Un ejemplo de las bandas que aparentan ser un fenómeno de un solo éxito a los ojos del gran público, y que sin embargo tienen una dilatada trayectoria es Level 42. Un grupo formado en la británica isla de Wight, tan conocida por su festival, que puede llevar a engaño a la gente que tiende a pensar que editaron un único disco, que venía a incluir “Lessons in love” y nada más. Error de bulto. Procederé a ilustrarles al respecto.
El grupo surgió como una banda de jazz pop instrumental, que al poco tiempo de iniciar su andadura tuvieron que reconsiderar su postura a petición de su manager y proceder a incluir voz en sus composiciones. En sus inicios, la banda era un cuarteto compuesto por los hermanos Phil y Boon Gould, que se encargaban de la batería y la guitarra respectivamente, el bajista Mark King y el teclista Mike Lindup. Estos 2 últimos componentes se encargaron de la parte vocal además de sus respectivos instrumentos. Tradicionalmente, la cabeza visible de la banda ha sido Mark King, destacado músico en su faceta y que es apodado “Thunderthumb”, algo así como pulgar relámpago en una traducción algo macarrónica al español, por su peculiar forma de tocar el bajo. En plan cómico, les diré que la cara de este rubio personaje, siempre la he asociado de forma extraña a la que puede tener un niño “pelota” de colegio al uso. No me pregunten por qué.
1981 sería el año de partida de la historia musical de Level 42 en lo que a lanzamientos de discos se refiere. Su disco homónimo ya les reportó algún modesto éxito, como fue la canción “Love games”. Al año siguiente “The Pursuit Of Accidents”, siguió en la misma onda que el primer trabajo, y del mismo cabe destacar la animada y saltarina “The chinese way”.
He elegido el 3er. disco de estudio de la banda, porque supone un punto de inflexión clave dentro de la evolución del grupo. “Standing In The Light”, así sería titulado el disco, significa el viraje de la banda hacia los terrenos del pop y la música de baile, partiendo del origen jazzy del grupo. Este cambio, en subsiguientes álbumes, reportaría reseñables triunfos a la banda, al propiciar, evidentemente, que Level 42 se abriera a la audiencia media y vieran ampliados sus horizontes.
“Micro kid” es un ejercicio derivado del techno pop, tan en boga allá por 1983 cuando salió a la luz el disco. Quizás sea la canción más directa y evidente que nos presenta el disco, y me da por pensar que su posición para empezar la obra no es una casualidad; en mi opinión viene a demostrar ese interés de la formación de hacerse más accesible en su sonido y ayuda a que el disco te reciba de una forma menos enrevesada, para más adelante ponernos algún otro tema que sí venga a mostrar el verdadero alma de la banda. Eso sí, la canción no deja de tener su complejidad, con algunos acordes de guitarra de corte funk en el estribillo y alguna nota de saxofón que aparece suelta de vez en cuando. Curioso es el uso de los teclados intentando asemejar vocoders, que aparecen sobre el 3er. minuto de la canción. Sin más demora, y sin dejar de ser un poco chocante que el grupo disponga los 2 momentos memorables del disco seguidos, concretados en sus 2 singles, se nos presenta “The sun goes down (living it up)”. En esta ocasión se nos propone un medio tiempo cantado por Mike Lindup, con un regusto más cercano al jazz que profesa la banda. King también dispone de algunas partes vocales reservadas para él a lo largo de la canción, usando en este caso un registro algo exagerado y cómico. Lo que más se recuerda de esta canción son los coros que remarcan el “Living it up” del título en la parte del estribillo. Esta canción es una de las mejores composiciones de los primeros trabajos de la banda e incluso de la discografía global que acumulan. Se acompaña de un videoclip grabado por los componentes de la banda al aire libre en una árida colina, con un acuciante sol sobre sus cabezas, considerándose este el primer clip al uso que rodaron. Siguiendo en el mismo tiempo, más cercana a las pseudos baladas, se nos presenta la réplica vocal de Mark King en “Out of sight, out of mind”. Alternado o ayudado también en los coros por Lindup (como casi siempre suele pasar), Mark nos presenta una historia de amor finalizado y las sensaciones de abandono y de quedarse fuera de sitio que uno experimenta en esas situaciones. Tras la terna de momentos medio relajados y algo más jazzísticos, se da paso a un combo compuesto por 2 de las canciones más moviditas del disco y a su vez 2 de esos ejemplos que demuestran el giro musical que iba afrontando la banda para acercarse al techno pop bailable. “Dance on heavy weather” es la que aparece en primer lugar. Las repeticiones vocales y una fuerte línea rítmica a base de los teclados y la melodía de bajo de King, conforman una acelerada y vital canción pop que nos aleja de la media melancolía en la que nos habían introducido las 2 canciones anteriores. Sin embargo, el verdadero instante vertiginoso de la obra que hoy les reviso, lo proporciona la siguiente canción “A pharaoh’s dream (of endless time)”. Esta canción es quizás el corte más experimental del disco intentando mezclar el jazz, el funky y el techno pop en un mismo tema, apoyado en una seria interpretación de Mark King, acompañado por los coros en voz de falsete de Mike Lindup. 4 minutos acelerados y sumamente rítmicos, que cierran el período más movidito del disco. Posteriormente se vuelve a la calma con la canción título y si cabe más calma aún en las siguientes “I want eyes” y “People”, siendo esta última de las canciones más relajantes y suaves compuestas por la banda en toda su historia; una verdadera delicia si estás escuchando el disco solo en casa tumbado en la cama o en el sofá del salón, dirigida vocalmente de forma magistral por Mike Lindup. Para terminar el disco se presenta “The machine stops”, de textura algo más basta, en lo que a la batería de Phil Gould se refiere, y que en parte viene a anticipar el sonido que abordaría la banda en el siguiente disco de estudio “True Colours”, y que se hace evidente en la estupenda “The chant has begun”.
