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sábado, 26 de diciembre de 2009

1984 Mecano - Ya Viene El Sol

Vuelta a los repasos de artistas nacionales y esta semana le toca el turno a uno de los grupos españoles de más éxito de todos los tiempos: Mecano. Otra vez proponemos desde “Discos, música y reflexiones” abordar un disco de la historia de un grupo que no es el que se considera tradicionalmente como el mejor de su trayectoria.

El caso es que para dar la bienvenida al blog al grupo de los hermanos Cano y Ana Torroja, he tenido a bien seleccionar el que fuera su 3er. disco de estudio, el trabajo “Ya Viene El Sol” de 1984. Digamos que tras el lanzamiento de su primer disco, de mismo nombre que el de la banda, su 2º lanzamiento de larga duración, “¿Dónde Está El País De Las Hadas?”, no había satisfecho las expectativas de su discográfica.

A pesar de que la canción primeramente titulada “Yonki” (ahí es nada), posteriormente rematada en “Barco a Venus”, se considera un clásico dentro del repertorio, el resto del disco no pasa más allá de resultar un lp gracioso o simpático, pero poco consistente por otro lado. Canciones como “Focas” o “La fiesta nacional”, tienen un fuerte carácter paródico, que obliga a no tomarse muy en serio a la banda.

Por ello, en 1984 el grupo buscaba dar un giro más serio a sus composiciones y encauzar el rumbo del éxito descomunal logrado por su primer álbum y canciones como la mítica “Hoy no me puedo levantar” o “Maquillaje”. El peso compositivo de las canciones por aquellos días recaía principalmente en Nacho Cano, que era a quien tenían en mejor consideración en la casa de discos entre los 2 hermanos.

Sin embargo, serían las composiciones de José María las que reportarían el mayor triunfo al disco. No obstante, la discográfica no valoró correctamente el alcance de dichas canciones y de hecho en la biografía que se editó hace unos años del grupo, existe una anécdota muy graciosa con Joaquín Sabina en el despacho de los directivos, cuando estos reciben a José María Cano para decirle que “Aire” no era lo suficientemente comercial. En palabras textuales de José María, “a Sabina se le cayeron los cojones al suelo”. Más allá de estas consideraciones previas, pasemos al análisis de la obra.

El álbum abre con la simpática, bailable, reiterativa y contumaz “No pintamos nada”. Una pieza heredera del sonido del álbum de estudio predecesor de “Ya Viene El Sol”. Un tema ligerito, que por otro lado será de los más fácilmente olvidables de la obra cuando lleguemos al final, por algún motivo más que el hecho de estar situada la primera en el listado. Tras este inicio, se da paso a la canción título, que es un momento lento, con algunas notas de teclado de cierto sonido oriental, creo que en concordancia con el sol naciente, y el título del disco. Sin embargo, se alcanzan algunos niveles de intensidad en el estribillo, básicamente por la interpretación vocal de Ana, que hace de la canción una pista bastante atractiva. “La Estación” es un tema que curiosamente no me gustó tras escucharlo en su versión de estudio, pero que tras acceder a su versión en directo en el disco “En Concierto” de 1985 miro con muy buenos ojos y de hecho actualmente, y contra todo pronóstico primerizo, es una de mis canciones favoritas. Puede tratarse de una revisión o vuelta de tuerca a la letra de “Barco a Venus” o incluso “Perdido en mi habitación”, en el aspecto de estar referida a alguien algo inadaptado a la sociedad. Se ve en versos como “tan poco negocio, siempre dedicado al ocio. Si no vemos duros y tú no tienes futuro. En casa deciden que van a meter un huésped, dormirá en tu cama, vivirá en tu habitación”. Quizás el estribillo no lo entiendo del todo en esa frase de “todos los recuerdos de mi habitación, están escondidos al fondo de la estación”; aún así está muy bien esa mezcla de intensidad y melancolía que conjuga a la perfección. La canción que hizo remontar el vuelo a “Ya Viene El Sol” fue la divertida “Hawaii-Bombai”. Inolvidable resulta el clip grabado con esa especie de road-movie con la leyenda del motorista accidentado en mitad de un camino en plena noche y la banda de Ángeles del Infierno que le acompañan una vez que le quitas el casco. El sonido exótico y cálido, la convirtió en una canción estupenda para aquellos meses de verano y posicionó nuevamente al grupo en la primera línea de bandas del país, en los días en los que sus principales rivales musicales, Alaska y Dinarama vivían sus mayores momentos de gloria de la mano de su “Deseo Carnal”. “Ya Viene El Sol” contiene canciones muy agradables y otras curiosas y divertidas. En el 2º apartado destaca “Mosquito”, con ese petardeo sonoro brutal del inicio, con una voz acelerada en revoluciones de Nacho y con unos teclados más que incisivos. Todo ello se encuentra muy en contrapunto con la parte final en la que la canción suena mucho más ligera y suavecita, a pesar de frases hilarantes como “retumba la pared, retumba la ciudad”; esto puede evocar a cualquier historieta de cómic de El Botones Sacarino, que un servidor de ustedes leía en los días en los que el disco estaba de actualidad.Tras esta paranoia se da paso a la pasiva “Busco algo barato”, que comienza con un registro vocal de Torroja extremadamente agudo. Una canción que me recuerda bastante al “No pintamos nada” inicial. Supone el relato de algo tan sencillo como irse a las rebajas. Apropiada canción supongo en aquellos días para ir a las rebajas a la sección de oportunidades de “Galerías Preciados”. De una canción poco consistente, aunque de sonido amable, pasamos a una pieza clave del disco. “Aire” es una obra monumental que se convirtió en un clásico de la banda y muy aceptado por los fans. Personalmente y cuando era pequeño, al oír el estribillo de la canción, el significado total de la letra pensaba que se refería a alguien que estuviera en un ambiente asfixiante como en una discoteca llena de humo y que por un momento le llegara un ráfaga de aire fresco; todo ello deriva de ese estribillo entonado de forma tan trágica por Torroja “Aire, soñé por un momento que era aire…”. Pues eso, que soñaba que lo que respiraba era aire fresco y no humo. Evidentemente estaba muy equivocado, ya que la letra cuenta la historia de un hombre que se convierte en aire mientras duerme, para posteriormente volver a su forma humana cuando se ha lanzado al vacío. José María describe en la letra las experiencias y sensaciones que experimenta el protagonista de forma más que acertada en partes como “como yo soy muy consciente hasta en esta situación, decidí ser consecuente con mi nueva condición, y probé a ser respirado por la que duerme a mi lado, sin entrar en pormenores, yo sé hacer cosas mejores. Como no me satisfizo la experiencia sexual…”. Lo que sucede es que, como ya he mencionado, la CBS no valoró mucho la canción, hecho que dolió a José María especialmente. Turno ahora para otra locura, patinazo o chiste más o menos gracioso, ya desde el título de la canción con “Me río de Janeiro”. Un ejercicio medio techno-pop acelerado y con una letra algo hilarante. Supongo que por el título ya intuyen lo suficiente. De seguido nos encontramos con el primer sencillo extraído de “Ya Viene El Sol”, que fue la industrial y electrónica “Japón”. Incluso se grabó un video bastante majete para aquellos días. No obstante, aquí vino el primer patinazo comercial del disco, ya que la canción no terminó de calar. Quizás el sentido paródico seguía muy presente en las letras, a pesar de la mejora en lo instrumental. Frases como “no son rubios, no son altos, son tipo reloj” y otras lindezas, haciendo mías las palabras de un amigo mío, resultan algo “pepineras”. Personalmente no me disgusta, pero sí que me sucede como a la memoria colectiva del público, que es de las canciones más fácilmente olvidables de las que han tenido el honor de ser single dentro de la carrera de Mecano. Dentro de las composiciones serias, mencionar la bonita y emotiva baladita “El mapa de tu corazón”, que es la acertada forma con la que se termina el disco. Quizás es de las canciones más ñoñas de la historia de la banda, pero no se llegan a alcanzar momentos ridículos en la misma, manteniendo una línea bastante decente. Una de las más bonitas sorpresas que incluye el disco, como siempre digo, una joya oculta y advertir igualmente que es una de las preferidas de Ana Torroja de la obra.

