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viernes, 6 de febrero de 2015

Interpol - “El Pintor” (2014)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
A veces hay que innovar, y aunque lo que vamos a hacer esta semana va contra los principios críticos de este blog, creo que de cuando en cuando no está mal saltarse las normas. ¿En dónde está la novedad? Reside en que en el momento en el que estoy escribiendo estas líneas, aún no he escuchado ni una sola vez el disco que hoy es protagonista del post. Es decir, que la revisión post a post va a ser de primeras escuchas. Algo arriesgado, ya que normalmente un disco de primeras no entra y más en el caso de un grupo como el que hoy nos ocupa. Lo que pasa es que tengo muchas ganas de escuchar este disco y últimamente no me sobra el tiempo, razones de peso añadidas a esta voltereta que doy esta semana.

Me atrevo a este ejercicio ya que Interpol es una de mis bandas preferidas de los últimos tiempos. Si bien en directo dejan bastante que desear, salvo lo que aporta Daniel Kessler en sus guitarras (dejando de lado lo máximo posible la experiencia chunga que tuve en La Riviera en 2007), en estudio es una de las bandas que estimo han acertado más en mi diana de gusto musical en los últimos tiempos.

Con todo, el disco homónimo de 2010 creo que es algo inferior a los 3 anteriores, los cuales en mayor o menor medida son unas joyas discográficas con pasajes realmente brillantes. Tras ese trabajo, el grupo se ha tomado su mayor parón hasta editar nuevo disco, 4 años. En ese tiempo, Paul Banks editó su primer disco bajo su nombre, que no en solitario, ya que tuvo un trabajo previo como Julian Plenti, en el que había algún buen detalle como el single “Young again”.

“El Pintor”, disco homónimo en anagrama, es el siguiente paso de los neoyorkinos. No sé si es un guiño decidido de Banks hacia su periodo de residente en España. No he contrastado datos. Pues bien, introduzco el disco en la lista del reproductor de Windows Media Player y empezamos con el experimento.

ANÁLISIS DEL DISCO:
1. “All the rage back home”: Música y la voz de Paul Banks comienzan al unísono. “All the rage back home” suena melancólica en los primeros compases, con acordes llorones a cargo de Kessler. Pensando que íbamos a encontrar un tema de medio tiempo para empezar, nos sorprende en torno al minuto entrando la batería de Sam Fogarino y la línea de bajo a todo meter. La canción se acelera y alcanza niveles rítmicos que si nos ponemos optimistas nos pueden recordar a pasajes de “Turn On The Bright Lights” o “Antics”. Buen comienzo, animado y potente, sin dejar de lado la oscuridad inherente a Interpol. Creo que ha sido el single, y con acierto.

2. “Desire”: En la 2ª canción, de título “Desire”, destaca la producción que concede un sonido monumental a los primeros acordes de Daniel Kessler y su eléctrica. La canción es menos inmediata que la apertura del disco. De hecho a ratos se enrevesa y complica, sobre todo, curiosamente, en el estribillo. Por lo general, ese acorde cíclico de Kessler concede una base a la canción muy interesante. El estribillo busca la épica, sobre todo por el sostenido vocal de Banks. Es el capítulo más largo del disco, según veo la duración de los temas y quizás peque algo de exceso de segundos, pero por lo general agrada y evoluciona bien.

3. “Anywhere”: Con “Anywhere” Interpol siguen apostando por la intensidad en su nuevo disco. Quizás estemos ante el comienzo de disco más movidito y animado de “Interpol” desde “Antics”. Destaca la base de batería de Sam, muy contundente, y que a ratos incluso deja en 2º plano los juegos de acordes de Kessler. Es una canción muy identificable de Interpol, aunque creo que está lejos de otros momentos más geniales en este territorio potente profesado por los de New York.

4. “Same town, new story”: Interpol no están sellando un disco demasiado oscuro o decadente, al menos hasta el momento. Aunque “Same town, new story” baja de intensidad, la nueva estructura cíclica de la guitarra eléctrica le da un toque de cierta luminosidad dentro de un ritmo menos acelerado. Estoy en una primera escucha, pero creo que quizás con el paso del tiempo pueda ser una de las canciones a tener en cuenta personalmente.

5. “My blue supreme”: Quizás “My blue supreme”, con un tono más decadente, podría ser un capítulo cercano a las obras maestras del disco de debut. Da la impresión de estar subida de tono innecesariamente. Muestra buenas maneras o detalles, pero por ejemplo ciertos agudos de Paul en las voces me chirrían algo. Como ven, habrá que dar más escuchas. Tampoco me estoy atreviendo a ser demasiado categórico en estas primeras sensaciones.
6. “Everything is wrong”: Agrada mucho la melodía de “Everything is wrong”. Creo que Interpol afronta en esta occasion la velocidad melódica adecuada a su historia discográfica. El estribillo repunta con la justa épica, pero la canción donde brilla es en las estrofas. Todo está en buena sintonía en esta ocasión. Las paradas de los instrumentos en el tramo final también están bien medidas para afrontar el muro de término.

