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sábado, 30 de octubre de 2010

Concierto Casiotone For The Painfully Alone. Madrid (23-10-2010)

Hacía mucho tiempo que esperaba poder ver al genial Owen Ashworth al frente de su proyecto Casiotone For The Painfully Alone en vivo. Ya en la revisión de su imprescindible obra “Etiquette” de 2006 les comenté parte de mi interacción personal con Owen y su proyecto. Para no repetirme, que no es el objetivo de este artículo, les resumo que justo 2 semanas antes de descubrir a Casiotone For The Painfully Alone, allá por noviembre de 2006, Owen Ashworth había realizado un concierto en la Sala Galileo o Sala Neu!

Han tenido que pasar 4 años para que la alegría y tristeza se fusionen en un mismo hecho. Si hace unas semanas les hablaba del cierto tono amargo supuesto que me suponía quizás el concierto de Supertramp, en lo referido a que quizás fuera la última vez que les viera en activo (cosa que no se sabe y que solamente es una suposición o conjetura, debido a la edad de Davies, Helliwell y cia.), aquí sí que tenía ya la certeza de que era “el último tren” al que me podía subir para ver a Casiotone For The Painfully Alone en directo. Owen anunció unos meses atrás que justo al cumplirse 13 años de su proyecto musical (el 5 de diciembre de 2010), daría por finiquitado su periodo de actividad, centrándose en nuevos proyectos musicales.

Todo invitaba a ello, añadido al hecho de ser la última gira de Owen como Casiotone For The Painfully Alone: concierto celebrado en sábado y precio amigo de las entradas, tan solo 16 euros. Tan pronto me enteré, gracias al portal de post de blogs de Paperblog, en el que “Discos, música y reflexiones” colabora, no tardé mucho en hacerme con mi ticket. Llegó el día del concierto, casi de puntillas y con poco tiempo para asimilar y terminar de interiorizar los 2 primeros discos de Owen y su última entrega, que eran los trabajos que menos asimilados tenía de Casiotone For The Painfully Alone. Con “Twinkle Echo” y “Etiquette” no había problema. El motivo de no disponer de tiempo, estribó en que se cruzaron por delante los conciertos de Brandon Flowers y Loquillo, y también a posteriori llegarán Interpol y Arcade Fire, con sus consecuentes recuperaciones de sus discografías, y uno no da para más. Llegué puntualmente a la sala Moby Dick a las 21h, que era la hora a la que se avisaba en la entrada que se abrirían las puertas. Había estado en una ocasión en dicho recinto, pero no en plan de concierto, sino en una trasnochada juerga de jueves con algunos compañeros de trabajo hacía 4 años y medio atrás.Fui de los primeros en acceder, y me dispuse en primera fila del escenario completamente a la derecha según miras al mismo. Es curioso que los asistentes se colocaran como mucho en 4ª fila, dejando libre el hueco que mediaba entre esa distancia y el escenario para ver a los teloneros. Y esto es algo que no me esperaba: que hubiera teloneros. El caso es que en el ticket no se ponía nada al respecto, pero tras entrar y ver que había 3 micrófonos dispuestos al frente y la mesa con los sintetizadores, samplers y programadores de Owen arrinconada al fondo del escenario, me hacía pensar que sí los habría.Y así fue. A las 21.30h aproximadamente, saltaron a escena un trío masculino compuesto por guitarra acústica, guitarra eléctrica y bajo. También había una estructura de percusión o proyecto de batería con un platillo y 2 tambores en la retaguardia. Se presentaron como The Secret Society y animaron la sala durante una media hora aproximadamente con un total de 8 canciones de su repertorio. Actitud indie, con cara de palo y extrema seriedad (marca de la casa en grupos indie), pero en el plano musical sonaron a ratos muy interesantes, presentando piezas de lo que será su siguiente álbum, de las cuales me llamó especialmente la atención la rítmica “La casa junto al mar”. Como cierre dispusieron una intensa versión de una pieza del malogrado Vic Chesnutt, que basó su intensidad en el aspecto de que el vocalista y guitarra acústica, se encargó de dar uso a la estructura de percusión situada a sus espaldas, con tanta energía que hasta alguna astilla de las baquetas llegaron a mis pies. Otras curiosidades dentro de la actuación previa de The Secret Society, fueron las interacciones del grupo con el público, que en gran parte ya era el que estaría para Casiotone For The Painfully Alone. Por ejemplo, nos advirtieron que su batería estaba de gira con otra banda que por lo visto tiene y también dijeron que Owen es en sí un tío muy majo, pero le reprocharon que ni en Barcelona ni esa noche les estuviera viendo; al respecto hicieron alguna broma con los asistentes, entre los cuáles había más de algún clon razonable del amigo Owen Ashworth. Luego les comento más de ello. En una pieza el grupo invitó a otro músico que había en la sala para tocar una de las canciones del repertorio, y ese fue el primer momento en el que el cantante se ensañó brutalmente con el platillo y los tambores. En resumidas cuentas, The Secret Society fue una banda a la medida de la noche, tanto por el carácter sombrío y a la par contundente de sus piezas, como por el local en el que se desarrollaba la velada; quizás que una canción que se titule “La casa junto al mar” y la gorra que llevaba el guitarra eléctrica, que no sé por qué me evocaba cierto aire marino, quedaban muy acorde en un local tan marítimo u oceánico como es la sala Moby Dick. Las 2 fotos de arriba muestran a The Secret Society en acción como trío y también como cuarteto en un momento puntual.Tras el aperitivo de turno, llegaba la hora de que Casiotone For The Painfully Alone saltara al escenario. Llegó por lo visto desde la entrada principal, ya que le vi acceder desde atrás, para entrar unos pocos minutos a los camerinos y luego acceder al escenario, que en tiempo record se quedó en una estructura minimalista tras quitar los amplificadores, cableado y estructura que requirieron The Secret Society, para dejar solamente presente la mesa en la que Owen dispone toda la parafernalia electrónica de Casiotone For The Painfully Alone. Un poco antes de las 22.30h daría comienzo el show. A destacar la tenue iluminación de la sala, que si cabe hizo más íntimo el espectáculo.No obstante, la poca iluminación no nos evitó llevarnos una cierta sorpresa al ver a un Owen Ashworth perfectamente afeitado, muy alejado de la imagen que tenemos de él con una poblada y espesa barba siempre al frente de su proyecto. ¿Será éste el primer detalle con el que Owen va poco a poco dejando de lado su vida como Casiotone For The Painfully Alone? En todo caso, sea lo que sea, a mi me pareció toda una indirecta declaración de intenciones. Casiotone For The Painfully Alone dispuso un comienzo suave y poco comercial, y eso ya es decir mucho dentro de un proyecto tan peculiar como es el de Owen. Me refiero a que durante los primeros 20 minutos de concierto, Casiotone For The Painfully Alone no ofreció ninguna pieza de “Etiquette”, centrándose principalmente en sus 2 últimas entregas, que a día de hoy no tengo muy controladas como son “Advance Base Battery Life” y “Vs. Children”, ambos de 2009. Entre las mismas, pude identificar quizás mi favorita de “Vs. Children” que no es otra que “Man o’war”. Aparte de esta pieza, he de reconocer que durante las 6 primeras canciones anduve bastante perdido.Fue tirando hacía la mitad del concierto cuando Owen pisó el acelerador y el ritmo no paró hasta que el evento finalizó. Desde que sonó “I love Creedence” hasta el final del concierto, Casiotone For The Painfully Alone fue encadenando gran canción tras gran canción, incluyendo ciertos momentos realmente sorprendente, a la par que muy agradables. El comienzo del núcleo duro del show vino de la mano de la citada “I love Creedence”, que sin embargo sonó mucho más melancólica debido a ciertas notas de teclado o programaciones que Owen introdujo para la ocasión. En realidad, esta modificación hizo que el sonido de la pieza estuviera más acorde con la letra de la misma, restándole ese cierto aire irónico que tiene su versión original de estudio.“Etiquette” cayó casi al completo. Posteriormente se presentó casi sin compás de espera “Cold white Christmas” y “Scattered pearls”. Esta última canción, es quizás de los mejores momentos de “Etiquette” y una de las grandes composiciones de Casiotone For The Painfully Alone de toda su trayectoria. Cierto que en estudio es Jenn Herbinson quien canta de forma muy apropiada la historia de la chica que se lleva un sofoco al ver cómo se ha cargado el collar de su abuela en la discoteca. No obstante, ya había escuchado varias versiones en directo de Owen y hay que reconocer que lo hizo bastante bien. Fue de los momentos que más disfruté y bailé de la noche. No faltaron a la cita tampoco “Bobby Malone moves home”, abundando en el sector más grave y maldito de Casiotone For The Painfully Alone y “Nashville parthenon”, que fue cantada por Owen de forma muy sentida, y en la que en el plano instrumental sustituyó los cálidos sonidos, que se asemejaban a ciertas cuerdas de “Cabron” de Red Hot Chili Peppers, por unas distorsiones electrónicas abigarradas, que sumaron al componente experimental del repertorio.Pasaré a mencionarles los momentos más destacables, como siempre desde mi óptica personal. Quizás uno de mis momentos favoritos fue cuando llegó “Young shields”, para mi gusto la mejor canción de “Etiquette”. Desde una intro de sonidos que ya me hacían intuir que llegaba su turno en el setlist, hasta el desarrollo íntegro de la misma, la intensidad del sonido y el entrelazado de sintetizadores, samplers y programaciones de esta pieza terminaron por concederme el punto más álgido personalmente de la velada. No en vano, esta canción fue la que en su día me abrió los ojos al escuchar “Etiquette”. Encadenada a este trallazo sonó una de las sorpresas agradables de la noche. Llegaba la hora de que hiciera acto de presencia la minimalista, depresiva (líricamente hablando) y desgarradora “Tonight was a disaster”, que es una de las joyas ocultas que se alojan en el 2º disco de Casiotone For The Painfully Alone “Pocket Symphonies For Lonesome Subway Cars”. No hay que dejar de lado que Owen se marcó una aceptable cover de “Streets of Philadelphia” del “Boss” Springsteen y como tal la introdujo, simplemente diciendo “esta es una canción de Springsteen”. Sonó excelente y moderadamente bien ajustada al registro vocal de Owen. Los samplers y sintetizadores que Owen ha introducido en ciertas partes, le dan un carácter solemne a esta canción, sin necesidad de haber hecho un escarnio de ella, como muchos pueden imaginar a priori.Y encadenando los momentos cumbre del show con los bises, decir que Owen salió a escena una vez más tras abandonar en primer término el escenario para completar una hora y 10 minutos de repertorio con 3 temas de propina que metió en los bises. En el añadido sonó en primer lugar “Optimist vs. the silent alarm (when the saints go marching down)”, pero destaco sobremanera que “Toby, take a bow” se situara en esos compases finales del espectáculo, regalándome otro momento impagable asociado a la interpretación en directo de uno de los temas que más admiro de toda la discografía de Casiotone For The Painfully Alone. Los teclados y el sonido delicado e íntimo que ofrece esta pieza, hicieron de la Moby Dick el salón de una casa en la que Owen parecía estar tocando rodeado de un buen grupo de amigos.En tanto al público asistente, decir que Owen consiguió completar de forma meritoria aproximadamente unas tres cuartas partes de la sala Moby Dick, con un aforo en tanto al 75-80% de la capacidad máxima, lo cual, teniendo en cuenta lo poco popular y mainstream de la propuesta musical de Casiotone For The Painfully Alone no está nada mal. El público se notaba que era una audiencia fiel a Owen y en las ovaciones que dedicamos a Ashworth tras cada una de las canciones se notó a partes iguales el cariño que se le tiene a este músico y también el hecho de que estábamos ante una despedida. No se puede decir que los asistentes trataran mal a Casiotone For The Painfully Alone, sino más bien todo lo contrario. Como curiosidad, mencionar que había mucho chico con gafas, barba y algo de sobrepeso en la sala, llegando a contar al menos a 5 o 6 réplicas razonables de mr. Ashworth; el colmo fue cuando Owen apareció en escena perfectamente afeitado, lo cual le quitaba algún kilo de encima en lo que a aspecto se refiere. Por cierto, y aunque suena a coña que yo lo diga, pero Owen es bastante alto y tiene una gran envergadura.Owen por su parte estuvo bastante serio, como es habitual en él. En los primeros compases del concierto llamó 2 veces la atención al personal de la sala, quejándose de ciertos problemas de sonido y de monitorización, siendo bastante tajante al 2º aviso al decir “es la última vez que lo digo…”. En el apartado de interacción con el público, aparte de alguna tímida introducción de algún tema, como de alguna que dijo “este tema trata sobre un problema” o la ya mencionada intro de “Streets of Philadelphia”, Owen simplemente se dirigió a nosotros con varios “Thanks” a secas y algún “Thanks for coming”. Antaño, al menos en la gira de “Etiquette”, añadía al “Thanks” un “a lot” que en esta ocasión no salió de su boca. También hubo un momento en el que preguntó al viento si habíamos estado en el partido de fútbol que se celebraba un par de calles más abajo (supongo que vio el ambiente que se vivía por la zona esa tarde) y también tuvo un momento de viaje al pasado, haciendo memoria y recordando que había estado en Madrid 4 años atrás en aquel concierto de la Sala Neu!Al final del concierto, estuve divagando durante unos minutos, meditando si quedarme a ver si podía departir algo con Owen. Tras estar 10 minutos en la sala, mientras dj Algora amenizaba el resto de la noche y completaba el cartel de la Moby Dick del sábado, decidí marcharme. Por fortuna, tuve la ocasión de reencontrarme con aquel ex-compañero de trabajo que me introdujo en Casiotone For The Painfully Alone. Por motivos que no vienen a qué explicar, de forma repentina aquel compañero dejó el trabajo y perdí el contacto. Tenía la certeza casi al 100% de que le vería en la sala y tras creer localizarle, no estando muy seguro e invadiéndome una estúpida timidez a la hora de acercarme y preguntar si era él, fue él quién tomó la iniciativa y se dirigió a mí. Junto a un amigo suyo, enfilamos la salida de la Moby Dick y dejamos el recinto atrás, viendo muy cuesta arriba poder acercarme a Owen. Pensé esto debido a la timidez que creo que emana de Owen y, aunque alguna vez me escribí con él, en los últimos e-mails que le escribí no obtuve ninguna respuesta cuando le dije que acudiría al concierto.Llegando al final de la presente crónica, he de decir que quedé muy satisfecho del concierto en la sala Moby Dick. Todo fue estupendo: el que no hubiera seguratas impertinentes (más preocupados de las pobres fotos que hacen los asistentes que de la propia seguridad del recinto), la buena actuación de The Secret Society como más que aceptables teloneros, el lugar en sí (no sé, pero me gustó vivir el concierto en la sala Moby Dick, y eso que iba con ciertas dudas o reservas preconcebidas de forma errónea) y sobre todo poder ver a Casiotone For The Painfully Alone en lo que fue su última actuación en Madrid. Owen Ashworth ha llegado al fin de una era. Casiotone For The Painfully Alone será historia del mundo indie de la música moderna a fecha de 5 de diciembre del presente año. En los 4 años que llevo conociendo a Owen, y que curiosamente fue por estas fechas prácticamente, he disfrutado mucho de su música y del halo tan especial que destilan sus composiciones. Que haya seleccionado Madrid como uno de los lugares donde ha recalado su gira de despedida es un detalle que le agradezco; no sé si en parte fue propiciado porque le machaqué mucho el asunto cuando alguna vez intercambié algún correo electrónico con él (y más aún cuando hacía poco que había pasado por la capital).
En todo caso, desde “Discos, música y reflexiones” deseamos toda la suerte del mundo a Owen Ashworth en proyectos venideros. Con que sean la mitad de interesantes que Casiotone For The Painfully Alone valdrán la pena. Ha sido un placer disponer de su música durante estos 13 años, aunque personalmente solamente la lleve conociendo 4 años. Como reza el título del programa de José Luis Casado en La Otra de Telemadrid, “nos queda la música” y aunque Casiotone For The Painfully Alone llegue a su fin, lo que es cierto es que los 5 discos de estudio de Owen seguirán ahí por los siglos de los siglos. Amén.
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Lady Gaga - The Fame Monster (2009)