“Ya Viene El Sol” fue un disco que reportó a Mecano unas victorias parciales, pero que en su conjunto no llegó al nivel de éxito de otras obras contemporáneas como “La Ley Del Desierto, La Ley Del Mar” de Radio Futura o, sobre todo, “Deseo Carnal” de Alaska y Dinarama. No obstante, y a pesar de los desplantes de la discográfica a José María, este disco supondría que el mayor de los hermanos Cano, cogiera la confianza suficiente para componer en los siguientes años canciones excelentes que catapultarían a Mecano a la primerísima línea de la actualidad musical del país.

Es curioso que ahora que Mecano se ha puesto de actualidad con otro recopilatorio de sus grandes éxitos y la visión de la luz de una nueva canción, abordemos la revisión del grupo. Créanme o no, pero les aseguro que antes de que se anunciara el regreso de Mecano de la forma descrita, ya había comenzado a escribir el artículo, aunque aún no lo hubiera terminado. Precisamente lo que me quedaba por escribir es lo que queda de aquí al final, más la revisión global o corrección del artículo. Además, por aquello de la difusión histórica en Tve del concierto de Segovia el día de Navidad de 1985, quería reservar el artículo especialmente para esta semana.

Pocos grupos en España se han mantenido al estilo de los grandes grupos de los 80 británicos como Simple Minds, Depeche Mode, U2, The Cure, alargando su actividad hasta los presentes días. Únicamente me vienen a la mente La Unión y Danza Invisible (una suerte disponer aún de ellos). Otros grupos como los citados en párrafos anteriores: Radio Futura, Alaska Y Dinarama, Gabinete Caligari, La Mode etc. sucumbieron a su propia historia a partir de mediados de los 80, llegando en el mejor de los casos a los primeros 90.

Mecano sería uno de los segundos casos. Se alargaría su actividad hasta 1992 con la promoción de su disco “Aidalai”. La importancia de “Ya Viene El Sol”, reside en que en los 8 años que hay entre medias, el grupo de los hermanos Cano y Ana Torroja, vivirían sus años más exitosos y felices. A raíz de “Entre El Cielo Y El Suelo”, se produciría un fenómeno masivo que creo que no ha vuelto a conocer un ejemplo parecido desde entonces; ni siquiera se puede equiparar El Canto Del Loco a ello, mal que les pese a Dani Martín y sus compañeros.

Mecano pasaron a estar hasta en la sopa. En los supermercados te regalaban posters promocionales del grupo con la compra de lotes de refrescos y otras cosas, las actuaciones en tv y la difusión de sus clips era casi continua. Disfrutaban también de reportajes en casi todos los suplementos de los domingos de los diarios... y así una larga retahíla de acciones que hicieron de Mecano algo más que un grupo de música.
Quizás “Ya Viene El Sol”, junto a su predecesor “¿Dónde Está El País De Las Hadas?”, es la obra más desconocida y olvidada de Mecano. El éxito tan arrollador de posteriores canciones como “Un año más”, “Una rosa es una rosa”, “El 7 de septiembre”, “Cruz de navajas”, eclipsaría a una canción muy popular en su día como “Hawaii-Bombai”.

En estos días, la imagen del grupo también fue la más arriesgada y cercana al punk, al llevar Ana Torroja un pelo rizado rubio, con un flequillo bastante largo y cardado hacia un lateral, y los hermanos Cano, llevaban un atuendo más moderno en sus conciertos, aunque en las promociones parecía que iban vestidos como empleados de estación de tren de la Renfe (quizás un guiño a la canción que contenía el disco). La portada del álbum, sin embargo se trata de un dibujo-boceto de los tres componentes al pie de una colina, mirando al sol. Le confiere un sentido inofensivo al disco, y quizás se trate de una de las portadas más apañadas de la historia del grupo.

Como últimas reflexiones por esta semana, decirles que este disco es bastante llevadero. Seguramente los 3 siguientes trabajos del grupo, contengan individualmente mejores canciones, pero en su conjunto pueden llegar a hacerse algo indigestos. Tras haber escuchado toda la discografía de Mecano, me atrevo a afirmarles que “Ya Viene El Sol” es mi favorito.

