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viernes, 30 de noviembre de 2018

Temporada 10/ Programa 4: Los Coyotes y “Mujer Y Sentimiento” (1985)

Este sábado 1 de diciembre de 2018 a las 16:00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) dedicamos el programa a uno de los discos más llamativos e interesantes que se editaron en la década de los 80 en nuestro país. No estamos hablando ni de Mecano, ni de Alaska Y Dinarama, ni de Gabinete Caligari, ni de Radio Futura. Los responsables fueron Los Coyotes y la obra es “Mujer Y Sentimiento” de 1985.

Pero si por el disco en sí no les parece motivo suficiente de interés (que les garantizamos que lo es por todo lo que supone en fusión de géneros y estilos), añádanle el incentivo de que contamos en el espacio con la presencia vía telefónica del líder de la banda, Víctor Aparicio Abundancia o Víctor Coyote sencillamente.

Amablemente estuvo con nosotros colgado del teléfono la hora de duración del programa y nos comentó a Mariano González y servidor de ustedes muchas cosas interesantes sobre el disco y sobre su trayectoria profesional en general.

Les esperamos y espero que disfruten de un programa que sin duda alguna ensalza de alguna manera el trabajo que realizamos en las ondas por la presencia de una figura de nuestro panorama cultural como la de mi tocayo Coyote, al cual admiramos y apreciamos desde “DMR” y que por otro lado no dejaba de ser una cuenta pendiente que teníamos desde hace tiempo y que gracias a Mariano González y sus gestiones hemos podido saldar y llevar a cabo.

Links de interés:
Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/361260374450114
Emisión on-line RUAH: http://www.online.ruah.es/
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martes, 27 de noviembre de 2018

DMR entrevistó a Los Coyotes

Hacía tiempo que en “DMR” no llevábamos a cabo una entrevista y más tiempo aún desde el último invitado mítico que amablemente se ofreció a compartir una hora de radio con nosotros. Y el pasado sábado 17 de noviembre, previo al programa en directo sobre “Bohemian Rhapsody” de Queen, llevamos a cabo la grabación del programa entrevista que les ofreceremos este sábado en nuestro horario habitual de 16 a 17:00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH).

Fue Mariano González quien se encargó de contactar y acordar la entrevista con nuestro invitado, el cual es ni más ni menos que Víctor Aparicio Abundancia, Víctor Coyote, líder de Los Coyotes. El motivo fue principalmente dar merecido tributo al disco de debut de la banda, el “Mujer Y Sentimiento” de 1985 y de paso comentar otros aspectos del devenir profesional de Víctor.

Escogió acompañarnos en formato de larga duración, durante todo el programa, y nos comentó muchas cosas interesantes que podrán escuchar en la emisión de este sábado y otras que se quedaron fuera de micrófono, quizás reservadas para un especial de inéditos de “DMR”. No se pierdan este programa tan interesante que les hemos preparado para este sábado 1 de diciembre de 2018.

Agradezco desde aquí personalmente a Víctor Coyote su amabilidad y colaboración y a mi amigo y mano derecha en “DMR” Mariano González su proactividad para conseguir ejemplos de entrevistas tan interesantes para nuestro espacio en las ondas.
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domingo, 25 de noviembre de 2018

Concierto Amatria. Madrid (22-11-2018)

“La Sala But era una Fiesta”. Con este atraco a Hemingway podríamos resumir la actuación de Amatria en Madrid. La Sala But acabó bailando, coreando, cantando y aplaudiendo al ritmo que marcaba Joni Antequera (líder del proyecto) desde el escenario. A ello se presta su música, rítmica y danzarina en gran medida, que últimamente además se ha ido nutriendo de esencias latinas.
La electrónica cuenta mucho en Amatria y aunque podamos definir su música con adjetivos de tipo sintético (electropop, dance, techno, etc) el común denominador a lo que todo va a parar yo diría que es el pop. Ni más ni menos. Pop de saludables melodías y de concatenación de estrofas-estribillo de toda la vida; todo dispuesto con buen gusto. Dentro del ciclo de conciertos Mad Town Days, a caballo entre Madrid y Barcelona, fuimos acreditados para ver a Amatria pensando, como así fue, que sería una buena ocasión para disfrutar de una buena velada de indie español.
Cuando llegué a la Sala But, sobre las 20:45, ya se podía palpar un ambiente razonable que fue in crescendo progresivamente; como suele pasar acusadamente en los conciertos entresemana. Como continúo cojo lo primero que instintivamente busqué fue el puerto seguro de un lugar donde poder sentarme, cosa que resulto fácil pues en los flancos y en el fondo de la sala hay un banco corrido para tomar asiento. Buena parte de él estaba ocupado y calibrando las variables “visibilidad” y “disponibilidad” me coloqué más o menos al fondo de la sala.
La cosa llevó retraso. La actuación estaba programa para las 21:00 y finalmente el concierto debió de comenzar alrededor de las 21:30. A esas horas el ambiente era ya formidable, para bien de Amatria, pero no tanto para mí pues tenía una pequeña muralla de gente muy próxima que me dificultaba la visión. Cosas del directo, oigan. El repertorio, ya lo adelanto, se sustentó exclusivamente en canciones de sus dos últimos discos: “Amatria” (2015) y “Algarabía” (2017) (más una cosilla más). En el escenario tres personas; Joni Antequera encargado de un teclado, de las programaciones y guitarras acústicas; de apoyo un batería y un guitarrista que lució durante todo el show una guitarra eléctrica de doble mástil. El baile comenzó con el primer tema del último LP, la fenomenal “Discordia”; una de esas canciones que aúnan el baile y el ritmo con la introspección. Fue una buena señal que él público coreara y se moviera al compás desde el mismo inicio.
Las dos siguientes canciones nos retrotraen a su disco “Amatria”. La exultante, sobre todo en la música, “Me falta algo” (a estas alturas quizá un pequeño clásico para los fans) y la más reflexiva “Hay miedo”. Ya más entrados en calor, la conexión se confirma que funciona; Joni saluda al público y el público, a su vez, se muestra receptivo.
La siguiente canción, según nos dijo Joni, nunca la había tocado en directo, de modo que nos llevamos a la saca una muestra inédita en directo. Se trata de “Tú”, correspondiente al sector melancólico del último disco de Amatria. Sonó igualmente bonita, pero yo diría que con más “beats” que en estudio. Ya lo decían Ultravox aquello de “Bailar con lágrimas en los ojos”. ¿Cómo resistirse a esos tecladillos estilo Casio de “La Buhardilla”? Y sobre todo a ese inconmensurable acercamiento al pop que siguió manteniendo en movimiento a los asistentes. Y si no, vean el vídeo.