Alguno o alguna probablemente se esté rasgando las vestiduras o estará borrando “Discos, música y reflexiones” como blog al que sigue, quitándolo de su google reader o de su lista de links favoritos, al ver sobre quién vamos a hablar esta semana. Muchas veces se lo he dicho, y si es preciso me repito: aunque tengo claro cuál es el tipo de música que me gusta principalmente, estoy abierto a muchos estilos o artistas y, sobre todo, me sacudo rápidamente los prejuicios. ¿No se han percatado que en este blog conviven artículos sobre grupos tan dispares como Faith No More y Nena Daconte o Amistades Peligrosas y Marillion? Pues, ¿de qué se extrañan a estas alturas de la película?

Y quizás, si además les sumo la afirmación de que el que se puede considerar 2º trabajo discográfico, “The Fame Monster”, de Stefani Joanne Angelina Germanotta (Lady Gaga para los amigos), es uno de los mejores discos que he escuchado en lo que va de año, es probable que el ratón de más de alguno se haya dirigido a la esquina superior derecha del navegador de turno que utilice. Pero es que así lo creo, y de aquí parte la idea que quiero transmitirles esta semana.

Con Lady Gaga los prejuicios o las ideas preconcebidas van por delante. De acuerdo, estamos ante uno de los fenómenos musicales más estrafalarios y controvertidos desde el punto de vista estético surgido en los últimos tiempos, al que se le suman afirmaciones y sentencias por parte de la protagonista que no dejan indiferente a nadie. Escandaliza, que algo queda, ¿no? No obstante, aquí no nos centramos en los aspectos que rodean al grupo o cantante que nos ocupe, aunque sí que lo comentemos de forma ineludible. Ya lo saben, lo que nos importa es la música.

Todos sabemos que Lady Gaga es el último tsunami mainstream del mundo de la música y que gracias a “Just dance” y sobre todo a “Poker face” y “Bad romance”, ha puesto patas arribas el mundo entero; todo ello sumado a lo controvertido de la envoltura que tiene Lady Gaga, tanto en su actitud, como en su forma de vestir.

He de reconocer que no sé por qué motivo en su día me hice con “The Fame”, debut de Lady Gaga, disco que más allá de sus singles aún no he escuchado, teniéndolo a día de hoy perdido por ahí. “¡Toma ya!”, dirán ustedes. Sin embargo, aún sin haber escuchado su debut, a mediados del presente año, un poco antes del verano, descubrí el tema perteneciente a su 2º álbum “Bad romance”, en un concurso de Singstar que se celebra de cuando en cuando en un conocido restaurante musical de la capital. La canción me pareció muy pegadiza y me supuso lo justo para hacerme con el 2º disco de la artista, que es en realidad un mini-lp de 8 temas (fíjense que el miércoles hablábamos de este formato de ítem discográfico con Javier Ojeda de Danza Invisible en nuestro programa) que además en su título solamente añade el término “Monster” al ya existente “The Fame”.

Y aquí la casualidad, bendita casualidad, hace acto de presencia, ya que “The Fame Monster” tenía todas las papeletas para verse acumulado en el montón de discos pendientes de escucha, quedando traspapelado indefinidamente, como le ha pasado a su predecesor “The Fame”, el cuál conseguí movido principalmente por “Poker face” y “Just dance”. Pues eso, que por casualidad hace cosa de 4 semanas me dio por escucharlo, casi de forma accidental. ¡Madre mía! No sabía lo que me estaba perdiendo. “The Fame Monster” es un brutal disco de dance, con un techno pop estupendo y que además muestra a una más que aceptable cantante, que crea unas melodías con un sorprendente gancho emocional en cada una de las pistas. Analicemos pues estos 8 temas que Lady Gaga ha sacado para continuar la estela de “The Fame”; no en vano, “The Fame Monster” está comúnmente editado como un doble cd, cuyo 2º disco que incluye el paquete es el propio “The Fame”.

