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sábado, 29 de junio de 2013

Madness - One Step Beyond (1979)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Es buen momento para recuperar la historia de Madness. Esta semana revisaremos el mítico disco de debut de esta formación de ska británica. Previamente por el blog hemos dado tratamiento al poco recordado “Keep Moving” y dejamos artículo del gran concierto que vivimos en La Riviera en junio de 2009. El primer disco de estudio del grupo, que como título toma el de una de las canciones que incluye y que a la par es de las más famosas de Madness, es un ítem muy destacable dentro del género del ska.

El grupo iría derivando al pop poco a poco en discos posteriores. Si por ejemplo comparamos el ya comentado “Keep Moving” con este “One Step Beyond”, el hecho de la suavización de las raíces ska del grupo se notan claramente. En “One Step Beyond” contemplamos un conjunto de 15 canciones que a priori, por su número, nos podrá dar la impresión de excesivo, pero que por la brevedad en duración y la frescura de los temas, su escucha se pasa volando.

En lo que a formación se refiere, Madness cuando ha estado activo a modo de discos, es una banda compacta. Salvo la espantada de Mike Barson a mediados de los 90, los 7 Madness han permanecido unidos casi siempre a la hora de meterse en el estudio. En los comienzos no podía ser distinto y por tanto Graham McPherson, alias Suggs, estaba como cantante, Carl Smyth, alias Chass Smash, estaba como trompetista y 2º cantante, Lee Thompson como saxofón, Mark Bedford al bajo, Mike Barson en los teclados, Daniel Woodgate en la batería y Chris Foreman en la guitarra eléctrica.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “One step beyond”: Con la canción que da título al disco, el comienzo de obra es arrollador. A Lee Thompson se le recordará en la historia de la música por ser el creador y ejecutor de esa desaforada línea de saxofón que acapara la canción. El nervio de Carl Smyth en el micrófono, con esa jarana vocal constante, tan paradigmática del ska, hace de base rítmica durante casi todo su metraje, por no mencionar su discurso a pulmón abierto de los primeros instantes. El videoclip, con el grupo bailando en formación ska saliendo de peluquerías y otra gente por ahí bailando a su estilo libre, es bastante acertado, al igual que lo es ese fragmento impagable del grupo haciendo la versión beat box a coro de la canción en las escaleras del mítico local Hope ‘N’ Anchor. Un clásico de Madness y un clásico del género ska.

2. “My girl”: Una canción de desamor en tono ska e irónico es “My girl”. Mike Barson y sus teclados destacan sobremanera en ciertos pasajes de la pieza. Es Suggs el encargado de dar forma a este clásico de tono agridulce de la historia del grupo, que a ratos considero quizás una de mis favoritas de estos muchachos.

3. “Night boat to Cairo”: Canción desaforada al estilo de “One step beyond” es “Night boat to Cairo”. Quizás sea el otro gran clásico que ha quedado del disco, muy adorado por los auténticos seguidores de Madness. Levemente en su melodía se nota un tono árabe que le da lógica instrumental. El ritmo es vertiginoso, con el saxofón de Lee completamente fuera de sí a ratos, Suggs llevando la parte vocal y con Carl Smyth metiendo bulla de cuando en cuando con alguno de sus míticos gritos. El videoclip, claramente de bajo presupuesto, también nos regala algún fotograma coral del grupo que no tiene desperdicio.

4. "Believe me": "Believe me" tiene el duro papel de ser el primer tema no single/clásico que nos encontraremos tras el exigente terceto de apertura. Rebaja el ritmo melódico, pero mantiene el tono irónico en su línea. A la larga se termina recordando a esta canción por la repetida negación del estribillo. Considero que es un tema complementario, pero que le va bien al conjunto de la obra.

5. "Land of hope and glory": Lee Thompson toma el control vocal en "Land of hope and glory". Una canción a base de arreones vocales, con partes narradas y otras cantadas. El ritmo de base se mantiene prácticamente inalterable y lo que nos mantiene en vilo es la incertidumbre de lo que al micrófono nos irá ofreciendo Lee. Canción atípica, agreste en primeras escuchas, pero que se va haciendo más amable a medida que pasa el tiempo; no en vano, el grupo la incluyó en el set list del mítico Madstock de 1992 en Finsbury Park.

6. "The prince": El que fue el primer single de Madness "The prince" es otro gran clásico del grupo. Situado en el tramo medio de este "One Step Beyond", es un gran ejemplo de una canción ska pero en la vertiente no frenética o acelerada, sino la comedida o de medio tiempo. Gran canción.

7. "Tarzan nuts": Bullanguera y con cierto sonido que evoca a la selva, se presenta la casi instrumental "Tarzan nuts". Estamos ante un divertimento claro, que pasa por ser uno de los momentos menos memorables del disco, aún consiguiendo la calificación de relleno aceptable.

8. "In the middle of the night": Sosegada frente al frenesí ska generalizado del disco, "In the middle of the night" resulta una pieza lenta de factura realmente elegante. Es un medio tiempo al estilo de un "Doesn't make it alright" de la competencia The Specials, tema del mismo año del primer lp de los de Coventry. Puede que se trate del mejor instante vocal de Graham McPherson de la obra.
9. “Bed and breakfast man”: Con “Bed and breakfast man” estamos ante una de las piezas más pop, con un ska menos evidente, del disco. Dispone de una melodía amable y llevadera, sobre la que McPherson nos narra la historia de todo un gorrón en la letra. Sin ser uno de los clásicos, sí que es una de esas composiciones a un segundo nivel de aceptación, podríamos tildarla de joya oculta, a la que fácilmente podrían aceptar tras no muchas escuchas.

10. "Razor blade alley": Con "Razor blade alley" Madness ofrecen un medio tiempo de alta calidad y elegancia. Destacan las notas de teclado de Barson principalmente en esta canción que no dispone de un estribillo definido.

11. "Swan lake": Peculiar e instrumental "Lago de los cisnes" para los naughty boys en su disco de debut. Tema que no está mal y supone otro interludio dentro del conjunto de temas de este trabajo.

12. “Rockin’ in a”: Inmediata, sencilla, buscando ser pegadiza, afrontamos el tramo final con “Rockin’ in a”. Otro ejemplo de ska, descerebrado y animado, donde Suggs muestra su vértigo vocal.

13. “Mummy’s boy”: En “Mummy’s boy” destaca mucho el trabajo de los teclados de Mike Barson. Perdemos velocidad respecto a “Rockin’ in a” y quizás sea de las canciones más flojas de “One Step Beyond”. Un momento de descanso cuando queda poco para coronar la cima y que antecede a un final de disco bastante más acertado. Eso sí, no se crean que el ritmo pachanguero de esta canción será siempre igual, ya que cuando menos te lo esperas, en los últimos segundos, la melodía se endiabla notablemente.

14. "Madness": La canción que da el nombre a la banda es divertida, llevadera y muy pop.

15. "Chipmunks are go!": El disco finaliza con una canción titulada "Chipmunks are go!" a modo de coros propios del ejército, con voz cantante y coro que repite lo que dice esa voz o la replica. Evoca al ejército o a los hooligans futboleros que en los 80 eran de los que más disfrutaban del género ska y de bandas como Madness.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Con su debut Madness abriríanun camino de éxito que se mantendría al menos durante los siguientes 3 años de forma realmente intensa, precisamente hasta la edición del “Keep Moving” que ya revisamos por acá. Tras este disco llegaría “Absolutely” en el siguiente año 1980, disco que en su conjunto no es tan brillante como este “One Step Beyond” protagonista del presente post, pero que sí incluía temazos sin posibilidad de discusión, como por ejemplo es una de mis favoritas del grupo en general: “Embarressment”. 

Sería en 1982 con “The Rise And Fall” cuando Madness quizás alcanzaran un resultado en formato de lp tan excelso como el que hoy nos ocupa, aunque el género practicado en ese disco derivara más hacia el pop que al ska más absoluto que es el que podemos ver claramente en “One Step Beyond”.

Como ejemplo de obra de la música ska que en su concepción incluyera la dosis de comercialidad y accesibilidad justa, “One Step Beyond” es uno de los discos que habría que destacar junto al primer disco de The Specials de mismo título que el del nombre del grupo. Son 15 temas, y aunque algún momento de relleno que otro hay, por lo general, la exigencia de casi todas las canciones es muy alta. Aparte de los grandes clásicos o singles como la canción título o “Night boat to Cairo”, hay un 2º nivel de temas como “Razor blade alley” o “Bed and breakfast man” que son realmente estupendas. Por si todas las razones expuestas en este artículo no les han sido suficientes para animarse con la obra, les diré que es la época del año perfecta para escuchar esta obra, o al menos así lo creo yo.