Fusionada con la anterior canción vino enlazada “Lobo”, momento funk de la noche y segundo elemento de lo que, a su modo, fue una pequeña suite. Joni nos anuncia que ha llegado hora de una rumba, de modo que en consecuencia sonó “Siempre que quiera”, que por muy rumbera que sea pertenece al sector reflexivo de su último disco. Joni cada vez estaba más parlanchín y entre canción y canción nos daba alguna pista de lo que iba a sonar o bien nos contaba el germen de algún tema.
Algo así sucedió con “El coche fantasma”, canción particularmente positiva y luminosa y por ello bastante apta para los directos. Personalmente uno de los momentos más divertidos de la noche. Algo más sesuda es “Además”, pero no deja de ser un vigoroso medio tiempo que engrosó la cuenta de canciones del disco “Amatria”. “Un poco de fe” es una mezcla de sensaciones, algo meditabunda y apagada en las estrofas y positiva y resplandeciente en el estribillo. Además contó con un cantante adicional, invitado por Joni para subirse al escenario. Lo que nos lleva a otro de los momentos clave de la noche. Hace poco Amatria ha estrenado un nuevo single. “Un alud”, que es una canción entre lo acústico, lo electrónico y la influencia latina en las bases, pasa por ser una canción hermosa y cuyo sencillo estribillo “es un alud de luz” viene que ni pintado para los directos. Esta canción está hecha a pachas con el dúo Delaporte, formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi, que no podían perderse el evento de ayer de ninguna de las maneras. Joni nos invitó a invocarles para que salieran al escenario e interpretaran “Un Alud” con él. Dicho y hecho. Es muy destacable la actuación de Sandra Delaporte que con un desparpajo vivaracho y casi huracanado dio un brío enorme a la canción. Vean el vídeo de la canción.

Lo que escuchamos después fue una canción con nombre de ansiolítico, “Atarax”, que a pesar del título puso a bailar a la gente en uno de esos momentos en que Amatria maneja tan bien la electrónica. La noche avanzaba y antes de dar paso ya a los bises vino una de las curiosidades de la noche; una canción instrumental convirtió a la Sala But en una discoteca químicamente pura. Nos referimos a la interpretación de “Humanos vs. máquinas”, cierre del último LP de Amatria y, que tras comenzar suavemente a base de arreglos de cuerdas, acaba progresando en un auténtico pelotazo dance. Joni estuvo muy intenso manejando ritmos y sintes mientras nos arengaba a bailar. Y a fe mía que encontró respuesta.
Y los bises fueron todo trallazos dentro del repertorio de Amatria. Todos cinéticos, contundentes, rítmicos. Astutamente alineados para crear un subidón. La serie empezó con la frenética “Animal”, que a pesar de ser un tema reciente parece ser ya una canción imprescindible. Además, este tipo de música con letras vitriólicas suelen tener buena acogida. Más acción todavía con “El golpe, coreada con por un público ya extático, sencillamente entregado.
Pero Amatria sube la apuesta con el que es su mayor éxito hasta ahora, “Chinches”. Allá por 2015 contó una gran cantidad de reproducciones y desde entonces es probablemente su canción insignia. Y como estilística pop es una canción incontestable, construida, casi esculpida, para ser tarareada. Es fácil imaginar que el recibimiento fuera apoteósico. Tanto, que casi pensé que el concierto acabaría allí, con esa nota altísima. Pero faltaba algo. Algo que, yo por lo menos, no había visto nunca.
La canción que quedaba era “Encaja” y efectivamente la había pasado por alto como canción que casi a la fuerza tenía que caer. Lo que no podía esperar es que subiese al escenario a otro invitado. Su madre. Es la primera que veo a un artista cantar con su madre sobre las tablas. Aunque mirándolo bien está justificado porque en la versión de estudio la madre canta un fragmento: “Joni sal a bailar”. Con tan divertida sorpresa se acabó el tracklist de la noche, pero antes de irse Joni nos dijo que quería que escuchásemos algo. Y en ese momento comenzó a sonar “Me sube la bilirrubina” de Juan Luis Guerra, del cual Joni es admirador confeso.
Aunque tuvo sus momentos introspectivos o levemente melancólicos, la actuación de Amatria fue algo que sabe a hedonismo, a fiesta, a pop. Ese sabor me dejó al menos. Está bien, porque de ese modo sales con la sonrisa puesta.

Texto, fotografías y vídeos: Mariano González.
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viernes, 23 de noviembre de 2018

Arcade Fire - Everything Now (2017)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Pues sí, con “Reflektor” el grupo no consiguió mantener la masividad de “The Suburbs”. Aunque sea quizás mi disco favorito del grupo, cierto es que su viraje al cierto experimentalismo no caló entre las masas que se rindieron ante el disco de 2010. De hecho, por España pasaron a modo de algún festival, pero no hubo conciertos de gira individuales.

Los Butler, Chassagne y cia. volvieron hace cosa de un año con “Everything Now”, un disco que ahonda en la electrónica y el baile, pero restando hermetismo al conjunto. Se presentó de la mano de la canción título, que es una canción de sonido alegre, válida para intentar volver a hacerse amables a sonidos más abiertos.

Mariano González, en nuestros debates personales musicales (al margen de los que compartimos con ustedes en nuestro programa de radio), me ha comentado que, estableciendo un paralelismo con U2, “Reflektor” sería el “Zooropa” de los canadienses y “Everything Now” el “Pop”. Y estoy bastante de acuerdo.

En conjunto, es un disco que considero muy válido, de los que van ganando con las escuchas, si bien tiene sus pequeñas taras que de haber sido limadas hubiera conseguido un resultado más redondo. Soy defensor en general del último disco de Arcade Fire, pero ello no quita que les advierta de lo que no me agrada en particular.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Everything now (continued)”: El disco tiene una envoltura temática, ya que arranca como acabará, con una intro y una outtro que de modo hedonista y ensoñador abundan sobre el single de adelanto de la obra. En este primer pasito, es el preludio lógico para meternos con la canción principal de la que deriva.

2. “Everything now”: La canción título de la obra es un ejemplo de pop luminoso. Sería un ejercicio de coger un “Rebellion (lies)” y quitarle la épica, para movernos en terrenos menos trascendentales. Y no está mal. Cierto es que de primeras escuchas tampoco me llamó la atención, pero a día de hoy me consigue agradar. El grupo sale tocando en mitad del desierto en el videoclip, en un ejercicio audiovisual promocional bastante sencillito.

3. “Signs of life”: Algo misteriosa y nocturna, y también obsesiva, resulta “Signs of life”. Win canta de forma sesusa y Règine ayuda como debe ser en las segundas voces. Canción que termina abriéndose paso con el resto de las escuchas y que ayuda a crear un buen arranque de disco.

4. “Creature comfort”: Fue en el concierto del pasado mes de abril en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid cuando me quedé enganchado a esta pieza. Hasta entonces tampoco le había prestado excesiva atención. Sin embargo, su toma en directo funcionó muy bien, y más aún al ayudarse de ese vídeo mal encuadrado que tiene con el grupo tocando en una habitación. Suena a proclama la fuerza con la que Régine y Win gritan al unísono: “Creature comfort, make it painless”. Maravillosa. Quizás uno de los momentos épicos del disco y que tiene lejanos ecos de “Funeral” (de hecho, no será en vano que exista una cita o referencia al debut del grupo en la propia letra).

5. “Peter Pan”: Con “Peter Pan” estamos ante un ligero ejercicio de experimentalismo minimalista a base de inquietantes arreglos sintéticos. Bien Win al micro que canta de forma cercana y sentida. Manierista en cierta forma, es una canción sin grandes ambiciones, pero a la que se le coge su cariño por su cierta rareza y exotismo y porque tampoco es pretenciosa.

6. “Chemistry”: Quizás “Chemistry” sea de mis pasajes prescindibles de la obra. Es algo reiterativa y no aporta demasiado. Sin embargo, ha sido reivindicada como single con un videoclip que de la misma forma tampoco es nada del otro jueves.