Empezar con un bombazo pop y dance como “Bad romance”, es poner de inicio toda la carne en el asador y más aún si se dispone en 2º término “Alejandro”, también rutilante single de la obra que nos ocupa. Es un poco la concepción de orden de track list de comienzo arrollador, que ya me comentó Alberto Comesaña en su día en nuestro programa de radio, con motivo de hablar del álbum “La Profecía” de Amistades Peligrosas. Esa electrónica tan consistente y pretenciosa, con Gaga moviéndose en sus registros vocales más graves y contundentes y los primeros compases tan álgidos, con esos coros y juegos vocales de Lady Gaga “Rah rah roma ma ma… Ga ga Ooh La la…”, (me hace mucha gracia ese “Ga ga Ooh La la”, porque al soltarlo parece que la Gaga está encantada de haberse conocido; y en parte creo que así es) ponen sobre la mesa un hit mundial y un claro llenapistas de baile. Es uno de los grandes temas de finales de 2009 y 2010. En la letra, parece que Lady Gaga muestra parte de sus miedos y fobias en el terreno sentimental, aspecto que va a tratar de forma clara en casi toda la obra, mostrando el amor como sufrimiento en la mayoría de ocasiones. El videoclip, repleto de coreografías, con Lady Gaga con varios modelitos arriesgados, y con unos ojos saltones de lo más curiosos en algún fotograma, ha sido elegido como el mejor clip del año y la verdad es que es un video bastante llamativo, al menos por su final tan gore con el cadáver del supuesto amante de la Gaga calcinado en la cama, con ella al lado echando chispas por su sujetador; sin duda, marca de la casa de la moza. Un gran tema dance, pero que para nada va a ser el mejor tema del disco; creo que hay momentos mucho mejores. Llegamos a “Alejandro”, que abandona la épica de “Bad romance” para dar forma a un tema dance más calmado, con cotas sonoras menos elevadas, y que como curiosidad tiene los juegos vocales de nombres masculinos en castellano que Lady Gaga suelta de vez en cuando con un simpático acento y que al principio te rompen la cintura auditiva, pensando que va a decir “Alejandro” en lugar de “Roberto” o “Fernando”. Otra vez la controversia llega de la mano del videoclip, en el que Lady Gaga sale disfrazada de monja; en parte nos puede recordar a Madonna y aquel controvertido y ya mítico clip de “Like a prayer”, centrado básicamente en el punto común de meter el dedo en la yaga en el campo de la religión. Tiene interesantes momentos y aunque quizás sea arriesgada y no tan inmediata como “Bad romance” a mí al menos me ha acabado llegando, sobre todo al centrarme en ciertas melodías vocales llevadas muy bien por Lady Gaga al micro. En lo instrumental, me recuerda a ratos a la canción “Moi Lolita” de la cantante francesa Alizée, ¿no les pasa a ustedes? No obstante, y debido a su menor inmediatez, no ha sido vista con tan buenos ojos por todo el mundo como sí ha pasado con “Bad romance”. Bueno, y tras haber escuchado lo que todos, o casi todos, ya conocen porque Lady Gaga y estas 2 composiciones han estado hasta en la sopa en lo que va de año, llegamos a lo desconocido, es decir, el territorio en el que mejor me muevo y en el que más me gusta abundar: los temas que no son singles y que son incluso mejores que los singles en sí. Y entre los 8 temas, si quitamos los 3 singles (luego hablaremos del corte “Telephone” con Beyoncé), solamente hay un tema que bajo mi punto de vista o gusto personal palidece. ¡Ni más ni menos que 4 joyas ocultas! Sí, 4 joyas ocultas. Y ahora encadenamos 3 hasta que nos encontremos con “Telephone” en el 6º lugar del listado de la obra. La primera es la que viene a dar en parte el título a este 2 disco de Lady Gaga. “Monster” muestra nuevamente el lado menos amable del amor, describiendo con un tono derrotista que le da un gran encanto a la canción, lo que es un amor o una relación posesiva que aminora a la otra persona. Hay claras referencias personales hacia sí misma, como al comienzo cuando se empieza “no me llames Gaga”, reivindicando su propia naturaleza más allá de su personaje público, y cuando claramente al final de la canción mete el título de la canción que le abrió las puertas de la fama “Just dance” cuando dice “Solamente quería bailar, pero me cogió y llevó a casa, ¡uh, oh! Había un monstruo en mi cama… me arrancó las ropas, me comió el corazón y después el cerebro”. Creo que Lady Gaga tiene ciertos traumas personales internos que le hacen zozobrar en el terreno sentimental, y de hecho algunos rumores al respecto me han llegado recientemente. “The Fame Monster” en parte viene a mostrar el lado humano del personaje, y “Monster” en sí es ejemplo de ello. Todo ello está construido sobre una melodía nuevamente techno pop y dance estupenda, sin estridencias y moviéndose en un terreno electrónico accesible, con mucho gancho y sin dejar de lado el baile, más allá de lo que Lady Gaga nos cuente en su letra. En su melodía, más allá del estribillo, el cual es muy sencillo “ese chico es un monstruo, m-m-m-monstruo”, me quedo sobre todo con la arrítmica estrofa que le precede y el resto de parte lírica. En “Monster” lo más válido no es el estribillo, sino las partes ajenas al mismo. Compruébenlo y me cuentan. No todo es dance en esta obra. Y ahora llega una balada de corte clásico, basada sobre una melodía de piano titulada “Speechless”. En nuestro Twitter les dejé ayer como referencia que este tema ha sido mi canción personal de la semana. Y es que en realidad es una delicia de pieza. Estamos ante una balada, pero enfocada desde la pérdida del amor y de la depresión. Arreglos orquestales y sobre todo la melodía de piano, que sin ser muy complicada resulta acertada, es lo que protagoniza el campo instrumental. Pero aquí lo que hay que destacar es la reivindicación que se anota Lady Gaga como vocalista. Es increíble lo bien que canta; más allá de su versión de estudio he podido ver a Lady Gaga en videos en directo interpretando este tema de forma más acústica (a ratos “a capella”), y el sentimiento que le pone a esta canción es muy plausible. Haciendo un juego de palabras, Lady Gaga nos deja “sin palabras” tal como reza el título de la pista, desmarcándose durante unos minutos del dance imperante, y mostrando diversidad de estilo; lo cual es algo muy de agradecer, y si encima es en forma de una pieza tan bonita como esta, ya ni les cuento. El final es glorioso y en parte hasta nos muestra a una Lady Gaga entregada sentimentalmente, en el que incluso dice que puede renunciar a su carrera por amor: “chico, te prometo que no volveré a hablar, y que nunca volveré a amar, nunca escribiré una canción y ni siquiera cantaré…”. Precioso cierre de canción con un fade out natural vocal a cargo de Lady Gaga brillante. Es la gran joya oculta del disco.Volvemos al dance de la mano de “Dance in the dark”, que quizás muestra el estilo de baile más directo y menos complicado de Lady Gaga a lo largo de toda la obra. Aquí la fuerza la tiene el estribillo, al contrario de lo que pasaba con “Monster”, y en el apartado instrumental destaco cierta melodía de teclados que en parte me recuerdan ni más ni menos que a “Strangelove” de Depeche Mode; si la inspiración viniera de ahí, ¿qué mejor lugar para tener un punto de referencia? Es un gran tema, y podría ser una joya oculta, lo que pasa es que tras 2 cortes de tan altísimo nivel como “Monster” o “Speechless”, nos puede parecer un tema menor, y en realidad en comparación con estos 2 citados lo es. No obstante, “Dance in the dark” es una canción de calificación notable. Y llega Beyoncé y “Telephone”… Bueno, ¿qué quieren que les diga? Pues que no todo el monte es orégano y es nos enfrentamos al tema más evidente de “The Fame Monster”, con una electrónica de lo más chabacana y descarada. Claro, no podría arriesgarse mucho en esta situación y este tema es un ejemplo de comercialidad que se ve a mil millas. No me gusta nada, lo escucho sin más, pero me alegra saber que las buenas maneras se recuperarán después. Bajo mi punto de vista, “Telephone” es mil veces inferior a “Bad romance” o “Alejandro” y al resto del disco. Es el rival más débil y la única repercusión que ha tenido se debe a que se han juntado las 2 que se han juntado. Pero más allá de eso… En fin, que a otra cosa. Se nos presenta otra joya oculta, que viene a rescatarnos de la comercialidad sin ton ni son (porque siempre he dicho que la comercialidad bien enfocada y con calidad la adoro). “So happy I could die” abunda ya desde su título en el sentido trágico y oscuro de las letras de la obra. El comienzo del estribillo, con esa velocidad vocal que muestra Lady Gaga, y los sencillos coros “eh eh, yeah, yeah, eh eh, ah ah” conforman la columna vertebral de uno de los grandes momentos del disco. Parece que Lady Gaga, incluso dentro de lo que para ella (y para muchos) es una situación placentera “feliz en un club con una botella de vino, nuestros ojos brillando como estrellas, porque estamos pasándolo bien; tan feliz que podría morir. Ser tu mejor amigo, sí te amaría siempre, arriba en las nubes, seríamos más felices que nunca. Tan feliz que podría morir” no deja de lado el sentido trágico de la vida; algo que en parte (y salvando las diferencias de estilo, música, género, tiempo, personaje, persona, etc.) le pasaba a Morrissey en “There is a light that never goes out”, cuando iba en su coche con la persona a la que amaba y pensaba que no habría mejor forma que morir que tener un accidente de tráfico en ese momento. Quizás, eso sí, Morrissey y Lady Gaga tienen más cosas en común, al menos en el aspecto personal, de lo que pensamos; en lo musical, aparte de esta pequeña coincidencia lírica, no tienen nada que ver evidentemente. Alguien alguna vez me ha preguntado por las “reflexiones” del título del blog; pues esto último, por ejemplo, puede ser una. “So happy I could die” es junto a “Monster” y “Speechless” mi canción favorita de la obra, por encima incluso de los singles de relumbrón “Bad romance” y “Alejandro”. Dance del bueno en estado puro. El final de la obra llega de la mano de una controvertida y complicada pieza. Con un sonido electrónico manierista y casi vodevilesco, el tema “Teeth” se aleja en lo sonoro de todas las piezas que han aparecido hasta el momento. Es un curioso capítulo final, que me deja fuera de juego y que quizás sea el corte que junto a “Telephone” menos me llama la atención del disco. No obstante, “Teeth” al menos arriesga y como punto y final no está mal después de tanta emoción envuelta en sonidos dance y bailables que Lady Gaga nos ha dispuesto durante estos minutos.

