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martes, 28 de junio de 2022

DMR cumple 14 años

Estamos en plena adolescencia. Con lo que ello conlleva. Y seguimos el ritmo de ciertas entidades o personalidades del deporte, de las que les confieso que no soy admirador, que también han pasado al 14 en las últimas semanas; mejor he considerado reflejar a otro deportista que también estaba asociado al número que cumplimos.

A veces, por mi vida familiar y profesional (esto no es un trabajo), se hace difícil mantener el funcionamiento autoimpuesto de publicación, a pesar de las generosas vacaciones que solemos cogernos (por Navidad, Semana Santa y verano).

Lo importante es que nos mantenemos en pie y mantenemos nuestra esencia, sea atractiva o no. Seguimos publicando semanalmente (salvo en los parones indicados), bien sea un artículo de revisión de disco o un programa dedicado a discos que ya hayan tenido previamente su artículo escrito en el blog. Y eso tiene su mérito.

Y es que el ritmo es difícil para todos, puesto que a Alfredo Morales, aunque sigue siendo redactor del blog, le ha costado alguna vez sacar tiempo para escribir un post de análisis de disco tema a tema, con el detenimiento que ello supone.

Por ello, es motivo de celebración permanecer un año más. No somos página de referencia, puesto que rara vez tratamos la actualidad y somos un espacio de opinión personal sobre la música, pero con que alguien dé con nuestro espacio de cuando en cuando y pase un buen rato leyendo nuestras opiniones, nos damos por satisfechos.

No están previstos cambios, ya que ahora la vida no nos da para más. No obstante, ya nos conocemos desde hace tiempo y mantenemos el mismo rumbo en el timón desde hace tiempo, con lo que quien nos siga desde hace ya al menos 5 años, ya sabe qué se puede esperar de nosotros.

Agradezco a Mariano González y Alfredo Morales su implicación en el mantenimiento del blog, puesto que al primero de ellos, por otros asuntos personales, no crean ustedes que le resulta fácil mantener también el ritmo de publicación.

Confiamos en que en 12 meses nos veamos por estas tierras cumpliendo la niña bonita en años, que no está nada mal el llegar a los 3 lustros. A su momento, todo será celebrado. Contamos con ustedes, sean los que sean. Brindamos a su salud de momento por estos 14.
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viernes, 24 de junio de 2022

Javier Krahe - Valle De Lágrimas (1980)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Si en mi anterior post rendí tributo a un artista ya fallecido que admiro mucho, en este repito postura. Javier Krahe se nos marchó en 2015, de forma súbita, de un soponcio (como la Marieta que nos encontraremos comentando el disco de hoy) y en el siguiente verano de 2016, a modo de homenaje, escuché mucho un nutrido recopilatorio de su extensa obra. Y quedó pendiente que escogiera uno de sus lps y por fin pasara por aquí.

Javier Krahe se confesaba vago por naturaleza y mi homenaje a él, y realmente toda mi relación con el cantautor, se impregna o contagia de la vagancia inherente al mismo. Por eso, he tardado casi 6 años en atreverme a comentar uno de sus discos. Lo de la vagancia, más bien dejadez, también se ve en mi actitud de ir a verle algún mes a esos conciertos que regularmente daba en la sala Galileo; solía decirme, “a ver si me paso a ver a Krahe”. Y lo dicho, de un soponcio se nos fue y me quedé sin poder verle en el escenario. Bien empleado me está.

He escogido su disco de debut. El motivo estriba en que de su recopilatorio, las canciones que más me llegan son las de esta primera etapa. Es un disco que tengo muy asociado a mi última etapa de opositor (esa en la que terminé sacando la plaza, al fin), ya que muchos días lo iba escuchando de camino a la academia, atravesando el Barrio de Salamanca (no en vano cruzaba Núñez de Balboa, tarea titánica por lo visto para Krahe, reflejado en un hit que no alcanzó en su día a entrar en este recopilatorio, básicamente porque era posterior a su edición).