7. “Infinite content”: Ahora llega una suite de 2 canciones. Misma letra, pero que se diferencian en la melodía. Primero nos toca la parte atropellada, en plan estampida de búfalos, con Win completamente desatado acorde con la música.
8. “Infinite_content”: En la 2ª parte, “Infinite_content” se relajan y se pone melódica y hasta bonita y relajante. Curioso experimento musical situado en la mitad de obra.

9. “Electric blue”: En “Everything Now”, Règine se vuelve a anotar una gran canción. En este caso, uno de los adjetivos del título están en consonancia con su sonido. “Electric blue” es un ejercicio electrónico algo lisérgico por el tono tan agudo en el que se muestra Règine en el micro. Es quizás de las canciones más accesibles y amables del disco, que fue single y contó con un videoclip en el que Règine anda por la calle en mitad de los restos de lo que parece ha sido un desfile o sambódromo. De mis favoritas del disco.

10. “Good god dawn”: “Good god dawn” es una especie de interludio entre varios pesos pesados de la obra. Es una canción lenta, con Win cantando con cierto tono desabrido, que tarda en ser identificada en el disco.

11. “Put your money on me”: Lo que viene a continuación, también es una especie de suite de 2 canciones, puesto que “Put your money on me” y “We don’t deserve love” fueron editadas en formato vídeosingle en un mismo clip titulado “Money + Love”. “Put your money on me” es frenética, hipnótica, obsesiva y quizás de los mejores momentos del álbum. Creo que se busca esa repetición a modo de mantra. Canción efectista y que puede ser un pequeño clásico para la historia del grupo.

12. “We don’t deserve love”: Tras lo movido llega la calma. “We don’t deserve love” es una preciosa balada bien llevada a cabo por Win en las voces, con Règine también notable en coros (aquí no hay estridencias). Una pieza lenta, bonita y sosegada para ir acabando con la obra. El videoclip conjunto muestra una especie de venta al diablo por parte de la banda, en el que la ambiciosa directiva que les contrata es Toni Collette, que da mucho empaque al resultado con su presencia. El grupo se vende al mercantilismo (cosa que es temática básica dentro del disco), luego se arrepienten, pero terminan viendo que al final son esclavos de sus acciones. ¿Paradójico? Puede.

13. “Everything now (continued)”: El disco termina igual que empezó, con los sonidos ensoñados de “Everything now”, a modo de darle si cabe más empaque a la obra. Epílogo acertado, que nos despide amablemente y con menos intensidad que la emoción que causa “We don’t deserve love”.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
A ver, el resultado mediático no es malo, en el sentido de que el grupo ha seguido girando en grandes recintos arena, con gran éxito de audiencia. Si bien, hay muchos sectores que este disco no les ha gustado tanto. Hay intentos del grupo por crear nuevos himnos (y yo creo que lo consiguen en algunas ocasiones como con “Creature comfort”), pero está claro que el grupo busca más hacer bailar que otra cosa.

A mí me parece bien. Me gustó “Reflektor” y me gusta este “Everything Now”, aunque quizás menos que su predecesor. Arcade Fire son una banda consolidada y quizás este disco no les haya hecho ganar nuevos adeptos (o al menos no muchos), y puede que haya cabreado a fans originales más puristas (conozco algunos). Sin embargo, otros seguimos dándoles el aprobado y nos divertimos mucho en los conciertos de su gira (si bien también conozco a alguien que el concierto de Madrid le horrorizó; no diré nombres).

Tras este disco de tibio resultado crítico, tengo curiosidad por ver qué hace el grupo en su siguiente paso. Creo que la banda tiene el suficiente criterio para hacer lo que ellos sientan, más allá de opiniones de crítica o fans. Les veo con personalidad. Creo que no me sorprenderán en ese sentido. Esperaremos, pero de momento yo les puedo decir que hoy he vuelto a escuchar el disco (no necesariamente para escribir el post, puesto que me lo sé bastante bien) y me ha reportado un rato agradable de escucha musical. Es lo que hay.
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jueves, 22 de noviembre de 2018

Concierto La Broma Negra. Madrid (17-11-2018)

SINOPSIS (por Víctor Prats)
Que el concierto de La Broma Negra, prefijado para el pasado sábado 17 de noviembre desde mucho tiempo antes, traía novedades, era algo muy patente. Más allá del hecho principal que supone presentar un nuevo disco, en este caso el “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos” del presente año, los cambios en la formación teñían la fecha de algo especial. La marcha a comienzos del pasado verano de David Infantes, teclista en los últimos tiempos de la formación y que cada vez iba cogiendo más protagonismo en el directo del grupo, y sobre todo de Álex Gómez, el guitarrista y mano derecha de Carlos Caballero desde hace mucho tiempo, supuso un trauma en el seno de La Broma Negra.
Carlos Caballero, todavía con la compañía de Laura Pérez, mantuvo el pulso y ha conseguido estabilizar al grupo. Con nuevo material y la nueva situación, LBN se presentaba en la sala Hangar 48 de la calle Bailén, arropados de los incondicionales de la banda, entre los cuales nos encontramos. El algo más de medio centenar de personas que allí nos congregamos (nosotros llegando en la 4ª canción por motivos justificados), estuvo entusiasta, dando aliento al grupo y viviendo con muchas ganas cada una de las canciones que sonaron (tanto las nuevas como las ya conocidas de hace tiempo).
La sala no está mal y le vino bien a la banda, pero el sonido a ratos no fue el mejor, con algunos ruidos en los micros y algún que otro fallo técnico. Carlos estuvo con fuerza y aplomo durante todo el show, pero yo me quedaré en la retina con la interpretación de “Nieto de maestro de escuela”, en la que la emoción flotó en el ambiente como nunca lo había visto en un concierto del grupo, lo cual no es decir poco; Álex Gomez, al fondo de la sala (al lado de nosotros), coreaba las canciones, y se dio un punto en el que noté que los antiguos camaradas cruzaban las miradas. Carlos tuvo que mantener la emoción para llevar a cabo la canción; habrá pasado lo que haya pasado (las partes han sido muy respetuosas y no han saciado nuestro curiosidad del verdadero motivo de la marcha de Álex, lo cual demuestra elegancia), pero lo que está claro es que el cariño y lo vivido sigue ahí, aunque las vías se hayan separado.
Al margen de esto, el grupo respondió bien con la nueva formación. Laura sigue ofreciendo un buen complemento al directo, con su percusión y sus performances (por no mencionar su look) y los nuevos músicos de directo (que no miembros oficiales de LBN) completaron bien el sonido con bajo, teclados y guitarra. Esta es la nueva Broma Negra. Tras mucho tiempo, el grupo afronta una nueva etapa en lo que a formación se refiere y también a sonido (nótese la ausencia de teclados en el último disco). Mariano González ahora les narrará más al detalle. Para mí era una ocasión especial, distinta a otras, en la que había que estar más que nunca. Me alegro de haber podido acudir y ver que La Broma Negra se mantiene en pie y con solvencia.