Esta semana terminamos con nuestra 4ª temporada en las ondas con la emisión de un programa especial. No les podemos adelantar más, ya que eso será objeto de post en los siguientes días. Solamente les avisamos que el miércoles a las 23.00h y el siguiente sábado 6 de julio a las 16.00h estén atentos a la emisión de RUAH. Respecto a la subida de programas a Ivoox, intentaremos que las partes restantes del programa 100 (partes 2 y 3) y los programas de Wolfsheim y Pet Shop Boys sobre “Casting Shadows” y “Bilingual” respectivamente, estén subidos lo antes posible.
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viernes, 28 de junio de 2013

Discos, música y reflexiones cumple 5 años

El presente blog llega al 5º año de vida. Este último año quizás ha sido el más difícil desde los comienzos. Aparte del estancamiento profesional (ninguna novedad relevante respecto al año pasado), la pérdida del acceso diario a internet en diciembre de 2012, los problemas personales (que motivaron un parón forzoso hace cosa de 2 meses), la bajada en la media de visitas diarias en lo que llevamos de 2013 y el ninguneo del jurado en la última edición de los Premios 20Blogs de 20Minutos (donde fuimos el 4º blog más votado en música), hacen que mantener esta bitácora y su subsiguiente programa musical sean una pura cuestión de fe; el tiempo nos dará o nos quitará la razón.

De las trabas, la que más imposibilita es la que supone el no poder acceder diariamente a internet. Más o menos, al ser publicación semanal los sábados (salvo artículo especial de concierto), me las apaño para poder seguir el ritmo. El problema toca de lleno en el poco atractivo y actividad que ofrecen nuestros perfiles en Twitter y Facebook (por cierto, la cuenta de Tuenti la tenemos olvidada por discrepancias con los cambios en esa red social y el poco tirón que teníamos en la misma) y sobre todo en el acumulamiento que sufrimos de cuando en cuando al subir a Ivoox programas de radio de la temporada en curso.

Con todo, seguimos en pie. Esperamos mantenernos muchos años más y que ustedes lo lean/escuchen. A los que nos siguen o nos han seguido en algún momento, muchas gracias. Soplamos las 5 velas y afrontamos un año más, en el que aún creemos que habrá temporada radiofónica paralela (salvo cosa muy rara). Este año no brindamos por los logros, sino por el logro en sí que supone seguir en activo con todos los problemas de diversa índole que nos están afectando, lo cual no es poco.
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martes, 25 de junio de 2013

Concierto Homenaje Al Festival “Locos Por Los 80”. Torrejón de Ardoz (17-06-2013)

Con cosas como ésta me retrato. Que en los últimos años haya ido casi exclusivamente (bueno, este año también vi un poco a la bella Merche tras su pregón en la Plaza Mayor en compañía de mi madre) al concierto que recrea en plenas fiestas populares lo que era el Festival Locos Por Los 80 en Torrejón de Ardoz y no a ningún otro, pone a huevo a cualquiera llamarme ochentero encasillado. Si bien es cierto, hay que apuntar que a Seguridad Social les considero más bien “noventeros”, aunque comenzaran en los años 80, ya que fue en la última década de siglo XX cuando obtuvieron el éxito masivo al pasarse al rock latino o mediterráneo (como puntualizaría su líder y cantante José Manuel Casañ, al cual podemos ver con gafas de sol en la siguiente fotografía justo al comienzo de su concierto al frente de Seguridad Social).
Otro acicate era ver por primera vez a Los Secretos, grupo al que respeto profundamente y en el que, he de confesar, hasta la fecha no he entrado a fondo, pero que por lo que he escuchado y sé, son garantía de buen hacer y calidad; recuerdo que el padre del teclista del grupo Jesús Redondo, cuando servidor trabajaba en el departamento de música de unos grandes almacenes situados en la zona de Quevedo en Madrid, solía pasar por nuestro espacio y varias veces hablaba con él de música.
Siendo ya un clásico de nuestras fiestas, no faltaba el carismático compañero en las ondas El Pulpo, quien una vez más se encargó de animar el cotarro antes de la actuación. Arriba vemos una lejana imagen de El Pulpo en mitad de su primera intervención. Y es que en esta ocasión, El Pulpo dispuso su show en 2 tandas, ya que entre la actuación de Seguridad Social y la de Los Secretos, regresó con sus discos y platos para que no hubiera ni la más mínima parada en el ritmo de esta exigente noche de lunes. Esa 2ª intervención del Pulpo no me la esperaba y me pilló hablando por teléfono, estando situado frente a unos bafles en primera fila. Vi al Pulpo quizás con una menor frescura que en años anteriores y con una selección de temas más flojos en su primera aparición, cosa que compensó en su reentré con varios éxitos de los años 80 de la música española que supusieron su punto más álgido. Cuando El Pulpo falte a unas fiestas populares de Torrejón de Ardoz, nos pasará a los torrejoneros como a toda España cuando Ramón García dejó de dar las campanadas de fin de año en Tve. Más de alguno reconocerá quizás algo de pesar en la reiteración del papel de este dj, pero una vez que estás inmerso en su espectáculo, te lo pasas bien, y hay que reconocer que el tío se lo curra; por ejemplo, creo que lo hace mejor que incluso Carlos Jean, quien se encarga de animar el ambiente antes de las visitas de mi At. Madrid a Neptuno en los últimos tiempos; más de alguno me podrá dejar un comentario subido de tono por esto último en el artículo, pero las cosas las veo así y es mi humilde opinión.
Pues tras la primera aparición del Pulpo, llegaba sobre las 23.30h o así el turno de José Manuel Casañ y los suyos. Hubo una época en mi vida, desde primavera de 2005 hasta 2007, cuando seguí de cerca a Seguridad Social. El “virus” me lo metió un ex-compañero de trabajo, Guille, al cual quiero recordar desde aquí, el cual me grabó en verano de 2005 su por entonces último disco “Puerto Escondido”, en el que toma cabida la notable “A tontas y a locas” (“¿Pa’ qué me provocas?”, como la podría renombrar alguno en el lenguaje callejero) y “… De Amor”, aquel 2º disco en directo de la primera mitad de los 90, cuando estos valencianos eran de los grupos más exitosos de España.
La primera vez que vi a Seguridad Social en concierto fue un 6 de septiembre de 2005, martes, en las fiestas de Navalcarnero, actuación que se suspendió a mitad de concierto (de hecho recuerdo que “Acción” terminó a la mitad, correctamente, en una de sus paradas post-estribillo) por culpa de un diluvio exagerado. Aquel día, trabajando al menos de tarde en aquella era entrando a las 14.30h, recuerdo que llegué a mi casa a eso de las 6 de la madrugada, motivado por un accidentado regreso desde Navalcarnero a Madrid capital, ya que un camión destrozó el coche de Guille en el paseo de Extremadura, llegando a la altura del puente de Segovia, al cerrarnos el paso entre él y una valla que delimita la acera en ese tramo inicial de esa clásica calle madrileña.
Sería, creo, un 2 de julio de 2006 cuando vi nuevamente a Casañ y los suyos en las fiestas de San Blas en una calle o avenida colindante del parque del Ajofrín. En esa ocasión, no hubo lluvia, sino un calor propio del mes de julio y vimos la actuación completa del grupo, lo mismo que la última vez, en mayo de 2007 en un concierto al aire libre en pueblo de Vallecas, cerca de Sierra de Guadalupe. Tras este “remember” de mi experiencia vital con Seguridad Social, recuerdo que en aquellos días junto a Casañ formaban el grupo el ya clásico guitarrista Arístides Abreu, Javi Vela al bajo y Rafa Muntaner a la batería.
Para mi sorpresa, este lunes veo que se sube al escenario un hombre delgadito con camiseta de baloncesto de los San Antonio Spurs enfundada. No salía de mi asombro al comprobar que el mítico batería de toda la vida del grupo, Rafa Villalba, se había reincorporado nuevamente a la banda tras varios años fuera del grupo. Sin embargo, Arístides no estaba y Javi Vela ha ganado galones al pasar del bajo (puesto que ocupa ahora Alex Olias) a la guitarra rítmica; ver la foto superior de este párrafo. Me agradó mucho ver a Rafa Villalba, ya que servidor es mucho de valorar las formaciones clásicas de los grupos y hay que reconocer que Villalba es el batería por antonomasia de Seguridad Social. A Casañ, al final del concierto, se le notó el cariño que le tiene a su compañero de tantos años en la brecha.
Bueno, pues el grupo comenzó como siempre que les he visto lo han hecho; es decir, suenan los primeros acordes de “Chiquilla”, para enfervorizar a la masas, cosa que sucedió una vez más, para luego derivar en “Mi rumba tarumba”. Al ser un concierto compartido, Seguridad Social tocó algo menos de tiempo que en las veces anteriores que les había visto (salvo aquella interrumpida de Navalcarnero), pero el set list ofreció muchas cosas en común, si bien el orden me pareció alterado. En 2º lugar, por ejemplo apareció el peso pesado que es “Quiero tener tu presencia” y justo después la ya citada “A tontas y a locas” (a la que tengo mucho cariño por lo comentado unas líneas atrás). Grandes temas como “Solo tú eres mi pasión” no faltaron. También hubo hueco para “1,2,3 mueve los pies” con una versión insertada en medio de “Que te voy a dar” en tono rapero.
La velocidad fue la nota principal de lo que Casañ dispuso. Aquí no hubo sitio para “Acuarela” u otras versiones como la de “El mundo”, sino que el resto del listado de temas se nutrió de trallazos como “El ritmo de tu corazón”, “Acción” o “Condenado a vivir”, que para más efectismo se tocaron en riguroso orden de aparición. José Manuel jugó con el público buscando que alguien solicitara “Comerranas” y haciendo la broma, que ya conozco tras verles unas pocas veces, de hacer un amago de irse indignado al ver que el público no responde con la suficiente fuerza a sus “tibiró”. “Comerranas” dispuso de su mítico medley con “Reggae conexión” y “Mi almohada está preñada”, alargándose casi 9 minutos y puso todo patas arribas, al igual que permitió terminar a José Manuel bailando ska de forma muy suelta en el escenario. Muy característico de Casañ es señalar a todo el público al final de sus conciertos, cosa que se ve reflejada en la siguiente foto.
Antes de los bises, con esa intro tan torera que es el “No pongas mala cara. No pongas mala cara, que te has de venir conmigo, por las buenas o por las malas”, Seguridad Social regaló su “Chiquilla” al público torrejonero. Pensábamos que no habría bises, pero sí los hubo, en este caso con un par de versiones, donde destacó claramente “Un beso y una flor” de su paisano Nino Bravo. Estuvieron a tope Seguridad Social. Gran actuación, comandados por un José Manuel Casañ por el que parecen que no pasan los años, y que iba elegantemente vestido (menos macarra que en veces anteriores) de riguroso negro, donde solamente llamaba la atención la hebilla de su cinto con ese “Hell Baby” sobre fondo blanco.
Se echó de menos a Arístides, no porque Javi Vela no lo hiciera bien, sino por su ya carácter entrañable tras formar parte del grupo desde mediados de los 90, pero eso se compensó al ver a Rafa Villalba de vuelta al redil; por cierto, a Rafa Villalba se le ve en primer plano en la foto que refleja la despedida de Seguridad Social del escenario tras finalizar su actuación. 6 años después (parece increíble que haya pasado tanto tiempo) volví a ver a Seguridad Social y nuevamente quedé encantando de verles en directo. Su actuación duró cosa de hora y 15 minutos, más o menos. Fue como reencontrarse con unos viejos amigos y rememorar ese periodo de 2 años de 2005 a 2007, el cual ya está moderadamente atrás en el tiempo.
Como ya he comentado, El Pulpo se encargó de mantener en tensión al público a base de grandes éxitos ochenteros, más acertados que la selección del comienzo de la noche y en unos 10 minutos Álvaro Urquijo y sus amigos estaban sobre las tablas para dejar su impronta en las fiestas populares de Torrejón de Ardoz. Al lado estaban los eternos Ramón Arroyo (nuestro Charlie Burchill, guitarrista de Simple Minds, particular; algo más que por sus peinados parecidos) y el teclista Jesús Redondo. No conozco muy a fondo la discografía de Los Secretos y aquí me hubiera venido muy bien haber sido acompañado de mi amigo y mano derecha del programa de radio de “Discos, música y reflexiones” Mariano González, experto y seguidor del grupo. Arriba de este párrafo El Pulpo en su 2ª aparición y en la foto inferior Los Secretos en acción.
Por esto, no les puedo entrar a fondo en cuestiones de set list. Es evidente destacar que no faltaron “A tu lado” o “Déjame”, con las que el grupo no quiso tirar de efectismo dejándolas para el tramo final, sino que las dispuso a mitad de actuación y otros grandes temas como “La calle del olvido”. Los Secretos, aparte de por el extremo cuidado que se aprecia en cada una de sus canciones, destacan (o al menos así fue en esta actuación) por una manera perfecta de tocar en directo. Al igual que dentro de la jarana de Seguridad Social, dentro de su estilo desaforado, se notó alguna descoordinación, aquí los 5 Secretos no cedieron ni un solo segundo a tocar fuera de tiempo. A continuación, una foto en primer plano de Álvaro Urquijo.
Completaron una hora y 45 minutos aproximadamente de brillante concierto, plagado de sus éxitos, en el que, cosas de uno, eché de menos el “Gracias por elegirme”. Lo malo de todo esto fue que este evento finalizó a las 2.20h del ya martes 18 de junio, teniéndome que levantarme a las 7.15h para ir a trabajar. El esfuerzo mereció la pena y no todos se arriesgan a ese jupe una vez superados los 30 años de edad, donde estas noches de poco sueño a mitad de semana laboral se ven poco más o menos como un ciclista ve el perfil de una etapa de montaña de la Vuelta Ciclista A España que incluya un final en alto en La Bola Del Mundo o el Angliru. El gran Ramón Arroyo en la imagen siguiente.
El Pulpo, Seguridad Social, nuevamente El Pulpo y Los Secretos ofrecieron un menú de alta cocina musical para la noche del lunes de las fiestas populares de Torrejón de Ardoz, el cual mereció la pena no perderse. Un acierto por parte de la concejalía de festejos del ayuntamiento, que todo hay que decirlo.
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sábado, 22 de junio de 2013

