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viernes, 25 de septiembre de 2015

Los Piratas - Manual Para Los Fieles (1997)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Me gustaría empezar este post con una entradilla que no tiene mucho que ver con la música, incluyendo unas pequeñas notas sobre la redacción del artículo. Empecé a escribirlo con tiempo, a mediados de agosto; si uno se alarga mucho redactando acaba remoloneando y saliéndose de los plazos. Pues bien, el pasado 26 de Agosto estaba practicando, ya por la noche, un pequeño ritual que llevo a cabo a menudo y que consiste en hacer una revista de prensa por todos los diarios on line que se me vienen a la cabeza. Me sirve para tener una panorámica global y, por qué no decirlo, para descojonarme vivo (por no llorar) con el “objetivo” tratamiento de las noticias del día por parte de nuestro preclaro periodismo patrio. Y lo que me encuentro esa noche es, en prácticamente todas las partes, la noticia de la muerte del batería de Los Piratas en trágicas circunstancias. No sé si saben los detalles básicos: al parecer a raíz de un brote propio de una enfermedad mental que sufría desde hace años Javier Fernández comenzó a comportarse de forma violenta, motivo por el cual la Guardia Civil se personó en el lugar de los hechos. Una vez a salvo la mujer y el hijo de Javier, la cosa terminó con un disparo que acabó con la vida del batería de Los Piratas (al parecer seguía fuera de sí e hirió a un agente) He resumido mucho el suceso y tampoco me extenderé más. No quiero convertir este blog en una crónica de sucesos y además, en el momento de escribir estas líneas, sigue abierta una investigación con visos de no acabar pronto, pues familia y Guardia Civil dan versiones contrapuestas. El caso es que cuando me enteré de la tragedia ya tenía parte del artículo escrito y no supe muy bien si terminarlo o no, me quedé literalmente aterrorizado y quizá iba a tener demasiadas asociaciones truculentas. De todos modos, dejando aparte la tragedia personal, me daba rabia que Los Piratas tras años de no hablarse de ellos de repente salieran a la palestra por algo tan siniestro. Seguir adelante con el artículo, para mí, es una forma de deslindar lo luctuoso de lo musical. Creo que el disco merece una revisión ahora tanto como hace un mes, sé que será difícil no asociar Los Piratas a la reciente tragedia… Pero no está mal que lo intentemos. Sirva además como homenaje a lo que de bueno tuvieron Los Piratas y Javier Fernández. Descanse Javier en paz. Ahora, hablemos del disco.

Los Piratas pasan por ser uno de mis grupos nacionales favoritos. Una de las virtudes que más aprecio de ellos es la capacidad de mejorar y aprender, viendo su discografía nos damos cuenta de que van de menos a más. Comienzan, cosa poco común, con un disco homónimo en directo (1992), continuaron con “Quiero Hacerte Gritar” (1993) que no deja de ser un disco de pop-rock juvenil sin muchas pretensiones, para finalmente llegar a “Poligamia” (1995) que es el inmediato antecedente de nuestro disco de hoy. Parémonos un momento en “Poligamia”. Aparte de tener su, probablemente, mayor éxito (“Promesas que no valen nada”) este disco supuso un avance notorio en recursos de producción, estructura de las canciones y profundidad en las letras. De todos modos seguía manteniendo puntos de irregularidad en forma de canciones que recordaban a sus dos primeros discos. Aún así ya suponía una mejora y una evolución patente.

Y llegamos a 1997 y a “Manual Para Los Fieles”. Lo primero que hay comentar sobre él es que la tendencia continúa y volvemos a encontrarnos ante una nueva mejora respecto a la anterior referencia. Se usan nuevos recursos: folk gallego, alguna base electrónica, tonos de guitarra más variados y sobre todo una mayor consistencia. Las canciones se tornan más maduras, alejándose del toque juvenil de sus más tiernos inicios, existe una mejora líricamente hablando y las canciones menores o más fácilmente desechables se van diluyendo. Un síntoma del disco es su tono más reflexivo; respecto a “Poligamia” quizá bajen los decibelios pero aumenta la melancolía. Los Piratas parecen sentirse cómodos en los medios tiempos con algún aliento épico y en las baladas que poco a poco se van viniendo arriba. En “Manual Para Los Fieles” tenemos un buen surtido de estas canciones: “Fecha caducada”, “M”, “Mi Coco”, “Te echaré de menos”… De todos modos cabe decir que están tocadas con el suficiente músculo y energía como para no parecer ñoñas, hecho que se debe al buen hacer de la formación en lo instrumental.

Éste es el último disco con la participación de la formación más o menos original de banda, esto es: Iván Ferreiro (vocalista), Fon Román (guitarrista), Paco Serén (teclista y guitarrista) Pablo Álvarez (bajista), Javier Fernandez (batería, más conocido como Hal 9000) y Raúl Quintillán (teclista, que en 1998 abandonaría la formación; en este disco de todos modos más bien se limitó a colaborar un poco). Particularmente me gustan las guitarras de este disco, que en su parte más afilada pueden coquetear con el rock clásico, el hard rock o la distorsión del rock alternativo de los 90; tampoco son desdeñables su brillo en los temas más relajados acompañando a la canción y subrayando su fuerza cuando debe. Es una formación, además, valiente que poco a poco se irán abriendo cada vez más a la electrónica, de tal modo que su último disco de estudio “Relax” (2003) será un disco tremendamente sintético, bordeando a ratos el ambient.

“Manual Para Los Fieles” no contiene los dos mayores éxitos de su carrera, “Promesas que no valen nada” y “Años 80”, pero tiene un buen puñado de canciones muy queridas por los fans de la banda (“M”, “Matadero clandestino”, etc.). De todos modos, en cuanto éxito se refiere, el grupo siempre navegó entre dos aguas. Podían tener canciones en “Los 40 Principales” y gustar también al sector indie. Ello no se traduce en que tuvieran hits por doquier sino que jugaban en una “línea intermedia”. Por decirlo más gráficamente, no eran ni mucho menos tan minoritarios como Penelope Trip (p.ej) pero tampoco vendían un millón de copias como Jarabe De Palo (ninguna mala fe en la comparación con esos grupos, por cierto). De hecho, a veces pienso, que al tener un pie un varios ámbitos, Los Piratas suponen un antecedente de muchos grupos indies actuales. Pensemos en Love Of Lesbian, Lori Meyers, Vetusta Morla, Second o Supersubmarina. Grupos que han flirteado con el éxito, recordemos que Love Of Lesbian fue número uno en listas con su último disco, pero que ninguno de ellos son abiertamente mainstream. No hablo tanto de una comparación estilística (que por cierto también se podría analizar) sino de un concepto de grupo como de algo transversal, capaz de llegar a distintos públicos.

