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martes, 30 de junio de 2020

Programa Falco "Emotional" (Temporada 11/ Programa 8)

Su estreno oficial fue a fecha 29 de febrero de 2020 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Si bien, el programa fue grabado el sábado 15 de febrero de 2020 a las 14.15h en los mismos estudios, si bien no pudimos hacer su emisión o estreno extraoficial de soslayo debido a problemas técnico de la emisora.

Decidimos escoger el 4º lp de estudio de Falco para rendirle tributo merecido. Nos justamos Luis Felipe Novalvos, Mariano González y Víctor Prats para dicho propósito. Escuchamos varias todas las canciones del disco (4 en primer plano, el resto en 2º plano) y pudimos hablar sobre varios aspectos de la leyenda de Falco.

Si no lo escucharon en su momento, aquí les insertamos el reproductor con el podcast y también les dejamos enlace a Ivoox con su alojamiento por si se lo desean descargar y escuchar como quieran: https://www.ivoox.com/dmr-11-8-audios-mp3_rf_52780335_1.html
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domingo, 28 de junio de 2020

DMR cumple 12 años

En mitad de unas circunstancias más bien raras, por todo esto del Coronavirus o Covid-19, "DMR" cumplimos 12 años. Ha sido un año extraño, en el que hemos mantenido al menos el ritmo bisemanal de publicación de artículos de revisiones de discos tema a tema (respetando, eso sí, nuestros habituales parones por vacaciones de Navidad, Verano o Semana Santa) y nuestras ocasionales crónicas de conciertos (personalmente yo me despedí con Of Monsters And Men en Copenhague, ¿quién me lo iba a decir y más teniendo a Nick Cave & The Bad Seeds, Dua Lipa y otra vez a los OMAM en el horizonte?), pero en el que por la pandemia nuestra 11ª temporada de radio se vio interrumpida cuando menos los esperábamos.

Ha habido lugar a que estrenásemos nuestro apartado de videoblog, con el "Turismo DMR" y su primera entrega a los pies de la tumba del inolvidable Falco. Pero, claro, con esto que nos acontece, las circunstancias para viajes se han visto drásticamente modificadas y veremos cuándo tiene lugar la entrega #2.

Quiero agradecer en este artículo de balance a mis amigos y coredactores del blog, Mariano González y Alfredo Morales y también a mis colaboradores o tertulianos radiofónicos Luis F. Novalvos, José Antonio Sánchez y Óscar Cañas; sin todos ellos, esto tendría un valor notablemente menor.

Y en último lugar, pero no por ello menos importante, quiero agradecer a todo aquel que haya pasado por aquí en algún momento para leer algún artículo, escuchar alguno de nuestros programas e incluso dejar algún comentario; sin ustedes, esto tendría poquísimo sentido. Sigan acompañándonos y les esperamos en la conmemoración del "12+1", como diría el malogrado Ángel Nieto.
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viernes, 26 de junio de 2020

Temporada 11/ Programa 9: ABC y "Beauty Stab" (1983)

En estos tiempos extraños y difíciles, regresamos para no cerrar en falso la temporada. ¿Quién iba a decirnos que tras el programa dedicado a Falco y "Emotional", tardaríamos tanto en realizar un nuevo episodio de la 11ª temporada? A estas alturas del mes de junio, normalmente ya hemos finalizado la temporada de turno, pero no quería que nos marchásemos así.

Por ello, con ABC y su 2º disco de estudio, este sábado 27 de junio de 2020 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), realizaremos un último programa antes de, en principio (veremos cómo estamos entonces), regresar en octubre con la 12ª temporada.

Está previsto que sea un debate entre Mariano González y Víctor Prats, pero Mariano González, por prudencia razonable por la situación actual y sus circunstancias familiares, tendrá que tomar parte por teléfono, tal como hizo hace un tiempo en sus peores tiempos de limitación física. Esperemos que la línea telefónica funcione, ya que de lo contrario el programa retrocedería en el tiempo a las 3 primeras temporadas cuando la tónica habitual era que solamente yo comentase las obras propuestas.