7. “Breaker 1”: Se aprecia en “Breaker 1” el cambio de guitarra y la voz de Banks viniendo con reverberación desde el fondo. Es una canción de ritmo pausado y con arranque potente para el estribillo. Destaca por sus formas, pero no por su tino. Gracias a su estribillo, Interpol siguen mostrando un disco notablemente potente en comparación con el anterior lp e incluso con gran parte de “Our Love To Admire”.

8. “Ancient ways”: “Ancient ways” comienza con la batería en lugar de con las guitarras eléctricas. Suena inquebrantable, con fuerza y un cierto tono amargo en su rudeza. No tiene respiro. Es continua en su melodía y solamente levanta el pie al final, para terminar igualmente con la batería.

9. “Tidal wave”: Dentro de la potencia y rudeza general de este disco, Interpol proponen un capítulo más medido para ir cerrando el álbum. “Tidal wave” ofrece mucha elegancia y refinamiento en sus formas desde el comienzo. Gira bastante en el estribillo, donde se inyecta una considerable dosis de luminosidad, pero no descuadra demasiado. Es quizás uno de los episodios del disco que más nos ha agradado en esta primera escucha que estamos llevando a cabo y que como novedad estamos compartiendo esta semana con ustedes.

10. “Twice as hard”: Termina el disco con “Twice as hard”. Recordándonos mucho la guitarra al final de “Our Love To Admire” (¿recuerdan “The lighthouse”?), Interpol finalizan con un medio tiempo que se aleja de la potencia general que desprende “El Pintor”. Tradicionalmente el grupo gusta de cerrar con capítulos en este sentido y aunque en esta ocasión la obra podría invitar a pensar que se salieran de la norma, el caso es que Paul Banks y cia. finalizan con una canción sencilla, bastante relajada, que juega, sin asumir riesgos, el papel de cerrar correctamente el disco.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Lo cierto es que yo me enteré muy tibiamente de que Interpol habían editado nuevo disco. Quizás sea un indicativo medio malo. En todo caso, con este disco de rojas manos en portada sobre fondo negro, Interpol da la impresión de querer recuperar la potencia de sus inicios, dejando de lado la solemnidad y quizás excesiva decadencia que a ratos ya mostraron en “Our Love To Admire” y que explotaron más claramente en “Interpol”.

Con esta primera escucha, nos da la impresión de estar ante un trabajo muy intenso y arrebatado. Interpol muestran su cara más animada y guitarrera, con Kessler logrando a ratos buenas melodías y acordes. No sé si el grupo volverá de gira por Madrid, pero servidor de ustedes ya se da por satisfecho en haber visto a estos muchachos en gira. El disco creo que no alcanza el nivel de los mejores episodios rítmicos y contundentes de Interpol, pero no desagrada de primeras escuchas.

Por lógica de tradición auditiva, seguro que tras sus merecidas y reposadas escuchas, es un trabajo que me irá ganando más y más. Soy de los que me gustaba la vena oscura y decadente de los últimos tiempos, que aquí solamente se ve de forma clara en el final que aporta “Twice as hard”, pero también aprovecho y mucho episodios en el sentido general de este trabajo como “Evil” o la mítica “Obstacle 1”.

Con lo que, a riesgo de afirmar cosas con una única escucha, creemos que “El Pintor” no es un disco que vaya a reportar demasiada gloria a Interpol. No sé si conseguirá algún adepto más, pero sí creo que por lo general no disgustará a los que les seguimos desde hace tiempo. Es probable que dentro de unos meses, cuando relea este post que les he dejado esta semana, les deje un comentario enmendándome a mí mismo, lo cual también sería un curioso y novedoso ejercicio de autocrítica como crítico musical aficionado que es uno.

¡Pues nada! A escuchar todos “El Pintor”. Yo a la siguiente será mi segunda escucha. A ver qué tal. En esta primera, las sensaciones no son malas, pero tampoco arrebatadoras (cosa que pocas veces, también hay que decirlo, ha sucedido en mi vida).

De nuestro programa de radio informamos que esta semana es de repetición y podrán volver a escuchar el sábado a las 16.00h y el miércoles a las 23.00h en RUAH el programa-entrevista con Stefano Maccarrone de Mendetz. La próxima semana un nuevo programa, con un nuevo coloquio radiofónico entre manos que esperamos sea de su agrado. Iremos informando durante la semana del contenido. De momento, paciencia.

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