Quizás el hecho de tratarse de la última obra del grupo, de la época de cuando eran una banda más, le da ese carácter romántico que tanto me gusta. Lo que vendría después, reitero por última vez, será de una brutal calidad, pero ahí el grupo ya sería algo más que música: un fenómeno de masas nacional que llegaría a llenar la Plaza de Toros de Las Ventas 3 días consecutivos (la hubieran llenado hasta 7, me atrevería a decir).

También es un disco muy apropiado para estas fechas, como ya he mencionado antes, debido a que de la gira que hizo el grupo, se retransmitió en navidades de 1985 un concierto grabado en Segovia, en el que participó en algunos temas el batería de Ultravox Warren Cann como estrella invitada, a la par que el músico Hans Zimmer. Por decirlo de alguna forma, hoy les propongo que se sumerjan en los Mecano más íntimos y entrañables que nos podemos encontrar en los 10 años, más o menos que estuvieron de seguido en activo.

Y terminamos por hoy, aprovecho para felicitarles las pascuas (la Navidad con unas horas de retraso, por cierto) y desearles que el próximo año 2010 les traiga buenos momentos. Nosotros procuraremos seguir aquí semana tras semana haciéndoles propuestas musicales. 2009 ha sido un año bastante aceptable para “Discos, música y reflexiones”. Tengo curiosidad por lo que nos deparará el 2010; a bote pronto, una de las cosas podría ser que tras haber quedado en 6º lugar este año, ganásemos en la Categoría de Mejor Blog de Música de la 5ª edición de los Premios 20Blogs. ¿Por qué no? Por pedir que no quede.
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sábado, 19 de diciembre de 2009

1982 The Clash - Combat Rock

Solo hemos revisado en una ocasión un disco punk o derivado del género punk y fue hace ya varios meses. En aquella ocasión analizamos el “Rebel Yell” de Billy Idol. Hoy he estimado abordar una de las bandas abanderadas del movimiento, en la vertiente británica del mismo. Los invitados de esta semana son el grupo The Clash, aunque hay que decir que la obra que he escogido no es uno de los exponentes más representativos del punk que tiene esta banda en su discografía.

Viajamos al año 1982 para revisar el disco “Combat Rock”, con el que The Clash se convertirían en un grupo de éxito internacional y banda capaz de llenar grandes recintos para sus conciertos. Previamente Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon habían sellado el mastodóntico “Sandinista!” de 1980. Un lp doble (triple vinilo), que dejó fríos a los fans más añejos de la banda. Muchos no vieron con buenos ojos ese medio giro al funk en una de las canciones que promocionaron dicha obra, como fue “The magnificent seven”.

Es evidente que un disco con 36 canciones tiene espacio para momentos anodinos, pero igualmente también para joyas como “Police on my back”, “Lose this skin”, “The equaliser” o “Up in heaven (not only here)” o algún himno como “The call up”. El siguiente disco se reduciría a un único vinilo de 12 canciones, titulado “Rock De Combate”, que efectivamente vendría a definir perfectamente el giro al rock desde el punk que habían experimentado los Clash.

“Combat Rock” es importante, además de por su enorme éxito, porque durante la grabación/promoción del mismo se empezó a resquebrajar de forma definitiva la banda. Primeramente tuvieron lugar las tensiones por parte del líder, cantante y guitarrista Joe Strummer con el batería Topper Headon y más tarde con el segundo de a bordo, el guitarrista Mick Jones. Todo esto cuando el grupo vivía sus momentos más álgidos. Luego hablaremos de ello, ahora pasemos a revisar la música de la obra.

