Hoy es una semana especial, ya que hace un añito que comenzamos esta andadura, tan quijotesca en ocasiones. Es curioso que la efeméride del blog coincida (de forma no intencionada) con otras que tengo a nivel personal. En parte en querido hacer un artículo reflexivo y de balance, echando un poco la vista atrás de lo que se ha visto y aprovechando para reafirmar los fines que desde esta bitácora perseguimos.
Para los seguidores habituales, bien sean registrados o no, el funcionamiento se tiene ya claro: una entrega semanal de propuesta musical en forma de disco, que colgamos todos los sábados, y revisión de conciertos a los que acudo, con sus fotos de rigor, cuando consigo hacer alguna. En tanto a las revisiones de los álbumes, gente cercana, me han comentado que quizás las mismas sean algo extensas y se me han realizado propuestas de realizarlas por entregas, para que no se hagan tan duras de leer. Bueno, es evidente que un texto de 3 o 4 páginas de Word, si es sobre un tema sobre el que no tienes mucho interés, resulta un coñazo (discúlpenme la palabra) infumable. No obstante, si estás interesado en un grupo/disco, o simplemente tienes curiosidad por adentrarte en algo que no conozcas, estimo que cuanta más información tengas mejor.
Precisamente, ese aspecto referido de despertar el interés en descubrir artistas o discos que no conoces, es lo que me gustaría que más tuviera lugar. Seré un poco iluso, pero el hecho de pensar que alguien, tras leer… ¿qué se yo?, por ejemplo la crítica de “The Flat Earth” de Thomas Dolby (alguien no muy conocido por las audiencias generalistas en el mundo de la música), se anime a escuchar el disco, es lo que haría que este blog mereciese realmente la pena, ya que lo que desde aquí busco es la difusión cultural musical.
He calificado la actividad del blog como “quijotesca” al inicio de esta especie de reflexión o de balance anual que estoy haciendo. Y es cierto que en gran parte es así, ya que hay semanas en las que parece que actúo cual “desfacedor de entuertos”. No sé por qué extraño motivo, siento debilidad por obras que comúnmente no son de las más celebradas dentro de las carreras discográficas de los artistas que reviso. Como ejemplo claro, está el masacrado disco “Zooropa” de U2. Desde aquí, busco hacer justicia con discos que en su día fueron incomprendidos, pero que tienen una calidad indiscutible tras el paso del tiempo. Muchas veces, sin necesidad de que el disco fuera vapuleado en su momento de ver la luz, simplemente lo que ha pasado, es que ha caído en el olvido. Lo que pretendo es que con mi recuerdo, se proceda a quitarle el polvo que acumule encima tras años y años de reclusión, y que la gente se anime a escucharlos de nuevo.
En tanto a las revisiones de conciertos, he llegado a pensar en los últimos días, que quizás lo suyo sería crear un blog paralelo para los post que vayan sobre ello. No obstante, tampoco es que un servidor acuda a conciertos todas las semanas y más bien la actividad de eventos en directo en mi persona, tiene largos períodos de letargo (véase el parón desde Danza Invisible hasta The Killers, de agosto 2008 a marzo 2009). Luego, sin embargo también se dan casualidades de juntarse en 10 días Franz Ferdinand y The Killers, o en 4 días Depeche Mode y Spandau Ballet (futuras citas en el mes de noviembre). Resumiendo, decir que los post de conciertos, seguirán apareciendo en esta misma bitácora por el momento. Sobra decir, que continuaré intentando recrear la experiencia vivida en los mismos al máximo, para que la gente que no pudiera acudir, pueda hacerse la mejor idea posible de lo que allí sucedió.