CRÓNICA (por Mariano González)
Finales y comienzos, de todo hubo en el concierto de nuestros predilectos La Broma Negra. Por un lado presentaban su último disco “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos”, evento inicial y puesta de largo de nuevas canciones, y por otro la anterior versión de La Broma Negra había dado carpetazo a su existencia. En efecto, Álex Gómez y David Infantes ya no están en la formación de la banda; particularmente extraño se nos hizo no ver a Álex sobre las tablas, siempre lo habíamos visto acompañando a Carlos con su guitarra; no olvidemos que además es un componente que llevaba unos veinticinco años a bordo.
Circunstancias y finales de ciclo conllevan a veces este peaje, pero la vida continúa y La Broma Negra también. Pero también hubo otro inicio. No se piensen que el concierto solo supo a despedida, también hubo savia nueva que esperemos que fructifique y dé lugar a una provechosa etapa. De momento se mantiene la formación de cuarteto, a Álex lo sustituyó Sergio y a David, Jesús, que, y aquí está la novedad, además de los teclados se encargó de aportar principalmente un bajo. Ambas novedades conllevaron un cambio de sonoridad en algunos detalles. La Broma Negra sonaron más orgánicos que nunca, con menos presencia de teclados y programaciones. El bajo, desde el punto de vista rítmico, aporto más grosor, y las guitarras, por su parte, añadieron alguna sonoridad nueva; algún tono más funk, algún punteo distinto…
Yo, por mi parte, llegué al evento alrededor de las 21:30, quizá demasiado pronto. Al ver que en la sala Hangar 48 no había nadie esperando en la puerta me introduje como quien no quiere la cosa para comprobar que ya estaba sonando la música. ¡Horror! ¿Había empezado ya el concierto? ¿Me había equivocado de hora? Para añadir extrañeza al asunto no había nadie facilitando entradas o acreditaciones, casi parecía un bar fantasma. Por las indicaciones de un miembro de la sala deduje que lo que sonaba era la prueba de sonido y que yo me había adelantado. Volví a salir a la calle y allí, sentado en un pivote, esperé la apertura definitiva.
No pasa nada. Vuelvo a entrar y me encuentro a Carlos que sale a fumar un piti y nos saludamos brevemente. Cuando entro en el recinto del concierto veo una banqueta salvadora, sin duda situada a requerimiento de La Broma Negra para que yo pudiese ver sentado cómodamente el concierto. Desde aquí todo mi más profundo agradecimiento para la banda y sus constantes desvelos conmigo. Y, cómo no, a la sala Hangar 48 por su ayuda. La sala fue adquiriendo color poco a poco hasta reunir alrededor de una cincuentena de personas. Acaso no fuera un aforo espectacular, pero todos éramos cómplices y apasionados seguidores. Lo que se dice una pequeña logia; una hermandad musical. Víctor Prats llegó acompañado de su novia Susana algo más tarde del inicio y se colocaron algo más atrás.
Creo que eran las 22:15h cuando la música empezó. Siendo como fue la presentación de su último disco, “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos”, es evidente que las canciones recientes iban a tener una presencia importante. Y así fue realmente. Las seis primeras canciones fueron de su último LP. Abrieron fuego con “Teme al hombre de un solo libro”, canción de furibundos cambios de ritmo, que de la calma reflexiva pasa fácilmente a la rabia. El papel de la guitarra de Sergio y la percusión de Laura fue muy destacado. “Séptimo hijo varón” fue más melódica, resultando un buen y melancólico medio tiempo con el pegadizo fraseo de Carlos “Andad de día, que las noches son mías” (algo parecido a lo que se supone que dice la Santa Compaña, creo). Las letras de Carlos siguen siendo crípticas, líricas y bellas. Llega el momento del que fue el primer adelanto de “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos”, la atronadora “Demonios en el jardín”; una furibunda muestra de rock industrial, poderosísima y apabullante. Aun así es una canción pegadiza, que tocada en directo nos electrizó a todos; por cierto que es una adecuada música, teniendo en cuenta que la letra se inspira en “El Paraíso Perdido” de Milton y su agitada teología.
Tiempo después para otro single de este mismo año, “Banderas de nuestros padres”. Es una canción que ya de por sí me gusta bastante y que en directo tuvo un digno reflejo, manteniendo ese inquietante (y sorprendente) inicio, con la participación vocal importante de Laura y un estribillo perfecto para corear. También es muy pintona para el directo “Niñera de gigantes”, de intrincando ritmo constante y cuya musculatura en el estribillo queda muy bien sobre el escenario. Además también permite cantar más a Laura. Qué bueno, además, que incluya a un personaje de “Las Meninas” en la letra. Serán manías mías, pero las canciones que incluyen referencias al Madrid de los Austrias tienden a gustarme. Cada cual con sus rarezas, es un sitio con mucho encanto para mí. Lo que pasa es que no son muchas que yo recuerde; así a bote pronto “Oro negro” de Tino Casal, “Los niños de Dickens” (también de La Broma Negra), y la que sonó a continuación: “Rimas y leyendas”. Fetichismos líricos aparte, es una magnífica canción en forma de medio tiempo vigorizante, pegadizo y motivador. Me vengo arriba cuando la escucho. También molan las referencias historicistas que suelen ser habituales en Carlos. Aquí va un vídeo.
La séptima canción fue la primera en mirar hacia atrás en el tiempo, aunque no demasiado. En realidad siguieron dos canciones de “Amigos, Temo Que Ya No Estemos En La Tierra” (2015), unidas por un vínculo de melancolía muy características y que trajeron momentos de notable emoción. Estoy hablando de “La enfermedad del beso” y “Mientras ella cerraba las cortinas”, algo más roquera la primera y desolada la segunda, con una muy buena interpretación por parte de Carlos.
“Su decisión mi capitán” es por derecho propio un clásico consolidado de la banda y siempre una magnífica elección sobre las tablas. Pudimos disfrutar de una magnífica y enérgica rendición a cargo de un conjunto, creo intuir yo, que se iba sintiendo más cómodo sobre el escenario. El contrapeso pausado fue “Los hijos de las brujas”; con su aire de cuento de hadas consiguió aquietar el temperamento heredado de la canción anterior. “Los cuerpos celestes” es pura épica, y un momento perfecto para dar rienda suelta a la vena teatral de La Broma Negra. En la ecuación se juntaron los componentes de la expresiva actuación de Carlos, la vistosa performance danzante de Laura y en general el sólido sonido que la canción requiere. Siempre es un punto alto de los directos.
“Heridos” fue la continuación directa y perfecta en cuanto a intensidad, con sus clásicos y vivaces redobles de batería y la dramática melodía vocal. Incluso sonó más agresiva que en otras ocasiones debido a la adición del bajo y al buen nivel de la guitarra. La canción sonó expresiva desde el principio, merced sobre todo al sonoro rugido de Carlos en la intro. Como hidratarse es muy importante en cualquier esfuerzo, Carlos en particular y la banda en general se trasegaron no sé cuántas botellas de agua mineral, necesitando incluso hacer un llamamiento a la barra para que trajesen más provisión. No me extraña, si yo tuviera que actuar durante tanto rato necesitaría decalitros de bebida energética.

