Con cierta periodicidad, aunque con poca frecuencia, existe alguna semana suelta en la que la revisión de turno trata sobre algún disco de alguna banda española a la que aprecie. Hoy es una de esas ocasiones. En esta semana, rendiremos tributo a uno de los grupos más longevos del panorama pop español, los madrileños de La Unión.
1984 era uno de los momentos álgidos de la llamada movida madrileña. Se han escrito ríos y ríos de tinta, se han debatido horas y horas y se ha homenajeado una y mil veces a esta revuelta cultural que surgió en nuestro país en los primeros años de democracia. Eran los tiempos en los que la juventud comenzaba a creerse que la libertad, de un modo u otro, parecía que se había establecido.
Ni mucho menos vamos aquí a hablar de este movimiento con motivo de la revisión de esta semana. Ya habrá tiempo para ello con otros grupos más paradigmáticos dentro de lo que aquello fue, porque La Unión, tampoco es que esté considerado como uno de los grupos principales asociados a La Movida. En todo caso, en el citado año, lo que al principio era un conocimiento underground, empezaba a tener una repercusión mediática a través de recuerdos imborrables como "La Edad De Oro" o "La Bola De Cristal".
En estos momentos, 4 chicos de la capital, todos ellos estudiantes universitarios, decidieron "unir" fuerzas y dar forma a un proyecto musical en conjunto. La Unión comenzó su andadura como cuarteto, aunque gran parte de su historia han sido un trío y como tal se les recuerda y se les ve en la actualidad. En aquellos instantes, junto al cantante Rafa Sánchez, el bajista Luís Bolín y el guitarrista Mario Martínez, estaba también el teclista Iñigo Zabala.
El disco de debut es el que escogemos para rendir nuestro primer tributo a esta banda esencial de la música española. Al amparo de la impagable defensa del componente de Mecano Nacho Cano, y ayudados en la producción por Rafael Abitbol, el primer lp del grupo gira en torno al clásico por excelencia de la discografía de la banda "Lobo hombre en París". No obstante, y "Sildavias" por descontado, el conjunto de canciones que incluye el track list es de una calidad más que remarcable.
El comienzo viene de la mano de la citada "Sildavia". Efectivamente, tras "Lobo hombre en París" es el otro gran momento extraíble del disco. La descripción de ese mundo de fantasía por parte de Rafa, tan aplicable a cualquier adolescente incomprendido o inconformista, se convirtió en himno de muchos en aquellos años. La batería, los arreglos de teclados, la fuerza de la guitarra de Mario y sobre todo ello la intensa voz de Rafa Sánchez, dan como resultado un aceptable resultado, que para mi gusto, y tras escuchar todo el álbum, me parece de los momentos menos fuertes. Para aquellos que no han escuchado al completo "Mil Siluetas" y solamente conocen los 2 singles de relumbrón, y enloquecen con "Sildavia", recomiendo que se preparen para ciertas canciones que vendrán a partir de ahora. "Eclipse total", sin embargo no viene a justificar, desde mi punto de vista, esas afirmaciones de futuras buenas promesas que nos entregará el disco. La voz de Rafa al comienzo del estribillo, resulta demasiado retorcida y dolorida y la letra… pues tampoco me llama la atención. Me gusta especialmente la parte inicial instrumental, pero aparte de eso, poco más. "Sangre entre tú y yo" destaca principalmente por el turbio estribillo que mezcla varios niveles de voces y coros. Los teclados de corte cristalino y luminoso, pero que dan forma a una melodía con cierta melancolía, es de lo más destacable en momentos puntuales de la misma. "Cabaret" es una delicia y una de las verdaderas entregas sublimes del disco. 