Este trabajo del por entonces trío liderado por Martin Fry, no es un disco de tan relumbrón como el debut, e incluso considero que está por debajo en resultado al siguiente. Sin embargo, es un lp bastante aprovechable, con un buen puñado de canciones que nos harán pasar un buen rato este próximo sábado.

Les esperamos con ilusión. Sintonicen RUAH llegado el momento. Esperamos poco a poco ir recuperando nuestra vida previa, pero hay que ir con prudencia y creo que la forma en la que vamos a afrontar este epìsodio final de temporada, cumple con todos los requisitos de sensatez que exige la situación actual.

Links de interés:
Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/695113247997754/
Emisión on-line RUAH: http://www.ruah.es/emision-online/
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viernes, 19 de junio de 2020

Juan Perro - Mr. Hambre (2000)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Por veteranía, talento y relevancia, Santiago Auserón (o sea Juan Perro) debe ser considerado un auténtico tesoro musical nacional. No solo ha aportado composiciones y voz a varias de nuestras mejores canciones. Es un erudito, un estudioso de la música que nos redescubrió sones que estaban olvidados. Tras sus más de cuarenta años de carrera sigue teniendo hoy día una ponderación importante como vocalista de Radio Futura, pero ha sabido desempeñarse con dignidad y no vivir expectante de la nostalgia.

La herencia y el prestigio de Radio Futura siguen intactos hoy en día. Son cita obligada al hablar de la Movida, del rock en español y en el buceo en sonoridades latinas. Precisamente este último detalle ha sido uno de los motivos de prestigio de su carrera en solitario. A parte de por la plasmación en su música, por una esmerada labor de recuperación del son cubano. Recordemos la recopilación “Semilla del son” (1991), auspiciada por Santiago Auserón. El resultado, p. ej, fue que Compay Segundo comenzase a ser escuchado por estos lares.

Más allá de la interesante labor de erudición musical, antes de “Mr. Hambre” ya había editado dos discos. “Las raíces del viento” (1995) y “La huella sonora” (1997). Tampoco hay que olvidar la gira con Kiko Veneno en 1993. Obras y proyectos bien valorados, personales, y talentosos. “Mr. Hambre” prescinde en buena medida de la estilística latina y se compone a base de un pop rock de manual; bajo, guitarra y batería, algún piano y algún arreglo de cuerda. De algún modo no está lejos del ADN de Radio Futura (que en cualquier caso tenía un importante caudal latino) pero suena desde una perspectiva más autoral, más recogida e íntima. Es una obra de una sencillez relativa y engañosa, donde a medida que aumentan las escuchas se descubren detalles en principio inadvertidos. Lo mismo reggae, por ejemplo, que música árabe.

En lo personal, este disco me pilló en primero de carrera. Recuerdo que algunos vídeos como “Charla del pescado” o “Los diez mandamientos”, sonaban con cierta frecuencia en los programas musicales de hace veinte años. Pensándolo ahora, es vivificante pensar que Juan Perro y este disco alcanzaran repercusión. No muchos artistas sobreviven a la sombra de su banda madre, y no son raros los grupos de la Movida cuyos componentes, a veces sin mucha justicia, han pasado a un anonimato intrascendente. Y si bien Santiago Auserón, Juan Perro (recordemos que este nombre artístico proviene del disco de Radio Futura “La Canción de Juan Perro”), o como lo queramos llamar no aparece ya entre lo más escuchado, es una figura respetadísima, de gran prestigio y con una base fiel. Además, rara vez ha dejado de trabajar, con el mérito añadido de hacer lo que quiera y en el momento que quiera. En cualquier caso, un ilustre roquero, un erudito musical (se doctoró en filosofía con una tesis sobre la música en los fundamentos del logos) y una figura absolutamente recomendable. Para el disco contó con esta banda: John Parsons en las guitarras, Ciro Flogiatta en el órgano Hammond, José María Cortina en el piano, Paco Bastante en el bajo, y Moisés Porro y Pedro Barceló en percusiones y batería.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “El Joraique”: Comenzamos el disco con una letra insólita, que versa sobre las andanzas de El Joraique (Alonso Aguilar), un famoso bandolero y pirata morisco del siglo XVI. La canción es un pop rock bastante clásico, aderezado con retazos de música árabe. La factura de la canción es elegante y matizada por un leve exotismo. Todo ello se fundamenta en los arreglos de cuerda de sabor oriental. Si bien no tiene mucho sentido de la épica, la voz de Santiago Auserón sí parece evocar a un contador de historias deseoso de que conozcamos la historia de este personaje. Curioso e interesante comienzo.