Por tanto, “Valle De Lágrimas” de 1980, es el que más se ajustaba a este propósito. Eran los días de comienzo de la Movida Madrileña, pero de forma paralela al moderneo imperante, había otros lugares donde se plasmaban otras propuestas. Fue la época del disco “La Mandrágora”, que Krahe conformó junto a Joaquín Sabina y Alberto Pérez. No en vano, Krahe aporta de su brazo varias de las pistas de su debut para esa mítica obra conjunta.

En “Valle De Lágrimas” se aprecia la perfecta tarjeta de presentación de Krahe en general. Un estilo personal, basado en influencias como la siempre citada de Georges Brassens (no en vano “Marieta” es una readaptación de “Marinette”), con un estilo narrativo fresco, vivo y tremendamente imaginativo. Las historias y narraciones que nos cuenta Krahe en sus temas no dejan ni mucho menos indiferente y siempre son más que atinadas y agudas. Además, normalmente siempre están cargadas de intención, en un sentido u otro. Veamos qué nos ofrece este disco de debut.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Villatripas”: Con una melodía a base de ese instrumento tan chirigotero empieza el disco con la narración de la historia de envidias entre los pueblos de Villatripas de Arriba y Villatripas de Abajo. La construcción de una fuente con una venus afrodita presidiendo la misma, hace que en el pueblo de recursos más limitados se les ocurra recrear la fastuosa creación de sus vecinos con el lanzamiento al pilón de una lozana moza. Así contado (como todas las canciones que vamos a analizar), no tiene mayor gracia (la que yo no tengo, evidentemente), pero escuchar esta pieza en la voz y narración de Krahe es a partes iguales una delicia y un descojone supremo. Ese pasaje en en el que el alcalde dice a sus ciudadanos “Estáis dispuestos a todos, para sacudiros el lodo de esa venus afrooo… ¡leches! “¡Alcalde, lo que nos eches!”. Digna de una película de Berlanga, esta historia no deja de ser un reflejo de la condición humana, sobre todo la española, ya que si nos ponemos a escarbar, seguro que por la geografía ibérica podemos encontrar algún ejemplo semejante. Por cierto, la pieza la firman el propio Krahe junto a Alberto Pérez.

2. “Don Andrés Octogenario”: Javier nos cuenta la curiosa historia de un vejete que tiene unas últimas voluntades picantonas. Sobre una base acústica y con buenos arreglos de cuerdas, que casi le dan un toque de música de cámara, en “Don Andrés Octogenario”, nos comenta como el bueno de don Andrés fallece justo antes de darse un último homenaje con su enfermera cuidadora (que lo consiente, caritativamente). Esto supone un problema respecto al óbito, ya que la erección descuadra muchos aspectos relativos al velatorio y al entierro. Delirante humor negro, descacharrante a la par.

3. “El lirón”: En “El lirón” Krahe nos cuenta la historia peculiar de este animalillo, que tras decidir hibernar como es costumbre, se le viene de forma sobrevenida su ruina al procederse a una brutal deforestación de su entorno. No será la única vez que Javier Krahe recurra a contarnos historias de animales, ya se verá en un futuro una historia parecida, pero de final menos trágico, en “El topo”.

4. “La hoguera”: Uno de los grandes clásicos que quedaron de este disco es este solemne tema compuesto de cara a criticar la pena de muerte. Krahe, con mucho aplomo, sobre una melodía en un casi ritmo latente marcial diría yo, nos hace un repaso de todas las formas que se han inventado de ejecución. En la letra no deja de haber algún guiño o toque como dislexificar cartuchos por “carchutos” del pelotón. El estribillo, que reitera de forma tan marcada el título de la canción, contrasta con ese leve verso de rúbrica “la hoguera tiene, ¿qué sé yo?, que solo lo tiene la hoguera”. Una gran canción, con un mensaje claro y directo.

