Estoy tremendamente contento de haberme equivocado en los pronósticos que hice en las últimas líneas de la crónica de hace 5 años del concierto que Spandau Ballet ofrecieron en el Palacio Vistalegre. Suponía que aquella era una ocasión única y que no habría más oportunidades para volver a ver al quinteto neorromántico en acción. Craso error pensar eso. Desde hace varios meses el grupo anunciaba nueva gira con motivo del nuevo recopilatorio con 3 temas nuevos que han editado no hace mucho y no podían dejar de lado a su querida España. Y menos mal que este grupo, no como muchos otros artistas internacionales, tienen a bien acordarse de Madrid también.
No dudé para nada en sacarme la entrada para revivir una experiencia tan buena como la que tuve en el coso cubierto de Carabanchel en marzo de 2010. La subida del importe de la entrada ha estribado en el exagerado I.V.A. cultural que nos asola. Fuimos con tiempo al Palacio de los Deportes, dando un paseo desde donde resido y estuvimos en la cola una media hora, con unos últimos 15 minutos antes de entrar algo agobiantes debido a que por motivos de movilidad de la zona nos obligaron a ponernos al sol de la plaza de Felipe II. Más o menos había la misma congregación de gente que en 2010 a las puertas con la misma antelación. Por eso mismo conseguimos una situación muy parecida a la de 2010: en 4ª fila y muy centraditos frente al micrófono de Tony Hadley.
Los conciertos, sobre todo cuando la espera desde que abren puertas (las 19.00h) se hace larga hasta que sale el grupo y se apagan las luces (en este caso las 21.30h) se lleva mucho mejor en buena compañía y en este caso tuvimos la ocasión de conocer a unas cuantas parejas de generaciones anteriores a la nuestra con las que tuvimos unas conversaciones muy agradables e interesantes. Todo esto ayudó a que casi sin darnos cuenta llegara el momento en el que las luces se apagaron y salieran a escena los 5 más 1 (ahora Spandau Ballet llevan otro teclista en sustitución de la corista de antaño). La verdad es que hacía tiempo que no encontrábamos tan agradable compañía sin conocimiento previo para un concierto; nos hemos encontrado con gente muy maja en muchos conciertos y en esta ocasión ha sido una de las mejores. Un buen plano de Tony con Steve aquí abajo.
El set se volvió más austero que en 2010, en aquel “Reformation Tour”. Este “Soulboys Of The Western World Tour” no dispuso de telón de fondo para ver las imágenes del grupo ampliadas, ni tampoco la corista que acompañara a Tony a las voces (los coros femeninos siempre funcionan mejor que los masculinos que aportaron el resto de componentes). Peccata minuta estas cosas, ya que con lo que sonó y el grupo puso sobre las tablas durante las 2 horas clavadas de actuación sobró para que todo el mundo saliera montado en una nube del recinto de la calle Goya. Comencemos a comentar lo que propusieron musicalmente los Spandau Ballet.
Se empezó el listado de temas con la canción, tras una intro en la que se apreció un amago de “Musclebound” (con algunos de sus sonidos marcados, pero que luego olvidarían en absoluto tocar), “Soul boy”. Éste es uno de los nuevos temas del grupo, el cual desconocía y no jugó mal su papel de apertura. Si bien es cierto que tan pronto terminó esta nueva canción y empezaron los riffs endiablados de “Highly strung” de “Parade” fue cuando la gente entró en la verdadera histeria que se mantendría constante prácticamente hasta las 23.30h cuando se encendieron las luces del Palacio de los Deportes.
Me recordaron algo en la disposición de canciones los buenos de Spandau Ballet a Morrissey, en lo referido a que en esta ocasión también metieron seguidos 2 temas en los primeros compases que casi me llevan al colapso de la emoción. Si en octubre el que fuera líder de The Smiths casi me tumba con el comienzo de “The Queen is dead” y acto seguido “Speedway”, aquí fue cuando los Kemp, Hadley y cia. se pusieron con “Only when you leave” como tercera canción del show y acto seguido la brutal balada “How many lies?”. En 2010 “Only when you leave” también sonó pronto, al igual que su predecesora en esta noche “Highly strung”, con lo que hubo un poco de “dejavú” en ese sentido. No obstante, la fuerza melódica del single de mayor relumbrón de “Parade” volvió a capturarme y a experimentar unas sensaciones sonoras increíbles. Tony la interpretó de manera sublime al micrófono. A continuación les insertamos el fragmento de video que grabamos; como siempre, no esperen grandes cosas de los videos que subimos.