Volviendo al ítem de hoy podemos decir que es un disco lo suficientemente largo (15 cortes) como para establecer varias secciones o tendencias dentro del tracklist. Eso sí, antes de nada debemos puntualizar que dos de esos cortes son dos segmentos instrumentales de apenas unos segundos. En la primera parte yo diría que se acumula la parte que hemos dado en llamar más reflexiva, llegaría hasta la séptima canción e incluye p.ej: “Fecha caducada”, “M”, “Mi coco” y “Te echaré de menos”. Bien es cierto que se van intercalando canciones de distinto pelaje como “La canción de la tierra” y “Matadero clandestino” que hacen de contrapeso y rompen una hipotética linealidad. Desde ahí hasta el final del disco se van intercalando medios tiempos con brío como “T.R” y “Tan fácil”, píldoras rock como “Comarcal al infierno”, y temas bastantes particulares como “Mr Wah Wah”, “El viaje sideral del Pequeño Saltamontes” y “Canción para Pris”. Quizá la primera parte sea más sólida compositivamente, pero la segunda tiene otras virtudes como una energía más constante y una mayor experimentación. La inclusión de los ya mencionados interludios instrumentales no la acabo de entender demasiado, podría ser para que el disco alcance una mayor cuota de folk pero de ser así los temas son demasiados breves como para dejar impronta. Por no tener, no tienen ni nombre.

Antes de pasar a comentar las canciones, decir que este disco tiene una importante significación musical para los miembros del grupo, el propio Iván Ferreiro dice sobre él que por primera vez vieron lo que se puede hacer con independencia dentro de un estudio. Escuchando a “Manual Para Los Fieles” creo que se nota.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “”: La primera canción del disco no lleva título y es un pequeño corte instrumental de hechuras folk. Catorce segundos que se supone que tiene que servir de intro o algo así. A mí no me sirve mucho, pero catorce segundos tampoco dan para muchas quejas.

2. “Fecha caducada”: Sin duda el verdadero inicio del disco es éste y uno magnífico además. La canción empieza lenta, nocturna, guiada por unos sencillos pero eficaces acordes de guitarra para dar paso a un apasionado estribillo donde se desatan tanto banda como vocalista. Una bella canción de melancólica letra a ratos: “no me importaría morirme ahora porque no me queda nada. Solo me quedas tú, tú y esta cama oxidada”. Los últimos compases vuelven a una especie de calma contemplativa, anunciándonos que “los demonios de la noche ya se van”. Añadir los ligeros toques electrónicos y la zanfona (instrumento folclórico gallego) de uno de los invitados del disco, Anxo Pintos, y tendremos un muy buen tema. Ya se darán cuenta de que hay algunas cuantas colaboraciones a lo largo del disco.

3. “Mi coco”: El inicio de la canción es el de una balada de manual, suave, sedosa, agradable, de una factura exquisita. Gana fuerza en el estribillo, recurso frecuente en Los Piratas, añadiendo un ligero componente rock. La melodía es excelente, e Iván Ferreiro demuestra cierta versatilidad vocal pasando de la sutileza a la energía o, en otras canciones, a la rabia. Tomen como ejemplo la fórmula de, su ya de por sí buena canción de “Poligamia”, “Mi tercer pie” perfeccionada y tendrán una idea del aura que tiene este inicio de disco. Además tenemos una interesante reflexión en la letra: “la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando”. Otro buen tema al zurrón.

4. “La canción de la tierra”: Añadimos un poco de músculo, a base de guitarras distorsionadas (particularmente en el estribillo) y un ritmo mucho más saltarín. A veces es un poco atropellada pero cumple su función, que es añadir un poco de energía al conjunto. La canción desde el título ya deja entrever que se trata de un alegato ecologista líricamente, con bosque y montes, etc. Bienintencionada, sin duda, pero nada del otro jueves. Cuenta con la colaboración del músico vasco Kepa Junquera, que toca la trikitixa (acordeón vasco). Por cierto que el “cucucuchú” del estribillo me recuerda a “I’m the Walrus” de los Beatles.

5. “M”: Uno de los clásicos del grupo, y con motivos para serlo. Es además la balada por antonomasia del disco, sostenida por un sencillo pero efectivo riff de guitarra ligeramente distorsionada que compensa que pueda trasladarse el asunto hacia lo excesivamente edulcorado. Los violines de Anxo Pintos cumplen también un buen papel. Sumando todos los ingredientes tenemos una canción de profunda melancolía, donde el objeto de añoranza es la tal “M”. No obstante también tiene un punto de reproche: “M nunca dudó que me quería a pesar de todo, pero el día que me dejó no le importo dejarme solo”. Formó parte de la banda sonora de “Mensaka”, película que en 1998 llegó a ganar un Goya al mejor guión adaptado.

6. “Matadero clandestino (my big station)”: Es tiempo para el rock y el brío. La canción nos recibe con una salva de guitarras distorsionadas, bordeando el hard rock; todo ello da paso a unas animadas estrofas cercanas al rock clásico. Aunque el momento crucial de la canción es el huracanado estribillo que va subiendo de tono continuamente, épico y con empaque. Saludable matiz a este inicio de disco tirando a la melancolía, con unos resultados mucho mejores que en “La canción de la tierra” y además cuenta con la colaboración, más bien imperceptible, de Miqui Puig. Nuevamente podemos hablar de una canción importante del grupo. En su momento formó parte de la banda sonora original (en su versión española) de la nefasta película de Joel Schumacher “Batman & Robin”, cuyo mayor atractivo es ver a Uma Thurman en sus buenos tiempos embutida en unas apretadísimas mallas verdes.

7. “Te echaré de menos”: Como hemos dicho en nuestra introducción, mi impresión personal es que habría una primera parte del disco hasta la séptima canción con unas características más o menos definidas. En esta primera parte predominan las canciones meditativas, melancólicas y con tendencia a irse progresivamente subiendo de tono. Esta canción, que cierra “ciclo”, cumple sobradamente con estas características, estrofas relajadas y de tono bajo que ceden el protagonismo a un estribillo más intenso y emotivo, subrayado curiosamente por los coros de Sole Giménez.

8. “Canción para Pris”: Peculiar canción ésta. Comienza con un extraño y teatral falsete de Iván Ferreiro, que cede paso a una poderosa ráfaga guitarrera en el estribillo; aguijonazos rock pululan por la canción. Un tema con brío y con un enfoque muy personal y trágico a ratos. Por cierto, la canción está dedicada al personaje de “Blade Runner” interpretado por Daryl Hannah. No es el único guiño a esta película que hacen Los Piratas, recordemos los últimos compases de “Promesas que no valen nada”, e Iván Ferreiro en su carrera en solitario también hace guiños a varias películas o novelas de ciencia ficción: “Farenheit 451”, “Solaris”, etc.
9. “”: Pequeño intervalo instrumental “folkie” de 42 segundos y sin título. ¿Algo digno de destacar? No.