5. “¿Dónde se habrá metido esta mujer?”: Conectamos con otro clásico absoluto. En esta ocasión, Javier se mete en la piel de un tipejo machista que afronta los primeros momentos en los que, aún sin ser consciente bien de ello, se da cuenta de que su mujer se ha marchado de casa. Me imagino a ese personaje parando los pies al tal García de su oficina agarrándole de las solapas o algo así. Es una pista nerviosa, saltarina, con ese sofoco muy bien descrito de ese hombre que se cree que más que una esposa tiene una esclava o criada a su servicio. Para él sobre todo le fastidia que “hoy tenía ganas de …”. Se popularizó mucho a raíz de que Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, la cantara en su visita al “El Hormiguero”; no sé yo si a día de hoy, Krahe, que a la hora de morir había sido entrevistado por el propio Iglesias, si aprobaría mucho el devenir que ha tenido el político; esa duda nos quedará, ya que Krahe no se casaba con nadie (recuerden “Cuervo ingenuo”).
6. “El tío Marcial”: Más desconocida es “El tío Marcial”, si bien en el recopilatorio que yo tengo sí que está incluida. Es una canción casi al estilo de que haría Springsteen en “Nebraska” un par de años después. La armónica hace mucho en su sonido distintivo, sobre el cual Javier nos cuenta la historia de un hombre al que visita la muerte, frente a la cual hace un balance muy peculiar de su vida. Tiene un fuerte poso amargo en su historia, lo cual contrasta mucho con esa melodía que suena amable y calmada. Una canción, como todas las de Krahe (o al menos gran parte), a la que merece la pena prestar alta atención. Es otra de las pistas en las que Krahe colabora con Alberto Pérez en la composición.

7. “Raúl”: Quizás “Raúl” se la canción menos atinada de “Valle De Lágrimas”. Javier en esta ocasión se deleita en jugar mucho con la ritma asonante con el nombre propio que da título a la canción. Lo que pasa es que con Javier Krahe no hay canción que no te levante una fuerte curiosidad y prestes muy buena atención a la historia que Javier tenga a bien contarnos. Yo personalmente reconozco que esto de prestar tanta atención a las letras no me ha pasado de forma tan clara con ningún otro músico.

8. “San Cucufato”: “San Cucufato” también será recurrente en el imaginario de canciones de Krahe (véase la posterior “Los caminos del señor”). En esta ocasión es el santo al que el protagonista de la narración se encomienda para que le devuelva el pudor (entre otras cosas) y deje de lado el naturismo salvaje que le ha sobrevenido. Instrumentalmente quedan muy curiosas ciertas notas graves de viento que dan una especie de réplica o rúbrica más bien a los versos cantados por Javier.

9. “La oveja negra”: Con sonido instrumental casi de fábula, en “La oveja negra” nos narra las peripecias de la propia oveja, que no deja de ser la historia de un verso suelto. Suena bonita, pero tampoco es de los capítulos más brillantes del disco de debut. No desentona ni mucho menos, peor tiene compañeras de obra que llaman la atención poderosamente.

10. “Marieta”: Quizás la versión que más ha quedado (o directamente sin el “quizás”) es la del disco “La Mandrágora”, al igual que sucede con “La hoguera”. En esta adaptación de una canción de su referente Georges Brassens, Krahe nos sumerge en la disparatada historia del fallido cortejo a la “Marieta” de turno (Marinette en la original de Brassens). Puede ser una de las canciones más representativas de Krahe, ya que consigue perfectamente hacerse suya esta adaptación, con sus ligeros saltos de entonación a la hora de cantar. La repetición del “gilipollas” del estribillo, y la división de la misma palabra previamente, juntando parte de la misma con las palabras anterior y posterior, es otro signo de identidad de esta divertidísima pieza, que supone una forma inmejorable de cerrar este lp de debut.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Con “Valle De Lágrimas”, de portada a modo de cuadro, que no sé muy bien si representa al propio Krahe recibiendo el contenido de un cubo de agua en plena cara, Javier Krahe iniciaba su andadura, lo cual es mucho decir. Estamos ante un artista que nos ha ofrecido una vasta discografía y que tuvo durante su vida un halo de músico a mitad entre lo maldito y de culto. Poco después vino el disco en directo compartido con Alberto Pérez y un tal Joaquín Sabina, que en su momento tampoco es que fuera un fenómeno nacional, pero que con el tiempo sí que se ha ganado la consideración de obra de culto.

