos que he vivido en su compañía. Si aún les queda una bala en la recámara, tengan por seguro que volveré a asistir. Siempre merece la pena.
2 comentarios:
Gran crónica compañero.
Sentí no acudir contigo al concierto como hace 8 años, pero los precios que se mueven ultimamente me han hecho bastante mas selectivo, aunque igual Supertramp si que hubiese valido la pena, sobre todo por 2 motivos:
1º el buen sabor de boca que me dejó el concierto de Vistalegre, con la coordinación de "Rudy" con el video que proyectaban al fondo del escenario, el final que se marcaron con el crimen del siglo...
2º Siempre es fascinante ver como un grupo de dinosaurios le pasan la mano por la cara a la mayoría de grupitos de hoy en dia.
José, si queda alguna otra visita en el futuro de Supertramp a Madrid, ten por seguro que ese día repetimos la experiencia de 2002. Celebro muchísimo ver tu comentario por aquí amigo.
Recibe un fuerte abrazo. Gracias por escribir.
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