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sábado, 5 de julio de 2008

1986 Depeche Mode - Black Celebration

Hoy continuaremos con otro de mis grupos preferentes: Depeche Mode. Los llamados padres del house a mediados de los 80 ya se habían hecho un hueco importante dentro de la escena del baile y techno-pop internacional. Sin embargo, a los ojos de muchos críticos seguían sin tener credibilidad y no tenían el respeto de los mismos (incluso un joven Neil Tennant se permitía, desde su posición en la prensa musical, meterse con ellos). Con todo este panorama, 1986 supone un antes y un después en la historia de Depeche Mode. Este año supone la frontera entre la primera y segunda etapa del grupo. En la primera parte de su historia, Depeche Mode se caracterizó por sonidos de electro-pop alegre y unas letras, en la mayor parte de sus casos, desenfadadas y sin excesivo contenido. El cambio a una música más madura, tanto en lo instrumental como en lo lírico, se empezó a fraguar en el disco del año 84 “Some great reward”. Posteriormente a este disco, el grupo sacó un recopilatorio de su primera parte con el que parece que daban carpetazo y ponían un punto y seguido en su carrera. Para la ocasión aderezaron dicho recopilatorio con 2 singles en la senda del sonido que hasta la fecha marcaba las composiciones de la banda: el magnífico tema “Shake the disease” e “It’s called a heart”.

Tras esto, Martin Lee Gore se metió de lleno en la composición de un disco que supone el inicio de su ascensión definitiva al olimpo de los grandes compositores de la música moderna. Las letras de las canciones eran mucho más densas, trabajadas, serias y profundas que las entregadas hasta la fecha. El carácter del disco que hoy analizamos es bastante depresivo y negativo, y a más de uno en un principio le dejó fuera de juego. No obstante, no se puede hablar de una ruptura total, ya que en el disco anterior se habían dado señales, tanto en sonido como en letras, del cambio que se avecinaba, ya que hubo 2 conflictos en la parte lírica con sendas canciones: “Master & Servant”, que trataba del juego del amo y el esclavo “en la cama y en la vida” y “Blasphemous rumours” en la que se criticaba el “enfermizo sentido del humor de Dios”.