Unos años después, Krahe, que no se casaba con nadie, tuvo la valentía de afear el gesto de lo de la OTAN (no sé qué le parecería a Krahe la cumbre de dentro de unos días que va a paralizar Madrid...) a Felipe González con la canción “Cuervo ingenuo”. Teniendo en cuenta que el ejecutivo de González se mantuvo hasta 1996 y lo que vino después tampoco era de la cuera ideológica de Javier, todo ello influiría en que Krahe se mantuviera en un plano casi imperceptible. Pero él seguía ahí, facturando sus discos y dejándonos piezas que sin lugar a dudas nos animan, como ya en el nuevo milenio supuso “No todo va a ser follar” del disco “Cinturón Negro De Karaoke”.

No sé si con puntualidad mensual, pero si no todos los meses, al menos casi todos, Krahe ofrecía un recital en la sala Galileo. Y en esas me quedé, con el “a ver si un día me animo y voy a ver un concierto de Krahe”, hasta que en 2015 me entero de su soponcio y que nos había dejado ya. Y yo con mi plan de ir a verle actuar sin cumplir, me quedé como un gilipo llasmadre. Allá donde esté, que se encuentre en la gloria y que me reserve un asiento para el próximo recital suyo al que pueda asistir.
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domingo, 19 de junio de 2022

Programa Queen "Hot Space" (Temporada 13/ Programa 14)

Era obligado que en "DMR" hiciéramos dentro de nuestra temporada 13 un homenaje-recuerdo a Freddie Mercury cuando meses atrás se cumplieron 30 años de su muerte. Lo hicimos finalmente el pasado sábado 4 de junio de 2022 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH).

Escogimos un disco muy nuestro, de esos que no son muy queridos por los seguidores tradicionales de la banda. En el caso de Queen es el "Hot Space" de 1982. No obstante, las 5 voces que tomamos parte del programa, en mayor o menor medida, rompimos lanzas a su favor. Presencialmente en los estudios de RUAH estuvimos Luis F. Novalvos, Julián Fernández (que debutó como tertuliano de "DMR") y Víctor Prats. Las participaciones telefónicas fueron las de José Antonio Sánchez y Mariano González.

Por si no escucharon el directo ni las redifusiones posteriores en RUAH durante las 2 semanas siguientes, les dejamos aquí insertado el reproductor con el podcast y también el link a su alojamiento en Ivoox: https://www.ivoox.com/dmr-13-14-audios-mp3_rf_88662648_1.html
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viernes, 17 de junio de 2022

Temporada 13/ Programa 15: Héroes Del Silencio y "Senderos De Traición" (1990)

Este próximo sábado 18 de junio de 2022, ponemos el punto y final a nuestra 13ª temporada de radio. Como siempre, será a las 16.00h en directo en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Finalizamos la temporada de la vuelta a la normalidad, al menos en lo que a número de programas realizados se refiere.

Acabamos de la mano de un disco mítico de una banda mítica de nuestro panorama nacional, "Senderos De Traición" de Héroes Del Silencio. Un grupo que traspasó claramente nuestras fronteras, con notable éxito en CentroEuropa. Creo que es un buen disco y una buena banda para poner el cierre a la temporada.

Esperamos que el programa sea de su agrado y no se pierdan la ocasión, ya que al menos hasta el primer sábado de octubre no volveremos a ofrecerles nuevo contenido de audio, en lo que ya sería nuestra temporada 14.

Links de interés:
Emisión on-line RUAH: http://www.ruah.es/emision-online/
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viernes, 10 de junio de 2022

The Offspring - Smash (1994)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
1994 fue un buen año para el punk, hardcore melódico, o como quieran llamarlo. El disco que nos ocupa hoy fue un éxito de ventas millonarias. Green Day hacen lo propio con su “Dookie”. Bad Religion lanzan su primer disco, “Stranger Than Fiction”, con una multinacional. NOFX editan una de sus obras más celebradas, “Punk In Drublic”. Es la época del punk californiano, que da a este tipo de música uno de sus momentos de mayor aceptación mainstream. En muchos casos partiendo de un sello independiente como Epitah perteneciente, por cierto, a Brett Gurewitz, guitarrista de Bad Religion.

Ése es el caso de The Offspring, que con un presupuesto exiguo y acudiendo al estudio de grabación cuando estaba vacío, para gastar menos, obtuvieron un éxito totalmente inesperado. Vendieron unos seis millones de discos en EE.UU y unos once millones a lo largo de todo el mundo, lo que se convirtió en el mayor éxito de ventas de un disco lanzado desde un sello independiente.