Fleetwood Mac - Rumours (1977)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Tenía presente, no se me había pasado, el hecho de que en casi 5 años de blog solamente había pasado por aquí 1 vez Fleetwood Mac y que esa ocasión se remonta casi a los 2 primeros meses de existencia de "Discos, música y reflexiones". Fleetwood Mac no son grupo de mi cabecera, pero es una de esas bandas que tengo siempre presentes y de cuya música disfruto mucho de escuchar, sobre todo de la última etapa o formación de la banda, aquella que tiene prácticamente como espaldarazo definitivo el disco que nos va a ocupar.

Me refiero a los Fleetwood Mac formados por Mick Fleetwood a la batería, John McVie al bajo, Lindsey Buckinham a las guitarras y voces, Stevie Nicks a las voces y Christine McVie/Perfect en los teclados y voces. El acicate principal para volver con justicia a dedicar un disco de la semana de "Discos, música y reflexiones" a Fleetwood Mac estriba en que hace unas 2 o 3 semanas asistí a la fiesta de cumpleaños de mi amigo y colaborador radiofónico Luis Felipe Novalvos, donde tuve ocasión de charlar con uno de sus amigos, el cual me comentó que iría a París en unos meses a ver al grupo.

Eso motivó que recuperara la discografía del grupo (no porque me vaya a sumar al plan, ya que el presupuesto se me va de madre por desgracia) y hoy me sorprenda hablándoles de "Rumours". Lo de sorprenderme viene derivado de que pensaba que serían "Tusk" o "Mirage" lo siguiente que comentaría por estas tierras tras analizar en aquella primera vez mi gran debilidad en forma de álbum del grupo, el "Tango In The Night" de 1987.

El caso de "Rumours" es el de uno de esos grandes discos de la historia, a la altura de un "Dark Side Of The Moon" de Pink Floyd, un "The Joshua Tree" de U2 o un "Disintegration" de The Cure, por citar algunos ejemplos. Por ello, la responsabilidad me supera a la hora de opinar sobre él y de su excelso conjunto de 12 canciones. Sin embargo, me relajaré y básicamente traspondré los sentimientos que me evocan sus piezas, intentando dejar de lado la presión de no estar a la altura de hacer un post digno de este disco.

El mencionado quinteto de Fleetwood Mac llevaba ya un tiempo establecido y no en vano éste no era su primer trabajo juntos, siendo el ejemplo el disco homónimo del grupo inmediatamente anterior. Sin embargo, "Rumours" fue el disco que puso definitivamente a Mick, John y compañía en la historia con mayúsculas de la música moderna. Lo dicho, son 12 canciones sin desperdicio, pasemos a ellas.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. "Second hand news": El disco comienza con una pista saltarina y alegre titulada Second hand news, donde se puede abundar en el sentido del título de la obra. Son Lindsey y Stevie quienes se encargan de plasmar la parte vocal de esta apertura tan luminosa.
 
2. “Dreams”: Del ritmo animado de “Second hand news” pasamos a la mesura y relajación sublime que nos reportará “Dreams”. Probablemente sea la canción que cualquiera mencionaría como ejemplo de Fleetwood Mac. Versionada por gente como The Corrs o Paul Hardcastle, esta composición destaca por la calma llevadera y comedida del tándem rítmico McVie-Fleetwood. El comienzo de su estribillo con esas 2 frases “los truenos solamente tienen lugar cuando está lloviendo. Los que juegan solamente te aman cuando están jugando” es algo más intenso que el resto de la canción, brillante en su manierismo y formas elegantes, sobre todo en sus cuerdas y arreglos. Incluso la rasgada voz de Stevie Nicks suena muy suave en esta ocasión. Christine la acompaña correctamente en el estribillo. Estamos ante una maravilla de canción que con justicia tiene los galones que tiene. En esta ocasión no marcho contracorriente y la destaco como mi favorita del disco. Un 10 sobre 10 de puntuación.