10. “T.R”: Canción mixta entre el rock y el medio tiempo, animada y vivaz. Tiene quizá el aire más positivo del disco. Se agradecen de vez en cuando estos ramalazos luminosos. No es de lo más destacado del álbum, pero algún detalle de guitarra es interesante y además es tarareable. Agradable.

11. “Tan fácil”: Musicalmente es similar a la anterior canción, formando una especie de díptico de medios tiempos. Si acaso tenemos un poco más de filo, debido quizá a que la letra en este caso es bastante más pesimista; podemos escuchar una serie de reflexiones sobre las soledad y la capacidad de reponerse de los golpes y las caídas: “me he cargado tantos pactos, que sólo si me caigo justifico buenos ratos”.

12. “Comarcal al infierno”: Apuesta decidida por el rock y junto con “Matadero clandestino” la canción más energética del disco. El espíritu casi hard rockero se palpa desde el inicio y es el momento donde más filigranas guitarreras de Paco Serén y Fon Román podemos encontrar. Más allá de su capacidad eléctrica, no es el momento más lúcido del disco y es precisamente la pericia instrumental una de las cosas que se podrían rescatar. La letra, de paso, aprovecha para reivindicar el vicio y la vida disipada. El título, suponemos, será un guiño a AC/DC y su “Highway to hell”.

13. “Mr. Wah Wah”: Creo que podría ser el momento más estrafalario del disco. La voz bascula entre los narrativo y lo teatral, contando diversos aspectos de un tal “Mr. Wah Wah”: “Mr Wah Wah ya no sabe si estás muerto, Mr Wah Wah continúa su paseo”. Es decir la letra es más bien extraña y por si faltara algo, la guitarra está en consonancia con el título. En efecto, el grupo hace uso y abuso del efecto wah wah de la guitarra… El conjunto es, por lo tanto… Desconcertante. No obstante valoro el espíritu aventurero de la canción y como Los Piratas son capaces de ser valiente y alejarse de vez en cuando del formato de melodía más tradicional. A su modo me gusta, sí señor. Por cierto, tiene un antecedente claro en el disco “Poligamia”, en concreto en la canción “Suso Martínez Romero”; es también una canción narrativa, centrada en un peculiar personaje… Y de paso era uno de los momentos maduros del disco anterior.

14. “El viaje sideral del Pequeño Saltamontes”: Desde el título ya intuimos que la canción tampoco va a ser del todo normal. Y en efecto continúa con la vena exploratoria, en cierto modo “experimental”, del tema anterior. Empieza con una leve psicodelia, conseguida a base de una marcada línea de bajo y una voz ensoñadora. En cuanto a la letra, vamos a decirlo claramente, tenemos un auténtico alegato fumeta. Vean si no la indisimulada mención al hachís: “No me quemaré la mano, yo reduciré la piedra con fuego”. Poco a poco y de forma progresiva vamos subiendo de intensidad hasta llegar a un poderoso estribillo. Pero hay más elementos. Por ejemplo, un leve rapeo de Antón Reixa (líder de Os Resentidos) y como segunda parte de la canción se van escuchando fragmentos de temas anteriores, como si fuera un sumario o balance del disco. Por lo tanto, original estructura para una canción en general bastante completa. Parte de los hallazgos ya estaban en la parte madura de “Poligamia” y en concreto en la canción “Viviendo en el modo D”. De hecho está canción se la suele subtitular como “Viviendo en el modo D (2ª Parte)”. Lo cual nos debe llevar a pensar que ya en el disco anterior había semillas que, perfeccionadas, germinan en “Manual Para Los Fieles”.

15. “Tristura”: Breve epílogo que consiste en musicar un poema de Rosalía de Castro en gallego. La canción está completamente escorada hacia el fok gallego, incluye voces femeninas y es una composición de Paco Serén y Fon Román. Reflexiva y hermosa, no es que sea un final muy rutilante pero infunde variedad al disco. Además solamente dura 2:32 minutos.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Mi conclusión general sobre el disco es que supone un avance tremendamente significativo para el grupo y la confirmación de la capacidad de aprendizaje de los vigueses. Tiene un matiz más valiente y personal, cosa observable incluso en los diminutos intervalos instrumentales que si bien no son sustanciosos, dan pistas de que Los Piratas querían hacer algo más “propio”. Prácticamente todos los clásicos más recordados están en los que hemos dado en llamar la primera parte del disco, lo cual no debe llevarnos a entender que la segunda parte es vacua o funcionarial. Todo lo contrario, a ratos contiene varias de las ideas más osadas.

Y partir de este disco… Continúa la ascensión: un recopilatorio “Fin De La Primera Parte” (1998) con dos excelentes canciones nuevas, “Vacio” y “Hoy por ayer”, una furibunda versión de “My way” que allá por 1999 formó parte de una campaña publicitaria de Airtel, un extraordinario nuevo álbum “Ultrasónica” (2000) donde la experimentación y la inmersión electrónica es muy significativa en canciones como “Teching”, aparte de contener su clásico “Años 80” y finalmente como último álbum de estudio “Relax” (2003), donde la electrónica está más patente que nunca a base de ambient, atmosferas y ocasionalmente contundentes bases. Y después… Despedida y desbandada, y para “conmemorarlo” la banda decide lanzar un directo “Fin De La 2ª Parte” (2004) que además incluía dispares e interesantes artistas invitados: Bunbury, Eva Amaral y “El Drogas” (cantante de Barricada). También cabe añadir que Los Piratas tienen abundante material adicional en forma de caras b, temas inéditos y tomas alternativas. Baste ver el disco “Sesiones Perdidas” (2001), formado a base de canciones grabadas en la sesión de “Ultrasónica”, que no llegaron a entrar, y cuya extensión no es nada desdeñable (se trata de un disco doble de rarezas y remezclas). Sobre este particular “Relax” no se queda ni mucho menos atrás y por ejemplo el single “Respuestas” trae consigo… ¡15 canciones inéditas! Todo ello significa que la banda en sus últimos compases estaba en un gran momento productivo y por eso me resulta extraño que justo en un momento de semejante ebullición decidieran separarse. Y dado que cada vez se aventuraban en nuevos terrenos siento cierta curiosidad de como hubieran futuros lanzamientos. No sé si sus carreras en solitario serían extrapolables a lo que hubiera venido después, ni habrá forma de saberlo.