En concordancia el con éxito comercial, el disco deja una buena lista de sabrosos singles de gran difusión, y aún hoy himnos de la banda, y del lugar y del momento en que California fue sede mundial del punk. Nos referimos a temas como “Come out and play”, “Self steem” o “Gotta get away”, buenos definidores del contenido y estilo de “Smash”.

De tal modo que podemos encontrar guitarras frenéticas, trallazos rápidos, baterías fulgurantes con tremendos redobles y en general una contundencia y rapidez instrumental fácilmente identificables. Ello no elimina las melodías, que en ocasiones se acercan al pop, al hard rock o al ska. En general no es un disco inaccesible y puede gustar, al menos a ratos, a gente no muy hecha al punk. Digamos que la dupla The Offspring/Green Day eran más accesibles que la formada por Bad Religion/NOFX (que por otra parte eran más veteranos, casi los padrinos del movimiento).

Señalar, que éste es el tercer disco de la banda, que debutaron con un disco homónimo en 1989 y sacaron su segunda obra bajo el título de “Ignition” allá por 1992. Tampoco eran exactamente unos jovencitos postadolescentes; el líder Dexter Holland contaba con 29 años cuando se editó “Smash”, y por otro lado todavía no son los Offspring, de aire más gamberrete y “lumimoso” de discos posteriores como “Americana” (1998). En este momento particular sonaban más densos, oscuros, pesimistas. No estamos hablando de grunge, pero en ocasiones comparte cierta sensación de desazón generacional, de disgusto del mundo que les era contemporáneo. Lo cual no quita para que haya momentos más lúdicos que preludian posteriores obras más distendidas.

La formación del disco es bien conocida: vocalista y guitarra rítmica Dexter Holland, Noodles guitarra principal, Greg K. en el bajo, y Ron Welty en la batería. El disco en sí está compuesto por 14 canciones, pero esa cifra no tiene que echarnos hacia atrás. En la mayor parte de los casos los cortes varían entre los dos minutos y algo, y algo más de tres minutos. Solo pasa de los cuatro minutos “Self steem” y el hueco antes del track oculto tras la última canción, que tampoco cuenta demasiado.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Time to relax”: Pues 25 segundos de canción en los que una voz nos invita a relajarnos, ponernos cómodos y disfrutar del disco. Se agradece la invitación, allá vamos.

2. “Nitro (youth energy)”: Pero de relajarnos nada. The Offspring se ponen a ello, y de qué manera. Con una canción trotona, rápida, de riffs sencillos pero directos y ágiles. También suena cabreada. La voz de Dexter Holland, sin ser un prodigio técnico, añade un timbre de voz muy adecuado para infundir nervio. Es una canción muy generacional en su letra: “Our generation sees the world not the same as before”. El mensaje también anima a vivir deprisa, porque parafraseando una frase muy punk: “There’s no tomorrow”.

3. “Bad habit”: Al menos empieza distinto. El primer minuto es calmado, priorizándose el sonido del bajo, y con Tom Holland cantando una melodía hecha como a medias. Al cabo de unos instantes se produce un cambio de ritmo brutal, y la banda entra a saco a una velocidad endiablada, en pleno ejemplo de hardcore melódico. Tiene algo de pegadizo y hasta se permite un sencillo punteo. También tiene algún elemento curioso, como esos coros en los estribillos que gritan “yehe!”, “yeha! La canción habla de los conductores iracundos y sus comportamientos poco edificantes al volante.

4. “Gotta get away”: Uno de los clásicos del disco y también de la banda. La melodía en esta ocasión es más relajada y rebaja las revoluciones. El juego entre bajo y batería es interesante y da un toque más de medio tiempo, aunque con guitarras potentes (pero también más lentas). Buena melodía, con un estribillo bastante bueno. Tiene además un tono apesadumbrado. Casi parece un pariente del grunge. La letra nos hablaría de la presión que sufrió Dexter Holland durante el proceso de creación del disco.