2. “Llévame al río”: Rock sencillo, casi primigenio y con sabor a años 50. Ritmo directo, al trote ligero, que sostiene una melodía radiante y luminosa. Tiene un toque ingenuo aumentado por una de esas letras que ya lucían Radio Futura sobre la cotidianidad del entorno rural (“El tonto Simón”, “El canto del gallo”…) No obstante, se aleja de la negritud de estas canciones para abrazar un terreno más amable. Casi travieso.

3. “Yo te cito”: Más oscura es esta canción con su atmósfera nocturna, de cariz misterioso. Las guitarras son más ásperas y con unos apropiados efectos de eco. Coherentemente la voz de Santiago Auserón suena más apagada mientras recita una críptica letra que aumenta la sensación de enigma. Podría hablar de la desazón ante el destino. Es interesante el punteo y cambio de ritmo intermedio, uno de los momentos más roqueros del disco. Buena canción, que haciendo una extraña comparación me recuerda a “Drive” de R.E.M., aunque de forma menos barroca. De momento llevamos tres canciones que sin ir por vericuetos raros, suenan distintas entre sí.

4. “La candela: El principio es engañoso. Los primeros segundos son para una solemne melodía de piano, dando paso a una luminosa y exquisitamente pegadiza canción. Es una composición de orfebre, donde todo está meticulosamente en su sitio. Todo un ejemplo pop rock de acuerdo con los cánones, con algún parentesco lejano con el jazz aquí y allá. Además es optimista desde la misma letra.

5. "Charla del pescado": La canción más radiada y reconocible del disco. Nuevo ejercicio de pop rock plenamente disfrutable y altamente melódico. La melodía es juguetona y pegadiza, adornada por unos acordes de guitarras flirteando con el funk y a ratos con el reggae. Razonable su elección como single, tiene un vídeo sencillo en el que aparece Santiago Auserón arropado por la banda.
6. “Te convierto en canción”: De nuevo clasicismo musical por todos los poros. Los acordes de guitarra de las estrofas son ensoñadores y algo naif. La melodía vocal de Santiago Auserón por el contrario es más pizpireta e irónica, sin perder la ternura. Canción encantadora; puro espíritu de pop clásico.

7. “El carro”: Golpe de timón musical. Ahora las texturas son mucho más sobrias, algo oscuras incluso. Hay también una atmósfera algo irreal y recogida. A ello también ayuda una letra de una particular simbología, acaso algo críptica y portadora de nuevo de la lírica rural de la que a veces hace gala el artista aragonés. Curiosa

8. “Esta tierra no tiene corazón”: Otra pequeña gran curiosidad. Se trata de una canción a ritmo de reggae que musicalmente parece despreocupada y medianamente alegre. La oscuridad se filtra a través de una sombría letra rebosante de pesimismo. Las imágenes no son muy obvias pero podría hablar del sempiterno sentimiento cainita de nosotros los españoles. Se nos presenta “un país que siempre estuvo en guerra” y en el que los niños “aprendieron a contar en lunáticos juegos con los huesos de los muertos”. Interesante.

9. “El hormigueo”: Afloran más guitarras y recuperamos un tono más roquero, con unos acordes eléctricos subrayando el final de cada estrofa. La melodía es accesible pero algo excéntrica. Todo acorde con la paranoica letra en la que se describen una serie de situaciones que provocan el miedo del, digamos, narrador. Curiosamente el estribillo es el más sencillo de todo el disco, pero tiene algo de amenazante. Como dice la letra: “Se ha metido la locura por el ojo de la cerradura”. Para mayor satisfacción la canción se cierra con unos arreglos de cuerda cortesía de la sección correspondiente de la Filarmónica Ciudad de Praga.