3er. single moral, dispuso de un ochentero videoclip, el cual se puede ver en la página oficial del grupo. En dicho clip, una pareja algo aquejada de falta de comunicación, viajando en un Alfa Romeo deportivo, llega a un desierto surtidor de gasolina en mitad de la nada, y la chica entra en los servicios, los cuales le llevan a una clandestina sala de conciertos (muy cabaretesca, haciendo justicia al nombre del tema), en la cual están tocando La Unión, con unos atuendos y trajes muy al estilo de los felices años 20 del siglo pasado. Es en lo instrumental la balada por excelencia del disco, con esas delicadas notas de teclado tan bien llevadas y con ese estribillo tan bonito "en el cabaret, solo una cerilla puede borrar el brillo de la embriaguez… ¿Qué día fue ayer?". De mis favoritas del disco. Lo siguiente es un himno generacional, desde su inicio con esas nocturnas y trastabilladas notas de piano, hasta esa rotunda y marcada línea de bajo a cargo de Bolín que nos lleva al interior de la canción, que incluye esos rasgueos de guitarra eléctrica inconfundibles de Mario Martínez. "Lobo hombre en París", es una de las melodías más arraigadas en la memoria musical de muchos españoles que ahora tendrán entre 30 y 45 años. La letra, en la que se narra la historia de un personaje de fábula macabra, que devora a sus amantes, es una de las historias más intensas que se han compuesto en la historia musical española, a la par que incluye algún toque romántico "… junto a él se ha sentado, ¡oh! una joven, con la que irá a contemplar la luna llena sobre París". El tremendo videoclip grabado al efecto en blanco y negro, que intenta recrear algún barrio parisino de pensiones baratas y casas de citas, también es otro momento inolvidable de la historia audiovisual española, junto a otros contemporáneos suyos como el aventurero clip de "Amante bandido" de Miguel Bosé, convirtiéndose en un particular Indiana Jones. Siempre he comentado en mis particulares tertulias musicales, cuando ha hecho acto de aparición La Unión, que el video me da la impresión de que se rodara más bien en cualquiera de esas callejuelas propias de Estrecho, Alvarado o Tetuán, que van a desembocar en la calle Bravo Murillo madrileña. No se imaginan el efectismo personal que me supuso ver en directo a La Unión en la Plaza de la Remonta del distrito de Tetuán hace un par de años; ¡Qué apropiado!Se da paso a continuación a la canción-título; "Mil siluetas" es bastante parecida quizás a "Eclipse total", pero sin embargo, aquí el extraño mecanismo mental que hace que una melodía te haga "clic" en el interior de tu mente, se activa al escuchar partes como el estribillo con ese sostenido "y séeeee… que estás ahí…". Rafa encadena estrofas de forma vertiginosa con versos acertados como "pero algo que no es de la habitación eriza el vello de la piel". Sonido paradigmático de la que podríamos llamar "nueva ola" española. Muy apañada. No obstante, el hecho de estar anexada al inmortal de la banda "Lobo hombre en París", le hace un flaco favor en pasar algo desapercibida. "Todos los gatos son pardos", supone personalmente algo de nostalgia al recordarme a uno de mis más antiguos recuerdos de la radio, cuando escuchaba en el Renault 9 GTD de mi padre los sábados por la mañana aquel programa de José Ramón Pardo de mismo nombre. No obstante, este inciso de morriña temporal personal, no tiene nada que ver con la canción en cuestión, aparte de compartir el título. Lo más destacable es la guitarra de Mario, que confiere a esta canción uno de los instantes de mayor ritmo y aceleración del disco. "Mujer cosmopolita" cambia de ritmo y es un tema más lento. Aquí Rafa canta de forma sensual y a ratos modula su voz a registros mucho más graves de los que ha mostrado a lo largo del disco, por ejemplo cuando cita el título de la canción. La siguiente canción dispone de una apocalíptica producción al inicio que puede ir acorde con el título que tiene, "Voracidad". Es curioso que la canción verse sobre una mujer con mucho apetito literario, que devora libros sin parar y otras lindezas. A pesar de lo algo chorra de la letra, es de las que más me gusta instrumentalmente hablando, por el atropello musical que con tan buen criterio incluye. El final lo supone la enigmática "La niebla". Perfecta conjunción de los instrumentos y un adecuado epílogo para terminar de conformar una obra compacta, tanto en su sonido, como en su fuerte carácter new wave a la española que destila. Destaco los coros en plan vocoder que se incluyen en la parte final. Se entremezclan notablemente la rítmica guitarra de Mario y los ampulosos teclados a cargo de Zabala. Resultan vagamente graciosas y chocantes algunas consignas que proclama Rafa como "se ha puesto de moda el streap-tease colectivo en toda la ciudad". Buena forma de terminar el disco, que incluye un notable combo final con la intensidad de "Voracidad" y el medio misterio que aporta "La niebla".