El disco reportó a la banda un notable éxito en el Reino Unido y les dejó bien posicionados de cara a los logros que conseguirían, sobre todo a nivel de su país, en los siguientes años. La portada con una foto de los componentes de la banda parados y con semblante paciente, ponía de manifiesto que el grupo estaba en una situación tranquila, dando la impresión de que pisaban firme y con una clara intención. El título del disco tampoco deja de ser una declaración de intenciones de lo que quería hacer la banda. No deja de resultar curioso, a título personal, que estando en verano de 2007 veraneando en Playa Blanca (Lanzarote), en el hotel que estuve había colgado un disco de oro (algo descolorido por la acción del sol) del presente álbum. Me quedé a cuadros y maravillado a la par.
Lo más relevante que proporciona “Standing On The Light”, es que es el disco que establece las pautas del sonido que caracterizan principalmente la trayectoria de Level 42. Esas marcas de sonido se basan, en primer lugar, en el predominio o la conferencia de principal importancia atribuida en la producción y grabación a las melodías de teclados de Lindup y al bajo de King. La otra característica principal, es la alternancia vocal entre los citados componentes, y aunque uno lleve el peso principal de la canción, el otro le ayuda en los coros.
Level 42 tuvo sus momentos de gloria a partir de 1985, debido a que en la 2ª mitad de los 80 será cuando la banda acerque más su postura al pop, tras el punto de partida que suponía el disco que hemos abordado hoy. El citado año 1985, contó con el lanzamiento del fantástico “World Machine”, con sus clásicos “Something about you” o “Leaving me now”. “Running In The Family” de 1987 supuso el mayor éxito comercial de la banda, incluyendo la canción por la que Level 42 son recordados principalmente, “Lessons in love”, y por otro lado supuso el punto máximo a partir del cual la repercusión de la banda fue descendiendo. Este hecho, en mayor o menor medida, se produjo por el inconsistente en conjunto “Staring At The Sun” de 1988, a pesar de que el disco tuviera buenas canciones sueltas.
En los 90 la actividad del grupo decayó notablemente. Tan sólo 2 discos editados, “Guaranteed” de 1991 y “Forever Now” de 1994, demuestran este hecho. El primero de los mencionados es notablemente bueno e incluye verdaderas joyas como “Overtime”. En cuanto a los componentes del grupo, a lo largo de la promoción de “Running In The Family” ya se vio la desbandada de los hermanos Gould, dejando solitos a Lindup y King, que reclutaron al batería Gary Husband y al guitarrista Alan Murphy para suplir carencias. Durante la parte final de la década y comienzos del siglo XXI la inactividad de la banda era brutal, solo viéndose contrarrestada por alguna actuación o concierto suelto y puntual.
2006 vio el retorno de la banda, más bien de King en solitario bajo el nombre de Level 42 con el lanzamiento del disco “Retroglide”, que pasó insultantemente desapercibido, principalmente porque el sonido del grupo volvía a acercarse más al jazz que al pop. El grupo sigue haciendo giras, acude de vez en cuando a algún festival y en ocasiones, también se une Lindup a King para dar mayor empaque y lustre a las actuaciones (decir que el teclista dejó la militancia del grupo durante la 2ª mitad de los 90). También existían rumores hará un tiempo, de que el batería Phil Gould se estaba pensando volver a unir a la banda. Eso sí, no se mencionaba nada de su notable hermano Boon, un excelente guitarrista para las necesidades de sonido de la banda a lo largo de los 80, a pesar de que su trabajo en el grupo quedara a la sombra en las labores de producción respecto a lo que aportaban Lindup y King con sus respectivos instrumentos.
A grandes trazos esto es Level 42. Ya se sabe que el jazz hay que saber apreciarlo, y si no lo haces, te puede resultar algo tedioso. Level 42 partían de este género, pero en este disco ya le intentaban dar un enfoque pop que hiciera más llevadero el sonido de sus composiciones. Le tengo un gran afecto a esta banda y en particular a este disco. Espero que ustedes también se lo tengan tras haberlo escuchado.
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