10. “Los diez mandamientos” “Mr. Hambre” se cierra con una nota alta. Esta canción fue segundo single y es posiblemente la canción más vivaz, roquera e irónica del disco. El “Toc, toc ¿quièn es?” se acaba quedando grabado a fuego. La estructura de la canción se compone de dos estrofas que van desgranando un peculiar decálogo que, socarronamente, podría describir la situación de una familia más o menos disfuncional. Son auténticos ripios, casi humorísticos aunque algo cáusticos, con más intención de lo que parece. La canción es insanamente pegadiza, tiene algún arranque eléctrico y es un estupendo cierre de obra.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
“Mr Hambre” es un disco de apariencia sencilla que guarda dentro de sí un muestrario de pequeños y distintivos detalles. Lo mismo te encuentras un reggae, matices andalusíes o elegantes arreglos de cuerda. Por otro lado, es un disco que de su concreción hace una virtud y consigue que las escuchas se hagan realmente ligeras. Por añadidura, cada acorde parece estar justamente en su sitio, alcanzando (por decirlo de algún modo) el arte a través de la artesanía. Los fans antiguos, de la época de Radio Futura, apreciarán y seguramente ya conocerán este disco. Los neófitos en escuchar a Santiago Auserón en cualquiera de sus proyectos encontrarán una piedra de toque tan interesante como accesible.

Y proyectos ha tenido unos cuantos. Recordemos por ejemplo Las Malas Lenguas, junto a su hermano Luis, que nos dejaron un puñado de versiones de rock clásico. Todavía trabajando hoy en día, ojalá tarde mucho en llegar la jubilación de Santiago Auserón.

Texto: Mariano González.
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viernes, 5 de junio de 2020

Walk The Moon - Walk The Moon (2012)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Tenía pendiente meterme a analizar algún disco de una banda que dentro del pop-rock actual me parece cuanto menos interesante para ver algo de calidad y estilo en el sector más fresco y desenfadado de la música. El cuarteto estadounidense (de Ohio) Walk The Moon ya me entra por el simple motivo de que su nombre parte del homenaje a The Police y a su conocida canción “Walking on the moon”.

No voy a esconderles el hecho de que conocí a la banda gracias a su masivo hit “Shut up and dance”, perteneciente a su 2º lp (o 3º, según se mire; personalmente yo es que veo al protagonista de hoy y al previo “I Want! I Want!” como una misma unidad concebida en edición y reedición), y que tras unas escuchas aleatorias en Hit TV, quedé prendado por la misma. Sin embargo, cuando esto de que un grupo y una canción te llamen la atención le sucede a uno, es sano el rascar un poquito más en la banda de marras porque a veces te encuentras más material de calidad y puede que esa formación pase a tomar parte de tus gustos. Y así me sucedió.

El grupo comenzó en 2010 con Nicholas Petricca a la cabeza, como cantante y principal compositor. Considero al sr. Petricca a un tío con un gran sentido del ritmo y la melodía a la hora de componer, ya lo apunto de entrada.

La banda, tras varios cambios de componentes, se afianzó en 2011 con Eli Maiman a la guitarra, Kevin Ray al bajo y Sean Waugaman en la batería. Todos ellos acompañando a Nick Petricca. Ya con el cuarteto estabilizado, se dio lugar a la edición del disco que hoy nos ocupa, que no deja de ser una reedición revisada en parte en su track list (temas que lo componen y su orden) del primer disco del grupo que salió en 2010, el “I Want! I Want!”. Muchos temas son comunes, pero se añaden otros y se suprimen otros tantos y se permuta el orden.