El disco de esta semana es actualidad. Creo que no hace falta mencionarles la repercusión mediática que tiene Lady Gaga en estos días y lo que han sonado y están sonando los singles del álbum “The Fame Monster” en la radio, televisión, etc. en lo que va de año. Por si hay alguna duda, Lady Gaga es el gran fenómeno musical del momento. Parece que poco a poco va confirmando su supremacía con respecto a la otra artista que surgió en su momento para competir frente a frente con ella, Katy Perry. Y no será por belleza, ya que, con todo el respeto del mundo hacia el sector femenino en este próximo comentario o apreciación, Katy Perry está mil veces más buena que la Gaga (también es un gusto personal, por supuesto). No es como el caso de Madonna y Cyndi Lauper, en el que la Ciccone es algo más agraciada o al menos más provocativa que la simpar Lauper.

Lady Gaga, que no Berta Collado (de hecho hay un grupo de Facebook que aboga porque son la misma persona… Estaría gracioso que la Collado fuera a entrevistar a Lady Gaga cuando venga a España en diciembre), está en plena gira por todo el mundo presentando el disco protagonista de esta semana en el blog. Fíjense qué cosa más curiosa me sucede con Lady Gaga: sin haber escuchado aún sus discos, cuando salieron las entradas a la venta para Madrid hace unos meses, hasta medité sacarme entrada por ver el acontecimiento. Más que nada por el hecho histórico en sí, ya que en esos momentos solamente conocía 3 o 4 singles. Claro, luego entré en el portal de venta de entradas y al ver que el pie de pista costaba 70 euros, me dije “va a ser que no”. Y a día de hoy, si es que aún quedaran entradas para el 12 de diciembre, tampoco iría porque creo que es un precio muy elevado. Y todo ello a pesar de que “The Fame Monster”, como ya les he relatado, es en mi opinión un tremendo disco.

Se trata de un álbum que ya desde su portada llama la atención, con esos ojos tan llamativos de Lady Gaga, con la boca tapada con el cuello vuelto de su chaqueta y con esa cubista peluca triangular, que en parte me recuerda, no sé por qué motivo, a la carátula de la película “Amadeus”; ¿será un guiño en realidad? Lo desconozco. Ya he mencionado que actualmente lo pueden encontrar en formato doble, con el debut de Lady Gaga como añadido en el 2º cd.

Habrá que ver los derroteros por lo que avance Lady Gaga en los siguientes años. Una cosa tiene a su favor: que el escándalo va asociado a ella y a su apogeo. Es decir, la delicada Britney Spears se hizo famosa con su carita angelical y actitud de niña buena, y cuando salió a la luz la vividora disoluta que en realidad es, no ha levantado cabeza. Quizás Lady Gaga se venga abajo si algún día deja de lado sus vestidos imposibles y sienta la cabeza.

Muchos dirán, y de hecho muchos critican a Lady Gaga en ese aspecto, que esta cantante es un producto prefabricado y una descarada maniobra de marketing. Sí, está claro y no lo voy a negar. Pero vuelvo a remarcar la idea principal que defiendo en este post. Lo que quiero es que dejen de lado el universo Gaga y se metan en lo que es la música en sí y escuchen sin prejuicios, parafraseando lo que es el título de un disco de George Michael. Además, siempre he defendido la idea de que si lo comercial es bueno, ¿qué más da? Lo bueno, bueno es y punto. Sé que muchos de ustedes harán el esfuerzo, y de hecho me gustará ver sus comentarios tras 2 o 3 escuchas. Otros, por otro lado dirán: “anda y que te zurzan”, actitud igualmente que respeto, faltaría más.

Lo que será su tercer disco será una entrega que mida realmente la valía de esta chica en el plano musical, y en teoría será su 2ª obra de larga duración, si es que a “The Fame Monster” se le considera un mini lp o un ep. Yo, al igual que me sucede con “Devocionario” de Golpes Bajos o “Maratón” de Danza Invisible, lo considero disco de estudio principal a todos los efectos; manías que tiene uno.

Lo he reconocido al principio, tengo pendiente escuchar “The Fame” (y fíjense que aunque “The Fame Monster” me ha encantado, me da pereza cogerlo por banda), pero su 2º disco es un ejemplo de que Lady Gaga es una buena compositora y una buena cantante. Esta chica tiene un gran sentido del ritmo y la emoción melódica, lo cual es una ecuación de éxito sin posibilidad de fracaso, y más aún cuando ya has labrado una imagen pública que hace gran parte de la promoción.

Vuelvo al inicio del artículo para animarles a escuchar este mini lp de 8 canciones. Estoy casi seguro que, a no ser que sean anti-dance, les va a gustar. Llámenme pesado, pero les repito una vez más que se quiten los prejuicios y aparquen a un lado la imagen pública de Lady Gaga. Obvien si puede ser el vestido de filetes de carne que lució recientemente en una gala, sus sujetadores con bengalas y otras lindezas y solamente escuchen las canciones. Si tras realizar el experimento ni siquiera “Speechless” les gusta, perderé la fe en la música.

Termino el presente artículo, tal como comenté en el post del cambio de horario hace una semana, con lo que nos atañe en lo que a nuestro programa de radio se refiere. Como bien saben, este pasado miércoles tuvimos el programa especial dedicado a Danza Invisible, con Javier Ojeda como protagonista a través del teléfono. A todos aquellos que estuvieron el miércoles en la emisión on-line y en las ondas, muchas gracias pues conseguimos uno de los mejores registros de audiencia que ha tenido nuestro espacio hasta la fecha. Para aquellos que se lo perdieran, esta tarde a las 19h tienen una nueva oportunidad para escucharlo. Con el tiempo tan malo que hace, ¿qué plan mejor para esta tarde que estar una hora en compañía del simpático líder y cantante de Danza Invisible? En caso de que no puedan y no lo escucharan el miércoles, en unos días tendrán disponible el podcast en ivoox y en consecuencia en el reproductor lateral del blog nombrado como “Dmr 2-5”. Este miércoles próximo se emitirá el programa, que por un fallo del servidor no sonó hace una semana, dedicado a Supertramp y a su disco “Even In The Quietest Moments…”. Espero que también les guste.

¡Ah! Se me olvidaba. Ya estamos también en Facebook. Ayer completé el registro, poniendo un nombre algo raro y esquemático “Discos Música Reflexiones Abacab”, pero es que no hacía más que darme mil y un problemas a la hora de generar el perfil, con el asunto relativo al nombre. También tengo desde hace tiempo un myspace personal, que voy a transformar en breve en el myspace del blog/programa de radio. Cuando lo tenga listo y maqueado, se lo comentaré. De momento ya nos tienen en Twitter y Facebook. Por cierto, no se pierdan el “twitteo” diario relacionado con el mundo de la música que les iré dejando.
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martes, 26 de octubre de 2010

Discos, música y reflexiones entrevistó a Danza Invisible

Con el ánimo de no saturar el blog de publicaciones este próximo sábado, puesto que ya tenemos 2 post previstos, procedo a publicar este artículo especial, también buscando en parte que mañana presten especial atención a nuestro programa en Radio Universitaria de Alcalá de Henares. Además, de pasada aprovecho para anunciar (como si no se hubieran dado ya cuenta) que hemos mejorado el diseño del blog introduciendo la 3ª columna (al fin), aprovechando de esta manera más el ancho de página y descargando de widgets la única sidebar existente hasta la fecha, y que desde este pasado domingo “Discos, música y reflexiones” ya está en Twitter para que nos puedan seguir más de cerca. En breve también estaremos en Facebook. Es el signo de los tiempos, y aunque no soy muy fan de las redes sociales, éstas son imprescindibles a día de hoy para el desarrollo del blog. En fin, pasemos a lo que realmente es el motivo de este artículo especial.

Este miércoles 27 de octubre de 2010, y en el nuevo horario de emisión de “Discos, música y reflexiones”, es decir, a las 23.00h, inauguramos las ediciones especiales de nuestro espacio en su 2ª temporada, en las que entrevistamos a la banda protagonista del programa en cuestión. Tras el intento frustrado de que en el programa de estreno de esta 2ª temporada consiguiéramos entrevistar a alguna persona cercana al protagonista de aquel día, el gran Tino Casal, será en esta semana cuando abramos fuego con estos especiales que hacemos con tanta ilusión.

Y no hemos podido empezar esta temporada con mejor invitado posible. Tras alguna tentativa fallida realizada en nuestra primera temporada, por fin tenemos el gusto de entrevistar este miércoles 27 de octubre a las 23.00h a la mítica banda Danza Invisible. Durante la hora y cuarto aproximadamente que durará nuestro espacio, charlaremos con su vocalista y cabeza visible, Javier Ojeda, que nos hablará de toda la trayectoria de su banda. Se incluirán menciones a su presente, de la mano de su nuevo disco “Tía Lucía”, pero la charla se focalizará principalmente en el álbum “Música De Contrabando” del año 1986, que es el lp que revisamos esta semana.

Creo que nos ha quedado un programa bastante entretenido y simpático. Sin duda alguna, la buena disposición y gracejo natural de Javier Ojeda han ayudado inestimablemente a realizar un espacio fresco y natural. Confiamos en que sus percepciones tras escucharlo sean las mismas que las que nosotros hemos experimentado tras comprobar el resultado final. Espero que la mayor parte de ustedes puedan estar mañana en la emisión de nuestro espacio a las 23.00h. Si no, confío que a comienzos de la próxima semana tengan ya disponible el audio en nuestro perfil de ivoox, para que los que no puedan escucharlo mañana por un motivo u otro lo puedan oír cuando les venga bien. Como curiosidad, comentarles que la fotografía que encabeza este artículo, pertenece al concierto con el que nos deleitó en las fiestas de Alcalá de Henares de 2008 en la Plaza Cervantes este imbatible grupo malagueño (de esta forma compenso en parte la falta de imágenes del post o crónica que realicé en su día).