Mucha gente aprecia o valora únicamente los discos más directos y acelerados de The Clash, los que suponen verdaderos íconos del punk, que se concretan en sus 3 primeras obras (principalmente las 2 primeras “The Clash” y “Give' Em Enough Rope”). Sin embargo, a pesar de que a “Combat Rock” se le acuse de flojito y de alejado del punk, el inicio de la obra puede darnos lugar a extraños, ya que abre con un escupitajo punk y una proclama de derechos, concretado en “Know your rights”. Strummer canta con su voz rota, en un alarido quejumbroso y con un sonido bastante rugoso de guitarras. A ratos el sonido de la guitarra es forajido, aunque destacan los acordes en plan latigazo del inicio. En todo caso, es un acierto y una forma intensa de comenzar con la obra. Luego, sin embargo se pasa a una canción menos directa, titulada “Car jamming”, con un enfoque algo contrariado, al disponer de unos coros juveniles escudando a Strummer. Los verdaderos clásicos del disco vienen seguidos en el 3er. y 4º lugar del track list. Primeramente Mick Jones se hace cargo del micrófono para afrontar la chulesca y macarra interpretación de “Should I stay or shoud I go”. Un punk rock con una melodía muy aguerrida y marcada, que termina con unos coros gamberros, que rompen la solemnidad de los primeros compases. El clip, vino a demostrar el poder de los Clash en su directo en estadios. Mi favorita del disco es “Rock the casbah”. Curiosamente el principal compositor de la misma es Topper Headon, que por aquellos tiempos tenía un pie y medio fuera de The Clash, por sus problemas con las drogas, los cuales por lo visto aumentaron al recibir la patada en el culo por parte de Strummer. Esa melodía de tintineo de los teclados y la voz resacosa y ebria de Joe, crean una animada canción, con un ritmo muy contagioso. El clip, con los Clash tocando en el pie de un pozo petrolífero, y con Strummer con una actitud de borracho extremo, soportando la solanera que les está cayendo encima (supongo que se grabaría a las 13.00h o así), es hilarante. Joe Strummer muestra algunos gestos arrodillándose como si estuviera a punto de perder el conocimiento tras haber ingerido una cantidad exagerada de alcohol. Las imágenes del palestino e israelita yéndose de farra con el cadillac descapotable, echan más leña al fuego para terminar de conformar un videoclip sumamente iconoclasta y delirante; se ve que por aquellos días estaban de moda los clips grabados a las horas centrales del día y con unas imágenes de locura total (vean sino el video de “Down under” de Men At Work). “Red angel dragnet” es una pieza curiosa, ya que dispone de una línea rítmica bastante atípica y una parte vocal cercana al discurso más que a otra cosa. El siguiente paso que damos, nos pone frente a “Straight to hell”. Es el sencillo más lento y pausado de la historia de The Clash. Decadencia y abatimiento para una canción que proclama la sentencia que Strummer atisba para su persona: “derechito al infierno”. Dispone de un sonido algo hipnótico y de trance bastante curioso.“Overpowered by funk” no deja de ser una declaración de principios sobre la nueva dirección del grupo desde hacía un tiempo y una contestación pública a la legión punk que seguía al grupo desde sus inicios. Efectivamente es una canción muy rítmica y rimbombante, aunque de maneras algo rudas, y con una ayuda algo histriónica de la electrónica. Ciertamente un cambio respecto a los Clash primerizos. “Atom tan” vuelve a matices punk debido a los coros que escudan a Strummer al inicio; no obstante, el ritmo es lento y poco acelerado. Otro aspecto que nos recuerda al enfoque punk es la duración del corte, apenas 2 minutos, aunque eso sí, aquí no nos hemos encontrado un ritmo endiablado como suele suceder en el punk. “Sean Flynn” es una canción esquelética sonoramente hablando, que se vale de sonidos de saxofón, elementos de viento (como flautines) y que la producción hace que nos lleguen en forma de eco, dándole una envoltura de cierto misterio. “Ghetto defendant” nos muestra una pista nuevamente curiosa, con esa intro de voz grave. Con un carácter derrotista, abunda en la mayor calma que tiene la 2ª parte de la obra, valiéndose ciertos retazos vagos de reggae en la guitarra. “Inoculated city”, nos muestra a unos Clash cantando al unísono; otra canción de sonido amable. La cara b del vinilo de turno, venía a poner de manifiesto como estarán comprobando, una banda muy mansa y poco agresiva. “Inoculated city” vuelve a suponer una canción breve de menos de 3 minutos de duración. El final de la obra que nos proporciona “Death is a star”, es otra pieza que nos descuadra. Con un sonido fuertemente clásico, nos hace frotarnos definitivamente los oídos para terminar de creer que lo que estamos escuchando es la misma banda que grabó “Give’ Em Enough Rope”. Quizás si “Combat Rock” hubiera dispuesto su duración total con canciones del corte de la 1ª parte, hubiera contrariado menos a la gente. Aún así, si se le coge el punto, tampoco está mal ver a esta banda moverse en territorios distintos a los que habían sido los habituales.

“Combat Rock” fue un brutal éxito comercial para The Clash. Les situó en las primeras posiciones de las bandas de rock con mayor aceptación y repercusión a nivel internacional y les permitió realizar una gira arrolladora de presentación, que se desarrolló en los tiempos más convulsos internamente hablando de la banda. Tampoco es que los Clash hubieran hecho gala de un comportamiento educado y protocolario entre ellos a lo largo de su trayectoria; en una entrevista realizada en un suplemento dominical al promotor Gay Mercader, éste aseguraba que cuando los llevó a San Sebastián a finales de los 70, se liaban a mamporros en los camerinos, resultando incluso Mick Jones con un ojo morado.

Entonces, ¿qué había de nuevo? Me refiero a que en aquellos días, Joe Strummer estaba fuera de control y no aguantaba ni a su propia sombra. Cierto es que el batería Topper Headon se estaba pasando de la raya con su actitud, pero el caso es que el líder de la banda no tuvo suficiente con el despido de Headon, y posteriormente se encargaría de su mano derecha Mick Jones. Parece ser que el único que quedaba algo indemne era el bajista Paul Simonon.

Con ello, el último disco, el actualmente desapercibido para la historia de la música “Cut The Crap” de 1985, dispuso únicamente de la formación clásica de Strummer y Simonon. Aún así, dicho trabajo dispone de alguna canción válida como las que abren y cierran el álbum, “Dictator” y “Life is wild” respectivamente. Y ahí terminarían los Clash. Strummer estaría vagando sin rumbo durante un buen período de tiempo hasta que formara Los Mescaleros y también se metiera en el mundillo de la radio.

Finalizando por esta semana, decir, que a pesar de todos los punkis que arremetan contra “Combat Rock” con fuerza, por suponer la confirmación de que The Clash se habían vuelto demasiado inofensivos, no podemos negar que de esta forma este cuarteto hizo más accesible este género que surgió a finales de los 70. Ya tuvieron que sufrir críticas por parte de compañeros de tendencia como los Ramones, que cuando hicieron gira con ellos, les acusaban de ser unos señoritos; quizás el origen de clase medio-alta de Strummer estaba de forma inconsciente en su proceder, a pesar de haber vivido como hippie, okupa o indigente durante los meses previos a formar The Clash.

En todo caso, “Combat Rock” tiene en sus filas ni más ni menos que a “Should I stay or should I go” y a “Rock the casbah”; simplemente por eso se merece un respeto. En la portada del disco, se veía a los componentes del grupo puestos de cuclillas en las vías de tren de un paraje que recuerda a cualquier país de la península de Indochina. Formando cual equipo de fútbol sala, Strummer, que es el que está más atrasado en la imagen, sale con la mano tapando la mitad de su cara, con una expresión que una vez más me hace dudar del estado sobrio de su persona.

Hace unos años que Joe Strummer nos dejó. Por ello, ahora que están tan de moda las reunificaciones, es imposible que The Clash se reúnan al completo. Simonon ha colaborado con Damon Albarn en uno de sus innumerables proyectos al margen de Blur, The Good, The Bad And The Queen. De Topper y de Mick no sé mucho, la verdad; ¿algún seguidor del blog podría completar algo al respecto en su comentario?