El disco no tiene una grabación muy buena que se diga. Es un disco que hay que escuchar a un nivel de sonido más alto de lo normal. La grabación de las pistas tiene un volumen bastante bajo (no sabemos si está hecho adrede). Esto hace que el primer tema, la canción título, entre de puntillas con unos sonidos lejanos y unas voces quejumbrosas, que como si de extrañas criaturas o almas en pena se tratasen, recitan “Black celebration”. Los teclados de la canción son punzantes y en un estilo muy distinto hasta el que ahora nos tenían acostumbrados los chicos de Basildon. La voz de Dave Gahan, entra potente, sonando como si viniera de ultratumba, todo ello para decirnos cosas como “Vamos a hacer una celebración negra para celebrar el hecho de que hayamos visto el fin de un negro día”. Ahí es nada. Si en el anterior disco se nos decía cosas como que “la gente es gente, entonces ¿por qué tú y yo nos llevamos tan mal?” (“People are people”) ahora se nos dicen cosas como “tus optimistas ojos parecen el paraíso para alguien como yo… quiero cogerte en mis brazos, olvida lo que no pudiste hacer hoy”. Es una canción con una fuerza brutal, atronadora y con unos arreglos excelentes, rodeados de los mejores sintetizadores del momento y un correctísimo uso del sampler. Sin tiempo para descansar, básicamente porque está unida a la primera canción, nos damos de frente con “Fly on the windscreen”. ¿No les pareció suficiente para ver el cambio de ánimo con lo que nos dicen en la primera canción del disco?, bueno, pues si con esto que viene a continuación no se convencen, yo ya dejo de escribir: la canción empieza diciendo “la muerte está en todos los sitios”. Resulta sobrecogedor, es una canción inquieta en la que haciendo uso de nuevo del sampler no se nos deja respirar apenas. La canción poco a poco va decayendo para dejar paso con un ininterrumpido sintetizador al primer clásico del disco y la primera de las “cuestiones” que se nos plantean. “A question of lust” es una preciosa balada entonada por Martin Gore, cantada con un tremendo sentimiento y que cuando hace acto de aparición en los conciertos de la banda, pone el vello de punta. Tras este comienzo en el que no hemos tenido tiempo de respirar, por fin encontramos un hueco entre canción y canción para tomar aire. El disco prosigue con otro tema de los que canta Martin. Un tema cortito llamado “Sometimes”. Reminiscente del “Somebody” del anterior disco de estudio, Martin se basa de un piano clásico para hacernos una confesión personal. El tema está mezclado de tal forma que la voz de Martin se entrelaza en sí misma como si hubiera varios Martin cantando el tema. El resultado es excelente y hace, por su cortísima duración de menos de 2 minutos, que nos quedemos con ganas de más. Si este tema nos recuerda al anterior disco, el siguiente también en lo que se refiere al título: “It doesn’t matter two”. El sonido es completamente distinto a la primera parte y la letra trata de lo fugaz del amor y los buenos momentos que se pasan en pareja y la sensación de ser el centro del mundo que se tiene cuando estás a solas con alguien: “nos sentimos como pioneros contándonos esperanzas y miedos el uno al otro”. La 2ª cuestión es de tiempo, el tema más movido del album “A question of time” irrumpe con una fuerza arrolladora y nos hace movernos por primera vez en lo que va de album. Lo importante de esta canción va asociada también al videoclip, ya que supondrá la primera colaboración del fotógrafo Anton Corbijn en la dirección de clips de la banda. Esta canción termina de golpe y con un golpe de un acorde suelto empieza el séptimo corte del disco. Un misterioso sonido de un motor, como si de un tractor se tratase, en un loop constante se abre paso en los surcos, mientras un sintetizador por debajo va creando un muro de sonido. Con unas notas de teclado que dan impresión de tema electro-acústico empieza la parte vocal de un David Gahan que empieza casi susurrando invitándonos a “ir con él entre los árboles y tumbarnos en la hierba dejando pasar el tiempo…” todo esto suena muy angelical y romántico, pero a continuación, y rodeado de un sonido monumental y solemne que nos dan el muro de sonido que aquí comienza, Dave nos suelta “déjame verte completamente desnuda” y claro, al principio puedes tomarlo por donde no es. Realmente la canción no viene a hablar de un ser salido, desesperado y lascivo, no. Trata de desnudarse en tanto a los verdaderos sentimientos que tengas dentro de ti. Esto se ve plasmado en los versos “déjame oirte tomar decisiones sin tu televisor, dejame oirte hablar sólo para mi”. Estas palabras dan lugar a una parte instrumental donde escuchamos unas notas de teclado que, personalmente, me parecen uno de los mejores momentos de Depeche Mode a nivel global. A continuación la canción sigue avanzando con la repetición de ese estribillo tan chocante a priori y con unos coros por parte de Martin que acompañan a la perfección a Dave. Stripped fue el single de adelanto del disco. Llegó a entrar en el top 20 del Reino Unido (esto no es realmente importante, ya que singles anteriores fueron más exitosos en ese aspecto) y evidentemente no era un single engañoso, ya que su sonido oscuro representa correctamente al resto de la obra. Los sonidos monumentales de los teclados y sintetizadores que se agolpan en la canción supone uno de los mejores momentos hasta la fecha y de la historia de la banda. El videoclip, dirigido por Peter Care, es un ejercicio de oscurantismo excelente. La imagen del grupo se volvió más rockera, con unas elegantes chupas de cuero y con Dave volviendo al color negro en lo que a su pelo se refiere (no olvidemos su rubio platino de los años previos). Significativa y aplastante es la imagen en la que la banda se ensaña a martillazos con un Citroen CX Palas. Unida a este clásico a través de un sonido que recuerda al tick-tack de un reloj, nos encontramos “Here is the house”, el sonido más alegre y endulzado, y la letra más inofensiva del album. No crean que por ello nos encontramos con un tema naif, se equivocan. Esta canción es una de las joyas ocultas de las que hemos podido disfrutar los fans y la gente que ha ido más allá de los recopilatorios de la banda y se ha adentrado a escuchar los discos de estudio. La canción habla de amor compartido dentro de un lugar señalado y especial. Es quizás el tema menos acorde con el sonido general del disco y quizás sería una pieza más propia de la etapa que dejaba atrás el grupo. La canción es un equilibrio vocal pluscuamperfecto entre Dave y Martin y la música es juguetona y deliciosa hasta decir basta. Se lo aseguro, les encantará. Tras estos 2 temazos en toda regla, nos adentramos en la última parte del disco en la cual hay lugar para 2 ejercicios vocales de Martin Gore. El primero que escuchamos es “World full of nothing”. Delicada pieza romántica en la que Martin susurra cosas como “aunque no es amor significa algo”. Luego nos adentramos en una pieza teatral “Dressed in black” con cierto sonido y entonación catastrofista a la hora de la interpretación. El disco termina con la vuelta de Dave a la voz para entonar “New dress” un tema dirigido y dedicado a la familia real británica en este caso particularmente para la, por aquella época, princesa Diana. En este año la familia real no ganaba para disgustos en el panorama del pop/rock de su país, entre los Smiths y su disco “The Queen is dead” (hablaremos de él en un futuro cercano) y Depeche Mode. “La princesa Di lleva un vestido nuevo” al igual que la banda, que también llevaba un vestido de estreno en su sonido.