Seguimos trabajando en nuevos e interesantes programas especiales. La ilusión por llevar a cabo más espacios de este tipo sigue presente, más allá de que nuestra moral se vea minada en ocasiones por el poco interés que algunos managers y jefes de comunicación de ciertas bandas o artistas muestran hacia nuestra emisora Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). De momento, están todos invitados este miércoles 27 de octubre a las 23.00h en http://www.ruah.es/online.html o en el 107.4 FM si residen en Alcalá de Henares, a escuchar este programa/entrevista dedicado a Danza Invisible. A medida que haya más novedades les iremos comentando. Hasta entonces, sean buenos y disfruten de la música.
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sábado, 23 de octubre de 2010

Los Mundos De Jairo propone: Siniestro Total - Menos Mal Que Nos Queda Portugal (1984)

Seguimos hoy con la acertada tradición que ya iniciamos hace un tiempo de realizar intercambio de colaboraciones. Tras haber llevado a cabo sendas experiencias con Ordago13 de “10 Historias 10 Canciones” y Nat de “En Bromerio”, hoy tengo el tremendo placer de poder realizar este trueque de artículos con mi buen amigo Jairo de “Los Mundos De Jairo”. Reitero: aquel que se vea con ánimos y le apetezca realizar un intercambio, no tiene más que comentármelo. Con esto, decirles que mi artículo de esta semana, el cuál versa sobre el devenir de mi equipo de fútbol, el Atlético de Madrid, lo podrán encontrar en http://losmundosdejairo.blogspot.com/2010/10/conozcamos-otros-blogsdiscos-musica-y.html.

El pasado miércoles se celebró la ceremonia de entrega de los galardones de los Premios 20Blogs. Mencionarles que este año hemos conseguido hacer podio en nuestra categoría, firmando una 3ª posición que mejora sustancialmente el 79º puesto del primer año que participamos e incluso el 6º (compartido con el 7º y 8º) de la edición anterior. En dicha ceremonia mencionar que lo pasé en grande, principalmente en compañía de un par de compadres blogueros como es el inconfundible Hasta Los Cojones de “Lo Que Me Toca Los Cojones” y el gran Mariano Zurdo de “Blog De Literazurda”, ambos simpares blogueros y, en cierta medida, celebridades dentro del mundillo de la blogosfera, tanto por su trabajo en respectivas bitácoras como por su carisma. También tuve la oportunidad de poner cara y charlar con buena gente, y ya familia bloguera, como José de “The Greatest Hits”, Manuel de “Un Universitario Cualquiera” o Turula de “Turula’s Blog”. Esperemos que el próximo año demos el relevo a nuestro amigo y compañero Ordago13, flamante ganador en nuestra categoría con su ya mencionado blog.

Resumiendo, que me voy por las ramas; pues derivado de este concurso, una de las mejores cosas que me ha reportado ha sido tener la oportunidad de conocer a gente muy válida y muy maja. Todos los mencionados en el anterior párrafo y otros ausentes como Las Cucarachas o el imbatible Juan de Luz De Gas son ejemplos de ello. Sin embargo, quizás quien se lleve la palma es quien esta semana os va a hablar aquí de nada más y nada menos que la subversiva banda gallega Siniestro Total, y además de sus años de más gloria quizás o por lo menos su etapa más mítica. Jairo es una buenísima persona. Alguien afable, amistoso, campechano (como todo caballero castellano que se precie) y sobre todo muy buena persona. Su blog, “Los Mundos De Jairo”, es una estupenda bitácora de actualidad deportiva, que a su vez mezcla cierta nostalgia al realizar emotivos tributos a futbolistas que en su día prometieron, pero que por un motivo u otro no llegaron a eclosionar en la sección “Estrellas Fugaces”. En su día, aparte de por compartir sentimientos colchoneros futboleros, me captó la atención en la IV edición de los Premios 20Blogs por su humanidad, humildad y respeto a la hora de comentar la actualidad, lejos de los fanatismos imperantes en el cada vez más desquiciante y cabreante periodismo deportivo. Huelga decir que les recomiendo encarecidamente que se den un garbeo por los mundos de mi buen amigo Jairo.

Les advierto que Jairo ha hecho a su vez un genial artículo revisando el inmortal lp “Menos Mal Que Nos Queda Portugal” de Siniestro Total. Antes de dejarles en compañía de Jairo, con su permiso y sin ánimo de extenderme más y restarle protagonismo en su semana en nuestro blog, quiero comentarles 2 cositas de la radio. Ya vieron el post (o si no, léanlo ahora) del cambio de horario en Radio Universitaria de Alcalá de Henares, que pasa a ser a las 23h en lugar de a las 22h, pero sin verse modificado el día de emisión que seguirá siendo los miércoles. Bien, pues por algún motivo técnico, por lo visto esta semana no sonó el programa que íbamos a dedicar a Supertramp y a su disco “Even In The Quietest Moments…” Este programa sonará en principio, si todo marcha bien, el miércoles 3 de noviembre, puesto que, y aquí viene la 2ª cosa que quería comentarles, este MIÉRCOLES 25 DE OCTUBRE A LAS 23.00H en RUAH, les tenemos preparada una SORPRESA en nuestro programa… Espero verles ahí en directo y que de paso les guste. También espero que no haya fallos con la emisión del programa, como sucedió por lo visto este pasado miércoles. No me enrollo más y les dejo en manos del gran Jairo, que a buen seguro les va a tratar muy bien esta semana. Nos vemos en 7 días.

“Tiempo hace que comentando con mi buen amigo Abacab, sobre música y sobre fútbol, llegamos a un pequeño acuerdo para realizar sendas colaboraciones. En esta misión mi grupo y disco propuesto no es otro que “Menos Mal Que Nos Queda Portugal”, de la banda gallega Siniestro Total; a modo de anécdota y antes de entrar en materia sobre mi humilde análisis de este disco, me gustaría relataros como conocí a este grupo.

Eran tiempos de E.G.B., y curiosamente un servidor estudió en los curas. Para sorpresa, en el libro de 6º de Religión, en un comentario de texto aparecía una canción de Siniestro total, y es curioso pues viendo en ese libro sólo estampas de santos, el ver unos tíos de negro y aire desgarbado era chocante, algo que despertó mi interés hacia estos personajes. Revisando en la discografía de mi padre pude encontrar, junto a sus cds de Los Chichos, el Junco y demás calorros, un “grandes éxitos” de la banda, que pasó a formar parte de mi colección de viejos cd’s junto mis grupos ochenteros que siempre me han atraído, por supuesto de música española.

No os he comentado que la canción que me despertó el interés, se trataba de “¿Quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?”, canción que por otro lado cierra el disco que os voy a comentar.

“Menos Mal Que Nos Queda Portugal” nace en el año 1984 y es el disco que precede al famoso “Bailare Sobre Tu Tumba”, gran éxito de la banda. Cabe decir que esta banda gallega sufre muchos cambios en su agrupación a lo largo de toda su trayectoria musical. En este año 84 se mantiene la espina dorsal del grupo nacido en 1981 compuesto por Miguel Costas guitarra eléctrica y voz, Alberto Torrado bajo y coros y Julián Hernández batería y coros. Es el mismo grupo que empezó con la diferencia que Miguel sustituye a Alberto en la guitarra, y hemos de decir que en el grupo ya no está Germán Coppini, vocalista entre 1981 y 1983. Una vez hechas las presentaciones pasamos a ver qué temas encontramos en un disco con 14 canciones.

La elegida para abrir es “Tipi, dulce tipi” una canción algo gamberra al más estilo cherokee, con sus jaus y todo; la música llama a la fiesta como la canción indica, “señales de humo nos avisan que llegamos tarde y nos demos prisa”… “Toro Sentado está de cumpleaños, con agua de fuego lo festejamos”; en el youtube podéis ver la interpretación con cascos de obra y movimientos desacompasados. El segundo tema es “E.L.E.V.E.N.”; es un homenaje a Matt Murdock y Ray Charles, una gran desconocida y que deja paso a una de mis favoritas “Que corra la nicotina”, empezando con unos acordes secos y entrando con el mítico “gua churu gua”. Esta canción a día de hoy sería polémica y más como están las autoridades sanitarias con el tema del tabaco. Aún así no sé si sacarle tintes políticos a esta canción de letra pegadiza, en la cual no solo dice “fuma negro sucio blanco, crápula español, producto nacional”, parece más una protesta lanzada hacia la intolerancia de la gente, que una inocente canción que fomente el tabaquismo patrocinada por ducados. La siguiente canción viene con moraleja; “Assumpta” es una chica de Barcelona de la cual el personaje de la canción se enamora, pero sufre un desengaño cuando esta “de Safari se ligó a un rastafari”, la verdad que parece una canción de patio de colegio, pero la música es buenísima y la moraleja es aún mejor cuando ésta sufre en sus carnes lo que sufre el afectado, “la mala cornada que la deja tirada en el suelo” no es otra que el pago con la misma moneda. El siguiente track que nos presenta el disco es “Menea el bullarengue”, una canción que hace mención por los distintos estilos de música de distintos países, sea “un boggie, un vals, La Marsellesa o nuestro Himno de Riego”. Canción de nuevo gamberra como en su línea. Y llegado este punto encontramos en el disco una de las joyas de la banda, su peculiar “Sweet home Alabama” versión galaica, y quien no ha disfrutado con “Miña terra galega”; en mi lugar de nacimiento, El Bierzo tenemos una marcada unión con Galicia, y esta canción podía ser un himno para todos los gallegos lejos de su tierra, que con morriña recuerdan ese cielo gris campante de lluvia.
La siguiente canción está ligada a mi especialidad, el deporte, en concreto nos habla de “Keke Rosberg”. Y ¿quién es este personaje? Posiblemente os suene su hijo Nico Rosberg, el que maneja un Mercedes y está pasando por encima de Schumi. Pues bien esta canción puede decirse que va dedicada a su progenitor, el piloto finés de los 80, campeón del mundo en el 82 con solo una carrera ganada pero una gran regularidad; por ese año 84 su temporada era de desastre con continuas retiradas. Si tenéis ocasión de oír la canción, veréis como puede resumir la temporada de este gran piloto en la letra de la misma. La siguiente canción me deja descolocado, ¿será por su etapa en el colegio de curas? “Señor ilumina mi corazón” es uno de esos temas que descolocan con solo 4 estrofas que asemejan a un salmo y unas notas musicales que rellenan 2:40 minutos. “Oh, qué raro soy” es el siguiente tema, y la rareza de esta canción reside en la normalidad con la cual se relata: uno es raro por no beber, por trabajar e ir a misa… pero eso es así, ¿o no? Encontramos en el disco la canción “Te quiero”, una de las que he oído y no se por qué, pero en mi se despierta una sonrisa; el repetitivo “ino, ino, ino” le da un toque muy especial de rima fácil pero agradable. Y el “yo me dedico sólo al vino, vino, vino”, con ese “yo te quiero, te quiero” estirado y los acordes de guitarra hacen de esta canción una de mis favoritas del disco. “Sonorice su templo”, es una canción que se desarrolla de manera rápida y de nuevo veo marcado sentido religioso en ella, una burla clara, por supuesto, y gamberra. Y como antesala al gran tema de este disco que mencione al principio, llega la versión de “My whole world falling down” de Brenda Lee. Una canción de los sesenta, en la que la versión de Siniestro denomina “Si Yo canto”; no solo exageran el desafine a propósito, sino que de nuevo versionan una canción transformándola en otra que no parece recordarnos a la anterior. Y por último, y tras analizar como buenamente he podido este disco, y ahora valoro más el trabajo de mi amigo Abacab, posiblemente mis escasos conocimientos musicales hayan hecho de este análisis una pesadez, pero he disfrutado como un enano, re-escuchando las canciones, oyendo a un grupo que me marco de niño, y que aún escucho, pues no son pocos todos sus éxitos y ojala pronto los pueda ver en concierto, aun así llego al final del disco. Y esa primera canción que escuche en su día y que despertó en mi no solo el interés por el grupo, sino una inquietud en su letra; esas estrofas marcadas con interrogantes dan que pensar “¿Quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?” Son preguntas que no sabemos contestar en ocasiones de la manera correcta, en función de la manera de ser preguntados, para mi sin duda es la mejor canción de este disco y posiblemente la mejor de este grupo.