Strummer es un personaje con un tremendo carisma dentro del mundo de la música. Adorado por muchos, dicho hecho se puso de manifiesto en el estupendo documental “Joe Strummer: Vida Y Muerte De Un Cantante”, del director cinematográfico del punk Julien Temple (autor como sabrán de “The Filth & The Fury” de los Sex Pistols). En dicho documental, gente como Flea de los Red Hot Chili Peppers o Bono de U2, profesaban su admiración por los Clash y Strummer. Incluso al margen de esto, Wet Wet Wet comenzaron su carrera versionando a The Clash. Joe Strummer, era un borracho (siento tener tan presente el video de “Rock the casbah” al recordar su figura). Eso sí, un borracho de buen corazón.

Como siempre para finalizar por esta semana, hablemos de la radio. Varias cosas. La 1ª y más importante: el pasado miércoles funcionó al fin la emisión on-line de la RUAH y se nos pudo escuchar en directo a las 22.00h. Para quien no pudo estar ahí y desee escuchar el programa, lo tiene disponible en el reproductor ivoox como “DMR 1-5”. Más cosas: ahora, como habrán visto en la promoción de la radio arriba, tendremos redifusión los sábados a las 19.00h; en esa ocasión se podrá volver a escuchar lo que se emitió el miércoles. Y lo último es que debido a que en las primeras 4 semanas falló la emisión en web, desde este próximo miércoles 23 se volverá a empezar la 1ª temporada, con lo que no habrá novedad de audio hasta pasadas 6 semanas; podrán escuchar nuevamente los 5 primeros programas en orden y el (hagamos cuentas) 27 de enero ya será cuando puedan escuchar el siguiente programa nuevo. Pues nada más, que no es poco. Pasen buena semana.
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sábado, 12 de diciembre de 2009

1986 The Human League - Crash

Continuamos esta semana también inmersos en el género del techno pop creado en los años 80 y también seguimos permaneciendo dentro de esa década. Hablaremos por el contrario de una banda que inició su declive en la 2ª mitad de los 80, como les pasó a tantas otras formaciones del movimiento; cosa que sucedió al revés que con Erasure, banda que revisamos la pasada semana, que en aquellos días iniciaban su andadura y disfrutaban de un enorme éxito.

Toca el turno de la revisión de The Human League, la banda liderada por Phil Oakey que allá por 1986 distaba mucho de lo que habían sido en un inicio. Digamos que a finales de los 80, junto a 2 genios de la electrónica británica como Ian Marsh y Martyn Ware, Oakey puso en marcha el proyecto de The Human League. Los 2 primeros discos de la formación “Reproduction” y “Travelogue”, muestran una electrónica fría y deshumanizada, muy heredera de los trabajos realizados por Kraftwerk hasta el momento.

Sus 2 compañeros tardaron poco en desertar. Sería entonces cuando Oakey decidió invitar a 2 camareras como voces acompañantes, Susan Sulley y Joanne Catherall. Ian y Martyn, firmarían acuerdo (como muestra perfectamente la portada de “Penthouse And Pavement”) con el cantante Glenn Gregory, para que la British Electric Foundation se convirtiera en Heaven 17.

A partir del exitoso “Dare”, que se valió principalmente de “Don’t you want me” y “Love action (I believe in love)” para convertirse en uno de los discos más memorables de comienzos de los 80, el grupo pasó a tener un enfoque más comercial, bailable y accesible. “Don’t you want me” es una canción en la que Phil narraba la historia de como conoció a sus nuevas compañeras. El posterior trabajo “Hysteria” de 1984 vino a certificar dicha postura de accesibilidad, pero con un enfoque más rockero (véase “The Lebanon”).

Para la época, The Human League se puede decir que no eran un grupo que se caracterizara por una actividad demasiado prolífica. En unos tiempos en los que lo normal era ir a disco por año (o incluso 2), aquí Oakey y compañía firmaban lps con un intervalo de al menos 2 años. Con todo esto, en 1986 le llegaría el turno al “canto del cisne” del grupo, el lp “Crash”. Este, será el disco que revisaremos hoy y al que también considero adecuado para los días que atravesamos o afrontamos. Se puede afirmar que este álbum sería el último que tuvo un cierto éxito debido a la preciosa balada “Human”.

El disco abre volviendo a los sonidos más electrónicos por parte de la banda tras el enfoque más rockero, por decirlo de alguna manera, que tuvo “Hysteria” de 1984. “Money” es un ejemplo de ello. Con las eternas marcas de sonido del grupo desde “Dare!” con los coros de Catherall y Sulley acompañando a Oakey, sirve un animado y voluntarioso comienzo de disco. “Swang” es un curioso ejercicio que nos incluye elementos raperos en la interpretación vocal de Phil en el inicio de la pista. El estribillo es algo plano, siendo quizás lo que más merezca la pena la parte previa al mismo, en la cual la melodía vocal creada por Phil resulta bastante atractiva. Quizás se hace algo larga. No está mal este par de canciones como inicio, pero se quedan en nada al escuchar la preciosa balada “Human”, que se nos presenta en 3er. lugar. Acompañada de un bonito video, con efectos de agua y un Oakey más tieso que una vela, cantando con el cuello girado a cámara, es el momento romántico por excelencia de The Human League de toda su trayectoria. Aquí Phil es quien salvo en una parte narrada, acapara el protagonismo vocal de la canción y las señoritas Catherall y Sulley solamente aportan ciertos matices sutiles, que adornan a Phil, pero sin resultar cargantes. Se trata de la canción destacada a nivel comercial del disco (nº1 en los Estados Unidos y top 10 en el Reino Unido) y el último gran hit de la historia de la banda. Es una pista con una electrónica suave, elegante, que demuestra que el techno pop puede crear canciones de este tipo sin rechinar sonoramente. A los que no la conocen (y a los que la conocen también), ¿por qué no se dan una vuelta por youtube y echan un vistazo al video? No estarán perdiendo el tiempo. Como suele decirse: “si no quedan satisfechos, les devuelvo su dinero”. Otra canción destacable es “Jam”. Sin embargo, al igual que la mayoría de temas del disco, el estribillo no es su mayor valedor, sino que son las estrofas previas las que tienen mayor interés y un sonido más amable a los oídos.El resto del disco se sigue moviendo en un techno pop muy suave o normalizado con canciones más calmadas como la melancólica “Are you ever coming back?” u otras más animadas como el también single “I need your loving”, que son las 2 siguientes pistas que nos disponen Oakey y compañía. “Party” es uno de los ejemplos de música más sintética de la obra. Personalmente no me disgusta la saltarina “Love on the run”, que prosigue tras “Party”. Es quizás la canción que dispone de un estribillo más pegadizo de todo el álbum, una vez que la has escuchado un par de veces. “The real thing” destaca por los distintos tonos vocales de Oakey, en plan falsete y en plan grave, suponiendo sus propios coros en la apertura de la canción. Luego, lo que es el cuerpo principal de la letra, Phil lo aborda de la forma que suele hacer normalmente al micrófono; no sé, esos falsetes, aderezados con otras voces muy graves, son bastante graciosos. En definitiva, es otra canción muy juguetona, que deja de lado prácticamente totalmente a las chicas (simplemente escudan en la retaguardia a Oakey en un par de frases, de forma casi imperceptible). Otra vez estamos ante un disco con un estupendo cierre. Es el proporcionado por “Love is all that matters”. No me digan por qué, pero la veo como una canción de fuerte sonido navideño, inmejorable para las siguientes semanas. Esa repetición vocal por parte de las chicas, muy presente en el inicio y final de la canción, en la que el acompañamiento lo supone Phil, es muy emocionante. Hasta la intro instrumental de un minuto, que empieza de forma muy intrigante e íntima, me parece sublime en el apartado estrictamente musical. La entonación y el ritmo vocal de la canción también es con total seguridad de lo más granado que nos ofrece “Crash”. Inmejorable forma de cerrar el disco, yo creo que con mucha intención.