Y para darme el remate, según se termina esta pista comienzan a sonar los acordes de “How many lies?”, esa pedazo de balada del lp “Through The Barricades”; aquí se echó mucho de menos los coros femeninos en el tramo final, ya que la voz del teclista es menos apropiada para ello. Sin embargo, esto fue un mal menor, ya que nuevamente Tony se volvió a lucir al micrófono, adornándose lo necesario en todos los recovecos vocales que le ofrece esta fabulosa composición de Gary Kemp. Me dejaron tocado durante un buen rato y ya satisfecho de haber escuchado casi del tirón dos de mis temas predilectos del grupo. Y ahora el video (también solamente un cachito) de “How many lies?”.
Para intentar no ser demasiado lineal, que a veces puede resultar un poco aburrido, voy a desviarme del orden del set list y comentar que “Through The Barricades” como disco perdió peso en este concierto; de hecho, hasta los bises no volvió a tener protagonismo con la canción que lo titula. Es curioso, ya que hasta entonces ni había reparado en esta preciosa composición. “Through the barricades” abrió los bises y permitió que el grupo poco a poco fuera recuperando al sexteto en escena, primero saliendo Tony con Gary a la guitarra acústica. Poco a poco la canción fue ganando todo su peso para terminar en todo lo alto como bien saben ustedes. Aquí un fragmento que grabamos de esta bonita pieza, su sector final.
No hizo acto de presencia “Fight for ourselves”, ni otros temas tan válidos como “Virgin” o “Cross the line”; al menos “Virgin” ya la escuché en 2010 en Vistalegre, con lo que solamente me quedé otra vez con “Cross the line” en el tintero (¿quizás para una próxima ocasión? Ójala). Pues eso, que del álbum “Through The Barricades”, poquito, pero lo que hubo muy bueno.
“Parade” y “True” tuvieron el peso correspondiente a sus 4 singles. Si bien hay que diferenciar que “True” fue el disco encargado con sus singles de agitar sobre todo el tramo final de la actuación. Con “Parade” el grupo reventó el inicio del show con las ya comentadas “Highly strung” y “Only when you leave” y poquito después la emotiva “Round and round”. Del disco de la paloma en la portada los singles “menores” “Communication” y “Lifeline” aparecieron seguidos en el tramo final del grueso del show. Y poco después vino “True” para cerrar lo principal y parar unos instantes para los bises. Nuevamente Tony no quiso hacer el sostenido del “said” del 2º puente, cosa que lamentamos, pero que puso de manifiesto (por otras maniobras vocales de quitar el hipo) que no lo hace porque no le apetece; una pena, ya que sería un momento de tremendo lucimiento para uno de los mejores cantantes de la historia del pop. Arriba del párrafo “Lifeline” prácticamente completa y aquí abajo un pequeño fragmento de “True”.
En la parte central de la actuación hubo varios combos de canciones. Hubo una especie de hadley, digo medley (esta coña o broma la tengo desde hace muchos años pensada; discúlpenme la chorrada) donde Spandau Ballet tocaron del tirón y prácticamente completas “Reformation”, “Mandolin”, “Confused” y “The freeze”. Muy bonito fue que tras terminar el sector más nuevaolero de la noche, Tony dedicara el mismo al malogrado Steve Strange (recordamos que junto a Boy Gheorge, los Spandau fueron costaleros del ataúd de Strange en su multitudinario entierro de hace unos meses). La parte de la newwave tuvo su continuación con “To cut a long story short”, que sonó con todos los honores individualmente y antes con “Chant nº1 (I don’t need this pressure on)”, que también estuvo independiente en su interpretación antes del combo de temas menos emblemáticos. Abajo Gary a los sintes en la fase de las canciones de la nueva ola.
Otro combo que supuso una parte diferenciada del show fue cuando el grupo tocó de seguido la bonita canción de pop soul (muy del estilo de la banda) “This is the love” y “Steal”, que Tony interpretó de forma muy crooner. No faltó, pero situada por ahí en medio, en tierra de nadie, “Once more”, el tema inédito que el grupo firmó en 2009 cuando se reunieron. No estuvo mal, pero supuso más bien un respiro en medio de la vorágine en la 2ª mitad de la actuación. A continuación un primer plano de Martin Kemp al bajo.