Bueno, un saludo y os espero en mis mundos.”
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martes, 19 de octubre de 2010

Discos, música y reflexiones cambia de hora en la radio

Aquí va una entrada especial tanto en contenido como en día de publicación, con carácter urgente obligado, ya que lo que se informa en este artículo tiene efecto con fecha de mañana día 20 de octubre de 2010. He de reconocer que esta 2ª temporada, aparte de haber realizado el artículo referente al inicio de la misma, les tengo un poco desinformados de la actividad que estamos llevando en nuestro espacio en Radio Universitaria de Alcalá de Henares. Prometo a partir de este fin de semana, tal como hacía en la 1ª temporada, hacerles una reseña al final del post de revisión de disco que toque sobre el programa de la semana.

Más allá de no haber hecho mención hacia lo que han sido nuestro 2º, 3º y 4º programa (puesto que del primero, dedicado al gran Tino Casal, ya les hablé en el artículo de inauguración de la 2ª temporada), podrán comprobar que ya disponen de los mismos en nuestro perfil de ivoox y consecuentemente están presentes en el reproductor lateral para que los escuchen cuando tengan a bien.

Saldaré las deudas de golpe. El 2º programa estuvo dedicado al gran Peter Gabriel y a su disco “So” de 1986, el 3º al trabajo “Hounds Of Love” (recientemente revisado en el blog) de la simpar Kate Bush, y el 4º estuvo centrado en presentarles el trabajo de debut de Heaven 17 “Penthouse And Pavement”; éste último será subido en las próximas horas. Lo que será nuestro 5º programa, versará sobre el trabajo “Even In The Quietest Moments...” de los inmortales Supertramp y lo podrán escuchar este miércoles a las 23.00h en el 107.4 FM si residen en Alcalá de Henares o en http://www.ruah.es/online.html si están en cualquier otro punto del universo.

Y precisamente, esto último, no sé si ya se habrán percatado (probablemente sí por el título del presente post, o incluso sin han reparado en la imagen/link de nuestro espacio de radio y han visto su modificación), es el motivo de este artículo que aquí les dejo: nuestro CAMBIO DE HORARIO de emisión en Radio Universitaria de Alcalá de Henares desde mañana día 20 de octubre de 2010, que pasa a ser de 23 A 24h en lugar de 22 a 23h como había sido desde sus inicios. El día de emisión no varía y seguirá siendo los miércoles. Las redifusiones, siendo la principal los sábados a las 19h y posteriormente el martes a las 05 y 11h, no se verán alteradas.

Coincidiendo con el futuro cambio de hora a nivel general, realmente de esta forma “Discos, música y reflexiones” seguirá estando a la misma hora puesto que en un par de semanas tocará atrasar los relojes, con lo que moralmente sería lo mismo dentro del horario de invierno. Pero no se hagan más líos: desde este miércoles, “Discos, música y reflexiones” emitirá a las 23h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares.

Se preguntarán el motivo del cambio. Estriba básicamente en motivos personales propios; no se piensen que la dirección de la RUAH nos ha interpuesto esta medida. Ni mucho menos: todo ha sido iniciativa mía y ello a su vez derivado de ciertos asuntos de índole propia. No obstante, aparte considero que las 23h es un mejor horario para nuestro espacio, al cual siempre he visto como un rincón radiofónico nocturno, que pueda servir para esas horas tardías de la noche.

Confío en que de esta forma haya más gente en la emisión on-line, ya que quizás a las 22h ustedes estarán cenando, viendo la televisión, al ser miércoles y si son futboleros viendo la 2ª parte del partido de turno de Champions League o en el peor de los casos regresando de trabajar a esas horas. Ahora no hay excusa. Y es que en parte “Discos, música y reflexiones” somos algo como “Muchachada Nui”, que en La2 no tenía mucha audiencia, pero lo petaba en youtube; en este aspecto, el número de descargas del servidor de ivoox de alguno de los programas de nuestra 1ª temporada ha sido bastante decente. Pero lo que quiero apuntar es que siempre se agradece ver a una persona más en el contador de la emisión on-line, aunque ya saben, que si por el motivo que fuera no pueden estar en la emisión del programa el miércoles a las 23h, ahí tienen el podcast y nuestro perfil de ivoox para que ustedes escuchen y se descarguen los programas que sean.

Pues nada más, ¿O sí?: Ya les tenemos preparada la primera sorpresita de esta 2ª temporada para el próximo miércoles 27 a las 23h. En breve les explicaremos detalles... Permanezcan atentos, ya que creo que les gustará. De momento les espero este miércoles, es decir, mañana a las 23h en RUAH con Supertramp como protagonistas. Como siempre les digo, sean buenos y disfruten de la música.
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sábado, 16 de octubre de 2010

Concierto Loquillo. Leganés (11-10-2010)

Este pasado lunes saldé una cuenta pendiente que tenía en mi vida musical, que no era otra que la de asistir a un concierto de Loquillo. Ya les mencioné al revisar el disco “¿Dónde Estabas Tú En El 77?” que esta deuda se inició allá por la primera mitad del año 2000, cuando no sé por qué motivo no acudí a un concierto gratuito del Loco, en aquellos días aún secundado por Los Trogloditas, para la semana de la juventud de Torrejón de Ardoz de aquel año.