3. “Never going back again”: A modo de interludio o descanso tras escuchar algo tan maravilloso como es “Dreams”, llega “Never going back again”. Lindsey Buckinham retorna al control vocal en esta breve y acústica pieza de factura luminosa.

4. “Don’t stop”: Otro de los grandes clásicos del disco es “Don’t stop”. Se mantiene Lindsey en las voces, aunque las chicas le ayudan puntualmente en algunas ocasiones, sobre todo Christine que entra en la 2ª estrofa, encargándose de ella, y mantiene algún mano a mano interesante con Buckinham en las voces. “Don’t stop” es ejemplo de energía y quizás es la menos atemporal de las grandes piezas de “Rumours”. Suena mucho a rock setentero tanto en sus guitarras como en sus teclados. “No pares de pensar en el mañana… El ayer ya se fue” se remarca en su directo estribillo.

5. “Go your own way”: No paramos, haciendo caso al título de la canción anterior y se nos coloca ahora “Go your own way”. En este otro clásico de “Rumours” vivimos uno de los instantes más emotivos y con una cierta épica de la obra. La canción realmente es muy sencilla en su estructura, pero resulta efectiva en todo, tanto en sus instrumentos como en la fuerza vocal sobre todo en el estribillo. Sin duda, otro pasaje muy destacable.

6. “Songbird”: Es ahora momento para dejar de lado a los clásicos o singles y deleitarnos con una de las piezas más delicadas y bonitas en el sentido forma de “Rumours”. Ayuda mucho la suavidad del timbre de Christine para una canción como “Songbird”, apoyada principalmente en una deliciosa melodía de piano clásico. Sentida y emocionante a ratos, es una pequeña joya oculta dentro de un disco mítico. Podría ser, salvando las distancias, como el “Downstream” de Supertramp particular de Fleetwood Mac, dándose la casualidad de ser ambos temas de 1977.
7. “Silver springs”: La delicadeza, por lo general, impregna a “Rumours”. Como si de una hermana pequeña de “Dreams” se tratara, sobre todo por el sonido de los arreglos de cuerda, llega “Silver springs” donde retorna muy comedida y relajada Stevie Nicks a la voz cantante. Las bases rítmicas son más duras que en “Dreams”, notándose muy marcado el ritmo de la marcial y dominante batería del jefe Mick Fleetwood. La intensidad con la que termina la canción es destacable, sobre todo ver como la música y la propia Stevie a las voces van poniendo cada vez más sentimiento y rabia en el sonido.

8. “The chain”: Dentro de “Rumours”, “The chain” es una rara avis. Con un cierto sonido country y con todas las voces posibles del grupo al unísono, se incluye a estas alturas a este rockero tema, donde la batería de Mick vuelve a poner las cosas en su sitio, en un duro cara a cara con las guitarras de aire de lejano oeste de Lindsey. No todo ha de ser delicadeza y llevadero y se agradece mucho el contraste de un tema de esta textura, lo cual sirve para conferir más grandeza a “Rumours”. El solo de guitarra eléctrica del tramo final, que entra cuando crees que todo ha terminado, también es digno de mencionar.

9. “You make loving fun”: Creo que con algo de sorna o segundas lecturas dentro de los líos internos dentro de la banda, “You make loving fun” es otro momento inolvidable del disco que hoy nos ocupa. Su aparente linealidad en las estrofas se ve superada en un estribillo y puentes realmente fabulosos en sus giros melódicos. Christine está fabulosa, quizás en uno de sus mejores momentos vocales al frente del micrófono de Fleetwood Mac, desmarcándonos de cosas tan evidentes como “Little lies” de “Tango In The Night”. Tras “Dreams” podría decir que es mi siguiente canción favorita de “Rumours”. Tiene un sentido positivo dentro de su aparente calma. Aunque todo es memorable en su instrumentación, destaca mucho el sector rítmico a cargo de John y su bajo; por supuesto, los acordes eléctricos de las guitarras de Lindsey no podemos dejar de ponerlos en relevancia.

10. “I don’t want to know”: Con “I don’t want to know” tenemos ocasión de escuchar otra de las canciones que de forma más acusada muestran un sonido muy enclavado en los 70. Palmas, acordes álgidos y Stevie y Lindsey a dúo dando lugar a esta cálida y amable pieza que palidece sobre todo por estar a la sombra de la reciente escucha de la sublime “You make loving fun”.

11. “Oh daddy”: Aunque Stevie se anotó “Dreams”, hay que destacar que Christine quizás se anotó el punto a su favor de cantar el resto de canciones realmente interesantes del disco. Ya hemos podido escuchar su magnífica voz en “Songbird” o “You make loving fun” y ahora en “Oh daddy” tiene ocasión para otro momento de lucir su suavidad y dulzura vocal. “Oh daddy” es de esas piezas que sin tener un gancho melódico claro, llama la atención por su solemnidad y por lo complejo de su estructura. De forma más exagerada, podremos ver un ejemplo parecido en la canción “Tango in the night”. Carácter severo y en algunos segundos solemne, para una de las piezas que quizás de primeras escuchas más difíciles son de recordar.

12. “Gold dust woman”: Termina “Rumours” con “Gold dust woman”, canción que recuerda algo a la rotunda “The chain” y abunda en ese cierto sonido country que aportaba la citada previa canción. Es Stevie la que se encarga de esta pieza. De esta forma, “Rumours” termina con discreción, restando carácter luminoso a su conjunto, ya que la cara “b”, como hemos podido escuchar, es por lo general menos amable y alegre que la cara “a”. La ambivalencia de este disco es uno de sus mayores logros, ya que aunque si analizamos su conjunto lentamente vemos que no todo es alegría, el carácter y poso que deja es ese. Lo subliminal también funciona por tanto en el disco. Todo suma.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Hoy hemos dado tratamiento a un gran disco. Una de esas obras que se incluyen, merecidamente, en guías de discos a escuchar en vida. Fleetwood Mac son ejemplo de banda de alta calidad en todo lo que hacían y “Rumours” es quizás su disco más perfecto, aunque servidor ahora sí se vaya por la tangente y prefiera antes el “Tango In The Night” de 1987. Siempre me ha resultado graciosa su portada, la cual me ha dado una leve y subliminal impresión machista al ver a Mick Fleetwood en pose tan erguida frente a una relajada y desvaneciente Stevie Nicks que le toma la mano.

A partir de aquí, el grupo se fue tomando todo con mucha calma. En 1979 sería “Tusk” el siguiente trabajo, destacando por su extenso contenido en listado de temas. En los 80 solamente hubo lugar para el “Mirage” de 1982, trabajo de brutal portada (me encanta ese doble sentido que la foto de Lindsey entre Stevie y Christine tiene) y el citado “Tango In The Night” de 1987. Todos estos discos irían dejando por el camino un buen reguero de canciones clásicas que apuntalaron el nombre del grupo en la historia con mayúsculas y letras doradas del rock.

“Rumours”, más que marcar su momento más álgido, marca el comienzo de los mejores días del grupo. Los siguientes 10 años, tal como he descrito esquemáticamente citando sus discos en el párrafo anterior, serían de muy buena salud para el quinteto. Como ya he avisado al comentar la última canción, “Rumours” juega con tus sentimientos ante su contenido. Erróneamente te deja un regusto luminoso que no es tal, sobre todo si analizamos gran parte de las canciones que forman parte de la cara “b”. Son 12 canciones excelentes, donde nada es relleno y todo tiene su lógica. Está perfectamente medido y estructurado. Es un disco sobresaliente, disfrutable siempre.

Saben que yo soy muy de escuchar la música por épocas dentro del año. Quizás con Fleetwood Mac se me haya ido algo la fecha, ya que les veo más adecuados para abril o mayo (motivado quizás porque en esos meses en 2002 comencé a profundizar en el grupo porque un ex-amigo me dejó el clásico recopilatorio de verde portada con florecita). No obstante, tampoco la cosa ha ido por un mes y me ha gustado mucho recuperarlo para estos días anteriores.