The Human League reduciría a partir de aquí más si cabe su actividad. Si entre “Dare!” e “Hysteria” hubo 3 años de por medio, entre “Crash” y “Romantic?” transcurrieron 4, y posteriormente entre “Romantic?” y “Octopus” pasarían 5. De “Crash”, a nivel generalista, destacar el éxito individual de “Human”; ahora bien, no creo que su nivel de éxito alcanzara al de “Don't you want me”, el cual le reportó a Phil Oakey un incentivo por parte de Virgin, a cuyo mando estaba el visionario Richard Branson, en forma de motocicleta de última generación.

En los años venideros, canciones como “Tell me when” de “Octopus” o “Heart like a wheel” de “Romantic?”, supondrían éxitos menores para el grupo, más bien a nivel británico que internacional o incluso continental. Por ello, afirmo que “Crash” es el último momento memorable de The Human League, ya que a partir de entonces, muchos darían por muerta a la banda y pocos se enterarían de los lanzamientos posteriores al disco hoy revisado. Como muestra un botón: algunos alucinaron cuando hace un par de años fueron anunciados The Human League como parte del cartel del FIB.

Incluso podríamos afirmar que “Love is all that matters”, como cierre de la discografía (además de disco) del grupo, sería un bonito final. La portada de “Crash” incluye una fotografía algo deslumbrada y ligeramente desenfocada de Phil, Susan y Joanne. Hace casi un año se encontraba el disco por 4,95 eur. en las rebajas de enero de unos grandes almacenes. No es difícil de adquirir y suele estar a precio amigo.

Vale, seguro que luego veré alguno de sus comentarios diciendo cosas como “Dare! es mucho mejor disco” o “Me quedo con “Don’t you want me”…” etc... Eso es más que evidente. Incluso “Hysteria” puede estar mejor en conjunto que la obra propuesta, pero bueno, ya saben que uno es un romántico en el sentido melancólico de la acepción y tengo debilidad por los discos que suponen el ocaso de las bandas.

“Crash” tiene algo especial. Es de fácil escucha, para nada se trata de una obra de música de sintetizador extrema y petardera. Es un pop electrónico suave y muy llevadero. Les hago la sugerencia de que lo consigan de la forma que ustedes estimen conveniente y lo incluyan en la lista de reproducción de su mp3, mp4 o lo que sea para las próximas semanas. Creo que es bastante adecuado para estas fechas como he dicho al inicio. Que ustedes lo disfruten… si quieren.

Apartado de radio: la emisión on-line sigue sin funcionar. Por algún extraño motivo que desconozco, la misma funciona en los días previos (lunes, martes), pero llega el miércoles y no tira. ¿¿?? En todo caso ahí tienen en la lista de reproducción el archivo “DMR 1-4” con el programa sobre Depeche Mode y su obra “Black Celebration”. Este próximo miércoles 16, día de mi cumpleaños, espero que como regalo se escuche al fin el programa en la web de RUAH en directo. Llega el turno de Spandau Ballet y su disco “Through The Barricades”, que revisamos unas semanas atrás. Si no funciona la cosa, ya saben que al día siguiente tendrán ahí el archivo disponible.
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sábado, 5 de diciembre de 2009

1988 Erasure - The Innocents

Vuelta al género del techno pop y a los años 80, para dar la bienvenida a una de las bandas con mayor éxito dentro de este movimiento a nivel británico, y sin embargo, un calado bastante menor a nivel mundial e incluso europeo. Igualmente, se trata de una de las bandas surgidas a partir de mediados de la década de los 80, en lugar de formarse a principios de la misma. Los invitados esta semana al blog son el dúo formado por el cantante Andy Bell y el teclista Vince Clarke, que integran el grupo Erasure.

Clarke había formado parte de los primeros Depeche Mode, y yendo más lejos, fue el líder de la banda y principal compositor en los tiempos de su disco de debut “Speak & Spell” de 1981. Para los entendidos en la materia, será un coñazo explicar el motivo por el que Vince abandonó la formación de Basildon, con lo que simplemente mencionaré la causa que se considera como principal de dicha partida. Por lo visto no fue otra que Vince se vio superado por las expectativas de éxito del grupo y le dio pánico el continuar allí. Sus ex-compañeros en Depeche Mode, siempre han ironizado al respecto, y razón no les falta al ver el éxito también cosechado por Clarke en Yazoo junto a Alison Moyet y posteriormente en la banda que hoy revisamos.