También sumaron en el “debe” que se me pasara un concierto de las fiestas de La Elipa en el año 2004 y más recientemente, este pasado mes de junio, otro concierto en las fiestas de Aluche. Resulta que hace unos 10 días me enteré que había un concierto de Loquillo en Las Rozas; ya teníamos todo montado para acudir el día en cuestión al evento (16 de octubre, es decir hoy), pero al entrar en la web oficial de Loquillo y ver que el show era de pago, la cosa reculó porque al coste de gasolina había que sumar el de la entrada (pensábamos que era gratuito); como diría el gran Víctor Aparicio de Los Coyotes en “Aquí estoy de nuevo”, “están los tiempos como para perder dinero”… Caída de cojones al suelo y bajón consecuente. Sin embargo a las pocas horas, por otra vertiente, me enteré que en la víspera del día festivo del 12 de octubre, Loquillo daría un concierto en las fiestas de Leganés. Este show sí que era gratuito, pero curiosamente no aparecía en la página oficial de Loquillo, por lo que no me enteré cuando indagué para lo del otro concierto de Las Rozas.Ésta era la mía. Ahora sí que Loquillo no se me escapaba (sin necesidad de pagar entrada, que este otoño me he gastado un buen montante en conciertos) y solamente las inclemencias meteorológicas me privarían del evento. Tras un fin de semana muy lluvioso, en esta especie de lunes-viernes, por aquello de que el martes era festivo, el día no se presentaba excesivamente inhóspito y parece ser que el tiempo nos respetaría. Tras un buen rato de tránsito de transporte público, atravesándome gran parte de Madrid ciudad y la Comunidad de Madrid en metro y autobús, llegamos al recinto unos 10 minutos antes de la hora fijada, las 22.00h. Nos costó dar con el lugar exacto dentro del recinto ferial sito en el barrio de San Nicasio de Leganés, pero por fortuna llegamos a tiempo y nos dispusimos en una 6ª fila, estando un poco escorados a la izquierda del escenario. Aquí no hubiera importado 1ª fila, ya que en los conciertos gratuitos normalmente no hay problemas con el asunto de las fotos. De hecho, las que realicé no es que quedaran muy allá; aún así, espero que les gusten.Bueno, pues a la hora de analizar lo vivido durante hora y media de la mano del sr. José María Sanz Beltrán, Loquillo para los amigos, tenemos que diferenciar claramente 2 aspectos a comentar. Por un lado la actitud y disposición de Loquillo, y por otro el set list que Loco eligió para la noche. Paso a explicarles cada uno de ellos para que ustedes saquen sus propias conclusiones y luego, al final del artículo, yo también les dejaré las mías finales.En el primer apartado, a Loquillo no se le puede sacar ni un pequeño reproche de su actitud y entrega en las tablas durante el rato que duró su actuación. Sus dinámicas poses (arriba de este párrafo, un ejemplo), su chulería, su gracejo, su enorme carisma y, sobre todo, su “Rock & roll actitud” (como reza el título de una de sus canciones) fueron irrefutables. Loquillo demuestra a sus casi 5 décadas de vida que está en plena forma y que aún es capaz de dar saltos y patadas al aire imposibles, marcarse muy buenos bailes y sobre todo encandilar a sus seguidores con esos gestos, muecas y poses llenas de esa actitud macarra tan carismática que siempre le han caracterizado. Personalmente fue un deleite poder ver a Loquillo desplegar todo su potencial comunicativo en un escenario. En este aspecto, chapeau para el Loco.Lo moderadamente criticable viene en lo referido al listado de canciones que Loquillo seleccionó para el concierto. El comienzo demoledor, tras la intro que se marcaron los músicos, destacando un fuerte duelo de guitarras entre el maestro Jaime Stinus e Igor Paskual, de la mano de “Las calles de Madrid”, no me hacía pensar en los derroteros por los que transitaría el espectáculo durante los 90 minutos que se dispusieron en escena. Y es que, desde mi humilde y criticable punto de vista, creo que Loquillo quizás abusa en demasía de demasiadas canciones de los discos de los años 2000. ¡Ojo!, no es que un servidor opine que estos discos sean malas entregas, ni mucho menos. Lo que estoy apuntando es que para un concierto que venga a repasar 30 años de gloriosa trayectoria, y con una historia plagada de éxitos arrolladores en los 80 y también en los 90, me parece que Loquillo no tiene a bien organizar un concierto que ponga patas arriba cualquier ciudad que se precie. Quizás Loquillo, consciente de lo que eso supondría, no quiere abusar y por eso contemporiza de esta forma el repertorio, o simplemente es que él se encuentra más a gusto tocando sus últimas composiciones en lugar de cosas como “Chanel, cocaína y Don Perignon” o en el otro extremo de ánimo “Avenida de la luz”.De esta forma, el concierto hasta que enfiló el tramo final, dispuso de ciertas dosis de clásicos, como puntualmente cuando apareció por ejemplo “Feo, fuerte y formal” (y tampoco es que se trate de uno de sus éxitos más antiguos, ya que pertenece a la década de los años 2000), “El hombre de negro” (aunque ha sido revisada junto a buenos amigos de Loquillo hace unos pocos meses), la cuál coreé a grito pelado, o “El rompeolas”. Durante la parte troncal del concierto, Loquillo nos ofreció piezas como “Rock & roll actitud”, “Arte y ensayo”, “Cruzando el paraíso”, “Rock suave” o “Las chicas del Roxy”. De los temas más recientes de Loquillo me quedé personalmente con la solemne y abrumadora interpretación de “Línea clara” y de la excelente “Memoria de jóvenes airados”, que dejó a todo el mundo tieso como una vela y con la boca abierta, viendo como el Loco la interpretaba con una arrolladora fuerza.Quizás Loquillo, en lo que son los primeros 45 minutos de concierto, debería disponer alguna otra pieza de los clásicos, aunque no del primer nivel de popularidad. ¿Qué se yo?, pues por ejemplo marcarse un “Los ojos vendados”, que también vendría bien para desmarcarse del rock más puro y contundente y poder invitarnos a los espectadores a vivir en el directo las otras facetas que de forma tan excelsa ha sabido manejar Loquillo a lo largo de su trayectoria. O, ¿por qué no un country ligero y delicioso como es “La vida que yo veo” de su primer disco junto a Gabriel Sopeña? El rock and roll está bien y me gusta, y a Loquillo le queda mejor este estilo musical si cabe que sus trajes y americanas negras, pero ha demostrado a lo largo de su discografía ser un maestro en otros campos y también gustaríamos de verle en esas tesituras en sus conciertos. Quizás si el Loco lee esto, se pare a pensar y medite realizar alguna modificación. O quizás diga: “menudo soplapollas el tipo este y su blog”, que tampoco sería extraño.Tras comentar lo reprochable en lo que al set list se refiere, reparemos en las bondades que Loquillo tuvo a bien regalarnos el lunes por la noche. De forma acertadísima, ha tenido a bien recuperar del olvido el trallazo de rock que supone “La mataré”. Durante mucho tiempo Loquillo estuvo sin tocar este auténtico temazo, por lo controvertido de su letra. Parece ser que Loquillo ha terminado de convencerse de que mejor no hacer caso a las críticas vacías y no apartar para sus conciertos a esta canción, que es de los ejemplos de mayor intensidad que el artista puede disponer de su repertorio en escena. Sonó arrolladora, brutal, intensa y llena de sentimiento. El público no escatimó a la hora de hacer esos coros que incluye la pieza entre estrofa y estrofa, creando entre las cuerdas de Stinus, Paskual y el resto de instrumentos de los músicos que acompañaban a Loquillo un clímax increíble. Para mi gusto fue el gran momento de la noche.Por cierto, gracias a la colaboración de un buen amigo, que también acudió al concierto, y que es experto en asuntos de youtube, él se ha encargado de subir uno de los videos que realicé con mi cámara de fotos a dicho portal. De esta manera, y por primera vez en el blog, les dejo un video con mi sello personal. El sonido no es muy allá (mi cámara de fotos no es que sea en ese aspecto un dechado de virtudes), pero la imagen no me quedó mal del todo. De esta forma, consigo acercarles un poco más si cabe la experiencia, yendo más allá de mis palabras y las fotografías que realizo, que por cierto ya tienen repercusión en la red, pues la gente las coge prestadas para sus artículos de los conciertos en sus blogs; tienen libertad al respecto, faltaría más. Bueno, lo dicho, aquí abajo les dejo el video que recoge de la mejor manera posible “La mataré”. Gracias Jose.

Otros puntos álgidos vinieron de la mano de “El ritmo del garaje”, canción que pensaba que no haría acto de presencia, la ya citada “El rompeolas”, y sobre todo, del mismo disco de la citada, aquel estupendo “Morir En Primavera”, “Todo el mundo ama a Isabel”. Loquillo en esta última pieza mostró la mayor contundencia, desgarro y arrojo al micrófono de toda la noche, cantando cada uno de los versos de esta pieza con una entrega sin posibilidad de discusión. La guitarra de Igor Paskual para nada desmereció a los brutales acordes de los solos que incluye esta clásica composición del repertorio de Loquillo.Tras 90 minutos de actuación y con la rúbrica final de la mano de “Rock and roll star”, sin lugar a dudas otro gran momento de la noche y coreado de forma unánime por el público, se llegó al inesperado fin del concierto. Digo lo de “inesperado” porque ninguno de los asistentes se creía que ahí había llegado el final del espectáculo sin que el “Cadillac solitario” hiciera acto de presencia, para que todos termináramos de emocionarnos, y más aún cuando Loquillo había conseguido ponernos a punto de caramelo con las últimas canciones que tocó, en esta ocasión sí más cercanas a su época más clásica. De hecho, la gente se resistía a irse y pasaron 5 minutos hasta que la gente asimiló que en efecto aquello había tocado a su fin. Sumado a lo explicado del set list antes, esto tampoco fue un buen detalle. Prescindir de este tema tan reconocido, hizo que Loquillo se ganara bastantes silbidos, los cuáles probablemente no escuchó al ya estar en su camerino, y el hecho en sí, por ejemplo generó un cabreo monumental a uno de mis amigos que asistió al concierto (el mismo que se ha encargado de subir el video de “La mataré” en youtube). Haciendo un juego facilón de palabras podríamos titular la crónica con algo del estilo de “Loquillo dejó aparcado el Cadillac en casa”. Bromas aparte, me quedo con esta cuenta pendiente para el siguiente concierto de Loquillo que vea, ya que supongo que algún añadido más habrá al que viví el pasado lunes.Finalizando con la presente crónica, afirmo desde estas últimas líneas que el concierto que Loquillo ofreció el pasado día 11 de octubre de 2010 en Leganés fue un buen espectáculo. Ya he mencionado los aspectos mejorables en lo que al repertorio a ofrecer se refiere. Quizás algo más de riesgo y de nostalgia vendrían bien.Pero aún con todo, Loquillo con su buen hacer sobre las tablas es capaz de dejarte satisfecho incluso aunque no hubiera tocado “La mataré” y “Rock and roll star”. Sus movimientos en el escenario, y sobre todo esa sonrisa pícara y de complicidad que muestra con su público, hacen gran parte dentro de la empatía y carisma que emana en sus conciertos. Fue una grata experiencia que a buen seguro repetiré. Da gusto ver que un artista, tras tanto tiempo en la pomada, siga manteniéndose a tan buen nivel. Mención especial merecen también los músicos de Loquillo en esta gira, destacando sobremanera Igor Paskual y el experimentado Jaime Stinus. Ambos son capaces de conformar una máquina sonora perfectamente ajustada a las necesidades de Loquillo y las canciones que ofrece. Continuaré siguiéndote la pista Loco, tenlo por seguro.
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Talking Heads - Little Creatures (1985)

Desde el verano hemos ido recuperando discos de bandas que ya habían pasado por el blog hacía un tiempo moderado. Creo recordar que uno de mis grupos favoritos, Talking Heads, pasaron hace 2 años aproximadamente por “Discos, música y reflexiones” de la mano de su 3er. disco de estudio, el 2º con Eno a la producción, aquel glorioso “Fear Of Music” de 1979.

Quiero hacer justicia con la banda y con el disco con el que empecé a hacer camino a la hora de conocer a Talking Heads. Corría el mes de septiembre de 2001, y a la par que el grupo Men At Work me habían llamado la atención especialmente, otro videoclip de tonos luminosos de una canción de sonido muy sarcástico y alegre me había dado de lleno unas semanas atrás en pleno verano. Era la canción “Road to nowhere” y el grupo Talking Heads. En aquellos días en los que empezaba a despegarme de mis grupos prisma (The Cure, The Smiths y Depeche Mode) y comenzaba a abrirme a nuevas bandas, había leído por ahí que Talking Heads eran unos genios (razón no le faltaba a aquella crítica). Del grupo solamente había visto el video y escuchado “Once in a lifetime” en un especial de la Vh1 sobre los 80. El tema me dejó fuera de juego por su estructura tan rara, con un tipo con pinta de ejecutivo freaky soltando discursos en lugar de cantar, sobre una base instrumental electrónica nerviosa e innovadora (y eso que lo veía 20 años después de su edición).

No obstante, “Road to nowhere” y su también desternillante videoclip (en aquellos días no paraba de darle al rewind del vhs para ver “Down under” de Men At Work y el citado video de los Talking Heads) fue lo que me incitó a meterme a conocer el grupo. A comienzos de siglo me gastaba una pasta gansa en comprarme discos y recuerdo que de una tacada me hice con “A Broken Frame”, “Construction Time Again” y “Some Great Reward” de Depeche Mode y por otro lado con “Little Creatures” y “Once In A Lifetime” (recopilatorio) de Talking Heads. Siguiendo los consejos que les doy habitualmente, me compré el disco en el que se incluía el tema que me captó la atención y por otro lado un recopilatorio que me permitiera conocer de forma global la historia del grupo.