En fin, me gustaría recalcar la idea de ascensión creativa que tuvo el grupo y dentro de esa ascensión “Manual Para Los Fieles” fue una bisagra importante. Hay un hecho, quizá demasiado anecdótico pero revelador, que se remonta al año 1993 cuando Los Piratas telonearon a Radiohead en Sevilla. Iván Ferreiro ha reconocido que fue un hecho fundamental para su banda pues a partir de entonces el grupo de Oxford acabó siendo un referente para Los Piratas. Como las comparaciones tienen fama de ser odiosas, mejor matizar que no estoy comparando al trasluz los estilos de ambas bandas, ni equiparando magnitudes artísticas. Simplemente hablo de que Thom Yorke y compañía ejercieron cierto influjo sobre Los Piratas a la hora de ser un grupo poroso y de mente abierta.

Y para acabar me remito a la idea del primer párrafo, traten de separar lo musical de lo truculento. El disco merece ser escuchado.

Texto: Mariano González.
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jueves, 24 de septiembre de 2015

Concierto Nacha Pop. La Elipa (19-09-2015)

No se imaginan el sábado que llevaba. Para comenzar el día, en la 1ª jornada del campeonato Bunwer en el que juego en el Torrepista C.F. el Aapla de Aravaca nos mete 6-0 (y yo soy el portero). Luego jugando un torneo de mus con mi buen amigo Jon, nos echan del mismo tras perder seguidas las 3 partidas que teníamos de margen (4-3, 4-1 y 4-2). Decidí poner punto y final a tanto mal fario con música (¿cómo no? Siempre he dicho que es terapéutico y ayuda a llevar los días malos). Por ello y como mi amigo y empleado de “DMR” me puso en sobreaviso de ello (aunque él no podría acudir por su aún convalecencia), tiré para La Elipa, a cuyas fiestas no acudía desde 2011 cuando vi a Loquillo, para ver a Nacha Pop.
Antonio Vega nos dejó en 2009, pero es de agradecer ver que Nacho García Vega ha aplicado razonablemente la canción de Queen y el show continúa. Yo me hice “nachapopero” curiosamente tras su concierto de 2008 en las fiestas de Torrejón de Ardoz. Aquel concierto, aún con Antonio en las tablas junto a Nacho, lo viví muy de tranquis, como espectador curioso, pero no siendo aún fan de Nacha Pop. Por eso, en esta ocasión, llegamos una media hora antes al recinto frente a la puerta del cementerio de La Almudena y tuvimos la ocasión de estar en primera fila, sorteando la incomodidad de una farola que dividía la visión del escenario (no estuvo muy hábil el consistorio al situar el escenario). Por esa facilidad al ponernos tan cerca, pensé que no iba a haber tanto público como el apoteósico concierto de Loquillo 4 años atrás, pero a las 22.30h todo se había atestado como merecía la ocasión.
De hecho, Nacho y su actual banda, donde miembros clásicos de Nacha Pop como Carlos Brooking o Ñete no están presentes, se presentaron en las tablas a las 22.27h, antes de la hora citada (la primera vez que lo veo). Y empezaron sin parar y con mucha fuerza. De hecho, empezaron con “Vístete”, un hit firmado por Nacho para “El Momento”, es último gran lp de estudio del grupo. En los primeros compases también sonó “No me olvidó” de “Dibujos Animados” de 1985, con ese pop tan bonito y que de forma curiosa mezcla alegría y nostalgia en sus sonido.
Tras la primera ocasión en la que Nacho se dirigió de forma directa al público entre canción y canción, llegó el turno de un grandísimo momento de la mano de “Grité una noche”. Esta canción, otro de los grandes éxitos del grupo que firmó en su día el propio Nacho, reportó unas dosis de reggae como dijo su propio autor antes de arrancarse con ella y sobre todo lo que transmitió es un buen rollo brutal; yo diría que es históricamente una de las canciones del pop español que mejores vibraciones puede transmitir en general. Aquí el video precario que saqué con la cámara de mi móvil.
No faltaron temas en el repertorio de Nacha Pop de la pasada noche de sábado que son más recientes como “Quítame este escalofrío”, que mantienen perfectamente el espíritu estilístico de Nacha Pop. Por ejemplo esta canción, nos gustó bastante, y eso que fue la primera vez que la escuchábamos. Desdibujando algo el orden riguroso de aparición de los temas, fueron cayendo “Suerte”, gran canción de Nacho al frente de Rico, una toma de “Relojes en la oscuridad”, donde Jesús Ortiz de Zárate tomó la voz cantante principal desde sus teclados y en la que Nacho retornó al escenario al final de la misma e inmortales del sector más recogido de la firma de Antonio Vega como fueron “Una décima de segundo” y “Lucha de gigantes”. Quizás uno de mis momentos favoritos de la noche junto a “Grité una noche” fue cuando llegó el turno de “Persiguiendo sombras”; quizás se me está viendo demasiado el plumero en el sentido de mi debilidad hacia el disco “El Momento” de 1987, ¿no? También hay que mencionarlo, hubo sitio para una versión de “Crocodile rock” de Elton John.
En el tramo final Nacha Pop viraron a sus primeros tiempos y ahí pudimos escuchar la global “La chica de ayer” (por duplicado, ya que fue el tema de cierre en el bis acompañados de varios amigos y público que subió al escenario con Nacho y cia.), “Nadie puede parar” y “Sol del Caribe”; es decir, que con estos temas tan moviditos del primer disco y con la canción por excelencia de Nacha Pop, el espectáculo, que duró una hora y media casi clavada, cerro por todo lo alto y con mucho ritmo. Nacho García Vega se acompaña de una banda solvente donde destacan el citado Jesús Ortiz de Zárate en las voces y teclados, Goar Iñurrieta en la guitarra eléctrica y Francis García con su aportación de saxofón en puntos clave. Completan el grupo Diego Illán en la batería y Luismi Navalón al bajo, sin desentonar lo más mínimo en escena, si bien quizás en un 2º plano de lucimiento. Abajo en primera línea Francis y Goar.
Es un clásico en nuestras crónicas los reproches personales que hacemos a carencias o, mejor dicho, ausencias en el repertorio de los conciertos a los que asistimos. Me hubiera gustado mucho escuchar “Puertas abiertas”, “Asustado estoy” (la ausencia de ésta me sorprendió sobremanera, ya que es de la autoría de Nacho Gª Vega y puede que sea una de sus canciones más excelsas en el plano sentimental), “No necesitas más” o “Pagas caro mi humor”. No obstante, no creo que nos debamos quejar mucho. Es una suerte que a pesar de la triste desaparición hace ya 6 años del bueno de Antonio, Nacho siga manteniendo viva la llama de Nacha Pop y teniendo fresco el repertorio del grupo.
El recuerdo a Antonio Vega estuvo, como debe ser, muy presente durante toda la noche, hasta tal punto que se incorporó enlatado uno de los últimos solos de guitarra que Antonio grabó para el que iba a ser el siguiente disco de estudio de Nacha Pop. Esa canción se titula “Hazme el favor” y demuestra que las intenciones que se frustraron en 2009 eran buenas. Vean abajo la de gente que se sumó a Nacha Pop en la 2ª toma que tuvo lugar de “La chica de ayer”.
Para ir terminando con esta crónica, hay que decir que un punto a favor de Nacho Gª Vega es que al final del concierto acepta con buen humor un “meet and greet” con la gente que quiere pasarse a saludarle y a hacerse una foto de recuerdo. Nosotros no fuimos menos y estuvimos un rato con Nacho que en este caso acompañado de su guitarrista Goar Iñurrieta, nos atendieron muy amable y cariñosamente. Aquí abajo servidor perfectamente escoltado por Nacho y Goar.
Tras este lazo que pusimos al evento, nos alejamos del recinto y visitamos a nuestro amigo y colaborador Mariano González en su casa, sin cuyo aviso no hubiéramos asistido a este concierto, habiéndosenos pasado por completo. Y luego a descansar y dormir, que el día había sido intenso y estábamos algo tocados de salud como añadidura. Genial experiencia musical con Nacha Pop, uno de los mejores grupos de toda la historia de nuestro pop. Aprovechen la buena disposición de Nacho y miren de pasar a ver algún futuro concierto que merece mucho la pena; al respecto, y rectificar es de sabios, quizás dije de forma muy solemne en el post que dediqué a “El Momento”, que unos Nacha Pop sin Antonio Vega no serían Nacha Pop. Bueno, evidentemente la ausencia física (que en espíritu está presente) de Antonio es algo muy importante, pero el resultado con Nacho al frente es muy satisfactorio y es una alegría, visto lo que vimos en La Elipa, que siga con el grupo adelante.
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lunes, 21 de septiembre de 2015