Efectivamente, antes de unirse a Andy Bell para fundar Erasure, Vince tuvo una trayectoria suficientemente exitosa en Yazoo. No obstante, este pequeño genio de la electrónica, en aquellos tiempos se encontraba inquieto y quiso iniciar un 3er. proyecto más, que a la larga se confirmaría en su verdadera casa y su formación más longeva, manteniéndose hasta la actualidad.

En los primeros pasos de la formación, destacan canciones que fueron grandes éxitos de techno pop tardío, como “Sometimes” o “Oh l’amour”. El disco de 1986 titulado “The Circus”, fue una obra muy valorada en su conjunto, con lo que el dúo se afianzó rápidamente como una de las bandas más solventes y respetadas en aquellos días.

Como ya he dicho, Erasure extiende su historia durante casi 25 años hasta la actualidad, con lo que han tenido tiempo de conformar una extensa discografía con numerosos trabajos de estudio, entre los que se incluyen también discos de versiones. Aún así, creo que el trabajo en conjunto más válido, es su obra de 1988 titulada “The Innocents”. Erasure han seguido editando discos que contienen grandísimas canciones; sin ir más lejos, su último lp “Light At The End Of The World”, nos regalaba un single potente de la talla de “I could fall in love with you”. Igualmente su “Loveboat” de 2000, fue promocionado con su buque insignia (nunca mejor dicho, debido al nombre del disco) “Freedom”, una excelencia de pista.

Se puede concluir que Erasure en cada disco incluye un bombazo, que suele ser acertadamente reconocido como single de adelanto de la obra; es decir, los recopilatorios de Erasure son de lo más granado que se puede conseguir. Con ello, “The Innocents” no es una excepción, ya que “A little respect” fue la canción que cargó con la responsabilidad de promocionar la obra. Este tema será a la larga una de las canciones más recordadas de todos los tiempos del dúo y también una de las que han sido versionadas más veces.

Con todo esto, “The Innocents” va mucho más allá del mencionado single, y no es que el resto de obras del grupo no lo hagan, sino que el disco de 1988 es el que mayor calidad tiene en el conjunto de canciones que lo integran. Sobre todo, debido al decaimiento del movimiento en aquellos días, salvo excepciones como Pet Shop Boys o Depeche Mode (a coste de reinventarse en parte), que “The Innocents” tuviera tanto éxito, es algo que hay que destacar.

El disco abre de la mano de su canción más reconocida y quizás uno de los mayores éxitos de Erasure de toda su historia: “A little respect”. Los sintetizadores, apoyados en ciertos acordes o efectos de guitarra acústica, crean una melodía pop preciosa. La contenida melancolía con la que Bell nos deleita al micrófono, ayuda inestimablemente a conformar una estupenda canción y en todo caso una gloria techno pop de finales de los 80. Andy nos pide “un poquito de respecto” mientras que asegura cosas como “estoy tan enamorado de ti, que siempre estaré triste de que no me das una razón por la que me lo pones tan difícil…”. Dispuso de un alegre y divertido clip con el dúo haciendo un poco el chorra, con alguna referencia a los juegos olímpicos de Seúl de aquel año. No se puede negar que “The Innocents” empiece de forma fuerte, ya que a continuación se presenta otra de sus joyas, y en este caso también uno de sus acertados singles. “Ship of fools” nos muestra al Andy Bell de registro más grave, para dar forma a una canción que vagamente me recuerda a los Depeche Mode que dejó Vince Clarke abandonados y grabaron aquel nocturno “A Broken Frame”. Se sigue abordando la melancolía y la tristeza, lo cual se ve en frases como “¿por qué el amor es tan especial, pero tan duro a la par?”. Otra de mis canciones favoritas de Erasure de toda su historia. Una gloria de canción que viene a demostrar que Erasure, si quieren, pueden sonar serios, solemnes y muy profundos. Chapeau. “Phantom bride” tiene como principal problema el estar anexada a estas 2 obras monumentales, ya que es una canción, que aun siendo muy azucarada, es bastante apañada. Me recuerda vagamente a la criticada generalmente “Heavenly action” de “Wonderland”, una canción que sin embargo a mi me chifla. Tras este inciso tan válido como el que nos ha supuesto “Phantom bride”, se da paso a otro de los sencillos extraídos de la obra. La alocada y festiva “Chains of love” puede recordar en parte a aquel excelente “Be near me” de los ABC de Martin Fry de su época más pasada de vueltas, la del disco “How To Be A… Zillionaire!”. No obstante, esta pieza de Erasure, tiene un enfoque más techno pop que el que nos regalaron los ABC, que buscaba un sonido más clásico. Saltarina, alegre hasta decir basta y muy, pero que muy pegadiza. Dispone de un estribillo que se te marca a fuego tras 2 simples escuchas. Erasure, siguen demostrando que estaban en estado de gracia por aquellos días. “Hallowed ground” cambia algo de registro, dando lugar a una canción con una estructura menos evidente, y con un sonido, que aunque se apoya en una clara base sintética, muestra otros detalles que le dan una envoltura más seria. Otro buen tema, que hace que de momento no tengamos queja de la obra. Ahora bien, “Sixty-five thousand” es un intermedio instrumental, que no aporta gran cosa, y que intenta moverse por los sonidos electrónicos de aquellos días. Bastante impersonal y alejada del carácter del disco.“Heart of stone” nos devuelve el acompañamiento vocal de Andy, haciendo gala de ciertos gorgoritos de esos tan habituales en él. Una canción bastante normalita, y que sin ser un error, sí que se muestra inferior en nivel a las canciones de la primera parte del disco. “Yahoo!”, tiene especialmente gracia (aparte de su nombre de buscador de internet), en el estribillo con ese “Higher” repetido hasta la saciedad. Vuelve a acercarse a los niveles de calidad de las primeras canciones de la obra. “Imagination” dispone de una base muy marcada de sintetizador analógico, que se adueña de la melodía principal de la canción. Nos recuerdan fácilmente a los Erasure de los primeros días, de aquel lp de debut titulado “Wonderland”. “Witch in the ditch” es una de las canciones más manieristas de la obra, demostrado en lo barroco de su melodía y la oscilación que tiene y que tan bien lleva Andy a la voz. También es otra de las composiciones con un sonido más endulzado del álbum. Llegamos al final formal de la obra, que lo supone “Weight of the world”, que es una de las canciones más normalizadas en su sonido, y menos recargadas sintéticamente del álbum. Aporta un final bastante medido y muy aceptable. No obstante, en la remasterización que existía como última edición de la obra hasta hace unos días, se incluían 2 propinas muy buenas. Destacaré principalmente “When I needed you (melancholic remix)”. Me dirán ustedes que es otro tema pastelero (quizás más acusado que ninguno) sin mayor gracia. Pues, ¿qué quieren que les diga? Me parece que la melodía que tiene es muy agradable y nos muestra al Andy más sentido de toda la obra, quizás junto a “Ship of fools”. El estribillo, cantado por Andy apoyado en coros, es estupendo. Un tema electroacústico, sí, muy ñoño, pero igualmente válido. Andy se pregunta en el estribillo “¿dónde, dónde, dónde estabas tú cuando te necesitaba más, cuando necesitaba un amigo?”. La otra propina, la supone “River deep, mountain high (Private dance mix)”, que también es acertada, aunque es radicalmente distinta a la otra que la acompaña como tema extra.