"Mil Siluetas" fue una de las revelaciones de aquel 1984, básicamente por el éxito como sencillo de "Lobo hombre en París". Situó a La Unión en la vanguardia de la música que se realizaba en España y como una de las promesas más firmes del panorama patrio, que vendrían a confirmar en el resto de la década y en gran parte de los años 90, sobre todo a comienzos de dicha década, cuando dominaron el mundo musical del país, aprovechando la marcha de Mecano.
La portada de "Mil Siluetas", incluía una foto de los 4 componentes en aquella época del grupo en un anochecer crepuscular enmarcada en el centro de la misma, situándose en la parte de arriba el nombre del grupo y el título del disco y en la parte de abajo el título de las canciones.
La Unión, bajo la protección y apadrinamiento de Nacho Cano, se confirmaron como un nuevo fenómeno de masas dentro de la música española. El cantante Rafa Sánchez, poco a poco fue ganándose la imagen de símbolo de deseo para las fans más fogosas, consiguiéndose su más alto nivel en los primeros años 90, en los tiempos del acongojante y sensacional disco en directo "Tren De Largo Recorrido".
Sin embargo, tras este incontestable debut, los 2 siguientes discos de la banda, tuvieron un menor éxito y una acogida más bien tibia. Esto derivaría en el abandono de la banda por parte del teclista Iñigo Zabala, quedándose en trío el grupo. Sin embargo, este punto de inflexión, supondría el renacimiento de La Unión tras la edición de su cuarta entrega "Vivir Al Este Del Edén" con canciones como la que le da título, "Maracaibo" y sobre todo "Más y más", rutilante sintonía de la Vuelta Ciclista a España de aquel año 1988.
"Mil Siluetas" es uno de los discos imprescindibles de la música española. Representa la banda sonora de una época imborrable de la cultura de este país. Supuso el espaldarazo a un grupo, que tras 25 años en el mundo de la música pueden sentirse muy orgullosos de lo que han conseguido. A su favor diré que el concierto que tuve ocasión de ver en la fiestas patronales de Torrejón de Ardoz de octubre de 2004, fue uno de los shows más completos y mejor distribuidos de los que he escuchado en mi vida. No es el caso de que haya ido a pocos conciertos y de escasa importancia, así que algo bueno tendrán.
Habrá otras ocasiones en las que más adelante analizaremos otros trabajos de La Unión. La verdad es que no esperaba tanto de su debut y tenía la errónea idea, antes de escuchar el disco completo, de que se trataría de un álbum de relleno para acolchar a "Sildavia" y "Lobo hombre en París". Estaba equivocado. Es de largo, uno de los mejores discos que se editaron en la década de los 80 en España. Merece la pena detenerse unos minutos y darle algunas escuchas.
4 comentarios:
Hola! Tienes alguna direccion de email de contacto? Me gustaría enviarte una información de un festival que estamos organizando pero no encuentro el contacto. Muchas gracias!
Ahí os dejo mi "myspace", el cual por cierto lo tengo muy esquelético, en donde podeis enviarme información: http://www.myspace.com/discosmusicayreflexiones. Espero vuestras noticias. Gracias por escribir.
Me gusta tu revisión
Gabi Stolberg, celebro que así sea.
Gracias por escribir.
Publicar un comentario