Concierto Rick Astley. Madrid (17-09-2015)

Ocasión que no podíamos desaprovechar para ver a Rick Astley la que teníamos en Madrid este pasado jueves. La estrella pop de finales de los 80 vino a ofrecer un repertorio que superó las 2 horas sobre el escenario de La Riviera y superó las expectativas en casi todos los sentidos; poco a poco iremos comentando todo. Lo que primero apreciamos fue que la sala reventó. Supongo que las entradas se agotarían (o si no fue así, poco faltaría) y se llenó de un público que, lejos de ejemplos de audiencias emocionadas, pero calmadas en conciertos fuera de época de auge de otros ídolos ochenteros (por ejemplo, las 2 veces que he visto a Spandau Ballet la cosa no ha sido ni mucho menos tan histérica), estuvo enfervorecido y desatado de comienzo a final.
Antes de mr. Astley se presentaron en escena Cirilo (ver imagen de aquí arriba) para ir abriendo boca, con un show de media hora de música, donde rindieron tributo a Bowie (una curiosa adaptación de “The man who sold the world”) o Los Ramones, aparte de tocar temas de su repertorio propio. Tocaron con fuerza, comprobado desde los primeros golpes de batería, y se apoyaron bien en su cantante, con un look a mitad de camino entre el malogrado Marc Bolan de los T-Rex y nuestro Enrique Bunbury. Fueron intensos, pero ligeros y tocaron lo apropiado para resultar agradables y dejar un buen sabor de boca también gracias al último tema que ofrecieron, de los de composición propia, “Presiento”.
Se dispuso todo correctamente para que a las 22h se presentaran en escena los músicos de Astley que, tras una intro readaptada de “El Equipo “A”” (que ya escuchamos en su día a The Bronson), prendieron la mecha de la locura de fans con “Together forever”. Forma efectiva de comenzar el show, de la mano de uno de los grandes temazos de Rick, que tomó parte del disco de debut “Whenever You Need Somebody”. Acto seguido llegaría “It would take a strong strong man”, compañera de disco de “Together forever” y que consiguió mantener alto el listón. Antes de “She want to dance with me”, 3ª canción del repertorio, Rick ya dirigió al público de forma larga y decidida, demostrando una cercanía y simpatía que no le hacía yo. Me imaginaba que Rick sería un cantante más tímido y retraído y justo es todo lo contrario, ya que bromeó mucho entre canción y canción durante las más de 2 horas que estuvo actuando.
No tardaría mucho en sonar “When I fall in love”, esa bonita balada de corte clásico que finaliza el disco de debut de Rick, y en la que, por si había alguna duda, demostró el buen estado de salud de su vozarrón. Antes llegó “Don’t say goodbye”, otro de los grandes momentos de “Whenever You Need Somebody”. Este escrutinio de tantos temas del primer disco de Rick, me hizo pensar que sonaría prácticamente íntegro en el concierto (lo cual hubiera sido un acierto, como hacían OMD con su “Architecture & Morality” en su gira de 2006-2007), pero no fue así y solamente nos quedó el disfrute en bises del inmortal “Never gonna give you up” y de la propia canción-título.
Quizás pueda reprocharse a Rick que se pasara de número de versiones para su show. Y es que Rick Astley tiene repertorio propio de sobra para llenar 2 horas de actuación con auténticos temazos suyos (los que conocemos su discografía así lo sabemos). Se ve que a Rick le debe gustar mucho Pharrell Williams, ya que sonó “Happy” y el “Get lucky” que grabó éste junto a Daft Punk. Más chocante, en el apartado de versiones que estamos comentando, fue cuando Rick se sentó en la batería y se atrevió con una versión de “Highway to hell” de los AC/DC (con un par de cojones). Quizás mi versión favorita de las que Rick hizo la noche del pasado jueves en Madrid fue el “Everybody dance” de Chic que hizo en el 2º e inesperado bis. Hubo más, ya que “Uptown funk” de Mark Ronson también cayó, y otro tema de The Temptations, junto al “Don’t you worry child?” de Swedish House Mafia en el 2º bis que Rick ofreció como agradecimiento a la respuesta extraordinaria de la audiencia en esa noche de gloria para él; debido a la histeria y vehemencia de la gente, que llevaban caretas con su imagen e incluso le tiraron lencería en el tramo final, parecía que estábamos en el mismo 1987 en lugar de 2015. Hubo un momento brevísimo donde homenajeó a sus productores del comienzo Stock, Aitken y Waterman al atreverse con un hit que firmaron con Kylie Minogue, el “I should be so lucky” (lo insertó en mitad del “Get lucky” de Pharrell Williams) e incluso hizo una intro en falso del “Personal Jesus” de Depeche Mode, en uno de los momentos en los que Rick cogió la guitarra eléctrica, como el que vemos aquí abajo.
Todas las versiones sonaron muy bien. No podía ser de otra manera por la gran voz que sigue manteniendo Rick. El timbre sigue inmutable, algo nada evidente o que debe darse por sentado en un cantante (que le pregunten si no a Midge Ure de mis queridos Ultravox si es capaz de hacer los agudos que hacía en su día). Además de aspecto físico Rick se conserva increíblemente bien, muy delgadito y con el mismo tupé que antaño, con ese aire a lo James Dean que siempre se ha gastado. No obstante, yo hubiera preferido más canciones suyas, como temas maravillosos de su debut como “The love has gone” o incluso “You move me” o “Slipping away”, que con el descaro que Rick tiene en escena, hubieran quedado muy bien en plan algo canalla. “Whenever You Need Somebody” debería sonar completo en cualquier concierto de Rick Astley; un lp como ése no se merece un honor menor.
De “Hold Me In Your Arms”, su también notable 2º disco de estudio, estuvieron presentes la canción título y el “Take me to your heart” (fue muy gracioso como Rick habló antes de que empezara a sonar la canción de las bases ochenteras petarderas que tiene este éxito), otros 2 temazos y hits en definitiva de la trayectoria de Rick. De ese disco o de su era, apareció “My arms keep missing you” en donde Rick subió a una chica del público para cantar con él, la cual le regaló un osito de peluche y que apenas pudo cantar la letra, no sé si por los nervios o porque a lo mejor no se la supiera, ya que esta canción no es de las más recordadas de la discografía de Astley al tratarse de un bonus track. La siguiente foto muestra un instante de ese pasaje inolvidable para una de las fans de Rick.
En el primer bis volvimos a “Whenever You Need Somebody” de la mano de 2 trallazos como son su canción homónima y la inmortal “Never gonna give you up”, en mitad de la cual Rick aprovechó para presentar a su banda. ¿Quién me iba a decir a mí en 1987, cuando escuchaba esa canción de fondo en la zona de música del Pryca de San Fernando de Henares, la cual estaba al lado de la zona de cómics donde me leía las historietas de los personajes de Francisco Ibáñez mientras mis padres hacían la compra, que 28 años después escucharía ese tema en directo en un concierto de su propio intérprete? Para mí fue sin duda un momento que no olvidaré. Aquí abajo les dejo un fragmento que grabé de “Never gonna give you up”.
Cuando parecía que todo se había acabado, Rick volvió a escena para ofrecer el 2º bis que ya hemos mencionado y dejarnos más que satisfechos. Rick con esta gira que le está trayendo por España se está reivindicando como músico y un gran cantante pop. Está en buena forma en todos los sentidos y con muchas ganas. Se acompaña de una buena banda de músicos, todos elegantemente vestidos como él, con traje y corbata negra y una corista que le ayuda a la perfección en las tareas vocales. Aquí abajo una imagen que muestra a parte de la banda que acompaña a Rick Astley.
El concierto resultó ser un éxito arrollador. La sala La Riviera estaba saturada como hacía tiempo que no la veía y con un ambiente que de lo intenso que era daba miedito (había un par de tías detrás de mí que no sé muy bien si eran así o qué era lo que se habían tomado antes de entrar…). Rick, con su descaro, socarronería y buen humor ayudó a mantener bien alto el ánimo entre el público. En más de una ocasión dijo que cerraran las puertas de la sala, que él no se iba a casa (y al pasar las 2 horas de show y volver para un bis más tras “Never gonna give you up” así lo parecía) y nos convenció de que España y Madrid le encantan personalmente (lo dijo al menos en 3 ocasiones y sonaba muy convincente al dar sus razones); fue hilarante cuando empezó a darnos una lección de español diciendo “he preparado el café para mí” con un timbre roto de voz muy grave (Morrissey hace casi un año hizo lo mismo). Pero sobre todo, creo yo, el ver que su voz se mantiene igual de fabulosa y personal en las canciones, es lo que hace que la gente se desate y se sumerja a placer en el túnel del tiempo para rememorar de la mejor forma posible tiempos pasados, que, no nos engañemos, es uno de los motivos principales que muchos buscan a la hora de acudir a estos conciertos (si bien Rick también tocó temas más recientes, asumiendo humildemente que poca gente de la sala los conociera, cosa que dijo abiertamente más de una vez).
Los que también somos aficionados al deporte nos perdimos una exhibición de la selección de baloncesto, con un Pau Gasol para la historia, pero al menos en contraprestación vivimos un conciertazo de la mano de una leyenda del pop de masas como es el gran Rick Astley, que con actuaciones como ésta sin duda ennoblece su trayectoria. Agradecemos a Mónica Caballero de Promociones Sin Fronteras sus gestiones para que “DMR” haya podido informar de este concierto y por nuestro lado esperamos haber podido cumplir con las expectativas y exigencias que el informar sobre un concierto como éste conllevan.
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viernes, 18 de septiembre de 2015