Vamos terminando con nuestra temporada de radio. Este miércoles a las 23.00h y el sábado siguiente a las 16.00h en RUAH, penúltimo programa con la repetición del coloquio sobre “Bilingual” de Pet Shop Boys. Esta tarde, última repetición del programa sobre “Casting Shadows” de Wolfsheim. Ya subimos esta semana el programa-entrevista con Magnética sobre su 2º disco “Friogenia” y a lo largo de esta semana subiremos las 3 partes o 3 horas del programa nº 100. Poco a poco nos vamos poniendo al día en Ivoox para que tengan disponibles todos los audios, por si desean recuperar la escucha de algún programa antiguo.
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martes, 18 de junio de 2013

Concierto The Noises. Madrid (15-06-2013)

Las cosas hay que confesarlas y ser honesto. ¿Que este sábado por la tarde me apetecía más bien poco tener que desplazarme desde Torrejón de Ardoz, ciudad en la que resido, al centro de Madrid por la noche para ir a un concierto al que asistía sin acompañante? Pues sí. ¿Que luego, tras vivir el concierto que ofrecieron The Noises, el vencer a la pereza mereció la pena? También. Y es que el hecho de que el plan que me esperaba en la céntrica y mítica sala El Sol fuera una actuación del grupo liderado por el puro nervio de cantante que es Fran Gómez, era un acicate importante. Además, teníamos mucha curiosidad por calibrar el estado actual de la banda tras haber editado nuevo material en formato Ep: “Rapto”. 
Con media hora de antelación respecto a las 23.00h, momento previsto del inicio del concierto, llegué a la sala, tomando cómodamente asiento en unos sofás negros que ofrece el local. Me deleité la espera con la escucha del hilo sonoro previo al concierto, que no sé si sería elección del grupo. Si así fuera, les doy otro punto positivo, ya que lo que sonaba era parte del disco en directo “The Name Of This Band Is Talking Heads”; muchos ya saben que servidor es admirador y devoto del cuarteto neoyorkino liderado por David Byrne, con lo que ese aperitivo sembraba el terreno favorablemente para coger con más ganas lo que se sobrevendría en los siguientes minutos.
Poco más tarde de las 23.00h salieron a escena los 5 componentes que dan forma en la actualidad a The Noises. Con un Fran Gómez más emocionado por volver a sentir la experiencia del directo después de varios meses que catártico, como fue el caso de la vez inmediatamente anterior que les vimos, el grupo comenzó a presentar nuevos temas. Mónica Caballero me había pasado semanas antes amablemente enlaces para escuchar las canciones de “Rapto”. Nuevamente, creo que hay que ser honesto y admitir que, motivado por todos los asuntos personales que ya saben (los cuales propiciaron la interrupción del blog/programa de radio durante el mes de mayo), no pude escuchar nada del nuevo material de The Noises antes del concierto. Por un lado, esto fue mejor: ¿qué mejor forma que una actuación en directo para escuchar por 1ª vez una canción?
Ciertamente el material nuevo de The Noises suena muy bien. De primeras oídas, me quedé con “Candidato” (creo que Fran dijo que se titulaba así), una canción que apareció a mitad de actuación, más o menos, y que va ganando energía e intensidad sin que te des cuenta, para terminar en un absoluto subidón; realmente parece mentira cuando en sus primeros segundos intuyes un medio tiempo (cosa rara en The Noises, formación en la que el ritmo acelerado es clave en sus composiciones).
Dentro de las nuevas, “Caza” (nuevamente dudo del título, así creo recordarlo) tampoco sonó mal. Precisamente se situó a continuación de “Candidato”, dando lugar a un sector muy notable de la actuación. Las canciones que forman parte de “Bellavista” ya son pequeños clásicos del repertorio de The Noises y se reciben con la correspondiente animosidad que se merecen por parte del público. Por ejemplo, no tardó mucho en sonar esa “Last night” particular de los Noises que es “Mandanga”. Destacó mucho en el bis “La ciudad es tuya”, con invitación previa de Fran a que todos hiciéramos con la ciudad lo que nos saliera de…
The Noises contaban con algunos miembros nuevos en el escenario y hubo hueco para que Fran Gómez invitara al anterior bajista del grupo a que subiera al escenario a saludar. También hubo otro momento de “auto-invitación” por parte de algunos fans, los más animosos y en concordancia con lo que Fran Gómez transmite desde las tablas, que se subieron al escenario a bailar pogo y a duchar a la gente de cerveza agitando unos tercios con los que iban armados. Todo ello se llevó a cabo sin lamentar altercados e incidentes y quedó como un punto anecdótico simpático de la noche.
Eran las 00.15h y The Noises entonaban retirada tras algo más de una hora de enérgica y notable actuación. Fran, sin estar tan fuera de sí como la vez que les vimos en la sala Taboo hace unos meses, no perdió su arrolladora personalidad en escena y se desquitó poniéndose gorras (como ejemplo la foto superior), máscaras monstruosas en algunos momentos. Reconoció su ímpetu ante el respetable, por si alguno no conociera su enérgica actitud frente al micrófono, y consiguió acordarse de los nombres de gente importante en el apartado de agradecimientos. El resto de sus compañeros tocaron a la perfección, ensamblando las notas perfectamente, sin haber prácticamente lugar para siquiera una leve descoordinación. La máquina sonora de The Noises, por tanto, estuvo bien engranada este pasado sábado.
Se desprende de este concierto en la sala El Sol, donde el grupo consiguió, aún sin llegar al lleno total, un aforo más que notable, que The Noises van por buen camino. Las nuevas canciones muestran una cierta evolución y partida respecto a “Bellavista”, con una mayor madurez pero sin perder la frescura. Seguiremos los pasos del grupo y confiamos en tenerles en nuestra 5ª temporada de radio hablando de alguno de sus ítems discográficos hasta la fecha, ya que en esta 4ª temporada finalmente no pudimos coordinarlo.
El regreso para Torrejón de Ardoz fue duro. Teniendo en cuenta que son las fiestas populares del municipio el autobús nocturno interurbano iba hasta los topes, tocándome en mala suerte en el pasillo estar al lado de gente brutalmente indeseable, que iba hasta arriba de todo. Amenizaron el trayecto fumando y metiéndose lonchas sin pudor alguno y con total impunidad (a ver quién es el guapo que les dice algo a esos parientes lejanos y bochornosos de Camarón o Farruquito). Por suerte, no hubo que lamentar heridos y pude salir del autobús con cuidado de no pisar una raya que uno de ellos estaba perfilando en el suelo. Tomé las de Villadiego a toda prisa y sin mirar atrás. Bueno, pues termino afirmando que ni la pereza previa a la hora de salir para el centro, ni esta situación tensa (nunca sabes cómo va a reaccionar gente así cuando estás cerca de ellos; no en vano, se metieron con un chico que iba una fila delante mía) de regreso a casa, influyen lo más mínimo en la sensación positiva que he sacado de esta buena actuación de The Noises. De lo que rodee al concierto, intenten ustedes que vaya lo mejor posible, del concierto en sí ya se encargan The Noises y ahí normalmente no habrá fallos.
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sábado, 15 de junio de 2013

Billy Joel - Storm Front (1989)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Una de las principales virtudes de Billy Joel en los años 80, de lo que derivó su éxito notable y masivo a ratos, fue que supo aunar a la perfección sonido de décadas anteriores con tendencias del momento. Se metió en la tarea de trasladar a los años 80 el sonido del rock clásico de los 50 y 60, cosa que podría parecer un suicidio a priori.

Sin embargo, gracias a “An Innocent Man”, disco arrollador que Joel editó en 1983, demostró que no estaba equivocado y con ejemplos en forma de canción como “Tell her about it” o “Uptown girl” llegó al público de forma notable. A finales de los 80 Billy Joel, sin dejar de lado ese toque de rock clásico, afrontó un disco mucho más maduro y ratos comprometido.

A “Storm Front” no se le recordará históricamente tanto en formato de lp como a “An Innocent Man” o a “Piano Man” de los años 70 del mismo Joel, pero su existencia está marcada a fuego por una canción que incluye esa misma palabra en su título: “We didn’t start the fire”. Sin embargo, como digo en muchas ocasiones y, a la par, motivo de existencia de este blog, “Storm Front” es mucho más que el disco que incluye “We didn’t start the fire”. Pasemos a escudriñar su interior y ya comprobarán como hay más de una canción añadida que les llamará la atención y le gustará de forma sincera y no forzada.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “That’s not her style”: La apertura de “Storm Front” es contundente. “That’s not her style”, con sus elementos de vientos diversos (trompetas, armónicas), muestra un ejercicio de rock clásico. Joel se ajusta a las exigencias instrumentales con una rotunda interpretación vocal. Estamos ante una canción bastante fastuosa que supone un comienzo de obra de bombo y platillo (por algo más que por sus bases rítmicas marcadas). Directa y de fácil llegada para cualquiera.

2. “We didn’t start the fire”: Nadie puede refutar que “We didn’t start the fire” es la canción más destacable del disco. Siendo al mismo tiempo uno de los grandes clásicos de Billy Joel, esta nerviosa crítica a la sociedad norteamericana (con un videoclip de notable alto, moviéndose también en el mismo sentido que la canción), destaca sobremanera dentro del ya de por sí notable conjunto de canciones que la acompañan en el disco. Los teclados y su melodía de estribillo destacan sobre la base dura de batería. Las guitarras eléctricas son notables, al igual que también es notable como Joel se va encabronando cada vez más al micrófono. Poco a poco la canción va ganando fuerza y en una épica sibilina y no evidente, que desemboca en un clímax fabuloso en su sector final. Emocionante y uno de los momentos musicales por los que Billy Joel siempre debería ganarse el respeto de cualquiera.