Otro aspecto a tener en cuenta, ha sido la participación en el 3er. certamen de los Premios 20blogs, en los que únicamente conseguí un voto. Curiosamente ahora estoy inscrito en la 4ª edición, en la cual espero conseguir un resultado mejor. Evidentemente no espero que la gente se decante por el diseño o el atractivo visual para darme su voto, sino por lo que aquí escribo que es la única baza que puedo jugar, ya que raramente incluyo imágenes en los post. Sin ir más lejos, la simpleza del mismo llega a tal punto que el contador de visitas que ven ahí arriba se instaló allá por el mes de abril. Creo que alguna visita más hemos tenido desde que empezamos. Prometo en este año revisar en parte el diseño del blog para intentar hacerlo algo más atractivo a los lectores.
Por último, agradecer en conjunto a todos aquellos que han dejado en alguna ocasión sus comentarios en la bitácora. Esta semana he procedido a responder a los comentarios que han ido apareciendo desde la última vez que me comuniqué con quienes dejan sus opiniones. Es curioso que tan solo conozca, creo, a una persona de las que ha dejado su reflexión. Algún conocido se quejó tiempo atrás de que al no estar registrado, cuando fue a grabar el comentario y después de escribir toda la perorata, no quedo publicado. Ya he informado en alguna ocasión, que creo que los usuarios no registrados también están ya habilitados a dejar comentarios desde hace unos meses; lo único que saldrá como usuario anónimo (de hecho uno de los últimos comentarios se ha registrado así). En estos casos, agradeceré que dejen firma al final del texto.
Agradezco especialmente los cumplidos en algunos comentarios, que siempre dan a uno una inyección de moral para seguir semana tras semana, y también agradezco las opiniones en las que se ha añadido algún aspecto complementario sobre la revisión en cuestión que, o bien no conociera, o que me haya pasado por alto. Igualmente es destacable que las 2 únicas opiniones disidentes, por unos u otros motivos, que existieron, se hayan expuesto desde el máximo respeto posible y no habiendo lugar a insultos o palabras subidas de tono. Esa moderación la valoro especialmente.
Mención especial para los 2 seguidores que figuran en perfil; espero que en este nuevo año, la lista de los mismos se vea engrosada. La dinámica del blog, seguirá siendo la misma y no tengo pensado introducir novedades en lo que al funcionamiento básico se refiere: estructura de los artículos y periodicidad de entrega. Seguiremos revisando bandas que todavía no han aparecido por estos lugares, y ya por fin, en este año, comenzaremos a analizar discos de grupos que ya han desfilado por la pasarela (repito que lo de Depeche Mode y “Sounds Of The Universe” no lo considero una revisión al uso).
Terminaré esta especie de discurso diciendo que deseo que lo que semana tras semana vaya publicando siga siendo de su interés. Gracias a todos por estar ahí, por su atención, por sus comentarios y espero que cumplamos juntos muchos años más.
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Para los seguidores habituales, bien sean registrados o no, el funcionamiento se tiene ya claro: una entrega semanal de propuesta musical en forma de disco, que colgamos todos los sábados, y revisión de conciertos a los que acudo, con sus fotos de rigor, cuando consigo hacer alguna. En tanto a las revisiones de los álbumes, gente cercana, me han comentado que quizás las mismas sean algo extensas y se me han realizado propuestas de realizarlas por entregas, para que no se hagan tan duras de leer. Bueno, es evidente que un texto de 3 o 4 páginas de Word, si es sobre un tema sobre el que no tienes mucho interés, resulta un coñazo (discúlpenme la palabra) infumable. No obstante, si estás interesado en un grupo/disco, o simplemente tienes curiosidad por adentrarte en algo que no conozcas, estimo que cuanta más información tengas mejor.
Precisamente, ese aspecto referido de despertar el interés en descubrir artistas o discos que no conoces, es lo que me gustaría que más tuviera lugar. Seré un poco iluso, pero el hecho de pensar que alguien, tras leer… ¿qué se yo?, por ejemplo la crítica de “The Flat Earth” de Thomas Dolby (alguien no muy conocido por las audiencias generalistas en el mundo de la música), se anime a escuchar el disco, es lo que haría que este blog mereciese realmente la pena, ya que lo que desde aquí busco es la difusión cultural musical.