La oscuridad pausada llegó con “Amo al cantante, pero odio la canción”, una especie de dark folk de ritmo hipnótico que mejora con las sucesivas escuchas. Fue la manera de retomar “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos” en su tono más reflexivo y decadentista; además es un ejemplo de la mayor participación vocal de Laura. Muy interesante. Retorno a la intensidad con la excelente “Protege tus secretos”, una canción siempre motivante y rotunda que me llevó a pensar en La Broma Negra como en una banda rock casi pura. En parte por el nuevo enfoque más orgánico y en parte por las características de la canción. Fue la segunda representación del disco “Desilusiones De Grandeza” (2012) que sonó.
Se echaba de menos alguna canción de “Joyas De Princesas Muertas” (2010) y en el tramo que vino a continuación nuestra hambre iba a ser satisfecha. Para empezar sonó “Los niños de Dickens” (¡Madrid de los Austrias!), siempre perfecta para corear con el público. Hubo un interludio para volver al último disco de la mano de “Rey cuervo”, canción pausada y melancólica con una notable aportación vocal de Laura acompañando a los dejes ligeramente folk. Fue segundo single, contrastando fuertemente con “Demonios en el jardín”.
Hora del baile y del regreso a “Joyas De Princesas Muertas” mediante la clásica “Cenicienta”, celebrada por los acérrimos de La Broma Negra (sospecho que lo éramos todos). Y a partir de aquí pone el turbo precisamente “Joyas De Princesas Muertas” con tres canciones seguidas más. Todas ellas curtidas en muchos directos y siempre disfrutadas; como efectivamente ocurrió una vez más. Nos referimos a “Balas para matar el tiempo”, “Cuidado con lo que matas” y “Nieto de maestro de escuela”; la primera más luminosa, la segunda muy beneficiada del bajo de Jesús y la tercera siempre emocionante (Víctor Prats me dijo que había visto a Carlos particularmente emocionado en un momento de esta canción, y es posible que así fuera) y con un punteo de guitarra, creo, algo distinto al usual.
Para cerrar el tracklist La Broma Negra fueron valientes. “Martín pescador”, que también cierra el disco, es una canción con unos arreglos casi célticos y algo barrocos difíciles de emular en el directo. No obstante el grupo superó con nota el reto y consiguió un buen acabado. Carlos, además, estuvo muy teatral fumando en pose casi desafiante.
Hablar del aspecto de una banda sobre el escenario suele ser un tema banal y escasamente interesante, pero en el caso de La Broma Negra a menudo es un elemento muy cuidado y parte importante del show. La primera puesta en escena de la nueva formación fue más sobria que en otras ocasiones, siendo lo más llamativo la vestimenta de Laura que según Carlos se correspondía con una virgen mexicana. De todos modos sí quedó algo de la buena y antigua teatralidad de la banda. En cuanto a los componentes de DMR, una vez acabó la música no tardamos mucho en salir. Nos hubiera gustado quedarnos un poco y hablar con el grupo y, de paso, saludar a los nuevos de a bordo. Sin embargo fue un día largo para nosotros y había cansancio. Ojalá la próxima vez haya ocasión. Sí departimos muy brevemente con Álex, presente en esta ocasión desde la pista y al que deseamos toda la suerte del mundo. Quisiera recalcar mi agradecimiento a la banda por facilitarme asiento y por ser siempre tan atentos con DMR. Espero que volvamos a vernos muy pronto.
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lunes, 19 de noviembre de 2018

Concierto The Coral. Madrid (16-11-2018)

Mis flirteos con The Coral tienen ya unos añitos y el concierto del Son Estrella Galicia, en el club Changó, ha desempolvado de mi memoria recuerdos un tanto dispersos. Allá, a principios de los 2000, M80 tenía una serie de locutores y programas dignos de una auténtica época dorada. Hablo de Julián Ruiz, Santi Alcanda, el añorado Ángel Álvarez o Rafael Abitbol. Éste último tenía un programa vespertino llamado “La Música Que Viene” donde, como su propio nombre indica, se comentaba la actualidad musical. Muchos de los artistas que ahí aparecían eran de calado indie, alejados de las cadenas generalistas; así, por ejemplo, descubrí cosas interesantes como Mando Diao p.ej. Y también a The Coral.
Todo empezó con su debut homónimo de larga duración en 2002, donde había un puñado de canciones efervescentes, locas, fumadas y muy divertidas. Rafael Abitbol programaba las que a la postre han sido dos grandes clásicos de la banda “Goodbye” y “Dreaming of you”. Al año siguiente “Magic And Medicine” ponía encima de la mesa otro buen puñado de canciones, igualmente divertidas pero más reposadas. En “La Música Que Viene” solía caer “Don`t think you’re the first”. De los discos posteriores me gustaron, p.ej, “The Invisible Invasion” (2005), donde Geoff Barrow de Portishead aportó, desde la producción, un sonido más oscuro y atmosférico. Reconoceré que en diversos puntos de su carrera, como últimamente, los tenía un poco desatendidos; así que este concierto es, en cierto modo, la recuperación de un idilio.
Basta de añoranzas. Dentro de la serie de conciertos del Son Estrella Galicia, en todo el ámbito nacional, en el club Changó tocaban de The Coral. Me avisó mi buen amigo Víctor Prats, quien a través de Pablo Sotés, consiguió acreditarme para el evento; por lo tanto es de justicia que les muestre mi total agradecimiento a todos ellos.
Llegué pronto al lugar al club Changó. La apertura de puertas estaba anunciada a las 20:00 y yo me personé alrededor de las 19:50. Todavía no se podía acceder y como no puedo permanecer mucho rato de pie, a causa de mis taras físicas, decidí plegar velas ligeramente y sentarme en las escaleras del anejo Teatro Luchana mientras no perdía ojo de lo que acontecía en la puerta del Changó. A eso de las 20:10 o 20:15, veo con gran sorpresa que la banda llega tan tranquilamente por la calle y accede a la sala; de inmediato se franqueó el paso a todos los que esperaban, y yo, finalmente, me infiltré como acreditado dentro del recinto.
El ambiente era todavía escaso, apenas unas cuantas personas paseando por un recinto bastante cuco para un concierto. Afortunadamente para mi condición física, había en los flancos de la sala unos sillones donde se puede reposar de perlas sin estar lejos del escenario. Para amenizar la espera, sonaron canciones de p.ej The Yardbirds, la Velvet Underground o Cream. Cerca de las 21:00 comienza el concierto. La sala ya ha ido tomando ambiente y color, cosa que está muy bien pero que a mí me dificultaba un poco la visión y por ende sacar las mejores fotos posibles. Finalmente el aforo estuvo a la altura y el ambiente de concierto era muy palpable.
La alineación titular fue la que sigue: James Skelly en las voces y guitarra rítmica, Paul Duffy en el bajo y en las segundas voces, Nick Power en los teclados, Ian Skelly en la batería y Paul Molloy en las guitarras principales. En las percusiones adicionales estuvo Jack Prince.
La primera canción fue, adivinen, una patada en la puerta; “Sweet release” de su último disco “Moving Through Dawn” (2018). O lo que es lo mismo un rock eléctrico, musculoso y dinámico totalmente adecuado para comenzar el recital. Más guitarrera si cabe pero más sinuosa fue “Chasing the tail of a dream” del álbum de 2016 “Distance Inbetween”. Estas dos canciones muestran la faceta más roquera del grupo, de un atractivo estilo retro y sin olvidar un saludable toque psicodélico.
Hora de mirar más atrás en el tiempo con el pop exquisito de “Something inside of me” del muy aprovechable “Invisible Invasion”; sin duda un contrapunto a la pasión roquera del inicio. La electricidad fue más intensa de nuevo con “Outside my window” del “Distance Inbetween”. A continuación vino una seguidilla de canciones de relativo sosiego y altos vuelos melódicos a base de un buen pop rock melódico con toques folk aquí y allí. La bucólica “Jacqueline” del disco “Roots And Echoes” (2007) comenzó este tramo para luego dar paso a dos canciones del gran “Magic And Medicine”; en concreto “Pass it on” y “ Bill McCai”, dos viejas y agradables conocidas. Para remate una de las canciones más puramente pop y más encantadoramente pegadizas de The Coral, “In the morning”; un excelente nexo personal con recuerdos de hace más de una década y de la que grabé este vídeo.