Gala - Come Into My Life (1997)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Muy buenas a todos. Regresamos tras nuestras vacaciones, que como ya informamos no han sido tan inactivas (vean los post de conciertos que han animado nuestro letargo), y lo hacemos como en otras ocasiones rescatando discos que han sido voluntariamente banda sonora de mis vacaciones personales (recuerdo cuando hace 3 años les hablé del “Bilingual” de Pet Shop Boys; tras 2 años sin viaje guay de vacaciones, volvemos a las buenas costumbres); Mariano González no sé qué hará al respecto en su artículo de la próxima semana y Alfredo Morales, creo que ya informamos, no retornará a sus textos hasta noviembre por motivos personales.

Este año visité Ibiza y desde que allá a finales de los 90 vi un reportaje de “Informe Semanal” que hablaba de la marcha ibicenca y sus discotecas en el que la banda sonora era el “Freed from desire” de Gala, siempre he asociado a la isla y por extensión a Mallorca (menos a Menorca o Formentera) a aquel disco de la cantante italiana editado en 1998 con el que consiguió un gran éxito mundial.

La canción que le daba título “Come into my life” fue la que impulsó al disco, pero no menos importantes fue el empuje que por su lado propinaron tanto “Suddenly” como la ya citada “Freed from desire” en sus labores como singles.

En este trabajo, esta chica cuyo nombre proviene de un homenaje por parte de sus padres a la musa de Dalí, nos ofrece un disco bailable, pero que en su conjunto también ofrece otros pasajes radicalmente distintos al sonido discotequero de finales de los 90. Y es que en Ibiza también hay sitio para contemplar de forma muy zen los atardeceres. Veamos paso a paso cada una de las canciones que formaron parte de este aceptable lp.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Keep the secret”: El disco abre con un buen tema como es “Keep the secret”, donde se alternan bases electrónicas con efectos de viento de corte oriental (que estarán bastante presentes en otros pasajes del disco), dando lugar a una mezcla que es resultona. Canción directa, con bastante gancho, en la que ya Gala muestra su registro vocal tan suave, con esos agudos tan característicos de su estilo.