He calificado la actividad del blog como “quijotesca” al inicio de esta especie de reflexión o de balance anual que estoy haciendo. Y es cierto que en gran parte es así, ya que hay semanas en las que parece que actúo cual “desfacedor de entuertos”. No sé por qué extraño motivo, siento debilidad por obras que comúnmente no son de las más celebradas dentro de las carreras discográficas de los artistas que reviso. Como ejemplo claro, está el masacrado disco “Zooropa” de U2. Desde aquí, busco hacer justicia con discos que en su día fueron incomprendidos, pero que tienen una calidad indiscutible tras el paso del tiempo. Muchas veces, sin necesidad de que el disco fuera vapuleado en su momento de ver la luz, simplemente lo que ha pasado, es que ha caído en el olvido. Lo que pretendo es que con mi recuerdo, se proceda a quitarle el polvo que acumule encima tras años y años de reclusión, y que la gente se anime a escucharlos de nuevo.
En tanto a las revisiones de conciertos, he llegado a pensar en los últimos días, que quizás lo suyo sería crear un blog paralelo para los post que vayan sobre ello. No obstante, tampoco es que un servidor acuda a conciertos todas las semanas y más bien la actividad de eventos en directo en mi persona, tiene largos períodos de letargo (véase el parón desde Danza Invisible hasta The Killers, de agosto 2008 a marzo 2009). Luego, sin embargo también se dan casualidades de juntarse en 10 días Franz Ferdinand y The Killers, o en 4 días Depeche Mode y Spandau Ballet (futuras citas en el mes de noviembre). Resumiendo, decir que los post de conciertos, seguirán apareciendo en esta misma bitácora por el momento. Sobra decir, que continuaré intentando recrear la experiencia vivida en los mismos al máximo, para que la gente que no pudiera acudir, pueda hacerse la mejor idea posible de lo que allí sucedió.
Otro aspecto a tener en cuenta, ha sido la participación en el 3er. certamen de los Premios 20blogs, en los que únicamente conseguí un voto. Curiosamente ahora estoy inscrito en la 4ª edición, en la cual espero conseguir un resultado mejor. Evidentemente no espero que la gente se decante por el diseño o el atractivo visual para darme su voto, sino por lo que aquí escribo que es la única baza que puedo jugar, ya que raramente incluyo imágenes en los post. Sin ir más lejos, la simpleza del mismo llega a tal punto que el contador de visitas que ven ahí arriba se instaló allá por el mes de abril. Creo que alguna visita más hemos tenido desde que empezamos. Prometo en este año revisar en parte el diseño del blog para intentar hacerlo algo más atractivo a los lectores.
Por último, agradecer en conjunto a todos aquellos que han dejado en alguna ocasión sus comentarios en la bitácora. Esta semana he procedido a responder a los comentarios que han ido apareciendo desde la última vez que me comuniqué con quienes dejan sus opiniones. Es curioso que tan solo conozca, creo, a una persona de las que ha dejado su reflexión. Algún conocido se quejó tiempo atrás de que al no estar registrado, cuando fue a grabar el comentario y después de escribir toda la perorata, no quedo publicado. Ya he informado en alguna ocasión, que creo que los usuarios no registrados también están ya habilitados a dejar comentarios desde hace unos meses; lo único que saldrá como usuario anónimo (de hecho uno de los últimos comentarios se ha registrado así). En estos casos, agradeceré que dejen firma al final del texto.
Agradezco especialmente los cumplidos en algunos comentarios, que siempre dan a uno una inyección de moral para seguir semana tras semana, y también agradezco las opiniones en las que se ha añadido algún aspecto complementario sobre la revisión en cuestión que, o bien no conociera, o que me haya pasado por alto. Igualmente es destacable que las 2 únicas opiniones disidentes, por unos u otros motivos, que existieron, se hayan expuesto desde el máximo respeto posible y no habiendo lugar a insultos o palabras subidas de tono. Esa moderación la valoro especialmente.