“Holy revelation” fue la vuelta a la electricidad de su penúltimo disco y el retorno de un sonido más bronco pero más energético. Es curioso como en estudio la parte vocal me recuerda a Beck, si bien en directo no fue tan así. Dos canciones más del mismo álbum siguieron a continuación, mostrándonos que pueden manejar la psicodelia de muchas maneras; “Miss Fortune” de una forma relativamente atmosférica y “Million eyes” con un talante más eléctrico, aunque incluye un curioso interludio instrumental. La única representación del disco “Butterfly House” (2010) fue la bicoca pop psicodélica de “1000 years”, buen punteo de guitarra añadido.
En este punto mi situación mejoró. Un empleado del club Changó, que andaba de ronda para comprobar que todo estaba en orden, se dio cuenta de que llevaba muleta y que cada vez había más gente alrededor, con la consiguiente pérdida de visión resultante, y se ofreció a acomodarme en la planta superior, de tal modo que pude ver el tramo final del concierto como si estuviera en un palco y con una visión extraordinaria. Desde aquí muchas gracias al personal del club Changó. Desde tan privilegiada posición pude ver como The Coral retomaban su último disco con dos piezas encantadoras de buen pop rock clásico, “Eyes like pearls” y “Reaching out for a friend” (esta última una de mis favoritas de su repertorio reciente) y un corte más complejo y roquero, con un buen solo de guitarra, como la muy interesante “Stormbreaker”. Y tras esto… los bises.
A estas alturas me extrañaba que no hubieran tocado nada de su disco debut, lo cual me hacía suponer que dejarían alguna perla de esa obra para rematar correctamente el tracklist. Y vaya que si acerté. Para empezar, la primera canción del retorno al escenario fue la inconmensurable “Goodbye”, una de sus canciones que me resultan predilectas desde hace muchísimo tiempo. Yendo a por todas, la banda interpretó de manera espléndida este corte enérgico y loco, alargando de forma antológica el chiflado interludio instrumental haciendo una exhibición que hubiera admirado el propio Syd Barret. En total alargaron la canción hasta el doble de su duración, regalándonos 8 minutos de pura viveza musical. Si no me creen vean el vídeo.
Todas las apuestas, que seguramente todos los presentes nos hacíamos internamente, apuntaban a que cerrarían el concierto con, probablemente, su canción más conocida. Y así fue; “Dreaming of you” sonó frenética, arrasadora, saltarina. El pública venía con la inercia de la canción anterior y con semejante plataforma de lanzamiento todo fue entusiasmo y jolgorio. Y así, con público y banda compartiendo entusiasmo, llegamos al final del evento.
En total fue un concierto de algo más de una hora que no concedió ningún momento sobrante y mostró las diferentes facetas que han caracterizado hasta ahora a The Coral. Pudimos escuchar pop rock de manual, apuntes folk, psicodelia juguetona y rock visceral, pasados por el túrmix de un grupo que siempre tuve la sensación que mereció más atención. Sea como sea nos queda el consuelo de sus conciertos. La actitud sobre las tablas fue muy digna; el más expresivo en movimientos y soltura fue posiblemente el bajista Paul Duffy; como ligero contrapunto James Skelly se mostró más comedido, acaso era una pose, y tranquilo en el micro; si bien tuvo sus momentos más extravertidos. Curioso como entre canción y canción siempre soltaba “Next one!”, a veces añadiendo el nombre del siguiente tema.
Eso son ya sutilezas, para mí fue un placer volver a poner a The Coral en mi vida. Por ello reitero mi agradecimiento a Víctor Prats por confiar en mí para cubrir el evento y a Pablo Sotés por haber hecho las gestiones oportunas para la acreditación. Fue una buena noche.

Texto, fotografías y vídeos: Mariano González.
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domingo, 18 de noviembre de 2018

Programa Genesis “Abacab” (Temporada 10/ Programa 2)

A título de autohomenaje, a Mariano González se le ocurrió que hiciéramos en este 10º año y 10ª temporada de radio de “DMR” un programa de radio sobre “Abacab” de Genesis. Si se fijan en mi nick de blogger, entenderán el motivo. Y personalmente me pareció una idea muy acertada.

Por ello, el pasado sábado 3 de noviembre a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), llevamos a cabo el citado programa. Pudimos defender las bondades de un disco algo eclipsado por otros de mayor calado o relevancia de la era Collins de Genesis, debatiendo sobre el mismo y poniendo varias de sus mejores canciones.

Por si no lo escucharon en su momento en el directo, les dejamos insertado aquí mismo el reproductor para su escucha y también el link a su alojamiento a Ivoox por si desean descargarse el contenido: https://www.ivoox.com/dmr-10-2-audios-mp3_rf_30143887_1.html
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viernes, 16 de noviembre de 2018

Temporada 10/ Programa 3: Queen y “Bohemian Rhapsody (OST)” (2018)

Ciertamente, esta es la primera vez que hacemos un programa sobre algo que no está realmente comentado en el blog. Es también la segunda vez que mezclamos música y cine (recuerden el programa sobre Vangelis, “Blade Runner” y su banda sonora); no obstante, en aquella ocasión, previamente había un artículo de revisión de la banda sonora en el blog.

Sin embargo, la emoción en sí de haber revivido el espíritu de Queen al haber visto recientemente la película varios de los componentes del equipo de colaboradores de “DMR” nos ha movido a esto que les proponemos para este sábado a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH).

También es cierto que la banda sonora no deja de ser un recopilatorio de temas del grupo y no un ente propio como sí que es el trabajo de Vangelis con “Blade Runner”. Además, de Queen tenemos comentados varios discos, entre ellos uno que está dentro del tramo temporal que se narra de la historia de la banda (“The Game” de 1980).

Hablaremos de la historia de Queen, de la película (de sus cosas buenas y también de sus variaciones en el guión con respecto a la realidad) y pondremos varias de las canciones que han sido escogidas para la música del film. Tenemos preparado un gran programa, el cual creemos será de su agrado. ¡No se lo pierdan!

Links de interés:
Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/2093395724015240
Emisión on-line RUAH: http://www.online.ruah.es/
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jueves, 15 de noviembre de 2018

DMR cubrirá el concierto en Madrid de La Broma Negra (17-11-2018)

Será en la sala Hangar donde La Broma Negra, con Carlos Caballero al frente, presentarán las canciones de su nuevo disco “Los Extraños Tienen Los Mejores Caramelos”.

Con importantes y sensibles cambios en la formación del grupo, con la salida del teclista David Infantes y del hasta ahora mano derecha, el guitarrista Álex Gómez, tenemos mucha curiosidad de ver al grupo en acción; no deja de ser relevante apuntar que Laura Pérez se mantiene en la formación junto a Carlos.

Es una buena ocasión para vivir un plan musical que siempre huye de lo vulgar y rutinario, tanto por la puesta en escena, como por el contenido musical y lírico de La Broma Negra. Nosotros estaremos presentes y haremos crónica posterior de lo vivido, pero consideramos muy adecuado recomendarles que, si pueden, lo vivan de primera mano.