Me gustó mucho el detalle que Spandau Ballet tuvieron con el público que no puede estar cerca del escenario. Cuando Martin Kemp, Steve Norman, John Keeble y el teclista de apoyo, del que no hemos encontrado el nombre por ahí, se quedaron solos en el escenario tocando la instrumental “Glow” (más sector new wave), Tony y Gary se fueron a la parte de atrás a un mini escenario donde tocaron en acústico “Empty spaces” y un fragmento inicial de “Gold” donde Tony prácticamente cedió el micro al Palacio de los Deportes para que fuéramos nosotros quienes cantáramos la canción por excelencia de Spandau Ballet. Vean la foto con Tony y Gary en el escenario trasero para interpretar el citado pasaje acústico.
He de confesar que también me agradó bastante que se seleccionaran temas de “Heart Like A Sky” de 1989, un disco que aquí siempre hemos defendido. Además de la adecuada “Empty spaces”, que hizo las veces de “With the pride” (como ya la escuché en 2010 no me molestó para nada la permuta), también se metieron con el tema “Raw”, que fue uno de los grandes singles. Ahora toca una foto del resto del grupo en el escenario principal, pero sin Gary y Tony.
En este apartado del disco de 1989 a mí me hubiera gustado mucho que hubieran recordado la bonita “Crashed into love”. A otros que estaban cerca de mí a las espaldas les hubiera vuelto locos “Be free with your love”, pero ni una ni otra cayeron en esta ocasión. Es un tremendo detalle por parte del grupo eso de que se fueran a la otra punta a tocar. La gente de las últimas filas quedarían encantados de ello. Quizás si se hiciera esto más a menudo se acabarían las tortas por las primeras filas. O no. ¿Quién sabe?
A muchos les hizo temer que esa versioncilla en acústico de “Gold” supusiera el fin del protagonismo de esta pista en el show, pero yo sabía que no podía ser así. Primero porque no se tocó completa y 2º porque Tony no es de esos que deja el micro media canción al público. Fue un bonito juego y nada más. “Gold” retornaría en el bis para poner el punto y final de forma monumental (arriba del párrafo nuestro video). Con el público completamente rendido ante el grupo, los 6 componentes dieron todo en la última pista con la que sellaron 2 horas de actuación de nota sobresaliente.
En tanto a los componentes Tony Hadley al micrófono estuvo portentoso otra vez. Demostró que por él no pasan los años. No ha perdido ni un tono de su voz y se comentó en nuestro grupo que si cerrabas los ojos era como escuchar la voz de los discos de estudio. Verdad absoluta. En su relación con el público creo que incluso en un momento nos señaló cuando le estábamos mirando y a la vez señalándole a él y estuvo tan educado como un vendedor de unos grandes almacenes, preguntando en varias ocasiones a la audiencia si estábamos bien y vestido como un pincel, cambiando la corbata por un fular para esta ocasión. Abajo un primer plano de Tony muy centrado en el show.
Gary Kemp estuvo correcto y movidito, pero quedó algo eclipsado por un Steve Norman más multinstrumentista que nunca y que no paró de comerse el escenario con la guitarra, tocando los timbales, con coros y sobre todo con su personalísimo saxofón que concedió el toque elegante imprescindible a las canciones de Spandau Ballet. Siempre llama la atención ver en fila a los 4 Spandau libres de posición en el escenario bien juntitos como hicieron en 2010 y en esta ocasión también hubo momentos de misma instantánea como la siguiente.
John Keeble estuvo en la batería escudado por su gong trasero y haciendo ciertas apariciones de protagonismo que eran necesarias. Martin Kemp fue el más sobrio de todos, con su bajo y sus marcadas líneas (nuevamente muy destacable en “To cut a long story short” cuando se puso en uno de los bafles frontales a darle a las cuerdas) de su instrumento. El teclista funcionó bien, pero cuando hubo que desgranar las melodías sintéticas de los comienzos del grupo Gary Kemp también asumió el rol de ponerse con ello en primer plano (lo han podido ver gráficamente en una foto más arriba).