El resultado es un disco tremendamente fresco, que levanta el ánimo y permite sacar unos 3 cuartos de hora de diversión y buena música, lleno de piezas pop muy válidas. Pues venga, vamos a ver qué tenemos entre manos. Les aseguro que escuchando el disco se lo pasarán bien.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Quesadilla”: El disco arranca bien, con una canción bullanguera de curioso título. “Quesadilla” se acelera en puente y estribillo, con una melodía de fantasía muy luminosa. Dispuso de un videoclip de bajo presupuesto (hay varios del disco dentro de lo que el grupo vino a llamar “Presents 7in7”), en el que en el patio de una vivienda hacen el chorra, dando protagonismo a una piñata de un torito multicolor. Un inicio animado, rítmico, que nos da buenas pistas de los territorios sonoros por los que se va a mover el disco.

2. “Lisa baby”: Sin embargo, no piensen que el lp va a ser todo pop acelerado y de luces. No. Un ejemplo lo muestran los de Ohio en el 2º corte del disco con “Lisa baby”. Esta canción tiene un sonido más oscuro y rugoso, casi más cercano al indie pop que al power pop en el que a priori podemos incluir a Walk The Moon. Canción de perfil bajo, que quizás en las primeras escuchas hace que nos quedemos confundidos, pero que fácilmente podemos apreciar con el paso del tiempo. No todo ha de ser diversión y frenesí.

3. “Next in line”: Por si alguno no se ha encontrado cómodo con “Lisa baby”, gracias a “Next in line” volvemos a la senda sonora principal del disco. Esta canción a ratos o por épocas ha sido de mis favoritas de la obra. Tiene un cierto toque épico en su animada melodía que brilla sobre todo en el estribillo. Es de las piezas que contó con otro de esos vídeos del “Presents 7in7” en el que el grupo aparecen tocando en un banco sentados los 4, activándose de cuando en cuando cada uno de ellos.

4. “Anna Sun”: Tras un buen arranque de lp, Walk The Moon culminan la apertura con uno de los tótems del álbum (por no decir el tótem absoluto). “Anna Sun” es una canción pop perfecta. El estribillo no puede ser más acertado, pero es que el ritmo vertiginoso va desde el primer verso hasta el final. Solamente es eclipsada en la historia de la banda hasta el momento por “Shut up and dance”. En el videoclip es donde vemos el racord entre el momento en que se reeditó este disco con respecto a “I Want! I Want!”, ya que vemos a un Petricca muy joven y con pelo más largo de lo habitual. Por cierto, el videoclip tiene un plano secuencia dentro de una casa que no tiene desperdicio. Luego, tras un baile coreografiado, se termina en una batalla campal, colorida y festiva en el campo. Siempre ayuda ver el vídeo y escuchar la canción; he perdido la cuenta de las veces que lo habré hecho.

5. “Tightrope”: También fue single, con 2 videoclips, uno de bajo (en una habitación de hotel liándola pepina) y otro de algo más alto presupuesto (con recreaciones de safaris en estudio y con tremendo nerviosismo insuflado por todo lo que incluye). “Tightrope” de hecho puede que fuera la canción con la que en su momento la presente edición se buscase que sumara más adeptos. Es quizás la pieza más frenética del disco (que ya es decir), que incluye buenos riffs de guitarra y melodías insanas de teclado que suponen una potente dosis de adrenalina. Muy disfrutable y levantadora de ánimos.

6. “Jenny”: Del desenfreno de “Tightrope” pasamos ahora a “Jenny”, que si bien tampoco es que baje mucho en ritmo, sí que ofrece una melodía más sesuda o seria. Ofrece cierto nerviosismo o intriga en su sonido, que apuntala su correspondiente vídeo del “Presents 7in7” en el que los componentes del grupo van siendo secuestrados.
7. “Shiver shiver”: Llegamos a “Shiver shiver”, que nos sumerge en un medio tiempo de pop desenfadado y resuelto. Baja el ritmo acelerado que llevamos desde hace unas cuantas pistas. El videoclip tiene sorpresa: más allá del invitado que baila con mucho flow, el clip termina con una fiesta en mitad de ese parking a la que sorprendentemente se suman ni más ni menos que los Of Monsters And Men. Dos de mis bandas actuales juntas, ¿qué más puedo pedir?

8. “Lions”: Este interludio es de los casos que diría Alfredo Morales que es un ejemplo de echarle morrazo. “Lions” es más bien la intro de lo que podría haber sido y no fue. Un in crescendo de intensidad, que al final se desinfla. 35 segundos para dar paso a la pieza más ajena al conjunto del álbum.