3. “The downeaster Alexa”: De sonido marinero a la par que de semblante solemne, llega “The downeaster Alexa”. Nos enfrentamos a una de las piezas más rigurosas en su sonido del disco. Si dentro de “We didn’t start the fire” la voz de Billy se perdía entre coros doblados en distintos registros por él mismo, aquí se anota quizás su mejor pasaje en el apartado vocal del disco.

4. “I go to extremes”: Con “I go to extremes” viviremos uno de los momentos de pop más llevadero de “Storm Front”. Fue single, y no en vano incluso esta canción ha dado título a alguna compilación en dvd que de Joel vi una vez por ahí. Los teclados y sus notas luminosas son las que más destacan en esta canción tan agradable. Su estribillo es sencillo, melódico, todo en un tono ascendente sin pausa en la instrumentación, que avanza en paso firme de principio a fin. Es otra canción destacable del disco que hoy nos ocupa.

5. “Shameless”: Dentro del sector pop, pero con un menor ímpetu, en un tono algo más relajado, llega la aceptable “Shameless”. Realmente, si se detienen a pensar en ello, es el primer momento de auténtico descanso del disco, ya que en los primeros 4 capítulos, en un sentido u otro, la intensidad ha estado presente. “Shameless”, más allá de funcionar como medio tiempo necesario, funciona al margen de ello. Tiene un cierto tono perdedor que le da un toque carismático especial, ganándose un punto a su favor.
6. “Storm front”: Mediado el disco llega “Storm front”, la canción título. Su tono de jazz pop, con notable apoyo en los instrumentos de viento, destaca sobre cualquier otra cualidad. Billy, salvo en el estribillo donde se apoya en coros notables, canta en un tono menor. Sin hacer daño y sin ser excesivamente floja, sí que me parece de los pasajes más anodinos que ofrece el disco al que da el título.

7. “Leningrand”: Acercándose mucho al tono de su amigo (a ratos) Elton John, llega uno de los instantes más emotivos del disco con “Leningrad”. La melodía de piano apoya a Billy Joel en una canción sentida en su sonido y también en su letra. Muy bien construida, es una de las canciones que principalmente se recuerdan del disco de primeras escuchas.

8. “State of grace”: Me atrevo a decir que el título de “State of grace” se ajusta mucho a lo que ofrece. Esta composición es de los temas de factura pop estándar del disco y en todo caso una de mis preferidas. Dentro de su carácter pop, no pierde parte de la emotividad melódica que toma del rebufo de “Leningrad”. Su melodía es luminosa y Billy le aporta la intensidad necesaria en los pasajes que lo precisa. También se dota de unos buenos cambios de ritmo en ciertos puentes entre estrofa y estribillo. Una pequeña joya oculta dentro de “Storm Front” y una alegría que nos encontramos en su tramo final.

9. “When in Rome”: “When in Rome” se mueve dentro de un jazz animado y desenfadado. Con algo más de “trompeteo”, podría ser una canción de esas que Collins tan bien facturó en su 2º disco en solitario “Hello! I Must Be Going”. Sin tanto estruendo, y con unos buenos coros de apoyo en el estribillo, Billy Joel nos ofrece esta pequeña fiesta en forma de canción para ir cerrando este buen lp que editó a finales de los 80.

10. “And so it goes”: Cuando pensábamos que ya habíamos escuchado todo y que, sobre todo gracias a “Leningrad”, habíamos pasado por el momento más sentido de “Storm Front”, Joel decide rubricar con “And so it goes”. Ésta es sin duda la canción más emotiva y delicada de la obra. Es un final formalmente precioso, donde la mesura vocal de Billy Joel al micrófono y las justas notas de melodía de piano hacen todo el trabajo para suponer un final de álbum estupendo.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Lo bueno que tienen los artistas en solitario, más allá de las bandas de pop/rock, es que parecen ir por libre y dentro del cierto caos que había en el mundo de la música en la salida de los años 80, Billy Joel consiguió una notable repercusión gracias a “Storm Front”, . Volvemos a lo de siempre, ya que un single “pelotazo” siempre hace mucho, y aquí “We didn’t start the fire” y su cierto carácter apocalíptico, con ese videoclip tan llamativo (censurado en algunos sitios), hizo mucho por el álbum al que pertenece.

Billy Joel mantuvo su presencia también a comienzos de los 90 con el siguiente y último álbum de estudio hasta la fecha “The River Of Dreams”, un disco si cabe mucho más maduro que este “Storm Front”. En los últimos tiempos no le ha ido tan bien al bueno de Billy y he oído por ahí que sus problemas con el alcohol le han causado más de un disgusto. Una lástima, la verdad.

No obstante, no nos pongamos melodramáticos. Billy Joel tiene una notable grandeza dentro del mundo de la música. Varias de sus canciones son clásicos sin discusión como “Piano man” o “Uptown girl”; y aquí, paradojas de la vida, en un disco bastante maduro en conjunto, quizás esté la canción que más puede llegar a algún adolescente rebelde. “Storm Front” es ligero, se escucha rápido. Tiene el número justo de canciones, 10, y está muy bien distribuido. Espero que le sepan sacar su partido.

En nuestro programa de radio, ya queda poco para el final de temporada. Este sábado a las 16.00h en RUAH sonará la 3ª y última parte de nuestro programa nº 100 y la siguiente semana (miércoles a las 23.00h y sábado a las 16.00h) escucharán, si sintonizan RUAH a las horas de emisión, el programa sobre “Casting Shadows” de Wolfsheim. Tenemos atraso a la hora de subir programas a Ivoox. Lo sabemos, pero, tengan paciencia por favor.
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jueves, 13 de junio de 2013

Discos, música y reflexiones cubrirá el concierto en Madrid de The Noises (15-06-2013)

Un buen plan para este sábado 15 de junio será visitar la sala El Sol para comprobar el estado actual de The Noises. El grupo está en efervescencia debido a que “Rapto”, su nuevo Ep, ha visto la luz hace muy poco tiempo. Para la noche de este sábado la formación nos presentará las canciones de este nuevo ítem de su discografía, el cual toma el relevo del notable lp de debut “Bellavista”.

Ha quedado pendiente una entrevista en nuestra 4ª temporada de radio, la cual trasladaremos a nuestra 5ª temporada en las ondas a partir de octubre. Haremos más llevadera la espera viviendo esta actuación y haciéndoles saber de ella a posteriori con el correspondiente artículo del evento que publicaremos por aquí. Agradecemos a Mónica Caballero de Promociones Sin Fronteras que nos haya tenido en cuenta para poder dar cuenta de este concierto.
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sábado, 8 de junio de 2013

Bauhaus - Burning From The Inside (1983)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
La formación liderada por el carismático (aunque según dicen algunos de carácter difícil) Peter Murphy fueron breves. Bauhaus duraron más o menos media década y decidieron partir peras tras un trabajo, que si bien en conjunto no es su más valorado quizás, sí que contiene varias de las perlas individuales en forma de canción de la banda.

No en vano, “Burning From The Inside” (protagonista de esta semana y disco que hubiera tenido que pasar por aquí un tiempo antes, ya que para estas fechas, con este calorcito no pega mucho, y que si no ha sido así se debe al parón forzoso que muchos ya saben hemos sufrido) incluye dentro de su listado “She’s in parties”, con claridad una de las grandes canciones de la historia de Bauhaus.

Como pasaba en sus discos, “Burning From The Inside” es extenso y generoso en minutos y canciones. Hace poco más de un año, en una época más adecuada del año para escuchar a Bauhaus, hablábamos de “Mask”, que también destacaba por una extensión en contenido notable.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “She’s in parties”: El disco propone de primeras una de sus balas más fuerte. “She’s in parties” es uno de los himnos del rock gótico de la historia del género. Esta canción se dota de unas guitarras correosas y agrias, a la par que un Peter Murphy en un tono dolido en ocasiones, se recrea en el micrófono. Con todo, y a pesar de su leyenda, recuerdo que cuando la escuché por 1ª vez (después de haber leído previamente mucho y oído muchos lores sobre ella), no me llegó inmediatamente. El paso del tiempo termina situándola en su lugar, si es que les sucede como a mi, que en un primer momento no vio satisfechas expectativas tan elevadas.

2. “Antonin Artaud”: Semiapocalíptica en su sonido “Antonin Artaud” da un giro casi imperceptible a la contundencia que ofrecía “She’s in parties”. La batería ofrece un resultado excepcional a la hora de crear una base rítmica sumamente nerviosa e inquietante.

3. “Wasp”: “Wasp” es un interludio de apenas 20 segundos de sonidos agudos desafinados que dará paso a una interesante composición.