Agradecemos al grupo que cuenten una vez más con nosotros para poder narrarles su devenir y trayectoria. Para nosotros es un tremendo placer.
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DMR cubrirá el concierto en Madrid de Amatria (22-11-2018)

Este próximo jueves 22 de noviembre en la sala But, Amatria estarán sobre el escenario para presentar las canciones de su último disco “Algarabia” y también el último single editado en colaboración con Delaporte “Un Alud”.

Sin duda un concierto interesante, del que nos hemos hecho eco y que no nos perderemos. En representación de “DMR” acudirá Mariano González, el cual posteriormente realizará nuestra crónica, pero como siempre les decimos, mejor vívanlo de primera mano y a posteriori cotejen sus impresiones con las nuestras.

Agradecemos a Pablo Sotés que cuente con nosotros para poder informarles de eventos como éste.
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martes, 13 de noviembre de 2018

DMR cubrirá el concierto en Madrid de The Coral (16-11-2018)

Este viernes en la sala Changó de Madrid The Coral estarán presentando dentro del ciclo SON Estrella Galicia su último trabajo “Move Through The Dawn”. Con James Skelly a la cabeza y con sus más de 2 décadas de trayectoria, la banda británica defenderá los temas de su 9º disco de estudio que se lanzó en agosto del presente año y seguro que rescatarán varios de sus temas más destacables de la trayectoria que tienen.

Las entradas a 20 eur. anticipada o 24 eur. en taquilla son más que asequibles para disfrutar de un remarcable plan musical para el viernes noche. Por nuestra partes acudirá Mariano González como redactor (y admirador de varias obras discográficas de la formación) para dar cuenta de lo que acontezca. Publicaremos su crónica en días siguientes. Agradecimientos a Pablo Sotés por contar con “DMR” para estos eventos.
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viernes, 9 de noviembre de 2018

Alison Wonderland - Awake (2018)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Esta vez vamos a hablar de una artista que descubrí no hace mucho, se trata de la australiana Alexandra Sholler, más conocida como Alison Wonderland, la cual con tan solo dos álbumes en el mercado se ha hecho un hueco bastante importante en el mundo de la música electrónica y el dance. Sin embargo, Alison tiene formación clásica (tocaba el chelo y el bajo) y curiosamente se interesó por la música electrónica gracias a la influencia que tuvo sobre ella el single “Silent shout” del grupo The Knife; y es que los suecos han dejado una innegable impronta en la música electrónica que se hace en la actualidad, siendo toda un referencia.

Poco a poco se va haciendo un nombre como dj y remezclando el trabajo de otros como Sam Sparro o Ladyhawke, girando como dj por Australia con gran éxito hasta que decide dar el paso y hacer su debut discográfico en 2013 con el single “Get ready” en colaboración con el dúo de música house Fishing, un inquietante tema que mezcla hip hop enérgico y electro oscuro que era todo un golpe en la mesa en el mundo de la EDM.

Un año después lanza el ep “Calm down” que le da gran popularidad en Australia gracias a temas tan sobresalientes como “I want U” y “Cold”, dos irresistibles e imaginativos temas dance donde ella se convierte en la auténtica protagonista cantando, componiendo y produciendo ambos temas, algo poco común en un dj.

Hubo que esperar hasta el 2015 para que Alison entregara su primer álbum, titulado “Run”. Es un sólido debut donde la dj y productora demuestra su gusto por una electrónica variada que no le hace ascos a estilos como el trap o el dubstep, o flirteos con el funky. Bien recibido por crítica y público, incluía jugosas colaboraciones como por ejemplo Wayne Coyne de Flaming Lips o el grupo de de inditrónica Safia.

Todo hacía indicar que con un buen debut como “Run” lo mejor estaba por llegar y las predicciones se han confirmado, a continuación analizamos su último álbum publicado en abril de este mismo año.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Good enough”: la introducción al álbum no puede ser más interesante creando un ambiente entre tenebroso, dramático y hasta podríamos decir que un tanto desquiciante con ese tintineo de sintetizador tan bien acompañado por unas cálidas cuerdas que terminan desapareciendo creando un final poco melódico. Nos puede recordar en parte a los desvaríos de grupos como Crystal Castles, aunque en este caso con un sonido mucho más limpio que los canadienses. La canción carece de letra y realmente no la necesita, es un tema perfecto para que la atención se mantenga a niveles alto para despachar el segundo tema.

2. “No”: Uno de los singles del álbum con un título rotundo para un tema que no lo es menos. Alison crea un imaginativo tema pop que tiene como temas centrales la autoafirmación y la reivindicación de una cierta intransigencia. Sin duda, es un tema con el que muchos jóvenes y no tan jóvenes podrán identificarse sin problema. Alison no tiene ningún miedo a experimentar y lo hace a través de una serie de armonías vocales que crean un tema cargado de belleza con esos ritmos que beben del tropical house que tan de moda ha estado estos últimos años. Quizás este tema nos pueda recordar un poco las últimas producciones de Sia, aunque con un toque mucho más arriesgado.

3. “Okay”: Cambio total de registro, aquí ya no hay bonitas melodías si no un sonido grave, inquietante que juega sin duda con el dubstep aunque lo justo para que el sonido no se haga pesado; de hecho, es admirable como Alison le insufla la dosis justa para que sea el fondo ideal en una historia bastante malsana en la que la protagonista se pregunta constantemente “can we be okay?” con la voz absolutamente distorsionada lo que le da un efecto mucho más dramático. Poco a poco se van añadiendo elementos de trap que sorprendentemente añaden un ambiente más oscuro al conjunto, la guinda final es un arranque progresivo hacia el dance, que termina abortándose inesperadamente para concluir con unos solemnes toques de piano. Un tema tremendamente cinematográfico que pone música a una auténtica pesadilla emocional.

4. “Easy”: Parece que a Alison le gusta tenernos en una especie de montaña rusa donde unos temas de contraponen a otros y después de los ritmos poco amables de “Okay” llega un pop con mayúsculas. Se trata de “Easy”, sin lugar a dudas el tema más accesible del todo el álbum donde los sintetizadores brillan luminosos acompañados de unas bases de percusión muy presentes y nuevamente algún toque de tropical house. Si a esto le añadimos un estribillo irresistible y pegadizo que desemboca en una original melodía de sintetizador, tenemos el perfecto tema pop de tres minutos no exento de un toque melancólico y de reproche ante aquellos incapaces de aceptar a los demás e intentan cambiarlos. La frase lapidaria “baby, why don’t you find someone easy?” está claro que conectara con mucha gente que se ha visto en una situación similar. La canción contaría con un simpático video donde Alison recorre las calles de la ciudad perseguida por una maldita lluvia que no para siquiera cuando entra en su apartamento; quizás una metáfora sobre las malas vibraciones que nos acompañan durante un tiempo cuando se rompe una relación.

5. “High”: En la parte central del álbum comienzan las colaboraciones, que no son pocas en este álbum. La primera es la del famoso rapero americano Trippie Redd, que demuestra tener una potente voz capaz de salirse del registro del hip hop. Es curioso como la voz de Trippie Redd, junto con un mensaje simplista pero efectivo “come and get high with me”, consigue crear una atmosfera llena de positividad que de repente se ve abortada cuando Alison entra en escena para darnos una buena sesión de techno que contrasta con el ambiente psicodélico de la canción hasta ese momento. El tema contaría con un surrealista y porrero video que no sé cómo ha pasado la censura de Youtube, hay que verlo porque ilustra perfectamente la atmosfera de esta canción.