Venga, vamos con los “peros” personales al set list. Voy a dejar de lado temas que me gustan pero que ya escuché en Vistalegre en 2010, pero aún quedan pistas como “Pleasure”, “Code of love”, “Revenge for love”, “Cross the line” o “Crashed into love” que me hubieran encantado escuchar. El set list fue más arriesgado que en 2010. Spandau Ballet concedieron más espacio a su primer disco “Journeys To Glory” y también a los temas nuevos (cayeron los 4 nuevos desde 2009). En este sentido se apreció un concierto de una banda más en movimiento que lo de 2010. Aquel grandísimo concierto fue una actuación de gira de reunión que daba la impresión de gira puntual de grandes éxitos. Quizás con esta nueva gira se pueda intuir que haya más ocasiones en años venideros de ver al grupo en la carretera. O no; a ver si me voy a volver a equivocar en esta ocasión en el sentido inverso.
El sonido fue algo peor que en Vistalegre y el show fue más íntimo que en Vistalegre. El formato “Ring” del Palacio de los Deportes causa una sensación rara, con esos telones negros que tapan las gradas y crean la sensación de caja o cubo. En Vistalegre hubo gradería y la pantalla de fondo que ofreció un mayor empaque o fastuosidad. Sin embargo, el resultado musical fue igual de satisfactorio. A mí me gustó algo más el set list de 2010, pero creo que en esta ocasión hubo puntos muy buenos como el de recuperar “Empty spaces” para el formato acústico, aunque ello supusiera sacrificar a “With the pride” (que algún día podrían plantearse volver a tocarla en formato normal de estudio).
Vean en la imagen superior a Tony Hadley brindando con nosotros con whisky y cerveza. A las 23.30h terminó el concierto, pasamos por el merchandising con compra de camiseta por parte de uno de nuestros amigos como acertado recuerdo o souvenir de tan memorable noche y en las escaleras de subida a la calle nos encontramos con una de nuestras más fieles radioyentes Mercedes, a la cual nos encantó saludar y poder charlar con ella un ratito; ella fan acérrima de Miguel Bosé y también de Spandau Ballet no podía faltar en esta ocasión.
El grupo de gente que nos conocimos nos fuimos a celebrar el evento a una cervecería enfrente de los accesos de la calle Goya del recinto y he de decir que hacía tiempo que una caña con limón no me sabía tan bien (tenía una sed de aúpa). En el bar hubo momentos graciosísimos cuando otro grupo de fans que estaban en todo lo alto se pusieron a corear “Gold” a grito pelado. Yo me contagié y les hice los coros desde el fondo del local, como no podía ser de otra forma. Tras las cañas y viendo que el local cerraba ya, hicimos una intentona para rubricar la noche con la guinda de quizás conocer a algunos de los componentes. Nos dimos un paseo por las puertas de acceso a vestuarios del Palacio de los Deportes, pero lo único que vimos fue a la gente del pase VIP marcharse tras haber departido con el grupo dentro. Desistimos pasado un rato pensando que quizás se hubieran marchado los componentes por otro lado (no había furgoneta o autobús de cristales tintados en esa zona) y tiramos para casa con agradecido acercamiento a nuestra casa por parte de una de las parejas amigas que conocimos esa noche.
Imaginé una buena experiencia a priori nuevamente con Spandau Ballet, pero no tan buena como lo fue de nuevo. Quizás musicalmente o por repertorio y sonido (que a ratos en el Palacio de los Deportes fue algo regular) me quedaría con el de 2010 en Vistalegre, pero por la gente con la que compartimos la experiencia y el recinto en sí donde está situado (me encanta poder ir dando un breve paseo de 20 minutos a un concierto y eso me lo permite el Palacio de los Deportes), me quedaría con esta nueva ocasión. Quedé encantando de ver nuevamente a una de mis bandas favoritas y confío en que no sea la última ocasión y les pueda ver nuevamente en un futuro. Con este 2º concierto no se me han saciado las ganas de ver a Tony Hadley, Gary Kemp, Martin Kemp, Steve Norman y John Keeble en directo. Y esto no se crean que me pasa con todos los grupos que adoro. No voy a mencionar otras bandas en sentido opuesto, ya que no es el momento de apalear a nadie sino de ensalzar lo bien que lo hacen Spandau Ballet en directo. Nuevamente, ¡gracias Spandau Ballet!
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