Mención especial para los 2 seguidores que figuran en perfil; espero que en este nuevo año, la lista de los mismos se vea engrosada. La dinámica del blog, seguirá siendo la misma y no tengo pensado introducir novedades en lo que al funcionamiento básico se refiere: estructura de los artículos y periodicidad de entrega. Seguiremos revisando bandas que todavía no han aparecido por estos lugares, y ya por fin, en este año, comenzaremos a analizar discos de grupos que ya han desfilado por la pasarela (repito que lo de Depeche Mode y “Sounds Of The Universe” no lo considero una revisión al uso).
Terminaré esta especie de discurso diciendo que deseo que lo que semana tras semana vaya publicando siga siendo de su interés. Gracias a todos por estar ahí, por su atención, por sus comentarios y espero que cumplamos juntos muchos años más.

“Mr. Robinson Quango” tiene un ritmo musical parecido a “Country house”, pudiéndose tratarse de una variación de la línea de la misma. Aquí lo que nos encontramos en la letra, es otro arquetipo de tipo sin escrúpulos sobre el que Damon descarga su ira y crítica. El disco empezó por los “estereotipos”, pero poco a poco se nos van poniendo ejemplos individuales. Otra vez se hacen usos puntuales de arreglos de viento para darle un toque más alocado y divertido al corte. El regusto sarcástico sigue siendo una constante en el disco. “He thought of cars” es quizás la canción más farragosa y menos clara instrumentalmente. No obstante me gusta especialmente el ritmo de esos tarareos que hacen las veces de estribillo. “It could be you” es de las canciones más puras dentro del brit pop propiamente dicho que incluye “The Great Escape”. Aquí la estructura instrumental no incluye arreglos extraños, valiéndose simplemente de los instrumentos básicos, guitarra, bajo y batería. Por otro lado, quizás es de los temas más fácilmente olvidables de la obra. “Ernold same” empieza con sonidos de pajaritos y luego desemboca en una narración de una vida repetitiva del bueno de Ernold. Juego de palabras y un tema experimental e hipnótico para poner una nota discordante en el disco. Un ritmo de vals descompensado es el que se sigue en el estribillo de la misma, cantado de una forma más tradicional por Albarn. Cortita de duración, apenas abarca 2 minutos. “Globe alone” es en contraposición a su predecesora, de los cortes más alocados del disco. La forma desgañitada de cantar de Damon puede anticiparnos futuros tiempos como “Song 2” o “Bugman”. De no ser por esos moscarderos sonidos, sería el tema más serio del disco, pero esos apuntes le vuelven a dar ese toque humorístico que tanto perseguían los Blur en esos años y que de forma muy brusca abandonarían en su siguiente lp. “Dan abnormal” es un momento algo disoluto con un loop de coros agudos, sobre los que se mueve una interpretación algo descafeinada por parte de Damon. Algo repetitiva y plana, no merece más tiempo por mi parte. “Entertain me” destaca en su inicio, para mi gusto, la manera en la que la producción del disco destaca la batería de Rowntree. La misma producción hace que la voz de Albarn suene como si viniera de un Walky-talky o algo así. Otro tema claramente exponente del sonido brit pop genuino. La necesidad de la diversión en la rutina es lo que aquí proclaman los Blur. Esa necesidad que todos tenemos de salirnos del bucle vital en el que a veces nos encontramos inmersos. Buen aviso por parte de estos muchachos. Hay que divertirse, si no, ¿para qué estamos aquí? El estribillo es de los más fácilmente recordables y sencillos del disco. “Yuko and Hiro” suponen el cierre de este álbum de larga duración. De sonido algo peculiar, con arreglos electrónicos, nuevamente se aborda la vida laboral y la alienación en la que podemos caer sin darnos cuenta. Lenta decadencia musical para terminar el disco y toda la crítica social que Blur han soltado de golpe. Para la ocasión hacen acto de aparición unas voces femeninas que aportan la nota de color a este fin de obra. Existe un apéndice como track oculto en plan instrumental bastante gracioso a base de tecladitos y organillos que queda bastante curioso.