5. “Genocide”: Y volvemos al trote. Puede ser otro ejemplo más de una de las virtudes más comunes de The Offspring. La que es capaz de unir la velocidad y la potencia al gusto por las melodías pegadizas, de golpeo inmediato. Una canción perfecta para hacer pogo en un concierto, con un furioso ritmo a troche y moche. También es un tema cabreado, donde la condición humana no sale muy bien parada. Al final del todo, la voz del primer corte nos sigue animando a escuchar el disco.

6. “Something to believe in”: No hay un giro estilístico demasiado grande, todo es ritmo, velocidad y energía. El estribillo es algo más simple (el título de la canción alargado), y no tan bueno. Salvo una ligera parada a mitad de canción, es un estilo muy persistente, más machacón que las canciones anteriores. No es de los temas más inspirados.

7. “Come out and play”: Uno de los grandes éxitos de The Offspring. La melodía está bastante cuidada, el estribillo tiene pegada, y en general no se toma las prisas fulgurantes de otras canciones. Se acaba contagiando el punteo de toques casi orientales que aparece puntualmente durante la canción. Canción bullanguera, pegadiza, divertida, aunque con algo de mala leche. Tiene incluso cierto espíritu pop. Fue el primer single del disco, y fue un pelotazo en el Billboard. El vídeo, donde podemos ver a Dexter Holland con su imagen de aquellos días, con unas notables rastas, tuvo buena difusión en la MTV. La canción habla de la violencia entre bandas, y particularmente en las escuelas, recogiendo el ambiente más turbulento de Los Angeles. Se suele subtitular como “Keep’Em separated”.
8. “Self steem”: Quizá una de las tres canciones más conocidas del grupo, y una de las razones del éxito de “Smash”. Nuevamente más que punk parece más cercana al rock alternativo. El compás que marcan el bajo y la batería lleva la canción a un terreno rítmico que no es tan veloz, pero que en las estrofas es el principal apoyo. La canción es realmente pegadiza y tiene poderío. También es astuta, utilizando pequeños trucos para que se nos quede en la cabeza. Desde los casi hilarantes “lalalas” del principio, hasta un estribillo que se compone básicamente de un “yeaaah” alargado. Buena píldora de pop-punk y una baza ganadora. La letra habla de un pobre muchacho sin autoestima continuamente humillado por la chica que le gusta. En principio se creyó que era una canción que se refería al propio Dexter Holland, pero él explicó que en realidad se basa en la experiencia de un amigo. Es la única canción del disco que supera los cuatro minutos.

9. “It’ll be a long time”: Volvemos a la tralla pura y dura. The Offspring se lanza con el cuchillo en la boca a una carrera de hardcore melódico realmente veloz. No es mejor que algunos de los ejemplos del grupo, pero es curioso que a mitad de canción baje las revoluciones para luego volver a la rapidez. Por lo demás, una canción que cumple su papel sin más.

10. “Killboy powerhead”: Tiene las trazas de un punk muy clásico, de hecho tiene algo de The Ramones. Un riff pegadizo, sensación de urgencia, y dentro de estos parámetros un sentido de la melodía bien conservado. No tiene el furor de los temas más hardcore, pero resulta un tema apañado.

11. “What happened to you?”: Un bienvenido cambio de estilo. Un divertido número de ska, bailable, con coros bulliciosos y saltarines. Uno de los títulos más livianos y melódicos del disco y una pequeña joyita para los amantes del género. Da variedad a la obra y es refrescante. La letra no es tan alegre y habla de una persona echada a perder por las drogas.

12. “So alone”: Un minuto y diecisiete segundos de canción fulgurante y rabiosa. Nada a destacar demasiado salvo algún taco y la sensación de mala leche.

13. “Not the one”: Más divertida es esta canción, que es un ejemplo perfecto de punk pop. La faceta cañera de The Offspring más accesible, pero con una buena dosis de guitarras. Dentro de la uniformidad de varias canciones del disco cumple con el promedio.