2. “Come into my life”: A día de hoy no sé si “Freed from desire” es el buque insignia o si lo es la canción título, que es la que se sitúa en el 2º lugar del disco. “Come into my life”, al igual que “Freed from desire”, tiene 2 tomas distintas dentro del lp. En esta primera se ofrece la versión clásica y con bases más machaconas de la canción. El estribillo de esta pieza es un acierto melódico, de fácil recuerdo y tarareo. El videoclip, con bailes aflamencados en mitad de polígonos en la noche, la verdad es que era algo chocante. A Gala se la veía muy guapa con sus veintipocos años por entonces.

3. “Suddenly”: Quizás “Suddenly” sea el single que menos vistoso me suena de los que se editaron. Es una canción que intenta mantener la esencia de la canción “Come into my life”, con ese aire atrevido en su melodía, pero creo que en esta ocasión no estamos ante una canción con una capacidad tan alta de empatía. Sin embargo, en su momento la canción sonó bastante. Los coros de Gala, en registro grave, crean una sensación de trance e hipnótica en los primeros compases y quizás tras ellos es donde aprecio el sector que más me gusta de la canción, donde Gala se muestra segura e incluso algo agresiva al micrófono en las estrofas.

4. “Freed from desire (slow version)”: Curiosamente ahora, quizás para descargar tanto sonido dance, se nos presenta la versión lenta de “Freed from desire”, donde Gala se relaja y deleita a la hora de cantar. Bien pensado, meter su versión cañera aquí hubiera sido saturar demasiado el disco. Con esta toma, que de primeras escuchas, si previamente conocen la versión dance, les dejará con la cara torcida, el disco empieza a aportar variedad más allá de los sonidos más bailables.

5. “Let a boy cry”: No nos confundamos. Aunque el disco ofrece sus matices, todos ellos muy interesantes y aprovechables, “Come Into My Life” es un disco principalmente bailable y animado. Por ello, ahora se nos presenta un tema que fue single, pero que en España no llegó mucho (no sé muy bien por qué motivo tras conocerla). “Let a boy cry”, precisamente porque aquí no fue muy popular, puede ser una de las joyas ocultas del disco. Es otra canción trepidante, con una nueva diana en el sentido de la melodía, que ennoblece al disco claramente.
6. “Summer eclipse”: Nuevamente toca relajarse y lo hacemos de la mano de la canción perfecta. “Summer eclipse” es la canción para escuchar mientras se ve una puesta de sol en Ibiza. Cálida y veraniega, pero alejada de la noche y las pistas de baile. Si se paran a pensarlo, no desentona dentro del álbum. Su sonido latino, desde el comienzo, con esa notas de guitarra acústica tan mediterránea, es cautivador y muy bonito.

7. “Dance or die”: Los sonidos orientales se vuelven aquí un loop constante en la canción más experimental de “Come Into My Life”. “Dance or die” es prácticamente instrumental, salvo la reiteración del título de la canción, que viene del fondo de la producción. Una pista que nos somete al trance y con la que iniciamos el viaje hacia el final del disco.

8. “Come into my life (Molella & Phil Jay edit)”: El remix de Molella y Phil Jay para “Come into my life” no aporta realmente mucho a la toma original. Quizás sería un pasaje prescindible dentro del conjunto. Lo que se consigue de esta forma es apuntalar la importancia de la canción dentro de la obra a la que titula, ya que así se iguala a “Freed from desire”, la cual sí que ofrece 2 momentos sumamente distintos entre sí.

9. “O’clock”: “O’clock” es quizás la síntesis perfecta entre los pasajes bailables y más relajados del trabajo. Una canción atmosférica en sus sonidos sintetizados y con algo de nocturnidad, pero baja en beats, lo cual le confiere un carácter especial. No es un mal episodio para finalizar el disco, pero aún queda como epílogo uno de los trallazos del álbum.

10. “Freed from desire”: “Come Into My Life” termina con “Freed from desire” en su versión más conocida, esa en la que el sonido de su electrónica es tan paradigmático de las pistas de baile de finales de los 90 y donde los tarareos de la propia Gala también adquieren un estatus más que reconocible. Estamos ante una canción realmente pegadiza y enérgica que no pasa de moda. Fue objeto de revisión por parte de Mendetz, lo cual derivó en una curiosa colaboración de la propia Gala con estos chicos de Barcelona.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Este disco de Gala, que en alguna otra edición incluye algún otro remix más, supuso un gran éxito para la cantante italiana a finales de los 90 a sus 21 o 22 años de edad. Sus singles fueron muy relevantes en aquellos días y tanto “Freed from desire” como “Come into my life” son 2 pequeños clásicos del dance a día de hoy. No obstante, creo que “Come Into My Life” no se queda ahí. Creo que en conjunto es un disco muy aprovechable, en el que no todo es baile sin parar, sino que también hay espacio para otros temas que ofrecen otras facturas realmente aprovechables.

Tras este disco no supe más de Gala hasta que me la reencontré en el “Silly Symphonies” de Mendetz colaborando en el tema “Escalera”. Curiosamente, este pasado mes de julio, unas semanas antes de que yo fuera para allá, Gala Rizzatto ofreció un concierto en la isla de Ibiza en uno de sus afamados hoteles; si cuando yo digo que Gala me evoca a Ibiza, ¿por qué será? Su carrera continuó, pero perdió en repercusión claramente respecto a este disco que hoy analizamos. Creo que debería meterme en analizar algo más su trayectoria.

De momento, este disco, de portada bastante elegante, creo que les puede servir para pasar un buen rato y recuperar un trabajo de buena acogida comercial en su momento. Quizás en un mes tan de bajonazo como es septiembre, no sea demasiado apropiado (su momento es más apropiado para junio/julio), pero a lo mejor quizás les ayude a llevar con mejor ánimo el síndrome postvacacional, que a todos nos afecta, ¿verdad?
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lunes, 14 de septiembre de 2015

Concierto Celtas Cortos. Barajas (11-09-2015)