Se da paso a continuación a la canción-título; "Mil siluetas" es bastante parecida quizás a "Eclipse total", pero sin embargo, aquí el extraño mecanismo mental que hace que una melodía te haga "clic" en el interior de tu mente, se activa al escuchar partes como el estribillo con ese sostenido "y séeeee… que estás ahí…". Rafa encadena estrofas de forma vertiginosa con versos acertados como "pero algo que no es de la habitación eriza el vello de la piel". Sonido paradigmático de la que podríamos llamar "nueva ola" española. Muy apañada. No obstante, el hecho de estar anexada al inmortal de la banda "Lobo hombre en París", le hace un flaco favor en pasar algo desapercibida. "Todos los gatos son pardos", supone personalmente algo de nostalgia al recordarme a uno de mis más antiguos recuerdos de la radio, cuando escuchaba en el Renault 9 GTD de mi padre los sábados por la mañana aquel programa de José Ramón Pardo de mismo nombre. No obstante, este inciso de morriña temporal personal, no tiene nada que ver con la canción en cuestión, aparte de compartir el título. Lo más destacable es la guitarra de Mario, que confiere a esta canción uno de los instantes de mayor ritmo y aceleración del disco. "Mujer cosmopolita" cambia de ritmo y es un tema más lento. Aquí Rafa canta de forma sensual y a ratos modula su voz a registros mucho más graves de los que ha mostrado a lo largo del disco, por ejemplo cuando cita el título de la canción. La siguiente canción dispone de una apocalíptica producción al inicio que puede ir acorde con el título que tiene, "Voracidad". Es curioso que la canción verse sobre una mujer con mucho apetito literario, que devora libros sin parar y otras lindezas. A pesar de lo algo chorra de la letra, es de las que más me gusta instrumentalmente hablando, por el atropello musical que con tan buen criterio incluye. El final lo supone la enigmática "La niebla". Perfecta conjunción de los instrumentos y un adecuado epílogo para terminar de conformar una obra compacta, tanto en su sonido, como en su fuerte carácter new wave a la española que destila. Destaco los coros en plan vocoder que se incluyen en la parte final. Se entremezclan notablemente la rítmica guitarra de Mario y los ampulosos teclados a cargo de Zabala. Resultan vagamente graciosas y chocantes algunas consignas que proclama Rafa como "se ha puesto de moda el streap-tease colectivo en toda la ciudad". Buena forma de terminar el disco, que incluye un notable combo final con la intensidad de "Voracidad" y el medio misterio que aporta "La niebla".
“The jeweller, Pt.2”, vuelve a destacar desde su inicio por la fuerza de la guitarra. En el estribillo, apoyado en esas aguerridas notas de guitarra, Kerr canta de forma cálida y sensual. También importante son los teclados que dan cuerpo a la canción en las ausencias de la guitarra eléctrica. Lo que es evidente más que nunca, es la independencia de McNeil y sus teclados, después de su partida años atrás, quien hasta entonces había formado junto a Kerr y Burchill, el núcleo duro de la banda. “A life shot in black and white”, en parte el tema título, empieza con unos compases vagamente parecidos a los de algunos sonidos de la ópera prima de la banda, aquel “Life In A Day” de 1979. No deja de ser un espejismo en la introducción. Posteriormente, se presenta el tema más falto de emoción y fuerza del disco. Es una pista que no termina de romper. Pausado, y no fue acertado, representa el ejemplo de muchos instantes sosos firmados por la banda en los años 90, que les hizo desaparecer de la primera plana en lo que a expectativas de lanzamientos se refiere. Por fortuna, “Kiss the ground” demuestra que lo mostrado en el anterior corte, se puede considerar simplemente un intermedio y se regresa a una mayor intensidad, aunando de forma acertada arreglos de teclados con la guitarra eléctrica. Para terminar se dispone la lánguida y melancólica “Dolphin”. Un tema lento, con mucha carga sensiblera en su metraje. Carácter semiacústico sobre todo en su introducción y algún arreglo clásico en lo que a lo instrumental se refiere. Calma y delicadeza para dar cierre a un disco que nos ha mostrado a los Simple Minds más entregados en más de una década. Ya saben que a uno le gusta ese apunte melancólico en las partes finales de los discos, que como siempre te dejan pensando en la obra que has estado escuchando.