14. “Smash”: Y aquí vamos de nuevo, con una nueva ración de punk a lo The Offspring. La banda decide acabar con una notable sensación de velocidad y un estribillo realmente pegadizo (en esto tienen un dominio nada desdeñable). Aunque no es del todo el final del disco. La voz que animaba a escuchar el disco en el track 1 se despide educadamente de nosotros y después suenan unos moderados acordes de guitarra. Todo esto es un preludio a un track oculto, cosa muy de los noventa, Cuando el marcador pase ligeramente de los nueve minutos, vuelven a sonar los acordes de tipo oriental que escuchábamos en “Come out and play”. Y tras unos segundos… nada. Un detalle un tanto autoindulgente.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
The Offspring es una banda que no es que tenga un rango de registros demasiado versátil, pero los que dominan, los dominan a la perfección. De hecho, esa es una de las ventajas del grupo, en el sentido de que han salido de un nicho tradicionalmente asociado al undreground y se han posicionado en un lugar mainstream que además no les ha exigido demasiado vender su alma. Aunque algunos fans preferirán ese toque un poco más hardcore de estos primeros discos.

En 1997 lanzarían “Ixnai On The Hombre” ya con una multinacional como Columbia, aunque la banda no estaba muy convencida de querer hacerlo. El disco no llegó a las cotas de ventas y críticas del anterior, pero en general funcionó bien. Ya en 1998 llegó el momento de “Americana”, un auténtico exitazo y su segundo disco más vendido tras “Smash”. Recuerdo ver con bastante frecuencia el video de “Pretty fly (for a white guy)” en programas musicales, y también el de “The kids aren’t alright” y el de “Why don’t you get a job”.

Algo parecido me pasa con su siguiente disco: “Conspirancy Of One” (2000), cuyo single principal fue “Original prankster”. Aunque la banda fuese algo a menos en ventas, siempre sacaban algún single de importante presencia. En ese sentido “Splinter” (2003) cursó algo peor que el subsiguiente “Rise and Fall, Rage and Grace” (2008), cuyo single “You’re gonna far, kid” es un pequeño clásico de la banda. Y así se han ido manteniendo a flote, sin llegar al nivel de “Smash” o “Americana” pero siendo fieles a sí mismos con cierta suficiencia.

The Offspring es un buena opción para aquellos que buscan sonidos contundente que no dimitan de la melodía. Canciones, a veces rabiosas, a veces divertidas, pero bien construidas dentro de su sencillez. También vale para descargar rabia, dar botes y para pegarse un chute de pura energía.

Texto: Mariano González.
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domingo, 5 de junio de 2022

Programa The Jam "The Gift" (Temporada 13/ Programa 13)

Superamos la superstición de realizar el programa 13 de la temporada 13. El pasado sábado 21 de mayo de 2022 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) dedicamos el espacio al que fuera el último trabajo de estudio de The Jam, el disco "The Gift".

No muy valorado por muchos, al notarse notables cambios de estilo respecto a los orígenes del grupo, debido todo ello a las nuevas inquietudes musicales de Paul Weller, aún así consideramos que es un disco que no está nada mal y convenía prestarle atención.

Si no lo escucharon en su directo ni en las redifusiones posteriores en el mismo dial, aquí les dejamos el reproductor insertado para su escucha directa y también el enlace a su alojamiento en Ivoox para que puedan oír lo que Mariano González y Víctor Prats apuntaron sobre este trabajo de tan destacable formación: https://www.ivoox.com/dmr-13-13-audios-mp3_rf_88044424_1.html

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viernes, 3 de junio de 2022

Temporada 13/ Programa 14: Queen y "Hot Space" (1982)

El pasado mes de noviembre se cumplieron 3 décadas desde que Freddie Mercury nos dejó. No podíamos dejar pasar la ocasión en la presente temporada en "DMR" de rendir debido tributo al lider de Queen, dedicando un programa a alguna de sus obras. Además, ya hace bastante tiempo de la última vez que Queen pasaron por nuestro espacio de radio.

El homenaje vendrá de la mano de un álbum muy de los nuestros; es decir, de esos que no están muy bien vistos dentro de la obra de un grupo o artista. "Hot Space" de 1982 será el objeto de análisis este próximo sábado 4 de junio de 2022 a las 16.00h en riguroso directo en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH).

Freddie y Queen tienen mucho tirón. Por ello, este programa será el que cuente con mayor número de tertulianos de esta temporada y desde hace mucho mucho tiempo. No se pierdan la cita, les esperamos.

Links de interés:
Emisión on-line RUAH: http://www.ruah.es/emision-online/
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