En este año no hemos continuado la tradición de los últimos años que fue la de visitar los municipios del sur de la región de Madrid (Móstoles o Alcorcón) para asistir a uno de los conciertos gratuitos programados en sus fiestas por parte de sus correspondientes ayuntamientos. Decidimos vivir un dejavú y viajar 4 años atrás en el tiempo y ver a Celtas Cortos en el mismo recinto donde precisamente les vimos por última vez, en las fiestas del distrito de Barajas.
El concierto estaba programado para la 1 de la madrugada, ya en día 12 de septiembre, pero la cosa finalmente se demoró hasta pasadas la 1 y media, debido a que antes tenía lugar un certamen musical (4 años atrás era igual el programa). Llegamos al recinto de la calle ayerbe a eso de las 00h y antes pudimos ver sobre el escenario a un grupo de chicas muy funkys y muy guapas llamadas The Groove Girls (vean la foto de aquí arriba) que hicieron un repertorio en el que incluyeron solventes versiones con tonos funk de temas como el “Long train running” de los Doobie Brothers. Después de ellas, por lo visto ganadoras del certamen el año anterior, se entregaron los premios de la correspondiente edición del concurso y tras un largo trabajo técnico por parte de los roadies de Celtas Cortos, por fin todo estaba dispuesto para que los 7 pucelanos saltaran al escenario.
Celtas Cortos venían de gira de presentación de su último disco “Contratiempos”, un trabajo editado en formato independiente y por ello en el repertorio quizás se cayó algún clásico de la historia de la banda que tenía ganas de escuchar como fue el caso de “República de Sanjes”. El recinto ferial creo que estuvo más lleno que en la ocasión anterior de hacía ya 4 años.
Los temas de “Contratiempos” sonaron bastante bien (reconozco que no había escuchado el disco antes; me enteré del concierto la misma mañana de ese día) y Cifu se encargó de introducir varios de sus temas explicando cosas sobre los mismos. Las nuevas canciones se intercalaron con muchísimos éxitos y varios de los cortes instrumentales tan característicos de la historia del grupo.
En el comienzo del concierto sonó “El marinero borracho” y “Haz turismo”, que comenzó con la irreverente llamada a filas por parte de Alberto García, ese componente clásico y tan característico de los Celtas Cortos, que a priori llama la atención por su aspecto de profesor de educación secundaria de literatura, con sus gafitas, pero que luego resulta ser uno de los más alocados de los Celtas en escena con su violín y su trombón. A Alberto le podemos ver arriba con su trombón al lado de Antón Dávila, encargado de flautas, flautines y gaita. Aquí abajo les insertamos el video que grabamos de “Haz turismo”.

En el plano visual hay que destacar que los Celtas Cortos contaron con un grupo de baile irlandés llamado apropiadamente The Irish Treble, con 4 chicas que con sus bailes animaron si cabe aún más el show y que incluso se atrevieron con unas muñeiras debido al empeño por parte de Antón Dávila de que el distrito de Barajas aprendieran a ejecutar el tradicional baile gallego. Abajo verán a The Irish Treble en el escenario junto a los Celtas.
Más aún, cosa que comentaron en redes sociales en el mismo día, Celtas Cortos también contaron con la colaboración de María Rozalén, que se subió a las tablas en un par de ocasiones para sumar sus cuerdas vocales a las de Cifu, el cual una vez estuvo muy cariñoso con la audiencia, muy agradecido y poniendo en relevancia los “abrazos” que él y su banda reciben. Aquí a continuación un primer plano de Cifu en un momento completamente desaforado.
Tampoco se olvidó del asunto del cierre de las Urgencias del distrito, recordando el apoyo para que no se clausurara el centro que dieron en su concierto de 4 años atrás; de paso Cifu aprovechó para dejar claro que no tiene nada que ver con la actual presidenta de la Comunidad de Madrid. Aquí abajo vemos a María Rozalén cerquita de Cifu con la acústica al hombro.
Apropiada fue “El emigrante”, debido al jaleo que hay ahora con el asunto de los refugiados sirios en Europa, con proclama previa por parte de Cifu y explícita en la letra de la canción. Estuvo situada en el sector inicial de las 2 horas de actuación que los vallisoletanos ofrecieron para finalizar en torno a las 3:30h de la madrugada, con una sesión de baile que se marcaron al son de un tema dance todos los componentes del grupo sobre el escenario con sus artistas invitados de la noche después de haber dado carpetazo final a su música con “Cuéntame un cuento”. En ese bis se alternó la melancolía y reposo que deja la bella “La senda del tiempo” con el buen rollo y jolgorio de la mencionada “Cuéntame un cuento”.
El escrutinio de clásicos se completó con temas muy celebrados como “Skaparate nacional”, también muy apropiada para estos tiempos, lo cual puso en relevancia Cifu antes de empezar con ella y que los pogos se desataran entre el público, u otros como “Tranquilo majete”. Aunque, sin duda, 2 de los momentos más celebrados por la gente fueron “20 de abril” y “No nos podrán parar”, que claramente están entre las mejores canciones y más efectivas para un directo del repertorio del grupo.
A pesar del madrugón que teníamos que darnos la mañana siguiente por motivos de ocio deportivo, lo cual nos conllevó dormir apenas 3 horitas, mereció mucho la pena ver a Celtas Cortos por (esperen que piense y haga recuento… Festival España Solar 2007, Torrejón de Ardoz en 2009, Festival En Vivo 2011, Barajas en 2011) 5ª vez.
Su música rock aderezada con ese sonido celta donde tanto protagonismo tienen los vientos de las flautas, gaitas, violines y los metales de viento, es una gozada de escuchar siempre en directo. Además, para la edad que ya deben tener los Celtas (creo que cercanos, sino ya inmersos, a la cincuentena), los mozos se conservan muy bien de aspecto y de forma física; superar las 2 horas de concierto con esa soltura y solvencia y terminar montando una fiesta de bailes al final del show así lo demuestra.
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viernes, 4 de septiembre de 2015

DMR cubrirá el concierto en Madrid de Rick Astley (17-09-2015)

Este mes de septiembre tendremos en España la ocasión de acudir a los conciertos que un mito de la historia del pop va a ofrecer por nuestra geografía. El gran Rick Astley, aquel cantante que de la mano de los productores Stock, Aitken y Waterman puso patas arribas el mundo en 1987 con “Never gonna give you up” y muchos otros singles de su disco “Whenever You Need Somebody”, nos visita y es una de esas ocasiones consideradas como única.

Los lectores habituales de “DMR” ya conocerán de la admiración que tenemos por Rick Astley, la cual se remonta a los citados días de éxito arrollador del cantante. Las entradas están disponibles en Taquillaclub y no quedan muchas; el precio, por si piensan que eso puede echarles atrás, es más que aceptable teniendo en cuenta lo que tendrán la ocasión de vivir: escuchar tantos y tantos hits pop en la personalísima y gran voz del señor Astley.

Nosotros no nos lo podíamos perder. A posteriori informaremos detalladamente, cómo es habitual en nosotros, de lo que suceda en particular en el concierto que tendrá lugar en la sala La Riviera el 17 de septiembre; no obstante, si Madrid no es lo que mejor les venga, el 16 de septiembre estará en Oviedo, el 18 en Málaga, el 19 en Benidorm, el 25 en Barcelona y el 26 en Mallorca. ¡No se pierdan la ocasión de ver a Rick!

Agradecemos a Mónica Caballero de Promociones Sin Fronteras nuevamente su atención con respecto a nosotros en este evento.
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