El show se celebró en la extinta sala Aqualung y conseguí estar en 2ª fila. De hecho en algún momento pude llegar a tocar la mano de Jim cuando este se intentaba integrar con el público congregado allí, que estaba entregado completamente. Fue un concierto al que solamente se accedía si tenías invitación, al cual no había opción de ir pagando entrada. Aún así, el espectáculo rebasó la hora de duración y además de temas del disco hoy analizado, que por aquel entonces aún no conocía, incluyeron clásicos increíbles como “Waterfront”, “Alive and kicking” o “Mandela day” para disfrute de los que allí estuvimos.
Al terminar el concierto, conseguimos incluso ver a los componentes del grupo y conseguí llegar a intercambiar 2 frases con Jim Kerr y Charlie Burchill, al igual que hacerme alguna foto con ellos. No obstante, el grupo iba con prisas y tampoco repararon mucho en las más o menos 20 personas que estábamos en las inmediaciones de una de las puertas del centro comercial al que pertenecía la desaparecida sala de conciertos.
Tengo esperanzas de que en este año de tantos buenos conciertos, pueda darse el caso de que Simple Minds visiten nuestro país para promocionar su nueva entrega “Graffiti Soul”. Aquel concierto estuvo muy bien, y como experiencia cuenta como cualquier otra, no obstante, supongo que un concierto al uso tradicional con venta de entradas y tal, durará algo más de hora y media en el caso de esta banda con 30 años de carrera a sus espaldas, superando aquel decente show de hora y 5 minutos.
Es un poco estúpido, podrán pensar algunos de ustedes, que teniendo un nuevo disco de Simple Minds para escuchar, ponerse a oír el trabajo anterior. No obstante, les recalco la valoración y sentencia inicial que les he puesto, reafirmándome en que “Black & White 050505” es el mejor disco de los escoceses en muchos años. Con entregas como esta, queda más que justificada la permanencia en el panorama musical de Simple Minds. Para que todo esto alcance verosimilitud, decirles que este entusiasmo no lo he tenido con las últimas entregas de mis intocables The Cure y Depeche Mode. Espero que como “prueba del algodón” les valga.
“Brand new beat” es una canción pop muy delicada y apta para todos los públicos. Resultan graciosas esas palabras que suelta por ahí Suggs en castellano “nuevo ritmo” con un acento evidentemente muy inglés. Teclados inofensivos y una canción que parece mostrar a los Madness como unos niños buenos que jamás hayan roto un plato, sin ese tono sarcástico tan necesario y predominante en sus canciones. “Victoria gardens” incluye unos coros más propios de la música negra de los años 70, apoyados en una melodía bastante fantasiosa y quizás algo hinchada de teclados. Contrasta con otras partes más lentas y acompasadas vocalmente por Mc.Pherson. Una pieza algo rimbombante y de los instantes más animados del disco en su conjunto; de los temas más enérgicos. “Samantha” es quizás la canción que confiere el mayor protagonismo a la guitarra eléctrica. Intensa, sobre todo en su estribillo con ese apoyo del piano de Barson con ese “Samantha, Samantha cariño, debo haber perdido la razón. Samantha, Samantha cariño… pero ella sigue durmiendo” que desesperadamente suelta Suggs. “Time for tea” es una de mis favoritas. Quizás Mc.Pherson alcanza aquí su mayor solemnidad vocal, al igual que en la anterior “Samantha” y ello ayuda a que nos encontremos con uno de los temas más sesudos en lo que a sonido se refiere del disco. “Prospects” de sonido feriante y quizás algo anodino, nos acerca al final del disco que dará paso al epílogo compositivo de Barson, “Give me a reason”, que de no ser por su predecesora “Prospects”, haría que hubiéramos afrontado una parte final bastante intensa.