Es reiterar lo expuesto en lo que llevamos de artículo, pero en efecto “The Innocents” supuso un triunfo para Andy Bell y Vince Clarke. Debido a esta obra, el grupo se estableció fuertemente en el panorama musical británico y también se ganó mucha relevancia en la zona central europea, donde es tan apreciada la música electrónica.

La portada, de cierta reminiscencia bíblica (al igual que su título y el relato de Los Inocentes), se compone de un dibujo que representa una vidriera encuadrada sobre un predominante fondo blanco. Erasure a ratos pueden resultar demasiado pastelosos; Vince en este proyecto evolucionó de su pop inofensivo, alegre y juguetón, a un sonido más azucarado, apoyado en gran parte en el registro vocal de Bell.

No obstante, en esta obra, también hay lugar para piezas de sonido más oscuro como “Ship of fools”, como he dicho, una de mis favoritas de la banda de todos los tiempos. Quizás es su disco más valorado junto a “I Say, I Say, I Say”, que se escuda principalmente en aquella estupenda balada titulada “Always”. En aquellos días, estaba por lo visto de moda titular así las canciones; si no, pregúntenles a los Bon Jovi.

Tras “The Innocents”, Erasure vivirían sus momentos de mayor éxito debido a obras posteriores como “Chorus” y también a ese ep de versiones de Abba, con aquella versión de videoclip hilarante de “Take a chance on me”. Durante los primeros 90, canciones como la mencionada revisión de la banda sueca y otras como “Love to hate you”, pusieron a Erasure en el plano principal del techno pop junto a Pet Shop Boys, con los que mantienen muchas cosas en común, más allá de que sean un dúo de techno pop. El relajamiento en aquellos días de Depeche Mode, que tardó 3 años en sacar un disco desde “Violator” y posteriormente el carácter rockero de “Songs Of Faith And Devotion”, hicieron que Erasure camparán más a sus anchas por el panorama de la música electrónica de aquellos días.

Sería hasta los días de “Always” y “I Say...”, cuando Erasure disfrutó de sus mejores días. En aquellos tiempos también sacarían su exitoso recopilatorio “Pop! The First 20 Hits”, que además fue la obra con la que accedí al grupo allá por octubre de 2001, días en los que incluso en aquella joya de tienda en la que se encontraban tantas rarezas como era Madrid Rock, también era difícil dar con algo del grupo. Curiosamente, este artículo publicado esta semana, puede resultar algo oportunista, ya que se ha producido la remasterización y edición de lujo del disco que analizamos; todo ello (me crean, o no), sin que yo tuviera repajolera idea de ello hasta que entré en la página oficial del grupo, para ver si había novedades sobre su actual actividad.

“Cowboy” de 1997 no es que fuera tan celebrado y pasó algo más de puntillas, debido a que en esos días la música electrónica había dado ya un salto sustancial con la aparición de tendencias más endurecidas, que hacían ver a Erasure como un anacronismo más que otra cosa. No obstante, el reafirmarse en sus formas, es lo que concedería a Erasure su estatus de banda de culto dentro del género (sobre todo en nuestro país), ya que “Loveboat” no supuso una adaptación a las nuevas corrientes (las cuales no pegan con el timbre de voz de Andy). Eso no impidió que el grupo triunfara con estupendas canciones como la gloriosa “Freedom”.

No obstante, no divagaré más sobre el grupo, ni seguiré analizando por hoy más a fondo toda su trayectoria, ya que serán susceptibles de volver aparecer en un futuro por el blog con cualquiera de sus otros discos de estudio. Hoy simplemente nos iniciamos en este grupo, que para muchos de ustedes serán desconocidos por ese hecho de que en nuestro país no hayan recibido tanta atención. Únicamente, aquellos que aprecien a Depeche Mode y hayan indagado en qué es lo que hizo su primer líder Vince Clarke, sabrán algo de esta formación. En todo caso, “The Innocents” es desde mi punto de vista su mejor obra, y la forma más amable de iniciar un vínculo musical con ellos. Espero que se animen.

Ya disponen desde el jueves del podcast de nuestro 3er. programa de radio en RUAH. Figura en el reproductor de ivoox como “DMR 1-3”. Ahí podrán escuchar como ya les dije el programa en el que analizamos el disco “Face Value” de Phil Collins. Nuevamente la emisión on-line no funcionó a la hora de emisión del programa el miércoles a las 22.00h; les rogaría que no decaigan en su ánimo y lo sigan intentando semana tras semana, pues algún día funcionará (se sigue trabajando en subsanar errores). Si la cosa funciona (como diría Woody Allen o Larry David), este próximo miércoles podrán escuchar el programa que dedicaremos a Depeche Mode y su disco “Black Celebration”, que ya revisamos en los inicios del blog. Si no, el jueves tendrán aquí disponible el archivo para que lo escuchen, siempre y cuando lo deseen y, muy importante, si el servidor de ivoox se porta bien con nosotros.
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