4. “King Volcano”: Casi instrumental, salvo por unos coros que vienen desde el fondo y toman protagonismo en sus momentos finales, se presenta “King Volcano”. La melodía tiene un toque casi medieval. No sé muy bien por qué, pero me ha evocado casi desde la primera vez que la escuché a Elegia de New Order. No obstante, “King Volcano” tiene un toque más desasosegante que la citada maravilla instrumental de New Order.

5. “Who killed Mr. Moonlight”: Quizás “Who killed Mr. Moonlight”, junto a “She’s in parties”, sea la canción bandera de Burning From The Inside. El misterio, la elegancia y una latente tensión, forman el cóctel perfecto en esta pieza muy bien medida en su instrumentación y en su ritmo melódico. Los cambios de ritmo precisamente son uno de sus puntos fuertes, con efectivas paradas en la tensión dramática general formada por Murphy a la voz y la música. Una piedra preciosa en forma de canción y a ratos mi predilecta del disco.
6. “Slice of life”: El ritmo melódico de “Slice of life” supone una agresividad que podría mimetizarse con el ataque rápido y conciso de una serpiente. Así es como se presentan sus envites intensos, dentro de una melodía nuevamente oscura y con un mal rollo latente más que destacable.

7. “Honeymoon croon”: Con vigor y fuerza, y una melodía de las más directas del disco, se presenta “Honeymoon croon”. Dentro de su dureza, se atisba un cierto sentir positivo melódico. Peter Murphy ofrece uno de sus pasajes más desmelenados del disco. Con el permiso de ustedes, es otra de las que destaco claramente del conjunto de piezas de la obra. Y es que, con todo, “Honeymoon croon” supone una inyección de adrenalina musical notable.

8. “Kingdom’s coming”: Solamente alterada por unas estrofas amenazantes puntuales remarcadas en la gravedad vocal en los últimos instantes, “Kingdom’s coming” puede ser uno de los mejores ejemplos en lo melódico de “Burning From The Inside”. Si dejamos de lado esas exageraciones del final, la canción roza la perfección formal. Con todo, en su conjunto, una pequeña joya oculta del disco.

9. “Burning from the inside”: La canción título es cáustica, correosa, con unas guitarras de sonido radioactivo y con un tono de las voces realmente lúgubre. Sin embargo, cuando menos te lo esperas, se da lugar a un cambio en la melodía, entrando en la dispersión y en un mayor esparcimiento, entrando en un loop en el sector final que nos reporta una clara sensación de trance.

10. “Hope”: Ajustada a la perfección a lo que significa su título, “Hope” es la canción más esperanzadora y luminosa del disco. Dentro de tanta rabia, nocturnidad, alevosía, oscurantismo, se abre camino esta pieza que, con pocos alardes instrumentales y con una letra sencilla y basada en la repetición de estrofa, a buen seguro les agradará al suponerles un claro respiro a tanta intensidad y opresión compositiva. Como final formar real del disco, ya que lo que viene a continuación serán añadidos o bonus tracks, es estupendo; es como ver la luz al final del tunel.

Bonus tracks.
11. “Lagartija Nick”: La siguiente pieza, “Lagartija Nick” perfectamente podría ser una pieza que ustedes confundieran con algo de Billy Idol. Tanto en su melodía como en la forma de comportarse Murphy al micrófono, me recuerda mucho a Idol. Dejando de lado esta reflexión, “Lagartija Nick” es una pieza de rock moderadamente acelerada y muy directa. De los momentos destacables de “Burning From The Inside” y muy notable también por sus notas de saxofón.

12. “Here’s the dub”: Es momento de escuchar una variación de “She’s in parties” titulada “Here’s the dub”, que con texturas fantasmagóricas abunda en los detalles de su canción origen. Como curiosidad de este tramo final no está mal.

13. “Departure”: “Departure” supone una especie de canción paródica con claro sarcasmo en su melodía y en sus adornos aparentemente inofensivos. Aquí no se canta, se narra o recita y todos los elementos de carácter cíclico en sus notas, crean una sensación de trance juguetona debido al sentir que transmiten sus notas. Una pequeña frivolidad que se anota Bauhaus para este tramo final tan variadito.

14. “The sanity assasin”: En el tramo final de la obra, “The sanity assasin” aporta el pasaje más acelerado e intenso de la obra. Desprende energía a través de unos riffs de guitarra gloriosos. Peter en el micrófono se demuestra motivado claramente a las voces. Normalmente en Bauhaus casi nada es inmediato, pero con “The sanity assasin” sí que se me dio el caso personal de cogerle el punto desde sus primeras escuchas. Estimo que es uno de los principales activos de Burning From The Inside. Creo que “The sanity assasin” fue editado con tirada limitada como single.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Antes de salir “Burning From The Inside” (disco con una de las mejores portadas de las que facturó Bauhaus, con esa estructura de árbol metálico y las sugerentes luces del cuadro) a la venta, Bauhaus estaban finiquitados. Creo que por problemas de salud, Murphy no pudo aportar mucho en la elaboración del disco, y el grupo decidió en mitad de la creación o edición del disco, finiquitar su trayectoria.

De esta forma, Bauhaus lo dejaron en un momento álgido. Se marcharon de tal forma que no hubo decaimiento. Arena de otro costal es que en la 2ª mitad de la 1ª década de los dosmiles regresaran con un nuevo disco, “Go Away White”, y nueva gira. Eso fue un retorno puntual, agradecido por los fans y la gente que se sumó al grupo una vez disueltos y no les vivieron en su época, pero tengo la opinión que “Burning From The Inside” es el final de la historia de Bauhaus y lo que he citado es un epílogo al margen.

En todo caso, “Burning From The Inside” mantiene el nivel de exigencia y consistencia de los discos de Bauhaus. Perfectamente puede igualarse a “Mask”, no solo por su generoso contenido musical, sino por la calidad y la variación, dentro del general tono oscuro y lúgubre, que Murphy, Ash y demás ofrecen. Siempre aprovechables Bauhaus, a los que hay que tomarse con calma y prepararse de antemano para escuchar uno de sus lp’s, los cuales nunca dejan indiferente a nadie, por mucho que los hayas escuchado una y mil veces. Ahí se demuestra la grandeza de un ejemplo de banda de corta pero intensa vida musical.

En nuestro programa de radio, tanto este miércoles 12 de junio a las 23.00h como el siguiente sábado 15 de junio a las 16.00h podrán escuchar la 3ª parte de nuestro programa centenario en la sintonía de RUAH. Antes, esta tarde a las 16.00h, en el mismo dial podrán escuchar la 2ª mitad de aquel programa. Intentaremos que el programa-entrevista a Magnética y las 2 primeras partes del programa nº 100 estén subidas lo antes posible a Ivoox.
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sábado, 1 de junio de 2013

Los Nikis - Marines A Pleno Sol (1985)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Radicalmente distintos en estilo, pero por el mismo motivo que me sucedió con Phil Collins hace unas semanas, Los Nikis son bienvenidos al blog debido a que de forma irracional me han estado viniendo varias de sus canciones a la mente en las últimas semanas. El desencadenante creo fue volver a ver el documental que hizo hace unos meses Tve sobre La Movida Madrileña, en el que había un momento en el que claramente se podía escuchar “La naranja no es mecánica” del disco que hoy nos va a ocupar.

Sea como fuere, es justo prestar atención a este fresco y simpático grupo de Algete (siempre reivindicaron muy bien de donde eran), ya que quizás no estén lo suficientemente valorados o reconocidos a día de hoy. Justifico esto que acabo de decir basándome en la impresión de que muchos grupos indies pueden deber parte de su espíritu al influjo macarra y el punto cómico de las letras que Los Nikis ofrecían en un amplio porcentaje de sus composiciones.

El grupo ya llevaba un tiempo funcionando allá por 1985, habiéndose dado algún garbeo por “La Edad De Oro”, editando varios eps, pero sería con su primer lp “Marines A Pleno Sol” cuando llegarían a su momento más álgido. Creo que en aquellos días Los Nikis eran Emilio Sancho como cantante, Arturo Pérez como guitarra, Joaquín Rodríguez al bajo y Rafa Cabello en la batería. ¿Que nuevamente una canción, “El imperio contraataca”, es la culpable de gran parte del éxito del disco? Sí, pero como casi siempre con matices, ya que el conjunto de temas que rodean a ese clásico en forma de single de nuestro pop que se anotaron Los Nikis, merecen en casi todas las ocasiones la pena. Los Nikis destacaron por la ironía y el humor para sus letras y en “Marines A Pleno Sol” se puede apreciar en muchos casos y en rimas desternillantes en algunas ocasiones.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “El imperio contraataca”: Paradigma de Los Nikis y su canción bandera es “El imperio contraataca”. Un acierto en forma de sátira brutalmente irónica sobre la historia de España y nuestra, en teoría, gloria histórica. Mucha gente la malentendió, dejando de lado su tono sarcástico. Para la memoria quedan frases como “mira como gana la selección, España está aplastando a Yugoslavia por 20 puntos arriba”, para nada atemporal, con unas imágenes de aquel partido de semis de Los Ángeles 84’ con un Antonio Díaz Miguel desaforado en la banda. El videoclip, con el grupo disfrazado frente al estanque del parque del Retiro de Madrid y esas imágenes aderezadas, grabado para “La Bola De Cristal”, es igual de mítico que la canción en sí. Un temazo y un clásico irrefutable de nuestro pop.