6. “Here 4 U”: Se trata de una nueva colaboración, en este caso con Blessus. Quizás sea el tema más influenciado por el trap. En realidad el tema se va construyendo de manera simple a partir de repeticiones durante toda la pista hasta que aparece una acertada melodía de sintetizador e empiezan a introducirse ciertos golpes de efecto, que añaden contundencia y consiguen crear un tema mucho más complejo de lo que parecía en un principio.

7. “Church”: Después unos temas bastante experimentales, Alison decide mostrarnos de nuevo otra píldora de pop electrónico en la que juega con el lenguaje religioso, la inestabilidad emocional y las personas toxicas. Nos encontramos ante un tema fresco con un estribillo muy marcado, nítido que estalla de forma impecable contrastando con unas primeras estrofas que llevan a engaño, pues pareciera que estuviéramos ante un medio tiempo hasta que entra el comentado estribillo llevándose la canción hacia la mejor EDM. No es para nada extraño que este haya sido uno de los temas elegidos como single pues sin duda es de lo mejor y más comercial del álbum. Tampoco es raro que haya contado con un original vídeo en el que Alison junto a un joven coro de góspel con los protagonistas en diversas escenas que se van desarrollando en una iglesia, en la calle, etc. Es sin duda uno de esos vídeos que se adapta perfectamente a la canción para transcribir en imágenes su mensaje.
8. “Cry”: Es un agradable tema con un cierto toque tropical, sobre todo en la base del estribillo; un estribillo muy adictivo en el que Alison se muestra dominante, segura, posesiva, capaz de hacer a un hombre llorar: “i just wanna make a grown man cry” dice la letra. La intervención del rapero Buddy en el puente dando la réplica es totalmente inesperada y original. Sin duda, otro tema a destacar que demuestra la capacidad de Alison para mezclar estilos y moverse perfectamente entre ellos.

9. “Happy place”: Fue utilizada como adelanto del álbum y con razón ya que es quizás la canción más decididamente techno del álbum, o quizás deberíamos decir happy hardcore, pues recuerda en algunos momentos a ese corriente de finales de los noventa. “Happy place” lo tiene todo para ser lo que llamaríamos un auténtico bombazo dance, y aunque poco melódica aquí parece que de lo que se trata es de experimentar con ciertas dosis de falsa improvisación, mucho progressive y ritmos agresivos. Si encima al conjunto le añades unas cuerdas al principio y al final bordando el tema y no te pasas de minutaje tienes el perfecto artefacto dance y Alison aquí lo consigue sin duda. Como es lógico contaría con un vídeo que básicamente es un pequeño resumen de lo que es una sesión dj de Alison: un auténtico derroche de electrónica y energía que ningún amante de la música dance debería perderse.

10. “Good girls bad boys”: Es sin duda la continuación de “happy place” en cuanto a sonido, aunque aquí éste es mucho más sucio, muy distorsionado en partes, con bastante reverb, pero sin que se haga cansado y con un atronador bajo que realmente impone. La letra prácticamente no existe y la poca que hay son más bien incisivos mensajes como “self hate, regret can drive us to death, so stand up, progress..”; mensajes simples pero con una carga positiva innegable.

11. “Dreamy dragon”: Está claro que ha Alison le ha gustado rodearse de gente del mundo del hip hop para este segundo álbum. En esta ocasión le acompaña Chief Keef que se encarga de toda la parte vocal mientras Alison dispone los beats, las potentes percusiones dance y las numerosas capas de sintetizador para crear un tema que es un perfecto compendio de techno y rap donde Chief Keef demuestra su enorme versatilidad vocal mientras Alison se pone más que nunca en su papel de Dj.

12. “Hope (interlude)”: Como el título indica, funciona como interludio hacia el final del álbum, pero es bastante más que eso. No llega a dos minutos pero en ese poco tiempo podemos disfrutar de bonitas armonías vocales superpuestas y cierto toque soul que le dan mucha calidez a esta pequeña pieza, poco a poco se van introduciendo algunos detalles electrónicos y nos preguntamos por qué no quiso desarrollar más esta canción, a nivel de letra, en la que es una de las más personales, el tema central es la confianza y la esperanza que ponemos en los demás y que puede ser traicionada.

13. “Sometimes love”: Para este tema Alison se une a los australianos Slumberjack en un tema de pop dance elegante donde nuestra protagonista se dedica a repetir la frase “sometimes love isn’t enought” prácticamente sin interrupción. Unido a una instrumentación bastante minimalista con intricadas texturas, pero con los ganchos precisos para que no nos distraigamos, hacen un tema que es toda una delicia sonora electrónica que tiene todo a su favor para envejecer muy bien a pesar de ser totalmente ideal para los festivales techno más actuales.

14. “Awake”: Alison nos reserva un inesperado final con esta especie de catarsis emocional un tanto agridulce que es la canción que da título al álbum y que sorprendentemente está desprovista de los elementos de techno y dance que nutren este álbum. Aquí más bien estamos ante una balada o podríamos decir medio tiempo donde la protagonista parece querer poner paz finalmente después de un caótico devenir emocional dando carpetazo a una etapa de su vida.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Si “Run” (2015) fue un debut bastante notable, “Awake” es la absoluta confirmación de una artista atípica, que rechaza encasillarse en un estilo concreto con el fin de experimentar y tocar diferentes palos. “Awake” es un álbum magnifico, donde no sobra absolutamente ninguna canción en los catorce cortes incluidos, estamos sin duda alguna ante un fuerte candidato a ser el mejor disco del año, un sólido trabajo donde la electrónica más actual se da la mano con el pop, el hip hop o el trap, sin dejarnos un segundo de descanso.

“Awake” es el disco de una dj que compone, produce, mezcla e interpreta sus propias canciones, canciones muy personales, se puede decir que hasta cierto punto Alison nos muestra su mundo interior que no siempre es agradable. Además en un mundo como el de los djs, copado por los hombres y donde estamos acostumbrados a que sean voces femeninas las utilizadas como cantantes mercenarias, se agradece una propuesta diferente como la de Alison donde ella utiliza a hombres para cantar sus composiciones, sobre todo gente procedente del mundo del hip hop. Alison ha conseguido aplicar una perspectiva femenina al mundo de la EDM, que estaba bastante carente de la misma, y eso es muy de agradecer.

Comercialmente ha conseguido una muy buena respuesta, por supuesto en Australia pero también en USA donde ha copado las listas dance de ese país, en Europa su nombre cada vez suena más gracias sobre todo a sus actuaciones como dj. El álbum ha sido todo un detonante para posicionar a Alison como la número uno de las djs femeninas y una de las más importantes a nivel general, se ha convertido en algo habitual verla con sus sesiones en numerosos festivales y en muchos de ellos como artista principal. Alison no canta en directo, parece que ese paso no lo quiere dar y prefiere mantenerse detrás de la mesa de mezclas. Tampoco está muy lejos de lo que hacen Daft Punk o Justice en directo que es básicamente pulsar de vez en cuando algún botón. Toda una sorpresa este “Awake” al que todavía se le puede sacar bastante jugo.

Texto: Alfredo Morales.
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