Lo que se refiere al track list principal ha finalizado, pero es usual que las ediciones del disco traigan una propina muy decente. Por un lado encontramos remixes o revisiones de “Black Celebration” y “Stripped” (“Black day” y “Breathing in fumes” respectivamente), ambas bastante logradas y el verdadero regalo, el tema que suele estar entre ambas: “But not tonight”. Esta canción formó parte de la banda sonora de la película “Modern Girls” y realmente parece una canción más propia de discos anteriores (al igual que “Here is the house”). El sonido es genuinamente tecno-pop y la letra tiene una melancolía que la hace irresistible con unas partes realmente brillantes: “la luna está brillando en el cielo recordándome tantas otras noche, pero que no son como esta”. Un tema desconocido para el gran público, pero adorado por gran parte de los fans de la banda. Háganme caso y tomen nota.

“Black Celebration” es clave dentro de la historia de Depeche Mode. Marca el comienzo del asalto al gran público, hecho que se conseguiría en el siguiente disco y el paso a la madurez compositiva de Martin Gore. Sienta las bases de cual va a ser el sonido de Depeche Mode a partir de ahora. Hecho muy importante también fue que el genio de Alan Wilder empezara a tener más protagonismo a la hora de retocar el disco y que poco a poco fuera siendo una pieza básica en el funcionamiento y perfeccionamiento de las entregas que nos ofrecerá la banda hasta su lamentado abandono del barco en 1995. Depeche Mode querían demostrar que no eran una banda superficial y artificial o una moda pasajera que con el tiempo se diluyese, y con el tiempo lo conseguirían.

En la portada del disco, también se aprecia un giro respecto a lo que nos había ido entregando anteriormente el grupo. Las "portadas icono" de los 3 discos de estudio anteriores, representadas todas ellas por unas curiosas y bellas instantaneas, siempre aderezadas con un toque de romanticismo, dan lugar a una portada oscura que viene a representar un rascacielos inmenso con sus ventanas de cristal en mitad de la noche. Igualmente viene decorada con unos símbolos de fuerte carácter futurista que impregnan toda la portada, incluida la proclama que se incluye en la contraportada. El disco supuso un ligero retroceso en las listas de ventas respecto a sus predecesores, sobre todo en lo relativo a los singles, pero la banda tenía bien claro qué era lo que realmente querían hacer. Esto es sólo el comienzo del crecimiento a nivel mundial de la banda, eso sí, un gran comienzo.

4 comentarios:

María Florencia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María Florencia dijo...

¿Pensabas que no iba a comentar aquí también? :D
Pues te diré que es mi disco favorito, por el cual siento una fascinación difícil de explicar. Puedo escucharlo una y otra vez de principio a fin sin cansarme.

Tengo la edición que incluye But not Tonight, Breathing in fumes y Black Day, que para mí es el perfecto cierre de un disco increíble desde el punto de vista musical y por las letras de sus canciones.

Puede que parezca muy negro, pesimista o negativo, pero no son esas las emociones que despierta en mí. Muchas de mis canciones favoritas de la banda están en este disco: Black Celebration, Fly on the windscreen, A Question of Lust, It doesn't matter two y por supuesto But Not Tonight y Here is the House. Y aquí me detengo, para decir que estoy muy de acuerdo con lo que dices: es una canción preciosa que sólo los que hemos ido más allá de los recopilatorios conocemos y disfrutamos.

Enhorabuena por la entrada, que aunque sea muy antigua, no podía dejar de comentar.
Saludos!

cvb dijo...

Excelente disco en efecto. En realidad a mi DM me encantan pasando por sus distintas fases hasta 1990. No he dicho que bajaran desde que se fue Wilder, que mucho de eso también hubo, pero ya incluso con Wilder, el "Songs of faith..." es un cambio brutal, a veces genial "In your room","Walkiing in my shoes","Rush", etc. y otras pésimo como "Condemnation" o porque no decirlo, es mi opinión, aunque sea uno de sus himnos en directo " I feel you" (cuyo vídeo me encanta), pero lo veo un tema rock-grunge, que no me va.
De su posterior etapa, buenos destellos en "Ultra", muy flojito "Exciter" quizás salvado por "Freelove" y "Shine", mucho mejor PTA con las soberbias "Precious", "Lillian" pero el resto tampoco para echar cohetes, espesito el "Sounds of the universe" y mucho mejor, el "Delta Machine" con momentos mágicos como "Alone", "Should be higher", "Broken" o "Shoote my soul".

Nada superará la trilogía "BC","MFTM""Violator", pero a ver que sacan en 2017, porque estos desde 1993, no fallan a su cita cada cuatro años.

Abacab dijo...

cvb, nuevamente totalmente de acuerdo en todo lo que comentas. También salvo del patinazo de "Exciter" a "Freelove" y "Shine" y las otras que comentas de los otros discos. Por cierto, buen video el de "I feel you", con notables cambios de look en Alan y Dave.

Es casi imposible que hagan algo al nivel de la trilogía de discos de 1986-1987-1990, pero bueno. Tengo pocas esperanzas, pero lo que saquen en 2017 lo volveremos a escuchar y a ver qué tal.

Gracias por escribir.