9. “Iscariot”: Momento de reflexión con la lenta “Iscariot”. Resulta curioso que un buen amigo mío, Sergio Calero, que también gusta de la banda, destacó esta pieza como su favorita o al menos de sus favoritas del disco. Y la verdad es que su trabajo como ítem alejado del sonido predominante del álbum le viene bien. Su estribillo es bastante pertinaz, mientras que Nick desfila por la terminal de un aeropuerto (otro de los vídeos del “Presents 7in7”); el vídeoclip le pega realmente.

10. “Fixin'”: Después del capítulo pausado de la obra, retomamos algo de ritmo gracias a “Fixin'”, que no deja de ser otra agradable pieza pop, que si bien tampoco es de los momentos que más vértigo ofrecen del disco, no le hace falta. Moviéndose en algunos cambios de ritmo, “Fixin” resulta un más que disfrutable momento para ir cerrando la escucha del lp.

11. “I can lift a car”: El disco termina con una cancíón que está dentro del sonido medio del lp. “I can lift a car” es una composición que cierra el círculo que abrió “Quesadilla”. Es curioso que empieza con unas estrofas casi reflexivas, pero que sin embargo rompe con un estribillo bastante contundente (que no en vano incluye el título de la canción). Correcta forma de acabar un álbum por lo general bastante divertido y animoso. El vídeo que tiene es una fiestecilla en la piscina de la que creo que será la casa unifamiliar del vídeoclip de “Quesadilla”, con bailes y zambullidas.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Después de este disco, Walk The Moon siguieron creciendo. Con el siguiente trabajo “Talking Is Hard” y el pelotazo como single de “Shut up and dance” terminaron de llamar la atención a nivel internacional. Pasaron por Madrid en diciembre de 2015, pero lamentablemente me cogió un poco antes de que empezaran a gustarme.

Tras este disco, lo último hasta la fecha fue “What If Nothing” en 2017. He de confesar que no me enteré del lanzamiento de este disco hasta el año pasado, con lo que sacarán en conclusión que tampoco fue un trabajo que ofreciese una gloria mayor que la previa a la banda. También he de reconocer que más allá de alguno de sus singles, no he accedido al contenido total del álbum, con lo cual no les puedo valorar en su conjunto. No obstante, lo poco que he escuchado merece la pena. Por ejemplo, “Tiger teeth” es una canción más que notable y “One foot” es un single muy efectivo; probablemente lo que le falte a este disco es un “Shut up and dance” o en su defecto un “Anna Sun”, ya que la citada “One foot” o “Kamikaze”, aunque están muy bien, no llegan al nivelazo de gancho de las predecesoras.

Para ir poniendo el cierre al post, diré que con este peculiar 2º disco de estudio (lo de peculiar es por incluir varios temas de “I Want! I Want!”) el grupo fue despegando ya decididamente. Es un lp muy disfrutable, que (repito, lo sé) levanta el ánimo de forma innegable, pero que también ofrece piezas de distinto perfil (las justas y necesarias), para no ofrecer una sobredosis de ritmo y vértigo.

Personalmente tengo muchas ganas de ver cuál será el siguiente disco de la banda. Creo que Nicholas Petricca todavía tiene la posibilidad de regalarnos muy buenas canciones pop y algún pelotazo que quizás les dé un mayor nombre para las masas; no creo que sea una banda que esté en caída. Ya si de paso, cuando se recupere la normalidad tras el presente jaleo del Covid-19, no se me pasa la próxima vez que caigan por Madrid, tengo ganas de verles en directo; espero que esa próxima vez sea también en el Teatro Barceló, un lugar estupendo para conciertos y que fue donde recalaron en 2015.

Hasta entonces, cuando haya nuevo disco y futuros conciertos, tienen suficiente material de la banda para descubrir a un buen grupo pop; considero que este es el primer paso que han de dar, y por ello he propuesto este álbum, de colorida portada (le viene al pelo) en el presente artículo. Que ustedes le saquen provecho.
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