El resultado fue excelente y septiembre de 2001 fue un tiempo de grato recuerdo musical, con las escuchas en mi habitación de “Once In A Lifetime” y “Little Creatures” de Talking Heads y el “Business As Usual” de Men At Work. Como el tema de los recopilatorios no lo trato (por lo menos hasta la fecha), el disco elegido para esta semana es “Little Creatures” del año 1985; el trabajo con el que Talking Heads retornaban a un sonido pop sin estridencias e innovaciones, parecido a lo que hicieron en su debut “77”, pero con una mayor experiencia y destreza musical.

Tras las consideraciones personales sobre mi relación con Talking Heads, expliquemos brevemente el entorno en que se movían los Byrne y cia. en aquellos días. Quizás la banda estaba en su momento más álgido. Tras la edición del disco de influencias funk “Speaking In Tongues”, el grupo había llevado a cabo una gira importante, de la que destaca su gran obra en directo “Stop Making Sense” con un film espectacular sobre sus actuaciones en Los Angeles dirigido por el cineasta Jonathan Demme.

Las tensiones personales que se vivieron en los días del fabuloso “Remain In Light”, debido a la dicotomía con la que tuvo que lidiar David Byrne concretada en el enfrentamiento entre el matrimonio Weymouth-Frantz con el aclamado productor Brian Eno parecían haberse diluido. Pero aquello produjo que ciertos resquemores quedaran en las relaciones grupales y fue el germen que a la larga desembocó en el fin del grupo a comienzos de los 90. Sin embargo, tras “Speaking In Tongues” las aguas parecieron calmarse, a pesar de que internamente y en el subconsciente estuvieran abiertas las heridas relacionales. Con este panorama de buen ánimo, al menos en la superficie, se dieron las circunstancias para que el grupo diera forma a un trabajo pop, relajado, llevadero y no exento de auténticas joyas. Demos al play y veamos lo que contiene.

Para demostrar las intenciones sencillas de la banda en este disco, se abre de la mano de “And she was”. Un ejemplo de pop suave y ligero, que muestra a la vez las maneras ya maduras de la formación, pero que en su inocente sonido de gran parte de su duración nos evoca a los comienzos del grupo. “Give me back my name” tiene un carácter más oscuro y pesimista en su melodía, centrado principalmente en la parte de su estribillo. Los efectos sonoros electrónicos ayudan a ese enfoque decadente y también el tono vocal de Byrne a la hora de cantar. Tras este trastabillado corte, se regresan a las llanuras suaves y llevaderas del pop medio, destilado con maestría en este caso con la canción título o en parte título “Creatures of love”. La banda parece haber abandonado el experimentalismo, el frenesí y el intelectualismo de sus obras previas y se aprecia una atmósfera relajada en casi todo el disco, de la cual “Creatures of love” con sus cálidas notas de guitarra y sus suaves melodías de teclados, es un perfecto ejemplo. La gran joya oculta de “Little Creatures”, bajo mi punto de vista, es “The lady don’t mind”. Esta pieza en realidad es un descarte de “Speaking In Tongues”, que por fortuna se recuperó a tiempo para incluirse en el siguiente disco. Tiene un cierto toque de misterio en su melodía, que ya parte desde sus acordes iniciales, que despunta en una buena intensidad en el estribillo. Quizás el tema de corte más serio y sesudo del disco, y en definitiva una auténtica maravilla sonora. También dispuso de un nocturno videoclip filmado en blanco y negro, bastante sencillo a la par, con el grupo tocando sentados sus instrumentos e intercambiando sus posiciones. Tras esta canción tan excelente, con un sonido más conciso, volvemos a las melodías calmadas y placenteras de la mano de la canción de idílico título “Perfect world”. Es, por decirlo de alguna forma, la canción gemela de “Creatures of love” y afirmo perfectamente que es de los mejores temas que puedes escuchar de Talking Heads si lo que buscas es evadirte y aliviar tensiones. El “mundo perfecto” se consigue a través de los pequeños placeres descritos en el estribillo “ella dijo: este es un mundo perfecto, estoy montando en bicicleta bajando por una cuesta. Miro a tu cara y tú fotografiarás la mía”. Hasta los juegos vocales de Byrne me gustan en “Perfect world”.“Stay up late” es quizás de los temas que menos me enganchan del disco de esta semana. La concepción no es distinta al conjunto de la obra o al enfoque dominante, pero creo que la ejecución no es tan buena, ya que el estribillo no tiene tanto ritmo o gancho como otros ejemplos. Tampoco me gustan esos coros repetidos que gritan durante toda la noche. Como curiosidad se incluye alguna frivolidad vocal de David, del estilo de las estridencias al micrófono en forma de ruidos raros o gritos que de cuando en cuando se marcaba este escocés. Después de la canción más floja del disco, prosigue una canción animada titulada “Walk it down”, que vuelve a poner el pop colorista como bandera de “Little Creatures”; una pista discreta, que no suena mal, pero que palidece respecto a la interesante pieza que le cogerá el turno en la sucesión. Una canción complicada a priori, con una estructura no típica, y que puede que en las primeras escuchas no termine de engancharte es “Television man”. Sin lugar a dudas, un gran tema que aporta al lado menos amable y más experimental de “Little Creatures”. Destaco los coros dirigidos por Byrne en cierto impass tirando para el final de la canción y algunas frases de la letra como la visual sentencia, “hombre de la televisión, estoy viendo todo”. “Televisión man” es la canción más larga del disco y más compleja. De primeras escuchas es difícil de cogerle el punto, pero con el paso del tiempo terminas apreciándola; les hablo de mi experiencia personal, evidentemente. La gran valedora de la obra con distancia es “Road to nowhere”. No podemos dejar de lado su acompañamiento audiovisual con ese delirante videoclip con la carrera estática de Byrne y con imágenes hilarantes como las que muestran a Jerry Harrison corriendo tras un carrito de supermercado, al matrimonio Frantz-Weymouth en una secuenciación de su vida afectiva como pareja a lo largo de los años y a Byrne andando por el andén de una carretera con bañador y flotador bajo el brazo. El comienzo con el coro a capella es un elemento arriesgado realmente, pero la verdad es que lo que dicen en dichos versos no tiene desperdicio: “bueno, sabemos a dónde vamos, pero no sabemos dónde hemos estado. Y sabemos lo que estamos aprendiendo, pero no podemos decir qué es lo que vemos. Y no somos niños pequeños, sabemos lo que queremos. Si el futuro es seguro, danos tiempo para hacernos con él”. Su sonido con esos teclados a efectos de lo que podría ser un acordeón, su constante base rítmica y el tono festivo de la melodía, que sin embargo se vale de una pesimista letra, ofrecen como resultado una de las canciones más conocidas de todo el repertorio del grupo, y quizás el éxito más inmediato y accesible para todos los públicos que compuso la formación. En el apartado vocal, destaco el desgañite que alcanza David en la parte final de la canción. Para aquellos que aún no la conozcan, siempre he encontrado un gran vínculo sonoro entre esta pieza y el “Viaje con nosotros” de nuestra querida Orquesta Mondragón. “Road to nowhere” es el final real del disco, pero en la edición que compré en su día, venía una gloriosa propina, que no es otra cosa que el extended mix de la brutal “The lady don’t mind”. Y es que cuando un tema te gusta, normalmente la versión extendida incluso la agradeces, básicamente porque tiende a abundar en aspectos instrumentales que en la pieza original no son tan desarrollados.

El que fue el 6º disco de estudio de Talking Heads fue un disco de buena acogida y con un aceptable reconocimiento y éxito mediático, sobre todo a la pegadiza y animada “Road to nowhere”. Además, la filmación del hilarante videoclip ayudó a que un grupo que ya empezaba a tener una edad talludita, se hiciera un hueco en la Mtv entre grupos más jovencitos. La portada es una maravilla, siendo en realidad una composición pictórica del propio Byrne, en la cual se puede ver dibujados a los miembros de la banda y varias sentencias, proclamas y frases curiosas. La contraportada mostraba al grupo con unos coloridos y exóticos atuendos, saltándose a la torera eso de ir vestidos de calle para tocar o cualquier actividad relacionada con la banda. Una norma que imperaba en el proceder de Talking Heads al menos hasta “Remain In Light”, ya que el traje gigante de “Stop Making Sense” no creo que fuera el atuendo con el que David Byrne bajara a comprar el pan al mediodía en 1983-84.

La cada vez más exposición de la banda en la vida social y ser considerados como unos referentes musicales básicos y reconocidos, hicieron que su líder, el guitarrista y cantante David Byrne comenzara a diversificar más intensamente su actividad, más allá de sus discos en solitario que ya había comenzado a editar en los tiempos de “Remain In Light”, con aquel debut en solitario ayudado por Brian Eno en el vanguardista y experimental “My Life In The Bush Of Ghosts”. Esa ampliación de funciones de Byrne se basó en que debutó como director de cine con su película “True Stories”, de buena crítica especializada. Evidentemente, la película tenía una banda sonora con canciones propias que interpretaban los actores del film.

El problema vino cuando a los Talking Heads se les ocurrió la “brillante idea” de grabar un disco con las canciones de la película interpretada por ellos. De esta forma, pasaron de haber editado en 1985 un trabajo de sonido mediano, sin extremos, experimentos, ni estridencias, pero en definitiva un estupendo álbum de notable o notable alto, a dar factura a su peor entrega de toda su brillante trayectoria. “True Stories” es una desaforada y triste lacra en el historial de Talking Heads. Una mancha negra dentro de una discografía impecable.

A la postre y tras el repunte de “Naked”, se produciría la separación y tal. De eso ya hablaremos cuando toque. De momento hoy les proponemos escuchar el disco de una banda ya consagrada en su día. El álbum editado tras un duro trabajo y una serie de discos tremendamente variados e innovadores. “Little Creatures” no hacía prever que el fin de los Talking Heads se situara 2 discos después. Repito que la obra desprende un sonido amable y llevadero, dando la completa impresión de que la banda disfrutaba con lo que hacía. Parece ser que no era oro todo lo que relucía. Más allá de los problemas internos, “Little Creatures” es un disco apto para todos los públicos y una buena piedra de toque para meterse en el grupo, para iniciarse en su conocimiento. Algo sé de ello, pues ya les he dicho que fue mi lp guía para conocer a Byrne y los suyos. ¿A qué esperan?
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