2. “Los niños del Brasil”: Era muy común que en los años 80 se editaran canciones sobre el tipejo de Joseph Mengelle y sus experimentos en Brasil. Simple Minds, OMD y también Los Nikis. Desternillante es la letra de esta “Los niños del Brasil”, con esas palabras en alemán y ese ripio “mi nombre es José Mengelle, salo mucho por la tele”. El ritmo es sincopado, con una batería que marca el ritmo de forma sólida y los arranques y parones en la melodía. Muy buena.

3. “La puerta verde”: Dentro del brío que impera en este “Marines A Pleno Sol”, se presenta “La puerta verde” con un ritmo menos acelerado que el de “Los niños del Brasil” y con menos potencia que “El imperio contraataca”. Se ve un claro contraste entre estribillo, con más fuerza, y la delicadeza de las estrofas. Se le tarda en coger el punto, sobre todo porque cambia mucho respecto a las 2 primeras, pero con el tiempo entra.

4. “Diez años en Sing-Sing”: Otra canción destacable, pero no solo de este disco, sino de la discografía de Los Nikis es “Diez años en Sing-Sing”. Narrada la letra en primera persona de un reo condenado. Se recuperan las guitarras enérgicas marca de la casa de “Marines A Pleno Sol”, que habíamos perdido en “La puerta verde”. Dentro de lo que cabe, es una canción optimista (aunque parezca lo contrario), o así lo quiere transmitir el anhelo que tiene el protagonista de la letra.

5. “Luis Enrique”: Contrasta la sección lúgubre y narrativa de “Luis Enrique” con su estribillo contundente, a modo de voz de conciencia ante la ambición de Luis Enrique, ese chico de pueblo turolense que termina de presidente de la nación y cuya ambición termina llevándolo a pique, como reza la letra.

6. “Salvaje pasión”: Quizás “Salvaje pasión” sea el más claro ejemplo de punk pop del disco. Esas réplicas macarras vocales al final de cada frase, le da un toque canalla muy bueno. La letra cuenta una historia bestia, salvaje, tal como se puede intuir en su título. Ahí no hay sorpresas.
7. “La naranja no es mecánica”: Llega el turno de una de mis favoritas y el motivo quizás de que hoy Los Nikis pasen por estas tierras blogueras. Con una melodía muy jovial, Los Nikis se atreven a replicar a Alex, personaje de “La Naranja Mecánica”. En “La naranja no es mecánica” “ya no hay más Moloko” y “nadie compra discos de Ludwig Van”. Con justicia fue una de las canciones que sirvieron a un notable documental de 2 horas que hicieron hace cosa de un año en Tve sobre La Movida. De alguna forma podría poner música a esa sección de la grandiosa película de Kubrick en la que Alex parece haberse reformado tras someterse a brutales terapias de choque.

8. “Ave César”: “Ave César” suena aguerrida en toda su instrumentación, desde su bajo y batería muy graves a los rasgueos eléctricos. Estamos ante otra readaptación de historias en la letra, con una heroica reacción de los gladiadores en pleno Coliseo romano ante el César, negándose a seguir el espectáculo y arremetiendo contra el emperador.

9. “La rebelión de los humanos”: Se ve que a Los Nikis les gustaba tirar del hilo de las historias del cine y ahora se atreven con “El Planeta De Los Simios”. La ironía con Charlton Heston y su carácter de héroe en aquellos días es notable y patente en la letra. En lo musical se siguen con firmeza los patrones de sonido de “Marines A Pleno Sol”.

10. “La canción de la suciedad”: Con “La canción de la suciedad”, no sé por qué se me viene a la cabeza algo que me va a tocar de cerca (yo sé de qué me hablo). Su melodía suena conformista, con sentido arrastrado, vinculado a la letra tan visual, y se aleja de los arreones de ritmo que por general ofrece el disco.

11. “Aurelio el misionero”: Los personajes de la discografía de Los Nikis son también destacables. Míticos resultan gente como “Enrique el ultrasur” y “Aurelio el misionero”, siendo éste el último que nos visitarán en este momento del álbum. Más ironía en la letra, acompañado perfectamente por la instrumentación, muy bullanguera en el tramo final, con esos arreglos algo trompeteros y un descojone notable con los órganos eclesiásticos del final definitivo.

12. “Quizás”: Punk pop en sentido estricto con “Quizás”. Menos de un minuto, compuesto de una parte a base de repetir “Sí” en plan pachorrero y luego acelerarse en lo musical a base de decir “No”. Un final formal chocante para el disco. A mi me gusta. En este caso, lo bueno, si breve (muy breve), 2 veces bueno.

Bonus tracks.
13. “Saturno es aburrido”: En la edición que tengo de “Marines A Pleno Sol”, se incluye como notable añadido del ep previo “Olaf El Vikingo” que el grupo editó poco antes. 4 canciones que como propina son inestimables. Con “Saturno es aburrido” se da lugar a uno de los momentos más lúgubres del disco en melodía, y no es para menos, ya que acompaña a una letra de “cagarse en la puta madre de Saturno” a cargo de Los Nikis. Buen humor en ciertos pasajes o frases de la letra. En lo instrumental, destaca mucho la batería y sus cambios de ritmo puntuales.

14. “Silvia Sobrini”: Por sonido, “Silvia Sobrini” podría ser una canción firmada por los The Cure del “Three Imaginary Boys”. Otro personaje más para el universo de Los Nikis, dotada de una carta de presentación a modo de mucho afterpunk.

15. “Olaf el vikingo”: Y como penúltimo capítulo del disco, llega otro personaje, en esta ocasión el temido “Olaf el vikingo”, para el que “no existe el miedo”. El sentir es nuevamente muy afterpunk en sus formas, y, si cabe, en esta “Olaf el vikingo” mete más intensidad y mala leche que en la anterior “Silvia Sobrini”. Nuevamente, en lo que a la letra se refiere, el devenir del personaje pega un viraje desternillante en el que la petanca y la trata de blancas tiene algo que ver; en sus letras, Los Nikis, genio y figura.

16. “Mi chica se ha ido a Katmandú”: Muy acelerada y animosa, con detalles de rockabilly, es “Mi chica se ha ido a Katmandú”. La historia es desternillante, de esa chica tan punk que decide irse a Katmandú. Buena forma de terminar el disco, ya que la canción es notablemente alegre y supone un mejor cierre que el que hubiera supuesto la más cáustica en sonido “Olaf el vikingo”.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
El disco, de portada azulada y letras amarillas (muy sencillita), funcionó bastante bien para Los Nikis. No llegó al nivel de estruendo de obras del año anterior como “Deseo Carnal” o “La Ley Del Desierto, La Ley Del Mar”, pero apoyado en el desternillante videoclip de “El Imperio contraataca”, emitido generosamente en Tve asociado a la producción que hizo “La Bola De Cristal”, el grupo consiguió ganarse un nombre y en todo caso la simpatía del público. La banda, siguiendo con su toque humorístico, sacaría posteriormente el disco “Submarines A Pleno Sol”, incluyendo una solemne versión del “Amante bandido” de Miguel Bosé.

Sin embargo, el caso de Los Nikis sería con el de otros muchos grupos de los años 80, incluyendo el de nombres tan importantes como Radio Futura o Gabinete Caligari, es decir, que el paso de década fue duro y la banda se iría al traste tras unos años después del lanzamiento de este disco, en el que la repercusión del grupo fue cayendo lentamente.

Vuelvo a la idea de que me da la impresión de que Los Nikis deberían estar más valorados en la actualidad. Su papel, junto al de formaciones como Glutamato Ye-yé es básico para comprender la evolución de la música española, sobre todo en el sector indie. Su estilo podría haberse definido como un punk-pop, ya que el grupo mezclaba una imagen inofensiva (muchas veces ataviados con la prenda que les da su nombre) con una actitud desenfadada, conciertos que se recuerdan como intensos y memorables y una música en el mismo sentido.

En nuestro programa de radio, esta semana podrán escuchar el programa nº 100. Como son 3 partes, el miércoles 5 a las 23.00h escucharán la 1ª hora, el sábado 8 a las 16.00h podrán escuchar la 2ª hora y el miércoles 12 a las 23.00h podrán escuchar la 3ª y última hora, al igual que el sábado 15 a las 16.00h. Todo ello en la sintonía de RUAH. Por cierto, ya hemos subido el programa sobre “Lament” de Ultravox a Ivoox. Vayan a escucharlo aquí.
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